Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

Moderadores: José Luis, PatricioDelfosse

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Vie May 26, 2006 6:28 am

¡Hola a todos!

Al parecer, el impulso inicial para una aproximación germano-soviética con el objetivo de establecer una relación de ayuda mutua de carácter militar se encuentra en la persona de Karl Radek, un agente soviético que fue enviado a Alemania en 1918. Radek participó en la convención Espartaquista de diciembre de ese año, y tras los tumultos de enero de 1919 fue arrestado y encerrado en la prisión de Moabit, donde recibió un trato privilegiado. Durante su encarcelamiento fue visitado por importantes figuras militares y civiles (políticos e industriales), como el coronel Bauer, el general von Reibnitz, el almirante Hintze, Felix Deutsch, Walter Rathenau y otros prohombres, y parece ser que les expuso reiteradamente la afinidad natural que existía entre la Unión Soviética y una Alemania nacionalista. Una de las visitas a Radek que iba a tener más trascendencia fue la realizada por el turco Enver Pasha; Radek afirmó más tarde que el líder turco “fue el primero en explicar a los militares alemanes que la Rusia soviética es una potencia mundial nueva y creciente con la cual deben contar si realmente desean combatir a la Entente”.

El general Hans von Seeckt había sido enviado en diciembre de 1917 a Turquía para actuar como Jefe del Estado Mayor del Ejército de Campaña Otomano, estableciendo durante esa etapa una buena relación con Enver Pasha. Cuando Radek estaba en la cárcel, von Seeckt era Jefe del Estado Mayor General, y más tarde -tras los acontecimientos del Putsch de Kapp en 1920 y la dimisión del comandante en jefe del alto mando del ejército (Heeresleitung), el general Reinhardt- von Seeckt pasó a ser el jefe del Heeresleitung. Es evidente que Enver Pasha habló con von Seeckt de sus conversaciones con Radek, pero por entonces el militar alemán no estaba dispuesto a acercarse a los bolcheviques. Sólo cuando su propuesta de un ejército alemán de 200.000 hombres fue tajantemente rechazada por los aliados, empezó a arraigar en él a finales de 1920 la idea de un acercamiento a los rusos. Precisamente, finalizando 1920 formó una unidad especial en el Ministerio del Reichswehr llamada Sondergruppe R, que fue la encargada de estudiar las posibilidades de cooperación con el Ejército Rojo.

En mayo de 1921 se estableció un acuerdo económico provisional entre ambas naciones, acuerdo que fue el resultado de largas negociaciones entre Ago von Maltzan, el jefe de la división oriental de la Oficina de Exteriores, y Victor Kopp, el emisario soviético encargado de discutir los asuntos relacionados con los prisioneros de guerra. Más tarde el gobierno soviético solicitó formalmente al gobierno alemán ayuda para el desarrollo de su industria de armamentos. Von Seeckt envió una delegación militar especial bajo el mando del coronel Oskar von Niedermayer, quien se hacía llamar “el Lawrence alemán” por sus acciones de guerra en Persia y Afganistán. Junto con Gustav Hilger, miembro de la misión de los prisioneros alemanes de guerra en Rusia, Karakhan, Vice-comisario soviético para Asuntos Exteriores, y Victor Kopp, Niedermayer examinó exhaustivamente las fábricas de armamento y astilleros de Petrogrado, industrias que el gobierno soviético había sugerido que podían ser restablecidas con el apoyo financiero y técnico alemán. Niedermayer, de vuelta en Berlín, recomendó que se rechazara la ayuda, en vista del lamentable estado en que se encontraban los centros soviéticos y la inversión enorme que se necesitaría. Se siguió la recomendación de Niedermayer.

En septiembre de 1921 se iniciaron conversaciones secretas en Berlín, en el apartamento del coronel Kurt von Schleicher, en las que participaron Leonid Krassin y el coronel von Hasse, Comisario Soviético de Comercio Exterior y Jefe del Truppenamt, respectivamente. Durante las conversaciones se desarrolló el esquema original de la reconstrucción de la industria de armamentos soviética y el suministro de armas ilegales a Alemania. Así comenzó la colaboración militar entre los estados mayores generales soviético y alemán.

El Ministerio del Reichswehr creó un holding bajo el nombre de Gesellschaft zur Förderung gewerblicher Unternehmungen (G.E.F.U.), con oficinas en Berlín y Moscú y con una inversión de capital en 1923 de 75 millones de marcos del Reich. Bajo la supervisión del general von Borries y el mayor Fritz Tschunke, el holding financió el establecimiento de una fábrica de aviones Junkers en Fili, cerca de Moscú; una fábrica de gas venenoso en Samara, y fábricas de proyectiles (bajo la administración de Krupp) en Tula, Leningrado y Schlüsselberg. También se hicieron planes para la construcción de submarinos, pero no llegaron a buen fin. Por el dinero invertido el ejército alemán debía recibir una parte de la producción de todas las plantas.

Al mismo tiempo, Niedermayer volvió a Rusia para establecer una especie de departamento del Sondergruppe R, que se llamó Zentrale Moskau, y que tenía el control de todos los aspectos militares relacionados con el acuerdo secreto: el entrenamiento de pilotos y especialistas alemanes en la escuela de vuelo del Ejército Rojo en el área de Lipetsk, en la provincia de Tambov, y una escuela de tanques en Tama, cerca de Kazan.

Más tarde, en abril de 1922 en la Conferencia de Génova, Walther Rathenau y Ago von Maltzan se reunieron con los jefes de la delegación rusa y concluyeron un tratado de amistad según el cual ambas potencias renunciaban a sus reclamaciones de reparaciones, establecían las bases para un mercado ruso-alemán y procedían al restablecimiento de las relaciones consulares y diplomáticas normales. Éste fue el famoso acuerdo de Rapallo.

Fuente: el grueso de la información proviene de Gordon A. Craig, The Politics of the Prussian Army 1640-1945 (Oxford University Press, 1964), Capítulo IV, “Evasion of the treaty terms: the tie witt the Red army”.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
Calígula
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 666
Registrado: Jue Jul 14, 2005 11:25 pm
Ubicación: No se dice este país, sino ESPAÑA

Mensaje por Calígula » Vie May 26, 2006 9:00 am

José Luis escribió:El general Hans von Seeckt ... formó una unidad especial en el Ministerio del Reichswehr llamada Sondergruppe R, que fue la encargada de estudiar las posibilidades de cooperación con el Ejército Rojo.
Para sortear las clausulas restrictivas sobre armamento del Tratado de Versalles, solo podia lograrse con ayuda exterior. Considerando lo que habia de suceder viente años mas tarde, fue una ironia del destino que Von Seeck acudiese a buscar ayuda al Este. Este establecimiento de industrias de armamento y centros de instruccion en Rusia, proporciono a los alemanes cierta ilusion de haberse zafado de los "grilletes de Versalles"
José Luis escribió:el entrenamiento de pilotos y especialistas alemanes en la escuela de vuelo del Ejército Rojo en el área de Lipetsk, en la provincia de Tambov
Ni que decir que personalidades como Student, Kesselring o Stumpff pasaron por alli.
Heinrich Heine [i]Allí donde se queman los libros, se terminaran quemando personas[/i]

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Vie May 26, 2006 5:53 pm

¡Hola a todos!

Aquí hay un buen detalle del aspecto aéreo:

http://www.airpages.ru/cgi-bin/epg.pl?n ... ge=lipetsk

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
Calígula
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 666
Registrado: Jue Jul 14, 2005 11:25 pm
Ubicación: No se dice este país, sino ESPAÑA

Mensaje por Calígula » Vie May 26, 2006 10:38 pm

The aviation school in Lipetsk and other German military facilities on Sovi- j et territory closed down in autumn 1933 and the German military specialists went home
At first glance, it seems evident that the decision to close the Reichswehr bases in the USSR resulted from the change in Soviet-German relations after Hitler was appointed to head the German government. However, this was not the case...
Yo consideraba justo lo contrario a este texto de arriba y su explicacion posterior, José Luis. Que Hitler corto de seco el entrenamiento secreto de los aviadores alemanes en Rusia, pero que este hueco lo vino a ocupar su amigo Mussolini, permitiendo a los pilotos alemanes que recibieran instruccion en la Regia Aeronautica, probablemente la fuerza aerea mas eficiente y moderna del mundo por aquel tiempo. Cosa que el enlace no menciona nada de esta colaboracion. Pilotos reclutados entre los miembros mas entusiastas de las juventudes Hitlerianas, pilotos de la Lufthansa con licencia ilimitada, etc, todos de cabeza para Italia. Cabe destacar la presencia de Adolf Galland entre los hombres que recibieron esta instruccion.
Heinrich Heine [i]Allí donde se queman los libros, se terminaran quemando personas[/i]

Avatar de Usuario
Grossman
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 2232
Registrado: Lun Ene 28, 2008 10:46 pm
Ubicación: Valencia

Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por Grossman » Mar Jun 23, 2009 11:51 pm

¡Hola!

Sebastian Haffner califica la cooperación militar alemano-soviética como “uno de los capítulos más asombrosos de la historia moderna” y resalta la longevidad del secretismo que ha dado lugar a que carezca de relevancia en la historiografía a pesar de la gran carga de paradoja y trascendencia del hecho. Algunas cosas hay que averiguarlas de la lectura entre líneas, para lo que pone como ejemplo las palabras del general Ernst Köstring cuando afirmó:
  • Mucho tiempo después de que Hitler llegara al poder, el jefe del Estado Mayor de Göring explicó que sin aquella labor de desarrollo e instrucción la Luftwaffe no hubiera alcanzado el alto nivel militar que tenía en 1939. Lo mismo se puede decir de los tanques, como me comentaron expertos en esta arma, entre otros el general Guderian”.
La Luftwaffe se entrenó en Lipeck (o Lipetsk en el artículo del link), la artillería en Kazan y en Orenburg, en el sudeste ruso, los agentes químicos “teníamos amplios territorios, cuyos pueblos fueron evacuados, para probar agentes químicos de combate” explicó Köstring.

Las bases de esas localidades eran centros de producción y de instrucción. De la de tanques “Aparte de Krupp, hubo dos fábricas más implicadas en la producción de modelos”.

Como explica el artículo del link que puso José Luis, para guardar el secreto los oficiales alemanes renunciaban a su cargo en la Reichswehr, viajando como civiles, con nombre falso, en solitario o pequeños grupos. Incluso iban de paisano o con uniforme ruso cuando estaban de servicio en Rusia. Se falsificaban los certificados de defunción y se repatriaban los cadáveres en cajas como repuestos vía marítima.

Y aunque por un lado la Unión Soviética estaba criando la serpiente que casi acaba con ella, Alemania le dio como contrapartida una instrucción militar moderna y la tecnología militar e industrial que forjaron y armaron al coloso que finalmente la aniquiló.

De la instrucción de oficiales soviéticos el general de aviación Speidel afirmó
  • Se pudo comprobar una y otra vez que los oficiales rusos eran casi más aplicados que los cursillistas alemanes. A pesar de las dificultades del idioma, se hicieron suyas las instrucciones alemanas hasta el punto de que finalmente superaban a la mayor parte de sus “compañeros de clase” alemanes.”
El intento posterior de Köstring para negar el asunto -“la reiterada afirmación de que formamos al ejército ruso es completamente falsa”- queda desmentido por un escrito suyo de 1931 al general Von Seeckt en el que explicaba que en todos los ámbitos del Ejército Rojo se podía detectar la influencia del apoyo militar por parte de Alemania: “Nuestros métodos y opiniones atraviesan como un hilo rojo los suyos”. En 1935 a raíz de unas exitosas maniobras soviéticas informó “Podemos sentirnos satisfechos con este elogio, pues los jefes y líderes son alumnos nuestros

La colaboración incluía también a los estados mayores y los juegos de guerra, y a principio de los años 30 los altos oficiales soviéticos participaron en maniobras alemanas, siendo saludados personalmente por el presidente Von Hindenburg. Este había encomendado a Köstring “¡Manténgame una buena relación con el Ejército Rojo!”.

Haffner menciona entre las claves de esta cooperación que la Reichswehr gozara de una total independencia respecto a Parlamento y Gobierno.

Tras romperse el acuerdo, en un acto de despedida de los oficiales alemanes, el Mariscal Tukhachevsky les dijo
  • No olviden que es su política la que nos divide, no nuestros sentimientos: los sentimientos de amistad del Ejército Rojo hacia la Reichswehr. Y no lo olviden: ustedes y nosotros, Alemania y la Unión Soviética, podemos imponer la paz mundial si formamos una coalición. Pero si se diera un enfrentamiento entre nuestros países, los alemanes se convencerían de que entretanto el Ejército Rojo ha aprendido mucho
Esta cooperación quizá podría quitar sentido a la polémica sobre la autoría –si alemana o soviética- de la doctrina de la batalla profunda y de las armas combinadas, que en cambio podría tener interés si se estudiara como un fenómeno creativo conjunto, de un modo análogo a como se forjaron los movimientos artísticos que florecieron en el sXX en Paris y Nueva York con un marcado carácter colectivo.

Un saludo cordial
Grossman

HAFFNER S “El Ejército alemán y el Ejército Rojo” en “El pacto con el diablo”. Destino (1988/2007) p.153-74
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
****************** Konstantin Simonov ******************

Avatar de Usuario
Grossman
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 2232
Registrado: Lun Ene 28, 2008 10:46 pm
Ubicación: Valencia

Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por Grossman » Lun Sep 26, 2011 4:55 pm

¡Hola!

Dominaba el buen clima en los contactos de los militares de ambos países. Uno de los asistentes a los cursos de estado mayor y conducción de tropas que Paulus y Reinhardt impartían para oficiales soviéticos de alto rango fue Alexander Ilyich Egorov, futuro Jefe de Estado Mayor. Este confesó después, en 1934, al agregado alemán en Moscú, su ilimitada admiración a los dos oficiales nombrados:”si alguna vez el ejército alemán no tiene sitio para Paulus y Reinhardt, los recibiremos aquí con los brazos abiertos; constituyen una fuente de aprendizaje muy importante que nos sería de especial utilidad”. Del ejército alemán declaró: “A pesar de estar insuficientemente armado, la Reichswehr es el mejor ejército del mundo”.

Ningún otro país tuvo una oportunidad parecida de conocer tan bien la Unión Soviética como los oficiales de la Reichswehr que viajaron allí. Si Alemania después pecó de infravalorar el potencial soviético, no fue por la experiencia recogida en estos contactos. 5 de los 25 oficiales que constituirían el alto mando del Ostheer en 1941/2 habían estado en la Unión Soviética: Hoth en 1927, Reichenau en 1928, Model en 1931, Manstein en 1931/32 y Guderian en 1932.

En 1931 Manstein visitó instalaciones militares e industriales en Moscú, Leningrado, Kiev y Karkhov, y en 1932 fue invitado a unas maniobras en el Cáucaso. En sus memorias escribió después que se llevó la impresión de ser un estado totalitario en algunas partes muy industrializado, erigido sobre una población atemorizada, pobre y oprimida, y unas fuerzas armadas que se encomendaban a la masa y el valor de los soldados, pero que se conducían operativamente de forma excesivamente esquemática. Guardaba recuerdo de la cálida camaradería de los oficiales soviéticos, que en su mayor parte fueron después víctimas de las purgas. Le impresionó también el poder que acumulaban los comisarios políticos y el temor que se les tenía. En su conjunto, la Unión Soviética resultaba para Manstein, después de sus viajes, un país inhóspito y amenazante: “aunque el régimen había incorporado de Occidente la ideología del marxismo y sus avances tecnológicos, la Unión Soviética no era ya Europa. La sombra del despotismo asiático se extendía por todo el país, la población y en todo lo que ocurría”.

Aunque la frase que Model anotó tras su viaje: “Por desgracia el extranjero menosprecia en gran medida el peligro bolchevique”, según Hürter reflejaría más bien un anticomunismo visceral y/o reactivo a la revolución espartaquista de 1918/19, lo que sí pudieron comprobar los oficiales alemanes que visitaron la Unión Soviética es que esta disponía de un ejército en proceso de modernización, grande, fuertemente adoctrinado, capaz de explotar de forma intensa a nivel material y personal a una población extensa y ampliamente controlada por medios totalitarios e ideológicos. Así, la Unión Soviética era el país en mejor disposición de desarrollar el concepto de “guerra total” sobre el que se debatía en entreguerras.

En 1934, durante una conversación con Rauschning (presidente del senado de Danzig), Reichenau (jefe de la Oficina Ministerial de la Reichswehr) y Blomberg (ministro de la Reichswehr) evocaron los recuerdos de sus viajes a la Unión Soviética, donde Blomberg no ocultó su entusiasmo por el militarismo soviético: “sin dificultades presupuestarias ni burocráticas de la administración pública. El pueblo está orgulloso de sus fuerzas armadas. Sin quejas de la vida en los barracones como aquí. Cada proletario mira el ejército como algo personal suyo y se siente orgulloso. Es lo que queremos para nosotros”. Probablemente no todos los oficiales alemanes compartieron esa opinión en el mismo grado, señala Hürter, pero si quedaría registrado para todos la ventaja que suponía para un país que necesitara armarse, el hacerlo bajo un régimen dictatorial. Lo que pudo constituir uno de los factores, entre otros, que hiciera después más interesante para la oficialidad de la Reichswehr/Wehrmacht la propuesta política nacionalsocialista.

Saludos

HÜRTER J “Hitlers Heerführer. Deutschen Oberbefehlshaber im Krieg gegen die Sowjetunion 1941/42”. Oldenburg (2007) p.105-7
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
****************** Konstantin Simonov ******************

Avatar de Usuario
cv-6
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 2477
Registrado: Vie Sep 12, 2008 9:15 pm
Ubicación: España

Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por cv-6 » Lun Sep 26, 2011 10:27 pm

Grossman escribió: Esta cooperación quizá podría quitar sentido a la polémica sobre la autoría –si alemana o soviética- de la doctrina de la batalla profunda y de las armas combinadas, que en cambio podría tener interés si se estudiara como un fenómeno creativo conjunto
Tal vez esto también explicaría en parte el contraste entre una doctrina tan avanzada y un desempeño bastante mejorable por parte del ejército rojo (sobre todo al principio de la guerra). Es decir, si esta doctrina se desarrolló en cooperación con los militares alemanes, lo lógico es que los mayores expertos del ejército rojo fueran precisamente los que se adiestraron junto a los alemanes, y si no me equivoco muchos de estos oficiales debieron caer en las purgas de finales de loa años 30.
My body lies under the ocean
My body lies under the sea
My body lies under the ocean
Wrapped up in an SB2C


Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él (Louis Pasteur)

Avatar de Usuario
gunsche
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 533
Registrado: Jue Abr 21, 2011 4:42 am

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por gunsche » Mar Sep 27, 2011 12:53 am

Muy interesante material, es interesante saber que Von Seeckt y la mayoria de los altos jefes del Reichswehr eran fuertemente anticomunistas en el interior de Alemania (habian reprimido las revoluciones comunistas de finales de la Primera Guerra Mundial, como la de Rosa Luxemburgo en Berlin o la Republica Sovietica Bavara) pero en politica exterior, el pragmatismo primó sobre la ideologia, y vieron las conveniencias de formar una alianza (secreta) con la naciente Unión Soviética. Del lado soviético tambien, aunque llama la atencion que los militares sovieticos mencionados en el foro (Yegorov y Tujachevsky) los dos perecieron en las purgas stalinistas, quizas al cambiar el aire de las relaciones sovietico germanas hacia la mitad de la decada del 30, tuvieron que "pagar el pato" como dos de las caras mas o menos visibles de esa alianza.

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Mar Sep 27, 2011 11:35 am

¡Hola a todos!

Aprovechando la intervención de Grossman en este antiguo hilo sobre la génesis de la cooperación entre los ejércitos soviético y alemán de entreguerras, voy a proporcionar la siguiente bibliografía para quien esté interesado en este importante asunto:

-En este hilo sobre el desarrollo de la doctrina blindada alemana se trata un poco de la colaboración en el terreno de los tanques y se aporta bibliografía sobre la colaboración en general (Erickson, Ziemke y Zeidler), con Habeck para la cuestión blindada: http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... =47&t=8345" onclick="window.open(this.href);return false;

-Yuri L. Djakov et al, The Red Army and the Wehrmacht: How the Soviets Militarized Germany, 1922-33, and Paved the Way for Fascism (Prometheus Books, 1995). Todavía no he tenido oportunidad de leer este libro que, al parecer, es una cuenta que bebe de las fuentes soviéticas.

-Hay una breve tesis de Sofiya Radomska, "Soviet-German Relations in the Interwar Period" (Estocolmo, 2006), que se centra en el desarrollo de las circunstancias políticas y diplomáticas que llevaron, primero, al acuerdo de Rapallo (1922) y, después, a la ampliación de ese acuerdo a la esfera militar y armamentista, y que se puede encontrar en el buscador de internet poniendo simplemente el título.

-Finalmente, hay disponible en Googlebooks la lectura completa del libro de Carsten, The Reichswehr and Politics, 1918-1933, que contiene no poca información sobre el asunto:
http://books.google.es/books?id=_g18tl- ... &q&f=false" onclick="window.open(this.href);return false;

Esta historia de las relaciones germano-soviéticas de preguerra (1941), en general, y de la colaboración militar, en particular, es llamativa en varios aspectos. En primer lugar, bajo mi punto de vista, tenemos el draconiano, para los rusos, tratado germano-ruso de Brest-Litovsk de marzo de 1918, el armisticio solicitado por Alemania de noviembre de 1918, la revolución alemana que siguió, la guerra civil rusa, la guerra ruso-polaca y los tratados de paz de Versalles, especialmente el alemán. En esta difícil tesitura interna y externa, el liderazgo político y militar alemán buscó con ahínco, pero en vano, ser un baluarte para los aliados occidentales en su contención y lucha contra el bolchevismo. Este fracaso alemán (y según desde qué perspectiva se contemple, también fracaso occidental) fue el resorte que impulsó el acercamiento germano-soviético que condujo finalmente al Tratado de Rapallo de abril de 1922 y, a partir de entonces, a la muy fructífera colaboración militar secreta entre estos dos países marginados por las potencias vencedoras de la guerra. Con Rapallo, Alemania se convertía en el primer país que reconocía oficialmente a la Unión Soviética; se solventaba el tratado de Brest-Litovsk, se suspendían reclamaciones de reparaciones entre ambos países, se cumplimentaba la repatriación de los prisioneros de guerra y se establecían sustanciosos acuerdos económicos y políticos.

Con dos regímenes políticos tan dispares (uno autoritario, otro democrático), los gobiernos soviético y alemán fueron capaces (y quizás se vieron obligados por las circunstancias políticas externas) de establecer y desarrollar una cooperación económica y militar, fundamentalmente, que sólo se canceló con la llegada de Hitler a la Cancillería del Reich en 1933, que se restablecería más tarde, ya entre dos regímenes autoritarios (aunque aparentemente antagónicos), en el verano de 1939 y se rompería finalmente con la agresión nazi de junio de 1941. Y llama la atención cómo durante 1924-1928, los llamados "años dorados" de la República de Weimar, el liderazgo alemán hizo un virtuoso ejercicio de pragmatismo político al combinar, por una parte, su dependencia para su recuperación y desarrollo económico en la ayuda estadounidense, y, por la otra, su dependencia de la colaboración económico-militar con la URSS para la modernización de su armamento militar y la formación y entrenamiento en el mismo de sus oficiales militares.

En segundo lugar, comparto la opinión de quienes consideran que sin esa colaboración económica-militar entre el Ejército Rojo y el Reichswehr (y, por supuesto, sin el esfuerzo teórico-práctico de los líderes del Reichsheer y del Truppenamt en la organización y entrenamiento de los oficiales y suboficiales del Reichwehr), el objetivo fundamental que se marcó Hitler desde que fue nombrado Canciller, el rearme y expansión del Reichswehr-Wehrmacht, se vería tan dificultado que su consecución no sería posible en muchos años, y en ningún caso para 1939-1940. Claro que también se puede hacer la lectura contraria: sin el apoyo desmedido de Hitler, el Reichswehr seguiría siendo un pequeño ejército profesional, sin importar que fuese el ejército profesional mejor preparado de la época.

En cuanto a cómo afectó esa colaboración militar de entreguerras a la doctrina militar soviética y alemana, tengo para mí que no afectó de forma decisiva. Había una pregunta clave que se hacían todos los teóricos militares de todos los ejércitos y que tenía sus raíces en las experiencias de la IGM, y que formulo de esta manera: ¿cómo conseguir la ruptura táctica de un frente militar y cómo sustentar su posterior explotación operacional? En otras palabras, en el fondo se trataba de especular sobre las posibilidades de evitar una guerra de posiciones en una futura guerra, de indagar en cómo evitar una nueva guerra de trincheras cual fue en su mayor parte el Frente Occidental en la IGM. Y aunque todos los teóricos reconocieron, en mayor o menor grado, el papel que la aplicación de la tecnología, y su desarrollo, al campo militar iba a jugar en una futura guerra -ya estática, ya móvil-, no todos los ejércitos llegaron a las mismas conclusiones, y entre los que llegaron hubo diferencias sustanciales. Y este fue el caso del Ejército Rojo y el Reichswehr-Wehrmacht; por poner unos ejemplos, mientras que la teoría de la "Batalla Profunda" soviética se asemejaba bastante a la teoría de la "guerra de movimiento de armas combinadas" alemana, la teoría de las "Operaciones Profundas" soviética tenía un alcance estratégico que estaba ausente en las guías y manuales de la doctrina militar alemana; y mientras que los alemanes consiguieron con cierto éxito llevar a la práctica de las maniobras muchos de los fundamentos teóricos de su doctrina militar, los soviéticos jamás se acercaron en este terreno al éxito alemán; y, por acabar, a pesar de las ventajas y desventajas, aciertos y desaciertos, semajanzas y diferencias que se quieran establecer entre las doctrinas militares de ambos ejércitos con respecto a la colaboración que se dio entre ellos (y con respecto a cualquier circunstancia posterior), ninguno de los dos resolvió de forma eficaz y sostenible el mayor problema que entrañaba la práctica de una guerra de movimiento/operación profunda: ¿cómo acompañar la infantería de a pie (que en ambos casos constituía el grueso del ejército) con las vanguardias de las formaciones móviles y cómo sostenerlas (logística)?

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Dom May 16, 2021 10:03 am

¡Hola a todos!

Ya han pasado bastantes años desde que se inició este hilo. Me gustaría recuperarlo para realizar unos cuantos comentarios a raíz de mis dos últimas lecturas sobre el tema de la génesis de la cooperación militar entre los ejércitos soviético y alemán de entreguerras.

El trabajo más completo, con diferencia, que he leído sobre el tema centrado en su vertiente militar es el de Manfred Zeidler, Reichswehr und Rote Armee, 1920-1933: Wege und Stationen einer ungewöhnlichen Zusammenarbeit (R. Oldenbourg, 1993). Zeidler también realiza una breve síntesis de su trabajo con su contribución al capítulo titulado "The Strange Allies – Red Army and Reichswehr in the Inter-war Period", en Karl Schlögel (Ed.), Russian-German Special Relations in the Twentieth Century. A Closed Chapter? (Berg, 2006), pp. 99-118.

La otra lectura que me ha resultado muy ilustrativa es el libro de Vasilis Vourkoutiotis, Making Common Cause. German–Soviet Secret Relations, 1919–22 (New York: Palgrave MacMillan, 2007).

Mientras que el trabajo de Zeidler abarca todo el periodo de 1920 a 1933 (aunque comienza haciendo referencias a 1919), su información y análisis se centra fundamental que no exclusivamente en el ámbito militar del tema. En cambio el estudio de Vourkoutiotis se concentra en el ámbito diplomático, político, económico y militar (que afecta a todos los actores europeos y estadounidense) desde 1919 a la firma del Tratado de Rapallo (abril de 1922). Por tanto, una lectura combinada del libro Vourkoutiotis (poco más de 180 páginas, notas incluidas) y de la del capítulo del libro de Zeidler -"II. Die Anbahnungsphase 1920—1922" (pp. 47-65)- proporciona la información más profunda y actualizada que conozco sobre el complejo y cambiante proceso que constituyó la génesis de la cooperación militar entre el Reichswehr de la República de Weimar y el Ejército Rojo de la Unión Soviética durante 1919-1922.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención del referido proceso es cómo lo determinó el contexto político-diplomático que lo acompañó. Desde el mismo final de la IGM en noviembre de 1918, asistimos a dos escenarios (en los dos actores principales de nuestro interés) bien diferenciados.

Por una parte, Rusia se encuentra en plena guerra civil, con los bolcheviques que han tomado el poder combatiendo a los "Blancos" y teniendo que lidiar con los que pronto serán estados bálticos independientes (con los que firmarán tratados) y otras zonas de Rusia, como la Siberia, donde japoneses y estadounidenses (al igual que franceses y británicos del lado de los "Blancos") han entrado en la guerra enviando expediciones militares. Y pronto se verán en guerra con los polacos que han dado el primer paso militar, apoyados por Francia, para intentar recuperar sus fronteras del siglo XVIII.

Por la otra parte, Alemania se encuentra en pleno fervor revolucionario que, derrotado y neutralizado temporalmente desde la mayoría socialista (la parte moderada del SPD) y el ejército (y sus freikorps), da nacimiento a la República de Weimar y al Tratado de Paz de Versalles en medio de una gran indignación política, popular y militar (debido a las cláusulas del mismo, con énfasis en la que los culpa de la guerra y en la de las reparaciones).

En estos años tumultuosos que van desde 1919 a 1922 los intereses del gobierno bolchevique y del gobierno de coalición alemán por una parte y el Reichswehr por la otra (a veces juntos, a veces por separado) cambian conforme cambian las circunstancias que los afectan: a los bolcheviques el desarrollo de la guerra civil rusa y su guerra con Polonia, principalmente; a los alemanes sus esperanzas (finalmente frustradas) de que puedan llegar a un entendimiento favorable con la Entente.

La Rusia de Lenin (que combate contra "Blancos" y polacos) se encuentra marginada, aislada y combatida por las potencias de la Entente. Necesita la ayuda industrial y tecnológica alemana para su esfuerzo de guerra, pero al mismo tiempo coquetea con el apetito británico (que es un socio díscolo de la Entente) para establecer relaciones comerciales y conseguir créditos financieros. La Alemania de Ebert (y Seeckt) necesita de la Rusia de Lenin si fracasan sus intentos con la Entente (que abarcan varios aspectos, pero de los cuales la reducción de la fuerza del ejército es de gran interés para Seeckt y su cuerpo de oficiales).

Con todo, 1919-1922 vive un acercamiento paulatino, aunque inconstante, entre la República de Weimar y la Unión Soviética. A lo largo de esos años se desarrollan multitud de reuniones, viajes y negociaciones entre los representantes diplomáticos, militares y empresariales de estos dos estados denominados "parias". La Entente teme ese acercamiento, sobre todo en su vertiente militar. Se llega así a la firma del Tratado de Rapallo, que es la sanción oficial soviético-alemana de ese acercamiento previo, aunque sólo en el ámbito diplomático, político y económico. Hay rumores entre los socios de la Entente de un protocolo secreto en el Tratado de Rapallo sobre cuestiones militares, pero son falsos rumores que, sin embargo, juegan psicológicamente a favor de Alemania y la URSS. Pero de todas las reuniones, conversaciones y negociaciones secretas anteriores a la firma de este tratado, sólo la Junkers está comprometida en un acuerdo militar soviético-alemán.

Rapallo no significó ningún turning point en el desarrollo de las negociaciones militares soviético-alemanas, esto es ninguna conclusión a las mismas. El acontecimiento que abrió la espita para que esas negociaciones militares llegasen finalmente a buen puerto ocurrió en 1923 con la ocupación francesa del Ruhr como represalia por el incumplimiento alemán del pago de reparaciones. Esto convenció finalmente al gobierno alemán (y a Seeckt) de que la Unión Soviética era la única vía abierta a Alemania para sortear las cláusulas del TdP de Versalles, especialmente en lo tocante al desarrollo armamentístico y tecnológico, seguido más tarde por su aplicación (formación, prácticas, entrenamiento y doctrina). Sin embargo, lo más paradójico del asunto es que esa cooperación militar soviético-alemana se plasmó no bajo los auspicios del Tratado de Rapallo (abril de 1922), sino bajo los del Tratado de Locarno (octubre de 1925) cuando la política exterior de la República de Weimar, bajo la dirección del canciller Gustav Stresemann, había virado hacia occidente (Estados Unidos y Francia). La paradoja tiene su explicación: hasta el acercamiento de Stresemann con occidente, especialmente Estados Unidos, Alemania carecía de capacidad financiera para embarcarse en los proyectos tecnológicos y militares previstos secretamente para su cooperación en la URSS y, por tanto, no eran viables. Tras Locarno y los créditos estadounidenses todo eso cambió. Algo que pone de relieve que la ideología nunca fue un obstáculo para establecer fructíferas relaciones entre Alemania y la Unión Soviética, especialmente en el terreno militar.

En otra ocasión concretaré algunos de los momentos más significativos de este proceso. Por cierto, también añadiré algunos ejemplos de ese periodo que desnudan por completo el mito del "Reichswehr apolítico" que, como su homólogo en la Wehrmacht, dominaría una gran parte del imaginario popular después de la IIGM.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Lun May 17, 2021 9:41 am

¡Hola a todos!

Del periodista de origen austriaco Karl Radek ya he comentado en la introducción de este hilo, hace 15 años, su llegada a Alemania en diciembre de 1918 y su posterior arresto y encarcelamiento en febrero de 1919. Radek era un activista y agitador político, y uno de los principales especialistas de la Rusia soviética en asuntos alemanes. Precisamente por su experiencia en dichos ámbitos, fue enviado a Alemania con la misión de ayudar a los revolucionarios, aunque, según sus memorias, pronto fue consciente de que, a su llegada a Alemania, la revolución había languidecido y era necesario preparar a medio plazo una nueva oleada revolucionaria. Políglota y culto, con acceso a Lenin y a los altos círculos del liderazgo soviético, mano derecha de Trotsky durante las negociaciones del Tratado de Paz de Brest-Litovsk, Radek fue el principal instigador en 1919 para el acercamiento entre alemanes y soviéticos hasta su regreso a la Unión Soviética en enero de 1920.

Cuando se produjo el levantamiento “espartaquista” de enero de 1919 y su fracaso diez días después, Radek estuvo oculto hasta que fue descubierto y arrestado por la policía alemana el 12 de febrero. Sabiendo que era un personaje peligroso en el engranaje de la propaganda revolucionaria y que había sido enviado por la Rusia soviética, pero sin pruebas para demostrarlo, las autoridades alemanas acusaron y encarcelaron a Radek plantando pruebas falsas entre sus posesiones. Al principio Radek fue sometido a un trato bastante duro en su celda de la prisión de Moabit, pero el 1 de agosto de 1919 fue transferido a otra celda mucho más confortable en la que tuvo toda clase de privilegios. El propio Radek llamó a su celda “salón político” en un artículo que publicó unos años después, en octubre de 1926, en Krasnaya Nov bajo el título de “Noviembre”, donde describe sus recuerdos desde el estallido de la revolución alemana en noviembre de 1918 hasta su regreso a Moscú en enero de 1920*.

Es importante subrayar que Radek, durante su estancia en prisión, nunca tuvo contacto con las autoridades soviéticas hasta la llegada de Viktor Kopp a Berlín en noviembre de 1919. Por tanto, su principal papel hasta entonces fue informar y animar a sus visitantes alemanes a iniciar un proceso de acercamiento con el gobierno soviético. Y tras su regreso a Moscú, su papel fue influenciar en la actitud del gobierno soviético hacia los tanteos del gobierno alemán que él había alentado durante su estancia en la prisión de Moabit. Sin embargo, la otra cara de la moneda en el papel de Radek, fue al mismo tiempo su esfuerzo continuado en instigar una segunda ola de revolución en Alemania, actitud que perjudicaba el acercamiento germano-soviético.

El Generalmajor Hans von Seeckt, en 1919 jefe del estado mayor general encubierto (Truppenamt), había estado asignado en Turquía durante la IGM, estableciendo allí una buena relación con Enver Pasha, quien había sido junto con Kemal Ataturk uno de los líderes de los originales “Jóvenes Turcos”, y uno de los arquitectos de los ataques turcos contra los armenios. Destituido como ministro de Guerra por el sultán Mohammed VI a mediados de octubre de 1918 por el colapso de los otomanos ante los aliados, Enver Pasha se exilió en Alemania tras el final de la guerra para escapar de la Entente, que quería juzgarlo por crímenes de guerra. En la primavera de 1919, Seeckt comenzó a indagar discretamente sobre la posibilidad de enviar a Pasha a Moscú, indagaciones que fueron realizadas por oficiales alemanes que visitaron a Radek en su prisión y al propio Pasha, quien a su vez también visitó a Radek.

En su “salón político”, Radek recibió cantidad de visitas de oficiales del ejército que buscaban la posibilidad de establecer una cooperación militar de algún tipo entre Alemania y la Rusia soviética. Uno de ellos fue el coronel Max Bauer, que tenía contactos con el Truppenamt y con el general Ludendorff. Poco antes de su liberación de la prisión, mientras esperaba que se resolviesen los trámites para su regreso a Moscú, Radek fue alojado a principios de diciembre de 1919 en el apartamento de otro de los oficiales del ejército que lo habían visitado en prisión, el barón Eugen von Reibnitz.

Con la marcha de Radek a Rusia en enero de 1920, Viktor Kopp se convirtió en el principal muñidor de las relaciones diplomáticas entre Moscú y Berlín. Como dije anteriormente, Kopp había llegado a Berlín en noviembre de 1919 como representante diplomático semioficial del gobierno soviético. Colega de Trotski, Kopp estuvo centrado desde su llegada en establecer contactos con el ejército, el Ministerio de Exteriores y empresas privadas alemanas para asuntos financieros de cara a conseguir una cooperación soviético-alemana en todos los ámbitos.

Poco después de la marcha de Radek en enero de 1920 y siguiendo el contenido de un memorando de industriales alemanes de fecha 17 de febrero de 1920 que pedía conocer las necesidades y capacidades del mercado ruso como requisito para la entrada general de la industria alemana en ese país, el gobierno alemán decidió en marzo constituir una comisión de 10 hombres para viajar a Moscú y valorar las oportunidades del mercado ruso para la industria alemana. Todo este asunto se lo comunicó a Seeckt el arquitecto gubernamental Victor Prohl mediante una carta de fecha 5 de marzo de 1920. Sin embargo, el Putsch de Kapp de 13 de marzo dejó en suspenso el proyectado viaje de la comisión a Rusia.

El 5 de junio de 1920 el hasta entonces jefe del Truppenamt, Seeckt, fue oficialmente nombrado Jefe del Alto Mando del Ejército (Chef der Heeresleitung) por el presidente Ebert.

*Véase E. H. Carr, Karl Radek y M. Philips Price, Radek's “Political Salon” in Berlin 1919. Soviet Studies, Vol. 3, No. 4 (Apr., 1952), pp. 411-430.

Continuaré con más información en una próxima ocasión.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Mar May 18, 2021 5:04 pm

¡Hola a todos!

El papel crucial de Seeckt en el proceso inicial conducente a la cooperación militar entre la Unión Soviética y la República de Weimar se muestra ya en una carta que el comisario de Exteriores soviético, Chicherin, envió a Kopp el 23 de agosto de 1920, en la que se subraya que cualquier trato con los alemanes en asuntos militares tenía que tener la aprobación de Seeckt, que era quien tenía el poder real para esas cuestiones.

Cabe señalar que todas estas negociaciones entre Kopp y los militares alemanes eran totalmente desconocidas para el Ministerio de Exteriores alemán. El 7 de agosto de 1920 el mayor Wilhelm Schubert, hasta 1918 último plenipotenciario militar de la Alemania Imperial en Petrogrado y Moscú, fue comisionado por el Ministerio de Exteriores para “establecer y mantener contacto con el Ejército ruso desde Prusia del Este”. Al margen de sus propios poderes de negociación, Schubert debía buscar contactos con los comandantes soviéticos y reportar a Exteriores sobre sus instrucciones e intenciones. El 12 de agosto Schubert negoció con el capitán Thomas en Prostken (Prostki) con los jefes de suministros de los ejércitos soviéticos 4º y 15º, que le presentaron una gran lista de suministros, desde locomotoras y automóviles a medicinas y alimentos. También en otros lugares los comandantes y comisionados soviéticos fueron a Prusia del Este para contactar con los representantes de las autoridades alemanas.

Tras el contraataque polaco de 16 de agosto contra las fuerzas de Tukhachevsky, que provocó el llamado “Milagro del Vístula”, Schubert reportó que el éxito polaco, que forzó la retirada de los ejércitos 4º y 15º de Tukhachevsky a territorio de Prusia del Este (y por tanto desarmados e internados por las autoridades alemanas de acuerdo con sus obligaciones de neutralidad), se debió menos a la calidad de las tropas soviéticas que a las decisiones políticas de Moscú y a las ambiciones del joven comandante en jefe Tukhachevsky. El 29 de agosto de 1920 Schubert remitió un informe a Seeckt resumiendo el núcleo de sus experiencias en Prusia del Este sobre el Ejército Rojo. Aquí Schubert subrayó sus dudas sobre la supervivencia del régimen bolchevique mediante apoyo militar externo (alemán), sugiriendo en cambio la idea de “reconstruir Rusia internamente y ayudar a crear bienes y valores económicos”.

El contacto directo con las tropas soviéticas en Prusia del Este dio a Seeckt la oportunidad de llevar a cabo un objetivo que llevaba intentando desde abril de 1919: el envío a Moscú de su viejo amigo y camarada de guerra Enver Pasha. Fue el Rittmeister Ernst Köstring -uno de los más estrechos colaboradores de Seeckt, que había servido bajo su mando en el 7º Ejército Austro-Húngaro durante la IGM y que años más tarde sería enviado como agregado militar a Moscú- quien llevó a Pasha a Prusia del Este a principios de agosto para entregarlo directamente a los soviéticos.

A principios de 1921* Seeckt creó el “Grupo Especial Rusia” (Sondergruppe R[ußland]) de entre sus militares más cercanos para hacerlo responsable de todos los contactos futuros en Moscú. Sondergruppe R reportaba directamente al jefe del Truppenamt, el Generalmajor Wilhelm Heye, y estaba formado en parte por oficiales que ya habían servido con Seeckt cuando éste era jefe del Truppenamt, como los capitanes Herbert Fischer y Fritz Tschunke, el mayor Schubert, el capitán Niedemayer, y, como jefe del grupo, el coronel Otto Hasse, jefe del Departamento del Ejército del Truppenamt (Chef der Heeresabteilung des Truppenamts).

*Esta es la fecha que da Zeidler. Vourkoutiotis dice que se creó en 1920 y se amplió en 1921. Hans W. Gatzke (Russo-German Military Collaboration during the Weimar Republic, en Gatzke (Ed.), European Diplomacy Between Two Wars, 1919-1939. Chicago: Quadrangle Books, 1972, pp. 41-72), también da la fecha de “principios de 1921” (p. 42), informando que en la primavera de ese año comenzaron las conversaciones entre miembros del Reichswehr (Niedermayer, Tschunke, Schubert, Schleicher, Hasse, y ocasionalmente Seeckt) y representantes rusos (Kopp, Krassin, Karakhan, Radek y otros).

Seguiré en otra ocasión.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Jue May 20, 2021 8:59 am

¡Hola a todos!

Kopp informó a su antiguo camarada Trotsky de la existencia del Sondergruppe R dentro del Ministerio de Defensa del Reich, donde ya se había reconsiderado el traslado a Rusia de partes de la industria de armamento alemana y se habían mantenido conversaciones con compañías de la industria pesada.

El 7 de abril de 1921 Kopp reportó en una carta a Trotsky sobre los primeros resultados del trabajo del Sondregruppe R que buscaban “trabajar con nosotros para restaurar nuestra industria de guerra en los tres siguientes ámbitos: construir una fuerza aérea, construir una flota submarina y trabajar en la producción de armamento”. Con este propósito, seguía Kopp, el Sondergruppe negociaba bajo el más estricto secreto con las compañías Blohm & Voss, Albatroswerke y Krupp, las cuales ya estaban preparadas “para proporcionarnos su conocimiento técnico y el equipo necesario”. Kopp terminaba informando a Trotsky que, bajo ese contexto, un miembro del Sondergruppe, Oskar v. Niedemayer viajaría a Moscú bajo el nombre en clave Neumann (a quien Trotsky ya conocía) para hacerse una idea del estado actual de la industria pesada rusa.

Sin embargo, el viaje de Niedemayer se retrasó hasta el verano, y mientras tanto él y Kopp visitaron varias compañías de la industria pesada alemana y concibieron ambiciosos planes para la futura colaboración económica en la Unión Soviética.

El 16 de junio, el director de la Krupp, Otto Wiedfeldt, contactó personalmente con Seeckt y le comunicó sin ambages su escepticismo sobre las ambiciosas ideas de Niedemayer y Kopp. Consideraba que eran proyectos de enormes dimensiones y considerables implicaciones financieras que su compañía no podía afrontar en absoluto por sí misma. Una nueva conversación entre Wiedfeldt y Seeckt varios días después tampoco arrojó resultados concretos.

De las implicaciones financieras de los planes en la Unión Soviética se había hablado poco antes de esas conversaciones entre Wiedfeldt y Seeckt en una reunión a nivel gubernamental celebrada a primeros de junio entre Seeckt, el Canciller Wirth, que también era ministro de Finanzas, el ministro de Defensa Geßler, y Ago v. Maltzan del Ministerior de Exteriores. Preguntado por Wirth, Maltzan declaró su conformidad en cuanto a que la reconstrucción propuesta era de absoluto interés para la política germano-rusa. En cuanto al procedimiento, sugirió que la puesta en práctica de la “política rusa” del Ministerio de Defensa del Reich iba a ser conflictiva durante años entre los militares y los políticos en Berlín porque los representantes de Exteriores en Berlín y Moscú no podían verse involucrados en la implementación de los detalles técnicos del plan, pero al mismo tiempo debían ser informados de todo su desarrrollo.

En consonancia con lo acordado en esta reunión, el Chargé d'Affaires (Encargado de Negocios) alemán en Moscú, Kurt Wiedenfeld, recibió sólo un breve mensaje de Maltzan en septiembre de 1921 informando que los militares alemanes tenían contactos con los rusos allí, pero que “ni nuestro Chargé d'Affaires ni ninguna otra persona del Ministerio de Exteriores debe estar concernida con los detalles”.

El viaje de Niedemayer a Moscú, pospuesto varias veces, se efectuó finalmente en julio y agosto. Acompañado por Viktor Kopp, Lev Karakhan (de la Comisaría de Exteriores soviética) y Gustav Hilger, el representante de la legación alemana en Moscú para el bienestar de los prisioneros de guerra (Leiter der Kriegsgefangenen-Fürsorgestelle in Moskau), Niedemayer visitó los astilleros de Petrogrado y varias fábricas de armamento. Extrajo una impresión desfavorable debido al lamentable estado de las instalaciones y los enormes costes financieros que había que emplear para repararlas.

El 16 de octubre de 1921 Wiedenfeld reportó a Berlín que había sido informado que Niedemayer, alias Neumann, iba a regresar sobre el 20 de octubre, pero que desconocía todavía cuál era su misión.

A finales de septiembre se mantuvieron negociaciones secretas en el apartamento en Berlín del mayor Kurt v. Schleicher entre Krasin y Kopp, por parte soviética, y Hasse, Niedemayer, Tschunke y Schubert, por parte del Sondergruppe R de Seeckt. Se discutieron planes para la cooperación en la industria de armamentos en forma de compañías conjuntas o concesiones.

En noviembre de 1921 el general (Generalmajor en esa fecha) Ludwig Wurtzbacher - jefe de la Oficina de Armamentos del Ejército (Heereswaffenamt), que había entrado a formar parte del Sondergruppe R tras su ampliación)- y el coronel Hasse visitaron (no era la primera vez) en representación de Seeckt la firma Junkers en sus instalaciones de Dessau para intentar llegar a un acuerdo oral bajo el cual la Junkers construiría una fábrica de aviones y motores en Rusia con los medios del Ministerio de Defensa del Reich.

Con todo, en las semas siguientes los soviéticos mostraron que no estaban preparados ara llegar a ningún acuerdo concreto sin que antes pudiesen hablar personalmente con Seeckt. Tras un largo periodo de dudas, Seeckt consintió finalmente en mantener una reunión con Nikolai Krestinsky (llegado a Berlín en noviembre como representante del estado soviético, llegando a ser más tarde embajador soviético en Berlín) el 8 de diciembre de 1921 en el apartamento de Schleicher. Preguntado por Krestinsky sobre cuestiones financieras, Seeckt fue incapaz de dar una respuesta concreta, y comunicó a Krestinsky que las actividades del Sondergruppe R en Rusia tendrían que llevarse a cabo bajo el paraguas de las firmas comerciales alemanas trabajando allí.

Todo este proceso fue seguido con creciente itnterés desde Moscú, y el propio Lenin, en un breve comunicado a Trotsky el 10 de octubre de 1921, describió la idea de una combinación de concesiones militares y económicas como correcta, y pidió que se estudiaran cuidadosamente todas las posibilidades. El 28 de noviembre de 1921 Nikolai Petrovich Gorbynov, de la Comisaría de Exteriores de Chicherin, escribió una carta a Lenin con una lista no oficial de contactos y negociaciones entre ambos países. El primero de la lista era Schlesinger, que había tratado asuntos de prisioneros de guerra antes de convertirse en el “representante no oficial del gobierno alemán y del consorcio capitalista alemán”. Aparentemente se habían concluido acuerdos fechados el 28 de diciembre de 1921 con el Deutsche Bank para proyectos petrolíferos, financiados por el Banco Nacional y una firma alemana “Soblatnik” para alquilar dos fábricas rusas para la producción de aviones y motores (acuerdos que serían firmados el 6 de febrero de 1922). También por esas fechas, finales de noviembre, Kopp escribió directamente a Trotsky para informarle del viaje a Moscú vía Riga de un director de la Junkers, de nombre Saxenberg, y un ingeniero llamado von Bentheim con propósitos comerciales.

En diciembre de 1921 tuvo lugar una reunión en Moscú entre representantes de la Junkers y del Sondergruppe R (entre ellos Hasse), de una parte, y Trotsky y el Jefe del Estado Mayor del Ejército Rojo, Lebedev, donde se discutió la posibilidad de una acción común en caso de una nueva guerra ruso-polaca. El grupo alemán también se reunió en Moscú con Radek, quien reportaría sus impresiones a Chicherin. Esta reunión marcó la vuelta de Radek a los contactos y negociaciones con los alemanes desde la liberación de su prisión en Berlín en enero de 1920. Radek mantendría una reunión con Wiedenfeld el 30 de diciembre de 1921

Hacia finales de 1921 ya no se podía posponer por más tiempo la cuestión financiera que Krestinsky había preguntado a Seeckt, especialmente porque el Canciller Wirth había pasado la cartera de finanzas a su amigo Andreas Hermer a finales de octubre. Sólo cuando se clarificara el marco financiero podía entonces el Sondergruppe R determinar las dimensiones y realizar ofertas específicas a la industria o a los soviéticos. El problema se solucionó con el cambio de año, cuando el entonces director de la Lloyd alemana, Wilhelm Cuno, concedió al coronel Hasse la suma de 150 millones de marcos papel (unos 3 millones de marcos oro) vía Tesoro del Reich.

Seguiré otro día.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Sab May 22, 2021 9:03 am

¡Hola a todos!

En 1922 las relaciones germano-soviéticas dieron como resultado dos acuerdos importantes; el primero, de repercusión internacional, fue el Tratado de Rapallo de 16 de abril -véase https://en.wikipedia.org/wiki/Treaty_of_Rapallo_(1922) -; el segundo, mucho menos conocido y que trataré a continuación, fue el contrato comercial firmado por la Junkers y el gobierno soviético en noviembre.

La idea de que los alemanes construyeran una fábrica para la producción de aviones y motores en territorio ruso para eludir de esta forma las prohibiciones en materia de armamento del Tratado de Paz de Versalles fue esbozada por primera vez por Krasin en marzo de 1921 al director ministerial del Ministerio de Exteriores alemán, Heinz Behrendt.

El primer contacto con la Junkers lo realizó Niedemayer en julio de 1921 por medio de un ingeniero conocido suyo llamado Erich Offermann, un pionero de la aviación. Tras conseguir el interés de la compañía alemana para trabajar en Rusia, durante los meses siguientes las negociaciones se llevaron a cabo con la inclusión de coronel Hasse, el general Wurtzbacher, el director general de la Junkers, Gotthard Sachsenberg, el propio profesor Junkers, Krasin y Kopp.

En noviembre de 1921, Hasse y Wurtzbacher, en representación de Seeckt, visitaron de nuevo la fábrica de Junkers en Dessau para alcanzar un acuerdo verbal con la firma: la Junkers construiría una fábrica de aviones y motores en Rusia para lo cual el Ministerio de Defensa del Reich proporcionaría los fondos. Luego, en diciembre, seguiría la visita a Moscú de un equipo mixto del Sondergruppe R y la Junkers, a la cual ya me he referido en mi intervención anterior.

Ante la insistencia del propio Trotsky (entonces Comisario de Guerra) sobre los detalles de la inversión financiera y de los precios estimados para la producción de aviones, los negociadores alemanes remitieron una oferta escrita el 6 de febrero de 1922. Los representantes de la Junkers acordaban invertir un total de mil millones de marcos papel (unos 21 millones de marcos oro al cambio de la época), la mitad del importe en efectivo, para la producción de 100 aviones mensuales. El plan para el inicio de la producción iba a depender de las instalaciones de producción que proporcionara el gobierno soviético. A tal fin se consideró por ambas partes utilizar las antiguas instalaciones de la Aviación Ruso-Báltica de Fili, un suburbio de Moscú, que el departamento blindado soviético estaba usando como talleres de reparación.

El 15 de marzo de 1922 el Sondergruppe R y la Junkers de Dessau firmaron un contrato preliminar en Berlín. El documento fue firmado por Niedemayer y Sachsenberg (con las alias de Neumann y Sigisfeld) en presencia del coronel Hasse y el profesor Junkers para la inmediata construcción de aviones en Rusia, para lo cual el Sondergruppe R debía pagar 40 millones de marcos papel y poner a su disposición otros 100 millones como capital de trabajo, una vez se alcanzase el correspondiente contrato con el gobierno soviético. La Junkers debía proporcionar su experiencia técnica y tener en cuenta los deseos del Sondergruppe R en cuanto al diseño, investigación y entrega de los aviones.

Las negociaciones entre la Junkers y el gobierno soviético comenzaron en abril, liderándolas por parte soviética el jefe de la inspección de aviación civil, Ivan Petersky, alcanzando ambas partes un acuerdo para una concesión. Entre finales de marzo y mediados de agosto, el Sondergruppe R transfirió la cantidad acordada el 15 de marzo de 140 millones de marcos papel a la compañía de Dessau, quien por vuelta presentó a los militares alemanes a principios de julio los primeros cálculos de costes para la propiedad de la concesión de Fili. Asumiendo una producción mensual de 100 aviones y 260 motores, se requería al menos una inversión de 4,7 millones de rublos oro, esto es aproximadamente unos 10 millones de marcos oro.

A principios de julio llegaron a Berlín dos enviados soviéticos para conducir las conversaciones de la agencia comercial soviética con los representantes de la Junkers en torno al acuerdo de concesión: Arkadij Rozengol'c, cuñado de Trotsky y por entonces destacado empleado de la comisión de finanzas, y Georgij Linno, jefe del comité científico-técnico de la fuerza aérea soviética (NTK).

Como resultado de estas negociaciones se redujo el volumen del programa de producción de 1.200 a 300 aviones por año, pero hubo grandes diferencias en cuestiones de costes, tasas financieras, garantías de ventas, distribución fabril de la producción y suministro de materiales.

El 11 de agosto de 1922 el capitán Fischer viajó a Moscú bajo el alias de Frank para sustituir a Tschunke (alias Teichmann), que había regresado a Alemania como representante del Sondergruppe R para defender los intereses del Ministerio de Defensa en la ronda de negociaciones en curso en Berlín. También Wilhelm Schubert regresó a Alemania para entrar a formar parte del servicio de la compañía de Dessau.

Las diferencias y dificultades para el acuerdo entre el gobierno soviético y la Junkers no se comenzaron a resolver hasta finales de octubre, teniendo que retirar ambas partes algunas de sus exigencias. La decisión final se alcanzó el 4 de noviembre de 1922 en una reunión del comité principal para la concesión. Pero hubo que esperar todavía tres semanas para llegar a la firma el 26 de noviembre de 1922 de tres contratos individuales entre el gobierno soviético y la Junkers. El más importante de los tres era el Contrato de Concesión.

Tras esta firma, la Junkers tomó posesión de la fábrica de Fili con todas sus instalaciones y equipamiento (una superficie de unas 110 hectáreas), con la concesión de la propiedad por una duración de 30 años. También se hacía con la instalación aérea Ruso-Báltica de Petrogrado sólo para la producción de hidroaviones, y un gran edificio en Moscú para el alojamiento de al menos 150 empleados.

Por su parte, la Junkers se comprometía a estar dispuesta al año de la firma del contrato a producir 300 aviones por año, incluyendo la suficiente cantidad de motores. La producción en serie de aviones debía comenzar no más tarde del 1 de octubre de 1923, y la de motores no más tarde de 24 meses una vez se hubiese confirmado el contrato. La Junkers se comprometía también a suministrar el material de aluminio.

Por su parte, el gobierno soviético prometió a la Junkers unos pedidos anuales de al menos 150 aviones e igual cantidad de motores.

Los otros dos contratos individuales eran para el establecimiento de una línea aérea de Suecia a Persia a través de territorio soviético y una concesión de observación aérea para la firma de Dessau.

Los tres contratos entraron en vigor el 28 de febrero de 1923 al ser ratificados ese mismo día por el Consejo de los Comisarios del Pueblo de la Unión Soviética.

El contrato de suministro asociado con la concesión de la producción se firmó el 4 de diciembre de 1922, con un pedido inicial del gobierno soviético de 100 aviones para su fuerza aérea. Eran cuatro tipos diferentes de aviones a un coste individual de entre 20.000 y 24.000 rublos.

El retirado mayor Wilhelm Schubert tomó la dirección de la planta de Fili para la Junkers el 1 de febrero de 1923, alojándose en un gran edificio residencial en el 32 de la Petrograder Chaussee, al noroeste de Moscú, como centro de dirección y administración.

Más en otra ocasión.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9911
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Génesis cooperación Reichswehr/Ejército Rojo

Mensaje por José Luis » Lun May 24, 2021 9:28 am

¡Hola a todos!

Alemanes y soviéticos (Rathenau y Chicherin, respectivamente) firmaron el Tratado de Rapallo de 16 de abril de 1922 mientras tenía lugar la conferencia que la Sociedad de Naciones había convocado en Génova para establecer un nuevo marco comercial y financiero, y con el objetivo de formar un frente común contra la Unión Soviética sobre el asunto de las antiguas deudas del gobierno zarista y acabar el aislamiento económico. Por tanto, la noticia del Tratado de Rapallo sobre la normalización de las relaciones políticas y económicas de ambos países tuvo un gran impacto en el nuevo sistema europeo e internacional que se estableció en la Conferencia de Génova (ciudad de donde las delegaciones soviética y alemana se retiraron a la ciudad de Rapallo para sentar tranquilamente las cláusulas de su tratado) entre el 10 de abril y el 19 de mayo de 1922. Impacto que, sobre todo, fue acrecentado por los rumores sobre un protocolo militar secreto que acompañaba el tratado germano-soviético.

Al establecer relaciones diplomáticas formales entre Alemania y la Unión Soviética (entonces todavía denominada oficialmente República Socialista Federativa Soviética de Rusia), Rapallo significaba que la conducción de esas relaciones por parte alemana le correspondía encabezarlas al Ministerio de Exteriores. El nombramiento del antiguo ministro de Exteriores Ulrich Graf v. Brockdorff-Rantzau como primer embajador alemán con el recién reconocido estado ruso trajo consigo una confrontación con Hans von Seeckt, quien pretendía que las relaciones del Ministerio de Defensa del Reich con los soviéticos fuesen del entero y exclusivo dominio de los militares, es decir de él.

En un memorando de cinco páginas fechado el 12 de abril de 1922, mientras tenía lugar la Conferencia de Génova, Brockdorff-Rantzau perfiló su posición respecto a la Rusia Soviética. Declaró que Rusia tenía interés en mantener buenas relaciones con las potencias de la Entente de cara a mantener su seguridad externa, pero en cuanto a su seguridad interna -agravada por la hambruna y la escasez de alimentos- también le interesaba una relación comercial con Alemania para la supervivencia del régimen. Brockdorff-Rantzau se extendía sobre las implicaciones de esta relación en la diplomacia europea, pero de asuntos militares no mencionó una sola palabra.

Cuando Brockdorff-Rantzau, tras Rapallo, fue propuesto formalmente el 24 de julio de 1922 por el Canciller Wirth, con el apoyo del Presidente Ebert, para embajador alemán en Rusia, Seeckt intentó evitarlo recurriendo a toda clase de artimañas tendentes a desprestigiarlo políticamente. Llegó a escribir incluso al Canciller Wirth protestando enérgicamente contra el nombramiento de Brockdorff-Rantzau, alegando que era un antipatriota que había claudicado en Versalles. Esta acusación era completamente falsa porque en mayo de 1919 el conde, antes que romper su propio sentido del honor, se había negado a firmar el tratado con los aliados, regresando a Berlín en medio de amenazas de guerra.

Una semana después de recibir su propuesta como embajador en Moscú, el conde se enteró por vez primera vez, a través del Canciller Wirth, de los contactos secretos de los militares en Rusia. Mostró su asombro e indignación de que todo eso se hubiera hecho a espaldas del Presidente Ebert. A esto se unía la animosidad personal existente entre el conde y Seeckt desde los días del Tratado de Paz de Versalles.

Unas notas que Brockdorff-Rantzau escribió el 1 de agosto de 1922 sobre una conversación que tuvo con el Canciller Wirth presentan lo que pensaba sobre la forma en que debían llevarse a cabo las relaciones con Rusia. Dijo a Wirth que, como embajador, no llevaría a cabo ninguna política de la que el Presidente del Reich no estuviese informado, y que hablaría con Ebert al respecto. Wirth le pidió insistentemente que no lo hiciera, a lo que el conde le respondió que, tal como le había informado con anterioridad, sólo aceptaría su nombramiento de embajador en Moscú bajo el marco de un entendimiento entre el Presidente del Reich, el Canciller del Reich y él mismo. Era una condición innegociable para el conde. Si Wirth quería que los militares actuasen por su cuenta en Rusia, entonces el conde no aceptaría el puesto de embajador.

Unas semanas mas tarde, el 15 de agosto, el conde escribió su famosa "Promemoria" al Canciller y al Presidente del Reich, en la que advertía contra los lazos militares con la Unión Soviética, pues ello ofrecería a los soviéticos un medio de extorsión militar, y sería un obstáculo de cara a la política de aproximación alemana hacia Inglaterra.

Unos días después, el 26 de agosto, el conde escribió que sus sospechas sobre la conducta de Seeckt se habían visto confirmadas por un oficial militar colega (capitán Lohmann), y que se había enterado de que Seeckt ya había intentado abrir contacto con Trotsky.

A principios de septiembre de 1922, Brockdorff-Rantzau consiguió finalmente, de sus propias fuentes, hacerse una composición de lugar de lo que hasta entonces había tenido lugar entre los militares alemanes y los soviéticos. Puso sus descubrimientos en conocimiento del ministro de Exteriores, informándole que los militares ya habían entrado en negociaciones directas con Trotsky desde 1920, y que se habían concedido 100 millones de marcos o más de fondos en negro al alto mando del ejército para la construcción de aviones y fábricas de armamentos en los Urales.

El 7 de septiembre Brockdorff-Rantzau se dirigió a Wirth con toda la información que había obtenido y le presentó sus condiciones para asumir el puesto de embajador en Moscú. Quería garantías inequívocas de que los militares no emprenderían ninguna acción "oficial o extraoficial, directa o indirectamente" de la que él mismo no hubiese sido informado en detalle. Exigía igualmente que se informase al Presidente Ebert de todas las actividades que los militares alemanes habían realizado previamente en Rusia, y una clarificación de su propia relación personal con Seeckt.

El 11 de septiembre Seeckt dirigió al Canciller Wirth su respuesta sobre la "Promemoria" del conde. Declaró que sus objetivos político-militares con respecto a Moscú tenían un doble propósito: fortalecer económica y políticamente a los soviéticos en el ámbito militar para indirectamente fortalecer al ejército y la industria de armamentos alemana. Todo esto se haría a través de compañías privadas que seguirían las instrucciones del Ministerio de Defensa del Reich. En cuanto a las peticiones rusas para un apoyo en el ámbito técnico-militar, en tanto en cuanto fuese beneficioso, se concederían en términos de material y personal. En su conjunto, Seeckt defendía rotundamente la independencia y libertad de acción de los militares vis-à-vis políticos y diplomáticos: "En todas estas medidas, algunas de las cuales sólo se acaban de introducir, la participación e incluso el conocimiento oficial del gobierno alemán queda completamente excluida. Los detalles de las negociaciones sólo son posibles a través de las agencias militares".

Al final, Brockdorff-Rantzau fue ganando esta partida con Seeckt, especialmente gracias al apoyo del Presidente Ebert. La última jugada de Seeckt fue intentar que Moscú rechazara al conde como embajador, para lo cual el coronel Hasse sondeó a Chicherin el 18 de septiembre. Chicherin rechazó la propuesta con indignación. Unas semanas después, el 17 de octubre, el periódico socialdemócrata Vorwärts publicó en titulares la noticia de la existencia de un gobierno militar subsidiario con la interferencia de Seeckt en la política.

El conflicto entre Brockdorff-Rantzau y Seeckt había llegado a un punto en el que el Ministerio de Defensa del Reich ya tenía claro que ya no se podía evitar por más tiempo mediante intrigas y maniobras tácticas la confirmación de Brockdorff-Rantzau como embajador alemán en Rusia. En la segunda mitad de octubre se mantuvo una reunión entre el Canciller Wirth, el ministro de Defensa Gessler, el almirante Behncke y Brockdorff-Rantzau en la que se disiparon las reservas del liderazgo del Reichsheer (Seeckt) de manera aceptable para el conde, si bien habría de pasar mucho tiempo para una reconciliación entre Seeckt y el conde.

El 6 de noviembre de 1922, Brockdorff-Rantzau presentó sus credenciales como embajador en Moscú al entonces jefe de estado Mikhail Ivanovich Kalinin, quien le dio la bienvenida en una breve alocución como "el embajador de la amiga república alemana". Una semana más tarde cayó el gabinete Wirth y el 22 de noviembre el antiguo director general de la Hapag, Wilhelm Cuno, formó un gabinete económico sin mayoría parlamentaria. Al día siguiente Seeckt informó a Cuno de sus contactos militares en Rusia, y el ministro de Defensa Gessler encargó al jefe del Truppenamt la conducción de la "Política Rusa" del Ministerio de Defensa.

Hasta una próxima ocasión.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Responder

Volver a “Temas generales”

TEST