¡Hola a todos!
Martin Niemöller escribió:
Cuando permitió la relación entre Geli y Maurice (incluso tenian la aprobación para casarse despuees de 1933) -por ejemplo- puso como condición que nunca estuvieran solos.
Además, es obvio que Geli sentía un profundo rechazo hacia las prácticas sexuales de Hitler y también es muy probable que quisiera cortar definitivamente la relación con él, por ejemplo, viajando a Viena, lo cual Hitler no estaría dispuesto a permitir ya que Geli sabía demasiado, y además, no era fiable (excepto, quiza, que estuviera csada con alguien de su absoluta confianza, como Maurice).
Ahora mismo yo no recuerdo haber leído en ninguna fuente que Hitler permitiera jamás una relación, de pareja se entiende, entre Maurice y Geli, y mucho menos que les permitiera contraer matrimonio. Todo lo contrario, cuando Hitler se enteró de la relación, estuvo a punto de pegarle un tiro a Maurice. Aquí será conveniente, pues, trazar un poco la historia de esta relación, para lo que voy a usar el libro de Anna Marie Sigmund,
Women of the Third Reich (Ontario: NDE Publishing, 2000), publicado originalmente en Austria (Verlag Carl Ueberreuter, 1998) como
Die Frauen der Nazis.
La relación amorosa entre Maurice (1897-1979) y Geli parece que surgió poco después de que Maurice saliera de la cárcel de Landsberg.
Sigmund dice que Geli, tras conseguir el bachiller el 24 de junio de 1927 en Linz, se trasladó a Munich en el otoño de ese mismo año para estudiar, malamente, medicina, aunque seguramente fue una excusa para estar cerca de Maurice, a quien Geli conocía desde hacía “muchos años” como chófer y ayudante de su tío (fue chófer regularmente entre 1921 y 1927). En el verano de 1926, dice Sigmund, la amistad de esta pareja se había convertido en amor. Y cita un comentario de esa época de Goebbels, quien anotó en su diario: “Maurice está aquí. Me habla de su infeliz amor” (p. 130).
Hitler, cuenta Sigmund, no tenía idea de la relación entre ambos, y aun actuaba como casamentero, animando a Maurice a que se casara. Este, interpretando mal a Hitler, siguió su consejo y le pidió a Geli que fuera su esposa, propuesta que ella aceptó. Luego le pidió la mano de Geli a Hitler y éste montó en cólera:
[Hitler, who had no idea of Maurice's intentions, often acted as matchmaker and didn't spared “Maurizl” from questions as to when the latter planned to get married, saying, “When you marry, I'm coming by for dinner every day.” Wrongly assuming that he was being encouraged, the loyal Maurice acted shortly before Christmas in 1927. “I complied with his wish and asked Geli -only she mattered to me- to become my wife...and she gladly accepted.” Then he asked her uncle for Geli's hand. A terrible scene followed and Hitler harangued the baffled Maurice with reproaches and threats.”] (131).
Sigmund reproduce parte de cartas de amor de Geli a Maurice (y fotografías de las mismas) y cuenta que Hess les prohibió que se encontraran a escondidas y les convenció para que “mantuvieran su amor en secreto”. Pero Hitler quería poner fin al asunto cuanto antes, y a finales de 1927 lo despidió como chófer y de su círculo íntimo. Maurice, por su parte, creía que Hitler estaba enamorado de Geli y que el motivo de su despido habían sido los celos. Sigmund dice que esta ruptura entre Hitler y Maurice no rompió la relación de Geli y Hitler; antes al contrario, Geli se convirtió en una especie de escolta permanente de Hitler desde principios de 1928. En el verano de este año, Hitler se llevó de vacaciones a Geli, su madre y Goebbels, no habiendo nunca mención alguna de Maurice. Pero, en privado, el
affair parecía que no se había acabado. Había rumores; Goebbels, tras hablar con un líder regional (Karl Kaufmann), anotó en su diario: “Me cuenta locuras del jefe [Hitler]. Él y su sobrina Geli y Maurice. La tragedia de las mujeres....”.
Pero Maurice, según Sigmund, no pudiendo rivalizar con Hitler, desistió. Demandó a Hitler, ganó y se dedicó a la venta de equipo eléctrico.
A finales de 1928, Hitler se mudó al fatídico apartamento de la tercera planta en el 16 de la Prinzregentenplatz de Munich. El apartamento tenía dos suites independientes con nueve habitaciones en total. El 5 de octubre de 1929 Geli se fue a vivir a ese apartamento.
A tenor de lo anterior, es dable pensar que la relación de Maurice y Geli se acabó para siempre en algún momento de la primera mitad de 1928, tres años antes de que se produjera la misteriosa muerte de Geli. Si Geli tenía un amante en 1931, como se dice, es muy poco probable que fuera Maurice, que por otra parte vivía en Munich y no en Viena, adonde quería ir Geli. Además, de seguir viéndose Geli y Maurice tras el despido de éste, raro sería que no se descubriese y trascendiese al círculo de Hitler (y al propio Hitler). Teniendo en cuenta la futura carrera de Maurice cuando los nazis llegaron al poder, es impensable que Hitler lo aceptara y lo defendiera como lo hizo si éste lo hubiera previamente traicionado.
Por otra parte, Sigmund nos aclara el problema horario del que hemos hablado anteriormente con el testimonio de la Fischbauer, quien declaró: “A las dos de la tarde, el 19 de septiembre de 1931, lavé y vestí el cuerpo en el apartamento....”. A las dos de la tarde, no entre las 11 y las 12 como dice Dean. Quien trasladó el cuerpo de Geli entre las 11 y las 12, pero del domingo 20 de septiembre de 1931, fue Rosina Zweckl, que fue quien dijo que tenía el rostro muy azul (p. 141).
Michael Dean utiliza como fuente para lo de arriba a la misma autora, pero su
Des Führers bester Freund. Desconozco si es un error de Dean (la confusión de los testimonios) o si hay una contradicción entre los dos libros de la Sigmund.
Sigmund descarta todas las teorías (de las diferentes variantes de la muerte de Geli) como rumores faltos de pruebas, pero no deja de comprenderlas dadas las anomalías del caso.
Saludos cordiales
JL