Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Jue Sep 30, 2010 1:38 pm

¡Hola a todos!

El mariscal Tukhachevsky, bajo órdenes de Stalin, fue arrestado en mayo de 1937, sentenciado y ejecutado en el mes siguiente. Más tarde y siguiendo igualmente órdenes de Stalin, fueron eliminados sus dos hermanos, Aleksandr y Nikolay, y su esposa Nina Yevgenyevna. Tres hermanas suyas fueron exiliadas a campos, y su hija, entonces todavía una joven, fue arrestada cuando cumplió su mayoría de edad. Finalmente, su madre y su hermana Sofía murieron en el exilio (1).

El caso de Tukhachevsky ha dado pie a numerosas teorías y especulaciones. Aquí voy a centrarme en exponer las tres teorías principales que pretenden explicar las circunstancias ocultas tras ese suceso (la ejecución de Tukhachevsky y otros militares) que en su época causó auténtica sensación mundial en los círculos políticos y militares. La teoría más famosa es la que trata de explicar el arresto de Tukhachevsky como resultado de la información que el presidente de la república checoslovaca, Benes, proporcionó a Stalin en 1937, información que, supuestamente, era una falsificación promovida por Heydrich (y Hitler) y filtrada a Praga a través de agentes alemanes. Ya la explicaré en detalle, pero ahora basta señalar que la segunda teoría pretende demostrar que todo el asunto anterior de Praga-Berlín había sido orquestado, en realidad, por Stalin (que habría conseguido manipular, de este modo, a Hitler-Heydrich-Benes) y que Stalin, y aquí se fundamenta esta teoría, ya había decidido seis o siete meses antes de la filtración de Heydrich/recepción y envío de Benes, eliminar a Tukhachevsky y otros altos militares de la vieja guardia bolchevique. La tercera teoría, cuyo orden aquí nada tiene que ver con su importancia, es la más sensacional de todas y explica que una conspiración de altos militares encabezada por Tukhachevsky planearon arrestar/asesinar a Stalin cuando tuvieron conocimiento cierto de que el "Jefe" había sido un agente de la Policía Secreta Zarista (Okrana) antes de la Revolución de Octubre de 1917.

Empezaré por exponer esta tercera teoría para que quienes la lean puedan juzgar su plausibilidad y sacar sus conclusiones. Después continuaré con la segunda y finalmente con la primera. Esto llevará un poco de tiempo y varios mensajes, pero creo que merecerá la pena y será de interés para el foro.

Para exponer la teoría (y sus pruebas) que presenta a Stalin como un agente y espía al servicio de la Okrana durante los años previos a la Revolución de Octubre de 1917 y a Tukhachevsky como conspirador para asesinar a Stalin, resumiré la cuenta de las dos fuentes más importantes, hasta donde yo conozco, que han tratado este tema en cierta profundidad. Primero, esta tarde, resumiré la historia que Alexander Orlov cuenta en sus memorias y luego, en otra intervención futura, haré lo mismo con la más detallada exposición de Roman Brackman.

(1) "Prague and Military Conspiracy Case", Soviet Union Military History Journal, No. 10, October (1988), p. 28.

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Mensaje por José Luis » Jue Sep 30, 2010 4:09 pm

La cuenta de Orlov

Las memorias de Alexander Orlov fueron publicadas en inglés por primera vez en 2004 por la editorial británica St Ermin's Press bajo el título The March of Time: Reminiscences. Luego hablaremos un poco de Orlov, pero primero vamos a resumir su historia sobre el “Caso Tukhachevsky” que se relata en las pp. 387-397 del Apéndice II del libro (“Josef Stalin”), pp. 385-404.

En septiembre de 1936, el Politburó envió a Alexander Orlov a España como asesor para el gobierno republicano en operaciones de contra-inteligencia y organización de la guerra de guerrillas tras las líneas enemigas. En uno de sus viajes al frente, Orlov tuvo un accidente de coche a resultas del cual fracturó varias vértebras y fue enviado a un hospital republicano hasta que, a mediados de enero de 1937, fue trasladado a París a la clínica del profesor Bergère, donde permaneció hospitalizado durante un mes.

Durante su convalecencia en esa clínica, Orlov recibió la visita de un primo suyo, e íntimo amigo, llamado Zinovy Borisovich Katsnelson. Zinovy era miembro del Comité Central del Partido Comunista de Ucrania y jefe suplente del NKVD de toda esa región. Tenía buenas relaciones con Stanislav Kossior, miembro del Politburó, y a principios de la década de 1920 había sido ayudante del jefe de la Cheka, Felix Dzerzhinsky, con quien solía pasar los fines de semana en la casa de este último, encontrándose allí no pocas veces al propio Stalin.

Zinovy llegó a la clínica acompañado de Smirnov, el Rezident del NKVD en Francia. Zinovy contó a Orlov que Yezhov, el nuevo jefe del NKVD, lo acababa de transferir de Ucrania a Moscú, y que lo había enviado a Francia para reunirse con dos importantes agentes soviéticos. Los tres hombres continuaron hablando de asuntos triviales hasta que Smirnov se marchó. Entonces, con rostro serio, Zinovy contó a su primo una historia asombrosa.

Cuando Stalin había arreglado con Yagoda, entonces jefe del NKVD, los preparativos del primer juicio de Moscú (purgas), hizo una sugerencia que Yagoda interpretó como una orden. Sería útil, explicó Stalin, si el NKVD pudiera encontrar algún tipo de prueba que comprometiera a la vieja guardia bolchevique que iba a ser juzgada (eliminada) como agentes de la Okrana (la policía secreta zarista) antes de la Revolución.

Lo que en realidad estaba proponiendo Stalin, según Orlov, era la falsificación de esa “prueba documental”, algo que entonces era rutinario en la maquinaria del NKVD. Pero Yagoda consideró que era demasiado peligroso falsificar documentos para un juicio público que seguramente iba a tener repercusiones en la prensa a nivel mundial, pues el engaño algún día sería descubierto. Por ello decidió usar otro método consistente en encontrar a un antiguo oficial de la Okrana que hubiera sobrevivido a la Revolución para que declarara (falsamente) contra los acusados, testificando que habían sido agents-provocateurs antes de 1917. A los acusados se les sacaría previamente, mediante tortura, una confesión confirmando esa acusación, y, de esta forma, en el juicio las dos partes -testigo y acusados- confirmarían que estos supuestos líderes revolucionarios habían sido, en realidad, espías de la Okrana, el más horrendo crimen que podía concebir la mentalidad soviética.

Sin embargo, resultó difícil encontrar a un antiguo oficial de la Okrana, pues muchos habían sido asesinados durante la Revolución y los que la sobrevivieron, o huyeron al extranjero o consiguieron nuevos documentos de identidad y vivían desconocidos en provincias. Yagoda recurrió a buscar entre los archivos de la Okrana algún indicio sobre el destino de cualquiera de sus oficiales que permaneciera vivo. Asignó esta tarea a un oficial llamado Stein, que era ayudante-jefe del Departamento Político-Secreto del NVKD y que estaba a cargo de los interrogatorios y preparativos técnicos del juicio en ciernes. Los voluminosos archivos de la Okrana se hallaban distribuidos por muchas ciudades, con una gran parte en Leningrado. Pero una gran colección estaba almacenada desde los primeros años del régimen soviético en una de las oficinas ocupadas por el predecesor de Yagoda, el difunto Vyacheslav Menzhinsky. Se llevaron esos archivos a la oficina de Stein, y éste comenzó a buscar pistas sobre el posible paradero de un oficial vivo de la Okrana.

Fue en esta búsqueda que Stein encontró un expediente con los documentos del antiguo director-suplente de la Okrana, Vissarionov. Al examinar este expediente, Stein halló un cuestionario con una pequeña foto de un joven Stalin adjuntada. Al examinarlo con más atención, un Stein asombrado y atemorizado comprobó que, según demostraba el cuestionario, Stalin había sido un agent-provocateur de la Okrana. Había informes y cartas manuscritos de Stalin, cuya escritura tan familiar le resultaba a Stein, dirigidos a Vissarionov. También había documentos relacionados con otro importante agente de la Okrana dentro del Partido Bolchevique, Roman Malinovsky.

Durante varios días Stein mantuvo oculto este descubrimiento en su oficina mientras que decidía qué hacer con semejante bomba. Finalmente decidió volar a Kiev con el expediente y compartir el secreto con su antiguo superior en el NKVD y amigo más íntimo, V. Balitsky, a la sazón miembro del Politburó del Partido en Ucrania y miembro del Comité Central del Partido Comunista de la URSS. Balitsky también era el jefe del NKVD en Ucrania, y su suplente e íntimo amigo desde los días de la Revolución era Zinovy Katsnelson, el primo de Orlov. Cuando murió Menzhinsky, jefe del NKVD, algunos miembros del Politburó intentaron persuadir a Stalin para que nombrase a Balitsky como nuevo jefe, pero Stalin eligió a Yagoda.

Cuando Balitsky examinó el expediente que le entregó Stein, llamó a Zinovy y juntos se aseguraron de que los documentos eran genuinos. Tras concluir que no había duda alguna sobre su autenticidad y, en consecuencia, que Stalin había sido un agente de la Okrana en 1912, en la primera parte de 1913 y posiblemente desde mucho antes (aquí Orlov se extiende sobre las actividades de Malinovsky-Stalin como agentes de la Okrana, pero ya escribiré sobre esto más adelante), Balitsky y Zinovy decidieron enterar del asunto a dos buenos y poderosos amigos de Ucrania, el general I. E. Yakir (comandante en jefe de las fuerzas armadas en Ucrania) y el ya citado Stanislav Kossior.

Yakir voló a Moscú y conferenció con su amigo el mariscal Tukhachevsky, entonces comandante en jefe del Ejército Rojo y nada bien avenido con Stalin desde la época de sus diferencias y controversias por la campaña polaca de 1920. Tukhachevsky enteró del asunto a Yan Gamarnik, Comisario Suplente de Defensa.

Estos militares (Zinovy sólo citó cuatro nombres a su primo Orlov: Tukhachevsky, Garmanik, Yakir y Putna) pusieron en marcha una conspiración para derrocar a Stalin. Más tarde, cuando la conspiración se dio a conocer públicamente, los militares arrestados fueron ocho. Orlov dice que no debería haber duda alguna sobre el hecho principal: “que había una conspiración encabezada por el mariscal Tukhachevsky para acabar con el reinado de Stalin”. El cargo que posteriormente se les imputó como espías en connivencia con la Alemania nazi fue una invención completa de Stalin. Según Orlov, el súbito conocimiento de que el tirano y asesino Stalin ni tan siquiera fue un revolucionario genuino sino un impostor, una creación de la policía secreta zarista, impulsó a los conspiradores a la acción. El esquema que pretendía Tukhachevsky, según cuenta Orlov, era persuadir bajo un pretexto plausible a Voroshilov, el Comisario de Defensa, para que solicitara de Stalin una reunión de máximo nivel para conferenciar sobre asuntos militares. Tukhachevsky y los otros conspiradores asistirían acompañados de personal de su confianza y, a una hora o señal dada, dos regimientos de élite del Ejército Rojo tomarían las principales rutas de acceso al Kremlin para bloquear la entrada a tropas del NKVD. En ese mismo momento, los conspiradores anunciarían a Stalin que quedaba arrestado. Tukhachevsky estaba convencido de que el coup se ejecutaría dentro del Kremlin sin disturbios.

En cuanto a lo que tenían pensado hacer con Stalin, había dos opiniones según contó Zinovy a Orlov. Tukhachevsky y otros generales categóricamente querían matar a Stalin, tras lo cual debía convocarse una sesión plenaria del Comité Central del Partido para mostrar el expediente policial de Stalin. En cambio, Kossior, Balitsky, Zinovy y otros preferían llevar a Stalin ante la sesión plenaria para confrontarlo con los cargos sobre su pasado policial.

Ésta es, en lo sustancial, la historia que cuenta Orlov en sus memorias. ¿Quién era este personaje?

Según Phillip Knightley, editor y autor de la introducción del libro, Alexander Orlov fue el nom de guerre que Leiba Lazarevich Feldbin (1895-1973) usó por vez primera en 1936 cuando se convirtió en el jefe operacional del NKVD en la España republicana durante los inicios de la Guerra Civil. La vida de este personaje es prolija para dar cuenta de ella aquí, pero lo que nos interesa saber es que cuando Stalin decidió asesinarlo o secuestrarlo (posiblemente mediante agentes del NKVD enviados a Francia), durante las purgas de 1938, Orlov cogió a su mujer e hija y huyó a Canadá, cruzó la frontera hacia Estados Unidos usando su pasaporte diplomático y pidió asilo político a las autoridades de inmigración (INS) en Washington. El INS le concedió el asilo político (sin comunicarlo al FBI) y durante los siguientes quince años anduvo por Estados Unidos usando varios nombres hasta que en 1953 publicó su The Secret History of Stalin's Crimes, un libro que entonces causó sensación. El FBI lo interrogó y Orlov declaró ante el Comité de Seguridad Interna del Senado. El gobierno concedió a Orlov y su mujer (su hija había muerto) la residencia permanente. Con 60 años de edad, Orlov comenzó a preparar su autobiografía, que tituló March of Time: Reminiscences, aunque no vivió lo suficiente para verla publicadas, pues murió de un ataque cardíaco en abril de 1973.

Por su parte, Edward P. Gazur, agente especial retirado del FBI, albacea de Orlov y autor del prólogo del libro, informa que el general Orlov llamó su atención por vez primera en abril de 1953, cuando este último publicó varios artículos en la revista Life dando cuenta de las atrocidades que Stalin cometió contra su propio pueblo. The Secret History of Stalin's Crimes fue publicada inmediatamente después de esos artículos. En uno de los cursos avanzados sobre espionaje a los que asistió, Gazur volvió a encontrar el nombre del general Orlov, junto con los de otros desertores y agentes dobles que entonces estaban siendo utilizados por el FBI contra la KGB. Finalmente, Gazur se encontró por primera vez con Orlov y su mujer, Maria, el 17 de agosto de 1971 y lo que comenzó como una relación profesional acabó convirtiéndose en una amistad íntima a lo largo de 1971-73. Orlov confió sus documentos personales y sus memorias a Gazur, quien, tras la muerte de Orlov, preparó y dispuso su funeral, incineración y entierro de sus cenizas, y fue el administrador legal de sus propiedades.

Orlov, que vivió escondido durante toda su vida en USA, temió siempre por su vida (KGB) hasta el día de su muerte. Por ello, en 1972 confió legalmente sus documentos y memorias a Gazur. Tras la muerte del general, Gazur colocó sus memorias y documentos personales a la custodia de los Archivos Nacionales, a la vez que recuperó la copia de las memorias del general y la entregó a su homólogo en la CIA para su evaluación. Ese colega, un tal Ray, informó más tarde a Gazur que las memorias habían sido examinadas por un panel de máximo nivel del gobierno estadounidense y que se juzgó necesario precintar las memorias en los Archivos Nacionales durante un periodo de 25 años, pues había ciertas partes de su contenido que podían servir de ayuda a la KGB y Unión Soviética.

Desde luego no fue la cuenta del asunto Stalin/Okrana lo que obligó a ese periodo de letargo de 25 años que las memorias sufrieron en los Archivos Nacionales, pues esa cuenta ya fue publicada en ruso en 1983 bajo el título Tainaya istoria stalinskikh prestuplenii (New York/Jerusalén/París), y con anterioridad, probablemente (no los leí) algo contaría en sus artículos de Life y en su The Secret History of Stalin's Crimes.

Al valorar la credibilidad de lo narrado en esta historia, debemos tener en cuenta que se tratan de unas memorias, y que su autor la cuenta de segunda mano, es decir, cuenta lo que le contó su primo. Sin embargo, como se verá cuando resuma la investigación de Brackman, la teoría que presenta a Stalin como agente y espía de la Okrana es muy sólida, al margen de las interpretaciones de sus implicaciones.

Esto lo veremos en el curso de esta semana, dios mediante.

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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Vie Oct 01, 2010 9:35 am

La investigación de Brackman

Brackman (ya hablaremos de este autor al final) dedica gran parte de su libro (1) a narrar la carrera de Stalin como informante-agente de la Okrana, por lo que resulta obvio que no puedo dar cuenta de todo ello aquí. No obstante, intentaré presentar un resumen tan "breve" como me sea posible. Adelanto que, para evitar confusiones con tantos nombres como aparecerán, utilizaré el nombre de Stalin en vez del de Koba, que fue el nom de guerre utilizado por Stalin durante esa etapa de su vida.

Ahora daré dos pinceladas sobre la Okrana y resumiré:

Los inicios de Stalin como informante de la Okrana.-

La Okrana era el nombre que se utilizaba normalmente para referirse a la policía secreta rusa, Okhrannoe Otdelenie (Sección de Seguridad) del Departamento de Policía. Solía utilizar métodos agresivos de contra-inteligencia cuando los movimientos revolucionarios estaban en auge, y hacía uso extensivo de la provokatsiya (provocación) como parte de operaciones de inteligencia. A los agentes e informantes de la Okrana se les llamaba usualmente agents provocateurs, aunque la Okrana aplicaba de forma más restringida este término. El último director del Departamento de Policía, A. T. Vasiliev, describió al agent provocateur como un colaborador secreto que “él mismo pone a andar un movimiento revolucionario y luego delata a las autoridades a la gente que corrompió”.

El principal defensor de las provocaciones era el jefe de la Okrana de Moscú, Sergey Vasilievich Zubatov, un pionero en el amplio uso de informantes y agentes, es decir, la infiltración de agentes e informantes de la Okrana en los partidos revolucionarios y los sindicatos. Uno de sus métodos consistía en montar una imprenta clandestina e imprimir panfletos para implicar a los revolucionarios, que luego podían ser arrestados y enviados a Siberia. Las vacantes creadas de esta forma permitían a los agentes de la Okrana avanzar a posiciones de liderazgo en las organizaciones revolucionarias. Los métodos de Zubatov (que precisamente comenzó su carrera en la Okrana como “colaborador secreto” o agente) de usar agents provocateurs fueron conocidos en la historia rusa de forma general como Zubatovshchina. Fueron empleados de forma tan común y extrema que algunos oficiales de la Okrana sospecharon de Zubatov como un “revolucionario oculto” que hizo su carrera en la Okrana para subvertir al gobierno desde dentro.

Lado Ketskhoveli había sido expulsado del Seminario de Tiflis en 1893, un año antes del ingreso de Stalin en ese centro. La razón de la expulsión fue por ser un georgiano nacionalista. Lado fue exiliado a Kiev, pero regresó ilegalmente a Tiflis en el otoño de 1897. Su llegada a Tiflis fue reportada por el recién nombrado jefe de la Okrana de Tiflis, E. P. Debel, a San Petersburgo, aunque Lado no fue arrestado, probablemente porque se convirtió en informante de la policía secreta a cambio de que lo dejaran vivir en Tiflis.

En 1898, Lado introdujo a Stalin en el grupo socialdemócrata de Tiflis, donde se le asignaron tareas de propagandista. Muy pronto, los líderes de ese grupo, Noi Zhordania y Silvester Dzhibladze, supieron que Stalin no estaba haciendo propaganda contra el gobierno y los capitalistas, sino contra ellos mismos, acusándolos de “falta de militancia” y “traición al proletariado”. También se enteraron de que había sido Stalin quien había colocado los panfletos ilegales en el Seminario de Tiflis*; le advirtieron que cesara en su propaganda y que se alejara de los círculos de trabajadores.

*A finales de 1898, Stalin había intentado convencer a 45 compañeros del Seminario de Tiflis para que abandonaran el Seminario y se unieran a la clandestinidad revolucionaria. Como declinaron, Stalin plantó unos panfletos ilegales en sus dormitorios y luego denunció el incidente al padre rector, quien ordenó una inspección de los dormitorios. Los 45 alumnos fueron expulsados del Seminario. Stalin sería expulsado el 29 de mayo de 1899, luego de empeorar su conducta rebelde, según reza el registro del seminario: “Iosif Dzhugashvili fue expulsado por no realizar los exámenes; razón desconocida”.

En 1901 se produjo un escándalo en la Okrana de Tiflis causado por las provocaciones estilo-Zubatov que obligó a poner en marcha una investigación a cargo de funcionarios de máximo nivel del Departamento de Policía y del Ministerio de Interior. Se estableció que Iosif Dzhugashvili (Stalin) y Lado Ketskhoveli, ambos informantes manejados por el oficial Samedov de la Okrana de Tiflis, habían imprimido panfletos ilegales mediante una imprenta secreta que fue localizada en el bajo de una casa en la calle Lotkin de Tiflis. La impresión fue realizada por un joven criminal conocido en los bajos fondos de Tiflis como Kamo Somekhi (“Kamo el armenio”), a quien Stalin había encontrado en Tiflis. Kamo desconocía que los panfletos que estaba imprimiendo formaban parte de una provocación de la Okrana. El contenido de los panfletos alarmó al jefe de la Okrana de Tiflis, el capitán Lavrov, que no estaba al tanto de que todo ese asunto era obra de informantes al servicio de uno de sus oficiales; Lavrov abrió una investigación. El 15 de marzo de 1901 recibió un informe de Samedov que declaraba que los panfletos habían sido emitidos por un “círculo secreto” marxista de Tiflis, dirigido por Victor Kurnatovsky, y que habían sido impresos en la imprenta propiedad de Kheladze (donde trabajaba Lado). Samedov había recibido esa información de Stalin y Lado. El 21 de marzo de 1901 (he corregido lo que tiene que ser una errata en el original, que data 1902) fueron arrestados todos los miembros del círculo secreto de Kurnatovsky, junto con Kheladze. Lado y Stalin habían plantado las “pruebas” en la imprenta de Kheladze.

De la investigación que siguió, vamos a obviar los detalles, Kheladze fue absuelto, el capitán Lavrov destituido de su puesto, mientras que el círculo de Kurnatovsky permaneció encarcelado acusado de actividades revolucionarias. El caso de Samedov y sus informantes Lado y Stalin se trató en una “investigación secreta especial” para evitar la exposición de un escándalo que podría poner en una situación embarazosa a la Okrana. Samedov culpó a Lado y Stalin de actuar sin su conocimiento. Al saber esto y temiendo el arresto, Lado y Stalin abandonaron Tiflis el 28 de marzo de 1901, Stalin camino de Gori y Lado hacia Baku.

(1) Roman Brackman, The Secret File of Joseph Stalin. A Hidden Life (Routledge Taylor & Francis e-Library, 2005), pp. 13-15

A seguir.
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Mensaje por José Luis » Vie Oct 01, 2010 8:52 pm

¡Hola a todos!

Stalin regresó a Tiflis en octubre de 1901 e intentó promocionarse dentro del liderazgo del Partido Socialdemócrata en una reunión de trabajadores para elegir nuevos representantes del comité del partido en Tiflis. Los trabajadores votaron contra Stalin. El 11 de noviembre Stalin fue invitado a una reunión de los miembros del comité que habían investigado sus declaraciones difamando a los líderes del partido. El comité votó unánimemente la expulsión de Stalin de la organización de Tiflis por difamador e intrigante. A finales de noviembre, Stalin dejó Tiflis con rumbo a Batum. Mintió a los trabajadores de Batum al decirles que había sido enviado allí por los trabajadores de Tiflis, y acusó a los líderes de los trabajadores de Batum, Chkheidze y Ramishvili, de “cobardía, incapacidad y traición contra la clase trabajadora”. Noi Zhordania, el dirigente socialdemócrata georgiano lo acusó de provocador.

A principios de 1902, Stalin salió de Batum hacia Baku para visitar a Lado y montar una estrategia común para culpar del asunto del escándalo de la Okrana de Tiflis, cuya investigación seguía en marcha, a Samedov. Mientras Stalin estaba en Baku fueron arrestados casi todos los miembros del Comité de Trabajadores de Batum. Cuando Stalin regresó a Batum había un vacío en el liderazgo de la organización de los trabajadores; sus intrigas, su ausencia cuando tuvo lugar el arresto masivo de los miembros del comité, y su regreso en un momento perfecto para escalar posiciones en el liderazgo levantaron las sospechas de los trabajadores de que el arresto había sido el resultado de la información de Stalin a la Okrana sobre los líderes de Batum. Los trabajadores comenzaron a evitar a Stalin y lo acusaron de ser un informante de la Okrana.

El arresto de Stalin a principios el 5 de abril de 1903, unas tres semanas después del funeral de 12 de marzo en honor de los trabajadores que habían muerto días antes durante la represión policial de una huelga de las fábricas de Batum, impidió que fuese desenmascarado como agent provocateur. Los trabajadores desconocian, sin embargo, que Stalin no había sido arrestado por la Okrana, sino por la policía criminal de Batum. Encarcelado por primera vez en su vida, Stalin ofreció a sus interrogadores proporcionar información sobre los revolucionarios clandestinos a cambio de su liberación de la cárcel. El jefe de la Okrana de Batum, coronel Shabelsky, ordenó que lo liberaran si daba información al Departamento de la Policía sobre las actividades del Partido Socialdemócrata. Shabelsky intentó no iniciar un proceso criminal contra Stalin y liberarlo, pero el 17 de junio de 1903 recibió una comunicación de la Okrana declarando que la gendarmería de Tiflis estaba investigando a I.V. Dzhugashvili (Stalin) y que debía ser arrestado “en conexión con el caso del Círculo Secreto de Tiflis”. Shabelsky notificó a la Okrana de Tiflis el arresto de Stalin y recibió instrucciones de mantenerlo en prisión para futuras investigaciones. La Okrana de Tiflis tomó esta decisión para impedir que los miembros del círculo de Kurnatovsky, que todavía se hallaban bajo investigación en la prisión de Tiflis, se enteraran de que Stalin y Lado habían provocado su arresto. Dos meses después del arresto de Koba, Shabelsky fue obligado a crear un expediente sobre Stalin. La primera entrada rezaba: “Iosif Vissarionov Dzhugashvili; altura: 1,62 metros. Constitución: media. Edad: 23. Segundo y tercer dedos del pie izquierdo pegados. Apariencia: ordinaria. Cabello: marrón oscuro. Barba y bigote: marrón. Nariz: recta y larga. Frente: recta y estrecha. Rostro: largo, moreno y picado de viruela”. También se daba el apodo con que se conocía a Stalin (aparte de Koba): Riaboy (“Picado de viruela”), apodo que previamente ya había sido registrado por la Ocrana de Tiflis.

Stalin proporcionó a Shabelsky la dirección de Lado en Baku. Lado fue arrestado y enviado a una celda solitaria para delincuentes comunes en la prisión de Tiflis. En el verano de 1903 se decidió finalmente el “caso secreto” de la provocación que había involucrado al oficial Samedov de la Okrana y a sus informantes Stalin y Lado. Stalin fue acusado “en conexión con el caso de un círculo secreto del RSDWP (el partido socialdemócrata de los trabajadores rusos) de la ciudad de Tiflis” y sentenciado “en base al decreto de la MÁS ALTA AUTORIDAD de 9 de junio de 1903 a ser exiliado administrativamente a la Siberia oriental en la región de Balagan de la provincia de Irkutsk bajo abierta vigilancia policial por un período de tres años”. Lado tuvo una sentencia similar, pero fue muerto por disparos de la policía el 4 de agosto de 1904 cuando, contemplando desde la ventana de su celda en la prisión de Tiflis la salida de los miembros del círculo de Kurnatovsky que se dirigían a tomar el tren para cumplir varias penas en Siberia, comenzó a cantar la Marsellesa y a dar gritos de “larga vida al socialismo”, sin hacer caso de los avisos de la policía para que se callase. Samedov fue expulsado de la Okrana y exiliado a Siberia.

El 19 de agosto de 1903 Stalin fue transferido de la prisión de Batum a la de Kutais junto con un grupo de prisioneros que habían tomado parte en la huelga de Batum. Intentó hacerse pasar por uno de ellos. A principios de septiembre los convictos fueron embarcados a sus lugares de exilio, excepto Stalin, que continuó otro mes más en prisión. La razón de su detención era que la Okrana de Kutais esperaba usar a Stalin para echarle el guante a Kamo, quien a la sazón estaba distribuyendo panfletos en la ciudad. Pero Stalin no dio los paraderos de Kamo, quizás porque los desconocía. Hacia finales de septiembre fue enviado bajo vigilancia a la aldea de Novaya Uda, cerca de Irkutsk, en la Siberia oriental, pero no permaneció allí por mucho tiempo. La Okrana de Kutais envió un telegrama a la Okrana de Irkutsk declarando: “I. V. Dzhugashvili planea marcharse. No lo detengan. Denle asistencia”. Hacia finales de octubre, Stalin dejó Novaya Uda llevando el documento de identificación de un agente de la Okrana que había obtenido de la Okrana local. En la estación del tren mostró esa identificación a un gendarme que le permitió continuar camino de Batum, llegando aquí a mediados de noviembre. Consiguió establecer contacto con Kamo y le envió un mensaje pidiéndole que viniera a Batum. El 26 de noviembre de 1903, cuando bajaba del tren en la estación de Batum, Kamo fue arrestado por un oficial de la Okrana que lo estaba aguardando.

Fuente: Ibid., pp. 15-20

Mañana más.
JL
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por maximus » Vie Oct 01, 2010 10:18 pm

Lectura apasionante. Pero el episodio de
resultó difícil encontrar a un antiguo oficial de la Okrana, pues muchos habían sido asesinados durante la Revolución y los que la sobrevivieron, o huyeron al extranjero o consiguieron nuevos documentos de identidad y vivían desconocidos en provincias. Yagoda recurrió a buscar entre los archivos de la Okrana algún indicio sobre el destino de cualquiera de sus oficiales que permaneciera vivo
resulta poco creíble, ¿para qué complicarse tanto?. Podía fácilmente inventarse todo para el juicio, que de por sí ya era una farsa. Y lo de encontrarse de repente con el expediente de Stalin queda muy novelesco.

En cualquier caso, la historia es muy buena y refleja muy bien la época. Me gusta mucho.

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Mensaje por José Luis » Sab Oct 02, 2010 8:16 am

¡Hola a todos!

A finales de diciembre de 1903, Stalin llegó a Tiflis y se encontró por vez primera con Lev Kamenev, entonces un joven socialdemócrata a quien Lenin había enviado a Tiflis para ocupar el puesto del arrestado Kurnatovsky. Kamenev esperaba que Stalin, un escapado del exilio siberiano, le ayudara a montar una organización bolchevique en Tiflis. De Kamenev supo Stalin por primera vez de Lenin y de la escisión del partido (bolcheviques/mencheviques). El 5 de enero de 1904, poco después de su encuentro con Stalin, Kamenev fue arrestado. Ese mismo día, un oficial de la Okrana de Tiflis hizo una entrada en el expediente de Stalin: “El 5 de enero de 1904 Dzhugashvili desapareció de su lugar de exilio”. La fecha de esta entrada y su coincidencia con la del arresto de Kamenev llevan a Brackman a sugerir que el oficial se vio obligado a reportar la “huida” de Stalin porque había usado la información de Stalin para arrestar a Kamenev y sentía la necesidad de protegerse de cualquier posible acusación de, enterado de la presencia de Stalin en Tiflis, no haber reportado su fuga del exilio.

El 1 de mayo de 1904 llegó a Tiflis una nueva orden cursada por el Departamento de Policía para el arresto de Stalin, quien, enterándose de ello, huyó a Gori. El 11 de septiembre de 1904, Kamo escapó de la prisión de Batum, que estaba bajo la jurisdicción de la Okrana de Kutais; el coronel Tiapkin, el jefe de la Okrana de Kutais, llamó a Stalin para que fuera a Kutais con las esperanza de que lo pudiera ayudar a localizar a Kamo. Stalin no proporcionó ninguna dirección de Kamo, quizás temiendo levantar sus sospechas si otra vez era arrestado por la Okrana estando él mismo de por medio.

A comienzos de 1905, Stalin se unió a un pequeño grupo bolchevique de Tiflis dirigido por Stepan Shaumian, quien había conocido a Lenin mientras estudiaba en el extranjero. Lenin había enviado a Shaumian a Tiflis para ocupar el puesto del arrestado Kamenev. Los bolcheviques de Tiflis votaron enviar a Shaumian al Tercer Congreso del Partido de Lenin, que estaba programado para celebrarse en abril de 1905 en Londres. Pero Shaumian no pudo ir porque fue denunciado por Stalin y arrestado por la Okrana. Era el tercer líder bolchevique (tras Kurnatovsky y Kamenev) que Stalin delataba. Poco antes de la esperada partida de Shaumian para Londres, el nuevo jefe de la Okrana de Tiflis, coronel N. A. Zasypkin, que había reemplazado al capitán Lavrov, había arrestado a Stalin en una calle de Tiflis. De acuerdo con la orden de búsqueda que había emitido el Departamento de Policía el 1 de mayo de 1904 para el arresto y exilio de Stalin, se suponía que Zasypkin debía enviarlo nuevamente a Siberia. Pero Stalin le contó que su “fuga” de Novaya Uda había sido autorizada por la Okrana y que había ayudado a la Okrana a detener a Kamo. Stalin informó a Zasypkin de los planes de Shaumian y prometió pasarle información sobre una imprenta clandestina menchevique de Tiflis que estaba imprimiendo panfletos subversivos. Stalin prometió colaborar con la Okrana, y Zasypkin lo soltó y arrestó a Shaumian.

El lugar de Shaumian para viajar a Londres fue ocupado por Mikha Tskhakaya, un amigo íntimo de Stalin. En el Congreso de Londres, Lenin presentó a Tskhakaya como el “delegado de los bolcheviques de Tiflis”, y habló a Tskhakaya de su idea sobre una organización secreta para conspirar en Tiflis. Por su parte, Tskhakaya contó a un impresionado Lenin las andanzas de Stalin y Kamo (le mostró un panfleto compuesto por Stalin e impreso por Kamo) y la experiencia que tenían en robos armados. Cuando Tskhakaya regresó a Tiflis, habló a Stalin sobre la idea de Lenin de una organización conspiratoria bolchevique y su petición de dinero de expropiaciones (vamos, robos) para financiar el trabajo del partido.

A finales de noviembre de 1905, Peter Montin, un trabajador de Baku, fue elegido para representar a los trabajadores del Cáucaso en la Conferencia Bolchevique de Tammerfors (Finalandia) de diciembre del mismo año, pero la víspera de su partida fue asesinado. En su lugar asistió Stalin a Tammerfors, donde conoció a Lenin. Se registró en la conferencia con el nombre en clave de “Ivanovich” y durante su estancia en Tammerfors mantuvo reuniones secretas con Lenin para hablar sobre las expropiaciones. Stalin prometió proporcionar dinero a Lenin. Tras la Conferencia (que se cerró el 17 de diciembre) Lenin invitó a Stalin a acompañarle a San Petersburgo, donde visitó el cuartel general del partido y las oficinas del periódico del mismo. También asistió a un encuentro secreto en el que Lenin trató con otros líderes del partido la unidad bolchevique-menchevique. La Okrana de San Petersburgo recibió un informe detallado de un informante, cuyo nombre en clave era “Ivanov”, describiendo la reunión y declarando que “el Comité Central Socialdemócrata y un número de delegados, mencheviques y bolcheviques, se reunieron en el núm. 9 de Zagorodny Prospect en San Petersburgo para discutir la unidad....”. El tal “Ivanov” listaba los nombres de todos los que habían asistido a la reunión, incluyendo a “Ivanovich, el delegado de Tiflis”. Brackman dice que “Ivanov” e “Ivanovich” eran los nombres en clave de una única y misma persona, Stalin.

Stalin regresó a Tiflis a principios de 1906; en febrero se encontró con Kamo, recién salido de prisión, y decidieron organizarse para llevar a cabo las expropiaciones, y para reclutar gente se dirigieron a la Georgia oriental, a Telavi, donde operaba una gran banda. La nueva banda de Kamo comenzó a operar a principios de marzo de 1906 atracando transportes de dinero en Kutais y Kodzhor.

Fuente: Ibid., pp. 20-29

Continuaremos
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Sab Oct 02, 2010 1:02 pm

Stalin, agente de la Okrana de Tiflis.-

El 29 de marzo de 1906, el coronel Zasypkin arrestó a Stalin en una calle de Tiflis. Stalin fue escoltado al cuartel general de la Okrana a la vista de varios socialdemócratas que, pocas horas después, quedaron asombrados cuando lo vieron salir libre de allí. Stalin les contó que Zasypkin le había ofrecido convertirse en agente de la Okrana y que él había declinado.

En realidad, Zasypkin había arrestado a Stalin porque éste no había cumplido su promesa de un año antes de informar sobre el paradero de una imprenta clandestina de los mencheviques. Ahora quería que le diera la dirección de la imprenta. Stalin se había enterado poco antes de su detención del paradero de la imprenta. Resulta que Tskhakaya, entonces a cargo de un laboratorio que producía aparatos explosivos, había movido su equipo al lugar donde estaba la imprenta y se lo había contado a Stalin. Éste compró su libertad dando esa información a Zasypkin, quien, a partir de entonces, ascendió a Stalin a agente de la Okrana de Tiflis. Además, accedió a que Stalin viajara a Estocolmo, donde se iba a celebrar el Cuarto Congreso del Partido el 11 de abril de 1906. Poco después de abandonar la oficina de Zasypkin, Stalin partió hacia San Petersburgo, y de allí hacia Estocolmo.

En San Petersburgo, Stalin fue a la Okrana para ofrecer información sobre el congreso que iba a tener lugar en Estocolmo. La Okrana de San Petersburgo reportó la oferta de Stalin al jefe de la Okrana de la Oficina de Asuntos Exteriores, Arkady Mikhailovich Garting, quien dispuso que un oficial de la Okrana debía reunirse con Stalin en Estocolmo en el Hotel Bristol, de donde partirían juntos a reunirse con Garting.

El Congreso de Estocolmo comenzó el 11 de abril de 1906 y Stalin, tras algunos problemas de admisión solucionados por Lenin, se registró otra vez como “Ivanovich”. En contra de la resolución del congreso, Lenin organizó un grupo secreto compuesto por I. B. Krasin, A. A. Bogdanov y él mismo para dirigir robos armados en busca de dinero. Les presentó a Stalin como “expropiador” exitoso que, junto con Kamo, ya le había proporcionado dinero. Stalin prometió seguir entregando dinero y Lenin le comentó que había enviado a Kamo a San Petersburgo para participar en una expropiación.

En el informe que envió a Garting, Stalin dio cuenta de los debates mantenidos en el congreso y de sus participantes, sin mencionar el plan de Lenin de las expropiaciones. De regreso en San Petersburgo, Stalin se reunió con Kamo, quien le comentó que estaba involucrado en planes de los maximalistas y bolcheviques para atracar bancos y asesinar a altos oficiales del gobierno. Stalin remitió esta información a la Okrana de San Petersburgo, firmando su informe con el nombre en clave de “Ivanov”, tal como había hecho antes en Tammerfors.

En 1907 Stalin, financiado por Garting, asistió al Congreso del Partido que finalmente se celebró en Londres, registrándose otra vez como “Ivanovich”, tras el cual volvió a informar a Garting de los debates y las opiniones de los delegados. En Londres encontró Stalin por vez primera a Maxim Litvinov, un hombre mencionado en los documentos de la Okrana por su verdadero nombre, Meir Vallakh, y varios alias como “Papasha”, “Finkelshtein” y “Felix”. Tras el congreso de Londres, Stalin, Litvinov, Krasin y Bogdanov viajaron a Berlín para una reunión secreta con Lenin en la que se decidió llevar a cabo un gran atraco para poder financiar la compra de armamento.

Stalin y Litvinov viajaron a Tiflis, y Kamo se reunió allí con ellos en junio de 1907. El 13 de junio de 1907 la banda de Kamo asaltó con bombas un carruaje, que llevaba dinero para el Banco Imperial Ruso e iba escoltado por caballería cosaca, en la plaza Erevan de Tiflis. Murieron 3 cosacos y 50 transeúntes resultaron heridos. El botín, 341.000 rublos, fue enviado a Lenin a Finlandia. El mismo día del asalto, Stalin fue llevado por Mukhtarov, su enlace para la Okrana, y varios oficiales más a uno de los apartamentos secretos de la Okrana en las afueras de Tiflis. Siguió una discusión en la que Mukhtarov acusó a Stalin de no advertirle del robo, mientras que Stalin aseguraba que sí lo había hecho. No sabiendo a quién de los dos creer, los oficiales tomaron nota de las declaraciones de los dos y enviaron un informe al coronel Zasypkin, quien, no sabiendo tampoco esclarecer quién de los dos decía la verdad, reportó a San Petersburgo.

El Ministerio de Interior y el Departamento de Policía enviaron una comisión especial a Tiflis para investigar el robo. Varios meses después, sin que todavía la comisión llegase a una conclusión, Mukhtarov fue suspendido de empleo en la Okrana y a Stalin se le ordenó abandonar Tiflis en dirección a Baku, y esperar allí la decisión final sobre el caso. En noviembre de 1907, Zasypkin hizo venir a Stalin de Baku a Tiflis con la finalidad de enviarlo a Europa para localizar e identificar a Kamo, de quien la policía había sabido era el principal autor del atraco y que había huido de Rusia, y seguir la pista del dinero robado. Stalin viajó por Europa con un pasaporte proporcionado por la Okrana con el nombre de “Gaioz Vissarionov Nizheradze”. Regresó a Tiflis a mediados de enero de 1908; mientras tanto, Zasypkin había sido sustituido por el coronel Alexander Mikhailovich Eremin.

A mediados de febrero de 1908 la Okrana de Tiflis recibió la decisión administrativa sobre el caso Dzhugashvili (Stalin)-Mukhtarov: Stalin debía ser exiliado a la Rusia europea septentrional durante dos años; Mukhtarov a la Siberia oriental por tres años. Eremin decidió demorar el arresto de Stalin, pero no lo restableció como agente de la Okrana de Tiflis. Mientras tanto, Stalin debía vivir en Baku y pasar información a Eremin a través del capitán P. I. Martynov, el jefe de la Okrana de Baku. Al mes siguiente Stalin fue arrestado para proceder a la orden de exilio; durante los seis meses siguientes permaneció encerrado en la prisión de Baku a la espera de ser embarcado a su lugar de exilio en el norte de la Rusia europea. Durante ese tiempo en prisión, Stalin escribió varios informes para Martynov y éste los remitió a Eremin, que estaba ansioso por determinar la identidad de Kamo para que el gobierno ruso pudiera solicitar formalmente a Alemania la extradición de Kamo. La policía alemana envió una fotografía de Kamo al Ministerio de Exteriores ruso, que la remitió a la Okrana. El 22 de abril de 1909, Eremin envió un telegrama a San Petersburgo declarando que “el hombre de la fotografía es Kamo Ter-Petrosian, un nativo de Gori”. Si Stalin fue quien identificó a Kamo, concluye Brackman, no era la primera vez que había delatado a su amigo.

Según la decisión administrativa del Consejo Especial, Stalin tenía que ser exiliado a Sol'vychegodsk en la provincia de Volodga en el norte de la Rusia europea. El 29 de septiembre de 1908 salió de Baku con un grupo de convictos y a finales de octubre llegó a Sol'vychegodsk, donde permaneció hasta finales de junio de 1909, cuando “escapó” con un pasaporte proporcionado por Eremin. El capitán Martynov envió un informe a Eremin el 30 de septiembre de 1909 dando cuenta de la fuga de Stalin y su llegada a Baku llevando un “pasaporte número 982 a nombre de Oganes Vartanov Totomyantz, residente de la ciudad de Tiflis, emitido por el jefe de policía de Tiflis el 12 de mayo de este año y válido por un año....”. Martynov, sabedor de todo el asunto, no arrestó a Stalin, y en mayo de 1910, cuando expiró su pasaporte, Stalin recibió de Martynov otro pasaporte a nombre de “Zakhar Grigorian Melikantz”.

Ibid., pp. 38-57.

A seguir.
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Dom Oct 03, 2010 12:32 pm

Stalin: agente de la Okrana de San Petersburgo y exilio final.-

Hacia finales de 1909 las relaciones de Stalin con los trabajadores de Baku se habían vuelto muy tensas. Miembros del Sindicato de Impresores de Baku descubrieron que un panfleto atribuido a un misterioso “Comité Socialdemócrata de Baku” había sido imprimido por Stalin utilizando una imprenta secreta de la Okrana. El presidente del sindicato lo acusó de ser un agent provocateur, y de la acusación se hicieron eco los líderes mencheviques de Baku. El líder de los bolcheviques de Baku, Stepan Shaumian, que ya conocía de antiguo a Stalin (que lo había delatado en varias ocasiones), acusó abiertamente a Stalin de cooperar con la Okrana. El 23 de marzo de 1910, el Comité del Partido Socialdemócrata de Baku convocó una reunión secreta para considerar la acusación de que Stalin era un agente de la Okrana. Stalin prometió asistir a la reunión y hacer frente a los cargos, pero la casa donde debía celebrarse la reunión fue rodeada por oficiales de la Okrana y todos sus miembros arrestados.

Cuando Eremin y Martynov fueron trasladados a otros puestos de la Okrana fuera del Cáucaso, el nuevo jefe de la Okrana de Baku sustituto de Martynov, capitán F. I. Galimbatovsky, envió un informe a San Petersburgo sugiriendo que se exiliase a Stalin por cinco años al lugar más remoto de Siberia, pero Stalin fue enviado de nuevo a Sol'vychegodsk para cumplir los seis meses que le quedaban de su previo exilio de dos años. Llegó a Sol'vychegodsk el 29 de diciembre de 1910 y quedó libre el 27 de junio de 1911, aunque siguió viviendo en Sol'vychegodsk hasta el 19 de julio de 1911, cuando partió hacia Volodga, donde esperaba tener respuesta de Lenin a una carta que le había enviado exponiendo su idea de establecer “centros rusos” en San Petersburgo y Moscú.

Lenin aceptó la idea en una carta que envió a través de Sergo Ordzonikidze. Lenin había decidido enviar a Stalin, Ordzonikidze y Bobrovsky a Moscú para establecer una comisión organizativa y escoger delegados para una conferencia bolchevique que tenía pensado celebrar en Praga a principios de 1912. Stalin debía tomar parte en la organización de esa conferencia, y Ordzonikidze llevaba una carta con esas instrucciones para Stalin, que esperaba en Volodga.

A su llegada a Moscú, Ordzonikidze fue presentado por la hermana de Bobrovsky, Cecilia Bobrovskaya, a un hombre que se llamaba Roman Malinovsky. Cecilia consideraba a Malinovsky como una figura creciente dentro del movimiento de los trabajadores y lo admiraba como un gran líder; ignoraba, en cambio, que Malinovsky era un agente de la Okrana. Ordzonikidze reveló a Malinovsky el plan de Lenin de celebrar una conferencia en Praga y hacer que Stalin formase parte del centro de Moscú. Malinovsky pasó esa información al jefe de la Okrana de Moscú, coronel P. P. Zavarzin, que decidió impedir la llegada de Stalin a Moscú para que Malinovsky pudiera hacerse cargo del planeado “centro ruso” de Moscú y encabezara la delegación que asistiría a la conferencia de Lenin en Praga. Asimismo ordenó el arresto de Bobrovsky y otros líderes bolcheviques.

Ordzonikidze envió a Filip Goloshchekin, un dentista revolucionario que se había fugado del exilio, a entregar el menasaje de Lenin y dinero a Stalin a Volodga. Cuando llegó a Volodga y se reunió con Stalin, ambos partieron hacia San Petersburgo. En San Petersburgo, Stalin fue arrestado por la Okrana en el Hotel Rossiya, tal como había planeado y solicitado Zavarvin al jefe de la Okrana de San Petersburgo, previo parabién de Eremin, entonces la tercera autoridad más alta dentro de la organización de la Okrana. Stalin permaneció en prisión tres meses y se le dio a elegir el lugar de su próximo exilio de tres años (por viajar con identidad falsa). Escogió Volodga y partió hacia allí el 14 de diciembre de 1911.

Tras una serie de peripecias que podemos dejar al margen para no cargar más esta narración, Stalin llegó a Moscú en abril de 1912 y aquí Ordzonikidze le presentó a Malinovsky, de quien Stalin pronto supo que era un agente de la Okrana. Stalin visitó en varias ocasiones el apartamento de Malinovsky y pronto se hicieron amigos, cuestión que no impidió que Malinovsky informase a Zavarvin de la presencia de Stalin en Moscú. Stalin volvió a ser arrestado el 22 de abril de 1912 en San Petersburgo y el 2 de julio de ese año fue enviado al exilio a Narym, en la Siberia occidental. Gracias a información que pasó sobre un plan de los revolucionarios para asesinar al zar, Stalin abandonó su exilio en Narym el 1 de septiembre de 1912 llevando un pasaporte a nombre de “Ivanov”, y poco después, por recomendación de I. M. Zolotarev, del Ministerio de Interior, fue empleado como agente de la Okrana de San Petersburgo. A finales de septiembre de 1912 viajó a Moscú. Aquí, Malinovsky, con la aquiescencia de la Okrana y la Policía, fue votado para la Duma el 26 de octubre de 1912, para gozo de Lenin.

Stalin viajó a Cracovia en noviembre de 1912 para encontrarse con Lenin, regresando a San Petersburgo a finales de ese mes para trabajar en la plana editorial del Pravda. En Cracovia informó a Lenin de su nuevo alias: “Vasiliev”. A finales de diciembre de 1912, Stalin volvió a Cracovia llamado por Lenin, quien había convocado a los diputados bolcheviques de la Duma para una conferencia. Malinovsky reportó a Beletsky (el director del Departamento de Policía) los temas discutidos y los nombres de los asistentes, incluido el de Stalin. Stalin escribió a Zolotarev pidiéndole que sacara a Malinovsky de la Okrana y que lo nombrara a él mismo agente jefe de la Okrana en la organización bolchevique. Zolotarev, disgustado por el atrevimiento de Stalin de enviarle directamente una carta pasando por encima de sus superiores inmediatos, envió la carta de Stalin al subdirector del Departamento de Policía, S. Vissarionov, que estaba sustituyendo a Beletsky. Vissarionov archivó la carta en el expediente de Stalin en la Okrana.

En enero de 1913, Lenin pidió a Stalin que ayudara a Kamo a organizar una gran expropiación en el Cáucaso. Stalin sugirió a Lenin que enviase a Elena Rozmirovich a Tiflis con un mensaje para Kamo. Antes de la partida de esta mujer, Stalin envió un mensaje anónimo a la Okrana, revelando la fecha y propósito de su viaje. Kamo fue arrestado en Tiflis el 10 de enero de 1913, y Elena siete días después en San Petersburgo.

Beltesky quiso investigar los orígenes de esa “provocación” (el arresto de Kamo y Elena) que parecían apuntar a Malinovsky (y esa había sido la intención de Stalin), y pidió el expediente de Stalin a la Okrana cuando Malinovsky le informó que Stalin había llegado a San Petersburgo el 16 de febrero de 1913. En el expediente encontró dos documentos de Stalin (su carta a Zolotarev y un informe a la Okrana) acusando a Malinovsky de ser un agente desleal con la Okrana. Luego preguntó sobre Stalin a Eremin, y éste le comunicó que había sido su agente en el pasado en Tiflis.

Beletsky confió a Malinovsky (que sospechaba que había otro agente de la Okrana operando entre los bolcheviques) que Stalin era el agent provocateur y que sería exiliado por mucho tiempo sin posibilidad de escapar. Con el fin de arrestar a Stalin, Beltsky instruyó a Malinovsky para que invitara a Stalin a una recaudación de fondos del partido para Pravda programada para el 23 de febrero de 1913. Stalin fue arrestado en esa reunión.

Stalin fue sentenciado por “la más alta autoridad” a cuatro años de exilio en Siberia. El 2 de julio de 1913 fue embarcado en tren a Krasnoyarsk, y desde ahí por barco por el río Yenisey a la aldea de Turukhansk, llegando a finales de septiembre. Luego Beletsky ordenó al jefe de la Okrana de Yenisey que trasladara a Stalin a Kureika, un pequeño poblado cerca del Ártico. Allí permaneció hasta finales de diciembre de 1916, cuando fue transferido a Krasnoyarsk y luego a Archinsk. El 8 de marz de 1917 dejó Archinsk camino de Petrogrado.

Antes de cerrar el caso de Stalin, Beletsky ordenó al coronel Eremin que le remitiera un informe escrito con todo lo que sabía sobre la carrera de Stalin en la Okrana. Beletsky guardó el informe de Eremin sobre Stalin en un expediente “Alto Secreto” marcado como Iosif Vissarionov Dzhugashvili, con una orden estampada que decía que no se podía abrir sin el permiso de la más alta autoridad, es decir, sin el permiso del zar. En ese expediente Beletsky adjuntó todas las cartas, informes, documentos, fotografías, pagos, etc., relacionados con Stalin, y lo guardó en una habitación secreta de la Sección Especial del Departamento de Policía, junto con todos los expedientes de antiguos agentes de la Okrana que ya no estaban en activo porque se habían retirado, habían muerto o habían sido destituidos.

Ibid., 60-102

En la próxima entrega veremos la cuenta de Brackman de cómo se encontró el expediente de Stalin de la Okrana en 1926.

Saludos cordiales
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Dom Oct 03, 2010 7:45 pm

El Expediente de la Okrana sobre Stalin.-

En julio de 1926, durante uno de los últimos embarques de los archivos de la Okrana a Moscú, se encontró el expediente de la Okrana de San Petersburgo de Stalin. La transferencia de esos archivos a Moscú había comenzado en junio de 1918, después de que el gobierno soviético emitiera un decreto de creación de la Glavarkhiv (Administración Principal de Archivos), que recibió la orden de reunir todos los archivos en Moscú. La transferencia de los archivos tuvo lugar siendo M. H. Pokrovsky y, después, D. B. Riazanov, presidentes de la Glavarkhiv. Los expedientes fueron embarcados en cajas, algunas veces en baúles, y amontonados en diversos lugares provisionales, ninguno de ellos adecuado para estudiar, indexar y catalogar. En 1925, Riazanov ordenó que todos los antiguos archivos desplazados, incluyendo los archivos del Departamento de Policía, fueran transferidos a un edificio especial en Moscú. Entre los archivos que se trasladaron a este lugar estaba el “Archivo Histórico-Revolucionario de Petrogrado”, cuyo material fue completamente transferido a Moscú en el verano de 1926.

Fue durante el inventario de uno de los últimos embarques en julio de 1926 que se encontró el expediente de Iosif Dzhugashvili. El antiguo director del Departamento de Policía, S. P. Beletsky, lo había puesto a buen recaudo en la Sección Especial como “Máximo Secreto”. El hallazgo fue comunicado por un empleado del archivo a David Shub, editor del Sotsialistichesky vestnik, un periódico menchevique de Berlín. Shub no se atrevió a publicar que Stalin había sido durante muchos años un agente de la Okrana sin documentación que lo sustentara, documentación que su informante no pudo proporcionar. No obstante, Shub confió esa información a un amigo de confianza, I. D. Levine, un periodista americano.

El expediente de Stalin se entregó a Felix Dzerzhinsky, entonces jefe del GPU, que escondió el expediente entre sus documentos personales en su oficina de Lubianka, muy poco antes de morir, probablemente envenenado (su muerte se achacó oficialmente a un ataque cardíaco), durante un discurso que realizó en un pleno del Kremlin. No hubo investigación de su muerte ni autopsia de su cadáver, que fue incinerado.

El expediente de Stalin no sería vuelto a descubrir hasta diciembre de 1929, cuando Rabinovich, asistente-jefe del Departamento Político Secreto del GPU, estaba inspeccionando los documentos personales de Felix Dzerzhinsky. Sin saber qué hacer, pidió a un amigo suyo del GPU, Yakov Blumkin, que entregara el expediente de la Okrana sobre Stalin a Trotsky.

Blumkin fue arrestado por agentes del GPU el 21 de diciembre de 1929, y la valija donde llevaba el expediente fue entregada al jefe del GPU, Menzhinsky. Éste, al examinar el contenido del maletín y descubrir el expediente, decidió esconderlo en su oficina. Menzhinsky murió el 10 de mayo de 1934, probablemente como resultado de un lento envenenamiento a cargo de Yagoda, su ayudante, siguiendo órdenes de Stalin. Su oficina fue cerrada y sellada durante más de dos años.

Y en 1936, durante los preparativos del juicio Zinoniev-Kamenev, el expediente fue nuevamente descubierto por el Stein de las memorias de Orlov, cuyo nombre completo cita Brackman como Isaac Lvovich Shtein. Según Brackman*, Tukhachevsky era partidario de que un tribunal secreto del Partido juzgase a Stalin, y no de matarlo como cuenta Orlov. Quien insistió en matarlo inmediatamente tras su arresto, según Brackman, fue el general Boris Feldman.

*Brackman utiliza como fuente un artículo que Orlov escribió en Life el 23 de abril de 1956 titulado "The Sensational Secret Behind [the] Damnation of Stalin".

Seguiremos
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Dom Oct 03, 2010 8:36 pm

¡Hola a todos!

Hasta aquí hemos visto, en síntesis, lo que hay detrás (hasta donde alcanza la bilbiografía a mi disposición) de la teoría que presenta a Stalin como un informante y agente de la Okrana durante los años previos a la revolución rusa y la conspiración encabezada por Tukhachevsky cuando el expediente de la Okrana de Stalin fue a parar a sus manos y las de otras figuras involucradas.

La primera fuente, las memorias de Orlov, debe considerarse como lo que es, una fuente secundaria cuyas afirmaciones, en general, no están sustentadas en material de archivo. La segunda fuente, Brackman, es una investigación basada en fuentes (muchas) secundarias. Su autor, además, lleva en muchas ocasiones sus especulaciones a un terreno que roza la pura imaginación, cuando no el psicoanálisis. Por tanto, si alguien lee estos dos libros debe estar en guardia. E igualmente los resúmenes que he presentado anteriormente no deben tomarse, en su generalidad, como material solvente basado en fuentes primarias.

En mi opinión personal, es perfectamente plausible que Stalin fuese un informante o agente de la Okrana en los años anteriores a la revolución rusa. Era una práctica nada infrecuente entre los revolucionarios, como lo demuestran documentos oficiales existentes de la Sección de Seguridad del Departamento de Policía de la Rusia zarista, especialmente en el caso Malinovky. Este doble juego de agente y revolucionario sería para el revolucionario, en muchas ocasiones, la única forma de evitar penas de cárcel o el exilio administrativo, mientras que para la policía secreta sería una forma de controlar y, hasta cierto punto, interferir en los asuntos políticos de los partidos revolucionarios y sus líderes. El problema, a mi juicio, radica en pasar de la imagen plausible de un Stalin ocasionalmente agente de la Okrana a un Stalin que sistemáticamente traicionó a su partido y a sus líderes a cambio de su propio beneficio, y que esto último se pueda probar documentalmente.

De ahí el título de “teorías” que escogí para el tema. Y la próxima intervención será para exponer brevemente la segunda teoría adelantada al principio del hilo.

Saludos cordiales
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Lun Oct 04, 2010 6:30 pm

¡Hola a todos!

Para no hacer igual de extensa (y aventuro que tediosa) que la anterior la exposición de las dos teorías restantes, intentaré resumir en sólo dos intervenciones los aspectos más sustanciales.

Durante la época de la ejecución de Tukhachevsky, la opinión de las figuras políticas contemporáneas, como Benes y Churchill, mantuvo la creencia de que, efectivamente, Tukhachevsky y otros jefes superiores del Ejército Rojo estaban conspirando para derrocar el régimen stalinista y que Stalin tuvo razón en actuar contra ellos. En cambio, había opiniones que sostenían que Tukhachevsky y compañía eran enteramente inocentes, especialmente entre la izquierda europea anti-stalinista y entre los diplomáticos alemanes en Moscú. Después de la guerra, a medida que fueron conociéndose los métodos mafiosos usados por Stalin, comenzó a forjarse una opinión casi unánime de que no había habido ningún tipo de conspiración del Ejército Rojo contra Stalin. Luego, a mediados de los años 50 surgió la interpretación de Schellenberg (y también de Wilhelm Köttl), según la cual Stalin había sido engañado por Heydrich para que creyera que los líderes del ER estaban conspirando contra él. Según esta teoría, Heydrich, trabajando con la Gestapo y un emigrado ruso de nombre Nikolai Skoblin, falsificó documentos que implicaban a Tukhachevsky y otros oficiales en actos de traición contra el régimen soviético. Luego se enviaron esos documentos a Benes a Praga, y Benes los remitió al Kremlin. Según esta teoría, Benes y Stalin habían sido víctimas de un plan de desinformación diseñado por los alemanes.

A finales de los años 50 estaba más que supuesta la inocencia de Tukhachevsky, pero todavía no estaba claro el papel jugado por Alemania en la purga que Stalin había llevado a cabo contra sus fuerzas armadas. Años más tarde, en la década de 1980 y la aparición de nuevas pruebas en los archivos soviéticos, se llevó a cabo una investigación sobre el "caso Tukhachevsky" que demostró que el impulsor para eliminar a Tukhachevsky y otros altos militares fue el propio Stalin, y que fue el mismo Stalin quien creó todo el ficticio complot contra él mismo. Utilizó a Skoblin, que era un agente soviético cuyo número de servicio en el NKVD era YeZh/13, para contactar con Heydrich y quizá otros miembros de la Gestapo. De esta forma, los alemanes, que consideraron a Skoblin como un emigrado anti-stalinista, fueron embaucados en una trama que, estaban convencidos, iba a debilitar al régimen de Stalin. Heydrich creyó que iba a explotar la paranoia de Stalin suministrándole documentos fraguados que implicaban a Tukhachevsky como un agente alemán. Así, Heydrich se creyó el autor final de una trama cuando, en realidad, él mismo interpretó un papel escrito por Stalin y el NKVD.

La decisión de eliminar a los líderes del Ejército Rojo fue tomada por Stalin durante el invierno de 1935, o incluso un año antes, y el pistoletazo inicial tuvo lugar en la editorial del Znamia Rossii, un periódico mensual ruso publicado en Praga, sito en la Plaza Wenceslas, en el no. 8 de la calle Krakovska. Llevaba en funcionamiento desde 1929, el año en que Stalin consolidó su poder en el Kremlin, y sus líderes estaban entre las decenas de miles de refugiados rusos que habían huido de los bolcheviques y se habían establecido en Checoslovaquia. Decía representar al partido del campesinado ruso; su precio era elevado, 15 céntimos por copia en comparación con los 2 céntimos que costaba el New York Times. El Znamia Rossii parecía destinado a ser un periódico poco conocido con una audiencia leal.

En diciembre de 1935, sus editores anunciaron que habían recibido “hacía alrededor de un año”, a través de canales secretos, material perteneciente a KRASKOMOV, una gran organización clandestina en la Unión Soviética. Habiendo esperado un año, fueron autorizados finalmente por el emisario de la organización, “una persona muy cercana a nosotros”, a hacer pública la información. De hecho, habían recibido garantías firmes y autorizadas de que el material de Rusia sería publicado a petición de los principales representantes de la organización clandestina. Incluso una rápida ojeada al material revelaba que KRASKOMOV no era una más de las muchas organizaciones ilegales que la prensa emigrada suponía que existían en la Unión Soviética. Destacaba por su ambicioso programa y, especialmente, por su inusual composición. La mayoría de sus miembros eran comandantes del Ejército Rojo, y su objetivo derrocar al régimen stalinista.

La primera entrega en diciembre de 1935 proporcionaba los antecedentes históricos de la organización y discutía su composición y los perfiles políticos de sus líderes. Las discusiones iniciales que posteriormente resultaron en la aparición de KRASKOMOV, afirmaba el artículo, tuvieron lugar en mayo de 1929, pero no se convirtió en una auténtica organización clandestina hasta marzo de 1931, cuando se hicieron evidentes los horrores de la política de colectivización de Stalin. Los líderes de la organización estaban ideológicamente cerca del ala derecha del Partido Comunista Soviético. Pero a diferencia de Bukharin, Tomsky y Rykov, KRASKOMOV nunca creyó en los discursos públicos y no esperaba superar a Stalin dentro del Comité Central. Desde el principio, fue diseñada como una conspiración clandestina. El 90% de sus miembros pertenecían al Partido, pero eran hombres de acción, no de palabras. El núcleo de la organización, quizás unas tres cuartas partes, eran líderes superiores del Ejército Rojo. No tenía soldados u oficiales subalternos. KRASKOMOV tenía un líder, un estado mayor general, y organizaciones principales en todos los puestos cruciales del estado y aparatos del partido de la Unión Soviética. Al principio, la organización había planeado atacar en el otoño de 1935 o durante el invierno de 1935-36. Un coup d'état, anticipaba Znamia Rossii, también podía tener lugar en el futuro cercano, por ejemplo, en el invierno de 1936-37. KRASKOMOV estaba decidida a derrocar todo el sistema stalinista antes del estallido de la siguiente guerra mundial.

La edición de febrero de 1936 de Znamia Rossii presentaba un análisis de la filosofía política de la organización. Ni el capitalismo ni el comunismo eran aceptables para los líderes de KRASKOMOV, que fueron retratados como aislacionistas rusos. En el plano interno, se suponía que la organización buscaba el desarrollo de un estado moderno con tendencias democráticas. Se mantendrían algunos componentes del sistema stalinista pero sin el igualitarismo improductivo. Se suponía igualmente que los conspiradores tenían en alta estima a los intelectuales.

En marzo de 1936, Znamia Rossii subrayó los pasos que pretendía dar la KRASKOMOV una vez en el poder. Su programa era notablemente liberal. El nuevo régimen no sería un revolucionario salvador ni destructivo, etc. Serían ilegalizados el Partido Comunista, el Komsomol y la Internacional Comunista, mientras que se restauraría la libertad de religión y se organizarían elecciones libres. Serían liberados y rehabilitados los prisioneros políticos, especialmente los kulaks. Se promocionaría el regreso de emigrados y exiliados, y la gente culta con experiencia en el extranjero sería invitada a ingresar en el nuevo servicio de asuntos exteriores, salvo monarquistas, reaccionarios o fascistas.

La entrega final de la serie apareció en abril de 1936. Los editores habían recibido muchas cartas de sus lectores, algunas muy críticas. ¿Existía realmente KRASKOMOV?, preguntaban. Y si era así, ¿por qué Znamia Rossi la exponía a los ataques del aparato de seguridad de Stalin al revelar su existencia? Algunos lectores sugirieron que el material publicado había sido fabricado por los órganos de seguridad soviética. ¿Y si toda la historia se había diseñado para servir a los intereses de Stalin? Los editores admitieron que esas eran preguntas razonables. Reafirmaron su absoluta confianza en la persona que les había entregado los documentos en diciembre de 1934 y sugerían que los líderes de KRASKOMOV habían decidido hacer pública cierta información para debilitar la imagen de omnisciencia que tenían los órganos de seguridad de Stalin. Los editores también sugerían que la decisión de publicidad también podía servir para reclutar a otros patriotas rusos. Concluían con una declaración que rezaba como una profecía del horror que iba a caer sobre el cuerpo de oficiales del ER: “Los peligros que aguardan a Rusia son grandes y espantosos”.

Incluso antes de la apertura de los archivos presidenciales y de la KGB en Moscú, es posible conjeturar que los artículos del Znamia Rossii fueron una operación de engaño llevada a cabo por la policía secreta stalinista. Su objetivo era sembrar el germen de la duda sobre la lealtad de los líderes del ER y preparar el terreno para la purga. Había poco riesgo involucrado en publicar la serie en un periódico de emigrados que o bien era propiedad de la seguridad soviética o cuyos editores habían sido embaucados al creer el esquema ficticio.

La segunda etapa del complot, y la más visible, contra los líderes de las fuerzas armadas comenzó un año más tarde. Del 23 al 30 de enero de 1937 varios líderes del partido soviético, incluyendo a Karl Radek, afrontaron la acusación de haber organizado una oposición, “centro paralelo” bajo instrucciones de Trotsky. Ya un procedimiento típico de esos juicios, todos los acusados se declararon culpables de todos los cargos. Pero algo inesperado sucedió el 24 de enero de 1937. Durante su interrogatorio, Radek mencionó el nombre del mariscal Tukhachevsky. Subrayó que conocía al mariscal como un hombre que estaba “absolutamente dedicado” al partido y al gobierno (esto es, a Stalin). Sin embargo, implicó completamente a su colega y subordinado el general Vitaly Putna. El siguiente intercambio fue crucial:

Vyshinsky: ¿Así que Putna vino hasta usted, habiendo sido enviado por Tukhachevsky por asuntos oficiales no teniendo nada que ver con su affair ya que él, Tukhachevsky, no tenía ninguna clase de relación con ellos?

Radek: Tukhachevsky nunca tuvo ninguna relación con ellos.

Vyshinsky: Envió a Putna en asunto oficial.

Radek: Sí.


Ya que los funcionarios soviéticos eran completamente responsables de las acciones de sus subordinados, Tukhachevsky fue señalado para su eliminación ya a finales de enero de 1937, cuando todavía era mariscal y ejercía sus funciones.

La etapa final llegó en mayo de 1937. Tras semanas de obscuros rumores, Tukhachevsky fue relevado de sus funciones como comisario suplente de defensa y en menos de dos semanas después fue arrestado, torturado, juzgado y ejecutado a mediados de junio de 1937.

Todo esto está perfectamente documentado en Igor Lukes, Czechoslovakia: Between Stalin and Hitler: The Diplomacy of Edvard Benes in the 1930s (New York: Oxford University Press, 1996). en el Capítulo 4, “Benes and the Tukhachevsky Affair: New Evidence from the Archives in Prague and Moscow”, pp. 91 y ss.

Desmontada la teoría de que el sino fatal de Tukhachevsky fue causado por la información que Benes (procedente de una fabricación de Heydrich) había suministrado a Stalin, y verificada la teoría que colocaba esta decisión de purgar al Ejército Rojo en Stalin y en una fecha muy anterior a 1937, Igor Lukes también desmonta la teoría (apoyada por el propio Benes en sus memorias) de que Benes suministró información (la falsificación de Heydrich incluida) a Stalin sobre un golpe de estado que estaban a punto de dar los líderes del Ejército Rojo. Lo resumiré en la última entrega.

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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Mar Oct 05, 2010 6:53 am

¡Hola a todos!

Al abordar el papel jugado por Benes en el “caso Tukhachevsky”, Lukes se plantea (y responde) tres preguntas: a) cuándo entró en contacto originalmente Benes con informes respecto de un posible golpe de estado militar en Moscú; b) quién comunicó a Benes en enero de 1937 la posibilidad de un golpe de estado militar en Moscú y, c) qué hizo Benes con la información que recibió de Berlín en enero de 1937. Veamos estos tres asuntos.

a) Según Mastny (el embajador checoslovaco en Alemania), Benes recibió la primera señal el 11 de febrero de 1937, pero Benes recordó en sus memorias que su participación en el affair Tukhachevsky comenzó “en la segunda mitad de enero de 1937”. Se enteró de que Hitler estaba “metido en otras negociaciones, que, de ser exitosas, probablemente también nos afectarían considerablemente, y que la reanudación de nuestras conversaciones deben posponerse por tanto hasta más tarde”. Benes fue completamente claro sobre la fecha exacta con su biógrafo inglés Compton Mackenzie. Según esta fuente, Benes supo el 12 de enero de 1937 del conde Maximilian von zu Trauttmansdorff, vía Mastny, que Hitler estaba involucrado en negociaciones “extremadamente importantes” con otra parte y que el resultado podía afectar al texto final del acuerdo entre Praga y Berlín. ¿Reveló deliberadamente o por indiscreción el conde Trauttmansdorff que esas negociaciones eran con Moscú?

¿Supo originalmente Benes de la posibilidad de un golpe de estado militar en Moscú en enero de 1937, tal como declaró a Compton Mackenzie, o en febrero cuando se reunió con el ministro Mastny y leyó su memorándum? La respuesta, explica Lukes, se puede encontrar en la conversación de Benes con el ministro soviético en Praga, Sergei Aleksandrovsky. Según el diplomático soviético, Benes declaró que había estado recibiendo señales indirectas sobre contactos sospechosos entre el Reichswehr y el Ejército Rojo “desde enero de 1937”. Hay todavía otra confirmación de enero de 1937 como el inicio del conocimiento de Benes sobre el affair Tukhachevsky en el funcionario de alto rango del ministerio de Asuntos Exteriores Arnost Heidrich, quien recordó que el 11 de enero de 1937 Benes supo de Berlín que Hitler había cancelado las conversaciones secretas. Sobre la base de estas pruebas, concluye Lukes, es probable que Benes obtuviera su primera referencia de un posible golpe de estado militar en Moscú a mediados de enero de 1937, y que el memorándum del ministro Mastny de 9 de febrero de 1937 de Berlín no fue la primera ocasión en la que escuchó esa información del golpe militar en Moscú.

b) ¿Quién enteró a Benes en enero de 1937 de la posibilidad de un golpe de estado militar en Moscú? En sus memorias, Benes escribió que la fuente de su información fue el ministro Mastny. Dijo lo mismo a su biógrafo inglés y a Heidrich (el funcionario de Exteriores). Sin embargo, no existe la más ligera indicación en los archivos de Mastny, o en cualquier otra documentación de archivo en Praga, de que esa comunicación tuviera lugar en enero de 1937. Al contrario, el memorándum de Mastny fechado el 9 de febrero de 1937 registró la información de Trauttmansdorff con respecto al complot militar en la Unión Soviética con la urgencia de un nuevo y sensacional acontecimiento, no como algo que hubiera tenido un mes de antigüedad. Además, el ministro checoslovaco escribió a Benes el 21 de marzo de 1937: “Le recuerdo que hace más de un mes le reporté” en relación a la expectativa de Hitler de que Stalin y Litvinov cayesen como resultado de una conspiración militar contra el Kremlin. “Hace más de un mes” podía referirse al 9 de febrero, pero no a mediados de enero de 1937. Por tanto, Mastny no debió ser la fuente que enteró a Benes por vez primera de la conspiración militar soviética. ¿Quién fue?

Según testimonio del mayor Josef Bartik, un oficial de inteligencia checoslovaco retirado, Benes recibió la información del industrial alemán Fritz Thyssen, quien pasó esta información de inteligencia a Praga a través de un emisario a Jaroslav Preiss, uno de los banqueros más importantes de Praga. Y Preiss la entregó luego directamente a Benes. Bartik dijo que había sabido esto directamente de Benes en esa época.

Lukes concluye que parece evidente que Benes estuvo expuesto a desinformación relacionada con contactos de traición de los líderes militares soviéticos con sus colegas alemanes en enero de 1937 y que, con toda probabilidad, la información le llegó de Thyssen vía Preiss. Al mes siguiente, Benes fue reforzado en el error por un memorándum de Mastny, que pasó sobre información que había obtenido de zu Trauttmansdorff. Es un misterio por qué Thyssen y zu Trauttmansdorff le hablaron a Benes sobre una conspiración inexistente. ¿Sabían que estaban desinformando a Benes? ¿Actuaron de buena fe? ¿Quién había dicho a Thyssen lo que él luego contó a Preiss, y quién dijo a zu Trauttmansdorff lo que él compartió después con Mastny? ¿Fueron esas fuentes alemanas, rusas, o una mezcla de las dos?

c) ¿Qué hizo Benes con esa información que recibió de Berlín en enero de 1937? Antes de responder, Lukes subraya que es importante que no olvidemos que “al tratar este problema, nos movemos desde su conciencia de rumores sugiriendo un inminente golpe de estado militar en Moscú a su posible participación en el affair Tukhachevsky. Benes no tenía control sobre lo que Thyssen o zu Trauttmansdorff habían escogido decirle, pero era responsable por cualquier información que pudiera pasar a Stalin”. Y que, por tanto, esta cuestión es fundamental. Benes escribió en sus memorias que después de haber sabido por Mastny del complot de la camarilla anti-Stalin, “inmediatamente informé al ministro soviético en Praga, Aleksandrovsky”. Hizo una afirmación similar a Churchill, con quien había discutido su papel en el affair Tukhachevsky en enero de 1944. Una vez que se enteró del complot militar soviético, recordó Churchill, “el Presidente Benes no perdió ningún tiempo en comunicar todo lo que pudo descubrir a Stalin”. Esa historia también está apoyada por Schellenberg.

Pero afirma Lukes: “Puede probarse ahora, con la ayuda de los documentos diplomáticos soviéticos, que esto fue una fabricación. (…) La realidad de la participación de Benes en el affair del Ejército Rojo tiene poco en común con el cuadro que él pintó”.

Benes recibió al ministro Aleksandrovsky el 22 de abril de 1937 para tomar el té, su único encuentro durante ese mes. Durante el transcurso de su charla, Benes hizo insinuaciones misteriosas sin explicar lo que tenía en mente. En un momento dado dijo a Aleksandrovsky que ninguna amenaza alemana podía alejarlo de su socio soviético. Dijo que Checoslovaquia permanecería leal a sus tratados con Moscú y París, “independientemente de los cambios que pudieran influenciar la política exterior soviética”. Aleksandrovsky no sabía de qué estaba hablando Benes, y fue incapaz de seguir sus insinuaciones esotéricas. Según Aleksandrovsky, Benes respondió observando que

la Unión Soviética es un país gigante con una multitud de intereses en Europa así como en Asia. Benes imagina la posibilidad teórica de que esos diversos intereses pueden obligar a la URSS a cambiar su política exterior, por ejemplo, vis-à-vis Alemania e Inglaterra. No dice nada concreto; simplemente quiere decir que Checoslovaquia permanecerá amistosa hacia la URSS bajo cualquier circunstancia.

Aleksandrovsky, obviamente confuso, aseguró dos veces a Benes que era imposible hablar sobre cualquier tipo de acercamiento soviético-alemán. Es importante que este registro de la conversación de Aleksandrovsky con Benes el 22 de abril de 1937 deja inequívocamente claro, a pesar de todas las otras afirmaciones, que Benes, que en ese momento conocía el supuesto complot de Tukhachevsky desde hacía tres meses, no dijo nada al ministro soviético.

Benes y Aleksandrovsky volvieron a hablar del affair Tukhachevsky en su siguiente conversación, el 3 de julio de 1937, unas tres semanas después de la ejecución del mariscal. Esta vez no hubo alusiones vagas. A causa de su información de Berlín, registró Aleksandrovsky, Benes había estado esperando el acontecimiento que recientemente había tenido lugar en Moscú, es decir, la ejecución de Tukhachevsky. Estaba alegre de que Stalin hubiera sido capaz de liquidar la conspiración. Aleksandrovsky reportó además:

Benes me recordó que en nuestra conversación de 22 de abril había declarado que, después de todo, por qué no podían llegar la URSS y Alemania a un acuerdo. Le dije que lo recordaba y admití que había quedado muy sorprendido por esa parte de nuestra conversación porque no fui capaz en absoluto de fijar la pauta del pensamiento de Benes. El presidente me sonrió astutamente y declaró que ahora me podía explicar finalmente el significado oculto de nuestra anterior discusión. Me pidió que tratara lo siguiente como información de máximo secreto, tras lo cual me dijo que había estado recibiendo desde enero de 1937 señales indirectas sobre relaciones muy estrechas entre el Reichswehr y el Ejército Rojo. Desde entonces había estado esperando a ver cómo podría acabar todo el affair.

Y eso fue lo que pasó: 21 días después de la ejecución de Tukhachevsky, Benes reveló a Aleksandrovsky como un gran secreto la falsa información con respecto a contactos entre generales alemanes y soviéticos.

Lukes analiza, descartándola, la posibilidad de que Benes hubiese informado al Kremlin a través de otros canales a los que Aleksandrovsky no tuviera acceso. Concluye que, además, Benes en sus memorias escribió y dijo a Churchill que había comunicado la información de Berlín a Moscú vía Aleksandrovsky.

La información llegó a Moscú de París, no de Praga. Y de Daladier, vía el embajador Potemkin a mediados de marzo de 1937, no de Benes, quien sólo lo comunicó a Aleksandrovsky después de la ejecución de Tukhachevsky. La conexión con París fue confirmada posteriormente por Potemkin en junio de 1937 al embajador francés Robert Coulondre. En agosto de 1937 fue confirmada al ministro checoslovaco Pavlú.

¿Y qué fue de los documentos fabricados por los alemanes que implicaban a Tukhachevsky y a sus colegas militares? Esos documentos se supone que fueron fabricados en abril de 1937, presumiblemente por el agente del NKVD Skoblin y Heydrich de la Sicherheitsdienst, en el sótano del cuartel general de la Gestapo en la Prinz Albert Strasse de Berlín. Fueron llevados a la atención de Benes, según Schellenberg, por un agente que se hacía pasar por un emigrado alemán en Praga (su identidad es un misterio). Pero es seguro que no fueron enviados a Moscú. Además, el director de los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso examinó todos los expedientes relevantes y no encontró rastro alguno de los documentos falsificados, y el general Nikolai Pavlenko, un historiador militar soviético, testificó que su colega, que había asistido al juicio de Tukhachevsky, le había dicho que nunca se presentaron como pruebas ninguna clase de documentos. Finalmente, el general Frantisek Moravec del servicio de inteligencia militar checoslovaco, el Second Bureau, negó en sus memorias de forma rotunda que la organización hubiera estado expuesta jamás a las falsificaciones.

Ibid., pp. 99-106

Y esto es todo, si no hay más comentarios. No me digáis que no hay en todo lo relatado (y en mucho más que se ha quedado en el tintero) material de sobra para escribir una magnífica novela de espionaje con todos los ingredientes típicos: doble juego, intriga, traición, asesinato, envenenamiento, desinformación, conspiración.....Tal vez sólo falta una historia de amor :wink:

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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por homer5275 » Mar Oct 05, 2010 7:52 am

Hola Jose Luis

Interesantisimo todo la lectura de las tres teorias. Solamente una cuestión; Brackman no se nuetre de fuentes primarias en su teoria del golpe de estado orquestado por Tukhachecsky al enterarse de que Stalin era un exagente de la Okrana, pero no puede ser posible que, informes culpando a Stalin fueran encontrados y quisieran realmente quitarselo del medio?

Un saludo

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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Mar Oct 05, 2010 10:24 am

¡Hola, Homer!

La inmensa mayoría de las fuentes utilizadas por Brackman son de carácter secundario, pero también aporta documentos oficiales de la Okrana, en poder del Instituto Hoover, donde aparece el nombre de Iosif Vissarionov Dzhugashvili (Stalin), aunque, que recuerde ahora mismo, sin que Stalin se viera comprometido en el alcance de delación y traición que sugiere Brackman en su obra.

Pero en el caso de informes realmente comprometedores para Stalin, la fuente ya no es un documento oficial. Veamos el caso del informe que hizo Eremin para Beletsky, y que éste luego adjunto a un expediente que hizo con todo lo relativo a Stalin, y que fue el expediente que Brackman dice se encontró en 1926, en 1929 y en 1936.

El informe, firmado por Eremin, reza (lo dejo en su original inglés del libro):

Benevolent Sir Stepan Petrovich,
Iosif Vissarionov Dzhugashvili, who has been exiled by Administrative
Decree to the Turukhansk region, provided the Chief of Tiflis G.G.A.
[Gubernia Gendarmerie Administration] with valuable intelligence
information when he was arrested in 1906.
In 1908 the chief of the Baku Okhrana Section received from
Dzhugashvili a series of intelligence reports, and afterward, upon his
arrival in St Petersburg, Dzhugashvili became an agent of the St
Petersburg Okhrana Section.
Dzhugashvili’s work was distinguished by accuracy, but was
fragmentary. After the election of Dzhugashvili to the Central Committee
of the party in the city of Prague he, having returned to St Petersburg,
went over into open opposition to the Government and broke completely
his connection to the Okhrana.
I am informing you, dear sir, of the above for your personal
consideration in the conduct of operational work.
With assurance of my high esteem,

A, Eremin


La anotación de Brackman para este informe (nota 69), explica: [Carta de N. V. Veselago, fechada el 21 de junio de 1956, a I. D. Levine, con cinco páginas manuscritas en ruso, p. 2. La carta está en el archivo de I. D. Levine y copia en el archivo del autor]. Levine es el ya citado periodista y autor americano.

N. V. Veselago, cuyo nombre aparece varias veces en la narración de Brackman, era un oficial de la Okrana y ayudante (y familiar lejano) de Beletsky. Brackman remite a él como fuente en varias ocasiones y lo referencia dos veces en la bibliografía selecta:

Veselago, N.V. Former Okhrana officer and a relative of S.P.Beletsky, director of the Department
of Police 1909–12), Veselago’s letter to I.D.Levine, dated 25 June 1956, with his analysis of the
Eremin Letter forgery. Copies in Levine’s and the author’s archives.

——‘The Department of Police, 1911–1913’. From the recollections of Nikolay Vladimirovich
Veselago, unpublished taped interview with Edward Ellis Smith, on file at the Hoover
Institution (Ms. HV 8225/S646). Copies in Smith’s and the author’s archives.

Como ves, esta fuente es secundaria, aunque se trate de una información proporcionada por un oficial de la Okrana en la época de los acontecimientos. La única manera de probar documentalmente ese supuesto informe de Eremin es con, al menos, una copia del informe original. Esto no significa que se deba rechazar como falsa esa fuente, sino que no sirve como prueba. Piensa que estamos hablando de Stalin, y sólo los dioses saben cuánto se habrá fabricado o inventado para desacreditarlo (más allá de lo que él mismo hizo para esto).

Por otra parte, la información de que Beletsky hizo un expediente de Stalin donde adjuntó ese informe de Eremin viene anotada por Brackman con el no. 75, pero el capítulo de notas muere en el 74 (quizás su ausencia se trate de una error de imprenta).

Ahora, la fuente que utiliza Brackman para sustentar el descubrimiento de ese expediente en 1926 y su notificación a David Shub (el editor al que supuestamente informó el funcionario del GPU que encontró el expediente) es (nota 14) una carta que el periodista Levine escribió a Brackman con fecha 7 de agosto de 1976.

La fuente que emplea para apoyar el descubrimiento del expediente en diciembre de 1929 por Rabinovich (nota 9) es una entrevista con I.P.Itskov, quien conocía a Rabinovich. Y para el descubrimiento del expediente en 1936 por Shtein y la aparición en la trama de Tukhachevsky, la fuente de Brackman es un artículo ya citado de Alexander Orlov.

Así que los asuntos sustanciales del tema en Brackman carecen de soporte en forma de fuente primaria, es decir, no hay documentos oficiales que los acrediten como hechos.

Sin embargo y en mi opinión, la ausencia de pruebas no significa necesariamente que no sea perfectamente plausible la teoría (digamos que construida a base de indicios, testimonios y pruebas indirectas) que sostiene que Stalin fue un informante o agente de la Okrana y que, siguiendo dicha teoría, en las décadas de 1920 y 1930 pudieran encontrarse pruebas (informes de la Okrana) comprometedoras para Stalin. Pero, a falta de dichas pruebas, la teoría no deja de ser una teoría, no un hecho histórico. Todavía tiene menos sustento, en mi opinión, la teoría que presenta la existencia de una conspiración militar para derrocar a Stalin, tal como hemos visto. Que Stalin haya acusado de traición y otros cargos a las víctimas de sus purgas militares (que fueron varias decenas de miles) no significa, tampoco, que esas acusaciones no fuesen otra cosa más que el propio montaje de Stalin y su séquito.

Saludos cordiales
JL
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Las teorías en el "Caso Tukhachevsky"

Mensaje por José Luis » Mar Oct 05, 2010 1:53 pm

¡Hola a todos!

Quisiera añadir algunos apuntes bibliográficos más.

Según Harold Shukman*, los únicos documentos existentes en el Archivo Estatal de la Federeción Rusa que identifican claramente a Stalin como agente de la Okrana, citados por Brackman, son de dudosa autenticidad, a tenor de Z.I.Peregudova, Politicheskii sysk Rossii.1880–1917 (Moscow: ROSSPEN, 2000).

*Harold Shukman, Redefining Stalinism (Routledge Taylor & Francis e-Library, 2005) p. 88, nota 4.

Alter Litvin y John Keep, Stalinism: Russian and Western Views at the Turn of the Millennium (Routledge Taylor & Francis e-Library, 2004), p. 34 y ss., tratan el asunto de la participación de Stalin en los robos (expropiaciones) y el de su supuesta relación con la Okrana.

Documentan que Stalin fue desde 1900 un revolucionario profesional que vivió ilegalmente y estaba enamorado de los seudónimos, lo que le llevó a cambiar su nombre frecuentemente. Sus primeros versos los firmó como ‘Soselo’; desde entonces fue I. Besashvili, Koba (1906), Koba Ivanovich (1907), K. Stefin (1909), K. Salin (1912), y finalmente K. Stalin (1913). Entre sus apodos tuvo David y Soso (1901), Chopur (1903) e Ivanovich (1906). Sus apellidos incluyeron Nizheradze (1908), Totomiants (1909), Melikiants (1910), Chizhikov (1911) y Vasil’ev (1912).

En cuanto a lo que nos interesa, su supuesta conexión con la Okrana, dicen que la evidencia es oscura, que los especialistas en Rusia y Occidente han estado debatiendo el asunto durante años. Según ellos, una solución al acertijo depende de la autenticidad de tres documentos. El primero se remonta a marzo de 1910, cuando el departamento de la Okrana en Baku recibió información sobre actividades de los socialdemócratas locales procedente de un agente secreto cuyo nombre en clave era "Fikus". La policía tenía varios operativos en la organización en Baku del RSDRP, y la frecuencia de los arrestos levantó las sospechas entre los activistas. Se creyó que Dzhugashvili, que fue arrestado en Baku el 23 de marzo de 1910, era "Fikus". Pero una reciente y cuidadosa investigación realizada por Z.I. Peregudova** ha mostrado que el "Fikus" real fue N.S. Yerikov, cuyo nombre legal era D.B. Bakradze. trabajador y miembro del partido desde 1897, que se unió al comité de Baku en 1910 y cooperó con la Okrana desde 1909 hasta 1917.

El análisis de las fuentes también ha arrojado dudas sobre la autenticidad del informe suministrado por el jefe del departamento de Moscú de la Okrana, A.P. Martynov, al departamento de policía el 11 de noviembre de 1912 acerca de la asociación de Stalin con R.V. Malinovsky, que fue en realidad un agente de la Okrana de Moscú desde 1910 en adelante. Malinovsky (1877-1918) se unió a los bolcheviques en 1912 y al año siguiente fue elegido para la Duma, pero no fue hasta abril de 1917 cuando se descubrió que era un agente de la policía, y de esta forma cualquier contacto que Stalin hubiera tenido con él antes de esa fecha no puede considerarse una colaboración deliberada con la Okrana.

Finalmente está la "carta de Yeremin" (Eremin), que fecha esa colaboración de Stalin ya en 1906/1908. Esta carta fue puesta en circulación por V.N. Rossianov, un coronel Blanco que estaba a cargo de los llamados "documentos de la Okrana siberiana" antes de su huida a China. Fechada el 12 de julio de 1913, está firmada por el coronel A. M. Yeremin, jefe de la Sección Especial del Departamento de Policía, y dirigida a A.F. Zhelezniakov, jefe de la Okrana de Yeniseisk. Tanto el análisis "externo" como "interno" de este documento muestran que es una falsificación. La carta existe en una simple copia; no hay copia en los registros del departamento de policía y no está listada en su registro del correo saliente. Lleva el número 2.889, pero en 1913 el departamento especial tenía instrucciones de usar números que comenzaran con el 93.001. También demuestra su falsedad la comparación de la escritura con otros documentos de Yeremin. Citan a Peregudova, quien dice que "cualquier activista sería el primero en decir que Stalin era un agente de la Okrana si se hubiera encontrado a tal efecto evidencia documental fiable; pero todos los documentos actualmente a disposición de los historiadores no permiten extraer una conclusión semejante".

**Z.I. Peregudova, Politicheskii sysk Rossii, 1880–1917 (Moscow: ROSSPEN, 2000), 243–67, 272.

Con más antigüedad, Eric Lee***, que examinó el debate sobre la autenticidad o fabricación de la carta de Eremin, cree que, en vista del tipo de mecanografía utilizado para escribir la carta, la naturaleza del membrete, la fecha de la carta, los problemas estilísticos con la terminología y texto de la carta, y la gran demora en su publicación, primero por emigrados rusos y después por Isaac Don Levine****, un periodista de origen ruso que publicó una foto del documento en la edición de 23 de abril de 1956 de la revista Life. el caso contra la autenticidad de la carta de Eremin es muy fuerte. Sin embargo, dice Lee, aunque la carta de Eremin no debe ser genuina, la cantidad de acusaciones de que Stalin era un espía zarista, la preponderancia de pruebas circunstanciales de que era un agente de la Okrana, y el hecho de que los detalles revelados en la carta indican que su autor tenía un gran conocimiento sobre el movimiento revolucionario ruso y las actividades de la Okrana, todas estas cosas dan, según Lee, crédito a la interpretación de que "la historia que cuenta es básicamente verdadera". Todo considerado, el misterio de la carta de Eremin y la relación de Stalin con la Okrana no pueden resolverse a estas alturas, concluye Lee.

***Eric Lee, “The Eremin Letter: Documentary Proof That Stalin Was an Okhrana Spy?” Revolutionary Russia 6, no. 1 (1993): 55-96, citado en David R. Egan y Melinda A. Egan, Joseph Stalin: An Annotated Bibliography of English-Language Periodical Literature to 2005 (Plymouth: Scarecrow Press, Inc. 2007), p. 77.

****Isaac Levine, “A Document on Stalin As Czarist Spy.” Life 40 (23 April 1956): 17-48+, citado en D. y M. Egan, Op. Cit., p. 77. Levine defiende la autenticidad de una carta de 12 de julio de 1913 firmada "Eremin" y enviada desde la Okrana de San Petersburgo al jefe de la Okrana de la provincia de Yeniseisk en Siberia, describiendo el servicio de Stalin como un espía de la Okrana y anotando la ruptura de su conexión con la Okrana y posterior arresto y exilio a Siberia. Al presentar su caso en favor de la autenticidad de la carta, Levine traza la historia de los viajes del documento: establece que el papel de la carta bien podría ser de un stock ruso de antes de la IGM y que la máquina usada para mecanografiarlo era un modelo usado por la Okrana durante esa época. Identifica a Eremin como el jefe de preguerra de la Sección Especial de Kiev de la Okrana, y muestra como el arresto de Stalin en Tiflis en 1906 -un hecho no mencionado por los biógrafos oficiales de Stalin- pudo haber conducido a su reclutamiento como un agente de la Okrana dentro de las filas del partido bolchevique.

Otro artículo referenciado y citado por los Egan (p. 125), ahora sobre el affair Tukhachevsy, es Paul W. Blackstock, “The Tukhachevsky Affair.” Russian Review 28, no. 2 (1969): 171-90. El autor traza el desarrollo de la conspiración Tukhachevsky -que supuestamente estaba dirigida a sustituir el régimen de Stalin por una dictadura militar- desde Stalin, su autor, a través de Skoblin, el general emigrado en París, a Reinhard Heydrich, quien amplió la evidencia falsificada implicando al Estado Mayor General alemán en un "complot" para liquidar a Stalin y Hitler. También describe los medios por los cuales los documentos falsificados retornaron a Moscú desde Berlín, y cómo fueron utilizados por Stalin como arma decisiva contra el liderazgo del Ejército Rojo.

Bueno, por hoy ya basta.
Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

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