¡Hola a todos!
gableleig escribió:
Lo que ocurre es que, en la República de Weimar, como ha apuntado Eckart, es el presidente de la república quien tiene potestad para nombrar al jefe del gobierno, lo cual lleva aparejado que dicho jefe de gobierno puede salir de cualquier fuerza política. El hecho histórico debe ser analizado con los imperativos del momento (ya sean de tipo legal, cultural, político, económico o social), no desde una óptica actual. Saludos.
Efectivamente. En la RdW el que un partido político obtuviese la mayoría de los votos en las elecciones al Parlamento no significaba su acceso directo a la Cancillería del Reich. El Canciller era nombrado (y destituido) por el Presidente de la República, quien además podía disolver el Parlamento en cualquier momento, si bien al hacer esto estaba obligado por el Artículo 25 de la Constitución a convocar elecciones no más tarde de 60 días de la fecha de disolución.
Además, podía nombrar a un Canciller que no contase con mayoría en el Parlamento. Tal fue el caso de todos los gabinetes desde 1930 (Brüning, Papen, Scleicher y Hitler). La diferencia, tal como ha escrito Eberhard Kolb en la obra que he referenciado más arriba, estaba en que el régimen presidencial de Hindenburg se manifestó en dos formas entre 1930 y 1933:
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como un gabinete presidencial tolerado y no-tolerado; hasta el final, en mayo de 1932, el gobierno Brüning fue tolerado por la mayoría del Reichstag, mientras que los gabinetes de Papen y Schleicher no tenían esa tolerancia mayoritaria en el parlamento. ¿Qué significaba esto?
El tolerado gobierno presidencial de Brüning seguramente hizo todo lo que pudo para reducir al mínimo los derechos de legislación y participación política del Reichstag. Pero no podía evitar el permitir que el Reichstag se reuniera con diferentes intervalos: mociones de no confianza y mociones para rescindir los decretos de emergencia -que se estaban haciendo continuamente por el NSDAP, el DNVP, y el KPD- no encontraban mayoría en el Reichstag porque el SPD (de largo el partido parlamentario más grande) toleraba el gabinete Brüning. Esto significaba, en efecto, que el SPD votaba contra las mociones de no confianza y las mociones para revocar los decretos de emergencia.
En cambio, un gabinete presidencial que no disfrutase de tolerancia no podía arriesgar el permitir que el Reichstag se convocase para una simple sesión: sus temores a un voto de no confianza y una aprobación para anular la legislación de emergencia eran demasiado grandes. Aunque, en la época, había una controversia dentro del campo de la ley constitucional sobre si un voto de no confianza obligaba formalmente al presidente a destituir al canciller, no había cuestión alguna sobre las otras dos exigencias constitucionales: primero, que el presidente tenía que presentar los decretos de emergencia al Reichstag y rescindirlos a petición del mismo, y segundo, que una disolución del Reichstag tenía que ser seguida por nuevas elecciones dentro de 60 días (Artículo 25)] (Kolb, 14-15)
Cuando Hindenburg destituyó a Brüning, en mayo de 1932, y nombró a Papen, que no fue tolerado por el Reichstag, éste tuvo que pedir a Hindenburg que disolviera el Reichstag, convocando elecciones para el 31 de julio. En estas elecciones el NSDAP sacó la mayoría, pero cuando Hitler pidió la Cancillería a Hindenburg, éste se la negó, manteniendo a Papen como Canciller. Papen, a pesar de que lo intentó (en realidad iba a la búsqueda de una dictadura, mediante la disolución del Reichstag y la prórroga
sine die del obligado plazo de 60 días para convocar nuevas elecciones), no pudo evitar que le presentaran una moción de censura en el Reichstag presidido por Göring, a pesar de que el propio Papen le había dado ese mismo día en el Reichstag a Göring, antes de celebrarse la moción, el decreto de disolución del Reichstag firmado por Hindenburg. Con lo cual tuvieron que celebrarse nuevas elecciones en noviembre de 1932, y esa vez Hindenburg, tras la inviabilidad política de mantener a Papen, nombró Canciller a Schleicher.
Pero el gabinete Schleicher tampoco consiguió el respaldo parlamentario (no fue tolerado, para utilizar la fraseología de Kolb), y, perdiendo la confianza del presidente, Hindenburg destituyó a Schleciher y nombró canciller al candidato, Hitler, que le habían presentado Papen y Hugenberg. Su nombramiento fue tan legal como el de los anteriores cancilleres.
Saludos cordiales
José Luis