Hanna Arendt y Heidegger. Pasión insólita

¿Qué pasaría si…?

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CRISTINA42
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Hanna Arendt y Heidegger. Pasión insólita

Mensaje por CRISTINA42 » Dom Ago 09, 2009 1:53 pm

Hannah Arendt, famosa por su teoría política, es considerada como una de las pensadoras más grandes y originales del siglo XX. Hija de padres judíos laicos, nació en Linden/ Alemania y creció en Königsberg y Berlin. Estudió filosofía con Martin Heidegger en la Universidad de Marburg. Fue amante del polémico pensador, lo que le valió críticas debido a las relaciones que mantenía Heidegger con el Partido Nacional Socialista; tras una larga ruptura, retomó contacto con Heidegger hacia el final de su vida.

Martin Heidegger
(Messkirch, Alemania, 1889-Todtnauhaberg, actual Alemania, 1976) Filósofo alemán. Discípulo de Husserl, su indiscutible preminencia dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre por la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen nacionalsocialista, manifestada en el discurso que pronunció en la toma de posesión de la cátedra en la Universidad de Friburgo (1933). La renuncia a la cátedra, muy poco después de ocuparla, no evitó que en 1945 fuera destituido como docente en Friburgo, tras la ocupación de Alemania por los aliados.

Hannah Arendt y Martin Heidegger se conocieron en Marburgo, en 1924. Ella tenía entonces 18 años y había ido a estudiar filosofía en la universidad local. Heidegger tenía 35 y estaba casado con Elfride Petri, con la que tenía dos hijos. Aunque aún no había publicado Ser y Tiempo , su obra más importante, era ya un profesor de reconocida brillantez y originalidad. Sus alumnos lo apodaban "El mago de Messkirch", en alusión a su ciudad natal, en el distrito rural de Baden-Württemberg. Aunque el affaire entre ambos era sospechado por muchos, sólo salió a la luz pública en 1995, cuando la profesora Elzbieta Ettinger logró acceso a la correspondencia entre ambos. Esta correspondencia, compuesta de 119 cartas, en su mayoría pertenecientes a Heidegger (ya que él, probablemente, se deshizo de las que Arendt le escribió), fue recién publicada en 2003.

Esta pasión, que fue tanto física como intelectual y perduró durante medio siglo, resulta curiosa y fascinante, si se tiene en cuenta que Heidegger fue un adherente de la primera hora al régimen hitlerista, el mismo que forzó a Arendt al exilio y a millones de judíos a la muerte.

La relación amorosa comenzó en 1925, un año después de la llegada de Arendt a Marburgo, y su fase más intensa terminó en 1926, cuando Arendt se mudó a Heidelberg, para completar un doctorado con Karl Jaspers y Heidegger se fue a vivir a Friburgo, donde ocupó la prestigiosa cátedra de Filosofía dejada vacante por su amigo y mentor, Edmund Husserl. La segunda fase de la relación, de 1926 a 1933, consistió en encuentros furtivos, cada vez más espaciados. Heidegger tuvo otras amantes y Arendt se casó en septiembre de 1929 con Günther Stern, uno de los estudiantes de Heidegger.
El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler se convirtió en canciller de Alemania y el 21 de abril, Martin Heidegger asumió como rector de de la Universidad de Friburgo. Diez días más tarde, se incorporaba al Partido Nacionalsocialista, membresía que mantendría hasta el fin de la guerra. La ceremonia inaugural de su rectorado tuvo lugar el 27 de mayo, en medio de banderas y estandartes nazis. En la ocasión, Heidegger pronunció su célebre discurso, titulado "La autoafirmación de la universidad alemana", donde se manifestó contra la libertad académica y se admiró del "esplendor y la grandeza de la hora actual".

Ese mismo año, Hannah Arendt se exilió en París, de donde partiría más tarde a los Estados Unidos. Durante 17 años, no supieron nada el uno del otro. Heidegger, que asediado por conflictos políticos y administrativos había renunciado a su posición de rector en 1934, vivió los años de la guerra en una relativa oscuridad. Arendt, por su parte, trabajó intensamente en el movimiento sionista, persuadida, como le dijo a un periodista alemán que la entrevistó en 1964, de que "si uno es atacado como judío, debe defenderse como judío".

Heidegger emergió de la derrota alemana convertido en un paria. Su antiguo prestigio se había evaporado tanto como los sueños de perdurabilidad del régimen con el que había simpatizado. Forzado a dar testimonio ante un comité de desnazificación, fue despojado de su vivienda, se le prohibió ejercer la enseñanza por cinco años y se lo privó de su sueldo. Arendt regresó a Alemania en febrero de 1950, como miembro de la Comisión Europea para la Reconstrucción Cultural Judía. Para entonces, estaba casada en segundas nupcias con el dirigente marxista Heinrich Blücher ("El único hombre al que pude amar después de Martin", según confesó) y su nombre ya comenzaba a resonar en los círculos intelectuales de todo el mundo. Cuando llegó a Friburgo, le envió un impetuoso mensaje a Heidegger, en el que le proponía que se encontraran. El encuentro, que comenzó ásperamente, terminó en una reconciliación. A partir de entonces, Arendt no sólo fue amiga y confidente de Heidegger, sino que se convirtió en una pieza fundamental en su rehabilitación pública. Nunca se disculpó por su pasado ni emitió jamás juicio alguno sobre las atrocidades del nazismo.
Arendt sabía suficientemente del carácter de Heidegger y de sus actividades durante el período hitlerista, como lo revela su correspondencia con Jaspers y con su esposo, Heinrich Blücher. Pero, evidentemente, no lo sabía todo. La verdadera relación de Heidegger con el pensamiento nazi y con el régimen hitlerista recién sería expuesta en su totalidad en Heidegger y el nazismo , un libro publicado en 1987 por el investigador chileno Víctor Farías, quien había estudiado con Heidegger en Friburgo. Farías demostró que el antisemitismo formaba parte de su cultura de Heidegger y que no se trataba de una cuestión meramente accidental, surgida al calor de una revolución política.
Las revelaciones provocaron un escándalo en el mundo intelectual, particularmente en Francia, y llevaron a numerosos investigadores a revolver archivos y bibliotecas en busca de más evidencia. Lo que descubrieron fue que, lejos de haber sido un pasivo simpatizante del nacionalsocialismo, Heidegger compartió activamente sus principios, denunciando a colegas y reclamando su expulsión por considerarlos "pacifistas", "filojudíos" o "poco confiables". Algunos intelectuales, como Derrida, trataron de defender a Heidegger, acusando a Farías de sensacionalismo. Otros, como Herbert Marcuse, se sintieron profundamente desilusionados por el silencio de Heidegger después de la guerra.
Por amor, admiración o deuda intelectual, Hannah Arendt persistió en la defensa de Martin Heidegger y su legado. En 1969, cuando Heidegger celebró su 80º aniversario, Arendt publicó una extensa apología en la revista New York Review of Books , donde exaltó la importancia de la contribución de Heidegger a la filosofía del siglo XX. Sólo dedicó un párrafo a la relación de Heidegger con el nacionalsocialismo, a la que llamó "un cambio de residencia" del pensamiento "a los asuntos mundanos" y comparó con la desastrosa experiencia de Platón cuando trató de educar al tirano de Siracusa.
Hannah Arendt murió el 4 de diciembre de 1975 y Martin Heidegger apenas seis meses después, el 26 de mayo de 1976, dejando en manos de algunos escritores y dramaturgos, como yo, imaginar las claves de esa pasión insólita.


Carta de Hannah Arendt a Martin Heidegger
Carta de 1929. Querido Martin,
Habrás oído hablar probablemente ya de mí por otras fuentes al azar. Esto toma la ingenuidad del mensaje mío, pero no la confianza de nuestra reunión pasada en Heidelberg, una vez más nuevamente y gratificantemente consolidada. Entonces vuelvo a tí hoy con la misma seguridad y con la misma petición: no te olvides de mí, y no te olvides de cuánto y cuán profundamente nuestro amor se ha convertido en la bendición de mi vida. Este conocimiento no se puede sacudir, no hoy, cuando, como salida de mi falta de inquietud, he encontrado un hogar y un sentido de pertenecer con alguien sobre quién usted puede ser que lo entienda mejor que todos. Oigo a menudo cosas sobre usted, pero siempre con esa reserva peculiar e indirectamente, que da simplemente hablar sobre un famoso nombre-que es algo que puedo reconocer apenas. Y quisiera de hecho saber -casi tormentosamente, cómo estás, en qué estás trabajando, y cómo Freiburg te está tratando.
Beso en la frente y los ojos
tu Hannah.

Carta de Heidelberg a Hanna.

Queridísima! Gracias por tu carta. Si solamente pudiera decirte cómo soy feliz contigo, acompáñándote mientras tu vida y tu mundo se abren de nuevo. Apenas puedo ver cuánto has entendido y cómo todo es providencial. Nadie aprecia jamás cómo es la experimentación consigo mismo, por esa circusntancia, todos los compromisos, técnicas, moralización, escapismo, cierran nuestro crecimiento, inhibiendo y torciendo la providencia de Ser. Y esta distorsión gira en torno a cómo, a pesar de todos nuestros sustitutos para la "fe," no tenemos ninguna fe genuina en la existencia en sí misma y no entendemos cómo sostener cualquier cosa como ésa por nosotros mismos. Esta fe en la providencia no excusa nada, y no es un escape que me permita terminar conmigo de una manera fácil. Solamente esa fe -que como fe en en el otro es amor- puede realmente aceptar al "otro" totalmente. Cuando veo que mi alegría en ti es grande y creciente, es que también tengo fe en todo lo que sea tu historia. No estoy erigiendo un ideal ni me estoy dejando caer en la tencación de educarte, o a cualquier cosa que se asemeja a eso. Por suerte, a ti -tal y como eres y seguirás siendo con tu historia- así es cómo te quiero. Sólo así es el amor fuerte para el futuro, y no sólo el placer efímero de un momento: sólo entonces es el potencial del otro también movido y consolidado para las crisis y las luchas que siempre se presentan. Pero tal fe también se guarda de emplear mal la confianza del otro en el amor. El amor que pueda ser feliz en el futuro es el amor que ha echado raíz. El efecto de la mujer y su ser es mucho más cercano a los orígenes para nosotros, menos transparentes, es más providencial, pero también más fundamental. Tenemos un efecto solamente en cuanto somos capaces de dar: si el regalo es aceptado siempre inmediatamente, o en su totalidad, es una cuestión de poca importancia. Y nosotros, cuanto mucho, sólo tenemos el derecho de existir si somos capaces de que nos importe. Nosotros podemos dar solamente lo que pedimos de nosotros mismos. Y es la profundidad con la cual yo mismo puedo buscar mi propio Ser, que determina la naturaleza de mi ser hacia otros. Y ese amor es la herencia gratificante de la existencia, que puede ser. Y así es que la nueva paz se desprende de tu rostro, el reflejo no de una felicidad que flota libremente, pero sí de la resolución y la bondad en las que tú eres enteramente tú.

Tu Martin.



fuentes: http://ubikeuropa.eu/index
http://cartasenlanoche.blogspot.com/
http://ar.geocities.com/amorencarta/112.html
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hanna Arent y Heidegger. Pasión insólita

Mensaje por CRISTINA42 » Mié Ago 12, 2009 2:19 pm

Que poco os gusta el a amor.....salvajessssssssssssssss!!!!!!!!!!!!!!!!

https://elpais.com/cultura/2019/03/09/t ... 75701.html
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hanna Arent y Heidegger. Pasión insólita

Mensaje por Germana » Mié Ago 12, 2009 3:33 pm

Pues a mí me parece algo bellísimo.
¿Quién ha dicho que las razas, credos o religiones, o cualquier otra cosa impidieran a alguien enamorarse de otro alguien?
Precioso post, Cristina.
:sgm120:
Eva
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hanna Arent y Heidegger. Pasión insólita

Mensaje por CRISTINA42 » Mié Ago 12, 2009 8:51 pm

Gracias Germana. Menos mal que hay alguien aqui con sensibilidad!!!!!!!! pero ojo, que no crean que porque seamos mujeres no podemos ser buenas soldados......que podemos meter un zambombazo a la mímina jajajajajajajajajajajj, pero una cosa no quita la otra.

De todas formas, me parece extraño esta relación. Los dos tan listos, tan filósofos, ella judía, él nacionalsocialista....pero ayy amigo, las cosas del querer no conoce límites. Y lo más curioso es que hasta el último momento tuvieron relación de amistad. No sé, si yo fuera Arent no le hubiera montado un pollo al Hiderberg ese....... :mrgreen:
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hanna Arent y Heidegger. Pasión insólita

Mensaje por 27Pulqui » Jue Ago 13, 2009 3:31 pm

CRISTINA42 escribió:De todas formas, me parece extraño esta relación. Los dos tan listos, tan filósofos, ella judía, él nacionalsocialista....pero ayy amigo, las cosas del querer no conoce límites. Y lo más curioso es que hasta el último momento tuvieron relación de amistad. No sé, si yo fuera Arent no le hubiera montado un pollo al Hiderberg ese....... :mrgreen:
Al principio pensé que Cristina se refería a una relación zoofílica. :P
Luego busqué qué es eso de montar un pollo y, según leí, en otros lares significa armar o montar un escándalo, una puesta en escena en cierta forma exagerada.

Yo creo que Arendt tenia buenos motivos para montarle el pollo a Heidegger. El cotizante hasta el último día del partido nazi, según entiendo, nunca mostró arrepentimiento del error. Y bien hizo Marcuse en reprochárselo, mientras Arendt le minimizaba el pasado nazi.

Saludos.
La historia tergiversada no es historia inofensiva. Es peligrosa.
Eric Hobsbawm

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CRISTINA42
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hanna Arent y Heidegger. Pasión insólita

Mensaje por CRISTINA42 » Jue Ago 13, 2009 8:42 pm

jajajajajajajajajjaaj es verdad, es una expresión española esa de "montar el pollo", que no sé de donde vendrá la verdad, lo buscaré.....
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