Mensaje
por José Luis » Vie Ene 12, 2007 11:23 am
¡Buenos días a todos!
Las ventajas –y no inconvenientes- que para Alemania aportaba la entrada de Italia en la guerra han de contemplarse, a mi juicio, en el justo momento en que tenían que haber sido explotadas por el único conductor de la estrategia de guerra alemana contra Gran Bretaña: Adolf Hitler. Y ese justo momento no se dio en 1941 ó 1942, sino en el verano y otoño de 1940.
Nuestro estimado compañero Domper (a quien por cierto aprovecho para saludar y dar mi bienvenida al foro) ha planteado una objeción a la consecución de uno de los objetivos más evidentes para cualquier estrategia de guerra italiana desde el mismo momento en que Mussolini declaró la guerra a Francia y Gran Bretaña, esto es, el 10 de junio de 1940.
Se pregunta retóricamente Domper: [1. ¿Qué capacidad anfibia tenía Italia en el verano de 1940? Vaya, ninguna. Se supone que hay que desembarcar en Malta desde chalupas y con fusiles. Pan comido]
En realidad, esa pregunta sería del todo pertinente si el gobierno británico hubiera tenido la voluntad de defender la isla durante los primeros días a partir de la declaración de guerra italiana. Pero la realidad británica era la contraria, el gobierno de Su Majestad había decidido no defender la isla. Quiero insertar aquí una pequeña parte del artículo que en su día escribí para Totalkrieg (“Italia 1940: Una Estrategia Improvisada”):
[El 8 de junio de 1940, Toyo Minutobu, agregado militar japonés en Roma, escribió a su gobierno: “Sin duda la primera acción de guerra italiana será una operación relámpago contra Malta”. El jefe del Abwehr alemán, almirante Canaris, encargó al agregado militar alemán en Roma, general Enno von Rintelen, que averiguara personalmente lo que él estaba matemáticamente seguro de que ocurriría: la conquista de Malta por Italia. “Me puse manos a la obra inmediatamente, pero todos los amigos romanos me aseguraron por su honor que la idea de desembarcar en Malta no se le había ocurrido al Estado Mayor italiano”, cuenta Rintelen. Tras comunicarlo a Berlín, recibió la siguiente respuesta de Canaris: “Es evidente que los italianos saben guardar los secretos mejor que los alemanes”. Los tres jefes del Estado Mayor británico declararon unánimemente el 10 de junio de 1940: “No puede hacerse nada para defender Malta. Con Sicilia a 80 kilómetros y con los bombarderos italianos a media hora de vuelo sería inútil hacerse ilusiones”. El 10 de junio por la tarde, tras conocerse la declaración de guerra de Mussolini, comenzó la evacuación de los ingleses de la isla. De noche se evacuaron a todos los familiares de la guarnición, junto con todos los aviones y barcos. La prisa de las operaciones hizo que el portaviones Glorious olvidara en un almacén de Kalafrana tres cazas biplanos Gladiator desmontados. Estos tres biplanos pilotados por oficiales de estado mayor –los pilotos se habían marchado- constituían la única aviación que se podía oponer a la aviación italiana en el comienzo del verano de 1940. Los malteses los bautizan con los nombres de “Fe”, “Esperanza” y “Caridad”. Minutobu, el agregado militar japonés, se desesperaba en su informe posterior de justificación ante sus superiores: “Desde mi punto de vista, Italia debía estar dispuesta a conquistar Malta, y creí que debía hacerlo en el mismo momento en que declarase la guerra. Pero, en la tarde del 10 de junio, Mussolini anunció que el ataque comenzaría al día siguiente por la mañana. Esta fue mi primera sorpresa. ¿Por qué prevenir al enemigo con tanta antelación? Luego pasó el 11, y el 12, y el 13, y el 14, y se seguía esperando el comienzo de las operaciones contra Malta. Entonces comencé a temer no estar a la altura de mi misión. Todo me resultaba incomprensible…”. (14)]
Lo cierto es que Italia habría podido capturar Malta sin ninguna dificultad sustancial en cualquier momento de junio (e incluso julio) de 1940. Las necesidades anfibias italianas requeridas para esa misión, en las especiales circunstancias británicas del momento, eran mínimas y perfectamente asequibles a Italia. Pero esto no nos ayudará a comprender el problema de fondo que se deriva del tema de este topic.
Planteemos una hipótesis. Imaginemos que los británicos, a diferencia de lo que hicieron en la realidad del 10 de junio y días siguientes de 1940, se arriesgaran a defender a todo trance Malta. Bien, la necesidad de capturar Malta sería igualmente evidente. Pero en este caso es muy probable que la capacidad italiana para tal aventura fuese nula en teoría o constituyese un desastre en la práctica. Es decir, Malta, en esas circunstancias, estaría fuera del alcance de Italia. Esto nos lleva obligatoriamente a desviar la atención hacia Hitler.
¿Cuál era la estrategia de guerra de Hitler en junio de 1940? Ésta, en mi opinión, es la pregunta y la clave de todo el asunto. Hitler no tenía ninguna estrategia sobre cómo continuar la guerra contra Gran Bretaña, y su único objetivo inmediato era buscar la manera –política- de sacar a Gran Bretaña de la guerra mediante una “generosa” oferta de paz. Hasta el mes de julio, Hitler fue incapaz de aceptar que Churchill no aceptara sus ofertas de paz y estuviese dispuesto a luchar hasta el final. Cometió el tremendo error de hacer una propuesta de paz a un enemigo que ni de lejos había derrotado (como escribió Sebastian Haffner, las ofertas de paz sólo se brindan a los enemigos vencidos), en vez de golpear a ese enemigo tan duramente que su gobierno (con la presión de su opinión pública) se viera en la necesidad de aceptar salirse de la guerra. Y la forma más viable y menos arriesgada para Alemania de conseguir ese fin era atacar a los británicos allí donde eran más vulnerables: en el Mediterráneo. Sobre ese teatro de operaciones debió concentrar Hitler su mayor esfuerzo de guerra y el grueso de su gran estrategia. Es bajo esta perspectiva, a mi juicio, donde ya carece un poco de importancia que Italia, en el supuesto que hemos planteado anteriormente, no tuviese por sí misma capacidad para capturar Malta. Hitler debía haber liderado e impuesto a su socio italiano (que había entrado en la guerra como un ladrón por la despensa) su estrategia de guerra, y tener decidido la captura conjunta germano-italiana de la isla de Malta, como objetivo inmediato. Y a continuación seguir con la estrategia de la “estrategia periférica”, ya tratada reiterativamente en el Foro.
Es por ello que no debe verse la entrada de Italia en la guerra el 10 de junio de 1940 como un problema o una rémora para Alemania, sino todo lo contrario. Era una baza más, y una baza muy importante, para el interés alemán; el problema fue que Hitler no supo jugarla ni explotarla en el momento más favorable.
Trasladar el significado de la entrada de Italia en la guerra a cualquiera de las etapas en las cuales Alemania ya estaba en guerra contra la Unión Soviética es ignorar o despreciar el momento crucial en que la posición italiana fue clave para la guerra contra Gran Bretaña: el verano-otoño de 1940. Es trasladar una gran ventaja para Alemania cuando ya no podía ganar la guerra, obviando lo que pudo significar en un momento en que sí tenía opciones de ganar la guerra contra Gran Bretaña.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)