Henry Bazurto

Todos los personajes de la Segunda Guerra Mundial

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Francis Currey
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Henry Bazurto

Mensaje por Francis Currey » Lun Nov 12, 2007 11:44 pm

Henry Bazurto

Henry Bazurto, de origen mexicano, no puede contener las lágrimas cuando todavía recuerda cómo murió en sus brazos uno de sus mejores amigos en una misión de combate en la Segunda Guerra Mundial.

"Era un gran hombre, mi amigo, mi hermano", dijo Bazurto, veterano de guerra, quien formó parte de una fuerza especial de combate del Ejército de los Estados Unidos y Canadá conocida por el sobrenombre de los "Diablos Negros".

Estados Unidos celebró este fin de semana el Día de los Veteranos, una condición que comparten 23.7 millones de hombres y mujeres que han servido desde la Primera Guerra Mundial y cuyas filas siguen engrosando.

Fueron los mismos alemanes quienes les pusieron este apodo debido a la fiereza con la que luchaban y porque siempre atacaban de noche, por atrás y nadie les veía venir.

Bazurto, originario de Altar, (Sonora, México), llegó junto con sus padres a la ciudad fronteriza de Nogales (Arizona) cuando aun era un niño huyendo de la revolución mexicana.

Cuando tenía apenas 21 años de edad, ingresó en el Ejército de los Estados Unidos, primero vigilando la frontera con México (en ese entonces existía el temor de que el país fuera atacado por esa zona) y después entró como voluntario en la Primera Fuerza Especial, en noviembre de 1940.

"Nos mandaron a entrenar a Montana, en cinco días nos enseñaron a esquiar en nieve y saltar en paracaídas," dijo Bazurto, quien también cuenta con la nacionalidad estadounidense y que el próximo 6 de febrero cumplirá 90 años.

Por su destacado heroísmo, Bazurto cuenta con 18 condecoraciones, entre ellas el Corazón Púrpura y la Estrella De Bronce, dos de los más importantes reconocimientos que otorga el Ejército de los Estados Unidos a un soldado.

Los "Diablos Negros" estaban formados por cerca de mil 400 soldados del Ejercito de Estados Unidos y Canadá y fueron clave para que se liberase la capital italiana, Roma.

El 28 de mayo de 1944, el veterano de guerra estuvo a punto de morir en combate, cuando fue impactado por siete balas, en el brazo izquierdo y su pierna derecha.

"No sentía nada, me sentía muy ligero, muy livianito y fue entonces que me encomendé a la Virgen de Guadalupe y le prometí que si me permitía regresar a mi tierra, la iría a visitar hasta su casa", dijo el soldado, mientras señalaba un cuadro de la virgen morena que tiene en la sala de su casa.

Promesa que cumplió 30 años después de haber regresado de la Guerra, cuando llegó hasta las puertas de la Basílica de la Virgen de Guadalupe en ciudad de México.

Hoy en día, en su pie derecho, aun tiene una de esas siete balas que recibió aquel día que estuvo a punto de morir, a pesar de los esfuerzos de los médicos, nunca pudieron extraerla.

De los más de mil soldados que formaban parte de los "Diablos Negros", solamente cerca de 400 regresaron a sus hogares cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y de estos sobreviven alrededor de 90.

Una de las metas de Bazurto es escribir un libro sobre su vida y sus vivencias durante la Guerra, contar la historia de sus amigos y de los combates que vivieron juntos.

"He visto películas donde todo lo ponen muy fácil y no fue así, nos rompíamos inclusive los dedos tratando de escalar esas montañas, para poder liberar esos pueblos", finalizó.

Fuente: La Crónica
Fecha: 12 de Noviembre de 2007

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Francis Currey
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Mensaje por Francis Currey » Lun Nov 12, 2007 11:51 pm

Peleo bajo tres banderas

Bazurto vino al mundo el 6 de febrero de 1918, fecha en que también nacieron dos hombres muy queridos por los estadounidenses, y que dejaron un legado en su corazón, por haber hecho algo importante en la historia, el ex-presidente Ronald Reagan y el legendario beisbolista Babe Ruth.

Este Sonorense, sirvió a las Fuerzas Armadas como paracaidista, recibió entrenamiento en cinco días en Helena, Montana, para después poner en práctica su curso intensivo.

Bazurto recuerda, cuando abordó el tren de Nogales, Arizona, sólo llevaba en su maleta lo más preciado para él, su guante, una pelota y su cachucha de beisbol, así como también un paquete de cigarros mexicanos de la marca 'Canelitas'.

El sonorense asegura que de no haber participado en la guerra, le hubiera gustado dedicarse al beisbol, deporte que todavía es su gran pasión.

Fue manejador de un equipo y jugaba primera base. Su gran sueño era haber podido jugar con los Cardenales de San Luis, quienes en este 2006 se anotaron su décimo campeonato de la Serie Mundial.
"No me arrepiento de haber ido a la guerra, era mi deber y cumplí como tal", explicó el veterano.

Recuerda que justo había llegado de Ciudad Obregón, con su equipo, Los Cardenales de Nogales, donde habían jugado el 20 de Noviembre de 1940 , el partido de la Revolución. Dos días después partió a la guerra.
"Haber combatido fue una experiencia inolvidable, me hirieron en siete ocasiones, mal herido y sintiendo que me moría me encomendé a la Virgen de Guadalupe, en mayo de 1944, y le pedí que me permitiera regresar a mi tierra y que yo la visitaría en la Basílica y le cumplí. Tardé 30 años, pero lo hice", dijo mientras miraba el cuadro de la virgen, que cuelga de una de las paredes de su casa.

Aunque algunos buenos amigos murieron, Bazurto comentó que su muerte no fue en vano, la Segunda Guerra Mundial tuvo una causa y con ello evitaron que algunos países fueran tomados por los alemanes.
El paracaidista comentó que él y sus compañeros mexicanos, fueron tratados por su General Robert T. Frederick como cualquier otro compañero, nunca hubo diferencia.

"Allí no había racismo, todos éramos iguales y todos estábamos por un mismo fin, evitar que Alemania se apoderara de algunos países".
Con siete heridas en el codo y brazo izquierdo, así como de su pierna derecha, le fue imposible regresar a practicar el rey de los deportes, a su regreso de la guerra, sin embargo se dedicó a entrenar a niños.

A su regreso en 1945, Bazurto trabajó para una oficina de las Fuerzas Armadas, pero en Nogales, Arizona.

Al mismo tiempo empezó a trabajar con niños, porque con las heridas recibidas en el combate, sus movimientos de brazos y piernas carecían de habilidad y ya no podía desempeñarse en el deporte como lo hacía antes de partir a la guerra.

Asegura que es la mejor decisión que tomó. Entrenar a niños fue algo maravilloso.

"Tuve la oportunidad de entrenar a niños con necesidades especiales, durante el tiempo que trabajé en Phoenix. Fue algo extraordinario. Esas cosas no se olvidan", comentó el veterano de guerra.

Bazurto tuvo 10 hijos, en tres matrimonio, de los cuales dos formaron parte de las tropas de los Estados Unidos, Henry Jr. y Bill Bazurto, el primero ya finado.

"Estoy contento de que ellos hayan prestado su servicio por esta nación", dijo.

Actualmente Bazurto escribe un libro desde su casa, el cual llevará por nombre "Bajo tres Banderas" que pretende terminar antes de que finalice el 2007.

El título es en honor de Estados Unidos, México y Canadá, las cuales guarda en su corazón.

En él hablará de lo que fue su lucha en la Segunda Guerra Mundial y de su vida.

Vive con su esposa Eva y su hija menor Claudina de 15 años.
Bazurto reprueba que las tropas estadounidenses estén en Irak. Para él no hay motivo, de estar allá, ya que se han perdido muchas vidas a causa de este conflicto.

Fuente: La estrella de Tucsón

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