Jan Eric Hanussen

Todos los personajes de la Segunda Guerra Mundial

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Jan Eric Hanussen

Mensaje por Francis Currey » Sab Jun 18, 2005 7:35 am

Jan Eric Hanussen

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Jan Eric Hanussen, el mago de los guantes verdes, es uno de los personajes más extraños de los primeros tiempos del nazismo alemán. De rostro cetrino, vientre muy prominente y feo, de su personalidad emanaba un encanto tenebroso que unido a su extravagante conducta sexual le llevó a ser el máximo triunfador en la vida nocturna del Berlín de comienzos de los años treinta. Dirigía la segunda parte del espectáculo del Scala de la capital alemana, y sus exhibiciones paranormales constituyeron un tema arraigado de las polémicas de la época. Envuelto en un aura de misterio, se decía que se había iniciado como tragador de sables entre unos saltimbanquis, que en Praga tenía una consulta como vidente, que era un nazi incondicional y, además, el astrólogo particular de Hitler. Lo cual, pese a que el dictador aún no había llegado al poder, le proporcionaba una protección que le permitía estar al abrigo de sobresaltos en medio de los homosexuales y proxenetas en que se desenvolvía.

En sus exhibiciones de videncia en el Scala, lograba todas las noches un triunfo apoteósico. Sus ejercicios de doble visión, con la colaboración de cualquier espectador, provocaban la admiración de todos; adivinaba lo que un determinado caballero llevaba en su bolsillo o el desengaño amoroso que había tenido una señora diez años atrás, precisando con rigor hasta el más mínimo detalle. Sentado en su alta silla, con la luz de los proyectores hábilmente dispuesta para que le aureolase la cabeza, tras unos minutos de concentración, se sumía en trance mediúmnico y, con voz entrecortada, expresaba hasta los más secretos pensamientos del espectador o espectadora que se prestaba a la experiencia.

Desafiando al espectador a que descubriera los inexistentes trucos de su trabajo, Hanussen comenzaba su verdadera actuación una vez caído el telón. Sin quitarse el maquillaje, saltaba a su suntuoso Mercedes-Benz negro al volante del cual le esperaba su ayudante, el libanés Ismet Dzino. Del teatro se trasladaban a su residencia, una hermosa villa en la Lietzenburgerstrasse. Es allí, en ese lugar discreto -nos dice Wemer Gerson- donde Hanussen reemprendía, cada noche, su verdadera existencia.

Su número en la Scala no era más que una cobertura. En su Palacio del Ocultismo Hanussen recibía sólo a escogidos clientes y, a precio de oro, establecía sus horóscopos y enseñaba a sus adeptos a desarrollar los poderes paranormales. Se asegura que Hanussen era el Rasputín germánico y que las sesiones ocultas terminaban en tenebrosas orgías...

Gerson afirmaba que, en esta época, se denunciaron desapariciones de adolescentes que jamás fueron hallados. Lo cierto, prosigue Gerson, es que Hanussen organizaba orgías rituales basándose en magia sexual; como practican en la India los téntricos de la "vía izquierda". Pertenecía él mismo a la unión llamada maithenia, que tenía por objeto llegar hasta el paroxismo sexual, despertar la kundalini, y las facultades supranormales latentes. Estas sesiones ultrasecretas atraían al santuario a mujeres procedentes tanto del pueblo llano como de la aristocracia.

El novelista Ewers y el conde Helldorf, el jefe en Berlín de los camisas pardas, lo apoyaron por diferentes motivos económicos. El creciente entusiasmo de varios miembros del partido nazi por el hierofante irritaba poderosamente a Goebbels se veía a un charlatán de feria convertido es un influyente sujeto. El futuro ministro de la propaganda, junto con Heydrich, se encargó, sin dudar un instante, de hacer un chantaje al ayudante del mago y preparar un completo dossier sobre el origen y la verdadera personalidad de Hanussen. Presintiendo la jugada, Hanussen se apresuró a publicar su autobiografía "Mi línea de vida" lo cual obligó a los dos futuros ministros del Reich a andar con pies de plomo y a aplazar el momento de hacer fracasar la perniciosa influencia del mago.

Hanussen se llamaba en realidad Hermann Steinchneider y era hijo de un comerciante judío de Bohemia. Su ocupación, tras la derrota de 1918, consistía en identificar tumbas de soldados alemanes, desenterrar sus restos y, mediante una gratificación, remitirlos a sus familias. El mago se jactaba de que este oficio, era el que le había dado todo su poder oculto y su vigor sexual, que le permitía, estando en la cúspide satisfacer a tres esposas y treinta amantes.

Hanussen desbordaba actividad para multiplicar sus ingresos. Sus dos revistas, "El diario de Hanussen"y "El otro mundo", alcanzaban grandes tiradas y le llenaban los bolsillos de dinero. La Luna, decía en "El otro mundo", es la fuerza dominante, el motor de toda vida orgánica y mental sobre la Tierra. Todos los pensamientos, las acciones de los hombres ordinarios, como el crecimiento de las plantas y el instinto de los animales, están dirigidos por el influjo lunar. La fina película sensible de vida orgánica que envuelve nuestro globo depende totalmente del satélite que actúa sobre la biosfera como un electroimán. En la vida ordinaria, el hombre no tiene ninguna posibilidad de liberarse de la Luna, e incluso después de la muerte, su alma corre el riesgo de ser atraída por la atracción lunar. Ser iniciado consistía exclusivamente en escapar de la atracción mágica lunar. Es el solo y único medio de devenir un hombre despertado, es decir, ser independiente, o, como dicen los taoístas, un hombre verdadero.

Pero donde realmente Hanussen desarrollaba los principios del despertar, era en sus consultas particulares. Según la leyenda, una noche de 24 febrero de 1933, en una reunión privada en el Palacio del Ocultismo, entre altos personajes de Berlín y varios dirigentes del partido nacionalsocialista, Hanussen cayó en trance y con voz quebrada, vaticinó: La multitud..., una gran multitud en las calles... Todo un pueblo aclamando los desfiles de nuestros SS... Es de noche, desgarrada de fuego... Veo los reverberos iluminados, las luces de la alegría, la cruz en su vorágine de fuego... Es la llama de la liberación alemana, el fuego sobre las viejas servidumbres, el fuego que canta la gran victoria del partido... Ahora alcanza una gran casa... ¡Un palacio! Las llamas salen por las ventanas..., se extienden... Una cúpula pronto, va a derrumbarse... ¡Es la cúpula del Reichstag que flamea en la noche!

Aunque aquello no era una predicción muy sorprendente, pues en la época los enfrentamientos entre comunistas y nacionalsocialistas eran corrientes. El incendio del Reichstag se produjo en realidad tres días después Hanussen entró en la lista de sospechosos y fue investigado más profundamente todavía. Pronto quedó claro que no tenía nada que ver con el incendio, el cual fue provocado en solitario por el joven Marinus van der Lubbe. Pero aquella investigación trajo consigo nuevas sorpresas. Hanussen había prestado grandes cantidades de dinero a miembros del partido, aumentando muy considerablemente el dominio que ejercía sobre ellos.

Se le encargó a uno de sus deudores, el conde Helldorf, para que hablara con él y le invitara a salir de país. El arruinado Helldorf, acostumbrado a la vida cómoda había caído en las garras de Hanussen, el cual, convencido de su poder, lo amenazó agitando ante la cara del conde sus facturas con insolencia. Aquello fue el detonante para su muerte. Helldorf encargó su detención al que luego sería su sucesor, Karl Ernst, y tres asesinos de la SA lo detuvieron el 24 de marzo de 1933 ante la entrada del Scala. El público fue informado de que Hanussen no actuaría debido a una crisis nerviosa y la función se suspendió.

Unos días más tarde, el Volkischer Beobachter, en su edición del 8 de abril de 1933, insertaba una pequeña nota. En las afueras de Berlín, entre Baruth y Neuhrof, en un bosque, unos leñadores acaban de descubrir el cadáver de un desconocido, parcialmente devorado por animales salvajes. La identificación judicial presumía que el cuerpo se hallaba en la maleza desde hace alrededor de una semana. Ningún documento de identidad permitía su identificación. La policía criminal prosiguió su investigación. Dos días más tarde, Izmet Dzino, identificaba a su antiguo patrón y, aunque el informe del forense señalaba que el cadáver aparecía acribillado a balazos, la policía establecía que Hanussen se había suicidado.

La fantasía dio pie a que circularan toda clase de historias sobre "el vidente de los guantes verdes" Desde que su predicción sobre el incendio del Reichstag había descubierto la trama de los propios nazis, a que se trataba de un agente pagado por los ingleses, pasando porque no había muerto y todavía estaba escondido. Lo cierto es que no supo retirarse en su momento. Durante una época en que el miedo y la esperanza hacían buscar soluciones "mágicas" a los problemas, Hanussen fue un oportunista que en la crisis alemana hizo su gran fortuna usando trucos de ilusionismo "mental" cobrando grandes cantidades de dinero por sus servicios y prestándolo más tarde para obtener un mayor poder e influencia. De nada le valieron sus "poderes" para adivinar cómo le llegaría su propia muerte.

Fuente: Editorialbitacora

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Mensaje por Francis Currey » Lun Dic 26, 2005 9:07 pm

Sus predicciones más conocidas:

Hitler al poder:

La manera a la meta todavía se bloquea,
Los ayudantes derechos todavía no han recolectado,
Pero en tres países de tres,
¡A través del banco todo cambiará!
Y entonces en el día antes de fin de mes,
¡Usted está parado en su meta y un momento crucial!
Ninguna águila podía llevarle en su trayectoria,
¡Las termitas tuvieron que roer su manera!
A las caídas de tierra cuál era putrefacto y marchitado.
¡Cruje ya en las vigas!

El incendio del Reichstag:

Hanussen le preguntó lo que ella vio. María la cerró los ojos. Ella vio rojo. El clarividente principal deseó saber más. ¿Podía el rojo ser llamas? María se enderezó para arriba. Sí, las formas rojas podían ser llamas. Las llamas de un gran danés de casa. Completaron la imagen profética de la muchacha. "hay fuego. Veo que una gran casa está siendo consumida por las llamas".

Muerte de Röhm:

Pensaron otra vez siempre que el negocio sobre los judíos era justo un truco de la elección. No era. Leído cuidadosamente lo que tiene que decir mi colega Daniel en el tema, en los capítulos 11 y 12. Cuente los días, pero solamente después que han destruido cientos templos en un solo día. Esa es la época de comenzar a contar. La primera fecha que usted consigue marcará la caída del hombre que desea hacer regla del mundo por fuerza bruta. Y la segunda fecha marcará el día en el cual ocurrirá la entrada triunfal de los vencedores. Éste es mi adiós a usted.

El tiempo que el sacrificio diario está suprimido y el aborrecimiento horrible está instalado, allí será mil doscientos y noventa días. Bendicen al hombre que tiene paciencia y perseverancia hasta mil trescientos y treinta y cinco días.

Fuente: El mago de Hitler

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Mensaje por Francis Currey » Mar Ene 03, 2006 12:35 am

Pocas personas influyeron tanto en la vida de Adolf Hitler como el misterioso Erik Hanussen, a quien durante muchos años se consideró el mejor vidente de Berlín. Predijo fechas exactas de acontecimientos tan importantes como el acceso a la cancillería de Hitler, la matanza de Rohem y los suyos, el incendio del Reichstag, la conquista de la presidencia... ¿De dónde provenían sus facultades? ¿Qué papel jugó en el destino de la Alemania nazi?

Erik Hanussen era un hombre extraño. Empezó recorriendo los pueblos de Centroeuropa en distintos circos de baja ralea. Un día, cansado de dar volteretas, cabriolas y de hacer reír a la gente, abrió un pequeño gabinete de «orientación y videncia» en un desvencijado piso situado en el barrio antiguo de Praga, la ciudad que muchos consideran la capital de la magia europea. Según el investigador austriaco Hans Perling, el gabinete estaba situado muy cerca de la antigua abadía de los Premostratenses, donde hacia el año 1510 Johannnes Fausto, Teofastro Bombasto (más conocido por Paracelso) y Enrique Cornelio Agripa se iniciaron en la alta magia y combinaron los viejos saberes esotéricos con los placeres más mundanos.

Por aquel gabinete esotérico pasaron algunos de los últimos kabalistas que quedaban en la milenaria ciudad. Günter Bailer cree que durante aquellos años, alrededor de Hanussen, se creó un pequeño grupo de estudios esotéricos, pero su economía no debió ir demasiado bien y su fama fue muy relativa.

En un momento dado, a mediados de los años veinte, Hanussen huye de Praga posiblemente por problemas con la justicia y se traslada a Berlín donde sin apenas medios económicos (aunque algunos autores aseguran que conocidos personajes del mundo oculto alemán lo financiaron y que quizá tuvo algún "amigo íntimo" de acomodada economía), funda dos revistas que en poco tiempo alcanzan una interesante tirada. La primera, Die Hanussen Zeitung (El diario de Hanussen), tuvo una aceptación media, pero la segunda, Die Andere Welt (El Más Allá), recogió entre sus lectores a la mayoría de personas ávidas de sensacionalismo y de interés por el mundo de lo oculto, y según el matemático ruso y filósofo esotérico P.D. Ouspenski, su maestro espiritual era el mismísimo George Ivanovitch Gurdjieff (posiblemente mentor de la Thule y profesor de otro gran "maestro" de Adolf Hitler: el general y ocultista Karl Haushofer).

Una publicación de esta índole tenía que ser por fuerza un reclamo para gente "muy especial" de la cultura alemana, y así, desde un principio, contó entre sus colaboradores con un extraño personaje, esoterista y conferenciante, que se hacía llamar Hans Einz Ewers, persona harto misteriosa de la que nadie sabía con certeza dónde vivía ni de dónde provenían sus suculentos ingresos. Aficionado a la geopolítica y a la mitología racial sus artículos encajaban perfectamente en el ámbito social que se daba en aquellos años en Alemania.

Es este enigmático personaje quien presentó una tarde al futuro Führer y al mítico Hanussen. W. Brauder dice que sólo conocerlo, el astrólogo le auguró que: «se haría con el poder total de Alemania y que la nación germana estaría a su merced» y todo ello gracias al «dominio gradual de los poderes psíquicos latentes». Como era de esperar, aquella "profecía" tenía que calar muy hondo en la psique de Hitler.

Heinz poseía un magnetismo como pocos, y tenía embelesado a Hitler (principalmente por sus escritos mítico-esotéricos), así como a sus compañeros ideológicos Rudolf Hess, Goebbels y Heydrich, que formaban una pequeña «promoción» de estudiantes de ocultismo. Era tanta la afición de dichos personajes por el ocultismo, que en palabras de Otto Sirasser: "Hitler, Hess y Goebbels, eran incapaces de llevar a cabo una decisión política, sin consultar con sus astrólogos y videntes".

Cuando todos ellos conocieron a Hanussen, pasaron así mismo a ser sus "discípulos", los cuales se interesaron en profundizar en el difícil campo del magnetismo, en el cual Hitler llegaría a ser un verdadero maestro. Son muchos los historiadores y políticos que aseguran que su dominio de las masas se debía a este «saber oculto».

Los dirigentes nazis empezaron a frecuentar su consultorio astrológico y de videncia por el que pasaron, antes que ellos, gentes de la importancia del conde Helldorf, que llegó a ser jefe supremo de las S.A. de Berlín y prefecto de la policía en Postdam, el fanático general Hermann Niehoff, que en mayo de 1945 fue el último general en rendirse pues se había atrincherado en la inaccesible y mítica fortaleza de Breslau, y el sanguinario Wimmer que llegó a alcanzar de manera mefistofélica el cargo de Comisario General de Administración y Justicia.

Por las noches se reunían en la lujosa casa de Hanussen el misterioso libanés Ismet Dzino y Hitler con altos dirigentes nazis y políticos berlineses y practicaban las artes ocultas.

Werner Gerson aseguró en un escrito que «Hanussen es el Rasputín germánico, y sus sesiones secretas terminan en tenebrosas orgías». Se sabe con seguridad que practicaba regularmente el tantrismo y que machos jóvenes berlineses acudían a dichas sesiones. Era de dominio público que se interesaba preferentemente por la magia sexual y en más de una ocasión se había podido observar que algunos orientales, siempre hombres, visitaban su consultorio.


Poco a poco Hitler fue dependiendo cada vez más de aquel carismático astrólogo y paragnosta, hasta el punto de que llegó a crear un cierto poso de envidias entre el resto de compañeros del Führer, hasta que un día y tras una desagradable confrontación entre el mago y alguno de sus discípulos, uno de ellos empezó a investigar sobre su oscuro pasado, y así afloró que su verdadero nombre era Harschel Steinschneider y que si bien no era claro su origen semita, sí que lo era que había estado casado con una bella judía de nombre Ignaz Popper, a la que había abandonado años después de la boda, a raíz de un serio incidente entre Erik y otro mago oriundo de Viena, en plena Primera Guerra Mundial (posiblemente diciembre de 1914). Los jefazos nazis decidieron seguir la investigación para hundir al astrólogo, a lo que se opuso tenazmente Hitler que lo defendió de manera visceral e incluso amenazó a quien osara importunar al astrólogo.

El líder alemán lo acogió bajo su tutela hasta un fatídico 26 de febrero de 1933, en que aconteció un extraño suceso. El astrólogo inauguró unas nuevas salas con dineros de origen incierto (aunque por aquellos tiempos su economía ya era más que brillante), en el "Palacio del Ocultismo", situado en el número 16 de la Lietsenburgerstrasse, donde antigüedades y símbolos esotéricos alternaban por igual (principalmente extrañas insignias esotérico-castrenses); para aquella celebración, había invitado a la flor y nata de la sociedad berlinesa, que acudió en masa para conocer al mago, aunque muchos de ellos, aristócratas y militares de alta graduación incluidos, ya eran clientes suyos.

Hanussen, sintiéndose protagonista de la fiesta, decidió "auto hipnotizarse" delante de la crème de la crème germánica. De pronto, tras cerrar los ojos y ponerse muy pálido, empezó a gritar y gesticular de manera teatral diciendo: «Veo quemarse una gran casa. Una multitud camina, hay un gran gentío en las calles, es una noche desgarrada por el fuego, veo antorchas encendidas, hogueras de alegría y la cruz gamada se mueve como un gran remolino de fuego, es sin duda la llama de la liberación alemana, y las llamas salen por la ventana, una gran cúpula se viene abajo, y se hundirá todo el edificio, es sin duda la cúpula del Reichstag que arde en la noche».

Seguidamente cayó al suelo, y entre algunos asistentes lo llevaron a su despacho particular, donde se podían observar dos Mapamundis extremadamente luminosos y de distinto tamaño, uno a la derecha y otro a la izquierda, el primero más pequeño saliendo de dentro de un inmenso candelabro y el otro de un extraño tintero, o de algo que se le parecía y que contenía un extraño líquido. Costó mucho de despertar e incluso por unos momentos se llegó a temer por su vida. Al recobrar la conciencia parece ser que apenas recordaba nada de lo sucedido pocos minutos antes.

Aquellas palabras llenaron de temor a los dirigentes nazis, principalmente a Goebbels que ya lo tenía bajo sospecha, pues era un secreto sabido por pocos (entre los que no se contaba Hanussen), que estaba preparado para muy pocos días después el incendio del legendario y mítico edificio.

Exactamente cuarenta y ocho horas después (a las nueve en punto de la noche), la inmensa mole del Reichstag ardía como una pavesa, y Adolf Hitler, su protector desde hacía años, jamás le perdonó aquella revelación tan inoportuna como anticipada.

Aquello le había granjeado el odio de la mayoría de mandos nazis y la pérdida definitiva de confianza de Hitler. El formidable Palacio del Ocultismo quedó clausurado, y las reuniones y conferencias que organizaba el astrólogo fueron prohibidas. Algunos de sus discípulos "desaparecieron" y de su bien abastecida biblioteca de temas ocultos, nunca más se supo.

Hanussen, al contrario de lo que hubieran hecho otros más cautelosos, se enfureció y tuvo la mala ocurrencia de publicar un artículo en la revista de su propiedad Hanussen Wochenschau (número de marzo de 1933) en la que recordaba lo que él había predicho gracias a sus "poderes" y lo que en realidad había sucedido. El escándalo estalló y una noche la policía secreta fue a buscar a Hanussen a una pensión (por seguridad había cambiado de residencia varias veces en pocas semanas), y se lo llevaron para interrogarle. Se le acusó de recibir información de altos mandos de las S.A. a los cuales se tachó de "traidores", incluso el influyente doctor Franz Hollring, del nefasto Berliner l2 Uhr Blatt, aseguró tras el interrogatorio, que Hanussen estaba bien informado de los movimientos de la cúpula nacional socialista gracias a sus relaciones profesionales con el anteriormente citado conde Helldorf y otros mandos de las S.A. que frecuentaban desde hacía años su consultorio.

Se intentó en un momento concreto cargarle el muerto a los comunistas o a los judíos, pero las pruebas sobre la culpabilidad de Hitler eran demasiadas gracias a la "videncia" de Hanussen.

El resultado de su caída en desgracia ante los ojos del que durante años fue su principal valedor eran fáciles de adivinar. Un artículo del Volkischer Beobatcher de fecha 8 de abril de 1933 (poco después del apresamiento de Hanussen) decía: «En un bosquecillo de pinos entre las localidades de Nehuof y Baruth, unos leñadores han descubierto entre unas zarzas y medio devorado por los animales salvajes de la zona, el cadáver de un desconocido. No se ha encontrado sobre su cuerpo ningún papel o documento que ayuden a su identificación. Los servicios de la policía criminal de Berlín han podido establecer que el cadáver ha debido permanecer entre estas zarzas varios días. Se sospecha de todos modos que puede tratarse del cadáver de Erik Hanussen, famoso por sus experiencias de videncia y telepatía».

Cuando la policía empezó a investigar averiguó que aquel extraño personaje había nacido en Viena (sobre el 1880) y que era de origen judío. En los últimos tiempos algunos investigadores aseguran que el vidente y astrólogo estuvo preso por motivos desconocidos en algún ignoto refugio en las montañas austriacas y que en plena II Guerra Mundial, fue trasladado a algún campo de exterminio para prisioneros (quizá Dachau) donde terminaría gaseado al igual que muchos millones de judíos.

Fuera cual fuera su final, la verdad es que aquel mago-astrólogo predijo e incluso muy probablemente aconsejó en ocasiones las fechas exactas de acontecimientos tan importantes como el acceso a la cancillería de Hitler, la matanza de Rohem y los suyos, durante la famosa y sanguinaria "Noche de los cuchillos largos", el incendio del Reichstag, la conquista de la presidencia, etc. El desaparecido periodista argentino Alejandro Vignati comentaba que el astrólogo aconsejó a Hitler que las grandes decisiones las tomara siempre en sábado y mejor de noche (curiosamente el día sagrado para los judíos). Durante años, Hitler se movió y actuó de forma que las predicciones y "consejos" de Hanussen eran órdenes para el "Guía" germano.

Hace algunos años el investigador galo François Ribedau Dumas escribió que durante el Congreso Judío de Praga, celebrado a mediados de los años veinte, Hanussen aseguró ser hijo legítimo del milagrero rabino de Prossnitz.

Parece ser que el Führer conocía desde el principio el origen judío de Hanussen (no se puede descartar que él mismo se lo hubiera confesado en un principio), así como su nacionalidad austriaca ¡igual que el propio Hitler!, y quizá por esa razón intimó con él y lo acogió durante años como astrólogo personal y asesor.

Por lo que sabemos, Hanussen además de ser un buen astrólogo, poseía unos poderes de videncia extraordinarios, y por esta razón nos preguntamos: ¿Conocía su trágico final a manos de los torturadores de la policía secreta?, en este caso ¿por qué no lo evitó?.

Fuente: Monográfico Revista Más Allá Nº 38

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Erik Hanussen

Mensaje por Francis Currey » Mar Ene 03, 2006 12:37 am

Erik Hanussen

Pocas personas influyeron tanto en la vida de Adolf Hitler como el misterioso Erik Hanussen, a quien durante muchos años se consideró el mejor vidente de Berlín. Predijo fechas exactas de acontecimientos tan importantes como el acceso a la cancillería de Hitler, la matanza de Rohem y los suyos, el incendio del Reichstag, la conquista de la presidencia... ¿De dónde provenían sus facultades? ¿Qué papel jugó en el destino de la Alemania nazi?

Erik Hanussen era un hombre extraño. Empezó recorriendo los pueblos de Centroeuropa en distintos circos de baja ralea. Un día, cansado de dar volteretas, cabriolas y de hacer reír a la gente, abrió un pequeño gabinete de «orientación y videncia» en un desvencijado piso situado en el barrio antiguo de Praga, la ciudad que muchos consideran la capital de la magia europea. Según el investigador austriaco Hans Perling, el gabinete estaba situado muy cerca de la antigua abadía de los Premostratenses, donde hacia el año 1510 Johannnes Fausto, Teofastro Bombasto (más conocido por Paracelso) y Enrique Cornelio Agripa se iniciaron en la alta magia y combinaron los viejos saberes esotéricos con los placeres más mundanos.

Por aquel gabinete esotérico pasaron algunos de los últimos kabalistas que quedaban en la milenaria ciudad. Günter Bailer cree que durante aquellos años, alrededor de Hanussen, se creó un pequeño grupo de estudios esotéricos, pero su economía no debió ir demasiado bien y su fama fue muy relativa.

En un momento dado, a mediados de los años veinte, Hanussen huye de Praga posiblemente por problemas con la justicia y se traslada a Berlín donde sin apenas medios económicos (aunque algunos autores aseguran que conocidos personajes del mundo oculto alemán lo financiaron y que quizá tuvo algún "amigo íntimo" de acomodada economía), funda dos revistas que en poco tiempo alcanzan una interesante tirada. La primera, Die Hanussen Zeitung (El diario de Hanussen), tuvo una aceptación media, pero la segunda, Die Andere Welt (El Más Allá), recogió entre sus lectores a la mayoría de personas ávidas de sensacionalismo y de interés por el mundo de lo oculto, y según el matemático ruso y filósofo esotérico P.D. Ouspenski, su maestro espiritual era el mismísimo George Ivanovitch Gurdjieff (posiblemente mentor de la Thule y profesor de otro gran "maestro" de Adolf Hitler: el general y ocultista Karl Haushofer).

Una publicación de esta índole tenía que ser por fuerza un reclamo para gente "muy especial" de la cultura alemana, y así, desde un principio, contó entre sus colaboradores con un extraño personaje, esoterista y conferenciante, que se hacía llamar Hans Einz Ewers, persona harto misteriosa de la que nadie sabía con certeza dónde vivía ni de dónde provenían sus suculentos ingresos. Aficionado a la geopolítica y a la mitología racial sus artículos encajaban perfectamente en el ámbito social que se daba en aquellos años en Alemania.

Es este enigmático personaje quien presentó una tarde al futuro Führer y al mítico Hanussen. W. Brauder dice que sólo conocerlo, el astrólogo le auguró que: «se haría con el poder total de Alemania y que la nación germana estaría a su merced» y todo ello gracias al «dominio gradual de los poderes psíquicos latentes». Como era de esperar, aquella "profecía" tenía que calar muy hondo en la psique de Hitler.

Heinz poseía un magnetismo como pocos, y tenía embelesado a Hitler (principalmente por sus escritos mítico-esotéricos), así como a sus compañeros ideológicos Rudolf Hess, Goebbels y Heydrich, que formaban una pequeña «promoción» de estudiantes de ocultismo. Era tanta la afición de dichos personajes por el ocultismo, que en palabras de Otto Sirasser: "Hitler, Hess y Goebbels, eran incapaces de llevar a cabo una decisión política, sin consultar con sus astrólogos y videntes".

Cuando todos ellos conocieron a Hanussen, pasaron así mismo a ser sus "discípulos", los cuales se interesaron en profundizar en el difícil campo del magnetismo, en el cual Hitler llegaría a ser un verdadero maestro. Son muchos los historiadores y políticos que aseguran que su dominio de las masas se debía a este «saber oculto».

Los dirigentes nazis empezaron a frecuentar su consultorio astrológico y de videncia por el que pasaron, antes que ellos, gentes de la importancia del conde Helldorf, que llegó a ser jefe supremo de las S.A. de Berlín y prefecto de la policía en Postdam, el fanático general Hermann Niehoff, que en mayo de 1945 fue el último general en rendirse pues se había atrincherado en la inaccesible y mítica fortaleza de Breslau, y el sanguinario Wimmer que llegó a alcanzar de manera mefistofélica el cargo de Comisario General de Administración y Justicia.

Por las noches se reunían en la lujosa casa de Hanussen el misterioso libanés Ismet Dzino y Hitler con altos dirigentes nazis y políticos berlineses y practicaban las artes ocultas.

Werner Gerson aseguró en un escrito que «Hanussen es el Rasputín germánico, y sus sesiones secretas terminan en tenebrosas orgías». Se sabe con seguridad que practicaba regularmente el tantrismo y que machos jóvenes berlineses acudían a dichas sesiones. Era de dominio público que se interesaba preferentemente por la magia sexual y en más de una ocasión se había podido observar que algunos orientales, siempre hombres, visitaban su consultorio.


Poco a poco Hitler fue dependiendo cada vez más de aquel carismático astrólogo y paragnosta, hasta el punto de que llegó a crear un cierto poso de envidias entre el resto de compañeros del Führer, hasta que un día y tras una desagradable confrontación entre el mago y alguno de sus discípulos, uno de ellos empezó a investigar sobre su oscuro pasado, y así afloró que su verdadero nombre era Harschel Steinschneider y que si bien no era claro su origen semita, sí que lo era que había estado casado con una bella judía de nombre Ignaz Popper, a la que había abandonado años después de la boda, a raíz de un serio incidente entre Erik y otro mago oriundo de Viena, en plena Primera Guerra Mundial (posiblemente diciembre de 1914). Los jefazos nazis decidieron seguir la investigación para hundir al astrólogo, a lo que se opuso tenazmente Hitler que lo defendió de manera visceral e incluso amenazó a quien osara importunar al astrólogo.

El líder alemán lo acogió bajo su tutela hasta un fatídico 26 de febrero de 1933, en que aconteció un extraño suceso. El astrólogo inauguró unas nuevas salas con dineros de origen incierto (aunque por aquellos tiempos su economía ya era más que brillante), en el "Palacio del Ocultismo", situado en el número 16 de la Lietsenburgerstrasse, donde antigüedades y símbolos esotéricos alternaban por igual (principalmente extrañas insignias esotérico-castrenses); para aquella celebración, había invitado a la flor y nata de la sociedad berlinesa, que acudió en masa para conocer al mago, aunque muchos de ellos, aristócratas y militares de alta graduación incluidos, ya eran clientes suyos.

Hanussen, sintiéndose protagonista de la fiesta, decidió "auto hipnotizarse" delante de la crème de la crème germánica. De pronto, tras cerrar los ojos y ponerse muy pálido, empezó a gritar y gesticular de manera teatral diciendo: «Veo quemarse una gran casa. Una multitud camina, hay un gran gentío en las calles, es una noche desgarrada por el fuego, veo antorchas encendidas, hogueras de alegría y la cruz gamada se mueve como un gran remolino de fuego, es sin duda la llama de la liberación alemana, y las llamas salen por la ventana, una gran cúpula se viene abajo, y se hundirá todo el edificio, es sin duda la cúpula del Reichstag que arde en la noche».

Seguidamente cayó al suelo, y entre algunos asistentes lo llevaron a su despacho particular, donde se podían observar dos Mapamundis extremadamente luminosos y de distinto tamaño, uno a la derecha y otro a la izquierda, el primero más pequeño saliendo de dentro de un inmenso candelabro y el otro de un extraño tintero, o de algo que se le parecía y que contenía un extraño líquido. Costó mucho de despertar e incluso por unos momentos se llegó a temer por su vida. Al recobrar la conciencia parece ser que apenas recordaba nada de lo sucedido pocos minutos antes.

Aquellas palabras llenaron de temor a los dirigentes nazis, principalmente a Goebbels que ya lo tenía bajo sospecha, pues era un secreto sabido por pocos (entre los que no se contaba Hanussen), que estaba preparado para muy pocos días después el incendio del legendario y mítico edificio.

Exactamente cuarenta y ocho horas después (a las nueve en punto de la noche), la inmensa mole del Reichstag ardía como una pavesa, y Adolf Hitler, su protector desde hacía años, jamás le perdonó aquella revelación tan inoportuna como anticipada.

Aquello le había granjeado el odio de la mayoría de mandos nazis y la pérdida definitiva de confianza de Hitler. El formidable Palacio del Ocultismo quedó clausurado, y las reuniones y conferencias que organizaba el astrólogo fueron prohibidas. Algunos de sus discípulos "desaparecieron" y de su bien abastecida biblioteca de temas ocultos, nunca más se supo.

Hanussen, al contrario de lo que hubieran hecho otros más cautelosos, se enfureció y tuvo la mala ocurrencia de publicar un artículo en la revista de su propiedad Hanussen Wochenschau (número de marzo de 1933) en la que recordaba lo que él había predicho gracias a sus "poderes" y lo que en realidad había sucedido. El escándalo estalló y una noche la policía secreta fue a buscar a Hanussen a una pensión (por seguridad había cambiado de residencia varias veces en pocas semanas), y se lo llevaron para interrogarle. Se le acusó de recibir información de altos mandos de las S.A. a los cuales se tachó de "traidores", incluso el influyente doctor Franz Hollring, del nefasto Berliner l2 Uhr Blatt, aseguró tras el interrogatorio, que Hanussen estaba bien informado de los movimientos de la cúpula nacional socialista gracias a sus relaciones profesionales con el anteriormente citado conde Helldorf y otros mandos de las S.A. que frecuentaban desde hacía años su consultorio.

Se intentó en un momento concreto cargarle el muerto a los comunistas o a los judíos, pero las pruebas sobre la culpabilidad de Hitler eran demasiadas gracias a la "videncia" de Hanussen.

El resultado de su caída en desgracia ante los ojos del que durante años fue su principal valedor eran fáciles de adivinar. Un artículo del Volkischer Beobatcher de fecha 8 de abril de 1933 (poco después del apresamiento de Hanussen) decía: «En un bosquecillo de pinos entre las localidades de Nehuof y Baruth, unos leñadores han descubierto entre unas zarzas y medio devorado por los animales salvajes de la zona, el cadáver de un desconocido. No se ha encontrado sobre su cuerpo ningún papel o documento que ayuden a su identificación. Los servicios de la policía criminal de Berlín han podido establecer que el cadáver ha debido permanecer entre estas zarzas varios días. Se sospecha de todos modos que puede tratarse del cadáver de Erik Hanussen, famoso por sus experiencias de videncia y telepatía».

Cuando la policía empezó a investigar averiguó que aquel extraño personaje había nacido en Viena (sobre el 1880) y que era de origen judío. En los últimos tiempos algunos investigadores aseguran que el vidente y astrólogo estuvo preso por motivos desconocidos en algún ignoto refugio en las montañas austriacas y que en plena II Guerra Mundial, fue trasladado a algún campo de exterminio para prisioneros (quizá Dachau) donde terminaría gaseado al igual que muchos millones de judíos.

Fuera cual fuera su final, la verdad es que aquel mago-astrólogo predijo e incluso muy probablemente aconsejó en ocasiones las fechas exactas de acontecimientos tan importantes como el acceso a la cancillería de Hitler, la matanza de Rohem y los suyos, durante la famosa y sanguinaria "Noche de los cuchillos largos", el incendio del Reichstag, la conquista de la presidencia, etc. El desaparecido periodista argentino Alejandro Vignati comentaba que el astrólogo aconsejó a Hitler que las grandes decisiones las tomara siempre en sábado y mejor de noche (curiosamente el día sagrado para los judíos). Durante años, Hitler se movió y actuó de forma que las predicciones y "consejos" de Hanussen eran órdenes para el "Guía" germano.

Hace algunos años el investigador galo François Ribedau Dumas escribió que durante el Congreso Judío de Praga, celebrado a mediados de los años veinte, Hanussen aseguró ser hijo legítimo del milagrero rabino de Prossnitz.

Parece ser que el Führer conocía desde el principio el origen judío de Hanussen (no se puede descartar que él mismo se lo hubiera confesado en un principio), así como su nacionalidad austriaca ¡igual que el propio Hitler!, y quizá por esa razón intimó con él y lo acogió durante años como astrólogo personal y asesor.

Por lo que sabemos, Hanussen además de ser un buen astrólogo, poseía unos poderes de videncia extraordinarios, y por esta razón nos preguntamos: ¿Conocía su trágico final a manos de los torturadores de la policía secreta?, en este caso ¿por qué no lo evitó?.

Fuente: Monográfico Revista Más Allá Nº 38

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Mensaje por Francis Currey » Mié Ene 11, 2006 8:17 pm

Interesante artículo en francés sobre el mago de Hitler:

http://www.arcane-magazine.com/article. ... article=87

el_filosofo_de_la_guerra
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¿ERIK JAN HANUSSEN?

Mensaje por el_filosofo_de_la_guerra » Jue Ene 17, 2008 7:46 pm

Hola amigos estuve leyendo acerca de ERIK JAN HANUSSEN el mago de los guantes verdes, tengo entendido fue astrologo personal de Hitler, alguien tiene mas informacion que me pueda interesar y y si saben algo acerca de que tanto influyo este "mago" en las estrategias militares y politicas del tercer reich.

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Shindler
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Mensaje por Shindler » Jue Ene 17, 2008 8:17 pm

Hola a todos lo único que dispongo de Hanussen es un informe titulado "Hanussen en el foso de los leones" ¿es ésto lo que has leído? Pero lo que he leído se valió de trucos y engaños para hacer "amistades" influyentes.

Te transcribo aqui lo que tengo;

En los tiempos de penuria florece la especie de los videntes y astrólogos, de los arreglamundos y de los oráculos que interpretan los dibujos de los posos de café. Jan Erik hanussen, alias Herschmann Steinschneider, era uno de los más prominentes de su oficio. Como su ídolo Adolf Hitler, también él había nacido en Austria, en 1889. Para ambos, la gran crisis económica mundial, al comienzo de los años treinta, supuso un amplio giro. El negocio del miedo y de la esperanza alcanzaba entonces su mejor conyuntura. La historia de la ascención y caída de Jan Erik Hanussen se desarrolla en esta atmósfera. En la noche del 24 de Marzo de 1933, el público aguardaba impaciente la aparición del mago Hanussen en el "Scala" berlinés. Sin embargo, Hanussen no compareció. Como única explicación, se oyó una voz estentórea que decía a gritos desde el escenario que "Hanussen sufría una crisis nerviosa". La representación quedaba cancelada. Nadie podía creerlo. Dos días después, el "Volkischer Beobachter" informaba sobre la detención de Hanussen. La máquina de los rumores se puso inmediatamente en marcha. Dos semanas después apareció el cadáver del "profeta del Tercer Reich" en un bosque cercano a Zossen. En su cara aparecían claramente los impactos de seis disparos. Jamas llegó a encontrarse huella alguna que condujese a los autores del asesinato....




Gracias por estar
Última edición por Shindler el Jue Ene 17, 2008 8:30 pm, editado 1 vez en total.
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Mensaje por vikingo-0001 » Jue Ene 17, 2008 9:30 pm

El 7 de abril de 1933, Erik Jan Hanussen, astrólogo, vidente y mago, amigo personal de Adolf Hitler, apareció asesinado en un bosque de las cercanías de Berlín. Concluía así una de las más extrañas aventuras del siglo XX: la de un hombre que desde sus humildes orígenes como actor judío, ayudado por supuestos poderes paranormales, había llegado a convertirse en profeta del Tercer Reich, protegido de las SA, y confidente y maestro esotérico de Hitler. ¿Cuál fue la causa de su muerte? ¿Cómo pudo un judío llegar a consejero del Führer? ¿Poseía Hanussen auténticos poderes mágicos y paranormales? ¿Fue uno de los implicados en el histórico incendio del Reichstag? El misterio rodea la vida de un personaje que se codeó con actores como Peter Lorre o Conrad Veidt; jerarcas nazis como el conde Helldorf o Goebbels; escritores como Döblin, Ewers o Mann, y que vivió peligrosamente, viajando por Oriente en busca de los secretos de la magia, organizando orgías para las SA, ejerciendo de actor, cantante de ópera, chantajista, mago de feria, zahorí del ejército alemán, traficante de drogas y finalmente, astrólogo personal de Hitler. La vida de Erik Jan Hanussen, llevada al cine y la literatura en numerosas ocasiones, proyecta una singular luz sobre el ascenso del nazismo, la figura de Hitler, y el papel que el esoterismo, la astrología y la magia jugaron en él.

Tomado de:

http://www.agapea.com/Erik-Jan-Hanussen ... 76684i.htm

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Jan Eric Hanussen

Mensaje por stethorus » Vie May 15, 2009 7:44 pm

Hay una película interesante Invencible, de Werner Herzog, donde tocan el tema de Hannusen, claro que tiene mucho de ficción, pero vale la pena verla.
Es un tema que me interesa

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