Los hombres de Adolf

Todos los personajes de la Segunda Guerra Mundial

Moderadores: José Luis, Audie Murphy

epeidro
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Los hombres de Adolf

Mensaje por epeidro » Vie Abr 17, 2009 8:49 am

Bernd F. von Loringhoven fue uno de los últimos hombres que salieron con vida del búnker de Berlín, el día antes del suicidio de Hitler. Durante nueve meses haía estado al lado del Führer, asistiendo diariamente, como ayudante de campo del general Guderian a las conferencias en las que se decidía el curso de la guerra. Más tarde, ya en el búnker, se convirtió en el oficial encargado de proporcionar información, hasta que el propio Hitler le autorizó a marcharse y le deseó buena suerte. Logró pasar entre las líneas rusas, fue detenido por los británicos y, una vez en el campo de prisioneros, escribió los recuerdos de lo que había vivido, publicándose sus memorias bajo el título "En el búnker con Hitler".
En el capítulo 8 de esas memorias, titulado "Servidores e intrigantes", hace una descripción del rol que tenía cada una de las personalidades que rodeaban a Hitler y una breve descripción de su personalidad. Poco a poco voy a ir transcribiendo aquí a cada uno de las personas que describe, pues me pareció muy interesante, ya que se trata de las impresiones de un militar que convivió con muchos de ellos en los momentos más íntimos de la guerra.
"La reparación de las reclamaciones de los derrotados debería preceder al desarme de los vencedores" (Winston Churchill)

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Mensaje por epeidro » Vie Abr 17, 2009 8:59 am

MARTIN BORMANN:
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Fuente foto: http://www.savethemales.ca/Bormann.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Jefe de la cancilléria del partido y secretario del Führer, controlaba el acceso (a las reuniones) y se ocupaba de impedir cualquier contacto directo (con Hitler). Achaparrado, con cuello de toro y escaso cabello, negro y lacio, Bormann tenía la manía de levantar los hombros y una mirada huidiza. A excepción de los últimos meses, se le veía muy poco en el cuartel general del Führer, pero nada se le escapaba a la "eminencia gris", siempre oculta en la sombra, cerca de Hitler, como una araña en su tela. Trabajador infatigable, Bormann oía y controlaba todo lo que pasaba a su alrededor. La confianza absoluta de que gozabaa ante Hitler le proporcionaba un acceso ilimitado y la posibilidad de hablar con él a solas. Su horario, que coincidía plenamente con el de Hitler, le permitía ir a verle de incógnito a altas horas de la noche, cuando disminuía la actividad en los búnkeres de la cancillería. Bormann era un enemigo declarado del ejército, al que consideraba un obstáculo para la omnipotencia del partido. Según la propaganda nacionalsocialista, la voluntad de hierro del partido, bajo la dirección del Führer - y no la Wehrmacht - proporcionaría la victoria final al pueblo alemán.

Fuente texto: Bernd F. Von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", Ed. Altaya, 2.007
Última edición por epeidro el Vie Abr 17, 2009 10:48 am, editado 1 vez en total.
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Mensaje por epeidro » Vie Abr 17, 2009 10:46 am

JOSEPH GOEBBELS:
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Fuente foto: http://nseuropa.org/Spanish/Goebbels.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Goebbels, al que sólo traté durante los últimos días, era muy distinto. A diferencia de Bormann, un pequeñoburgués sin educación, con todos los complejos y la sed de poder propios de dicha clase, el ministro de Propaganda tenía ingenio y cierta dignidad. Fue uno de los pocos que no se desmoronó bajo la enorme presión psicológica de los últimos días en el búnker, como le ocurrió a Bormann. Goebbels se mantuvo fiel a sí mismo y a Hitler hasta el final.

Fuente texto: Bernd F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", Ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Vie Abr 17, 2009 4:24 pm

HEINRICH HIMMLER:
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Fuente foto: http://mix.fresqui.com/files/images/Hei ... immler.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

A mediados del verano de 1944, Himmler era tal vez el hombre más poderoso después de Hitler. El Reichsführer SS, que fue uno de los grandes vencedores del atentado fallido del 20 de julio, logró acceder a la cúpula militar convirtiéndose en comandante del ejército de reservo, cargo que se añadía a los de jefe de policía y ministro del Interior. En diciembre de 1944, Hitler le nombró comandante en jefe del grupo de ejércitos Alto Rin, probablemente a instancias de Bormann, que deseaba alejarlo de Berlín. Himmler padecía el complejo de quien nunca ha tenido verdaderas responsabilidades militares, contrariamente a lo que ocurría con muchos de sus adjuntos, cubiertos de condecoraciones. Demasiado joven para haber participado en la primera guerra mundial, hizo la carrera militar en Baviera en 1918, pero nunca entró en combate. Como responsable del frente entre el Palatinado y Suiza, Himmler reforzó un ejército debilitado y desmoralizado con tropas de reserva de las SS que habían logrado mantener durante semanas una cabeza de puente cerca de Colmar, en la orilla izquierda del Rin, cosa que había complacido mucho a Hitler.
Cuando en enero cayó el frente a lo largo del Vistula, Hitler decidió nombrar a Himmler comandante en jefe del nuevo grupo de ejércitos Vístula en contra de la voluntad de Guderian. Hitler creía que Himmler era el único hombre capaz de movilizar las tropas de reserva todavía disponibles en el Reich. Himmler consiguió efectivamente reunir en breve espacio de tiempo una amalgama heterogénea de policía, paracaidistas, Waffen SS y Volkssturm. Pero esa organización improvisada sólo podía oponer a los rusos una mezcla de tropas sin coherencia y con una capacidad de combate reducida. Guderina estaba escandalizado de ver cómo se confiaba un cargo tan importante a una persona sin experiencia. Para colmo, Himmler eligió como jefe del estado mayor al Brigadeführer Lammerding, un militar respetado pero sin experiencia del estado mayor. De hecho, le suplió muchas veces en dicha tarea su adjunto, el coronel Hans Georg Eismann, del estado mayor general.
Muy pronto se vio que el peso de la responsabilidad era excesivo para Himmler, totalmente incapaz de cumplir con su función de comandante del grupo de ejércitos. A mediados de febrero, tras una discusión memorable con Guderian, Hitler acabó cediendo y confió al general Walther Wenck - y no a Himmler - la dirección de la contraofensiva en el Oder, aunque no se pudo evitar la pérdida de Pomerania y, por tanto, del vínculo con Prusia Oriental. Un mes más tarde, el Reichsführer SS fue cesado en el mando. Su prestigio se resintió mucho de ese episodio y su valía ante Hitler cayó en picado, de manera que cada vez se dejaba ver menos en el cuartel general. Las últimas veces que le vi, me pareció aún más pálido, distraído y nervioso que de costumbre. En aquella época, yo ignoraba la verdadera dimensión de las atrocidades cometidas bajo sus órdenes, pero ya pensaba que la sombra de los numerosos muertos que pesaban sobre su conciencia debía perseguirlo e impedirle el reposo.

Fuente texto: Bernd F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Sab Abr 18, 2009 4:41 pm

HERMANN FEGELEIN:
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Fuente foto: http://einestages.spiegel.de/hund-image ... erless.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Una de las figuras más siniestras del círculo de Hitler era el SS Gruppenführer Fegelein, oficial de enlace de Himmler. Las múltiples funciones del Reichsführer permitían a ese dandi arrogante y corrupto intervenir en todo, ya fueran cuestiones de política interior, policiales o militares. En las reuniones de situación, interrogaba a las personas, incluyendo a Hitler, con la mayor desenvoltura. Hijo de un sargento de caballería bávaro de la primera guerra mundial, Fegelein había hecho carrera gracias a su talento como jinete. Las Waffen SS le habían comprado caballos de calidad con los que había ganado muchos premios en representación de las SS. Durante la guerra, fue ascendido a comandante de una brigada de caballería SS y enviado, en invierno de 1941, a la región noreste de Smoliensk. Allí, Fegelein fue condecorado con la cruz de caballero. Más tarde, su brigada se transformó en división y Fegelein obtuvo la cruz de caballero con hojas de roble. Destinado después al cuartel general del Führer, ese vanidoso incorregible logró que le impusieran las hojas de roble con espadas, una condecoración obtenida gracias a su amigo íntimo, el general Schörner, prototipo del general nazi. Casi al mismo tiempo, Hitler le concedió el pasador de plata, una condecoración poco habitual, que sólo se otorgaba en caso de participación en muchos combates sucesivos.
Fegelein hablaba con un lenguaje tabernario. Su arribismo desenfrenado le empujaba a utilizar, con una astucia de cateto impertinente, todos los medios en provecho suyo. Su golpe más hábil fue su matrimonio , celebrado por todo lo alto en la primavera de 1944, con Gretl Braun, la hermana de Eva Braun, la amante de Hitler. Esta alianza le convirtió en una de las personalidades más poderosas del círculo íntimo de Hitler. Enemigo declarado de la Wehrmacht y de su espíritu "reaccionario", no se andaba con chiquitas a la hora de expresar opiniones desagradables sobre el ejército y el cuerpo de oficiales. En cierta ocasión, en una conversación con Jodl, después de una reunión que se había prolongado hasta el alba, Fegelein calificó de "traidores" a los oficiales del estado mayor. Jodl le paró los pies sin perder la calma.
Fuente texto: Bernd. F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", Ed. Altaya, 2007
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Mensaje por epeidro » Dom Abr 19, 2009 12:38 pm

HERMANN GOERING:
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Fuente foto: http://www.damninteresting.net/content/Goering.JPG" onclick="window.open(this.href);return false;

Hermann Goering, estrella declinante del régimen, tenía aspecto de personaje cómico, vestido como un general de opereta, con un uniforme blanco en pleno invierno y botas de cuero violeta que le cubrían las rodillas. La excentricidad del comandante en jefe de la Luftwaffe, maquillado y perfumado, con los dedos cubiertos de sortijas, nos resultaba cómica. Su estilo de vida pomposo y el hundimiento de la aviación alemana le habían desacreditado por completo. En las reuniones de situación, Hitler le criticaba con dureza por los malos resultados obtenidos por la Luftwaffe, pero nunca se atrevió a sustituirle.

Fuente texto: Bernd F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Dom Abr 19, 2009 12:41 pm

WILHELM KEITEL:
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Fuente foto: http://www.worldwar-two.net/Imagens/Keitel%20cara.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Jefe del estado mayor de los ejércitos y el oficial de mayor rango en la jerarquía militar, el mariscal de campo Wilhelm Keitel se dejaba dominar completamente por Hitler. En el fondo, era sin duda una persona honesta y de trato fácil, pero sus dotes intelectuales eran, en el mejor de los casos, limitadas, y las exigencias de su cargo le superaban. Siempre pensé que tenía un miedo espantoso de Hitler y que pretendía, como un aprendiz, satisfacer al maestro temible. Su docilidad constante le había vuelto casi indigno. A un joven oficial le chocaba ver cómo Keitel, un mariscal de campo de más de sesenta años, acudía corriendo cuando Hitler le mandaba llamar. En las reuniones de situación, en las que debería haber sido el principal consejero, escuchaba complaciente todo lo que decía Hitler. Jamás le oí manifestar la menor opinión personal. Más que un oficial, Keitel era un admirador muy concienzudo que trabajaba diariamente hasta muy tarde. Ese espíritu metódico y cuidadoso profesaba una admiración sin límites por Hitler, embobado ante su agilidad mental y su imaginación. El apodo de Lakeitel (“el lacayo”) desgraciadamente le iba como anillo al dedo. La única vez que acompañé a Guderian a su propiedad de Deipenhof, en el Warthegau, me enseñó su rebaño de ovejas del que se sentía muy orgulloso: “¿No cree que se parece a Keitel?”, ironizó el general, que despreciaba el servilismo del jefe del estado mayor del OKW, apuntando con el dedo a uno de los dos carneros que, en efecto, tenía un cierto parecido con el más fiel servidor de Hitler en el ejército.

Fuente texto: Bernd F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Lun Abr 20, 2009 4:16 pm

KURT ZEITZLER:
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Fuente foto: http://www.axishistory.com/fileadmin/us ... r-kurt.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Apresado más tarde, el general Kurt Zeitzler, predecesor de Guderian, me explicó cómo había intentado, a finales de noviembre de 1942, obtener la autorización de Hitler para que el 6º ejército intentara una salida fuera de la hondonada de Stalingrado. En una reunión en petit comité con Hitler, Keitel y Jodl, Zeitzler defendió con elocuencia esta solución. Hitler, visiblemente impresionado por su demostración, dudaba, y solicitó la opinión de Jodl y Keitel. A diferencia de Jodl, que mantuvo una postura muy vaga, Keitel se pronunció claramente en contra de una salida de Stalingrado del 6º ejército. La ciudad era un símbolo y debía mantenerse. El Volga, principal arteria económica de Rusia, tenía que seguir bloqueado. Keitel no hacía más que repetir argumentos escuchados ya en boca de Hitler. Reforzado en sus convicciones, Hitler rechazó las propuestas de Zeitzler. El 6º ejército permaneció en Stalingrado hasta que fue aniquilado por el Ejército Rojo.
Fuente texto: Bernd F. Von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", ed. Altaya, 2007.
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Mensaje por epeidro » Mar Abr 21, 2009 8:50 am

ALFRED JODL:
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Fuente foto: http://www.law.umkc.edu/faculty/project ... /Jodl1.JPG" onclick="window.open(this.href);return false;

El general Alfred Jodl era muy diferente, siempre tranquilo y reflexivo. Las palabras salían de sus labios de forma pausada y correcta. El jefe de la oficina de operaciones del OKW era demasiado inteligente como para sucumbir a la influencia de Hitler. En los últimos años de la guerra, su opinión sobre las operaciones militares raramente coincidía con la del Führer, a quien no dudaba en llevar la contraria. Esto ponía de muy mal humor a Hitler, que pasaba varios días sin estrecharle la mano. No obstante, ninguno de los dos quería acabar con su relación. Durante los últimos meses, Jodl se expresaba delante de Hitler sin ningún tipo de miramientos, como muy pocos se habrían atrevido a hacer. Cuanto más se acercaba el fin, más aumentaba mi respeto hacia él. Yo creía que Jodl, al igual que Keitel, estaba totalmente de acuerdo con Hitler debido a su prolongada pertenencia al OKW, pero en realidad se había mantenido mucho más independiente intelectualmente de lo que yo imaginaba.
Fuente texto: Bernd F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Vie May 01, 2009 4:08 pm

WILHELM BURGDORF
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Fuente foto: http://2.bp.blogspot.com/_By5AqESouSc/S ... rgdorf.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

El general Wilhelm Burgdorf, principal ayudante de campo de Hitler, desempeñaba un papel muy nefasto en el cuartel general del Führer. Había sucedido al general Schmundt, muerto a consecuencia de las heridas sufridas en el atentado del 20 de julio de 1944, del que antes había sido adjunto. Desde la salida de Brauchitsch en diciembre de 1941, ese puesto se había fusionado con el de jefe de la oficina de personal del ejército. Schmundt había recibido el encargo de dar una orientación nacionalsocialista al cuerpo de oficiales. A Burgdorf se le confió el mismo encargo, reforzado tras el atentado del 20 de julio. Más brutal que Schmundt, Burgdorf apoyaba en cuerpo y alma a Hitler y al partido. Primitivo, grosero y vulgar, encajaba a la perfección en la pandilla nazi. Su fracaso en el seno del estado mayor y su mediocre carrera en la tropa habían alimentado su resentimiento contra los generales y los miembros del estado mayor. Burgdorf luchaba intensamente contra la tradición y la élite y pretendía imponer a cualquier precio el ideal nazi del Volksoffizier (“oficial del pueblo”) en el cuerpo de oficiales, apodado “Vomag”, Volksoffizier mit Arbeitergesicht, “oficial del pueblo con cabeza de obrero”. Al margen de toda consideración de competencia, el Volksoffizier había de ser políticamente fiable y seguir la línea del partido. El proceso de reclutamiento de los Nationalsozialistische Fürhrungsoffiziere (NSFO) – auténticos comisarios políticos encargados de controlar la actitud nacionalsocialista de los otros oficiales de la tropa – había empezado, pero no había tenido éxito, simplemente porque no se encontraban suficientes fanáticos. De cara al futuro, el régimen buscaba la solución en un cambio radical del cuerpo de oficiales. Burgdorf encontraba el mayor apoyo para su labor en Himmler, Fegelein y Bormann. El ejército se encontraba en la absurda situación de que el jefe de la oficina de personal no discutía los cambios importantes que afectaban a los puestos de mando con los generales sino con esos tres hombres, y ponía a las tropas ante el hecho consumado de las “órdenes del Führer”.
La actividad de Burgdorg le había valido el apelativo justificado de “sepulturero del cuerpo de oficiales”. Burgdorf y su adjunto, el general Ernst Maisel, un hombre de armas tomar que tenía aires de grandeza, desempeñaron un papel importante en la represión sangrienta que siguió al atentado del 20 de julio. Testigos oculares me explicaron el desarrollo de las sesiones del tribunal, creado por Hitler para decidir sobre la expulsión de los oficiales sospechosos de haber participado en el complot, antes de ser juzgados por el Volksgerischsthof. Burgdorf y Maisel se mostraron más fanáticos y despiadados que Kaltenbrunner y sus ayudantes de la Gestapo. Inlcuso aquellos a quienes la Gestapo había liberado eran perseguidos por el odio de Burgdorf y expulsados de sus antiguos cargos, especialmente los oficiales del estado mayor.

Fuente texto: Bernd F. von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Vie May 01, 2009 4:10 pm

FERDINAND SCHÖRNER
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Fuente foto: http://trooper.bms.lt/albums/Expedition ... .sized.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Como única excepción notable, Burgdorf mantenía excelentes relaciones con el mariscal de campo Ferdinand Schörner. En la época de la Reichswehr, bajo la República de Weimar, a ese autodenominado católico practicante le pareció conveniente utilizar su pertenencia a la Iglesia católica para promocionar su carrera en Baviera. Tras la llegada de Hitler al poder, Schörner arrojó por la borda su fe y cualquier otro bagaje inútil para convertirse en un nazi entusiasta. Odiado por sus tropas, el mariscal tenía fama de ser un monstruo sanguinario, famoso por su brutalidad y sus castigos draconianos, incluso para infracciones leves del reglamento militar. Durante el invierno de 1942-1943, Schörner comandaba un cuerpo de ejército en Finlandia. En las noches glaciales, se dedicaba a perseguir a sus propios soldados, acusados de malgastar gasolina circulando en coche sin autorización. En una de esas patrullas noctunas sobre la “carretera del mar de hielo”, vio delante un coche negro y lo adelantó para obligarlo a parar. “No te lo esperabas, eh, ridículo guarda rural”, gritó en dialecto bávaro el pasajero del coche, el general Eduard Dietl, su superior jerárquico, comandante en jefe del ejército finoalemán. Convertido en persona grata ante Hitler, Schörner aparecía muy a menudo a su lado, a diferencia de los otros grandes jefes militares. Gracias a sus visitas al cuartel general del Führer, surgió una gran amistad entre él, Burgdorf, Bormann y Fegelein.
Fuente texto: Bernd F. Von Loringhoven, "En el búnker con Hitler", Ed. Altaya, 2.007
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Mensaje por epeidro » Vie May 01, 2009 4:12 pm

Pues con esto termina el capítulo y, por lo tanto, aquí acaba mi post. Espero que os haya resultado a todos de interés. Tal vez, podría ser interesante añadir otros datos sobre estos personajes o, incluso, comentarios que nos haya suscitado la lectura de este capítulo.
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Mensaje por Oberführer » Lun May 04, 2009 3:34 am

Me ha gustado mucho tu post, muy interesante.

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Mensaje por TRIBAL59 » Lun Jun 01, 2009 4:29 am

Muchas gracias por tu post :sgm120: .

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Mensaje por don beno » Sab Ago 01, 2009 6:59 pm

Me extrañaron las palabras con que von Loringhoven describe la figura del Dr. Goebbels: al margen de consideraciones éticas, uno de los hombres más brillantes del entorno hitleriano.
Un punto de vista es sólo la vista de un punto

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