La ofensiva rusa
“Durante la noche del 7 al 8 de enero de 1942 y con una temperatura de 40º bajo cero el ejercito rojo lanzó una importante ofensiva contra el flanco derecho del Grupo de Ejércitos Norte alemán. Tres ejércitos soviéticos atacaron el frente del Decimosexto Ejercito Alemán entre los lagos Ilmen y Seliger, al sur de Leningrado. Simultáneamente el tercer ejército de choque soviético rodeó y atacó extremo sur del lago Seliger, en el extremo derecho del Decimosexto Ejercito y luego giró hacia el noreste. La intención soviética era embolsarlo, destruirlo, dejar sin protección todo el flanco derecho del Grupo de Ejércitos Norte y separarlo del Grupo de Ejércitos Centro. El ejército soviético casi llegó a conseguirlo.
La 3ª división Panzer de la SS “Totenkopf”, como parte del decimosexto ejercito, estaba estacionada desde primeros de noviembre a lo largo de las colinas Valdai, entre los lagos Ilmen y Seliger. El área era muy boscosa y los soldados de las SS apenas habían creado una línea fortificada. Durante dos semanas la “Totenkopf” tuvo que enfrentarse al duro clima, a las continuas escaramuzas con el ejercito rojo y a los partisanos. Con temperaturas glaciares no se podían hacer trincheras y las protecciones se las tenían que construir a base de cargas explosivas. La división estaba casi diezmada, pues desde Junio de 1941 sufrió un 50% de bajas, de las que solo la mitad se había reemplazado. No era un buen panorama para recibir una ofensiva.
La Totenkopf la soportó lateralmente, cuyo empuje principal golpeó ambos flancos de las divisiones del Ejército. En 24 horas los soviéticos destruyeron una división y penetraron 3º Km. en la retaguardia. Con la ofensiva sur en el lago Seliger moviéndose hacia el norte, era obvio que las dos tenazas se unirían pronto y embolsarían al Décimo sexto ejército alemán. Ante esta crisis el general Ernst Busch, comandante del mismo, advirtió a la Totenkopf que se preparara para el desastre.
Para disgusto de su comandante, el SS-obergruppenführer (general) Theodor Eicke, Busch comenzó a desplegar a unidades individuales de su división en puntos débiles del Decimosexto. Los SS eran mirados con desprecio por muchos oficiales del Ejército pero reconocían su espíritu y calidad combativa. El 9 de enero 5 batallones se enviaron a cubrir la vital carretera y el nudo ferroviario de Staraya Russa y mantenerlo a toda costa. Unos días después otros dos batallones de la Totenkopf fueron enviados a Demyansk. Hitler se negó a retirarse y como consecuencia el decimosexto ejército se partió en dos, quedando aislados los X y II Cuerpos junto a la mayoría de unidades de la Totenkopf. La tenaza se cerró el 8 de Febrero después de 1 mes de durísimos combates. Al oeste del río Lovat los cinco batallones de la Totenkopf, junto con unidades del ejercito libraron una despiadada batalla contra los continuos ataques del ejercito rojo y consiguieron estabilizar las líneas alemanas. A partir de esta fecha, las fuerzas alemanas en lo que se conocería como bolsa de Demyansk, consistían en dos cuerpos con unidades de seis divisiones, con un total de 95000 hombres y 20000 caballos. Rodeando a esta dispar fuerza había 15 divisiones soviéticas de refresco y bien equipadas, junto a algunas unidades acorazadas y de esquiadores.
Ante las recomendaciones de Goering de que la Luftwaffe podía avituallar a los embolsados, Hitler ordeno pegarse al terreno y esperar ser rescatados desde Staraya Russa.
La Totenkopf pasó a formar parte del II cuerpo, y rápidamente fue desplegada a tapar las defensas alemanas que amenazaban con ceder. La totenkopf se desplegó en dos Kampfgruppen regimentales, uno al mando de Eicke y el otro bajo el mando del SS- Standartenführe Max Simon, ambos parcheados con unidades del ejército. El grupo de Simon se desplegó al ala noreste de la bolsa para impedir que el 34º Ejército soviético consiguiera la ruptura. El de Eicke disponía de 4100 hombres y se desplegó en el extremo occidental para impedir cualquier ampliación de la bolsa en la línea del frente alemán a través del río Polist. Ante la falta de hombres Eicke no tuvo más remedio que reclutar personal entre los heridos de los hospitales y desplegarlos junto a los administrativos y personal de intendencia.
Buscando al enemigo en medio de la nieve
Continua....
.
