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La guerra en el este de Europa

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homer5275
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Mensaje por homer5275 » Mié Dic 16, 2009 11:36 pm

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La Sexta Batalla de Kurland

El 18 de marzo de 1945, comenzó la sexta batalla de Kurland con una masiva preparación artillera por parte del Ejército Rojo. Cientos de cañones, muchos morteros y lanzadores múltiples de cohetes cubrieron las posiciones alemanas entre Dangas y Skutini, con un verdadero saludo de acero

Comenzando con el crepúsculo náutico de la mañana, la artillería rusa martilleo las posiciones alemanas. Esta vez, como en las cinco veces anteriores los rusos creían que iban a eliminar al Grupo de Ejércitos Kurland. La intención era avanzar vía Frauenburg directamente a Libau.

El 10º Ejército de la Guardia Soviético se había concentrado para atacar detrás de las seguras posiciones del centro de la barrera. Todas las divisiones de infantería y los cuerpos motorizados así como las brigadas acorazadas estaban preparadas para el empuje final que daría el golpe de muerte al Grupo de Ejércitos Kurland.

La Fuerza Aérea Roja estaba totalmente involucrada. Su misión principal era ametrallar las líneas alemanas de comunicaciones entre la retaguardia y la principal línea de resistencia, para impedir la llegada de suministros, fuel y refuerzos.

Otra vez el Ejército Rojo había planificado veredas estrechas sin fuego, en la preparación de artillería por la cuales los T 34, Joseph Stalin y cañones de asalto podía avanzar antes de que la barrera cesara.

Grupos de blindados rusos, seguidos y escoltados por infantería, descendía en una primera ola de asalto sobre las formaciones alemanas que ya estaban exhaustas desde la Quinta Batalla y que no habían sido reforzadas con reemplazos. El Cuartel General del Grupo de Ejércitos tuvo que lanzar a la lucha las pocas divisiones que ya eran conocidas como las “brigadas de bomberos”, la veterana 11ª División de Infantería (Generalleutnant Feyerabend), la 12ª Panzer División (Coronel Usedom) y la 14ª Panzer División bajo el mando del Generalleutnant Unrein.

Las unidades móviles de la 14ª Panzer División formado el bloque defensivo en las posiciones amenazadas de la línea principal de resistencia. Sin embargo, ni siquiera ellos podían parar la corriente de formaciones rusas. La infantería seguía a los blindados rusos cuando estos penetraban en la principal línea de resistencia y algunas unidades avanzaban hasta las posiciones de la artillería alemana. Batallones individuales fueron cortados en la principal línea de resistencia alemana y rodeados. Puntos fuertes fueron cortados y perdieron el contacto con su izquierda y con su derecha. Ellos tuvieron que abrirse camino hacia las nuevas líneas alemanas en luchas que duraban varios días.

A pesar de esto, los éxitos locales del Ejército Rojo del 18 de marzo, fueron logrados a costa de un gran precio. Cuando cayo la oscuridad, no menos de 92 vehículos blindados enemigos fueron destruidos en el campo de batalla, algunos de ellos todavía se quemaban.
En aquel éxito defensivo también participaba el cuerpo médico (desde los médicos en las líneas de combate hasta los cirujanos en los hospitales y en los centros de reunión), pero sobre todo por los doctores de primera línea de combate Su única misión era de salvar vidas humanas aventurándose en tierra de nadie para preocuparse de traer a los heridos que se encontraban allí.

La situación en la frontera entre el XVI Ejército y el XVIII Ejército fue crítica. Unos pocos puntos fuertes mandado por oficiales con experiencia y bravos soldados se mantenían contra fuerzas rusas muy superiores, negando la victoria al Ejército Rojo.

Los elogios eran particularmente para las divisiones del XXXVIII Cuerpo de Ejército del General de Artillería Herzog. Ellos estaban luchando en ambos lados de Frauenburg. Para ellos el desastre era lo previsible, porque se encontraban luchando contra el punto de máximo esfuerzo del ataque ruso. Aunque las fuerzas defensivas de las divisiones alemanas fue puesta en prueba duramente, en ningún lugar fueron totalmente invadidos y forzados a retirarse.

Las baterías de la artillería de Cuerpo dispararon sobre las masas compactas de blindados enemigos en posiciones de tiro abierto y jugado una parte principal en el éxito defensivo.

El punto fuerte de Bezzobij encabezado por el 44º Regimiento de Granaderos de la Prusiana del Este 11ª División de Infantería, se mantuvo en manos amigas. Lo mismo que pasó con Struteli que ocupaba el 386º Regimiento de Granaderos de la 218º División de Infantería después de una particularmente intensa lucha. Cuatro penetraciones enemigas tuvieron que ser rechazadas en combates cuerpo a cuerpo, Estos eran ejemplos excepcionales de la firmeza alemana. Memorable, también fue también la 1ª Compañía del 24º Batallón de Panzerjäger de la 24º División de Infantería, que transformó la granja de Strautini en una fortaleza que vomitaba fuego. Nueve tanques rusos tuvieron un final de fuego allí.

Bombarderos rusos soltaron un saludo de bombas y de ataques a bajo nivel de los aviones IL 2 de taque a tierra, que no solo disparaban con sus cañones, sino que lanzaban bombas de 250 kg. Con lo que intentaban borrar las plazas fuertes. Sin embargo ellos no pudieron eliminar a los firmes defensores.

A pesar de su inferioridad en armas, los defensores alemanes se demostraron no solamente iguales a los atacantes veteranos rusos sino superiores, si bien no en número si en calidad, ya que luchaban en unas condiciones muy desiguales.

Cuando las exhaustas tropas rusas se retiraban, ellos eran remplazados por poderosas nuevas formaciones. Los soldados alemanes, por el contrario, soportaban el fuego día tras día, sin recibir reemplazos, y a pesar de ello se sostuvieron como el hierro.

La avalancha rusa del primer día fue parada. Sin embargo el 10º Ejército de la Guardia, lo intento repetidamente los días siguientes, forzando la brecha hacia el mar hacia al ciudad de Libau. Pero la brecha no se produjo. La numerosa falange acorazada enemiga se disolvió en grupos de batalla individuales, en combates contra los puntos fuertes alemanes de la principal línea de resistencia.

El Coronel Heinz-Oskar Laebe comandó su 44º Regimiento de Granaderos con éxito. Él mantuvo una fuerza de respuesta móvil y una compañía de línea en su plaza fuerte. Él ya había recibido la Cruz de Caballero como Teniente Coronel y comandante del I Batallón del 44º Regimiento de Granaderos. Por la defensa del punto fuerte de Bezzobij él fue el 854 soldado alemán en recibir las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero el 29 de abril de 1945.

El Coronel Joachim Reuter, comandante del 386º Regimiento de Granaderos, también fue recomendado para la Cruz de Caballero. Él era el corazón de la defensa contra cada ataque enemigo y se sostuvo firme como una roca en la inundación de la ola gigante de los ataques del Ejército Rojo. Él había recibido la Cruz de Caballero el 27 de agosto de 1944. Sin embargo, a pesar de la recomendación para las Hojas de Roble no les llegaron a tiempo por el cese de hostilidades.

La 12ª Panzer División también se vio envuelta en la defensa, parando una penetración acorazada enemiga en Mezalazi, donde fueron destruidos 19 tanques. El VI Cuerpo SS (letones) también luchó dentro del marco del XVI Ejército (Ver el apéndice sobre el empleo de las Waffen SS en la cabeza de puente).

Además, las brigadas de cañones de asalto, era una de las armas que sostenían a la infantería en los momentos más desesperados cuando había que hacer frente a los taques blindados enemigos. La 912º Sturmgeschütz Brigada bajo el mando del Mayor Joseph “Sepp” Brandner fue única. Produciendo perdidas extremadamente altas al enemigo en las luchas en Kurland desde la primera hasta la última. Durante el tiempo de su existencia ellos destruyeron 600 vehículos acorazados enemigos.

El 23 de marzo el 10º Ejército de la Guardia Ruso tuvo que tirar sus fuerzas hacia atrás del área al sur de Frauenburg. La lucha bajo de intensidad en aquel sector del frente. Las divisiones alemanas habían sido hechos retroceder paso a paso al Lago Ciceres y allí habían construido una nueva línea de resistencia. Sobre el 23 de marzo el 10º Ejército de la Guardia había perdido 263 tanques, incluidos un gran número del pesado Joseph Stalins.

Al norte de Frauenburg, sin embargo, la batalla continuaba. Incesantes ataques por fuertes concentraciones de blindados e infantería motorizada cruzaban la línea de ferrocarril entre Doblen y Frauenburg. La fuerzas alemanas habían sido forzadas a peder terreno hasta una posición en la colina del Río Viséate.

El éxito de la retirada fue hecho posible por un Grupo de Combate de la 24º División de infantería, bajo el mando del Generalmajor Harald Schultz. Con el añadido de tanques y granaderos ellos mantuvieron la estación de ferrocarril de Josta, durante 4 días adicionales y esenciales para dar seguridad al movimiento y la organización de una nueva línea de resistencia. El Generalmajor Schultz fue galardonado con la Cruz de Caballero el 5 de abril por su liderazgo.

El Ejército Rojo dio por finalizadas sus luchas. El calendario mostraba el 27 de marzo de 1945. El Ejército Rojo había perdido 249 ametralladoras, 185 cañones, 29 morteros y 27 aviones, además de los mencionados 263 vehículos blindados.

La línea de resistencia alemana estaba escasa de hombres y se estiró como una capa delgada a lo largo de sus posiciones. No era posible hablar de una línea principal de resistencia. Las posiciones estaban alejadas a menudo entre ellas unos 100 metros y frecuentemente solo tenía un opuesto avanzado de solo dos hombres. "Los cuerpos de bomberos" se situaban detrás de frente de tal manera que ellos podrían alcanzar cualquier punto caliente rápidamente.

El 1 de abril de 1945 el cuartel general del Grupo de Ejército mando un informe al OKH de la situación del valor de combate de sus divisiones. El valor reflejaba la situación después de la sexta batalla de Kurland. Divisiones que continuaban con un valor muy bueno ó bueno eran la 11ª, la 12ª Panzer División, la 24ª y la 81ª y la 121ª División de Infantería.

Todos ellas se habían probado muchas veces en las situaciones más horribles de combate y habían mantenido un alto estándar de entrenamiento y una alta moral de lucha. Además de que les mandaban comandantes experimentados y enérgicos.

También catalogadas como divisiones buenas eran la 126ª, la 205ª, la 225ª la 263ª y la 329ª Divisiones de Infantería, que estaban mandadas por soldados con experiencia y eran resistentes, decididas y todavía se confiaba en su capacidad de sobrevivir a este huracán de muerte.

Un número de otras divisiones se les denominó "adecuadas" no eran menos valientes y acertado en la batalla que las formaciones antes mencionadas. Sin embargo, en las luchas previas, ellas repetidamente estaban en los puntos conflictivos y habían sido diezmadas. Un ejemplo era la 30ª División de Infantería, que al principio repetidamente conducía una defensa acertada. Antes del final de la sexta batalla de Kurland, había sido desangrada.

Lo mismo sucedía con la 290ª División de Infantería, la cual había perdido la mitad de su potencia de combate. La división había luchado con valor y había alcanzado una serie de éxitos dignos defensivos bajo el mando del General Kart Henke, pero a más largo plazo no podía ser considerada capaz de de misiones de combate. (El Generalmajor Henke había recibido la Cruz de Caballero como Coronel y comandante del 770º Regimiento de Ingenieros (motorizados) el 4 de agosto de 1943. Kart Henke fue muerto en acción contra fuerzas rusas mientras todavía estaba al mando de la división. Para entonces los restos de la división habían sido evacuados a Frische Nehrung cerca de Pillau).

Como resultado de las duras perdidas, la 14ª Panzer División estaba muy por debajo del 100% operacional. Había luchado demasiadas veces en los lugares más calientes de fuego bajo el mando del Generalleutnant Unrein. A pesar de su estado, luchó hasta el final duramente bajo el mando del Coronel Grässel.

Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

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Mensaje por cv-6 » Vie Dic 18, 2009 10:57 am

Resulta sorprendente el empeño soviético por conquistar Curlandia, cuando podrían haberse limitado a bloquear a las fuerzas alemanas allí presentes y así ahorrar una enorme cantidad de bajas y pérdidas materiales.
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Mensaje por Letland » Vie Dic 18, 2009 11:53 am

Es posible que de alguna manera les preocupara tener esa amenaza en el norte cuando preparaban su asalto final a Berlín

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Mensaje por homer5275 » Mar Dic 22, 2009 10:29 am

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La 14ª Panzer División despierta la tierra

La seriamente diezmada 14ª Panzer División se preparaba para la siguiente batalla. El Ejército Rojo en su área que quería hacer buenas las pérdidas sufridas en las cinco precedentes batallas de Kurland.

El 10 de marzo comenzó el deshielo general en Kurland. El fango de la primavera impidió todo tipo de movimiento por carretera. Incluso los vehículos de cadenas no podían circular por terreno abierto. El agua de la nieve que se deshacía inundaba trincheras y bunker. Ríos, lagos y las charcas se elevaron sobre sus cauces habituales e inundaron la tierra. Los caminos de tierra que anteriormente habían hecho el paso posible a través de los páramos desaparecieron en la ciénaga. Los ingenieros de combatierra.te no eran suficientes para mantener abiertos los caminos principales para suministrar a los regimientos. Los vehículos de ruedas estaban en un punto muerto. Todo dependía de " Elías Ardiente " la vilipendiada línea de ferrocarril que conectaba Libau-Schrunden-Frauenburg a pesar de los muchos ataques con bombas sufridos. Incluso la línea secundaria de Globin y Hasenpoth permaneció útil a pesar del fuego de artillería. En consecuencia todos los movimientos de tropa y suministro de provisiones y raciones tuvieron que ir por ferrocarril

Cuando comenzó la sexta batalla de Kurland en aquel sector del frente el ataque se atasco durante una semana hundida hasta la rodilla en el lodo.

La 14ª Panzer División jugo un papel marginal en la luchas del sector. No había sido reacondicionada y tenía unos pocos tanques operacionales.

Sin embargo, esos pocos tanques fueron organizados detrás del punto de mayor esfuerzo del ataque. Considerando el barro que inundaba el sur, solo había una posible localización en los pantanos del Vartava donde era posible el ataque. El objetivo ruso seguramente estaría cerca de Durben, que estaba también sobre la línea de ferrocarril antes mencionada.

Los Panzergranaderos habían construido sus bunker en los bosques de Gelzi y en la estación de ferrocarril de Ilmaja, así como la sur de la línea de ferrocarril del Padone-Ilmaja. Esos tanques estaban preparados para actuar en ambos lados de la principal línea de suministros de Ilmaja-Berzukrogs.

Las posiciones de disparo de la artillería estaban al sur de la línea de ferrocarril cerca de la estación de trenes de madona. El Batallón Flak de la división el 276ª Batallón Flak había sido incorporado al sistema defensivo del 60º Regimiento Flak bajo el mando del Coronel Ludwig Bulla. Sus cañones derribaron varios aviones y destruidos tanques enemigos.

Todos los ataques enemigos sobre esas posiciones fueron rechazados, entre otras cosas por que los rusos no intentaban explotarles, seguramente eran unos ataques de diversión.

Al mismo tiempo el Coronel Grässes, que previamente mandaba el 108º Regimiento de Granaderos, remplazó al Coronel Jürgens como comandante de la División. El Coronel Jürgens había asumido el mando de la división cuando el Generalleutnant Unrein había sido llamado al mando del XII Ejercito.

Este corto sumario demuestra que la 14ª Panzer División no tenía sustanciales capacidades de combate. Era obvio que necesitaba un reacondicionamiento con urgencia. Sin embargo el reacondicionamiento no se produjo por el fin de la guerra. Como reemplazo, la división recibió formaciones de la hitlerjugend y del volkstrum y unidades de policía y personal de servicio de trabajo todos ellos con falta de entrenamiento. Los restos de divisiones de campo disueltas también fueron enviados.

En los días y semanas que siguieron en abril de 1945, las luchas limitaron su escala y nunca excedieron de operaciones locales. Esto fue aplicable al sector de la 14ª Panzer División, así como a todo el frente de Kurland.

Durante la noche del 3 de mayo de 1945, sin embargo, el Ejército Rojo abrió fuego sobre todo el sector de Kurland con miles de cañones. A pesar de ello solo fue una distracción de paz, según las palabras de uno de los hombres de la 14ª Panzer División “parecía una especie de prematura celebración de la victoria. Todo se confirmó cuando cientos de altavoces rusos dirigidos a las posiciones alemanes gritaba “Berlín a caído, es el fin de Alemania”.

Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

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Mensaje por homer5275 » Sab Dic 26, 2009 10:30 am

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El Cuartel General del Grupo de Ejércitos Kurland

El 13 de abril el General de Infantería Hilpert mandó otra petición al Comandante en Jefe de la Luftflotte 1 y al Comandante Naval de Letonia para que pusiera a su disposición más tropas escogidas dentro de sus unidades. Era un pedido del oficial de operaciones, el General de Infantería Hilpert explicó:

“La misión del Grupo de Ejércitos Kurland continúa inalterable: Luchar con todos lo medios y así debilitar el poderío ruso para impedir que fuerzas adicionales rusas se dirigieran contra el Reich directamente”.

En una petición evidente al OKH demandando más recursos. Hilpert recibió la respuesta siguiente el 14 de abril de 1945:

“Para garantizar un éxito defensivo en la posible séptima batalla de kurland, el grupo de ejercito debe sacar fuerzas de los sectores tranquilos y concentrase en los sectores de máximo esfuerzo, particularmente en el área al este de Libau “

El mismo día el General de Infantería Hilpert informó por radio a Berlín de sus planes:

1º. En general. Aceptar la batalla que viene en la situación presente. El grupo de ejército esta determinado a sostener el frente con una defensa obstinada y una lucha proactiva. Un prerrequisito fundamental es el adecuado suministro de municiones y fuel.

2º. En detalle:

a)El área al noroeste y nordeste de Preekuln: reforzar la defensa de la infantería, con los próximos refuerzos que lleguen. Empleo de la 14ª Panzer División, la 510º Compañía Panzer Pesada y la 126ª División de infantería.
b)En el área al sudoeste de Frauenburg. Un regimiento de granaderos de la 11ª División de Infantería, servirá como reserva del grupo de ejercito detrás del sector. Especial apoyo de la artillería, Flak y Sturmgeschütze. No puede haber un punto de especial apoyo de la infantería debido a la escasez de fuerzas.


La formaciones grandes nombradas (la 14ª panzer División y la 126ª División de infantería), estaban completamente exhaustas y estaban en proceso de reacondicionamiento. El fracaso de lograr lo previsto era debido al hecho simple que no se proporcionaban más tropas a Kurland. De hecho la 126º División de Infantería fue sacada de la cabeza de puente La carencia de tropas era tal que no se podría proteger más a fondo el frente de Kurland.

La Luftflotte 1 eligió otros 17 batallones de sus unidades para emplearlos como infantería con el fin de utilizarlos en operaciones de tierra, pero esto no significaba que hubieran sido entrenados para este fin, ni que fueran equipados con armas de infantería pesadas. En comparación con las unidades del Ejército Rojo súper equipadas, su valor de combate era prácticamente nulo. Esas unidades fueron empleadas en consecuencia, para no más que la protección de los pocos aeropuertos todavía en manos alemanas y otros importantes sitios.

La séptima batalla de Kurland, de hecho no tuvo lugar. No habiendo sido capaz de saltar los cerrojos de Kurland, el Ejército Rojo había retirado la mayor parte de sus fuerzas, las unidades que permanecían solo se proponían fijar las restantes fuerzas alemanas en el cerco

Solo el 1º Ejército de Choque permaneció en el área entre el Golfo de Riga y Tukkum. El 22º Ejército cubría el área de Dzukte mientras que el 42º Ejército permanecía delante de Frauenburg. El 4º Ejército de Choque vigilaba ambos lados del río Windau. El 6º Ejército de la Guardia estaba localizado entre Vainode y Skuodas y el extremamente fuerte 51º Ejército, reforzado con cuerpos acorazados y mecanizados, estaba posicionado al sur de Libau, donde estaban preparados para aprovechar una oportunidad de capturar el puerto. El Ejército Rojo estaba instalado y esperando lo inevitable.

Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

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Mensaje por homer5275 » Jue Dic 31, 2009 5:28 pm

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El cese el fuego y la 912º Brigada Sturmgeschütz

El Grupo de Ejércitos Kurland, emitió su última orden durante la noche del 7 al 8 de mayo de 1945:

“El Mariscal Govorov, ha estipulado que el cese el fuego se inicie a las 14.00 horas del 8 de mayo. Las unidades han de desplegar banderas blancas en sus posiciones inmediatamente. El Comandante en Jefe espera el cumplimiento leal ya que el destino final de todos los luchadores de Kurland depende de ello.”

Ya estaba hecho el cese el fuego era efectivo. La guerra se había terminado en Kurland. “Sepp” Brandner dio gracias a sus soldados por su lealtad y su espíritu de lucha en todo tiempo. Dio especial gracias al Capitán Otto Schubert que había recibido la Cruz de Caballero en febrero, al Teniente Primero Egghardt, cuya promoción a Capitán se había parado por el fin de la guerra y también al Teniente Primero Siebenbürgen, el comandante de la 3ª Batería del 912º Brigada Stug, que constantemente brillaba bajo el mando del joven oficial.

El estoces estableció contacto con el puesto de mando del Cuerpo y recibió la orden del General de Artillería Herzog que cualquier incidente con los soviéticos que ya habían intentado atrapar a soldados dentro del perímetro del Cuerpo debía de oponerse.

Para prevenir sucesos con su brigada, Brandner posicionó a la 1ª y 2ª Baterías, alrededor del puesto de mando de la brigada en posición defensiva.

El Capitán Schubert se movió hacia delante para encontrase con las avanzadillas rusa. Su batería estaba cargada con proyectiles de alto poder explosivo. Sin embargo, los rusos se pararon delante de la amenaza de los cañones de los Stug que apuntados en su dirección, girándose y marchándose lejos. Ellos conocían demasiado bien lo que podían hacer esos cañones y no tenía la menor intención de arriesgarse el día anterior al fin de la guerra.

El Mayor Brandner también se movió hacía adelante con su Sturmgeschütz con las 60 muescas blancas en el barril de su cañón de los enemigos “matados”. Una sirena sobre el vehiculo de mando tronaba para que pudieran oírse por todas las unidades dispersas sobre una gran extensión.

Un Coronel de Ejército Rojo llego con un intérprete. Él requirió a Brandner para que su brigada bajara los cañones y se concentrara donde él le ordenaba.

“Nosotros todavía no nos hemos rendido, solo hemos cesado el fuego” Explicó Brandner “Nosotros nos quedamos aquí y ustedes deben de quedarse donde están actualmente”.

Los rusos entendieron lo que decía Brandner y los cañones principales de los Sturmgeschütz que apuntaban desde el puente lo dejaban todo bastante claro. Los rusos permanecieron en su lado del puente y media hora después se retiraron un poco más lejos. La batería de Schubert permaneció en el puente y Brandner retrocedió al puesto de mando de brigada con el cuerpo principal de la brigada. Sus hombres destruyeron todos los informes, incluso el diario de guerra de la brigada. Después ellos se movieron hacia delante de nuevo.

La brigada entonces se rindió, en la mañana del 9 de mayo de 1945. La 912º Brigada Sturmgeschütz marchó a la cautividad como prisioneros de guerra. Josef Brandner fue a un campo de trabajo en Stalinogorsk después de haber sido transportada por Moscú, Orel y Kursk.

En los primeros días de enero de 1948 “Sepp” Brandner retornó de la cautividad rusa como prisionero de guerra. Había sido promovido en el campo de batalla por su bravura de cara al enemigo. Ningún tribunal de guerra ruso fue capaza de condenarle por ningún delito.

Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

relato en francés de los combates https://www.docdroid.net/3S636SJ/stug-i ... -02-03-pdf

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Mensaje por Letland » Vie Ene 01, 2010 6:07 pm

Muchísimas gracias por el post Hommer, he disfrutado cada palabra que he leído, y me emocionado con esta historia que es tan épica que parece novelesca y no histórica.
Por otra parte, a los hombres del grupo Kurland un reconocimiento por su valentía y determinación.
Saludos

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Mensaje por homer5275 » Mié Ene 06, 2010 1:46 pm

Letland escribió:Muchísimas gracias por el post Hommer, he disfrutado cada palabra que he leído, y me emocionado con esta historia que es tan épica que parece novelesca y no histórica.
Por otra parte, a los hombres del grupo Kurland un reconocimiento por su valentía y determinación.
Saludos
Gracias a ti por seguirlo, todavia queda algo mas.

La rendición de la 290ª DI

El Coronel Joachim von Amsberg, el comandante del 502º Regimiento de Granaderos, era otro oficial quien había mantenido el mando firmemente en sus manos hasta el final mismo. En el último día posible el 9 de mayo de 1945, el recibió la Cruz de Caballero. Él fue seleccionado por el General Otto Rauser, el oficial de intendencia del Grupo de Ejércitos Kurland para encabezar la comisión de rendición del ejército, y para ser el intermediario con los opositores rusos a la 290ª División de Infantería.

El Coronel von Amsberg escribió lo siguiente después de la guerra:

“A las 14.00 horas acompañado por un trompeta, un interprete y un Unteroffizier avancé con una bandera blanca colocada en el coche a la primera plaza fuerte rusa. Desde allí fui escoltado al cuartel general de la división rusa donde firmé el acuerdo de rendición.

Entonces volví al regimiento y pasé las últimas doce horas de la noche en libertad. Ellas fueron las últimas horas que pase como hombre libre hasta pasar los siguientes diez años y medio”.


Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

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Mensaje por homer5275 » Dom Ene 10, 2010 4:58 pm

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La hora once. La operaciones finales de rescate desde Kurland

Durante los aproximadamente ocho meses, de existencia de la cabeza de puente de Kurland, grandes unidades, hasta el tamaño de una división, fueron repetidamente llamadas desde Kurland y empleadas en el Este de Prusia ó transferidas a Alemania para su reacondionamiento.

Durante la fase final de las luchas en la cabeza de puente, aproximadamente 230.000 soldados alemanes continuaban en el sector cortado del frente. Varios miles de soldados altamente cualificados había sido evacuados de la cabeza de puentes antes de los primeros días de mayo del 45.

Los que todavía luchaban en Kurland el 8 de mayo de 1945, parecía que estaban predestinados a la rendición y pasar largos años como prisioneros. Pero para unos pocos miles de soldados, sin embargo esto no fue así.

El 8 de abril de 1945 la escasez de combustible había forzado a los cruceros pesados “Prinz Eugen” y “Lützow” a permanecer en Swinemünde. El “Admiral Hipper” y el “Leipzig” ya se habían marchado para el oeste, cargados de refugiados.

Los convoy de escolta para refugiados que utilizaban una ruta de salvación a la patria a través de la rada de Hela, consistían en torpederos y destructores.. Durante los días finales de la guerra afrontar esa ruta era una misión prácticamente imposible.

El Vicealmirante Leo Kreisch, comandante de los barcos torpederos y destructores, acentuó esta situación en un informe del 2 de mayo de 1945:

“Hela informa de 225.000 soldados y 26.000 refugiados. De ese número 150.000 ya están en la península de Hela. El resto todavía estaban en la boca del Vistula “.

De acuerdo con todos los planes de la “Operación Rescate”, por la cual el Gran Almirante Dönitz había designado como el último deber de la Marina, se focalizaba en Hela y Kurland los últimos puntos fuertes alemanes.

Con le fin de cumplir esta obligación, el Gran Almirante Dönitz, que había sido designado como cabeza del Estado Alemán, intentaba ganar el mayor tiempo posible con la negociación de rendimientos parciales.

La rendición con los Británicos se acordó a las 08.00 horas del 5 de mato de 1945. Los británicos permitieron a los negociadores alemanes que todos los barcos pudieran seguir sus viajes.

Las negociaciones de rendición conducidas el 4 de mayo con los americanos requirieron un cese el fuego simultaneo de hostilidades con la Unión Soviética, a las 01.00 horas del 9 de mayo. Los americanos y los rusos insistieron que todos los movimientos por mar, incluidos los de las embarcaciones de Hela y Kurland deberían de pararse en ese momento. Ambas cabezas de puente caerían simultáneamente en manos de los rusos.

Cuando este resultado empezó a ser conocido un radio mensaje al Grupo de Ejércitos Kurland y el comandante de ejército en el Este de Prusia declaraba:

“Se harán esfuerzos extremos se realizaran por todas la unidades para aprovechar la oportunidad hasta la 01.00 horas del 9 de mayo para ser evacuados por mar. Todos los barcos deben de haber partido para esa hora”. Firmado Dönitz.

Ese tiempo era suficiente para que los siete destructores alemanes y los cinco torpederos que se encontraban en la rada de Copenhagen pudieran hacer un viaje más a Hela y Kurland.

El 7 de mayo ellos embarcaron 20.000 personas de la rada de Hela. Ellos inmediatamente partieron los más rápidamente posible el 8 de mayo a Glücksburg. Estaban incluidos los barcos torpederos T-17, T-19, T-23, T-28 y T.33. Además de los destructores “Kart Galster”, “Friedrich Ihn”, Hans Lody”, Theodor Riedel”, Z-25, Z-38 y Z-39.

El comandante de los destructores, embarcado para el viaje en el Z-38 emitió una orden a todas las unidades anexas. Él hizo una llamada final a las tripulaciones a dar un último extremo esfuerzo.

8 mayo 1945, 2323/AD/53 KR- Blitz

A todas la unidades que participan en el trasporte del este, que funcione el espíritu de la misión asignada. Dense prisa. Comandante de destructores.
Él no impartió esta orden en los puertos seguros, sino en los barcos de acero. Esta sería la última misión naval de la Segunda Guerra Mundial

El último viaje en tiempo de guerra de los siete destructores y los cinco barcos torpederos se puso en marcha. Ellos eran todos los barcos que estaban todavía a flote. Tres barcos el “Kart Galster”, el T-23 y el T-28, alcanzaron la bahía de Hela en la tarde del 8 de mayo. El T-28 embarco a los soldados del 61º Regimiento de Granaderos, más de 2.000 hombre atestaban el pequeño barco.

El T-23 ya había embarcado a los soldados del 232ª Brigada Sturmgeschütz unas horas antes. Cuando el barco se marchaba con los guerreros aquella brigada, ellos oyeron un mensaje final en los altavoces. “Atención Atención”. Los alemanes se han rendido incondicionalmente

Sabemos algunas circunstancias de ese último viaje del leñoso T-28: “8 de Mayo 1945 03.00 horas. Sale hacía Hela. 18.40 horas: llegada al puerto naval de Hela. Embarca 1.237 soldados. Parte pare el viaje de vuelta con el T-23”.

Nosotros volveremos ahora nuestra atención a los barcos que proceden desde Libau.

El 3 de mayo, demasiado tarde para que los planes pudieran ser ejecutados el Grupo de Ejército Kurland recibió órdenes de retirarse desde la principal línea de resistencia hacia los puertos de Windau y Libau desde donde se procederá a la evacuación.

Todo los implicados en el proceso de negociación de las condiciones del alto el fuego, sabían perfectamente que solo era posible evacuar al un número limitado de los 200.000 soldados que permanecían en Kurland, aun cuando la Kriegsmarine hubiera enviado toda su capacidad disponible de transporte al Este de Prusia y a Kurland.

En Kurland los barcos y barcas de la 9. División de Seguridad y sus flotillas emprendieron aquel viaje final. La orden:

A Todas la unidades marítimas disponibles en el Mar Báltico:

Como resultado del cambio de situación consecuentemente de la rendición, todas las fuerzas marítimas y de seguridad, así como los barcos comerciales debe salir de los puertos e Kurland y Hela antes de la 01.00 horas del 9 de mayo. Los barcos deben llegar a los límites de los puertos de Kiel, Eckernförde y Neustadt. La presentación en otros puertos por el camino esta prohibida basada en la situación.


De acuerdo con estos planes 11.400 hombres fueron embarcados en Libau y 5.500 el Windau. Esas cifras estaban basadas en los siguientes planes de embarque: Barcos Torpederos 110 hombres en cada uno, lanchas de motor 140 hombres en cada, M-3 600 hombres, barcos pesqueros 330 hombres en cada, pequeños pesqueros 120 hombres, 34º Ferry Artillero y barco Pesado artillero “Nienbirg”, 300 en cada uno de ellos, “Tsingtau”, 2.000 hombres, incluidos 1.200 heridos y el petrolero “Alberche 4.000 hombres.
Todos lo barcos se organizaron el cinco convoyes, Cuatro de los convoyes salieron de Libau y el quinto desde Windau. Otro convoy final, más pequeño y lento salio de Windau. De acuerdo con la historia naval militar de Jörg Meister, este convoy fue interceptado por los rusos en las proximidades de Bornholm.

A las 23.00 horas todos los convoyes habían dejado los puertos. La últimas tropas del ejercito todavía llegaban a las 20.00 horas. Un grupo no llegó hasta las 22.00 horas.

Mientras la preparaciones continuaban, las tropas de asalto rusas, ya estaban entrando en Libau a las 16.30 horas. El Grupo de Ejércitos Kurland había llegado al acuerdo de cesar el fuego a las 14.00 horas. A pesar del avance de los rusos, estos convoyes finales fueron capaces de marcharse.

La conducta de las tropas que esperaban para embarcase fue ejemplar. Aquellos para quien no había ningún lugar, permanecieron detrás sin perder su porte de soldados. En una acción loable, los soldados que ya habían subido a uno de los barcos más grandes desembarcaron otra vez para hacer sitio para un último transporte de herido. Ellos quisieron dar una posibilidad a sus compañeros heridos. No había ningún signo de desintegración entre los que esperaban un destino desconocido.

El último radio mensaje oficial desde el primer convoy de uno de los barcos:

A: Comando Naval del Este del Már Báltico, Palmgreen. Partimos de la rada de Libau a las 19.00 horas con 26 barcos. Seguidos por bombarderos rusos y aviones de ataque a tierra hasta la oscuridad. Ataques con bombas. Sin pérdidas.

El empeoramiento del tiempo causó problemas para los más pequeños barcos. Tres Transbordadores Siebel tuvieron que ser remolcados debido a problemas con los motores. Uno grande se hundió durante la mañana del 10 de mayo, dejando a 500 soldados alemanes nadando en mares agitados. (Nota del traductor: Generalmente conocidos como ferries Siebel, después de que su diseñador, un Coronel de la Luftwaffe, de nombre Siebel, los transbordadores fueron construidos con dos raíles de ferrocarril unidos a manera de catamarán por una plataforma que da a un área rectangular de 300 metros cuadrados de superficie. La versión de transporte tenía el puente del piloto montada hacia atrás y una rampa de arco plegable. La versión "cañonera" tenía su puente entre los raíles y el armamento principal que consiste en dos, a veces tres, cañones antiaéreo de 8.8 cm. y abundancia de armas menores. Los navíos de combate eran opositores formidables que ganaron el respeto de sus enemigos).

La barcaza de desembarco F-140 y el barco de suministro naval ligero NML 21 lograron rescatar a todos los 500 soldados en una última acción resuelta satisfactoriamente.

El 11 de mayo de 1945 a las 14.00 horas los convoyes alcanzaron territorio no controlado por los rusos. La odisea de los últimos que dejaron Kurland había terminado por fin.

Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

Un saludo

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Mensaje por homer5275 » Sab Ene 16, 2010 11:39 am

Hola a todos

Una palabra final

Los cañones se silenciaron en Kurland el 9 de mayo de 1945. Cuarenta y dos generales, 8.038 oficiales y 182.032 personal enlistado, permanecieron en la bolsa. De ellos aproximadamente 14.000 voluntarios letones. El informe final de la guerra de la Wehrmacht de la guerra elogió su logro único, ellos habían soportado la fuerza del ejército soviético en seis batallas.

Sin mucha fanfarria, el Grupo de Ejércitos Kurland dejó de existir.

Sólo los miembros de sus familias en Alemania y Austria conocían donde sus padres e hijos, maridos y hermanos habían sido olvidados. Lo que ellos no conocían era el sufrimiento de esos casi 203,000 soldados alemanes y letones cuando caminaban trabajosamente a los pantanos de la región Woldai. Marcha que en algunos casos no terminaría hasta que alcanzaron los puntos más alejados de la Unión Soviética.

De acuerdo con uno de los supervivientes que volvió en 1955 “La marcha fue un segundo infierno, después de haber atravesado una primer infierno en Kurland. Sólo unos cuantos hemos vueltos. Al menos en Kurland nosotros teníamos nuestros compañeros y líderes, que intentaron protegernos tan bien como ellos podrían”.

No hay ninguna palabra que pueda describir las dificultades, luchas, sufrimiento y la muerte en toda su tragedia. La única cosa que es cierta consiste en como estos hombres, hicieron honor a sus juramento de lealtad cuando se unieron al Ejército, algo que todavía importaba entonces. Ellos son dignos de nuestros pensamientos y nuestro respeto. Honor a ellos en su memoria

Fuente: "Bridgehead Kurland The Six Epic Battles of Heeresgruppe Kurland", Franz Kurowski

Un saludo

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Mensaje por Letland » Sab Ene 16, 2010 12:10 pm

"Bon viatge als guerrers que al seu poble són fidels"

Buen viaje a los guerreros que son fieles a su pueblo

Y muchas gracias de nuevo al narrador.

Saludos

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Grossman
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Mensaje por Grossman » Vie Ene 29, 2010 2:52 am

¡Hola!

Frente a la generalización de centrar el arte operativo alemán en las maniobras ofensivas, señalar que desarrollaron y aplicaron también una moderna doctrina defensiva que después fue estudiada y en parte asimilada por los vencedores (1). Que ha quedado en la sombra del famoso Blitzkrieg que uno se encuentra hasta en la sopa, por lo que resulta estimulante y es de agradecer el esfuerzo de los compañeros Homer y Gerhard Bremer de ahondar en una campaña poco conocida a pesar de ser testigo de la excelencia operativa alemana en defensa y de levantar unos interrogantes en mayúsculas: ¿qué hacía allí tan lejos esa magnífica tropa mientras un Reich en jaque había de confiar su defensa a unos soldados de un nivel de experiencia y adiestramiento infinitamente inferior? Sobre todo tras haber desaparecido en septiembre las razones estratégicas que justificaron la conservación de Curlandia en verano.

El logro de, durante siete meses, resistir y retirar ordenadamente a medio millón de soldados frente a un enemigo superior en número y en motorización, no fue un desenlace normal. ¿Cuáles fueron los factores que permitieron al Heeresgruppe Nord (HN) salir airoso de una situación inicialmente tan complicada? Voy a resumir a continuación el análisis de Karl-Heinz Frieser, del MGFA (la obra de referencia de la historiografía militar oficial alemana) al respecto.

Serían cuatro:
  • 1.Adaptación a las nuevas tácticas enemigas
    2.Liderazgo
    3.El grupo primario
    4.Ineficacia enemiga
1. Adaptación
El HN se aprovechó de entrar en combate más tarde que los otros Heeresgruppen. Conoció de antemano los nuevos métodos ofensivos del Ejército Rojo (ER) y se adaptó a ellos, estableciendo a lo largo de las direcciones de ataque enemigo previstas un sistema defensivo con unidades de bloqueo (Sperrverbände) y reservas acorazadas. La idea de Hitler de emplear una defensa avanzada (Vorneverteidigung) estaba completamente fuera de lugar tras comprobarse que la artillería soviética había logrado un poder destructivo sin parangón, capaz de machacar fácilmente toda la primera línea contraria. En consecuencia el HN empleó repetidamente y ya de inicio el concepto, propio de la PGM, del “Grosskampfverfahren”, distribuyendo el grueso de la fuerza a lo largo de escalones en profundidad.

2. Liderazgo
En contraste con la actitud sumisa del comandante del HM, Busch, los del HN, Lindemann y después Schörner, actuaron con criterio propio y aunque fueron pronto destituidos por Hitler, consiguieron preservar al HN de la debacle.

Ferdinand Schörner, uno de los generales más controvertidos de la WM, al mando del HN entre el 23.7.1944 y 19.1.1945, ha sido retratado como un defensor a ultranza de la defensa estática, aplicador obediente de las consignas defensivas de Hitler y cuya capacidad operacional se reducía a amenazar severamente cualquier atisbo de huida por lo que se ganó el mote de “wilder Ferdinand” (salvaje Ferdinand). Frente a ese cliché, el historiador norteamericano Howard Davis Grier (“Hitler's Baltic Strategy”) lo presenta como un comandante talentoso, que demostró una gran destreza para resolver una situación extraordinariamente complicada, que la misma dureza que empleaba hacia sus subordinados la ejercía hacia arriba, por lo que era de los pocos generales de la WM, y solo superado en este aspecto por Model, que se oponían frontalmente a las decisiones tácticas de Hitler cuando las consideraban erróneas. Eso si, era extremadamente duro en el ejercicio del mando y un nazi fanático.

3. El grupo primario
Uno de los conceptos básicos de la WM. El cuidado en el establecimiento de la cohesión en las unidades de combate, basada en el respeto, la confianza y la camaradería. La guerra transcurrió para el HN de forma distinta que para los otros Heeresgruppen que tuvieron que combatir a lo largo de unas distancias muy largas y sufrieron numerosas bajas. Después de 800km y llegar a la zona Leningrado-Ladoga, el HN conservó la mayor parte de sus posiciones hasta principios de 1944 y sufrió una proporción de bajas escasa en comparación. Así, en muchas unidades estaban los mismos hombres que en 1941, y se facilitó la cohesión del grupo primario; el ritmo de las incorporaciones permitía, además y a diferencia del resto del Ostfront, su asimilación. Este factor resultaba relevante sobre todo en situaciones de inferioridad de fuerzas, y hay estudios que apuntan a que ejercía un efecto mayor que el aumento del compromiso con el nacionalsocialismo.

4. Ineficacia enemiga
Mientras que los oficiales del HM se asombraron con los nuevos métodos ofensivos soviéticos en Bagration, sorprendió a los de el HN, por el contrario, que sus enemigos no lograran sacar provecho de su superioridad numérica y material, y quedaron con la sensación de que el salto cualitativo que el ER había experimentado ese año tenía una distribución desigual.

Hubo sin embargo dos operaciones que causaron impresión en los cuarteles generales alemanes, por un lado la ofensiva del Primer Frente Báltico hacia la Bahía de Riga en junio-julio, y por otro, el rápido desplazamiento del schwerpunkt soviético al ala izquierda a principio de octubre.

La constatación de la limitaciones tácticas de las fuerzas soviéticas no les hizo caer en el menosprecio, según se desprende de un informe del EM del HN: del soldado destacaba su dureza, capacidad de entrega, de sacrificio, integración con la naturaleza, capacidad de superar obstáculos naturales y combatir con el frío ártico; y del mando su brutalidad (como cualidad). El informe proseguía señalando que, por otro lado, a pesar de sus logros, no consiguieron subsanar torpeza y maquinalidad en la conducción de las tropas, no lograban un Vernichtungssieg (victoria de aniquilación) sino meros éxitos ordinarios, y que sus unidades carecían de autonomía, capacidad de decisión y maniobra en los escalafones medios y bajos.

Estas deficiencias eran percibidas y provocaban malestar en el Stavka e incluso quedaron reflejada en la historia oficial soviética, la “Historia de la Gran Guerra Patriótica de la Unión Soviética”: “también la conducción de las tropas mostró notables carencias”.

:sgm87: Esto es lo que hay en cuanto al análisis de los factores que determinaron el desenlace. Próximamente volveré con lo que Frieser dice de los motivos de mantener la posición en Curlandia.

Un saludo cordial
Grossman

Fuentes:
(1) CONDELL B “Wehrmacht. El arte de la guerra alemán”. La Esfera (2001/2009) p.29
(2) FRIESER KH “Die Rückzugkämpfe der Heeresgruppe Nord bis Kurland” en “Das Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg. Bd.8. Die Ostfront 1943/44”. Deutsche Verlags-Anstalt (2007) p.665-8
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
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Mensaje por Grossman » Sab Ene 30, 2010 8:55 pm

Eran básicamente tres:
  • 1.Fijar fuerzas contrarias
    2.Ensayos con los nuevos U-Boote
    3.Curlandia como puente para la victoria final
Donde el último nos da algunas de las claves de porqué Hitler se empeñó en continuar la guerra cuando sabía que la situación estaba militarmente perdida.

¡Hola!

Los argumentos que justificaron la decisión de conservar el Báltico en verano de 1944 no existían ya en septiembre: Finlandia estaba fuera de la guerra, la flota soviética había logrado penetrar la barrera de minas y entrado en el Ostsee, Suecia había cerrado sus puertos a los barcos alemanes y ya no le suministraba minerales. En esa situación conservar el espacio báltico no tenía mucho sentido, en cambio era una cuestión crítica en un momento en que el Reich necesitaba las experimentadas divisiones estacionadas allí para defender un Ostfront que se desmoronaba.

Guderian estaba por defender prioritariamente el núcleo europeo, para lo que había que acercar las fuerzas de la perifería: Italia, Noruega y los Balcanes, y sobre todo las de Curlandia. Incluso en el NSPAD se opinaba a favor de retirarse de allí. ¿Cuáles fueron los motivos de Hitler para conservar a ese coste la península? Y en general: ¿a qué obedecía el empeño de Hitler de resistir cuando a todas luces el Reich ya no podía salvarse? … ¿o si que podía? Veamos lo que dice al respecto Frieser quien nos guiará en un breve e interesante viaje por la mente del dictador (1).

1.Fijar fuerzas contrarias
En el HN, a finales de noviembre, se preguntaban porqué el ER empleaba contra ellos ese gran volumen de fuerzas que les vendría muy bien para su ofensiva sobre Prusia Oriental. Si era para clavarlos allí no era necesaria tal cantidad. Concluyeron que el ER no quería avanzar dejando su flanco expuesto. Después la desproporción numérica entre fuerzas de uno y otro bando siguió creciendo a favor del lado soviético y sin embargo, según un estudio de Friedrich Sixt, el resultado para la defensa del Reich fue que pesó más la ausencia de esas tropas que el beneficio de privar al ER de las que clavaban. Además, el HN dejó de luchar como 'factor operativo' y pasó a hacerlo para su supervivencia, convirtiéndose en una influencia menor en el Ostfront, donde las demás fuerzas apenas alcanzaban a mantener la continuidad de la primera línea y al no disponer de reservas se exponían al desastre si el ER conseguía la penetración en una de sus ofensivas mayores.

Por si la situación no era en apariencia ya suficientemente absurda, el remate es que tras verse obligados a defender un vasto territorio sin apenas fuerzas acorazadas en verano de 1944, en marzo de 1945, cuando el HN se hallaba encerrado en un espacio ya bastante más reducido, Hitler ordenó el envío de una gran cantidad de vehículos acorazados. Se hallaban entonces allí 510 tanques y cañones de asalto, 330 de ellos operativos; tantos como en todo el resto del Westfront.

La misión que correspondía al HN era la defensa de Prusia Oriental, donde la circunstancia de que la mayor parte de sus soldados provinieran de allí o de provincias occidentales hubiera supuesto un plus en su motivación.

En conclusión, aunque la defensa de Curlandia fue tácticamente un éxito y logró fijar una buena cantidad de fuerzas enemigas, el balance estratégico al respecto fue favorable a la Unión Soviética.

2.Ensayos con los nuevos U-Boote
Mientras que los generales del Heer no podían ofrecer a Hitler ninguna receta victoriosa, limitándose a buscar fórmulas que retrasaran el desenlace inevitable, la Kriegsmarine fue capaz de presentar alguna idea esperanzadora. Dönitz propuso recuperar la iniciativa en el mar por medio de unos nuevos modelos de submarinos, los tipo XXI y XXIII, que suponían un salto cualitativo sobre lo que había. Pero faltaba tiempo para los ensayos y el entrenamiento de sus tripulaciones. Ahí la posesión de Curlandia tenía el interés de disponer del apoyo de la marina de superficie y de controlar el Ostsee. El objetivo estratégico se situaba en el Atlántico y consistía en sacar de la guerra a los aliados anglosajones para, a continuación, emplear toda la maquinaria de guerra contra la Unión Soviética. Para lo primero Hitler se encomendó a una ofensiva combinada, por tierra y por mar: la Ofensiva de las Ardenas -invierno 1944-45- para ganar el puerto de Amberes.

En realidad no eran necesaria Curlandia para entrenar las tripulaciones y un estudio de julio de 1944 había concluido que el lugar idóneo para eso era la Bahía de Danzig.

Se ha apuntado a Dönitz como corresponsable de la decisión sobre Curlandia porque habría persuadido a Hitler de la necesidad apremiante de conservarla. Y aunque es cierto que había abogado rotundamente por la conservación del Báltico, tras el trauma de Bagration planteó al su Estado Mayor un estudio sobre la retirada de la zona con el fin de ahorrar al HN la suerte del HM. La conclusión fue en favor de la retirada y así lo planteó el Grossadmiral al Führer, oponiéndose a su postura de conservarla en aras de intereses estratégicos marítimos. Dönitz expuso claramente que la conservación de la costa báltica carecería de importancia una vez que el ER alcanzara el Ostsee, que es la situación que se produjo a mitad de octubre, cuando el HN quedó encerrado. A regañadientes, al final se plegó al deseo de Hitler, a quien tampoco quería contrariar en un momento en que se había convertido en su favorito por el interés del dictador en los nuevos submarinos. No puede decirse, pues, que Dönitz presionó a Hitler para permanecer en Curlandia; esa impresión proviene del hecho de que, sin saberlo aquel, este empleaba argumentos de estrategia del Seekrieg (guerra naval) frente a los mandos del Heer. Cuando Guderian pidió a Dönitz una aclaración al respecto este manifestó que la KM no solo no tenía interés sino que Curlandia le estaba suponiendo una carga. Aquel se lo planteó a Hitler quien admitió que el interés era exclusivamente terrestre.

3. Curlandia como trampolín para la “victoria final”
Aunque prevalece la imágen de un Hitler prohibiendo sistemáticamente retiradas tácticamente necesarias, mientras ordenaba permanecer en Curlandia las autorizó en otros teatros: en el oeste, de Francia y Bélgica hasta la misma frontera de Alemania, en Finlandia, en parte de Italia y en los Balcanes. Todos ellos territorios de mayor importancia económica y más prestigio que Curlandia. ¿Porqué? ¿Qué plan reservaba Hitler para la península? Antes de abordar la cuestión veamos algunos antecedentes análogos.

Península de Kuban, final de 1942, 400.000 hombres. Los generales los pedían para llevar a cabo contraataques pero Hitler no los concedió. También adujo entonces lo de fijar divisiones contrarias. Sin embargo su decisión se basaba en la esperanza de probar de nuevo la conquista del Cáucaso, para lo que necesitaba disponer de esa península como trampolín. Según Zeitler, su frase cada vez que perdía territorio era: “allí atacaré de nuevo”. También el empeño en conservar Túnez había obedecido a ese patrón.

Hitler pensaba estratégicamente mientras que sus generales lo hacían en términos táctico-operativos y muy pocos conocían las ideas de fondo de aquel respecto a la guerra. En su círculo íntimo, sin embargo, Hitler había sido explícito en cuanto a su intención: “cuento con un pronto giro de la situación y necesito Curlandia para poder penetrar en el flanco de los rusos … desde esa cabeza de puente pasar de nuevo a la ofensiva”. Así, la península sería el trampolín para la ofensiva venidera, como antes había sido Túnez y Kuban.

La solución al acertijo de Curlandia no estaría, según propone Frieser, en las aguas del Ostsee, sino en … los bosques de las Ardenas :shock: . Allí era donde se giraría toda la situación, donde con una operación relámpago infligiría a los aliados occidentales una derrota decisiva que daría pie a una ofensiva en el este donde podría contar con todo el potencial de la WM.

Hitler pronosticó, en base a la naturaleza profundamente contradictoria de la alianza antialemana, que esta se rompería repentinamente en diciemre de 1944 y especuló incluso con que los aliados occidentales se avendrían a un intercambio de fronteras, en cuyo caso Curlandia sería una buena moneda de cambio.

¿Una idea peregrina? No del todo. También en el Kremlin preocupaba que los Estados Unidos y Gran Bretaña, por el estado de la opinión pública, pudieran salir de la alianza e incluso establecerla con Hitler u otro gobierno alemán para volverse contra ellos, en cuyo caso la cabeza de puente de Curlandia constituiría una amenaza muy seria.

Mientras Hitler preparaba la Ofensiva de las Ardenas, planeaba también la siguiente, que sería en el Báltico contra la Unión Soviética, lo que explicaría su negativa, contra toda lógica operativa, a acercar el HN para la defensa del Reich. El mismo día en que comunicó su plan de llevar a cabo una ofensiva desde las Ardenas en dirección Amberes, el 16 de julio, autorizó a Schörner retirarse del Estland ordenándole sin embargo conservar Riga y Curlandia. Solo cuando la Ofensiva de las Ardenas fracasó es cuando Curlandia dejó de tener significado estratégico, autorizando Hitler a partir de enero de 1945 la retirada de parte de las divisiones.

¿Porqué no las retiró todas? En enero el ER ya apuntaba al Oder y los alemanes estaban a tiempo para llevar a cabo una evacuación total de Curlandia. Hitler no daba la guerra definitivamente por perdida y aunque tenía claro que las divisiones de la península podían constituir un obstáculo duro al avance soviético, al final no harían más que demorar la derrota. Pero guardándolas en el Báltico se convertirían el factor crucial para victoria final en el caso de producirse el esperado giro de la situación.

¿En que se basaba ahora para esperar un giro de la situación? Hitler menospreciaba el tipo de gestión que llevaba a cabo su Estado Mayor, encaminado a minimizar el daño, lo suyo era el “todo o nada”, apostar mucho a una probabilidad baja, la esperanza de un milagro en el último minuto. Federico el Grande, tras haber perdido la guerra, se salvó también por una circunstancia en la alianza enemiga. A esas alturas está claro que Hitler no contaba con una solución militar sino en un acontecimiento político, conduciéndose -otras veces le había salido bien- como el jugador que apostaba todo lo que tenía a una carta. También con esa esperanza se opuso a la evacuación de Noruega, donde en octubre de 1944, cuando el ER entraba en Prusia Oriental, se hallaba medio millón de soldados que debían permanecer allí preparados para la ofensiva para la victoria final.

A Hitler no le valía una conducción defensiva de la guerra, solo ganarla. Le estrategia para 1944 había sido aguantar en el este y golpear en el oeste y una vez derrotados los aliados allí, volverse con todas las fuerzas hacia el este de nuevo y vencer al ER. Así, mantener Curlandia, o antes las “plazas fuertes”, no obedecía a una intención táctica de hacer de rompeolas de la avalancha soviética. Ni Curlandia ni las “plazas fuertes” eran estructuras defensivas sino ofensivas, eran los trampolines necesarios para la ofensiva con la que Hitler pensaba derrotar a la Unión Soviética. Lo que para una táctica defensiva era absurdo cobraba cierto sentido estratégico si nos olvidamos de que no se fundamentaba en la realidad. Y así se explican órdenes de mantener grandes contingentes de tropas -como en Vitebsk, Mogilev o el Berenzina- en perjuicio de su empleo táctico defensivo. Como el ludópata, cuanto más desesperada la situación, mayor la huida hacia adelante, la apuesta y el riesgo. Un ejemplo claro sería la Ofensiva de las Ardenas, el “Blitzkrieg ohne Benzin” (Blitzkrieg sin gasolina), donde el combustible de algunas unidades panzer no alcanzaba ni para llegar a los depósitos aliados.

Más que de un procedimiento estratégico se trataba de una partida en la que se jugaba todo a una carta, y esta era el derrumbamiento de la alianza enemiga en el último minuto. Lo malo era que perder tenía -tuvo- un precio de proporciones criminales: si contamos a partir de enero de 1945, además de todo lo que sufrió la población alemana, murieron 1.230.000 soldados de los 5.318.000 de la WM en toda la guerra (2).

¿Importaba? En la PGM Ludendorff, al que no había temblado el pulso para arrojar a la batalla todo el material humano necesario, se encontró finalmente en esa tesitura, y escribiría en sus memorias:
La conducción de la guerra ha tomado la forma de un irresponsable juego de azar, que a mi siempre me ha parecido pernicioso. El destino del pueblo alemán me parecía demasiado alto para un juego de azar. Había que finalizar la guerra.
Hitler no estaba atado a esos escrúpulos, para él contaba solo la victoria o la derrota, lo que queda reflejado en una frase de finales de 1941 (3):
Si alguna vez el pueblo alemán no es suficientemente fuerte o sacrificado para poner su sangre para asegurar su propia existencia, será derrotado por otra potencia más fuerte ... y entonces yo no derramaré ninguna lágrima por él.
Eso es lo que hay, saludos cordiales
Grossman

Fuentes:
1.FRIESER KH Ibid. p.668-78
2.OVERMANS R “Deutsche militärische Verluste mi Zweiten Weltkrieg”. Oldenburg (2004) p.265-6
3. FRIESER KH Ibid. p.678 citando a HAFFNER “Anmerkungen zu Hitler” p.152 y a SPEER A “Erinnerungen” p.446
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Mensaje por Armia Krajowa » Mar Mar 02, 2010 3:07 pm

Interesantisimo tema el desplegado en este hilo :) realmente interesante...

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Mensaje por Grossman » Dom Mar 21, 2010 12:39 pm

¡Hola!

El modelo de explicación propuesto por Karl-Heinz Frieser, que hemos visto en el penúltimo post, basado en la apuesta de Hitler por la “victoria final” tiene una réplica 300 páginas más adelante, donde Bernd Wegner expone una tesis en la que el dictador, consciente de la realidad estratégica, se regiría, no tanto por la idea de apostarlo todo a un giro en la alianza enemiga, sino la de alcanzar trascendencia histórica con una derrota heroica, que sería la única forma mantener vivo al pueblo tras su aniquilación física, permitiendo un ulterior resurgimiento, guiado -como no- por el movimiento nacionalsocialista. En esa concepción, la radicalización de la guerra y el genocidio excluirían casi desde el principio una salida negociada, y Hitler veía que los enemigos tenían intereses comunes que pasaban por la aniquilación de Alemania.

Está expuesto en “¿Por qué Hitler decidió luchar hasta el último minuto?”
viewtopic.php?f=19&t=12382&p=156554#p156554

Saludos
Grossman
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Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
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