El ataque el 30 de Julio, por sectores
El ataque de Totenkopf sobre la colina 213.9
La 3ª División SS Totenkopf se preparaba para lanzar su ataque ante las ruinas de la 23DP, dejadas allí el 19 de Julio. Los extensos campos de vegetación estaban completamente minados, formando cinturones circulares alrededor de la colina. Si alguna formación pasaba estos campos de minas se encontraría con fuego procedente de 3 direcciones, para más adelante toparse ya con las cuestas de la colina. En las colinas adyacentes los soviéticos habían emplazado baterías pesadas antitanque (7,62 cm), cañones ligeros (4,5 cm), y cientos de rifles antitanque. También había numerosos tanques ocultos, incluso enterrados. Un ataque blindado frontal, sobre un eje de avance muy estrecho, sobreexpuesto y con las colinas adyacentes en manos del enemigo no era tácticamente muy aconsejable. El 29 de Julio el SS Brigadeführer Hermann Priess, comandante de la Totankopf, concentraba sus unidades para comenzar el ataque. Durante los 4 días siguientes la Totenkopf sufriría más bajas de las que había sufrido en todas las batallas del saliente de Kursk.
El hecho de poseer la colina 213.9 proporcionaría a los alemanes un punto elevado desde el cual se podrían observar tanto el valle del Olkhovchik como el de Gerassimova, así como los cruces del Mius en Dimitrievka y Kuibyshevo. Era a través de estos puntos por donde las tropas y suministros sovéticos eran traídos al frente. Era un objetivo muy difícil; otro más a la lista: Demyansk, Kharkov, Kursk… Se había perdido bastante material en Kursk, si bien la fuerza blindada por entonces aún era adecuada:
• Panzers VI: 10
• Panzers IV: 9
• Panzers III: 49
Un total de 68 tanques. Antes de Citadel contaba con 117.
El déficit de hombres era de unos 3000. Sin duda, el hecho de que los hombres de Eicke y de Priess fueran capaces de continuar luchando frente a fuerzas mucho mayores y a pesar de condiciones climatológicas brutales y hambruna, y soportando el estrés de estar rodeado, fue uno de esos logros sorprendentes que se produjeron durante la guerra. Soportar la emoción intensa de la contínua y dura lucha, con bajas catastróficas, fue, sin duda, prueba de la dureza y orgullo que Eicke había creado en la división. Todo estaba preparado para la brutal colisión. El primer objetivo del IICPSS era la línea 223.7-213.9-173.4. Después de alcanzar esta línea los soviéticos iban a ser conducidos valle abajo hacia el Mius, donde los estaría esperando el XXIX Cuerpo de Ejército, que haría de yunque para la destrucción de las fuerzas rojas. Quizás el ataque se planteaba de una forma precipitadas, pero Hollidt sabía que Manstein cogería el IICPSS tan pronto como hiciera falta en otro sitio.
El asalto a la colina 213.9: El viaje a la muerte del 3º Regimiento Panzer SS.
El 30 de Julio por la mañana temprano, los granaderos y los tanques del Regimiento “Totenkopf” se desplazan hacia sus posiciones de partida mientras la artillería y baterías de morteros bombardean las posiciones alrededor de la colina 213.9. Los hombres del Reg “Totenkpof”, comandados por el Obersturmbannführer Baum , iban detrás de los tanques del 1º batallón del Regimiento Panzer 3. Delante iban los Tigers, seguidos de la mayor parte de los Panzer IV del batallón. Esta fuerza avanzaba al oeste y paralela a la carretera Ssneshroje-Marinovka. La carretera ,a su vez, iba paralela al valle del Olkhovchik, y luego se dirigía hacia el este de Marinovka.
El Regimiento “Eicke”, comandado por el SS Standartenführer Hellmuth Becker, avanzaba a la izquierda del grupo blindado. Pronto penetró facilmente la primera línea de defensa soviética y se extendió hasta la parte norte del valle de Gerassimova. Así continuaron su penetración, hasta llegar a un barranco, el de Nedadejeva, al noroeste de Gerassimova, del pueblo. De este punto del valle a Dmitrievka, ya en el Mius, al este, no había muchos km, pero el camino no era una de rosas, precisamente. La infantería rusa estaba apostada en el Nedadejeva, y en el momento en que las tropas alemanas se acercaron recibieron gran cantidad de disparos de armas pequeñas y también de tubos pesados, de entre 82 y 120 mm. Los granaderos fueron obligados entonces a cubrirse. Una situación difícil.
Tampoco era muy alentadora la situación del Regimiento Totenkopf: Dos grupos, uno liderado por Tigers y otro de blindados más ligeros a la derecha se dirigían hacia la colina 213.9. Al principio también encontraron poca resistencia. No obstante, en el momento en que los atacantes se acercaban a las proximidades de la colina en sí, antes de llegar a los cinturones de minas, una lluvia de proyectiles cayó sobre ellos, rebotendo sobre el blindaje, zumbando sobre las cabezas de los comandantes de los tanques, que pronto buscaron protección bajando la cabeza. Los tanques trataron de continuar, no obstante. Sin embargo cuando comenzaron a funcionar los cañones de 7,62 cm ya sí tuvieron que buscar cubierta. Los odiados (por parte alemana) “Ratch-bum” tenían un recorrido muy rápido, que les permitía penetrar el blindaje de un Panzer III y de un IV y , a corta distancia, incluso de un Tiger. Y a todo esto se le añadió un bombardeo con materiales altamente explosivos y cañoneo antitanque desde larga distancia, desde los dos flancos.
También comenzaron a disparar piezas de artillería más grandes desde el noreste, cerca de las colinas 173.4 y 121.7. Una vez los alemanes a cubierto empezaron a salir pequeños grupos de tanques rusos, pasando a través de los caminos limpios de minas, para tratar de noquear a los tanques alemanes desde los flancos.
Mientras tanto la punta de lanza del Reg Totenkopf, tratando de penetrar las posiciones soviéticas, se encontraron dentro de un campo de minas al noroeste de la colina. Se perdió tanque tras tanque. Dos horas después del comienzo del ataque, todo empuje, el momentum, se había perdido. El Regimiento de Panzers informó de que estaba bajo intenso fuego de cañones de 7,62 cm, T-34 enterrados, y un fortísimo fuego antitanque desde el noroeste de Stepanovka, particularmente desde una posición fortificada en el cruce de carreteras al este de la ciudad. También había registrada artillería pesada y fuego de mortero de todos los calibres desde la colina 191.3.
A las 9:40 de la mañana son llamados los Pioneros de la División para la ardua labor de limpiar los campos de minas. Todas las armas que estaban a mano se pusieron en acción para cubrir el trabajo de los pioneros. Dando ejemplo como el que más, los oficiales de las unidades de Pioneros se arrastraron hacia los campos, para hacer el trabajo personalmente. El Untersturmführer Dahnert, el jefe de la compañía, pronto había caido herido mientras lideraba a sus hombres. Al poco rato pequeños grupos de tanques alemanes ya avanzaban hacia la colina. La infantería rusa en las posiciones adelantadas luchaba obstinadamente, disparando desde agujeros, muy difíciles de localizar. Incluso cuando eran sobrepasados, los rusos disparaban sobre la infantería alemana por detrás, hasta que los granaderos se veían obligados a reducirlos con la pistola, granadas o incluso la bayoneta.
A la derecha del grupo blindado más pesado, los Panzer III y IV del 2º batallón del 3º Regimiento estaban parados, al suroeste de la colina 213.9. Los dos grupos Panzer se veían, pero no eran capaces de apoyarse el uno al otro. No había margen de maniobra debido a la contínua lluvia de proyectiles. Y además el diseño de los campos de minas rusos llevaban a los alemanes hacia las posiciones antitanque rusas.
A tenor del volumen de fuego procedente del flanco derecho, de Stepanovka, era evidente que “Das Reich” no había podido con su misión. Lo mismo pasaba con el fuego procedente del este: La 3ª Div Panzer y la 306ª Div Inf también estaban paradas. El ataque de sobre los flancos había fallado.
Más adentrados en la mañana la Totenkopf lo vuelve a intentar, siempre siguiendo el principio de “ No abrir fuego si es que no hay movimiento, y nada de movimiento si no se abre fuego”. Otra vez el ataque se torna demasiado complicado. Para tratar de mejorar la situación se dispusieron más cerca de la línea de batalla unas baterías de Nebelwerfer que, en estas situaciones donde era tan difícil ser preciso en el bombardeo artillero debido a la carencia de buenos puestos de observación, resultaron ser muy efectivos. Pero aquél no fue su día: El sistema eléctrico de encendido que tenían falló y provocó un accidente que hizo explotar dos de los lanzadores estando cargados, que sembró el caos en ese sector del batallón. Para añadir más dificultades a los hombres de la Totenkopf, el empleo de IL-2 por parte soviética fue continuo durante todo el día, al contrario que los aviones alemanes, que sólo aparecieron en forma de unos cuantos Stukas sobre la colina 213.9, en momentos muy puntuales. Cada vez que los granaderos trataban de desmantelar posiciones de ametralladoras rusas les resultaba muy difícil: En primer lugar, las encontraban extremadamente difíciles de localizar, incluso desde muy cerca. Y en segundo lugar, la forma del terreno, sin características diferenciables en practicamente cientos de metros a la redonda, impedían de forma efectiva el trabajo de la artillería alemana.
Cubierta por la artillería, la compañía de Pioneros Panzer fue ordenada de nuevo a ir hacia delante a desmantelar minas. Ignorando sus pérdidas ( el eterno problema de las Waffen-SS ¿o su virtud?), fueron capaces de nuevo de localizar decenas de ellas, no sin pagar un duro impuesto. Los granaderos proveían algo de cobertura, barriendo el suelo por delante de los pioneros con fuego de MG-42 y metralletas.
Mientras tanto, en la entrada superior del valle de Gerassimova, los batallones del Regimiento “Eicke”, continuaban su progreso, si bien lentamente. Luchaban en inferioridad numérica en todos los aspectos. Al norte de Gerassimova consiguieron expulsar a los rusos de una colina fortificada. A las 13:05 el Regimiento informaba de que había penetrado en el sector justo al norte del pueblo, pero que aún estaba envuelto en una dura lucha por la posesión de la colina misma.
En las aproximaciones de la colina 213.9, en el interim, habían abierto dos nuevos caminos a través de las minas. Al comienzo de la tarde la división se reagrupó y se lanzó al ataque de nuevo. Los granaderos le dieron otro empujón a la ofensiva sobre las 13:15, siguiendo un ataque puntual de los Stukas: un avión tras otro, partiendo desde encima de la colina, se lanzaba sobre las posiciones soviéticas soltando sus bombas, poniendo de su parte en el Maelstrom en que se había convertido la batalla. Una vez más los granaderos se lanzaban hacia delante, tratando de avanzar ante fuego de ametralladora, mortero… Los tanques hacían los que podían colina arriba, disparando mientras se movían de una posición a otra. Coordinando sus movimientos mediante el uso de la radio, las tripulaciones trabajaban con cuidado, unas disparando para cubrir el avance mientras otras trataban de encontrar un camino arriba. Los rifles antitanque dieron el alto a los tanques. Esto forzaba a los comandantes a bajar sus cabezas y limitar su visión, con lo que esto traía en consecuencia. Después de avanzar unos cientos de metros, otro cinturón de minas, y más tanques inutilizados. Esto conllevaba otra lluvia de proyectiles, morteros, armas ligeras, y aquellos tanques que no encontraban pronto cubierta se veían abocados a la destrucción. El fuego desde los flancos no disminuía y hacía que los intentos de avanzar fueran aún más frustrantes. Además, siempre que los tanques alemanes no podían avanzar, rapidamente los rusos hacían una serie de contrataques con grupos pequeños de T-34. La divisón había solicitado otra salida de Stukas a las 16:25, que no hizo gran efecto.
A las 17:45 la división informaba al II SS PanzerKorps que después de 3 ataques se había ganado muy poco terreno.
La fuerte posición con cañones de 7,62 cm al este de Stepanovka, en el cruce de carreteras , había resultado ser mortífera para el avance de la Totenkopf. También generaría grandes problemas a la Totenkopf y a la Das Reich en los días venideros gracias a sus cañones de largo alcance. Los hombres del Regimiento “Deutschland” estaban luchando duramente para atravesar Stepanovka y silenciar estas baterías, pero la resistencia soviética no mostró signos de debilidad.
Al este de la colina 213.9, en el flanco izquierdo de la división, el regimiento “Eicke” todavía se encontraba en grandes dificultades para mantener el terreno que había ganado, valle Gerassimova abajo. A pesar de los intentos rusos de flanquear el regimiento con un ataque a cargo de un batallón reforzado, las fuerzas alemanas se agarraron al terreno y frustraron los intentos. El ataque, apoyado por morteros pesados y aviación, se produjo sobre el flanco izquierdo del regimiento, defendido por el 3º batallón, sobre las 15:15. Conforme avanzaba la tarde el fuego artillero y de morteros sobre el “Eicke” se hacía más fuerte, ya que los rusos redirigieron sus cañones una vez el acecho a la colina 213.9 había sido salvado.
Las ya de por sí debilitadas compañías SS sufrieron grandísimas bajas en oficiales y suboficiales. Dirigiendo desde el frente, dando ejemplo; esa era la forma de trabajar clásica de las divisiones SS, y en laTotenkopf esto era llevado casi hasta el “defecto”. Si bien este método proporcionaba un liderazgo agresivo e inmediatas y violentas reacciones en determinadas situaciones de combate, también era verdad que se producían demasiadas bajas entre los oficiales y suboficiales, las más difíciles de reponer.
Sin duda el mayor obstáculo de los ataques alemanes habían sido los campos de minas. Los rusos se esforzaron en crear meticulosos campos de minas durante los días que habían tenido para preparar las defensas de la 213.9. Fueron especialmente eficaces alrededor de la colina 211.5, otra elevación fuertemente defendida en el sector de la 3ª Div. Panzer.
La mayor parte de las pérdidas de tanques de las 3 divisiones del II SS PanzerKorps fueron a causa de problemas con los engranajes de la tracción. Para el 30 de Julio Totenkopf había perdido 48 tanques, pero sólo una pérdida total, indicación de que la mayor parte de las pérdidas era por minas. Cualquiera que fueran las causas, no obstante, las pérdidas eran cuantiosas: 8 de los 10 Tigers de la 3ª Div SS Totenkopf estaban fuera de combate. Las pérdidas humanas tampoco era poca cosa: Las compañías de Granaderos habían pasado de tener unos 90 hombres, a unos 20 ó 25. El Regimiento “Totenkopf” perdió 2 comandantes de compañía. Y en total, sobre el II SS PzKorps, se produjeron 915 bajas y 91 tanques fuera de combate de un número inicial de 211. La Totenkopf había perdido 26 oficiales, 468 suboficiales y soldados y 48 tanques. Y la Das Reich había perdido 18 oficiales, 300 suboficiales y soldados y 25 tanques.
El único éxito del II SS PzKorps había sido la penetración en el valle del Gerassimova, a cargo del regimiento “Eicke”. El ataque sobre los flancos falló, y por consiguiente falló el ataque sobre la colina 213.9.