Mensaje
por José Luis » Lun Oct 18, 2010 9:14 pm
La ofensiva comenzó a las 06:10 horas del 17 de diciembre con la preparación artillera y el bombardeo aéreo del VIII Fliegerkorps. La 22ª División de Infantería atacó al norte del río Belbek contra la 8ª Brigada de Infantería de Marina, siguiendo la 132ª División de Infantería contra los altos al sur del Belbek. Las cosas discurrieron relativamente bien para estas dos divisiones, pues tras cinco días de duros combates Petrov abandonaba el saliente de Mamaschai y retiraba a la 8ª Brigada de Infantería de Marina y al 90º Regimiento de Fusiles a la orilla norte del valle de Belbek. En cambio, la situación parecía estancada en el avance de las divisiones de infantería 50ª y 24ª, que apenas progresaba por el terreno quebrado y lleno de maleza de la montaña en dirección a la bahía de Severnaya. En el sur, las divisiones de infantería 72ª y 170ª (XXX CE) hicieron retroceder en algunos lugares a la 172ª División de Fusiles, pero no pudieron conseguir la penetración. El único éxito real fue conseguido el 23 de diciembre por la 170ª División de Infantería y la 1ª Brigada de Montaña rumana con la captura de la Colina de la Capilla, una posición clave en el segundo sector defensivo soviético.
La ofensiva de Manstein estaba condenada de antemano al fracaso. Insuficiente apoyo aéreo, mal tiempo, días cortos y noches largas, sin reservas y con la supremacía naval soviética, Manstein no estaba en disposición de romper las defensas soviéticas y apoderarse de Sebastopol. Los soviéticos lograron reforzar sus defensas con la incorporación de la 79ª Brigada de Infantería Naval y la 345ª División de Fusiles, mientras que el acorazado Parizhskaya Kommuna y su grupo de fuego de cañones naval pulverizaron a la infantería alemana allí donde ésta amenazaba ruptura (15).
Entonces sucedió lo que era de esperar. El 26 de diciembre los soviéticos desembarcaron unos 5.000 hombres cerca de Kerch. Ante esta circunstancia el teniente general Hans Graf von Sponeck, comandante general del XXXXII CE, solicitó al cuartel general del 11º Ejército permiso para retirar la 46ª División de Infantería y el cuartel general del cuerpo a una posición defensiva en el istmo de Parpach, movimiento que resultaba, según Sponeck, en una mejor defensa ante cualquier ofensiva soviética por su economía de fuerzas en un sector más reducido. Manstein rechazó la solicitud creyendo que si Sponeck dejaba que los soviéticos consolidaran su desembarco en Crimea, después resultaría excepcionalmente difícil expulsarlos nuevamente, requiriendo una contraofensiva mayor. Por tanto, ordenó a Sponeck que echase a los soviéticos al mar mientras éstos todavía no habían asentado su desembarque. Impertérrito por esa amenaza en Kerch, Manstein ordenó al LIV Cuerpo de Ejército que continuase con su ofensiva contra Sebastopol. Sponeck contraatacó con la 46ª División de Infantería el 27 y 28 de diciembre eliminando la mayoría de las fuerzas soviéticas desembarcadas, pero volvió a pedir a Manstein permiso para retirarse. Manstein, una vez más, se lo negó. Entonces, el 29 de diciembre los soviéticos volvieron a desembarcar tropas en el puerto de Feodosia, capturado ese mismo día por un coup de main de la Flota del Mar Negro. Esta vez desembarcaron 23.000 hombres y un batallón de tanques del 44º Ejército. Ahora Sponeck, bajo su propia responsabilidad, se retiró a Parpach y lo comunicó al cuartel general del 11º Ejército. La contraorden de Manstein ya no fue recibida por el XXXXII Cuerpo de Ejército y, además, la 46ª División de Infantería ya estaba ejecutando la retirada. Ese mismo día, Manstein destituyó a Sponeck y ordenó al LIV Cuerpo de Ejército seguir con sus ataques contra Sebastopol, pero al día siguiente, 30 de diciembre, tuvo que suspender definitivamente su ofensiva contra Sebastopol.
La soberbia del brillante mariscal de campo berlinés y su obsesión por continuar una ofensiva inútil y sangrienta contra Sebastopol bien pudieron causar la perdición del 11º Ejército alemán si los soviéticos hubieran explotado su éxito inicial de los desembarcos de Kerch y Feodosia aniquilando a la 46ª División de Infantería y cortando los suministros en la retaguardia del ejército de Manstein.
¿Cómo reaccionó Manstein ante los desembarcos soviéticos en Kerch y Feodosia? Nada de detener una ofensiva que carecía de fuerzas suficientes para lograr el éxito final. Tras lamentar la falta de la 73ª División de Infantería (que se había llevado Reichenau), una queja absurda por cuanto Manstein ya sabía desde el inicio del ataque que no podía contar con ella, Manstein dice en sus memorias que decidió “retener de momento las fuerzas íntegras del cerco, incluso después de los desembarcos rusos en Feodosia [29 de diciembre de 1941], pechando con el riesgo que por instantes nos amenazaba” (16). Sólo suspendió el ataque de distracción del XXX Cuerpo de Ejército para enviar a la 170ª División de Infantería como ayuda a Kerch, pero ordenó al LIV Cuerpo de Ejército, con la aquiescencia de su comandante y de los mandos de sus divisiones, continuar el ataque contra Sebastopol en un “último esfuerzo para alcanzar el objetivo de Ssewernaja [Severnaya]”, ya no la captura de Sebastopol. Y cita como ejemplo de la buena disposición de sus mandos para dejar en el intento su último aliento al coronel von Choltitz, el comandante del 16º Regimiento de la 22ª División de Infantería, que penetró en el Fuerte Stalin. Sin embargo, eran otras las verdaderas sensaciones de Choltitz, quien, como muchos otros comandantes, creía que se estaba pidiendo demasiado a sus bravos hombres con tan poco efecto. Choltitz pidió que se le relavara del mando. Manstein tuvo tiempo de visitar su puesto de mando; Choltitz recordó a Manstein expresando con emoción su gratitud por la bravura de sus hombres (17).
Cuando Manstein canceló la ofensiva al finalizar el 30 de diciembre, explicó su decisión en sus memorias con la siguiente frase: “Justamente pensando en ellas [sus tropas] y en el deber de conservarlas, era como habíamos llegado a la decisión” (18). Extraña razón la dada por Manstein, cuando se comprueba que entre el 17 y el 31 de diciembre, la ofensiva contra Sebastopol, el 11º Ejército sufrió más de 8.500 bajas. Con razón uno puede entender al soldado de infantería Gottfried Götzenaurer, cuando -recordando que su batallón quedó reducido a 24 hombres, que no había quedado ningún oficial, ni siquiera un sargento, y tuvieron que ser dirigidos por un cabo, y aun así les ordenaron seguir atacando- expresó: “Cuando pienso en los montones de cadáveres tengo que decir una vez más, fue criminal” (19).
¿Y Sponeck? Ya he comentado sobre el asunto Sponeck en el hilo de “Von Manstein” en el subforo de “Biografías”, por lo que huelga repetir aquí lo dicho allí. Sin embargo, la decisión de Sponeck de retirar a sus tropas fue, a mi juicio, una decisión a todas luces acertada; y también lo fue en opinión de Franz Halder y Georg von Sodenstern, jefe del EMG y jefe del EM del Grupo de Ejércitos Sur, respectivamente. Y finalmente, también lo fue a juicio retrospectivo...... ¡del propio Manstein!
El 30 de diciembre de 1941, Halder dirigió un mensaje al GES en el que mencionaba que la crítica situación causada por el desembarco soviético en Feodosia no podía restablecerse solo con la 46ª División de Infantería, a menos que se enviasen refuerzos inmediatamente. En su opinión, la decisión del teniente general Sponeck de evacuar la península de Kerch estaba totalmente justificada. El 31 de diciembre de 1941, el general Sodenstern declaró que la retirada de Sponeck del XXXXII Cuerpo de Ejército podía justificarse a causa del importante número de formaciones soviéticas que habían desembarcado en Feodosia y a causa de la dificultad de restablecer la situación que podría plantearse si se perdía la 46ª División de Infantería. El 10 de febrero de 1942, en un segundo informe sobre la evacuación de la península de Kerch escrito para el GES y más tarde comunicado al OKH a través de Bock (que había sustituido a Reichenau tras su muerte), Manstein afirmó que la retirada de la 46ª División de Infantería estaba justificada por tres razones. Primera, el colapso de las fuerzas rumanas permitió a las tropas del Ejército Rojo que habían desembarcado en Feodosia avanzar hacia el norte, más aún cuando el mal tiempo había demorado los refuerzos alemanes por una semana. En consecuencia, habría sido imposible para la 46ª División de Infantería mantener el frente y evitar el cerco. Segunda, las tropas de Sponeck, que ya estaban muy escasas de suministros, no podían haber resistido hasta la llegada de refuerzos. Tercera, a causa de las malas condiciones meteorológicas, no se pudo emplear a la Luftwaffe para rechazar a las formaciones soviéticas o suministrar a la 46ª División de Infantería. En tales circunstancias, concluyó Manstein, la decisión de Sponeck de evacuar la península de Kerch estuvo justificada (20).
Notas:
(1) Erich von Manstein, Victorias Frustradas (Barcelona: Inédita Editores, S.L., 2006), pp. 289-290.
(2) Robert Forczyk, Sevastopol 1942. Von Manstein's Triumph (Osprey Publishing, 2008), p. 11.
(3) Mungo Melvin, Manstein. Hitler's Greatest General (London: Weidenfeld & Nicolson, 2010), p. 239.
(4) Ibid., p. 240.
(5) Véase el documental de Guido Knopp y Jörg Mullner, Hitler's Warriors. Manstein, The Strategist (1999), en las entrevistas en la parte dedicada a Crimea y Sebastopol de diciembre de 1941.
(6), Manstein, Victorias Frustradas, pp. 295-296.
(7) ”La tarea que ahora tenía que acometer el Decimoprimer Ejército era la de atacar y tomar el último baluarte del enemigo en Crimea, o sea Sebastopol. Cuanto antes nos pusiésemos a ello, menos tiempo le dejaríamos al adversario para disponer su defensa y mayores serían, por consiguiente, nuestras probabilidades de victoria; sin contar con que también le restábamos al enemigo oportunidades de atacarnos por mar”. Ibid., p. 295.
(8) En sus memorias está errada la fecha, que se sitúa el 27 ó 28 de octubre. Véase p. 297.
(9) Ibid., p. 298.
(10) Forczyk, Op. Cit., p. 12.
(11) Manstein, Victorias..., p. 297.
(12) Ibid., p. 297.
(13) Manstein fecha mal, tanto en Verlorone Siege, p. 238, Victorias Frustradas, p. 298, como en Lost Victories, p. 223, la fecha de ese suceso, que pone en 17 de octubre. Ya de por sí extraño a la cronología de su relato, la confirmación del error me viene por Mungo Melvin, que la observa igualmente en su biografía y despeja citando el propio diario de guerra de Manstein, que en la entrada del 17 de diciembre de 1941 anotó correctamente observando: “Finalmente he logrado convencer a Reichenau de que deberíamos retener la 170ª DI”. Munglo Melvin, Op. Cit., p. 563, nota 76.
(14) Manstein, Victorias..., p. 298.
(15) El estrago producido por la artillería soviética en la infantería alemana está bien reflejado en la historia divisional de la 22ª División de Infantería: “el indescriptible fuego de la artillería enemiga había llevado a nuestras tropas al final de su fuerza”. El 16º Regimiento de Infantería de esta división, mandado por el coronel Dietrich von Choltitz consiguió en la noche del 30 al 31 de diciembre el máximo avance del ataque al penetrar el Fuerte Stalin, si bien al precio de dejar sus compañías a un nivel de fuerza que oscilaba entre los 10 y 20 hombres. Mungo Melvin, Manstein, p. 247.
(16) Manstein, Victorias..., p. 300.
(17) Mungo Melvin, Op. Cit., p. 248.
(18) Manstein, Victorias...., p. 300.
(19) Documental citado de Knopp y Mullner.
(20) Benoit Lemay, Erich von Manstein: Hitler's Master Strategist (Casemate, 2010), pp. 226-227
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)