Mensaje
por José Luis » Dom Nov 26, 2006 12:46 pm
¡Hola a todos!
El asunto que ha planteado mi amigo Manstein en este topic se presta fácilmente a la confusión, y el ensayo que ha servido a modo de introducción es ciertamente parcial, por el ámbito al que se ciñe.
Las primeras unidades estadounidenses que combatieron en Europa lo hicieron en Tunicia a finales de 1942. Por esas fechas los británicos llevaban combatiendo incesantemente en el teatro europeo, con mayor o menor acierto, más de dos años y medio. Su experiencia de combate se ceñía a las batallas libradas en la campaña del Oeste de mayo-junio de 1940, tanto en tierra como en aire, y a las campañas del Desierto occidental desde junio de 1940 hasta la llegada de los estadounidenses a África. Es decir, los británicos habían combatido a las fuerzas del Eje cuando éstas desplegaron sus mejores recursos y cuando gozaban de la iniciativa estratégica, independientemente de que la explotaran o no. Pero además, el desierto libio-egipcio entre la primavera de 1941 y el verano de 1942 constituyó el mejor exponente de la IIGM para la ejecución y desarrollo de la guerra de movimiento de ejércitos de armas combinadas.
Por otra parte, las formaciones de combate británicas ya habían adquirido un buen entrenamiento en el desierto egipcio antes de que los italianos les declarasen la guerra en junio de 1940. También estaban relativamente bien equipadas para esas fechas, y poco a poco fueron adecuando su equipamiento de combate para superar los obstáculos que presentaba ese especial terreno de operaciones. Su campaña contra los italianos entre septiembre de 1940 y enero de 1941, más allá de la escasa capacidad profesional y preparación para el combate demostradas por sus oponentes, les sirvió para mejorar sustancialmente la adecuación del armamento, los medios de transporte y la logística requerida. Por ello, cuando los alemanes llegaron a Trípoli, los británicos ya gozaban de una ventaja significativa sobre ellos. A partir de entonces, las formaciones de combate británicas iban a ampliar extraordinariamente su experiencia y capacidad de combate aprendiendo en sus propias carnes de las lecciones magistrales que en el terreno de la táctica y la improvisación desarrollaron Erwin Rommel y sus comandantes subordinados durante las diferentes campañas libradas entre la primavera de 1941 y el otoño de 1942.
Sería absurdo, por tanto, exigir a las unidades estadounidenses que desembarcaron en África en la Operación Torch, siquiera la mitad del arte militar que en ese teatro de operaciones tenían los británicos en el otoño de 1942. Lo lógico y normal, como así fue, es que fueran carne de cañón para las experimentadas, aunque entonces maltrechas, unidades del "Zorro del Desierto". Los americanos, por tanto, pagaron un costoso tributo a los alemanes en el invierno de 1942-1943 en Tunicia, pero también dispusieron de la oportunidad de sacar sus conclusiones de las "lecciones aprendidas".
Sin embargo, y en mi opinión, sería un juicio errado presuponer que la experiencia estadounidense en Tunicia y, después, en Sicilia e Italia, capacitó a las formaciones del U.S. Army que tomaron parte en esas campañas para estar al mismo nivel profesional que poseían los británicos.
Cualquier consideración de lo que sucedió en la campaña de Nomandía que siguió al desembarco aliado del 6 de junio de 1944 debe tener en cuenta, a mi juicio, los siguientes factores a la hora de comparar la capacitación profesional desplegada por estadounidenses y británicos:
1) Los estadounidenses desembarcaron muchas más unidades que los británicos.
2) A los británicos les tocó lidiar con la captura de Caen, área en que los alemanes desplegaron lo mejor que tenían y de la mejor forma que pudieron.
3) El avance de Patton, tan glorificado, se las vio con los "residuos" de las formaciones alemanas, que en ningún momento gozaron de la capacidad, fuerza y armamento de las formaciones desplegadas en el área de Caen, independientemente de que éstas tampoco estuvieran para lanzar cohetes.
4) A partir de mediados de julio de 1944, los ejércitos alemanes que combatían en Normandía (o lo que de ellos quedaba), lo hacían prácticamente en desbandada.
5) Desde septiembre de 1944 hasta que acabó la guerra, las unidades estadounidenses, si bien es verdad que eran las más numerosas del bando aliado, combatieron en algunas ocasiones, no pocas de ellas, batallas en las que, a pesar de gozar de una superioridad total en todos los aspectos con respecto a sus oponentes alemanes, recibieron palizas de campeonato.
Por todo ello, en conjunto, y dejando al margen los errores estratégicos u operacionales que cometieron algunos de los líderes del bando anglo-estadounidense, no creo que haya base sólida para afirmar que los estadounidenses aprendieron más rápido que los británicos en el arte de la guerra de movimiento de ejércitos de armas combinadas. El hecho de que las consideraciones políticas sobre las bajas en el bando británico y sus disponibilidades de personal de reemplazo a partir de 1943-44 obligasen a los comandantes de sus formaciones a desplegarse y avanzar en los campos de batalla de manera excesivamente cauta no fue la demostración de un mal aprendizaje o un aprendizaje tardío en esa forma de hacer la guerra, sino la ejecución práctica de la política de sus líderes, que ante todo buscaron minimizar sus bajas en una guerra que ya estaba decidida a su favor.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)