Mensaje
por Domper » Mar Feb 06, 2007 12:56 am
Bueno sí y no, la artillería de cohetes tiene sus ventajas y sus limitaciones.
Por de pronto, no hay que engañarse, se trata de un arma CARA. No por el lanzador, que es un camión con raíles que son poco más que hierros, sino por el proyectil. Los cohetes requieren mucho más propelente que la artillería convencional, y el propelente es caro, en términos industriales, pues propelente requieren todo tipo de municiones, y si algo escasea en la guerra… Otra arma pródiga en el uso de propelente es le cañón sin retroceso, y ese fue uno de los motivos por los que los alemanes no distribuyeron más ampliamente esas armas (a pesar de su probable utilidad como contracarro) y desarrollaron un arma semiconvencional, el PAW 80, para sustituirlo.
Otra limitación es (en la SGM) su mínimo alcance. 8.000 es poco más del alcance de los morteros pesados, y pone a los lanzadores dentro del alcance de la artillería enemiga, incluso de los contraataques acorazados. Siendo un arma engorrosa, que no se puede meter en una posición excavada, y enormemente vulnerable al fuego enemigo (imaginad lo que hace una esquirla si toca un cohete en el rail) uno puede suponer lo queridas que serían por sus dotaciones.
La indiscreción era también problemática. Delataba a los lanzadores (que tenían que abandonar las posiciones cuanto antes) pero también alertaba a los que iban a sufrir el bombardeo.
Otro gran problema era su ínfima precisión, que los limitaba a hacer fuego de saturación, es decir, para cubrir un área que iba a ser atacada, pero no servía ni para apoyo directo ni para destruir puntos fuertes localizados. En la actualidad los cohetes tienen gran utilidad como armas de contrabatería, pero el alcance limitaba esa función. Sí podían ser útiles (a costa de un enorme dispendio de munición) para destruir armas contracarro, principalmente los engorrosos cañones alemanes.
A cambio, tienen otras ventajas:
Potencia. Un proyectil de cohete es, a igualdad de calibre, más potente que el de artillería, pues no es preciso que tenga fuertes paredes de acero que resistan las presiones del disparo: la mayor parte de la carga bélica es explosivo, frente a una fracción en los proyectiles rompedores de cañón. Además uno se ahorra la manufactura del grueso proyectil, y ahorra acero para otros usos.
Violencia: todos los proyectiles caen casi a la vez, con los consiguientes efectos tanto físicos como morales.
Calibre: un proyectil pesado requiere un cañón enorme, mientras que un cohete pesado sólo requiere que sea de mayor tamaño (es algo más complejo que eso, pero…). Los cohetes de calibres de hasta 300 mm se usaban frecuentemente, mientras que los cañones de calibres superiores a 203 mm eran engendros tremendamente engorrosos.
Durante la guerra todo el mundo se equipó con ellos, siendo los más eficaces (probablemente) los alemanes, de mayor alcance y precisión que los de otras potencias. Claro que ingleses y norteamericanos tenían toda la artillería convencional que pudiesen desear, mucha de ella autopropulsada, sus cohetes no tenían que suplir las carencias de esta, y reservaban sus cohetes para fuego de saturación de corto alcance. Tras la guerra los ejércitos “pudientes”, salvo el soviético se deshicieron de esos apestosos trastos y los reemplazaron por cañones (y artillería autopropulsada). Sólo recientemente se han reintroducido, pero con alcances muy superiores y sistemas de guiado perfeccionados (estabilizadores giroscópicos), que les permiten misiones de contrabatería (la función principal en la actualidad).
Como curiosidad, el cohete “Katiuska” era mediocre, sobre todo por el pobre diseño de la tobera: la forma de esta condiciona el alcance y la precisión del arma mucho más que la cantidad de propelente usado. Siendo los rusos pioneros en cohetería es curioso que no hiciesen un esfuerzo en este campo.
Los lanzacohetes soviéticos funcionaron por la derrota de la Luftwaffe y la penuria alemana. Esas tácticas lineales eran tremendamente vulnerables a cualquier arma, desde aviación a cañones. De haber intentado usar los cohetes contra los norteamericanos (por ejemplo) estos hubiesen recurrido a su potentísima artillería o a su aviación táctica y hubiesen finiquitado a los lanzacohetes a la primera de cambio. Eso pasó en Corea y Vietnam: pronto se vieron las limitaciones del arma, y tuvieron que pasarse a los más discretos morteros, reservando los cohetes para hostigar el enemigo, lanzados muchas veces con sistemas rudimentarios.
Saludos