Totaler Krieg

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Barbarossa
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Totaler Krieg

Mensaje por Barbarossa » Mié Abr 05, 2006 1:44 am

El 18 de febrero de 1943, en el Sportpalast de Berlín, el Ministro de Propaganda e Instrucción Popular Joseph Goebbels pronunció el más celebre de sus discursos: Wollt Ihr den totalen Krieg? (¿Queréis la Guerra Total?)

Os adjunto un enlace donde podréis escuchar la grabación del discurso con un periodo de caducidad de 7 días. Si pasado ese tiempo alguien desea volver a escucharlo, no dudéis en dejar un mensaje en este Post y trataré de colgarlo de nuevo en el Foro.

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Grabación original de la Radio Alemana:
http://s60.yousendit.com/d.aspx?id=1YC9 ... ZAEZ24YKCX

“Yo os pregunto: ¿Queréis la Guerra Total?"
"Sí, sí, sí", entre aclamaciones y aplausos
"Si fuese necesario, ¿queréis una guerra más total y más radical que lo que nunca hayamos podido imaginar?"
"¡Sí, sí, sí!", entre aclamaciones y aplausos
"Los ingleses afirman que el pueblo alemán ha perdido la fe en su Führer"
Aclamaciones de "¡No, no, no!; ¡guerra, guerra, guerra!" y "¡Sieg Heil!"
Más aclamaciones al grito de "¡Führer ordena, nosotros te seguimos!"
"Yo os pregunto: ..."
Prosiguen las aclamaciones de “¡Führer ordena, nosotros te seguimos!"
"Yo os pregunto: ¿Tenéis en nuestro Führer una confianza, más fuerte, más fiel y más indestructible que nunca?
¿Es vuestra entrega al Führer tan absoluta e incondicional como para seguir su camino y cumplir todo aquello que sea necesario para llevar la guerra a un victorioso final?"
La multitud responde como un solo hombre con un entusiasmo desbordado. Cuatromil gargantas siguen gritando “¡Führer ordena, nosotros te seguimos!”. Como respondiendo a una sola voz, las banderas y los estandartes comienzan a ondear en señal de apoyo incondicional al Führer.
"Yo os pregunto: ¿estáis dispuestos a hacer de ahora en adelante todos los esfuerzos que sean necesarios para proporcionar tropas y armamento al frente del este para así asestar al bolchevismo un golpe mortal?
Yo os pregunto: ¿Juráis por lo más sagrado que apoyaréis a la Patria, que la sostendréis con una moral indestructible y que daréis todo lo que sea necesario para obtener la victoria?
Yo os pregunto, especialmente a las mujeres: ¿Apoyáis al Gobierno cuando pide a las mujeres alemanas que dediquen su esfuerzo y su trabajo para impulsar la guerra, y cuando pide a los hombres que acudan a luchar al frente?
Yo os pregunto: ¿Apoyáis las medidas más radicales para combatir a ese pequeño grupo de farsantes y traficantes que os mienten diciendo que puede haber posibilidades de paz en medio de la guerra y que se enriquecen a costa de las necesidades de los pueblos? ¿Estáis de acuerdo con que cortemos las cabezas de quienes realizan esta clase de sabotajes?
Yo os pregunto por enésima y última vez: ¿Apoyáis el programa del Partido Nacionalsocialista para que en la guerra todos tengamos los mismos derechos y las mismas obligaciones, y para que el peso de la guerra que recae sobre la Patria sea repartido por igual entre los hombros de todos, ya sean poderosos o humildes, ricos o pobres?
Yo os he preguntado y vosotros ya me habéis respondido. Vosotros sois el pueblo y vuestras respuestas son las respuestas del pueblo alemán. Vosotros les habéis enseñado a los enemigos lo que deben saber para no forjarse ilusiones y vanas esperanzas. Ahora, al igual que en las primeras horas de nuestro Movimiento y al igual que durante los diez años que siguieron, estamos indisolublemente hermanados con el pueblo alemán. La más invencible camaradería que puede haber en el mundo, el pueblo mismo, se yergue detrás de nosotros y está determinada a seguir al Führer, pase lo que pase, cualesquiera que sean los riesgos que nos conduzcan hasta la victoria. No hay poder sobre la tierra que pueda impedirnos lograr nuestros propósitos. Ahora debemos tener éxito y lo tendremos. Aquí estoy yo ante vosotros, no ya como portavoz del Gobierno, sino como portavoz del mismo pueblo.
Veo sentados a mi alrededor a los viejos compañeros, todos en comunión con las más altas Autoridades del Gobierno y del pueblo. Veo al camarada Speer en quien nuestro Führer ha depositado la enorme responsabilidad de movilizar toda la industria alemana de armamento y suministrar todas las armas que necesite el frente. Veo al camarada Dr. Ley, a quien el Führer ha encomendado el liderazgo de toda la fuerza de trabajo alemana, para que la haga trabajar infatigablemente en el esfuerzo de guerra. Estamos sinceramente agradecidos al camarada Sauckel, a quien el Führer ha encomendado la tarea de conducir a cientos de miles de trabajadores del Reich para que sean el sostén de nuestra economía nacional, algo que ninguno de nuestros enemigos sería capaz de hacer. Junto a nosotros están también todos los Jefes del Partido, de la Wehrmacht y del Estado.
Todos nosotros, hijos del Pueblo, estamos inquebrantablemente unidos con el Pueblo mismo para responder como un solo hombre en la hora más crítica de la historia de nuestra Nación. Os prometemos a vosotros, les prometemos a los camaradas del frente, le prometemos al Führer, que todos juntos seremos capaces de convertir nuestra Patria en una Voluntad indestructible en la que el Führer y nuestros bravos soldados puedan confiar ciegamente. Nosotros juramos que empeñaremos nuestra vida y nuestro trabajo en hacer todo lo que sea preciso para lograr la victoria. Nuestros corazones se inundarán del mismo pensamiento político que, como un fuego inextinguible, flameó durante las gigantescas luchas del partido y del Estado. En esta guerra, nunca más volveremos a caer en el error falso e hipócrita del objetivismo, que tantas desgracias ha acarreado a la nación alemana a lo largo de su historia.
Como al principio de la guerra, nuestros ojos deben estar fijos en nuestra nación: todo lo que nos acerca a la lucha por el triunfo es bueno y debe ser apoyado; cualquier cosa que obstaculice ese triunfo es mala y debe ser eliminada y desterrada. Con los corazones ardiendo pero con la cabeza fría, sabremos hacer frente a los graves problemas de esta fase de la guerra. Estamos en el buen camino para lograr la victoria, esa victoria que se apoya en nuestra fe en el Führer.
Por eso, en esta tarde, estoy yo aquí para recordar a nuestra nación cuál es nuestro gran deber. El Führer espera de nosotros que desterremos todo aquello que en el pasado nos condujo a las tinieblas, y nosotros no queremos defraudarle. Del mismo modo que nos enorgullecemos de él, así también él se enorgullece de nosotros.
Es en las grandes crisis y en las mayores adversidades de la vida donde se conoce a los verdaderos hombres, y también a las grandes mujeres. Por eso ya no tenemos derecho a referirnos a ellas como el sexo débil, porque todos -hombres y mujeres- están demostrando la misma fortaleza y el mismo espíritu de combate. La nación está dispuesta a todo. El Führer ha ordenado y nosotros le obedeceremos. En las horas más críticas de nuestra historia, tenemos una fe indestructible en la victoria. La tenemos al alcance de nuestros dedos, la contemplamos y sólo tenemos que cogerla. Debemos subordinarlo todo a ella. Esa es nuestra obligación en esta hora, y por eso hagamos que nuestra consigna sea:
¡Levántate Pueblo y que se desencadene la tempestad!".

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Ich frage Euch: Wollt Ihr den totalen Krieg? Wollt Ihr ihn wenn nötig totaler und radikaler, als wir ihn uns heute überhaupt noch vorstellen können?
Die Engländer behaupten, das deutsche Volk hat sein Vertrauen zum Führer verloren.
Ich frage Euch: Ist Euer Vertrauen zum Führer heute größer, gläubiger und unerschütterlicher denn je? Ist Eure Bereitschaft, ihm auf allen seinen Wegen zu folgen und alles zu tuen, was nötig ist, um den Krieg zum siegreichen Ende zu führen, eine absolute und uneingeschränkte? (Die Menge erhebt sich wie ein Mann. Die Begeisterung der Masse entlädt sich in einer Kundgebung nicht dagewesenen Ausmaßes. Vieltausendstimmige Sprechchöre brausen durch die Halle: „Führer befiehl, wir folgen!“ Eine nicht abebbende Woge von Heilrufen auf den Führer braust auf. Wie auf ein Kommando erheben sich nun die Fahnen und Standarten, höchster Ausdruck des weihevollen Augenblicks, in dem die Masse dem Führer huldigt.)
Ich frage Euch als sechstes: Seid Ihr bereit, von nun ab Eure ganze Kraft einzusetzen und der Ostfront die Menschen und Waffen zur Verfügung zu stellen, die sie braucht, um dem Bolschewismus den tödlichen Schlag zu versetzen?
Ich frage Euch siebentens: Gelobt Ihr mit heiligem Eid der Front, daß die Heimat mit starker Moral hinter ihr steht und ihr alles geben wird, was sie nötig hat, um den Sieg zu erkämpfen?
Ich frage Euch achtens: Wollt Ihr, insbesondere Ihr Frauen selbst, daß die Regierung dafür sorgt, daß auch die deutsche Frau ihre ganze Kraft der Kriegführung zur Verfügung stellt und überall da, wo es nur möglich ist, einspringt, um Männer für die Front frei zu machen und damit ihren Männern an der Front zu helfen?
Ich frage Euch neuntens: Billigt Ihr wenn nötig die radikalsten Maßnahmen gegen einen kleinen Kreis von Drückebergern und Schiebern, die mitten im Kriege Frieden spielen und die Not des Volkes zu eigensüchtigen Zwecken ausnutzen wollen? Seid Ihr damit einverstanden, daß, wer sich am Krieg vergeht, den Kopf verliert?
Ich frage Euch zehntens und zuletzt: Wollt Ihr, daß, wie das nationalsozialistische Parteiprogramm es gebietet, gerade im Kriege gleiche Rechte und gleiche Pflichten vorherrschen, daß die Heimat die schweren Belastangen des Krieges solidarisch auf ihre Schultern nimmt und daß sie für Hoch und Niedrig und Arm und Reich in gleicher Weise verteilt werden?
Ich habe Euch gefragt; Ihr habt mir Eure Antwort gegeben. Ihr seid ein Stück Volk, durch Euren Mund hat sich damit die Stellungnahme des deutschen Volkes manifestiert. Ihr habt unseren Feinden das zugerufen, was sie wissen müssen, damit sie sich keinen Illusionen und falschen Vorstellungen hingeben. Somit sind wir, wie von der ersten Stunde unserer Macht an und durch all die zehn Jahre hindurch, fest und brüderlich mit dem deutschen Volk vereint. Der mächtigste Bundesgenosse, den es auf dieser Welt gibt, das Volk selbst, steht hinter uns und ist entschlossen, mit dem Führer, koste es, was es wolle, und unter Aufnahme auch der schwersten Opfer den Sieg kämpfend zu erstreiten. Welche Macht der Welt könnte uns jetzt noch hindern, alles das durchzusetzen und zu erfüllen, was wir uns als Ziel gesteckt haben. Jetzt wird und muß es uns gelingen! Ich stehe hier vor Euch nicht nur als Sprecher der Regierung, sondern auch als Sprecher des Volkes. Um mich herum sitzen meine alten Freunde aus der Partei, die hohe Ämter in der Führung von Volk und Staat bekleiden. Neben mir sitzt Parteigenosse Speer, der vom Führer den geschichtlichen Auftrag erhalten hat, die deutsche Rüstungswirtschaft zu mobilisieren und der Front Waffen in Hülle und Fülle zu liefern. Neben mir sitzt Parteigenosse Dr. Ley, der vom Führer den Auftrag erhalten hat, die Führung der deutschen Arbeiterschaft durchzuführen und sie in unermüdlichem Einsatz für ihre Kriegspflichten zu schulen und zu erziehen. Wir fühlen uns verbunden mit unserem Parteigenossen Sauckel, der vom Führer den Auftrag erhalten hat, ungezählte Hunderttausende von Arbeitskräften ins Reich zu bringen, die einen Zuschuß an die nationale Wirtschaft darstellen, der vom Feind überhaupt nicht eingeholt werden kann. Darüber hinaus sind mit uns vereinigt alle Führer der Partei, der Wehrmacht und des Staates.
Wir alle, Kinder unseres Volkes, zusammengeschweißt mit dem Volke in der größten Schicksalsstunde unserer nationalen Geschichte, wir geloben Euch, wir geloben der Front, und wir geloben dem Führer, daß wir die Heimat zu einem Willensblock zusammenschweißen wollen, auf den sich der Führer und seine kämpfenden Soldaten unbedingt und blindlings verlassen können. Wir verpflichten uns, in unserem Leben und Arbeiten alles zu tuen, was zum Siege nötig ist. Unsere Herzen wollen wir erfüllen mit jener politischen Leidenschaft, die uns immer in den großen Kampfzeiten der Partei und des Staates wie ein ewig brennendes Feuer verzehrte. Nie wollen wir in diesem Kriege jener falschen und scheinheiligen Objektivitätsduselei verfallen, der die deutsche Nation in ihrer Geschichte schon so viel Unglück zu verdanken hat.
Als dieser Krieg begann, haben wir unsere Augen einzig und allein auf die Nation gerichtet. Was ihr und ihrem Lebenskampf dient, das ist gut und muß erhalten und gefördert werden. Was ihr und ihrem Lebenskampfe schadet, das ist schlecht und muß beseitigt und abgeschnitten werden. Mit heißem Herzen und kühlem Kopf wollen wir an die Bewältigung der großen Probleme dieses Zeitabschnittes des Krieges herantreten. Wir beschreiten damit den Weg zum endgültigen Sieg. Er liegt begründet im Glauben an den Führer.
So stelle ich denn an diesem Abend der ganzen Nation noch einmal ihre große Pflicht vor Augen. Der Führer erwartet von uns eine Leistung, die alles bisher Dagewesene in den Schatten stellt. Wir wollen uns seiner Forderung nicht versagen. Wie wir stolz auf ihn sind, so soll er stolz auf uns sein können.
In den größten Krisen und Erschütterungen des nationalen Lebens erst bewähren sich die wahren Männer, aber auch die wahren Frauen. Da hat man nicht mehr das Recht, vom schwachen Geschlecht zu sprechen, da beweisen beide Geschlechter die gleiche Kampfentschlossenheit und Seelenstärke. Die Nation ist zu allem bereit. Der Führer hat befohlen, wir werden ihm folgen. Wenn wir je treu und unverbrüchlich an den Sieg geglaubt haben, dann in dieser Stunde der nationalen Besinnung und der inneren Aufrichtung. Wir sehen ihn greifbar nahe vor uns liegen; wir müssen nur zufassen. Wir müssen nur die Entschlußkraft aufbringen, alles andere seinem Dienst unterzuordnen. Das ist das Gebot der Stunde. Und darum lautet die Parole:
Nun, Volk, steh auf und Sturm brich los!
Última edición por Barbarossa el Vie Abr 07, 2006 11:01 pm, editado 1 vez en total.

Usul
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Mensaje por Usul » Jue Abr 06, 2006 12:27 am

Muchas gracias por la transcripcion y la grabacion, siempre es interesante leer uno de los discursos mas determinantes del siglo XX.
I must not fear. Fear is the mind-killer. Fear is the little-death that brings total obliteration. I will face my fear. I will permit it to pass over me and through me. And when it has gone past I will turn the inner eye to see its path. Where the fear has gone there will be nothing. Only I will remain.

Frank Herbert

walker
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Mensaje por walker » Jue Abr 06, 2006 12:53 am

si,,, se agradece leer el discurso de una de las frases mas celebres del siglo xx

kasserine
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Re: Totaler Krieg

Mensaje por kasserine » Vie Ene 01, 2021 8:35 pm

¿Por que Alemania no adopto esta modalidad de guerra desde , al menos, que decidió invadir Rusia?

A estas alturas, febrero de 1943 debería haberse rendido y no engañar a su pueblo y arrastrarlo a la destrucción mas absoluta.
“¿Cómo se llora a seis millones de muertos? ¿Cuántas velas se encienden? ¿Cuántas plegarias se oran? ¿Sabemos cómo recordar a las víctimas, su soledad, su impotencia? Nos dejaron sin dejar rastro, y nosotros somos ese rastro. Contamos estas historias porque sabemos que no escuchar ni desear saber lleva a la indiferencia, y la indiferencia nunca es una respuesta.”

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