Por que se supo tarde la rendicion de Alemania

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gerkamp
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Por que se supo tarde la rendicion de Alemania

Mensaje por gerkamp » Jue Abr 07, 2011 4:48 am

Traigo en esta ocasion un relato escrito por Edward Kennedy que se incluye en el libro ''Historias secretas de la segunda guerra mundial'', impreso por T.G.Arte y publicado por la revista Selecciones del Reader's digest, España 1960.

Por qué se supo tarde la rendición de Alemania

A principios de abril de 1945 se desmoronaba rapidamente la resistencia alemana en el frente occidental. Fuerzas estadounidenses habian cruzado el Elba y los obstaculos en el camino a Berlin eran insignificantes; pero decidieron retroceder para dar tiempo a que los rusos llegasen a la capital de Alemania.
El pueblo y los soldados estadounidenses consideraban todavia a los rusos como valerosos aliados; pero las relaciones oficiales entre Wahington y Moscu estaban ya perturbadas por la manifiesta desconfianza y hasta hostilidad de los rusos. La politica de los aliados occidentales se inspiraba en el convencimiento de que ganar la guerra seria inutil si solo conducia a una nueva contienda con Rusia y cultivaba, por lo tanto, el apaciguamiento de Moscu. Se advirtio a los jefes militares aliados que evitasen hasta la mera apariencia de aprovechar la preferencia que los alemanes mostraban por las fuerzas occidentales sobre las rusas.
Tal era la delicada situacion que existia cuando dos oficiales alemanes, el almirante Hans Georg Von Friedeburg y el coronel Fritz Poleck, llegaron al cuartel general del mariscal de campo Montgomery el dia 4 de mayo. Iban enviados por el gobierno del almirante Karl Donitz (que habia asumido el poder al morir Hitler) para negociar la rendicion de lo que aun quedaba del Tercer Reich. Pero Montgomery carecia de facultades para entrar en arreglos con los comisionados y los remitió a Eisenhower, quien se encontraba en su cuartel general de avanzada de la ciudad de Reims.
El gabinete de Donitz habia huido a Flensburgo, ciudad sitiada en la frontera germano-danesa. Las tropas britanicas invadieron Flensburgo y el gobierno quedo prisionero, pero continuó ejerciendo sus funciones. La potente radioemisora de Flensburgo estaba manejada por los alemanes bajo la censura aliada.
Se notificó al almirante Friedeburg que el nuevo gobierno aleman tenia que autorizar inmediatamente la rendicion incondicional a los aliados occidentales y a Rusia. Friedeburg transmitió la respuesta a Donitz.
En la mañana del domingo 6 de mayo, los corresponsales elegidos para el caso nos reunimos en un pequeño aerodromo en las afueras de Paris y subimos a un avio que salio para Reims. Eramos 17 corrsponsales que representabamos indirectamente, por medio de nuestras respectivas agencias de noticias, a casi todos los periodicos y estaciones de radio del mundo aliado.
Mientras nuestro avion volaba hacia el nordeste el brigadier general Frank A. Allen, jefe de la division de realaciones publicas del mando supremo, nos advirtió que las negociaciones de rendicion podian fracasar y que si tal cosa ocurría, los efectos de una noticia prematura serian desastrosos. En consecuencia exigió que cada uno de nosotros se comprometiese a ''no comunicar los resultados de aquella conferencia ni siquiera el hecho de su celebracion hasta que el cuartel general del mando supremo autorizase la informacion''. Di mi palabra con absoluta buena fe e intencion de honrarla. Y la honré.
En Reims nos llevaron al cuartel general de avanzada del mando supremo que ocupaba el edificio de ladrillo rojo de una escuela tecnica y nos dijeron que esperasemos en un aula del piso bajo. Estuvimos esperando nueve horas. Allen nos visitó unas cuantas veces e hizo diversas declaraciones segun iban cambiando los planes de los que conferenciaban en la planta alta. En una ocasion dijo que se retendria el envio de nuestras informaciones hasta tanto que los jefes de los gobiernos aliados hubieran hecho publica la noticia de la rendicion. Por fin, a las 2:41 horas de la madrugada del lunes 7 de mayo, se nos permitio subir a la habitacion donde se celebraba la conferencia y presenciar la firma de la rendicion incondicional por el coronel general Gustav Jodl, nuevo jefe de Estado Mayor del ejercito aleman; y el almirante Von Friedeburg. Otros colegas nuestros menos afortunados, que se habian enterado de lo que ocurria por indiscreciones del personal de relaciones publicas a las ordenes de Allen, trataban de entrar en calor pateando las aceras de Reims en la desapacible madrugada..., aunque varios oficiales del cuartel general se las arreglaron para que sus amigas del cuerpo auxiliar femenino y la Cruz Roja se deslizasen en la estancia y presenciasen el acontecimiento historico.
Cuando todos hubieron firmado (Bedell Smith por el mando supremo, el general François Sevez por Francia, el general Ivan Susloparov por la Union Sovietica y el almirante Sir Harold Burrough por Gran Bretaña) nos hicieron volver al salon de clase para esperar la decision final en cuanto al momento de enviar nuestra informacion. A eso de las cuatro de la madrugada Allen se presento y nos dijo: ''Señores, el general Eisenhower desea que la noticia se haga inmediatamente publica por los efectos que puede tener en ahorrar vidas; pero le han atado las manos en las altas esferas politicas y nada podemos hacer para remediarlo. Se ha decidido que el momento de la publicacion sea las tres de la tarde del martes, hora de Paris''.
Volamos de retorno a Paris entre los fulgores oro palido del sol mañanero de mayo. A las diez de aquella mañana el general Allen tuvo una entrevista con la prensa en el hotel Scribe, cuartel general de la seccion de relaciones publicas. Fue una reunion tormentosa. Los corresponsales a quienes se habia impedido asistir al acto de la firma protestaron ruidosamente. La incomprensible decision de retener la publicacion de la noticia por 36 horas nos tenia desazonados a todos.
Altos oficiales del cuartel general de la Fuerza expedicionaria Aliada me dijeron que el aplazamiento habia sido ordenado por Washington a requerimiento de los rusos, que querian celebrar otra ceremonia ''mas formal'' en Berlin. Aquello era muy raro. La rendicion de Reims era incondicional y Rusia habia participado plenamente en ella. Cualquier otra ceremonia careceria de sentido, salvo para fines de propaganda sovietica.
Por dondequiera corrian los rumores del fin de la guerra y la extrañeza de que no se hubiese hecho publico. Los periodicos parisienses de mediodia publicaban despachos de Londres en los cuales se decía que se estaban instalando altavoces en el numero 10 de Downing Street y que Inglaterra esperaba solamente la publicacion formal. Los soldados aliados en los frentes habian recibido comunicacion oficial.
Por mi parte estaba convencido que si la orden de publicacion no venia pronto, la noticia escaparia por algun otro lado. Asi ocurrio a las 2:03 de la tarde, hora de Paris. El conde de Krosigk, ministro de relaciones del gobierno Donitz en Flensburgo, hizo publica la rendicion incondicional en una emision radiada al mundo entero y dirigida a los ''hombres y mujeres alemanes.
Sabia yo que el gobierno de Donitz no podia radiar la noticia sin consentimiento del mando supremo. Era evidente que el mismo cuartel general de la fuerza expedicionaria aliada habia quebrantado la consigna.
Intenté hablar por telefono con el general Allen, pero me dijeron que estaba ocupadisimo y no podia recibirme. Acudí a la oficina del teniente coronel Richard H. Merrick, jefe de censura estadounidense, y le enseñe el texto de la emision de Flensburgo.
-Nada puedo hacer- me dijo-. Obedezco ordenes superiores.
Yo habia prometido guardar silencio ''hasta que la noticia fuese hecha publica por el cuartel general del mando supremo''. En consecuencia, informe a Merrick que habiendo el mando supremo hecho publica la noticia por conducto de los alemanes, no me sentia obligado a mantener el silencio por mas tiempo.
-Haga usted lo que quiera- me contestó.
Naturalmente le era imposible concebir que un corresponsal lograra enviar un informe a traves de la cortina de hierro que la censura creia haber tendido en torno al teatro europeo de guerra.
No fue el deseo de adelantarme con una informacion exclusiva lo que me impulsó inexorablemente a tomar aquella decision, sino el convencimiento de que mi deber era dar la noticia. Aquello era un claro caso de censura politica en violacion flagrante del principio cardinal de la censura estadounidense, que la limita a materias de estricta seguridad militar. Nunca me he arrepentido de mi decision.
Sabía que me era posible hablar con nuestra oficina de Londres utilizando el telefono militar. Todo el mundo podia pedir ''Paris, comunicacion militar'' desde el hotel Scribe y lograr comunicacion con cualquier telefono de Londres. Cualquier agente enemigo en Paris pudo haber utilizado este procedimiento. El hecho de que el cuartel general de las fuerzas estadounidenses dejase abierta esta rendija en su organizacion, que se suponia hermetica, es algo que solo los militares pueden explicar.
Puntualicé todos los detalles esenciales del acontecimiento de Reims para hacer patente que no se trataba de un rumor sino del relato autentico de un testigo ocular; que aquella era la noticia que el mundo estaba esperando.
-Bueno, ahora veremos lo que pasa- dije a algunos miembros de mi personal-. Tal vez no me dejen seguir entre ustedes mucho tiempo.
La tormenta sobrevino rapidamente. El general Allen suspendió las actividades de la prensa asociada en todo el teatro europeo. Hasta nuestros telefonos de redaccion quedaron incomunicados. Llovian mensajes de las otras agencias de noticias preguntando porque no habian recibido ellas las noticia.
Mi noticia fue publicada y radiada en todo el mundo y dió lugar a gigantescas manifestaciones de jubilo. El mismo cuartel general de las fuerzas aliadas lo difindio por Europa en veinte idiomas desde la estacion emisora del Alto mando.
La suspension impuesta por Allen a la prensa asociada ocasiono un bombardeo de protestas en los EEUU. La autoridad militar no solo habia castigado a la prensa asociada sino a todos los periodicos y estaciones de radio que recibian sus noticias y a sus lectores y oyentes (precisamente cuando tenian vital interes en recibir noticias del teatro europeo). Se levanto al castigo a la prensa asociada, pero mi suspension como corresponsal de guerra continuo en vigor.
Entonces marche a EEUU. Al llegar me encontre con que habia estallado un violento debate nacional sobre la etica de mi accion, pero la superioridad de las opiniones a mi favor era abrumadora. La gran masa del publico estadounidense opinaba que, puesto que la guerra habia terminado, tenia derecho a saberlo.
Inmediatamente procuré que se me sometiese a un juicio imparcial en la confianza de salir reivindicado. Pedi al Ministerio de guerra una explicacion de como se habia hecho la emision de Flensburgo. La respuesta se demoro un año, pero por fin consegui lo que deseaba; una declaracion firmada por Bedell Smith, jefe de estado mayor del mando supremo, que decia:
''Ludwig Schwerin Von Krosigk hizó publica oficialmente la rendicion incondicional de Alemania en una emision radiada desde Flensburgo al pueblo aleman y al mundo entero. Este anuncio se hizo obedeciendo ordenes del cuartel general del mando supremo de que se informase a las tropas alemanas por todos los medios posibles del hecho de la rendicion y se les mandase cesar en la resistencia''.
El mismo cuartel general de la fuerza aliada expedicionaria no solo habia autorizado la publicacion de la noticia antes de la hora ''oficialmente'' fijada sino que habia ordenado hacerlo asi.
El resto fue facil. El senador Sheridan Downey presentó hechos y pruebas al general Eisenhower, quien despues de revisar el caso me devolvió mis credenciales de corresponsal de guerra. Por fin mi hoja de servicios quedaba limpia.
Los acontecimientos que siguieron mostraron el verdadero sentido de la ceremonia de rendicion que pusieron en escena los rusos. Fue el primer paso de Moscu en la posguerra contra las potencias occidentales. El proposito de los rusos al pedir el aplazamiento de la publicacion era ganar tiempo para organizar una ceremonia teatral en las ruinas de la capital alemana. Para que la rendicion de Berlin pareciese ser la autentica pidieron que se retrasase la noticia del acontecimiento de Reims hasta unas horas despues de la representacion de Berlin. Se consintio en retrasar aquella noticia, que los pueblos aliados tenian derecho a conocer, hasta que se celebrase la reunion de Berlin. Fue una concesion politica que pudo haber costado vidas aliadas si el mismo cuartel de la fuerza aliada expedicionaria no la hubiese violado. Fue una de las decisiones incomprensibles del presidente Truman, una medida de apaciguamiento del periodo Yalta-Postdam.
La prensa controlada del Soviet nunca ha publicado una palabra sobre la rendicion verdadera de Reims. Al otro lado de la cortina de hierro la inmensa mayoria de la gente cree que el ejercito rojo, con muy poca ayuda de los ejercitos de occidente, hizo rendirse a los alemanes. Esta falsa informacion puede influir sobre la buena disposicion con que esas gentes vayan a una guerra futura.
La accion rusa estaba completamente de acuerdo con el concepto sovietico de la prensa como instrumento de propaganda; nuestra fué la culpa si caimos en la trampa.

Saludos cordiales
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Montefusco
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Re: Por que se supo tarde la rendicion de Alemania

Mensaje por Montefusco » Mié May 13, 2020 6:56 am

También leí ese relato, bastante interesante y hay mucho de verdad. Sin embargo desde un punto de vista formal los soviéticos tenían razón para considerar a la rendición de Reims como no oficial: 1. No se firmó el instrumento de rendición acordado por las 3 potencias (y luego por Francia) 2. el representante soviético (Souslaparov) no había sido autorizado por su gobierno para firmarla y 3. el documento que elaboró el SHAEF ordenaba a las tropas alemanas detener sus operaciones y deponer las armas, pero no entregarse a las tropas aliadas.
Aunque por supuesto las motivaciones de Stalin eran del tipo político, el gobierno soviético convenció a Eisenhower de la necesidad de una segunda ceremonia argumentando que debía realizarse en el territorio de los vencidos y no en territorio aliado liberado. Winston sin embargo convenció a Ike de no asistir a Berlín para no demeritar la rendición firmada en el cuartel del SHAEF.

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