Mensaje
por ignasi » Mié Ene 31, 2007 12:33 am
"Estamos luchando en un país que ha contribuido enormemente a nuestra herencia cultural, un país rico en monumentos que con su creación ayudaron y ahora ilustran el crecimiento de nuestra civilización. Estamos obligados a respetar esos monumentos hasta dónde la guerra nos permita [...] Si debemos elegir entre destruir un edificio famoso o sacrificar nuestros propios hombres, entonces las vidas de nuestros soldados valen infinitamente más y los edificios deben desaparecer... Nada puede anteponerse al argumento de la necesidad militar"
Gral D.D. Eisenhower, a finales de diciembre de 1943, aún jefe supremo de los Aliados en el Mediterráneo.
"Yo no deseo ver una Europa poblada de monumentos culturales venerados por una humanidad encadenada y de rodillas... El pueblo de este país no accederá a que sus muchachos sean sacrificados (ni siquiera uno de ellos) innecesariamente para salvar un edificio sea cual sea"
Lord Lathan, en la Cámara de los Lores ante la exhortación del arzobispo de Canterbury por la protección de los tesoros de Italia.
"Cuando los soldados luchan por una causa justa y están preparados para sufrir muerte y mutilación en el proceso, no puede permitirse que los ladrillos y el mortero, por venerables que sean, se antepongan a las vidas de seres humanos"
Mariscal de campo Alexander
"Tanto si el monasterio está ocupado por la guarnición alemana en este momento como si no, es seguro que será usado como último reducto por los restos de la guarnición de la posición. Por consiguiente, es esencial que el edifico sea demolido de un modo tal que imposibilite su ocupación efectiva"
Major General Francis "Gertie" Tuker, comandante de la 4ª División India
"La opinión en el Cuartel General del Cuerpo neozelandés sobre si la abadía estaba ocupada o no estaba dividida. Personalmente, yo consideraba la cuestión irrelevante. Si no estaba ocupada hoy podría estarlo mañana y no parecía difícil para el enemigo meter reservas allí en el transcurso de un ataque, o que en él se refugiaran tropas si eran expulsadas de las posiciones en el exterior. Era imposible pedir a las tropas que asaltaran una colina coronada por un edificio intacto como aquel, capaz de albergar cientos de infantes a completo resguardo del cañoneo y listos en el momento crítico para salir y contraatacar"
Brigadier Howard Kippenberger, del Cuerpo Expedicionario Neozelandés
"Amigos italianos, tengan cuidado: hasta ahora hemos sido especialmente cuidadosos en evitar cañonear el Monasterio de Monte Cassino. Los alemanes saben como beneficiarse de esto. Pero ahora la lucha se ha extendido cada vez más y más cerca de su recinto sagrado. Ha llegado el momento en que debemos apuntar nuestros cañones contra el mismo Monasterio. Os advertimos que podéis salvaros. Os advertimos urgentemente: abandonad el Monasterio. Dejadlo inmediatamente. Haced caso de esta advertencia. Es por vuestro bien. 5º Ejército"
Octavillas lanzadas sobre el Monasterio el día anterior a su bombardeo.
"Recuerdo el auténtico bombardeo de Monte Cassino. Yo asistí a él, sentada sobre un muro de piedra oe l petril de un puente y vi cómo llegaban los aviones y lanzaban su carga. Vi el Monasterio envuelto en una nube de polvo y escuché los grandes estallidos y estaba absolutamente encantada y vitoreé como el resto de los idiotas".
Martha Gellhorn, corresponsal de guerra
"En lo que respecta a Monte Cassino, puede que los militares se sintieran observados por el enemigo desde allí arriba, pero nosotros sentíamos que unos ojos benevolentes nos miraban desde allí. El Monasterio era para nosotros la garantía de que la bondad triunfaría sobre el mal y la promesa de que nunca sería destruido significaba que la vida podía continuar. Recitábamos nuestras plegarias diarias con los ojos dirigidos hacia el Monasterio. Era una fuente de gran consuelo. Cuando fue bombardeado simplemente no podíamos creer lo que estábamos viendo. Con el Monasterio murió una parte de nosotros y, mi familia y yo mismo nos sentímos especialmente afectados por lo que había representado en nuestras vidas. Nada era sagrado ya y el mundo se había convertido realmente en un lugar más oscuro".
Tonny Pittaccio, joven italiano de Cassino.
"El agotado anciano (refiriéndose al abad de Monte Cassino) fue llevado a rastras hasta una gran estación emisora, donde ni siquiera se le dió una comida. Alli tuvo que hablar, siendo todo transmitido por radio, sobre la deferencia entre la conducta de los alemanes y los Aliados... harto, hambriento y agotado el abad fue arrastrado hacia la Embajada alemana en el Vaticano, donde se le pidió que firmara un memorando que rezumaba propaganda contra los Aliados... el abad se negó a poner su nombre en un documento semejante"
General der Panzertruppe Fridolin von Senger und Etterlin, comandante alemán en Monte Cassino
"Sin un solo adjetivo, en voz baja, con un tono cansado y triste, contó la historia como si hubiera sucedido cien años atrás. Fue terriblemente conmovedor y apenas puedo imaginar lo que los Benedictinos del monasterio, desperdigados por el mundo, debieron sentir al escuchar aquel tranquilo y sincero relato del final de aquella cuna de la civilización; tras catorce siglos de vida religiosa, había quedado enterrada para siempre".
Iris Oringo, inglesa casada con un marqués italiano, sobre la locución del Abad Diamare de Monte Cassino.
"En el ansia de destrucción sin sentido queda reflejada toda la furia del mando anglo-estadounidense. Es una de las más grotescas manifestaciones de la historia que la juventud anglo-estadounidense arriesgue su vida para llevar a cabo el deseo judío de destrucción. Los alemanes són los auténticos defensores de la civilización europea"
Joseph Goebbels, ministro de Propaganda alemán
"La acusación de que los alemanes ocupaban el edificio es una invención sin fundamento. La culpa es más bien de la soldadesca estadounidense, carente de toda cultura, y del modo bolchevique y anglosajón de hacer la guerra, el cual solo tiene un objetivo: destruir los venerables vestigios de la cultura europea".
Generalfeldmarshall Albert Kesselring, comandante supremo de las fuerzas alemanas en Italia
"La destrucción del monasterio fue necesaria más por el efecto que tendría sobre la moral de los atacantes que por razones puramente materiales"
Mariscal de campo Alexander, en sus memorias tras la guerra.
El bombardeo de Monte Cassino, según diversos puntos de vista.
Saludos,
Ignasi
Fuente: Todas las citas provienen de Monte Cassino - Mattew Parker - capítulo IX