Como complemento al magnífico hilo de Monsieur Mencey viewtopic.php?f=34&t=1527&hilit=+ejercito+suizo quisiera hacerle partícipes de un artículo escrito por Dionisio García, periodista y analista de defensa, titulado “La Suisse 1939-1945: Préserver sa neutralité” aparecido en la revista Histoire de Guerre nº 14 de abril de 2001. El texto que sigue a continuación es una traducción y adaptación personales del citado artículo. Comienzo con la traducción.
Suiza ha defendido su neutralidad prácticamente desde su independencia en 1291. Sin embargo durante la II GM, su política como país neutral fue sometida a duras pruebas. Durante estos años, la independencia fue mantenida gracias a la unión de maniobras diplomáticas y económicas. Pero no se puede negar que la preparación militar del país y su voluntad de defender su neutralidad a cualquier precio, influenciaron notablemente en su política, tanto frente al Eje como a los aliados.
Para defender su política de neutralidad, Suiza ha mantenido a los largo de su historia un fuerte dispositivo militar, apoyado esencialmente en un sistema de milicia. Durante la I GM, el país helvético se encontraba en medio del conflicto, rodeado por los dos adversarios, sin sentir, no obstante, el peligro de una invasión. En junio de 1918 el ejército suizo, movilizado fue empleado para reprimir las huelgas y las manifestaciones que los partidos de izquierda del país habían organizado. A finales de los años veinte y a comienzo de los años treinta, el país, igual que otros países europeos, atravesó una grave crisis económica que impidió la modernización de su ejército- El ejército helvético, aunque numeroso gracias a su sistema de movilización, se encontraba mal equipado y sin comparación con sus adversarios.
Infantería suiza
El ejército suizo en 1939
La estructura del ejército suizo prácticamente no había cambiado desde el tratado de Viena de 1815, cuando se reconoció oficialmente su neutralidad. Hacia mediados de los años treinta, todo varón de edad entre 20 y 48 años estaba obligado a cumplir con su servicio militar: durante los primeros doce años, en el servicio activo de primera línea, conocido como Auszug o élite; los ocho años siguientes en el Ladwehr y los ocho restantes en el Landsturm.
La instrucción inicial del soldado de la milicia suiza se efectuaba en las escuelas de reclutamiento, cuya duración podía variar de 65 días para la infantería y la artillería a 90 días en el caso de la caballería. Todos los milicianos recibían anualmente cursos de reciclaje que duraban once días. El ejército suizo de primera línea estaba compuesto, una vez todos los efectivos movilizados, y según la organización de las tropas de 1938, de tres cuerpos de ejército, que comprendía cada uno seis divisiones, de tres guarniciones de fortaleza y de algunas unidades independientes.
Respecto las seis divisiones que forman los cuerpos de ejército, cuatro estaban formadas cada una, por dos brigadas de infantería, un brigada de infantería de montaña, una compañía ciclista, un destacamento de ametralladoras, doce baterías de artillería de campaña, dos baterías de obuses, dos escuadrones de caballería y un batallón de ingenieros. Las otras dos divisiones restantes estaban formadas por tres brigadas de infantería.
La brigada de caballería estaba compuesta por dos regimientos y la brigada de montaña por tres batallones, dos baterías de montaña y una compañía de ingenieros. Todas estas unidades podían ser reunidas en tres cuerpos de ejército donde se podían completar con numerosas tropas departamentales, unidades de obreros y ferroviarios, tropas de transmisiones y otras unidades orgánicas.
Las tropas de fortaleza, que iban a jugar un papel importante en los objetivos de defensa del estado mayor suizo, estaban constituidas principalmente por el personal de la Landwehr que estaba encargada de defender las fortificaciones que cerraban los pasos y accesos alpinos. En total, estas representaban cerca de 21.000 hombres. Añadir ocho brigadas de fronteras que fueron las primeras en ser movilizadas. En su conjunto, el ejército suizo, una vez movilizado, podía alinear cerca de 400.000 hombres.
El armamento del ejército se encontraba en plena transformación pero era, sin embargo, inferior al de sus vecinos alemanes e italianos. El ejército no contemplaba ninguna unidad blindada, solamente unos carros de exploración tipo Praga que habían sido adquiridos el año anterior. Su artillería, insuficiente, estaba compuesta, en su mayoría, por obuses de montaña Krupp de 7,5 cm así como algunos obuses de 15 cm Su defensa anticarro estaba en plena constitución con la adquisición de piezas Oerlikon de 20 mm y comprendía como cañones más potentes los Vickers de 7,5 cm y cañones de 34 mm.
La infantería tenía por todo armamento el mosquetón modelo K 31 que no era otro sino el fusil sistema Schmidt-Rubin 1889-1890 modernizado. Las ametralladoras pesadas modelo 1911 no eran sino una mejora de las ametralladoras alemanas Maxim de la Gran Guerra. Las ametralladoras ligeras eran las FM 25 suiza.
À suivre, continuaré en otro momento
Fuente: Traducción y adaptación personales de un artículo escrito por Dionisio García, periodista y analista de defensa, titulado “Suiza 1939-1945: Preservar su neutralidad” aparecido en la revista Histoire de Guerre nº 14 de abril de 2001.
À bientôt