Publicado: Lun Oct 10, 2005 10:41 pm
EL TESTIGO MÁS ESPERADO: PAULUS.
El gran derrotado de Stalingrado llega en avión de Moscú para declarar ante los jueces de Nuremberg
Prisionero desde febrero de 1943 en Rusia, Paulus había aceptado colaborar con la URSS contra el Reich hitleriano. En otoño de 1945 había escrito a las autoridades soviéticas: "El 8 de agosto de 1944 pedí por radio al pueblo alemán que derribara a Hitler y pusiera fin a una guerra ya insensata... Hoy que los delitos nazis son llevados al juicio de los pueblos, considero mi deber comunicar al gobierno soviético todo cuanto tengo en mi conocimiento, para que pueda servir al proceso de Nuremberg como material útil para demostrar la culpabilidad de los criminales de guerra...".
El derrotado Paulus se dirige a su cautiverio soviético y a su lugar en la historia, el 1 de febrero de 1943
Acusados y defensores se dan cuenta en seguida de su importancia y del peligro que representan las revelaciones de Paulus. Por ello se oponen a la comunicación al tribunal del testimonio escrito del Feldmariscal y piden que Paulus declare en estrados.
El acusador soviético no se inmuta. "Si el tribunal considera útil interrogar a Paulus en persona ofreciendo tal posibilidad también a la defensa, el testigo será convocado a esta sala".
¿Qué tiempo hará falta —pregunta el presidente Lawrence— para que Paulus comparezca ante el tribunal?".
"Pienso, señoría, que bastarán cinco minutos".
La respuesta suscita entre los acusados un nuevo y prolongado murmullo. El recurso de la defensa ha sido un arma de dos filos. Los soviéticos habían pensado ya llevar en avión a Paulus desde Moscú a Berlín, y luego en coche desde la ex capital del Reich a Nuremberg. Alto, delgado, vestido de negro, Paulus es introducido en la sala. Le interroga el general Rudenko.
Paulus: "A consecuencia de la decisión de atacar Yugoslavia, la fecha prevista para el ataque (a la URSS) tuvo que ser pospuesta unas cinco semanas, es decir, retrasada hasta la mitad del mes de junio. El ataque tuvo lugar precisamente el 22 de junio de 1941. Afirmo, pues, en conclusión, que los preparativos de esta agresión contra la URSS, que se realizó el 22 de junio de 1941, habían comenzado ya en otoño de 1940".
Rudenko: "¿De que modo y en qué condiciones fue...?".
Presidente: "Un instante. ¿No ha indicado el testigo la fecha? Ha dicho que los preparativos para el ataque ya estaban hechos. Lo que yo quisiera saber es cuándo se comenzaron".
Paulus: "He dicho ya que la primera comprobación personal se remonta esencialmente al 3 de septiembre de 1940, al comienzo de mis funciones".
Rudenko: "¿Cómo y en qué circunstancias se realizó la agresión contra la Unión Soviética, preparada por el gobierno hitleriano y por el Alto Mando del ejército alemán?".
Paulus: "El ataque a la URSS tuvo lugar, como he dicho, según un plan preparado hacia largo tiempo y acertadamente disimulado. Las tropas de ataque fueron primeramente dispuestas en profundidad en las zonas de concentración. Luego, con normativas especiales, fueron desplazadas a las posiciones de partida, cada una en su sector, y finalmente fueron lanzadas al ataque simultáneamente en todo el frente, desde Rumania hasta Prusia oriental, quedando excluido el teatro finlandés de operaciones. Este plan de operación había sido experimentado teóricamente en cierto sentido, como ya he dicho antes, y también la utilización detallada de las tropas había sido estudiada en ejercicios reservados a los mandos superiores del ejército y consiguientemente fijada en una serie de órdenes de los Estados Mayores de los Grupos de ejércitos, de los Ejércitos, de los Cuerpos de ejército y de las Divisiones. El conjunto, mucho tiempo antes del comienzo de las hostilidades. Una gran maniobra de diversión, que iba desde Noruega hasta las costas francesas, debía revelar intenciones de un desembarco en Inglaterra en junio de 1941, y alejar así la atención de los territorios del este. Pero todas las medidas habían sido tomadas no sólo con vistas a una operación de sorpresa, sino incluso de una sorpresa táctica. Por ejemplo, se había prohibido hacer reconocimientos en la frontera o más allá antes del comienzo del ataque. Lo que significaba que se aceptaban 'a priori' posibles bajas, debidas a la falta de reconocimiento del terreno, a cambio de la sorpresa, y que, por otra parte, no se temía una eventual acción de sorpresa del adversario a través de la frontera. Todas estas medidas demuestran que se trataba de una agresión criminal".
Rudenko: "¿Cómo definiría los objetivos de la agresión de Alemania a la URSS?".
Paulus: "El objetivo Volga-Arkangel, que era con mucho superior a las posibilidades de las fuerzas alemanas, basta ya para caracterizar la ausencia de límites en la política de conquistas de Hitler y del gobierno nacionalsocialista. Desde el punto de vista estratégico, llegar a este objetivo significaba destruir todas las fuerzas de la URSS. Conquistando esta línea, serían conquistados y sometidos los principales territorios de la URSS con su capital, Moscú, y por tanto con el centro político y económico. Desde el punto de vista económico, el alzar la línea citada significaba poseer regiones más prósperas en lo que resta a la producción agrícola, minera (comprendidas las cuencas petrolíferas del Cáucaso) e industriales, así como los principales nudos ferroviarios de la Rusia europea.
Puedo testimoniar con precisión cuánto deseaba Hitler alcanzar estos objetivos económicos de la guerra a causa de un hecho al que asistí personalmente. El 1 de junio, con ocasión de una reunión de comandantes en jefe de los Grupos ejércitos meridionales que operaban Poltava, Hitler declaró: 'Si no alcanzo los pozos petrolíferos de Maikop y Prosnia, tendré que terminar la guerra'. Para el aprovechamiento y la administración de los territorios conquistados, ya mucho antes del comienzo de las hostilidades se habían constituido los correspondientes organismos de administración económica. Resumiendo, quiero decir que los objetivos declarados de la guerra eran los de conquistar territorios soviéticos con fines de colonización, de aprovechamiento de materias primas y de otros recursos económicos, con la intención de servirse de ellos para acabar la guerra en el oeste. La misión final era, naturalmente, la de afirmar su hegemonía sobre toda Europa".
El general Rudenko pregunta al testigo: "¿Quién de los acusados tomó parte activa en la preparación y deliberación de la guerra de agresión contra la Unión Soviética?".
Paulus: "Entre los acusados que conocía entonces están los consejeros militares de Hitler: Keitel, jefe del OKW; Jodl, jefe del Estado Mayor de operaciones, y Goering, en su calidad de jefe del ejército aéreo, dotado de plenos poderes en materia de economía y de armamento".
El testimonio de Paulus fue escuchado y comentado de modo contradictorio en el recinto de los acusados. Aunque algunos hacían comentarios favorables, Keitel y Jodl se mostraban muy nerviosos.
En cuanto a Goering, estalló durante una suspensión de la sesión. "¡Preguntad a ese sucio cerdo si se da cuenta de que es un traidor! ¡Preguntadle si se ha hecho dar documentos de ciudadanía rusa!”
La acusación soviética no ha terminado todavía. El consejero de estado Zorya habla otra vez de la agresión a la URSS y llama a declarar a otro testigo, el general de infantería Buschenhagen.
Luego la palabra vuelve al coronel Pokrovsky, que esta vez habla de los crímenes cometidos en violación de las leyes y las costumbres de guerra en lo que respecta al tratamiento de los prisioneros.
Recuerda a este propósito la siguiente frase de Von Reichenau: "El aprovisionamiento de víveres para la población civil y para los prisioneros de guerra no es más que un humanitarismo inútil".
El consejero general de justicia Smirnov habla también del comportamiento de los alemanes en la URSS y en los otros países del este. El consejero de Estado Shenin, habla del saqueo. La información sobre la deportación con fines de trabajo es suministrada por el consejero de estado Zorya.
Corresponde al coronel Smirnov concluir esta última parte de los cargos recordando los crímenes contra la humanidad. Cita una serie de testimonios, entre otros el de Samuel Rajzman. Este pasó un año en Treblinka, que "no era una estación elegante, sino la estación de la muerte".
Efectivamente, los deportados pasaban casi directamente del andén del ferrocarril al campo de concentración.
Al final de la requisitoria soviética el coronel Smirnov afirma: "Me he reservado el honor de concluir la presentación de las pruebas presentadas por el ministerio público soviético. Sé que en este momento millones de ciudadanos de mi país, y con ellos millones de hombres de todo el mundo, esperan una decisión rápida y justa...".
El general Rudenko (abajo, en la mesita con el micrófono) se dirige al testigo Friedrich Paulus
Para leer una declaración más exhaustiva de Paulus, diríjanse aquí: http://www.yale.edu/lawweb/avalon/imt/proc/02-12-46.htm
Saludos cordiales
El gran derrotado de Stalingrado llega en avión de Moscú para declarar ante los jueces de Nuremberg
Prisionero desde febrero de 1943 en Rusia, Paulus había aceptado colaborar con la URSS contra el Reich hitleriano. En otoño de 1945 había escrito a las autoridades soviéticas: "El 8 de agosto de 1944 pedí por radio al pueblo alemán que derribara a Hitler y pusiera fin a una guerra ya insensata... Hoy que los delitos nazis son llevados al juicio de los pueblos, considero mi deber comunicar al gobierno soviético todo cuanto tengo en mi conocimiento, para que pueda servir al proceso de Nuremberg como material útil para demostrar la culpabilidad de los criminales de guerra...".
El derrotado Paulus se dirige a su cautiverio soviético y a su lugar en la historia, el 1 de febrero de 1943
Acusados y defensores se dan cuenta en seguida de su importancia y del peligro que representan las revelaciones de Paulus. Por ello se oponen a la comunicación al tribunal del testimonio escrito del Feldmariscal y piden que Paulus declare en estrados.
El acusador soviético no se inmuta. "Si el tribunal considera útil interrogar a Paulus en persona ofreciendo tal posibilidad también a la defensa, el testigo será convocado a esta sala".
¿Qué tiempo hará falta —pregunta el presidente Lawrence— para que Paulus comparezca ante el tribunal?".
"Pienso, señoría, que bastarán cinco minutos".
La respuesta suscita entre los acusados un nuevo y prolongado murmullo. El recurso de la defensa ha sido un arma de dos filos. Los soviéticos habían pensado ya llevar en avión a Paulus desde Moscú a Berlín, y luego en coche desde la ex capital del Reich a Nuremberg. Alto, delgado, vestido de negro, Paulus es introducido en la sala. Le interroga el general Rudenko.
Paulus: "A consecuencia de la decisión de atacar Yugoslavia, la fecha prevista para el ataque (a la URSS) tuvo que ser pospuesta unas cinco semanas, es decir, retrasada hasta la mitad del mes de junio. El ataque tuvo lugar precisamente el 22 de junio de 1941. Afirmo, pues, en conclusión, que los preparativos de esta agresión contra la URSS, que se realizó el 22 de junio de 1941, habían comenzado ya en otoño de 1940".
Rudenko: "¿De que modo y en qué condiciones fue...?".
Presidente: "Un instante. ¿No ha indicado el testigo la fecha? Ha dicho que los preparativos para el ataque ya estaban hechos. Lo que yo quisiera saber es cuándo se comenzaron".
Paulus: "He dicho ya que la primera comprobación personal se remonta esencialmente al 3 de septiembre de 1940, al comienzo de mis funciones".
Rudenko: "¿Cómo y en qué circunstancias se realizó la agresión contra la Unión Soviética, preparada por el gobierno hitleriano y por el Alto Mando del ejército alemán?".
Paulus: "El ataque a la URSS tuvo lugar, como he dicho, según un plan preparado hacia largo tiempo y acertadamente disimulado. Las tropas de ataque fueron primeramente dispuestas en profundidad en las zonas de concentración. Luego, con normativas especiales, fueron desplazadas a las posiciones de partida, cada una en su sector, y finalmente fueron lanzadas al ataque simultáneamente en todo el frente, desde Rumania hasta Prusia oriental, quedando excluido el teatro finlandés de operaciones. Este plan de operación había sido experimentado teóricamente en cierto sentido, como ya he dicho antes, y también la utilización detallada de las tropas había sido estudiada en ejercicios reservados a los mandos superiores del ejército y consiguientemente fijada en una serie de órdenes de los Estados Mayores de los Grupos de ejércitos, de los Ejércitos, de los Cuerpos de ejército y de las Divisiones. El conjunto, mucho tiempo antes del comienzo de las hostilidades. Una gran maniobra de diversión, que iba desde Noruega hasta las costas francesas, debía revelar intenciones de un desembarco en Inglaterra en junio de 1941, y alejar así la atención de los territorios del este. Pero todas las medidas habían sido tomadas no sólo con vistas a una operación de sorpresa, sino incluso de una sorpresa táctica. Por ejemplo, se había prohibido hacer reconocimientos en la frontera o más allá antes del comienzo del ataque. Lo que significaba que se aceptaban 'a priori' posibles bajas, debidas a la falta de reconocimiento del terreno, a cambio de la sorpresa, y que, por otra parte, no se temía una eventual acción de sorpresa del adversario a través de la frontera. Todas estas medidas demuestran que se trataba de una agresión criminal".
Rudenko: "¿Cómo definiría los objetivos de la agresión de Alemania a la URSS?".
Paulus: "El objetivo Volga-Arkangel, que era con mucho superior a las posibilidades de las fuerzas alemanas, basta ya para caracterizar la ausencia de límites en la política de conquistas de Hitler y del gobierno nacionalsocialista. Desde el punto de vista estratégico, llegar a este objetivo significaba destruir todas las fuerzas de la URSS. Conquistando esta línea, serían conquistados y sometidos los principales territorios de la URSS con su capital, Moscú, y por tanto con el centro político y económico. Desde el punto de vista económico, el alzar la línea citada significaba poseer regiones más prósperas en lo que resta a la producción agrícola, minera (comprendidas las cuencas petrolíferas del Cáucaso) e industriales, así como los principales nudos ferroviarios de la Rusia europea.
Puedo testimoniar con precisión cuánto deseaba Hitler alcanzar estos objetivos económicos de la guerra a causa de un hecho al que asistí personalmente. El 1 de junio, con ocasión de una reunión de comandantes en jefe de los Grupos ejércitos meridionales que operaban Poltava, Hitler declaró: 'Si no alcanzo los pozos petrolíferos de Maikop y Prosnia, tendré que terminar la guerra'. Para el aprovechamiento y la administración de los territorios conquistados, ya mucho antes del comienzo de las hostilidades se habían constituido los correspondientes organismos de administración económica. Resumiendo, quiero decir que los objetivos declarados de la guerra eran los de conquistar territorios soviéticos con fines de colonización, de aprovechamiento de materias primas y de otros recursos económicos, con la intención de servirse de ellos para acabar la guerra en el oeste. La misión final era, naturalmente, la de afirmar su hegemonía sobre toda Europa".
El general Rudenko pregunta al testigo: "¿Quién de los acusados tomó parte activa en la preparación y deliberación de la guerra de agresión contra la Unión Soviética?".
Paulus: "Entre los acusados que conocía entonces están los consejeros militares de Hitler: Keitel, jefe del OKW; Jodl, jefe del Estado Mayor de operaciones, y Goering, en su calidad de jefe del ejército aéreo, dotado de plenos poderes en materia de economía y de armamento".
El testimonio de Paulus fue escuchado y comentado de modo contradictorio en el recinto de los acusados. Aunque algunos hacían comentarios favorables, Keitel y Jodl se mostraban muy nerviosos.
En cuanto a Goering, estalló durante una suspensión de la sesión. "¡Preguntad a ese sucio cerdo si se da cuenta de que es un traidor! ¡Preguntadle si se ha hecho dar documentos de ciudadanía rusa!”
La acusación soviética no ha terminado todavía. El consejero de estado Zorya habla otra vez de la agresión a la URSS y llama a declarar a otro testigo, el general de infantería Buschenhagen.
Luego la palabra vuelve al coronel Pokrovsky, que esta vez habla de los crímenes cometidos en violación de las leyes y las costumbres de guerra en lo que respecta al tratamiento de los prisioneros.
Recuerda a este propósito la siguiente frase de Von Reichenau: "El aprovisionamiento de víveres para la población civil y para los prisioneros de guerra no es más que un humanitarismo inútil".
El consejero general de justicia Smirnov habla también del comportamiento de los alemanes en la URSS y en los otros países del este. El consejero de Estado Shenin, habla del saqueo. La información sobre la deportación con fines de trabajo es suministrada por el consejero de estado Zorya.
Corresponde al coronel Smirnov concluir esta última parte de los cargos recordando los crímenes contra la humanidad. Cita una serie de testimonios, entre otros el de Samuel Rajzman. Este pasó un año en Treblinka, que "no era una estación elegante, sino la estación de la muerte".
Efectivamente, los deportados pasaban casi directamente del andén del ferrocarril al campo de concentración.
Al final de la requisitoria soviética el coronel Smirnov afirma: "Me he reservado el honor de concluir la presentación de las pruebas presentadas por el ministerio público soviético. Sé que en este momento millones de ciudadanos de mi país, y con ellos millones de hombres de todo el mundo, esperan una decisión rápida y justa...".
El general Rudenko (abajo, en la mesita con el micrófono) se dirige al testigo Friedrich Paulus
Para leer una declaración más exhaustiva de Paulus, diríjanse aquí: http://www.yale.edu/lawweb/avalon/imt/proc/02-12-46.htm
Saludos cordiales