Ernst Röhm y la "santurronería"
Publicado: Jue Jun 30, 2005 5:15 am
Un curioso artículo publicado en 1933:
"El jefe de Estado Mayor de las SA, Röhm, ha lanzado un llamamiento dirigido contra la santurronería. Es indiscutible que esta ha cusado en los últimos tiempos verdaderos estragos. Así, por ejemplo, se han tomado las más disparatadas decisiones sobre los trajes de baño y el comportamiento de quienes acuden a playas y piscinas. A las mujeres alemanas les está prohibido, al parecer, usar maquillaje y fumar en locales públicos. En las grandes ciudades, según cierta, mentalidad, deberían clausurarse los lugares de placer. Todo esto deriva de una especie de sacrosanta responsabilidad por el bien del pueblo. Últimamente han trascendido noticias según las cuales jefes de las SA y SS, así como otros encuadrados en estos cuerpos, han molestado a mujeres en piscinas y restaurantes erigiéndose en jueces de moralidad.
Creemos que, de una vez por todas, debería quedar bien claro que la revolución alemana no ha sido el pretextro para que suban al poder unos burguesotes, santurrones y apóstoles de la moral, sino la obra de luchadores revolucionarios. Sólo estos podrán darle una base sólida. La función de las SA no consiste en inspeccionar trajes, ni rostros femeninos, ni grados de castidad, sino levantar a Alemania con su sentido libre y revolucionario de la lucha. Esto evitaría que los jefes de las SA y SS continuasen su actividad en estos terrenos, que les lleva a presentarse como aprendices de ridículos estetas de la moral."
(Frankfurter Zeitung y Handelsblatt, el 25 de Septiembre de 1933)
Parece ser que despertó muy diferentes expectativas la "revolución" nacionalsocialista, la cual se situaba, en cierto modo, a caballo entre conceptos de derecha y de izquierda en algunos aspectos. Es lógica que se haga semejante demanda a un partido que, aun siendo de derecha extrema por naturaleza, apelaba a conceptos como la supresión de clases, el beneficio del obrero ante el burgués, etc. Pienso que la combinación de ideas tanto conservadoras como progresistas que contenía el ideario nacionalsocialista supone un caso único en la historia de teóricas contradicciones.
"El jefe de Estado Mayor de las SA, Röhm, ha lanzado un llamamiento dirigido contra la santurronería. Es indiscutible que esta ha cusado en los últimos tiempos verdaderos estragos. Así, por ejemplo, se han tomado las más disparatadas decisiones sobre los trajes de baño y el comportamiento de quienes acuden a playas y piscinas. A las mujeres alemanas les está prohibido, al parecer, usar maquillaje y fumar en locales públicos. En las grandes ciudades, según cierta, mentalidad, deberían clausurarse los lugares de placer. Todo esto deriva de una especie de sacrosanta responsabilidad por el bien del pueblo. Últimamente han trascendido noticias según las cuales jefes de las SA y SS, así como otros encuadrados en estos cuerpos, han molestado a mujeres en piscinas y restaurantes erigiéndose en jueces de moralidad.
Creemos que, de una vez por todas, debería quedar bien claro que la revolución alemana no ha sido el pretextro para que suban al poder unos burguesotes, santurrones y apóstoles de la moral, sino la obra de luchadores revolucionarios. Sólo estos podrán darle una base sólida. La función de las SA no consiste en inspeccionar trajes, ni rostros femeninos, ni grados de castidad, sino levantar a Alemania con su sentido libre y revolucionario de la lucha. Esto evitaría que los jefes de las SA y SS continuasen su actividad en estos terrenos, que les lleva a presentarse como aprendices de ridículos estetas de la moral."
(Frankfurter Zeitung y Handelsblatt, el 25 de Septiembre de 1933)
Parece ser que despertó muy diferentes expectativas la "revolución" nacionalsocialista, la cual se situaba, en cierto modo, a caballo entre conceptos de derecha y de izquierda en algunos aspectos. Es lógica que se haga semejante demanda a un partido que, aun siendo de derecha extrema por naturaleza, apelaba a conceptos como la supresión de clases, el beneficio del obrero ante el burgués, etc. Pienso que la combinación de ideas tanto conservadoras como progresistas que contenía el ideario nacionalsocialista supone un caso único en la historia de teóricas contradicciones.