Protección personal de Hitler.
Publicado: Mar Abr 16, 2013 12:27 pm
Saludos cordiales.
Releyendo el libro de Peter Padfield, "Himmler. El líder de las SS y de la Gestapo", al hilo de la pregunta de otro compañero sobre Frick y Himmler, me ha llamado la atención un aspecto de la seguridad personal de Hilter en cuanto a su protección personal y desplazmamiento.
Hitler tenía su propio comando de escolta de las SS, el Leibstandarte “Adolf Hitler”. Cuando se desplazaba a un hotel o casa de té de Munich o de Bad Godesberg, el primer indicio de que tenían los otros clientes era la visión de su guardia negra formando dos filas paralelas, de espaldas unos con respecto a los otros, en el vestíbulo de entrada y dejando un pasillo entre ellos. El Führer pasaba por este pasillo, después de lo cual las filas se disolvían y pasaban a ser un círculo negro alrededor de las mesas que rodeaban a la reservada para él. Después cuando hacía una señal de que estaba preparado para salir, los guardias se levantaban y volvían a formar el pasillo humano a toda prisa. Además de los SS uniformados, Hitler estaba protegido por oficiales de la policía del Reichssicherheitsdienst – RSD –, el Servicio de Seguridad del Reich, otra parte del imperio de Himmler, bajo el mando del Gruppenführer de las SS Hans Rattenhuber. Unos cuarenta oficiales del Departamento 1 formaban equipos permanentes responsables de la seguridad del Führer tanto en su residencia habitual de Berlín, en Munich y en el Obersalzberg, como durante sus frecuentes desplazamientos.
Hitler tenía como principio que sus movimientos fueran imprevisibles y frecuentemente cambiaba de destino o de forma de moverse en el último momento, a veces, aparentemente, echando una moneda al aire. Pero sus rutas que iba a seguir en los desfiles de automóviles triunfales se habían investigado cuidadosamente de antemano, lo mismo que a todos los propietarios y conserjes de todos los edificios que se encontraban a lo largo del camino, haciéndoles responsables de informar sobre cualquier extraño o recien llegado. Además de los conserjes se empleaba de forma permanente a los porteros de los hoteles y a otros funcionarios como fisgones del Servicio de Seguridad para que informaran sobre cualquier anomalía que sucediera dentro de su bloque de edificios. Posteriormente Himmler fue más allá y ordenó que todos los dirigentes regionales de las SS que tuvieran oficiales de seguridad en las ciudades de su zona “establecieran una relación amistosa con todos los propietarios y arrendatarios de los edificios alineados a lo largo de las rutas que podría seguir el Führer en el futuro.
Saludos a todos.
Releyendo el libro de Peter Padfield, "Himmler. El líder de las SS y de la Gestapo", al hilo de la pregunta de otro compañero sobre Frick y Himmler, me ha llamado la atención un aspecto de la seguridad personal de Hilter en cuanto a su protección personal y desplazmamiento.
Hitler tenía su propio comando de escolta de las SS, el Leibstandarte “Adolf Hitler”. Cuando se desplazaba a un hotel o casa de té de Munich o de Bad Godesberg, el primer indicio de que tenían los otros clientes era la visión de su guardia negra formando dos filas paralelas, de espaldas unos con respecto a los otros, en el vestíbulo de entrada y dejando un pasillo entre ellos. El Führer pasaba por este pasillo, después de lo cual las filas se disolvían y pasaban a ser un círculo negro alrededor de las mesas que rodeaban a la reservada para él. Después cuando hacía una señal de que estaba preparado para salir, los guardias se levantaban y volvían a formar el pasillo humano a toda prisa. Además de los SS uniformados, Hitler estaba protegido por oficiales de la policía del Reichssicherheitsdienst – RSD –, el Servicio de Seguridad del Reich, otra parte del imperio de Himmler, bajo el mando del Gruppenführer de las SS Hans Rattenhuber. Unos cuarenta oficiales del Departamento 1 formaban equipos permanentes responsables de la seguridad del Führer tanto en su residencia habitual de Berlín, en Munich y en el Obersalzberg, como durante sus frecuentes desplazamientos.
Hitler tenía como principio que sus movimientos fueran imprevisibles y frecuentemente cambiaba de destino o de forma de moverse en el último momento, a veces, aparentemente, echando una moneda al aire. Pero sus rutas que iba a seguir en los desfiles de automóviles triunfales se habían investigado cuidadosamente de antemano, lo mismo que a todos los propietarios y conserjes de todos los edificios que se encontraban a lo largo del camino, haciéndoles responsables de informar sobre cualquier extraño o recien llegado. Además de los conserjes se empleaba de forma permanente a los porteros de los hoteles y a otros funcionarios como fisgones del Servicio de Seguridad para que informaran sobre cualquier anomalía que sucediera dentro de su bloque de edificios. Posteriormente Himmler fue más allá y ordenó que todos los dirigentes regionales de las SS que tuvieran oficiales de seguridad en las ciudades de su zona “establecieran una relación amistosa con todos los propietarios y arrendatarios de los edificios alineados a lo largo de las rutas que podría seguir el Führer en el futuro.
Saludos a todos.