Pierre Le Gloan escribió:
SÁBADO 7 DE SEPTIEMBRE DE 1940
Mucho disgusto causó a los Estados Unidos cuando Morínigo se negó a actuar contra los intereses económicos y diplomáticos alemanes hasta el fin de la guerra. Los agentes alemanes habían convertido a muchos paraguayos con éxito a la causa del Eje. El primer partido nazi en América del Sur se fundó en Paraguay en 1931.
(...)
No es ninguna exageración afirmar que Morínigo encabezó un régimen favorable al Eje. Grandes números de oficiales del ejército paraguayo y funcionarios del gobierno eran abiertamente simpatizantes del Eje.
En la cronología el compañero Pierre Le Gloan acompañó una información de Paraguay con un texto bastante discutible. Es una exageración afirmar que Morínigo encabezó un régimen favorable al Eje. Ese tipo de textos (de interpretación superada) parece partir de una premisa: todo gobierno latinoamericano que no se plegó automáticamente a Estados Unidos fue favorable al Eje. Se exagera la influencia nazi y se detallan anécdotas sin analizar las causas estructurales por las cuales un gobierno de un país latinoamericano no accedía a todas las demandas de Estados Unidos, una de ellas, la Lista de nacionales proclamados, más conocida por lista negra. En otro tema mencionamos las expropiaciones de bienes de nacionales del Eje en los países de Centro América con sus consecuencias gravosas para las economías locales. Estados Unidos demandaba la anulación del poder económico alemán, el gobierno de Morínigo bien podía suponer que ello era incompatible con los intereses paraguayos, o podía canjear una posición más accesible a los reclamos norteamericanos por concesiones económicas de la potencia continental.
El gobierno paraguayo debió moverse en un delicado equilibrio entre las potencias del Plata (Argentina y Brasil) en un contexto de acentuado ascenso estadounidense en la región. Bien podía oscilar entre Estados Unidos y Argentina, país con el que tenía su economía estrechamente relacionada (en la década de 1930 la moneda argentina circulaba en Paraguay como una moneda local, baste agregar que para algunos autores Argentina fue un beligerante no declarado en la Guerra del Chaco). En este contexto operó la administración de Morínigo, no comparto el enfoque que reduce las acciones a simpatías pronazis en Paraguay y Argentina, país de la esfera económica británica de fuertes vínculos con Europa y tradición de rivalidad con Estados Unidos.
La historia tergiversada no es historia inofensiva. Es peligrosa.
Eric Hobsbawm