
Los paracaidistas y la industria de la seda japonesa en tiempos de guerra.
Paracaidistas en la propaganda bélica japonesa.
Curiosamente, el férreo control de la oficina propició una interacción sin precedentes entre todos los medios. Noticieros, revistas y películas, junto con cantantes, pintores e ilustradores, absorbieron, digirieron y difundieron con entusiasmo los alentadores informes sobre los éxitos en las Indias Orientales Neerlandesas. Estas noticias fueron recibidas por un público receptivo, desesperado por un estímulo moral, especialmente cuando las tropas japonesas en China continental parecían estar atrapadas en un atolladero.
Pronto, los cinéfilos japoneses pudieron sumergirse en la acción sobre el Pacífico Sur. A principios de febrero de 1942, el noticiero Nippon News presentó un reportaje titulado "Tácticas sorpresa de Célebes: el espléndido bautismo de fuego de nuestros paracaidistas". Los productores se esforzaron hábilmente por lograr el máximo impacto, combinando imágenes impactantes con música dramática y una exuberante voz en off. Los espectadores permanecieron en vilo, viendo a los paracaidistas descender sobre la zona de combate al son de la potente música de "La Cabalgata de las Valquirias" de Wagner.
La voz entusiasta del narrador y su colorido lenguaje contribuyeron al dramatismo. Enfatizando que los "inmortales logros militares" de los paracaidistas pasarán a la historia militar, relató cómo los aviones de transporte japoneses, con sus "magníficas alas plateadas", transportaron a los "guerreros del cielo" (sora no senshi) hasta las bases enemigas en Célebes. En cuanto se acercaron a la zona de lanzamiento, sus "paracaídas blancos puros" (junpaku no rakkasan) se abrieron como grandes flores en el cielo cerúleo, y uno tras otro, los paracaidistas descendieron del cielo. El público pudo entonces seguir a los valientes guerreros aterrizando, recogiendo sus armas y aniquilando al enemigo cercano.
La maquinaria mediática cobró impulso rápidamente cuando la principal revista de guerra de Japón entró en escena. La revista de la Oficina de Información del Gabinete, Shashin Shūhō (Informe Fotográfico Semanal), celebró las "primeras unidades paracaidistas del Ejército y la Armada Imperiales" el 25 de febrero de 1942, tan solo diez días después de la exitosa toma de Palembang. La revista publicó un artículo sobre las victorias en Célebes y Sumatra, ilustrado con dramáticas imágenes del despliegue de los soldados aerotransportados japoneses.
Haciéndose eco de las palabras del comentarista del noticiario, un pie de foto elogiaba los "paracaídas de un blanco puro" que surgían en el cielo "como grandes crisantemos blancos". Un artículo posterior guiaba a los lectores paso a paso a través del riguroso entrenamiento de los paracaidistas: desde los ejercicios iniciales en tierra hasta el primer salto real desde un avión. El autor enfatizaba las cualidades espirituales y estéticas del paracaídas al que los jóvenes reclutas confiaban sus vidas, y cuyo inmenso alivio al ver un paracaídas completamente abierto sobre ellos se mezclaba con una "intensa sensación de belleza".
Fuentes: Heavenly Soldiers and Industrial Warriors: Paratroopers and Japan’s Wartime Silk Industry. Jürgen Paul Melzer
Saludos. Raúl M
