Japoneses en México (1942-1945)
Publicado: Dom Sep 12, 2010 4:09 pm
Introducción
A partir de diciembre de 1941 la colectividad japonesa en México fue sometida a restricciones que limitaron considerablemente su libertad de movimiento y bienestar económico. En comparación con la severidad sufrida por los japoneses en Estados Unidos, Canadá, Perú, Brasil y otros países americanos, puede decirse que en México ellos no fueron sometidos a un tratamiento tan malo. Sin embargo, las medidas prohibitivas afectaron en distinto grado al conjunto de japoneses residentes, ciudadanos naturalizados o miembros de la segunda o tercera generación de la colonia étnica. El propósito del tema es presentar estas medidas y sus consecuencias en base a las siguientes fuentes, especialmente la primera:
Francis Peddie, “Una presencia incómoda: la colonia japonesa de México durante la Segunda Guerra Mundial”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Nº 32, julio-diciembre 2006, pp. 73-101.
http://www.ejournal.unam.mx/ehm/ehm32/EHM000003203.pdf" onclick="window.open(this.href);return false;
Tishio Yanaguida y Taeko Akagui, “México y los emigrantes japoneses”, en Estudios Migratorios Latinoamericanos, Nº 30, agosto de 1995, Buenos Aires, Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, pp. 395-399.
La colonia japonesa en México antes de Pearl Harbor
La comunidad nikkei (significa colonia japonesa fuera de Japón) no sufría el racismo y la desconfianza abierta que recibía en otros países del continente, por caso los cuatro citados en la introducción. De manera parcial, los emigrantes japoneses podían ser víctimas de la xenofobia por la confusión con los chinos, que en marcado contraste eran discriminados tanto a nivel oficial como popular. A excepción de un movimiento antioriental de la década de 1930 que incluía motivaciones antijaponesas, en términos generales el país anfitrión le brindaba a la comunidad nikkei posibilidades para una existencia tranquila. Los japoneses tenían cierta distribución de oficios, profesiones y negocios de acuerdo con la zona de residencia, por ejemplo en Baja California y Tijuana tendían a dedicarse al comercio y la producción vinculados con Estados Unidos, en las ciudades se dedicaban a comercios que requerían poco capital como heladerías, barberías y ventas de soda y a profesiones poco cubiertas por los locales, en especial los médicos llegaron a tener un tratado mutuo para residir y ejercer su profesión en territorio mexicano sin necesidad de examen, aunque luego no fue renovado debido a algunos excesos.
El censo nacional mexicano de 1940 registró sólo 1.550 japoneses: 1.172 hombres y 378 mujeres. Las estimaciones dan cuenta de 6.000 japoneses para ese año, según Peddie una cifra razonable. Yanaguida y Akagui tomaron los datos de la Zaiboku Rengo Nihonjin Kai, la Unión de japoneses residentes en México, una asociación organizada por la comunidad nikkei bajo la dirección de la legación japonesa y a instancias del gobierno de Tokio, con el objetivo de controlar a sus nacionales en anticipo de la guerra entre Estados Unidos y Japón. La distribución de los que mantenían la nacionalidad japonesa fue la siguiente:
Ciudad de México...900
Baja California....1.200
Sonora................500
Coahuila..............400
Chihuahua............400
Sinaloa................300
Veracruz..............300
Chiapas...............300
Otros lugares.........200
Total................4.500
Los autores agregan la nota “los japoneses registrados fueron unos 6.000”, igual número al de la estimación de Peddie.
En cuanto a la naturalización de emigrantes japoneses, aunque muchos se casaron con nacionales mexicanas (en especial en Chiapas) hasta 1920 sólo 25 se habían naturalizado, pero el número fue en aumento y de 1930 a 1939 alcanzó a 178 personas.
Continúa…
A partir de diciembre de 1941 la colectividad japonesa en México fue sometida a restricciones que limitaron considerablemente su libertad de movimiento y bienestar económico. En comparación con la severidad sufrida por los japoneses en Estados Unidos, Canadá, Perú, Brasil y otros países americanos, puede decirse que en México ellos no fueron sometidos a un tratamiento tan malo. Sin embargo, las medidas prohibitivas afectaron en distinto grado al conjunto de japoneses residentes, ciudadanos naturalizados o miembros de la segunda o tercera generación de la colonia étnica. El propósito del tema es presentar estas medidas y sus consecuencias en base a las siguientes fuentes, especialmente la primera:
Francis Peddie, “Una presencia incómoda: la colonia japonesa de México durante la Segunda Guerra Mundial”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Nº 32, julio-diciembre 2006, pp. 73-101.
http://www.ejournal.unam.mx/ehm/ehm32/EHM000003203.pdf" onclick="window.open(this.href);return false;
Tishio Yanaguida y Taeko Akagui, “México y los emigrantes japoneses”, en Estudios Migratorios Latinoamericanos, Nº 30, agosto de 1995, Buenos Aires, Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, pp. 395-399.
La colonia japonesa en México antes de Pearl Harbor
La comunidad nikkei (significa colonia japonesa fuera de Japón) no sufría el racismo y la desconfianza abierta que recibía en otros países del continente, por caso los cuatro citados en la introducción. De manera parcial, los emigrantes japoneses podían ser víctimas de la xenofobia por la confusión con los chinos, que en marcado contraste eran discriminados tanto a nivel oficial como popular. A excepción de un movimiento antioriental de la década de 1930 que incluía motivaciones antijaponesas, en términos generales el país anfitrión le brindaba a la comunidad nikkei posibilidades para una existencia tranquila. Los japoneses tenían cierta distribución de oficios, profesiones y negocios de acuerdo con la zona de residencia, por ejemplo en Baja California y Tijuana tendían a dedicarse al comercio y la producción vinculados con Estados Unidos, en las ciudades se dedicaban a comercios que requerían poco capital como heladerías, barberías y ventas de soda y a profesiones poco cubiertas por los locales, en especial los médicos llegaron a tener un tratado mutuo para residir y ejercer su profesión en territorio mexicano sin necesidad de examen, aunque luego no fue renovado debido a algunos excesos.
El censo nacional mexicano de 1940 registró sólo 1.550 japoneses: 1.172 hombres y 378 mujeres. Las estimaciones dan cuenta de 6.000 japoneses para ese año, según Peddie una cifra razonable. Yanaguida y Akagui tomaron los datos de la Zaiboku Rengo Nihonjin Kai, la Unión de japoneses residentes en México, una asociación organizada por la comunidad nikkei bajo la dirección de la legación japonesa y a instancias del gobierno de Tokio, con el objetivo de controlar a sus nacionales en anticipo de la guerra entre Estados Unidos y Japón. La distribución de los que mantenían la nacionalidad japonesa fue la siguiente:
Ciudad de México...900
Baja California....1.200
Sonora................500
Coahuila..............400
Chihuahua............400
Sinaloa................300
Veracruz..............300
Chiapas...............300
Otros lugares.........200
Total................4.500
Los autores agregan la nota “los japoneses registrados fueron unos 6.000”, igual número al de la estimación de Peddie.
En cuanto a la naturalización de emigrantes japoneses, aunque muchos se casaron con nacionales mexicanas (en especial en Chiapas) hasta 1920 sólo 25 se habían naturalizado, pero el número fue en aumento y de 1930 a 1939 alcanzó a 178 personas.
Continúa…