Diario de 1945 Joseph Goebbels

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Johannes Steinhoff
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Diario de 1945 Joseph Goebbels

Mensaje por Johannes Steinhoff » Mar Oct 09, 2007 5:08 pm

«... Expreso mi resolución irrevocable de no abandonar la capital del Reich aunque caiga, y de terminar antes junto al Führer una vida que para mí personalmente ya no posee ningún valor si no puedo ponerla al servicio del Führer y a su lado».

Éstas son las últimas palabras que escribió Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich, en el codicilo al testamento de Hitler, redactado el 29 de abril de 1945, poco antes de que se suicidara.

Su diario del año 1945 -durante mucho tiempo dado por perdido, como el resto de sus diarios- es una visión fría de los estertores de la Alemania nazi, un relato de primera mano sobre los últimos meses de vida del Führer.

Una descripción excepcional del día a día de las postreras y desesperadas maniobras militares y políticas para intentar frenar a los ejércitos aliados que se acercaban a Berlín por todos los frentes.

El último testimonio del único jerarca nazi que se mantuvo hasta el final junto al dictador, a diferencia de Himmler o Göring. Es la crónica de la caída del Tercer Reich, del hundimiento del otrora poderoso imperio nazi.

El libro se completa con el testamento de Adolf Hitler, la última carta de Goebbels y su mujer Magda a su hijo primogénito, así como con los dos discursos que leyó el almirante Karl Dönitz por la radio, el primero tras la muerte del dictador y el último para anunciar la rendición incondicional de Alemania.

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Precio:
30,00 €

Páginas:
512

ISBN:
9788497346702

Código interno:
21070

Colección:
Historia del Siglo XX

Saludos

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Mensaje por Eckart » Mar Oct 09, 2007 5:27 pm

Es una reedición, o más bien una copia exacta de lo ya publicado por Plaza & Janés en los años 70, incluídas las cartas de los Goebbels a su hijo Harald, y las alocuciones de Dönitz al pueblo alemán que aparecen como apéndices al final del liboo. No es el diario completo de 1945, si no desde el 28 de febrero hasta el 10 de abril. En el momento en que se publicó originalmente sólo se conocía ese fragmento, pero como hoy ya se dispone de los diarios en su totalidad y perfectamente publicados, bien podrían habérselo trabajado y traduicir, al menos, todas las anotaciones desde el 1 de enero de 1945. Pero dudo mucho de que conozcan el dato.

Y el precio, para el trabajo que les habrá costado copiarlo, es más que abusivo. ¡Qué mala suerte tenemos en este país!

Saludos.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
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Mensaje por Eckart » Mar Oct 09, 2007 5:51 pm

Bueno, añadir que yo disfruté mucho con su lectura y que es aconsejable como libro. Lo del precio ya es otra historia.

Un slaudo.
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Mensaje por caimanov » Mar Oct 09, 2007 11:23 pm

¿Son sus diarios o tambien hay alguna investigación o datos de autor?

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Mensaje por Eckart » Mié Oct 10, 2007 12:00 am

En la edición que yo tengo, de 1974, hay un prólogo en el que se explican algunas cosas sobre Goebbels, cómo se encontraron sus diarios (los que se conocían en esa época, claro), cómo están redactados, etc. a modo de presentación en unas pocas páginas. Por lo demás, son sólo sus diarios.

Un saludo.
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GOEBBELS

Mensaje por OSO » Mié Oct 10, 2007 1:15 pm

estoy de acuerdo con eckart,pero es una basura todas esas editoriales.yo me pregunto por si alguien me puede contestar:
Por ejemplo en ediciones en ingles estan casi todas las biografias;por ejemplo magda goebbels,libros de edicion alemana tratando a alfred rosenberg.
y lo que quiero decir es que cualquier libro que edita cualquiera editorial española tiene una muy buena salida(aunque no se la tirada) y no se molestan en traducirlas ya que las ediciones de lengua hispana se venderian como churros.
y lo de goebbels el nova mas y encima los libros mas caro que el gasoil,son la caña y abusan demasiado.
despues se preguntaran que porque la peña no lee¡¡¡¡¡
creo que el corta y pega con una muy buena portada funcionara,eso es lo que se diran
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jenisais
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Mensaje por jenisais » Mié Oct 10, 2007 11:23 pm

Eckart escribió:En la edición que yo tengo, de 1974, hay un prólogo en el que se explican algunas cosas sobre Goebbels, cómo se encontraron sus diarios (los que se conocían en esa época, claro), cómo están redactados, etc. a modo de presentación en unas pocas páginas. Por lo demás, son sólo sus diarios.

Un saludo.
Amigo Eckart, supongo que te refieres a la edición de 1979 que hizo Plaza y Janés del libro "Tagebücher 1945", titulado aquí "Diario 28-2 a 10-4-45 Las úlltimas anotaciones". Yo tengo ésa 1ª edicion en castellano, de, repito febrero de 1979. Es dificil, pues, que haya aparecido otra versión en castellano antes de 1977, año en que Hoffmann und Campe Verlag la editó en Hamburgo como primicia. También con el Prólogo de Rolf Hochhuth. Bertelsmann Verlag, desde Gütersloh le siguió en 1979, y posteriormente en 1990.
Como muy interesado en este tema, logré comprar "Diario", editado por Plaza y Janés (2ª edicion de octubre de 1979) Coleccion El Arca de Papel. Traduccion del inolvidable Eduardo de Guzmán, del original The Goebbels Diaries. Comprende desde el 21 de enero de 1942 al 9 de diciembre de 1943.

Por las fechas se deduce de que falta mucho original de los Diarios del Dr. Goebbels por aparecer. Desconozco si al presente han aparecido más originales y si se han editado. Ruego, pues, que si algún forero nos puede dar nuevas sobre este apasionante asunto lo haga.

Saludos
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Mensaje por caimanov » Jue Oct 11, 2007 12:14 am

¿Que cosas cuenta en el diario? ¿osea a que se refiere en su mayoría?

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Mensaje por Eckart » Jue Oct 11, 2007 12:18 am

jenisais escribió:Amigo Eckart, supongo que te refieres a la edición de 1979 que hizo Plaza y Janés del libro "Tagebücher 1945", titulado aquí "Diario 28-2 a 10-4-45 Las úlltimas anotaciones".
Efectivamente, Jenisais, la fecha de edición es 1979. No sé dónde me saqué el 4.

Los diarios de Goebbels están editados en su integridad (1923-1945, 29 volúmenes) por el Institu für Zeitgeschichte:
http://www.ifz-muenchen.de/73.html?&L=37

En español nos hemos de conformar con este nuevo que han publicado y el otro "Diario" que tú has indicado.

Un slaudo.
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Mensaje por Eckart » Jue Oct 11, 2007 12:43 am

caimanov escribió:¿Que cosas cuenta en el diario? ¿osea a que se refiere en su mayoría?
Un rasgo característico del diario es que cada día habla de lo sucedido la víspera. Así, la entrada fechada en día 2 de marzo, habla sobre sucesos del día 1. Normalmente, comienza cada día con una repaso de la situación militar en los distintos frentes. Luego anota muy diferentes cosas, sobre política interna y externa, sobre el partido y detalles de sus reuniones o conversaciones con personajes relevantes. Acerca de su vida privada no hay excesivas menciones, más que nada porque a esas alturas su vida privada prácticamente ya no existía fuera de su obligaciones.

Algunas frases que me llamaron la atención por muy distintos motivos:

"El objetivo que persigue el Führer es hallar una posibilidad de entendimiento con la Unión Soviética y luego proseguir la lucha contra Inglaterra con la más burtal energía". 5 de marzo.

"Actúa todavía como si fuera el Ministro de Exteriores de la potencia trascendental del mundo", refiriéndose a Ribbetrop. 24 de marzo.

"Naturalmente, lo que proponía Röhm era correcto en sí; pero no podía ser puesto en práctica por un anarquista homosexual". 28 de marzo.

"Por la noche, hojeo unos papeles particulares de los tiempos heroicos del Partido que se habían quedaddo en las cajas fuertes. Su lectura despierta en mí nostálgicos recuerdos. Son como un saludo de hermosos tiempos pasados que no volverán". 28 de marzo.

Es un libro importante, sin duda.

Un slaudo.
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Mensaje por caimanov » Jue Oct 11, 2007 8:58 am

Muchas gracias. Posiblemente apra navidad me lo compre que son 30 euros y eso es mucho, jejejeje

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Mensaje por Barbarossa » Jue Oct 11, 2007 11:37 am

Como creo que no se ha indicado anteriormente, me permito apuntar que "Diario de 1945" ha sido editado en España por "La esfera de los libros".

He aquí las primeras páginas del diario:
MIÉRCOLES 28 DE FEBRERO DE 1945

[Páginas 52-59 de la copia al dictado, faltan las páginas 1-51]

Tenemos que ser como fue Federico el Grande, y comportarnos de la misma manera. El Führer está completamente de acuerdo conmigo cuando le digo que nuestra ambición debe ser procurar que, si dentro de ciento ciencuenta años se produjera en Alemania una crisis igual de grande, nuestros nietos puedan recurrir a nosotros como ejemplo heroico de la perseverancia. La actitud estoico-filosófica que adopta el Führer hoy en día hacia las personas y hacia los acontecimientos recuerda mucho a Federico el Grande. Me dice por ejemplo que es necesario trabajar para su pueblo, pero que incluso eso sólo podría ser una obra humana limitada. Quién sabe cuándo volverá a tener lugar la caída de la Luna hacia la Tierra y este planeta entero se deshará en fuego y cenizas. Pero que sin embargo nuestra tarea debe ser cumplir con nuestra obligación hasta el final. En estas cuestiones el Führer también es un estoico y todo un seguidor de Federico el Grande. Lo emula consciente e inconscientemente. Esto también debe servir de modelo y ejemplo para todos nosotros. Cuán gustosamente querríamos seguir de todo corazón este modelo y ejemplo. Si Göring no estuviera tan fuera de lugar. No es ningún nacionalsocialista, y ni que decir tiene que no es un seguidor de Federico el Grande, sino un sibarita. Qué aspecto elegante e imponente presenta Dönitz en comparación con él. Es, según me explicó el Führer, el mejor hombre de su arma; y que sólo ha tenido experiencias muy favorables con la Marina. Que Raeder también había sido de la mayor integridad; en cualquier caso le ha demostrado una lealtad ciega y ha formado su arma en un espíritu que hoy le capacita para reparar el fracaso de la Marina de guerra alemana durante la guerra mundial. Es una pena que un hombre así no represente al partido, sino que esté representado por Göring, quien tiene que ver tanto con el partido como una vaca con la investigación de la radiación. Pero, lo dicho, este problema tiene que resolverse ahora. Ya no tiene sentido andarse por las ramas, y al Führer tampoco le beneficia nada que se le proteja con el silencio.

El debate que tengo con el Führer sobre este problema de nuestra estrategia militar, a mi juicio el más cardinal, transcurre de manera muy dramática e impetuosa. Pero el Führer me da la razón en todos los puntos. Tengo la sensación de que le amarga un poco que las cosas hayan llegado tan lejos, pero no que yo hable de ellas con tanta brusquedad y franqueza. Al contrario, me alaba mucho por eso, me apoya abiertamente y sin reservas y se alegra de que al menos yo no disimule mi opinión. Le cuento que en los últimos días he estado leyendo el libro de Carlyle sobre Federico el Grande. El propio Führer conoce el libro muy al detalle. Le relato alguno de sus capítulos, que le impresionan profundamente. Así tenemos que ser y así seremos. Cuando alguien como Göring hace tan a las claras rancho aparte, entonces hay que hacerle entrar en razón. Locos cubiertos de condecoraciones y petimetres vanidosos y perfumados no deben formar parte de la dirección de la guerra. O cambian o tienen que ser eliminados. No descansaré ni daré tregua hasta que el Führer haya puesto orden en esto. Tiene que reformar a Göring por dentro y por fuera o ponerle de patitas en la calle. Es por ejemplo una burda falta de gusto que el primer oficial del Reich vaya por ahí con un uniforme gris plateado en esta situación bélica. ¡Qué comportamiento afeminado ante los acontecimientos! Ojalá que el Führer consiga volver a hacer de Göring un hombre. El Führer está contento de que se haya trasladado ahora a Obersalzberg su mujer, quien sólo ha ejercido una mala influencia sobre él. Del mismo modo que todo el entorno de Göring no vale un comino. Ella sólo ha fomentado su tendencia a la molicie y al hedonismo, en lugar de reprimirla. En cambio, el Führer elogia mucho la sencillez y transparencia de nuestra vida familiar. Sólo así podemos hacer justicia al tiempo actual.

Tengo la contundente impresión de que este debate con el Führer ha surtido un gran efecto. Era necesario, y también el momento era totalmente oportuno. La conversación se desarrolla en un tono tan alto que los oficiales adjuntos pueden escucharla desde fuera, en la puerta. Están extremadamente contentos. Estos buenos muchachos tienen interés en que el partido sea devuelto a su núcleo y esencia sólo porque ahí reside la única posibilidad de dar un giro a la guerra. Todos estos jóvenes están de mi lado y ven en mí a su portavoz, que le dice al Führer sin ambages lo que se debe decir. A la mesa de la Cancillería del Reich está sentado un cansado grupo de oficiales, cenando. Apenas los saludo. Estas personas me resultan tan extrañas como de hecho sólo me pueden resultar extrañas las personas.

En casa tengo un montón de trabajo que hacer. Pero ahora esto avanza muy deprisa y con agilidad, porque al hablar me he quitado directamente un peso de encima.

Por la tarde volvemos a tener sobre Berlín el ataque de turno de aviones mosquito.

La situación al oeste me depara enormes preocupaciones. ¿Qué pasará cuando el enemigo consiga de verdad una brecha aquí? Pero no vamos a suponer inmediatamente lo peor. Lo decisivo es que he logrado al menos abrir una vía clara en la cuestión fundamental de nuestra estrategia militar.

Por la noche también vuelven los malditos ingleses con sus mosquitos a Berlín y le roban a uno las pocas horas de sueño, que hoy se necesitan más que nunca.

JUEVES 1 DE MARZO DE 1945

[Páginas 1-33]

Ayer:

Parte militar:

En Hungría ningún acontecimiento especial. En territorio eslovaco se rechazaron varios ataques violentos del enemigo en Altsohl (Zvolen). En toda la zona silesiana ningún combate de importancia excepto en el territorio situado al sur de Breslau. En Schwarzwasser (Strumie´n) se eliminó un avance en el frente enemigo con un ataque propio. Se rechazaron varios ataques enemigos entre Strehlen (Strzelin) y Görlitz, excepto una irrupción en Lauban (Luba´n). El enemigo pudo infiltrarse en la margen norte de Lauban. Muy violentos fueron los ataques del enemigo en Goldberg, pero todos resultaron infructuosos. Persisten las luchas urbanas en la margen sur de Breslau. Fracasaron los ataques locales de los soviéticos en Forst y Guben. En el sector del Oder, los bolcheviques consiguieron ensanchar mínimamente su cabeza de puente en Lebus mediante un ataque local. Al sur de Pyritz (Pyrzyce) se rechazó un ataque local más violento por parte del enemigo. En el territorio situado entre Rummelsburg y Neustettin (Szczecinek), los bolcheviques pudieron seguir profundizando su irrupción. Tomaron Neustettin y avanzaron algunos kilómetros más hacia el oeste en la línea Neustettin-Kolberg (Kolobrzeg) y Neustettin-Falkenburg. Se frustró el intento del enemigo de penetrar más allá de Bublitz (Bobolice) en dirección a Köslin (Koszalin). Más allá de Pollnow (Polanów), el enemigo llegó en dirección a Schlawe (Slawno) hasta Latzig (Laski). En esta zona, la unidad de alarma de una base aérea de Stolp (Slupsk), que intervino en Pollnow, destruyó 11 carros de combate enemigos con 15 lanzagranadas y sólo registró en la operación una baja humana. En la zona situada al norte de Konitz (Chojnice) hasta el Vístula se rechazaron numerosos ataques locales del enemigo, sobre todo en Heiderode (Czersk); el enemigo sólo consiguió una irrupción al norte de Konitz. En Prusia Oriental los combates no fueron en general tan intensos como en los días anteriores. Los ataques fueron especialmente violentos al norte de Zinten (Kornewo). Nuestras fuerzas defensivas volvieron a lograr ayer también un completo éxito en el rechazo. En Curlandia se rechazaron de nuevo los violentos ataques del enemigo.

En el frente occidental, los ingleses y canadienses sólo consiguieron ganar un escaso terreno local al sur de Goch pese a los violentos ataques. La mayoría de los ataques fueron rechazados. En la zona de la gran ofensiva americana, el enemigo ha movilizado en este momento todas sus reservas estratégicas de carros de combate e intenta ahora seguir abriéndose paso hacia el este. Hasta ahora no ha alcanzado en ningún lugar la libertad de movimiento estratégico ni ha conseguido una irrupción, aunque ha podido seguir ganando terreno de manera no poco significativa. Más allá de Erkelenz siguió avanzando a lo largo de la vía del tren en dirección a Rheydt, así como junto a la carretera de Erkelenz a München-Gladbach (Mönchengladbach). Aquí los combates se desarrollan aproximadamente unos 3 o 5 kilómetros al oeste y suroeste de las afueras de Rheydt. Las unidades alemanas ofrecen en todas partes una enérgica resistencia e infligen al enemigo numerosas bajas. Además se realizan contraataques continuamente. Asimismo, en la zona situada al noreste y este de Jülich el enemigo pudo ganar más terreno. Aquí se encuentra con su vanguardia ofensiva en la zona del Erft, en la margen occidental del Erft. Con ello ha alcanzado aproximadamente la mitad del camino entre Jülich y Colonia. Más al sur llegó por la carretera de Düren a Colonia hasta la zona de Blatzheim. En el frente del Eifel también prosiguen los duros combates. El enemigo ha movilizado aquí otra división, que fue retirada de Haguenau y sustituida allí por una división francesa. Es evidente que el enemigo intenta avanzar en la depresión situada entre Bitburg y Wittlich. Al norte de Bitburg ha seguido avanzando en dirección al río Kyll. Desde el sur pudo penetrar en Bitburg. Al norte de Welschbillig atravesó la carretera Bitburg-Tréveris. Al sur de Tréveris, donde los americanos habían avanzado hasta Zerf, profundizaron su irrupción hasta las cercanías de la zona del Ruwer. Según la disposición de las operaciones enemigas se puede sospechar que está cerrándose con sus fuerzas laterales al sur de Bitburg y al norte de Zerf para tomar Tréveris.

Del frente italiano no hay noticia de operaciones militares especiales.

La actividad aérea enemiga fue bastante intensa al este. En total se movilizaron 1.200 aviones por parte soviética, con un gran número en la zona de irrupción de Pomerania. La propia actividad aérea también fue bastante fuerte y exitosa. Se volvieron a destruir numerosos carros de combate y cañones de asalto enemigos, y se luchó contra sus columnas. En Polangen (Palanga) nuestros aviones de combate hundieron una lancha torpedera enemiga.

Al oeste, la actividad de los aviones rasantes y de los bombarderos bimotores enemigos fue algo más débil de lo normal debido a las condiciones meteorológicas desfavorables.

En el territorio del Reich se internaron 1.100 bombarderos cuatrimotores americanos con una fuerte protección de cazas para atacar infraestructuras de transporte en Halle y Leipzig. Por la tarde, 150 bombarderos británicos con protección de cazas atacaron blancos de transporte en Dortmund, Castrop-Rauxel y Recklinghausen. Unos 300 bombarderos británicos dirigieron un ataque contra Maguncia. Desde Italia se internaron 600 bombarderos cuatrimotores americanos que atacaron objetivos industriales y de comunicaciones en la zona de Augsburgo. Unos 80 aparatos de esta unidad dirigieron un ataque parcial contra Salzburgo. Hasta ahora se tiene noticia de 20 derribos. Por la noche tuvo lugar un doble ataque de hostigamiento contra Berlín por parte de unos 70 mosquitos cada vez.

Los ingleses y americanos difunden en este momento noticias alarmantes sobre la situación al oeste. Afirman que han conseguido una irrupción en toda la línea y que a partir de ahora —como destaca sobre todo Montgomery— se verían obligados a establecer un bloqueo informativo para no dejar que lleguen a nosotros informes que pudieran resultarnos valiosos. En especial los americanos se jactan de estar ya a 15 kilómetros de Colonia y de que para ellos llegar al Rin es sólo una menudencia. No obstante, esta opinión se ve sometida a lo largo del día a una profunda revisión. La resistencia ofrecida por nuestras tropas es tan enorme que incluso el bando enemigo tiene que admitir que no se puede hablar ni remotamente de una derrota del frente alemán.

Hasta la tarde se van perdiendo de nuevo los ánimos por completo. Precisamente el cuartel general inglés subraya de la manera más categórica que no se puede hablar en absoluto de una derrota. Es evidente que se han precipitado demasiado, han creído que las primeras líneas de contención de nuestra defensa eran el frente definitivo y sólo después se han encontrado con la enorme resistencia que ahora crea tantos problemas a las divisiones de ataque enemigas. Las bajas del enemigo son enormes. Los americanos registran montones de muertos, pero ya no tienen reparos en manifestarlo en su prensa. A esto se añaden las descomunales bajas que sufren en la isla de Iwo Jima. Resumiendo, en este momento nos encontramos en un estadio de la estrategia bélica en el que podemos infundir el mayor respeto al enemigo infligiéndole bajas. Sin duda, esto impresiona profundamente a la opinión pública angloamericana.

Por la tarde se afirma de repente en Londres que Rundstedt ha cambiado de táctica, que no se coloca en las primeras líneas para luchar, sino que intenta interceptar a los atacantes ingleses y americanos en las líneas de retaguardia, lo que podría tener un efecto muy perjudicial para las tropas ofensivas del enemigo.

En la Cámara Baja tiene lugar el debate sobre la Conferencia de Yalta. Una serie de diputados tories oposicionistas ha presentado una enmienda a la moción de confianza aprobada por el Gobierno que tiene un significado bastante capcioso para las relaciones entre Inglaterra y sus aliados. El conflicto se debe a esta enmienda. El Gobierno de Churchill se defiende con uñas y dientes para no aceptar esta enmienda, y naturalmente la oposición no se atreve a forzarla tanto que se convierta en una desconfianza abierta. En su discurso durante el debate, Greenwood, el vicepresidente del partido laborista, dirige ataques muy severos contra el trato que se ha dado a Polonia en la Conferencia de Yalta, y también se escuchan discursos oposicionistas extremadamente duros por parte del partido conservador. Pero no cabe ninguna duda de que Churchill saldrá ileso de este debate. Inglaterra está demasiado débil como para poder permitirse justo en este estadio de la guerra una crisis gubernamental de consecuencias tan trascendentales. Se ha involucrado y ahora tendrá que atenerse a los resultados. Ha emprendido el camino hacia abajo y ahora tiene que seguir con su gran dilema.

La crítica que se ejerce contra los acuerdos de Yalta procede principalmente de los círculos conservadores. Hace mucho que ese grupo tory que forma el inner circle está trabajando para devolver a Churchill al buen camino o bien lograr su caída. En estos círculos se habla de Polonia, pero por supuesto se piensa en Alemania. Sin embargo, por el momento esta oposición carece de importancia para nosotros. No puede pasar a la acción por las razones ya expuestas.

Un efecto alarmante ha tenido la observación de Churchill sobre la situación naviera. Además, un representante del Gobierno declara en la Cámara Alta que los aliados nunca habían tenido tantos barcos como ahora, pero que tampoco nunca había imperado una falta tan descomunal de ellos. Si en esta situación entra en juego nuestra nueva operación submarina, podrá tener quizá el resultado más funesto para la estrategia bélica angloamericana.

Eden ha dado a conocer a un círculo interno de la Cámara Baja que en la Conferencia de Yalta no se cerró ningún acuerdo secreto, a diferencia de lo que se sospechaba. Esta cuestión es de una importancia decisiva para la conducción del debate en la Cámara Baja.

Por fuentes americanas nos enteramos de que Pétain ya había cerrado en noviembre de 1940 un tratado secreto con Inglaterra cuyo contenido era que Francia volvería a entrar en guerra con Alemania en el momento oportuno. Se dice que este tratado se efectuó a espaldas de Laval. Lo considero perfectamente posible. Pétain nos ha engañado y seguro que Laval también estaba al corriente de ello. No en vano ambos han manifestado su deseo de permanecer en París durante el avance de la invasión angloamericana. Creo que no esperaban un proceso bélico tan duro.

En Estados Unidos han aparecido ahora movimientos huelguistas más enérgicos, y éstos se hacen notar sobre todo en el sector armamentístico. Semejantes manifestaciones están ahora a la orden del día tanto en Inglaterra como en América. Dejan ver de manera sintomática la profunda crisis política que reina en los países enemigos occidentales.

El conocido periodista americano Von Wiegand escribe un artículo sobre el peligro mundial bolchevique que se ajusta perfectamente a su último reportaje bajo el título . Este artículo de Von Wiegand supone, puesto que se publica en todos los periódicos de Hearst, una auténtica sensación periodística. Nuestras tesis están recogidas aquí en tal proporción que produce un efecto verdaderamente asombroso. Los periódicos de Hearst han tenido desde siempre una orientación antibolchevique; pero que con la situación bélica actual se atrevan a llegar tan lejos me parece significativo en alguna medida. En cualquier caso Roosevelt se encontrará con una fuerte oposición si en adelante se enfrenta a la opinión pública americana.

En Rumanía sigue la lucha por el gabinete de Radescu. Los bolcheviques parecen tener la intención de hacer tabula rasa. Exigen la dimisión de Radescu y la implantación de un gobierno popular democrático, como ellos dicen; en otras palabras, de un sóviet bolchevique. El bolchevique Vishinski, conocido asesino múltiple, ha llegado ahora a Bucarest. Seguramente no dejará las cosas a medias.

Las atrocidades bolcheviques nos llegan ahora sin medida. Son de un realismo espantoso y ya no pueden ser superadas. Tengo la intención de dar a conocer en adelante a la opinión pública internacional estos informes de atrocidades. Lo haré en una recepción de la prensa nacional y extranjera en Berlín, en la que el capitán general Guderian debe dar a conocer la orden de Zhúkov a las tropas soviéticas antes del ataque desde la cabeza de puente
de Baranów. Esta orden ha marcado en cierto modo la dirección de las atrocidades bolcheviques. Aunque tampoco supongo que de ello se espere una repercusión política inmediata, no faltará a más largo plazo.

Por la tarde tengo una extensa entrevista con el general Vlasov. El general Vlasov es un jefe del ejército ruso sumamente inteligente y enérgico que me causa una impresión muy seria. Hablamos primero sobre las relaciones en general entre el pueblo ruso y el alemán. En su opinión, Rusia sólo se puede salvar si se libra de la ideología bolchevique y adopta una ideología similar a la que posee el pueblo alemán con el nacionalsocialismo. Me caracteriza a Stalin como una persona taimada en extremo, verdaderamente jesuítica, a la que no se debe creer una sola palabra. Hasta el estallido de la guerra, el bolchevismo sólo tuvo en el pueblo ruso relativamente pocos partidarios convencidos y fanáticos. Pero, con nuestro avance en los territorios rusos, Stalin consiguió hacer de la guerra contra nosotros una sagrada causa patriótica, lo que tenía una decisiva importancia. Vlasov me describe los días en Moscú ante el cerco inminente a finales de otoño de 1941. Dice que toda la dirección soviética ya había perdido los nervios en aquel momento; Stalin fue el único que perseveró en la resistencia, a pesar de que ya estuviera bastante agotado. La situación era entonces más o menos como la nuestra en estos momentos. También en nuestro caso es el Führer quien proclama la resistencia a cualquier precio y siempre está levantando los ánimos a todos los demás.

La entrevista con el general Vlasov es para mí muy alentadora. Gracias a ella sé que la Unión Soviética ha tenido que atravesar exactamente las mismas crisis que nosotros hemos de atravesar ahora, y que de estas crisis siempre hay una salida si se está decidido a no rendirse a ellas.

Luego hablamos de nuestro método propagandístico frente al bolchevismo. Vlasov destaca —a mi juicio con razón— que el bolchevismo ejerce una propaganda extraordinariamente hábil y peligrosa. Afirma que la propaganda es de hecho el punto fuerte de su eficacia política. Así se explica también que la propaganda alemana sea atacada con especial dureza en el régimen bolchevique. Dice que yo soy, después del Führer, el que recibe la crítica más mordaz y negativa en la opinión pública bolchevique. Nuestra propaganda respecto a los pueblos rusos —en eso estoy de acuerdo con Vlasov— se debe mover aproximadamente en la misma línea que Vlasov ha registrado en su conocida proclama. Habríamos podido lograr mucho con nuestra política oriental si ya en los años 1941 y 1942 hubiéramos procedido según los principios que aquí defiende Vlasov. Pero será muy difícil resarcir nuestra inadvertencia a este respecto.

Subrayo que Vlasov me parece una cabeza privilegiada. Su conocimiento de la ideología y práctica bolcheviques nos puede resultar muy valioso. Le acompaña el general Schilenkow, quien en su día desempeñó un papel decisivo en el partido bolchevique de Moscú. Recibiré de nuevo al general Vlasov la próxima semana para tratar con él algunas cuestiones prácticas de nuestra propaganda. Especial interés tienen las explicaciones de Vlasov sobre los asuntos internos de la jerarquía bolchevique. Afirma que Stalin gobierna en Rusia prácticamente con poderes dictatoriales. Intenta utilizar a los judíos para su causa, mientras que los judíos intentan utilizarle a él para la suya. Tampoco se puede confiar en absoluto en una palabra dada por Stalin. Dice que Stalin es un campesino muy astuto y artero que actúa según el principio de que el fin justifica los medios. Qué impresión lamentable causa a su lado el Duce, por ejemplo. Ahora explica a través de sus periódicos que el fascismo tiene la intención de volver al bipartidismo. Éste es un nuevo capricho de la intelectualidad fascista, completamente salida de madre, que en este estadio de la guerra, aparte de todo lo demás, dice adiós a sus verdaderos principios.

Trato con el consejo de defensa berlinés cuestiones relativas a la defensa de la capital del Reich. Me puedo apoyar en las confidencias que me hizo el general Vlasov. Al general Von Hauenschild se le retiran ahora de Berlín la mayoría de sus contingentes de tropas, en particular las escuelas y los aspirantes a oficiales. En consecuencia le faltan soldados por todas partes. Por tanto, tenemos que reclutar el segundo Volkssturm6 y eventualmente pasar también a formar batallones femeninos. Propongo incluso reunir a los presos con penas más leves de las cárceles y los campos de concentración para formar unidades dirigidas con gran dureza. Según me informa el general Vlasov, en su día esto dio un resultado extraordinario en la defensa de Moscú. En aquel momento Stalin le preguntó si estaba dispuesto a formar una división de presos. La formaría bajo la condición de que pudiera conceder amnistía para las acciones valientes. La división de presidiarios actuó de manera excelente. ¿Por qué no podríamos hacer nosotros lo mismo ante la difícil situación actual?

Durante todo el día ha estado cayendo una serie de durísimos ataques aéreos en la zona occidental del Reich. Es casi imposible mencionarlos uno por uno. Estamos expuestos con total indefensión a estos horrores de la guerra aérea enemiga.

Ahora estoy desarrollando un nuevo sistema para el reclutamiento de la Wehrmacht. Los métodos de reclutamiento empleados hasta ahora han resultado ser demasiado complicados para el estadio bélico actual. Correos no funciona, se destruye la mayor parte de los ficheros; en resumen, ahora debemos proceder con algo más de celeridad para que las fuerzas aptas para el servicio en el frente y dispuestas para la Wehrmacht no tengan que esperar a veces cuatro o cinco semanas hasta que son trasladadas a los cuarteles. El ministro de Hacienda, el conde Von Krosigk, también me escribe una carta muy instructiva al respecto. Él también ha comprobado en su ámbito de competencia que el reclutamiento de personas aptas para la guerra a veces se hace esperar más de un mes.

Además estoy pasando una minuciosa revista a las tropas de construcción de la Wehrmacht. En este momento contamos todavía con 250.000 hombres en dichas tropas, de las cuales por lo menos la mitad son absolutamente prescindibles. El frente de la OT puede asumir parte de sus tareas, y así se puede disponer de las tropas de construcción de la Wehrmacht.

Me alegro mucho de que ahora el periódico Front und Heimat se haga llegar a la tropa del frente a una escala mucho mayor. Las dificultades de transporte que existían hasta ahora se han podido resolver en buena medida. Se me hace la propuesta de publicar ahora el periódico tres veces por semana; yo también lo creo necesario, pero desgraciadamente seguro que fracasa por el problema del papel. Renovar la capacidad de resistencia moral de nuestras tropas es ahora de una importancia decisiva.

A las siete de la tarde se retransmite mi discurso por la radio. Lo vuelvo a escuchar. La exposición y el estilo son magníficos, y espero que tenga al menos alguna repercusión, aunque por supuesto tampoco estaba en condiciones de presentar resultados positivos como los mejores argumentos. Pero el pueblo está contento si por lo menos hoy se le tranquiliza durante una hora. Sobre la repercusión en el país me informaré con más detalle en los próximos días. Gracias a Dios, el discurso transcurre sin serias perturbaciones aéreas, aunque justo al final recibimos en Berlín otro ataque de turno por parte de aviones mosquito. Pero aun así lo termino con éxito.

En el parte de la tarde se anuncia que al oeste nuestras tropas han conseguido volver a parar la ofensiva angloamericana. Han mantenido sus posiciones durante todo el día, aunque con gran esfuerzo. El enemigo no ha avanzado más por ninguna parte. No se puede hablar en absoluto de una irrupción. En el día de hoy registramos por tanto un enorme éxito defensivo. Se registra una destrucción muy notable de carros de combate.

En cambio, la situación se ha presentado desfavorable en la zona de Bitburg. No obstante, aquí ya están en marcha las medidas en contra, que seguramente nos proporcionarán algo de alivio.

Al este, el enemigo tampoco ha podido seguir avanzando en Pomerania Ulterior. Hemos caído sobre su vanguardia ofensiva por ambos flancos, de modo que tuvieron que detenerse para no quedar separados de sus líneas de retaguardia. Esperamos poder arreglar la situación, aquí algo crítica. Han tenido lugar violentos ataques en la zona de todo el grupo de ejércitos del Vístula. Pero, gracias a Dios, han sido rechazados. Por lo demás, no se registran acontecimientos de mayor importancia, excepto que en Breslau los combates se van acercando ahora lentamente al centro y que se libran con el mayor encono.

El Führer me ha dado instrucciones de publicar en la prensa alemana ensayos más largos sobre las guerras púnicas. Las guerras púnicas son, junto con la Guerra de los Siete Años, el gran ejemplo por el que hoy podemos y debemos guiarnos. En realidad se ajusta todavía mejor a nuestra situación que la Guerra de los Siete Años, puesto que en el caso de las guerras púnicas se trata más bien de una decisión de trascendencia universal que ha tenido repercusión durante varios siglos. Es más, el conflicto entre Roma y Cartago, al igual que el conflicto actual por Europa, no se decidió en una sola guerra, y dependía del valor del pueblo romano y de sus líderes que el mundo antiguo estuviera en lo sucesivo regido por Roma o por Cartago.

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Mensaje por alarico » Vie Oct 12, 2007 1:34 am

jenisais escribió:
Eckart escribió:En la edición que yo tengo, de 1974, hay un prólogo en el que se explican algunas cosas sobre Goebbels, cómo se encontraron sus diarios (los que se conocían en esa época, claro), cómo están redactados, etc. a modo de presentación en unas pocas páginas. Por lo demás, son sólo sus diarios.

Un saludo.
Amigo Eckart, supongo que te refieres a la edición de 1979 que hizo Plaza y Janés del libro "Tagebücher 1945", titulado aquí "Diario 28-2 a 10-4-45 Las úlltimas anotaciones". Yo tengo ésa 1ª edicion en castellano, de, repito febrero de 1979. Es dificil, pues, que haya aparecido otra versión en castellano antes de 1977, año en que Hoffmann und Campe Verlag la editó en Hamburgo como primicia. También con el Prólogo de Rolf Hochhuth. Bertelsmann Verlag, desde Gütersloh le siguió en 1979, y posteriormente en 1990.
Como muy interesado en este tema, logré comprar "Diario", editado por Plaza y Janés (2ª edicion de octubre de 1979) Coleccion El Arca de Papel. Traduccion del inolvidable Eduardo de Guzmán, del original The Goebbels Diaries. Comprende desde el 21 de enero de 1942 al 9 de diciembre de 1943.

Por las fechas se deduce de que falta mucho original de los Diarios del Dr. Goebbels por aparecer. Desconozco si al presente han aparecido más originales y si se han editado. Ruego, pues, que si algún forero nos puede dar nuevas sobre este apasionante asunto lo haga.

Saludos
Tengo en mi biblioteca una edición de 1949 de "Diario" de Plaza y Janés en su colección Los libros de nuestro tiempo.Libro más que recomendable desde luego.Lo adquirí hace unos años en una feria del libro antiguo.La traducción de Eduardo de Guzmán es sencillamente soberbia.
Como anécdota pongo un pequeño pasaje a vuelapluma que me ha parecido cunando menos curioso:"Una vez más el Führer expuso sus puntos de vista acerca de la administración de justicia en tiempos de guerra.Dice que un pueblo consiste siempre en tres partes distintas:una pequeña parte negativa integrada por los elementos criminales;otra pequeña parte positiva formada por los idealistas y una tercera formada por las grandes masas en duda constante de si deben inclinarse a la derecha o a la izquierda".
Recomiendo su lectura como documento histórico, sin duda.Siendo Goebbels quien era y la posición que ocupaba en el régimen nazi es de lectura obligada...

Saludos
" En la guerra un gran desastre señala siempre a un gran culpable "

Napoleón Bonaparte

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