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DESASTRE EN NORMANDÍA.EL PRIMER DÍA D. DIEPPE, AGOSTO DE 1942
Lengua: CASTELLANO
Editorial: OSPREY
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978-84-473-5565-5
Colección: RBA
Nº Edición:1ª
Año de edición:2008
Plaza edición: BARCELONA
Terminé un nuevo libro de la colección Osprey, en esta caso le tocó al dedicado a relatar el fallido desembarco aliado en las costas francesas atlánticas, en concreto en Dieppe, en agosto de 1942. El autor vuelve a ser Ken Ford, del cual ya he reseñado un par de libros en esta colección, los dedicados a los asaltos de los comandos aliados en Saint Nazaire y el último reseñado por mí dedicado a la Batalla del Alamein. Habiendo leído los dos mencionados anteriormente escritos por este autor ya me ofrecían cierta garantía de buen hacer. Así ha sido.
La presión soviética sobre los aliados para que intentaran lo más rápidamente abrir un segundo frente en occidente que sirviera para descongestionar la presión alemana en el Este era una demanda constante desde Moscú. Estamos en 1942 y Alemania mantiene sus posiciones en el Este con verdaderas garantías de poder acabar derrotando a los soviéticos. En Occidente, los Aliados siguen sufriendo en el desierto africano y no tiene visos de poder obtener alguna victoria que les diese cierto poder moral ante el politburó soviético y ante su propia opinión pública. Desembarcar en Dieppe podría hacer cerrar muchas bocas discordantes.
El jefe de Operaciones Combinadas( una rama del Ejército) era el vicealmirante Lord Mountbatten, éste fue oficial fue el que dio la orden para que se prepare un plan de ataque y desembarco en las playas de Dieppe. Esto ocurría en abril de 1942.
Una vez elegido entre dos planes alternativos para llevar a cabo la operación, se decidió aplicar un ataque( Operación Rutter) frontal sobre la playa de la ciudad de Dieppe con el apoyo de desembarcos en los flancos este-oeste. Las dos baterías pesadas que podían suponer un peligro para el desembarco en Dieppe se situaban en Varengeville y Beneval, éstas deberían ser capturadas y destruidas por las tropas aerotransportadas.
La 2ª División canadiense sería la encargada de llevar a cabo la operación junto a dos comandos del Ejército Británico y un tercer comando que aporto la Royal Marine, además de un simbólico grupo de los rangers de USA.
La Operación Rutter estaba prevista para principios de julio, pero el convoy que transportaba a las fuerzas con destino a Dieppe y que se encontraba en esos momentos anclado en el puerto de Solent fue bombardeado por la Luftwaffe desbaratando la operación. En un principio pareció que ésta no iba a tener solución de continuidad, pero nuevamente(22 de julio de 1942) la operación se retoma introduciendo algunos cambios. La operación recibiría el nuevo nombre de JUBILEE.
Entre la cancelación de la operación Rutter y la reprogramación del ataque sobre Dieppe con el nombre de Jubilee, el que fuera jefe del mando Suroriental, el todavía “desconocido” general Montgomery cambiara este destino y marchará al desierto convirtiéndose en el nuevo comandante jefe del VIII Ejército. Parece ser que antes de marchar ya dejo claro su desacuerdo ante la nueva decisión de retomar esta operación contra el mismo objetivo.
Las fuerzas partieron el 18 de agosto hacia Dieppe, los desembarcos fracasaron ante la ferrea defensa de la costa, siendo la 302º División alemana, una formación con muchas limitaciones pero con una buena defensa artillera, la que acabó con las esperanzas aliadas de conseguir una cabeza de puente en el continente. Los bravos canadienses se dejaron la piel en el intento, pero sin una buena cobertura aérea y naval era casi imposible afrontar el ataque frontalmente contra las bien situadas y armadas defensas alemanas. Casi 4000 muertos en nueve horas de combate fueron las bajas canadienses, los alemenes les hicieron más prisioneros en ese breve tiempo que en 20 meses en lel frente italiano un año después.
Jubilee fue un desastre, pero para los aliados había sido una lección que sirvió de verás para afrontar un par de años más tarde un desembarco en las costas francesas con más posibilidades de conseguir el éxito. Para los alemanes, vencedores en esta batalla, fue peor el remedio que la enfermedad. Sus bajas en aviación fueron sensibles, demasiadas para su capacidad industrial, y, además, la lección que sacaron de esta victoria fue la de amarrarse al lugar con fortificaciones fijas sin espacio para la movilidad y la flexibilidad. Dos años después se verían las consecuencias.
Un saludo.