La caida de Berlin

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Moderador: David L

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Stuka
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La caida de Berlin

Mensaje por Stuka » Mié Feb 01, 2006 9:47 pm

Primero presentarme como nuevo en el foro y saludar a toda la peña.
Bueno comentaros que me he leido ya 2 libros sobre la caida de Berlin, el 1º "La ultima batalla" de Corneluis Ryan y el 2º "BERLIN, La caida:1945" de Antony Beevor, a mi personalmente me han gustado bastante hablando tambien de la vida a diario de la gente de Berlin y amenizandolo con anecdotas sorprendentes, queria saber vuestra opinion sobre dichos libros y autores
Tambien me gustaria que me aconsejarais algun libro mas sobre el tema y decirme tambien donde los puedo conseguir aqui en Madrid, un saludo a todo el mundo y gracias de antemano

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julio64
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Mensaje por julio64 » Vie Feb 03, 2006 5:47 pm

Yo he leido el de Antony Beevor, y como a ti me a gustado mucho.

Para encontrar mas libros sobre temas militares, y si vives en Madrid, prueba en "fnac" .

Germánico
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Mensaje por Germánico » Sab Feb 04, 2006 3:58 am

En Madrid no sé, pero aquí, desde casa, puedes encontrar de todo:

www.librosreyes.com

Yo les he comprado, y son muy serios.

Saludos.
Sine lumine pereo

tuerka
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Mensaje por tuerka » Lun Feb 06, 2006 7:52 pm

Saludos STUKA. Yo he leido el de Antony Beevor, me encanto es un gran libro.
Sobre el tema de la caida de Berlin te aconsejaria que buscases los siguientes titulos:

-"Comenzo en el Vistula" "y termino en el Elba" de Jurgen Thorwald editado por Editorial Caralt. Yo lo tengo en edicion de bolsillo y viene en dos tomos.
Pero creo que tambien se edito en tapa dura en un solo libro.
Es un ensayo sobre los ultimos meses del Reich. El libro comienza desde la ofensiva rusa de Enero del 45 en el Vistula hasta la caida de Berlin.

Luego otro libro que esta muy bien sobre el tema, aunque aún no me lo he leido. Es "Los ultimos Cien dias" de John Toland.

Ambos libros estan descatalogados pero yo te aconsejaria que los buscases por la red porque seguro que das con ellos. Yo los compre hace poco por Internet.

http://www.iberlibro.com.
En esta pagina se suelen encontrar cosas descatalogadas muy bien de precio.

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José Luis
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Mensaje por José Luis » Mié Ago 09, 2006 4:04 am

¡Hola a todos!

Berlín, La caída 1945, página 309 de la edición de Crítica, S. L. Barcelona, 2002, pasaje que comienza después del primer punto y aparte de la página citada:

[El otro general alemán que resultó de vital importancia en la batalla de Berlín fue Helmuth Weidling, comandante del 56º cuerpo blindado. Éste semejaba una versión docta de Erich von Stroheim, aunque con pelo.*

La mañana del 23 de abril, Weidling telefoneó al búnker del Führer para emitir su informe. El general Krebs le respondió "con notable frialdad" y lo puso al corriente de que había sido condenado a muerte. En un alarde de valor moral y físico, se presentó en el búnker de la Cancillería aquella misma tarde. Hitler se mostró impresionado a todas luces, hasta el punto de que decidió convertir en comandante de la defensa de la capital al hombre al que había querido ejecutar por cobardía. Tal como observó el coronel Refior, fue una "tragicomedia" típica del régimen]

El asterisco es mío, y sólo anecdóticamente quiere significar que Beevor se está refiriendo al famoso director de cine de origen vienés, del que podéis ver su filmografía y fotos en:
http://www.imdb.com/name/nm0002233/

Una foto de Weidling aquí, por ejemplo:
http://www.aeronautics.ru/archive/wwii/ ... or_027.htm

La razón por la que he insertado ese texto de Beevor es para refutar parte de su significado. Ya había observado algunas contradicciones entre ese texto y el de Ian Kershaw, pero hoy estoy leyendo las memorias de Siegfried Knappe, y creo que es buen momento para subrayar las discrepancias en la forma del pasaje de Beevor.

En primer lugar, Weidling no telefoneó a Krebs por la sencilla razón de que Weidling había perdido las comunicaciones de su cuartel general. En segundo lugar, Krebs no informó a Weidling de que Hitler lo había sentenciado a muerte, detalle que enfureció a Weidling, según detallaré más adelante. Y tampoco le encargó Hitler en esa noche la defensa de la capital, sino la defensa de una parte de la capital. La defensa de toda la capital sería al día siguiente.

Pero veamos primero lo que cuenta Kershaw en la página 786 de su Hitler 1936-1945 de la edición de Ediciones Península, octubre 2000:

[La noche anterior había llegado al búnker sin anunciarse otro visitante además de Speer: el general Helmuth Weidling, comandante del 56º cuerpo acorazado, incorporado al 9º ejército que estaba luchando en el sureste de Berlín. Se habían cortado las comunicaciones con él la noche del 20 de abril y Hitler había dado la orden de detenerle por deserción. Y, asombrosamente, había vuelto a Berlín y había ido al búnker del Führer para defender su inocencia. Hitler estaba impresionado. A la mañana siguiente, le encomendó la defensa de Berlín, en sustitución del coronel Ernst Kaether, que había desempeñado el cargo durante dos días]

Kershaw se acerca más a los hechos, siempre y cuando concedamos más crédito a Knappe en esta cuestión, pues estuvo allí con Weidling, y mantuvo un diario durante toda la guerra. Veamos el texto de Knappe, que traduzco a continuación:

[Cuando regresé a nuestro cuartel general había llegado un radiomensaje del general Busse (no teníamos conexión por cable) donde se nos comunicaba que debíamos proteger el flanco izquierdo del Noveno Ejército, en una línea desde Königswusterhausen a Rangsdorf, unos veinte kilómetros al sur de Berlín, con nuestro frente mirando al norte. ¡Eso significaba abandonar a Berlín! Así que debíamos dejar la ciudad a su propio destino, lo cual, con las inadecuadas fuerzas disponibles para su defensa, significaría el final de Berlín en unos pocos días. Esta orden indicaba que el general Busse estaba ahora pensando solamente en el Noveno Ejército y que probablemente intentaba romper hacia el oeste para rendirse allí. Su decisión era una decisión lógica, pues intentar defender la ciudad con más de un millón de civiles todavía en ella produciría pérdidas sin sentido. También para nosotros era ésta una perspectiva mucho más confortable que ir a Berlín, que era poco más que un montón de escombros, a conducir allí una lucha sin esperanza.

Habíamos sido arrojados en Berlín sin preverlo o tener una oportunidad para prepararnos, habiendo sido repelidos desde el río Oder en menos de una semana por la ofensiva más prodigiosa de la guerra…..Sus continuos intentos para cercarnos finalmente aislaron nuestro cuerpo del general Busse y el Noveno Ejército a nuestro sur. Finalmente perdimos todo contacto con ellos y desconocíamos cómo estaba la situación. Podíamos ver los tanques ligeros y los camiones rusos a nuestro sur, entre nosotros y el Noveno Ejército. El general Weidling inició las acciones necesarias para cumplir con la orden del general Busse para formar un frente este-oeste que mirara al norte. Luego se volvió a mí.

Knappe, usted conoce Berlín de su estancia en la Kriegsschule Potsdam”, dijo. “Vayamos a ver al general Krebs al cuartel general del Führer y veamos si podemos establecer comunicaciones con el Noveno Ejército desde allí y descubrir cuál es la situación general.”

Von Dufving permaneció en el cuartel general del cuerpo para manejar los asuntos en ausencia de Weidling, que es la función principal de un jefe de estado mayor, y Weidling y yo partimos para la Cancillería del Reich.

(…) Llegando a la Cancillería del Reich sobre las 6:00 p.m., dejamos nuestro coche y conductor para seguir a pie….

(…) Luego entramos finalmente en la antecámara de las oficinas del Jefe del Estado Mayor General del Ejército, general Krebs, y del jefe del Departamento de Personal del Ejército, general Burgdorf. Fuimos anunciados, y el ayudante de Burgdorf, el Oberstleunant Weiss, vino a darnos la bienvenida. Nos condujo a la siguiente habitación, donde nos esperaban Krebs y Burgdorf.

La recepción que el general Weidling recibió de Krebs y Burgdorf parecía reservada y extraña, considerando que los conocía desde hacía años y que había asistido al Colegio del Estado Mayor General con Krebs. Nos invitaron a sentar y nos dieron unos sándwiches y una botella de coñac Hennesey traída para nosotros (en los estados mayores más altos, este tipo de hospitalidad era un procedimiento común para los visitantes que venían del frente). Se habían dirigido brevemente a nosotros cuando Krebs dijo que anunciaría la presencia de Weidling a Hitler y ver si Hitler deseaba hablar con él. Eso era sorprendente, ya que Weidling no había venido a ver a Hitler y no sabía ninguna razón por la que Hitler deseara hablar con él.

Cuando Krebs y Burgdorf salieron de la habitación, Weidling dijo tranquilamente, “Algo va mal. Se están comportando extrañamente.” Después de unos diez minutos, regresó Burgdorf y dijo a Weidling que Hitler deseaba verle. Yo quedé atrás, por supuesto, y hablé con Weiss, Freytag-Loeringhov, y Boldt (ayudantes de Burgdorf y Krebs)…..

Después de que Weidling, Krebs y Burgdorf se hubieran ido hacía unos veinte minutos, Krebs y Burgdorf regresaron. Me ofrecieron coñac y comenzaron a preguntarme sobre nuestra situación en el frente.

Tras unos veinte minutos más regresó Weidling y me dijo que Hitler nos había ordenado venir a Berlín y controlar los frentes oriental y meridional de la ciudad, y que debíamos ponernos en contacto con von Dufving y evitar que llevara a cabo la orden de Busse. Usando el teléfono de Krebs hablé con un operador de teléfono civil que me comunicó con el cuartel general de nuestro cuerpo. Le dije a von Dufving brevemente lo que estaba sucediendo, y luego Weidling le dio órdenes para detener el movimiento norte-sur y preparar, en cambio, a nuestras divisiones para venir a Berlín. Planificamos establecer nuestro cuartel general en el aeropuerto de Tempelhof.

Cuando Weidling y yo quedamos solos nuevamente, Weidling explotó. “¡Qué bastardos son Krebs y Burgforf!”, dijo. “No me advirtieron que Hitler estaba intentado fusilarme por causa de un informe (según el cual) estábamos abandonando Berlín y escapar hacia el oeste. Hitler me dio la bienvenida con las palabras ‘¡Weidling, lo fusilaré!’”.] Siegfried Knappe, Soldat, Reflections of a German soldier, 1936-1949 (Dell Publishing, 1993), páginas 28-32

Sigue comentando Knappe que Weidling explicó a Hitler que estaba actuando bajo las órdenes directas del general Busse, tras lo cual la actitud del Führer hacia Weidling cambió radicalmente. También cuenta Knappe que Weidling cargó su rabia en una botella de cognac que vació completamente, emborrachándose, y teniendo posteriormente un par de anécdotas nada agradables, primero con un mayor general de la Luftwaffe (Schröder) y después con un infante al que faltaba un brazo, a los cuales Weidling abroncó impertinentemente, incapaz de disimular su borrachera.

En fin, que de las declaraciones de un testigo presencial de los hechos (el mayor Knappe) se concluye:

1) Que Weidling no fue al cuartel general del Führer a ver a Hitler (para defender su inocencia, según Kershaw, ante la decisión de Hitler de fusilarlo), sino para ver a Krebs e intentar contactar desde allí con el Noveno Ejército del general Busse.

2) Que Weidling no telefoneó a Krebs antes de dirigirse al cuartel general del Führer, como dice Beevor, pues precisamente Weidling estaba incomunicado.

3) Que Krebs no informó a Weidling en ningún momento antes de que éste hablase con Hitler, sobre la decisión del Führer de detenerlo y liquidarlo.

4) Que el valor moral y físico de Weidling no se demostró con ese falso hecho (ir a ver a Hitler a sabiendas de que éste había ordenado detenerlo y fusilarlo). Weidling era un soldado de pies a cabeza, que pudo simplemente haber cumplido la orden de Busse sin más y salvar con ello su pellejo y el de sus hombres de caer en manos soviéticas. Pero no era idiota, y dudo mucho que, si conociera de antemano las intenciones de Hitler para con él, hubiera ido a su cuartel general.

5) Hitler encargó la defensa de toda la capital a Weidling (con lo que exceptuando los SS de Mohnke, el resto de fuerzas de todo tipo en torno a Berlín quedaban sujetas a Weidling) el 25 de abril, es decir, al día siguiente de que éste viajase al búnker (noche del 24 de abril, según Knappe).

Saludos cordiales
José Luis
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Mensaje por Eckart » Mié Ago 09, 2006 4:17 am

Magnífico trabajo, José Luis.

Un abrazo.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

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Mensaje por jesus2 » Mié Ago 09, 2006 5:35 am

José Luis escribió: ...El general Krebs le respondió "con notable frialdad" y lo puso al corriente de que había sido condenado a muerte...
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...Von Dufving...
Según el libro "Slaughter at Halbe", de Tony le Tissier, el responsable de que Hitler condenara a muerte a Weidling fue von Dufving ( reconocido por el propio von Dufving al propio le Tissier ).

Von Dufving ordenó, por voluntad propia, la retirada a posiciones más alejadas de las unidades de retaguardia del Cuerpo. Pero no las de combate. El informe que originó esta decisión es evidente que fue mal interpretado por algún cuartel general. El resultado es de todos conocidos.

Saludos.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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