Colombia en la SGM

Cuestiones generales relativas a la Segunda Guerra Mundial

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luise
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Colombia en la SGM

Mensaje por luise » Jue Mar 08, 2007 11:53 pm

He encontrado este tema revisando un viejo periodico del principal diario de mi pais, permitiendome copiarlo.

Memorias de la Segunda Guerra Mundial

El pangermanismo de la primera guerra había dejado preparada laopinión para la segunda. El nazismo repugnaba por sus fórmulastotalitarias y puede decirse que el caso en Colombia, como el detoda la América Latina, en materia de opinión popular, estabaresuelto en favor de los aliados en cualquier plebiscito. Se veíacon desconfianza el avance de Hitler en todos los frentes europeosy empezaba a tenerse una información cada vez más alarmante de lasviolencias nazistas.

Otra cosa era la estimación por la colonia alemana y sucomercio, apreciados por su seriedad y la calidad superior de losproductos. La ferretería, la óptica habían ganado un terreno queninguna otra marca extranjera podía disputarles. Además, a losalemanes debíamos reconocerles que fueron pioneros en la aviaciónsuramericana, con la Scadta, una empresa que se adelantó enColombia, en servicios de pasajeros, de carga, de fotografía aérea,posiblemente en el mundo entero, fundando una compañía que era elejemplo para las demás naciones. Tan exacto es esto, que losaviadores de la Scadta pasaron a ser pilotos famosos, una vezdisuelta la empresa, en la segunda guerra mundial.

Tan apegados estábamos de la calidad del alemán como ser humano,que podría vincularse a la civilización colombiana, que López deMesa, en una de sus famosas Utopías, llegó a pensar en formargrupos de inmigrantes alemanes en una diagonal que iría desde LaGuajira hasta Tumaco, pensando que, con el desarrollo del país,había que atenuar el movimiento migratorio del occidentecolombiano, saturado de elemento negroide, corriéndose hacia eloriente, cargado éste de población indígena. En un estudioconfidencial, decía él que unas colonias de alemanes, establecidasen una diagonal que fuera como una talanquera humana, podría servirde parachoque en esta oleada de los dos costados del país. Era unode esos sueños del maestro, que manejaba las ideas másextravagantes, pero que en el fondo da la medida de hasta qué puntohabía una especie de superestimación en el valor del elementoalemán.

Lo que sí tuvo más resonancia fue la aparición del fenómenofascista y quien despertó entusiasmo, en ciertos grupos políticos,fue Mussolini. El aspecto teatral del Duce, que arrastraba lasmuchedumbres italianas, tuvo seguidores de derecha y de izquierdaque quisieron introducir en Colombia métodos fascistas. Los queiban a Roma y veían sus apariciones en el balcón de la Plaza deVenecia no resistían la tentación de repetir el espectáculo enManizales, en Pereira o en Bogotá. Alzate Avendaño hacía losdiscursos mussolinescos y Jorge Eliécer Gaitán llenó el liberalismode fórmulas y gestos copiados directamente del modelo romano.

Caso Scadta
Fueron éstos los puntos débiles en la ideología que sirvió debase a la política de Colombia durante la Segunda Guerra. Al entrarlos americanos en la guerra, empezó a funcionar en la lista negrapara castigar las empresas que apoyaran a los alemanes. En la listaquedó incluido |El Siglo de Bogotá. Era un golpe mortal queel gobierno mismo deploraba, porque no podía ver con buenos ojosque se acabara el periódico de la oposición. Se le negaron alperiódico los despachos de papel, pero Eduardo Santos ordenó que |El Tiempo le cediera todo el que había pedido. No eraciertamente |El Siglo un periódico germanófilo. Laureanohabía pronunciado una conferencia apocalíptica -era su lenguajehabitual- sobre el Führer, recogida luego en |ElCuadrilátero, que podría presentar como certificado de buenaconducta. Para los americanos no resultaba creíble porque, en lacasa de |El Siglo, mantenía sus oficinas la Academia Caro,tertulia de fanáticos de camisas negras, integrada por AlvaroGómez, Guillermo Camacho Montoya, Fandiño Silva, Plata Bermúdez ycuantos más que publicaba la |Revista Colombiana y hacían lasmás temerarias demostraciones con una agresividad en que se jugabanla vida como locos.

Una mañana recibí una llamada, siendo ministro de Educación, dePalacio. El presidente Eduardo Santos me llamaba para mostrarmeunos documentos. Al llegar a Palacio me enseñó una serie defotografías tomadas de una sesión nocturna de la logia nazista quesostenía secretamente el Colegio Alemán. Los estudiantes eraniniciados y prestaban el juramento de fidelidad nazista. Ladocumentación era concluyente, y le pregunté al Presidente: "¿Quépodemos hacer?". "Nada más sencillo -me respondió-. Usted debecerrar el colegio esta misma tarde".

El colegio Alemán era muy estimado por quienes tenían hijos querecibían allí una educación distinguida. Se lustraban los zapatos,se peinaban, se limpiaban las uñas, se abotonaban el saco, estabanpuntuales en sus clases. Daba gusto reconocer la disciplina como laurbanidad de sus modales. Al día siguiente hubo que reacomodar todala población del colegio en los que la recibieron de acuerdo con elMinisterio. Le tocó al presidente Santos resolver en la misma formacitaciones más difíciles. En primer término, lo de la Scadta(Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos). Fue esta compañíauna escuela, en algunas cosas la más avanzada del mundo para sutiempo, que introdujo todos los adelantos de transporte en carga ypasajeros en un terreno de las mayores dificultades para unaaviación que se estrenaba en una geografía endemoniada. En Colombiase formaron pilotos que resultaron notabilísimos cuando se liquidóla compañía y fueron a prestar servicio en su patria durante laguerra. La Scadta transportaba primero en hidroaviones, queacuatizaban en el Magdalena, y luego en los de tipo ordinario queaterrizaban en los potreros, pasajeros y correo y luego, poco apoco, fueron movilizando carga de toda especie. Para loscampamentos de las nacientes perforaciones de petróleo, llevabantodo el material y eran además hospitales aéreos que transportabanlas medicinas y a los enfermos. Llegó un momento en que en Colombiase prestaban por el aire todos los servicios que luego han sidocorrientes en Europa y en Estados Unidos. Entonces eran una novedadcolombiana. Colombo-alemana.

Cuando sobrevino la guerra con el Perú, el presidente OlayaHerrera tuvo una idea genial: la única forma de hacerla, por partede Colombia, era con la aviación. Tal vez fue la primera guerraaérea. Se llevó la tropa, el armamento, y se sostuvo el frente conlos pilotos alemanes que encontraron el entrenamiento necesariopara lucirse luego en la guerra europea. Lo que Colombia nosospechaba era que la escuela quedaba incluida dentro de un vastoplan que incorporaría a Sur América dentro de una guerra que fuerarealmente mundial, según la concepción del Führer. La aviación deBolivia fue otro experimento alemán. En la Argentina y Chile, todolo tenía penetrado la técnica alemana.

El sueño nazista era el de una plataforma aérea que dominaratodos los altiplanos de los Andes para llegar al Canal de Panamá.La Scadta sería básica dentro de esta concepción: teníanfotografiado al milímetro todo el contorno del canal con loselementos más avanzados de fotografía aérea. Al entrar Colombia enla guerra, el presidente Santos en un día terminó la Scadta,canceló la totalidad de los pilotos alemanes, los reemplazó dentrode la nueva compañía -Avianca- por pilotos colombianos y lo que erael lunes vuelos alemanes, pasó a ser el martes vuelos colombianos.No he conocido una decisión más rápida, más limpia y más eficaz enla administración colombiana. No hubo tiempo para una propuesta,para una reacción, para nada.

Injusticia con Latinoamérica
Creo que cuando se hizo el balance final de la guerra y el planMarshall se proyectó para reconstruir el mundo, comenzando porreedificar ciudades enteras de los países causantes del conflicto ycreando estados como el de Israel, se cometió un olvido grave almarginar a la América del Sur y dejarla fuera de todo proyectorestaurador. Es cierto que fue muy pequeña la contribución entropas, en ejércitos suramericanos en los frentes europeos. Unoscuantos batallones de brasileños no alcanzaron a desempeñar unpapel visible. Pero basta pensar en no haberse prestado al juego deHitler sirviéndole, por ejemplo, con una plataforma aérea. Bastapensar -el solo imaginarlo horroriza- que hubiera servido paraasestarle un golpe al Canal de Panamá. Lo que ocurría en Colombiase vio en el resto de América.

Yo estaba en Buenos Aires cuando López de Mesa, como ministro deEduardo Santos, fue a inaugurar la estatua de Santander que seerigió entonces en Buenos Aires. En la visita al presidenteCastillo, éste le dijo: "Mi querido canciller: sobre esto nodebemos equivocarnos. Esta guerra la van a ganar los alemanes ysería una inmensa equivocación apuntarnos al que va a perder".Castillo había subido a la presidencia por la enfermedad delpresidente Ortiz. Pronto vio que las cosas no eran como él pensaba.Berta Singerman enloqueció al pueblo de Buenos Aires recitando enel teatro La Marsellesa. La victoria de los aliados hizo esa nochevibrar hasta las piedras a un Buenos Aires que era el revés de loque pensaba el presidente Castillo.

El plan Marshall, como proyecto para un nuevo orden mundial,correspondía a la idea que se ha formado el mundo del papel que sele ha asignado a Estados Unidos como restaurador universal, queacepta el papel de una responsabilidad indirecta de los descalabrosque otros han cometido. La carga que se echaron encima losamericanos, empezando por reconstruir las naciones causantes de laguerra, es un caso que todavía vemos con asombro. Lo que resultainexplicable es que en el plan general no se hubiera incluidonuestra América, que iba a ser la defensa de la democracia en losaños futuros. La responsabilidad histórica de los estadistaslatinoamericanos está en no haber precisado el papel que estaballamada a desempeñar nuestra América como un nuevo mundo que naciópara ser el de la esperanza de los perseguidos, por quienes, en laSegunda Guerra, estuvieron representados por nazistas yfascistas.

Si en Colombia recluimos en Fusagasugá y en Villeta a losalemanes, japoneses e italianos en quienes vimos posibles agentesdel nazismo y el fascismo y de la causa que podía representar unpeligro para las instituciones democráticas, y con estocontribuimos a destruir una posible arma que trajera a Sur Américael morbo hitleriano, hemos debido valorar esta contribución alhacer el balance de la victoria, al menos para tomar conciencia denuestra propia actitud. Para darle el sentido que tuvo a lacreación de Avianca. Que pudo quedar convertida en una simplefilial de la Panamerican y que, por la vigilante intervención delgobierno de Santos, tomó el carácter tan colombiano que ha tenidohasta hoy. Pero, fuera de esa ganancia, ni Colombia, ni la AméricaLatina participaron un una proporción justa del plan mundial de laliquidación de la guerra.


|El Tiempo, "Lecturas Dominicales", Santa Fe deBogotá,
30 de abril de 1995, pp. 10-11.

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Jorge Romo Perez
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Mensaje por Jorge Romo Perez » Mié Mar 14, 2007 9:37 pm

Hola Louise, respecto a los ultimos pàrrafos de tu comentario:
Efectivamente es un error muy generalizado la simple apreciación de pensar que la participación de los países del Continente Americano en este conflicto se circunscribió exclusivamente a la de los Estados Unidos de Norteamérica y sus tropas, pero completamente entendible dados los 60 años de películas, libros publicidad y otros elementos que lo han manejado tendenciosa y masivamente de esta forma.
Si bien es cierto –y que en lo personal creo que es justo- el que las naciones vencedoras que sufrieron mayor numero de perdidas de vidas humanas bajo su bandera, tengan derecho de veto en los convenios de posguerra, la realidad es que al igual que los Afro americanos, y nativos, la participación de los latinoamericanos en este conflicto de alguna u otra forma se ha demeritado en su justa medida.
Y es que cabe recordar el ejercito de trabajadores latinoamericanos que, – al igual que las mujeres- cubrieron los puestos vacantes que dejaron los soldados al partir al frente de batalla en los EUA, También el petróleo y gas, el caucho brasileño, las fibras naturales centroamericanas, la carne y cereales argentinos, el hierro, el cobre, el zinc, y otras materias primas que se extrajeron de todos estos países y que permitieron mantener el esfuerzo bélico en niveles inimaginables e inalcanzables para el Eje.
La supresión de las redes de espionaje externas que buscaban sabotear la industria norteamericana permitió trabajar a estas empresas al 100% sin interferencias en su País.
Y porque no considerar la cuota de sangre. La participación de pequeños contingentes, p.ej brasileños o mexicanos bajo bandera propia en el conflicto fue meramente simbólica. Sin embargo esta bien documentada la participación de ingentes cantidades de latinos dentro del ejercito norteamericano, aun en conflictos actuales. Basta ver cualquier película del género, en donde casi por regla, más de algún elemento del pelotón, interpreta este origen, aunque tristemente, no siempre presentados de forma muy decorosa, cabe hacer mención.
Por otra parte, antes, durante y después del conflicto, América toda sirvió de cobijo a multitudes de personas que lamentablemente sufrieron las consecuencias de la guerra en sus propios países, sin distinción de bandos, y donde se brindo para ellos una nueva oportunidad de recomenzar su vida.
En lo personal para mi sería suficiente el que este esfuerzo y participación, de Colombia en particular y de toda América latina en general, fuera reconocido de alguna u otra forma en su justa medida por la historia, que es a final de cuentas el mejor juez.
"Cuando regreses a casa, dile a tus hijos, que a cambio de su futuro, ofrendamos nuestro presente".
John Maxwell Edmonds (1875 -1958) inscrito en el Kohima 2nd Division Memorial
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Shindler
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Mensaje por Shindler » Jue Mar 15, 2007 3:59 pm

Hola, podrán encontrar mas informacion sobre Los Países Aliados en;

viewforum.php?f=40

Y estimado luise, no me queda claro el topic, primeramente cuida la escritura (creo que tienes problemas con la barra espaciadora) y es segundo lugar no distingo lo que son tus opiniones de la recopilación del diario colombiano que mencionas que por cierto ¿de que diario se trata?

Gracias por estar
"La esclavitud crece sin medida cuando se le da apariencia de libertad."
Ernst Jünger

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