Por supuesto, no llegó a suceder, pero así lo relata Philippe Burrin en su libro "Francia bajo la ocupación nazi" ("La France à l´heure allemande")
"El 5 de enero de 1942, Hitler mantiene una extensa conversación con el embajador alemán en París, Abetz, escuchando atentamente sus palabras sobre las ventajas que comportaría una colaboración militar y barajando la posibilidad de un tratado de paz con Francia, en el caso de que ésta declarara la guerra a las potencias anglosajonas. En sus palabras se nota claramente la fuerza de sus dudas"
"Abetz se esfuerza por demostrar las buenas intenciones de Vichy y por lograr que su jefe acabe cediendo. El 9 de enero Abetz pregunta al gobierno francés si Francia está dispuesta a luchar del lado de Alemania a cambio de un tratado de paz. Tres días después comunica a Berlín que el Consejo de Ministros, tras una clarificación de las cuestiones políticas, ha decidido por unanimidad declarar la guerra a Gran Bretaña y a los Estados Unidos. En realidad, no hubo ni deliberación del Consejo de Ministros ni toma de posición sobre una alianza incondicional. La cuestión fue discutida en un pequeño comité, en presencia de Petain y Darlan, entre otros. El mariscal Petain, en continuo estado de alerta, pretendía eludir la decisión que de él se esperaba. Pero los ministros presentes defendieron la necesidad de dar una respuesta positiva para ver qué podía ofrecerles Alemania. Darlan dijo que sería una locura no negociar porque supondría "renunciar a todo lo ganado hasta ahora"
"El mariscal se dejó convencer, pero pidió que se precisara que la participación de Francia se haría por etapas, a medida que se produjera su reforzamiento militar. En ningún caso, como ya había dicho el pasado mes de julio, quería una movilización general; a lo sumo, la movilización del ejército del armisticio que podría completarse con profesionales y voluntarios. Darlan viajó a París en busca de la invitación de Hitler, regresando unos días después con las manos vacías. Hitler volvía a desconfiar y a obsesionarse: no quería parecer débil. En Libia, Rommel lograba restablecerse, por lo que la ayuda francesa ya no parecía tan urgente. El ejército alemán preparaba su ofensiva de primavera, que debía acabar con el enemigo soviético. Ya habría tiempo para retomar las conversaciones"
Voy a incluir un topic sobre el libro de Burrin en "Biblioteca", ya que me parece que aún no se ha mencionado y es relativamente reciente.
Declaración de guerra de Francia a EEUU
Moderador: Francis Currey
´Vichy rompió relaciones con GB en julio del 40 y estuvo bastante cerca de declararle la guerra. Muchos de los miembros del gobierno que acompañaban a Pétain eran anglófobos, y más después del ataque naval de Mers el- Kebir, pero en cuanto a los EEUU creo sinceramente que Pétain no estaba tan senil como para pensar en declarar la guerra a los norteamericanos. De todas formas habrá que leer el libro de Philippe Burrin para ver si nos aclara algo más este punto.
Un saludo.
Un saludo.
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.
Winston Churchill a Chamberlain.
Winston Churchill a Chamberlain.
Es curioso, tan sólo hacia año y medio una Francia deseperada, con Pétain de viceministro, intentaba por todos los medios que los EEUU acudieran en su ayuda, y ahora(enero del 42) estaba debatiendose la beligerancia contra los mismos EEUU. Las vueltas que puede dar la vida.
Un saludo.
Un saludo.
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.
Winston Churchill a Chamberlain.
Winston Churchill a Chamberlain.
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maximus
"Un certain Philippe Petain" libro de 1966, obra del periodista Pierre Bourget pretende ser un libro ecuánime sobre el controvertido mariscal francés, aunque en realidad es elogioso para la actitud de éste durante la ocupación: el interés por encima de todo de Petain era ahorrar sufrimientos al pueblo francés, respetó la legalidad todo lo que pudo, nunca estuvo seguro de la victoria nazi y detestaba a Hitler.
Quizá por eso es más valioso cuando demuestra en buena parte lo contrario. Sobre todo, con respecto al asunto capital del que todo dependía: la colaboración militar entre una Francia políticamente reaccionaria y la Alemania nazi.
En un principio, Petain se niega a una alianza militar en la entrevista de Montoire con Hitler el 24 de octubre de 1940, poco después de la famosa entrevista (famosa en España) Franco-Hitler. En esta entrevista, Hitler tampoco ofreció nada a Petain, como tampoco había ofrecido nada a Franco. Ambos parecieron quedar conformes con la promesa de "colaboración". En este momento, Hitler prepara la invasión de Rusia, tema que acabará resolviéndolo todo.
El 30 de octubre, tras la entrevista de Montoire, Petain habla por la radio y declara lo siguiente:
Ha sido aceptada una colaboración entre nuestros dos países. Yo he aceptado en principio. Las modalidades serán discutidas ulteriormente"
Las cosas se complican en la primavera de 1941, cuando Hitler se ve obligado, por las torpezas italianas, a intervenir en el Mediterráneo (Libia y los Balcanes).
El 3 de mayo de 1941, el embajador alemán Abetz obtiene del almirante Darlan el consentimiento para que los aviones alemanes hagan escala en los aeródromos sirios. Esto era con motivo de la fracasada intentona nazi de establecer un gobierno pro-alemán en Irak.
El 28 de mayo, Abetz y Darlan firman un protocolo que consagra la ayuda efectiva que aportarán los franceses en apoyo de los irakíes pro-Eje (ya habían sido prácticamente derrotados en esa fecha) y, sobre todo, en apoyo de Rommel en el norte de África (particularmente, el puerto de Bizerta, en Túnez).
Estas cesiones de Darlan llevan a una reacción contraria por parte de otros jefazos de Vichy (particularmente el general Weygand). Según el tendencioso monsieur Bourget
La colaboración militar francesa deberá ser pagada demasiado cara por Hitler; se exagera el precio para ocultar el deseo de no vender
Petain y sus colaboradores redactan un escrito con las reivindicaciones de Francia que entregan en julio de 1941 a los alemanes.
Estas reivindicaciones no son, sin embargo, disparatadas: suponen, simplemente, lo que era el objetivo real de Petain: que Francia recupere su estatus de potencia europea y colonial. Algo que Hitler no desea ni le preocupa en este período de tiempo, ya que todo está pendiente de obtener una rápida victoria sobre Rusia.
El 1 de diciembre de 1941, Petain se entrevista con Hermann Goering en Saint-Florentin. De nuevo Petain presenta las reivindicaciones... y está dispuesto a la colaboración armada con el Reich. Según las fuentes de Pierre Bourget:
El jefe del Estado insiste sobre la necesidad de seducir a la opinión pública francesa ofreciéndole compensaciones suficientemente sustanciales como para que pueda aceptar la colaboración armada
Naturalmente, Goering no hace concesiones. El planteamiento alemán es "primero colaboración armada, y luego ya veremos". Esto demuestra, por otra parte, el desinterés -afortunadamente ciego y estúpido- de los jerarcas nazis por el Mediterráneo, en un momento en el que la victoria en Rusia al primer golpe ya se ha escapado.
Diez días después, Estados Unidos ha entrado en guerra, y el embajador estadounidense en Vichy, almirante Lehay, se entrevista con Petain. He aquí lo que declara el mariscal:
Francia desea permanecer neutral y evitar toda ruptura en sus relaciones con Estados Unidos, pero seríamos impotentes ante un ultimátum alemán...
Semanas después debe producirse el muy verosímil episodio que narra el profesor Burrin en su libro, indicado al principio de este topic.
Hitler actuó de forma en extremo indolente y supersticiosa en el asunto Petain. En la práctica, lo que los franceses querían era que Francia reemplazara a Italia como "segunda potencia" europea. Algo que a primeros de 1942 era de lo más lógico, ya que primaba el interés militar y los franceses hubieran sido unos aliados mucho más valiosos que los desastrosos italianos.
Una Francia en armas, pero según las condiciones que el mismo Petain pide (con un ejército de tierra limitado a voluntarios), hubiera supuesto una ayuda enorme, casi con seguridad decisiva, al esfuerzo bélico alemán, y no hubiera supuesto, por contra, ninguna amenaza a la seguridad del Reich. Ni el desembarco angloamericano en Marruecos, ni la derrota de Rommel, ni el desembarco en Normandía hubieran podido tener éxito de haber entrado Francia en la guerra del lado alemán a primeros de 1942. Y muy probablemente tampoco la derrota de Stalingrado en Rusia, aunque ésa es otra historia...
Quizá por eso es más valioso cuando demuestra en buena parte lo contrario. Sobre todo, con respecto al asunto capital del que todo dependía: la colaboración militar entre una Francia políticamente reaccionaria y la Alemania nazi.
En un principio, Petain se niega a una alianza militar en la entrevista de Montoire con Hitler el 24 de octubre de 1940, poco después de la famosa entrevista (famosa en España) Franco-Hitler. En esta entrevista, Hitler tampoco ofreció nada a Petain, como tampoco había ofrecido nada a Franco. Ambos parecieron quedar conformes con la promesa de "colaboración". En este momento, Hitler prepara la invasión de Rusia, tema que acabará resolviéndolo todo.
El 30 de octubre, tras la entrevista de Montoire, Petain habla por la radio y declara lo siguiente:
Ha sido aceptada una colaboración entre nuestros dos países. Yo he aceptado en principio. Las modalidades serán discutidas ulteriormente"
Las cosas se complican en la primavera de 1941, cuando Hitler se ve obligado, por las torpezas italianas, a intervenir en el Mediterráneo (Libia y los Balcanes).
El 3 de mayo de 1941, el embajador alemán Abetz obtiene del almirante Darlan el consentimiento para que los aviones alemanes hagan escala en los aeródromos sirios. Esto era con motivo de la fracasada intentona nazi de establecer un gobierno pro-alemán en Irak.
El 28 de mayo, Abetz y Darlan firman un protocolo que consagra la ayuda efectiva que aportarán los franceses en apoyo de los irakíes pro-Eje (ya habían sido prácticamente derrotados en esa fecha) y, sobre todo, en apoyo de Rommel en el norte de África (particularmente, el puerto de Bizerta, en Túnez).
Estas cesiones de Darlan llevan a una reacción contraria por parte de otros jefazos de Vichy (particularmente el general Weygand). Según el tendencioso monsieur Bourget
La colaboración militar francesa deberá ser pagada demasiado cara por Hitler; se exagera el precio para ocultar el deseo de no vender
Petain y sus colaboradores redactan un escrito con las reivindicaciones de Francia que entregan en julio de 1941 a los alemanes.
Estas reivindicaciones no son, sin embargo, disparatadas: suponen, simplemente, lo que era el objetivo real de Petain: que Francia recupere su estatus de potencia europea y colonial. Algo que Hitler no desea ni le preocupa en este período de tiempo, ya que todo está pendiente de obtener una rápida victoria sobre Rusia.
El 1 de diciembre de 1941, Petain se entrevista con Hermann Goering en Saint-Florentin. De nuevo Petain presenta las reivindicaciones... y está dispuesto a la colaboración armada con el Reich. Según las fuentes de Pierre Bourget:
El jefe del Estado insiste sobre la necesidad de seducir a la opinión pública francesa ofreciéndole compensaciones suficientemente sustanciales como para que pueda aceptar la colaboración armada
Naturalmente, Goering no hace concesiones. El planteamiento alemán es "primero colaboración armada, y luego ya veremos". Esto demuestra, por otra parte, el desinterés -afortunadamente ciego y estúpido- de los jerarcas nazis por el Mediterráneo, en un momento en el que la victoria en Rusia al primer golpe ya se ha escapado.
Diez días después, Estados Unidos ha entrado en guerra, y el embajador estadounidense en Vichy, almirante Lehay, se entrevista con Petain. He aquí lo que declara el mariscal:
Francia desea permanecer neutral y evitar toda ruptura en sus relaciones con Estados Unidos, pero seríamos impotentes ante un ultimátum alemán...
Semanas después debe producirse el muy verosímil episodio que narra el profesor Burrin en su libro, indicado al principio de este topic.
Hitler actuó de forma en extremo indolente y supersticiosa en el asunto Petain. En la práctica, lo que los franceses querían era que Francia reemplazara a Italia como "segunda potencia" europea. Algo que a primeros de 1942 era de lo más lógico, ya que primaba el interés militar y los franceses hubieran sido unos aliados mucho más valiosos que los desastrosos italianos.
Una Francia en armas, pero según las condiciones que el mismo Petain pide (con un ejército de tierra limitado a voluntarios), hubiera supuesto una ayuda enorme, casi con seguridad decisiva, al esfuerzo bélico alemán, y no hubiera supuesto, por contra, ninguna amenaza a la seguridad del Reich. Ni el desembarco angloamericano en Marruecos, ni la derrota de Rommel, ni el desembarco en Normandía hubieran podido tener éxito de haber entrado Francia en la guerra del lado alemán a primeros de 1942. Y muy probablemente tampoco la derrota de Stalingrado en Rusia, aunque ésa es otra historia...
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