¡Hola a todos!
Chepicoro escribió:
Por supuesto que no he leído el libro de Weinberg, pero ya decía yo que el título del capítulo se lo había inventado y da una idea muy distinta del título original.
Pues lo cierto es que la firmeza de tus afirmaciones me hicieron pensar lo contrario, aunque de las mismas se evidenciaba que no lo habías leído, al menos en su totalidad. Ahora debo decirte que Weinberg no inventa nada en el sentido que tú sigues afirmando. Te explico: el documento original de Hitler no tiene títulos, esto es que los capítulos sólo van separados por líneas. Weinberg, tanto en la primera edición del Second Book alemana de 1961, como en esta citada de Enigma Books de 2006, tituló los capítulos para dar una idea al lector de su contenido. Los títulos de los capítulos que tú has leído en la versión pdf que has enlazado en su momento, también son un añadido, sólo que ahí no se especifica esta adición, como sí hace Weinberg en la edición de Enigma.
Espero, pues, que este punto quede aclarado.
Chepicoro escribió:
Y leyendo el libro en cuestión, sigo sin ver donde escribe Hitler que pretende conquistar al mundo y esclavizarnos a todos. Más bien es una interpretación tuya o tal vez de Weinberg.
Vamos a ver, un poco de rigor. En primer lugar, yo escribí que Hitler “pretendía esclavizar, cuando no exterminar, a buena parte del mundo, dejando el resto como puro vasallaje”. Esta frase, por supuesto, que no la escribió Hitler ni en su
Segundo Libro ni en su
Mi Lucha. Es una conclusión mía después de leer, en el
Segundo Libro, cuál era el objetivo final al que aspiraba Hitler (convertir a Alemania en la potencia hegemónica mundial), y teniendo en cuenta lo escrito en
Mi Lucha. ¿Es mi conclusión lógica y sólida? Estoy convencido. Pondré unos ejemplos.
En ninguna página de
Mi Lucha (ni del
Segundo Libro), que yo recuerde, escribió Hitler que estaba decidido a exterminar a los judíos de Europa. Casi siempre que se refería a los judíos en
Mi Lucha, aludía a los judíos de Alemania. Pero lo cierto es que, una vez ya en guerra, Hitler decidió, aunque el proceso fue paulatino, exterminar a todos los judíos de la Europa conquistada u ocupada. Otro ejemplo: en ninguna página, que yo recuerde ahora, de ambos libros dijo Hitler que iba a exterminar a buena parte de los pueblos eslavos; pero, con la guerra, lo hizo (y no tanto como quería porque el desarrollo de la guerra contra la URSS no fue como esperaba). Ni tampoco dijo en esas obras que iba a ocupar, avasallar y explotar, como lo hizo luego en realidad, a varios países y pueblos de la Europa occidental.
Con su meta de dominar el mundo, una vez que tuviera que enfrentarse con los Estados Unidos de América (y esto está específicamente claro en el
Segundo Libro, como ya he demostrado en las citas que puse más arriba, y se puede comprobar en el desarrollo de ese capítulo), es evidente, y de ahí mi conclusión, que Hitler iba a actuar de forma similar a como lo hizo en la Europa que conquistó u ocupó: exterminio de los judíos y otros grupos “indeseables”, explotación y vasallaje del resto, etc. Este proceder y métodos, como se demostró en Europa, estaba en el ADN de la política racial nazi.
Chepicoro escribió:
Estoy consciente de las tendencias de Basil H. Liddell Hart, pero aun así, ya que vivió la guerra y pudo entrevistar a buena parte de los participantes, me parece no sólo una fuente importante sino imprescindible. Ahora bien, dije que su juicio en este caso me parecía objetivo y lo cité, nunca dije que siempre fuera objetivo como historiador.
Chepicoro
a mi me parece un juicio objetivo.
Si tu José Luis interpretaste esto...
Después de lo que he tenido que leer y responder aquí, que se me ponga a Liddell-Hart como historiador objetivo (y no me refiero a la cita), es prueba ya definitiva de que no se sabe de lo que se habla.
Si gustas tratar de atacar la fuente e ignorar la cita, francamente me parece mala fe de tu parte y un intento bastante burdo de descalificar a la otra parte del debate como "ignorante", cuando para empezar el considerar cual es el mayor error de Hitler, es algo muy subjetivo y depende del criterio de cada quién, yo he argumentado mi posición y la he respaldado con dos historiadores Liddell Hart y Dr. A. Roberts.
No me verás jamás atacar una fuente (salvo en el caso de que se me ponga como fuente un negacionista del Holocausto, por ejemplo como Irving, en un debate sobre el Holocausto, o casos similares en otros temas) sin que antes haya demostrado que lo que dice o defiende es falso, manipulado, sesgado, etc., intencionadamente. En el foro, ya hace años, he demostrado este proceder en bastantes ocasiones. Y también lo he demostrado, en varios hilos, en el caso de Liddell-Hart.
Ahora, mi desdén por Liddel-Hart, en el caso que nos ocupa, no viene motivado por el autor en sí, sino que tiene su motivo principal en que, consciente o inconsciente por tu parte, tras poner en tela de juicio la objetividad de Weinberg en su edición del
Second Book, sin base para hacerlo, traes a colación a continuación la cita de un historiador militar manipulador, deshonesto y corrupto como Liddell-Hart. Me pareció irónico el contraste; de ahí mi respuesta.
Chepicoro escribió:
Chepicoro
Me sigue pareciendo muy simplista y un error la interpretación, el considerar a Hitler tonto y loco, porque basta con revisar alguna publicación de la época para ver que se le veía de forma muy distinta al menos durante su ascenso y mientras iba ganando la guerra. Que no se interprete esto como que estoy diciendo que Hitler era un genio, ver la cita de Liddell Hart de mi post anterior.
Te agradecería, por favor, que me digas en qué parte de mis intervenciones anteriores he calificado de loco a Hitler en el sentido legal del término. Y lo mismo con lo de “tonto”. Hice buena distinción entre la acepción legal de locura, que Hitler jamás padeció, y dije que la meta final de Hitler era el delirio de un criminal, una locura criminal. Salvo que se desee calificar de modo contrario a alguien que, como Hitler, condenó al pueblo que decía amar a la destrucción y la muerte, y lo condenó “sin derramar una sola lágrima”, según sus propias palabras.
Finalmente, yo sólo juzgo a los historiadores por el rigor académico en su metodología y la honestidad intelectual que demuestran en sus obras. Sólo cuando observo que hay carencias en esos dos sentidos, o simplemente están ausentes, entonces intento ahondar en el personaje y ver si lo que justifica esas carencias o ausencias es una agenda política previa y/o unos prejuicios incompatibles con la profesión del historiador.
En cuanto a tu último post, mejor no lo comento pues se comenta a sí mismo.
Con ello pongo punto y final a esta deriva, ya casi injustificable, y me disculpo, ante los lectores, en la parte que me toca.
Saludos cordiales
JL