¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Organización y despliegue de las fuerzas aéreas. Aviones de combate

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Eriol » Vie May 01, 2009 6:59 pm

aunque moscu fuuera una parte importante de la industria sovietica y esta estuviera al alcanze de los ataques aereos alemanes dudo mucho que alemania hubiera podido emprender una campaña lo suficientemente larga e intensa como para causar daños serios a la produccion industrial.
¿que opinas sobre esto?
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Lun May 04, 2009 8:03 pm

Eriol escribió:aunque moscu fuuera una parte importante de la industria sovietica y esta estuviera al alcanze de los ataques aereos alemanes dudo mucho que alemania hubiera podido emprender una campaña lo suficientemente larga e intensa como para causar daños serios a la produccion industrial.
¿que opinas sobre esto?
Estimado Eriol, efectivamente la escasez de efectivos así como la debilidad de la Luftwaffe fueron los motivos principales pero no únicos para emprender una campaña intensa sobre la producción industrial soviética.

No quiero adelantarme porque no he terminado la exposición, pero la tesis es que la Luftwaffe podría haber hecho un daño desproporcionado a los efectivos empleados debido a la concentración de objetivos y a la debilidad de la defensa antiaérea soviética. Y quiero hacer una anotación interesante: incluso en fechas tan tardías como enero-mayo de 1944 la Luftwaffe desperdició varios cientos de bombarderos -y sus tripulaciones- en la operación Steinbock, una operación a todas luces absurda e inspirada sólo por afán propagandístico y de prestigio. Esta fue la operación donde se bombardearon ciudades inglesas en vez de reservar la fuerza con vistas al futuro desembarco en Europa.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Lun May 11, 2009 2:04 am

La primavera de 1943 fue en rigor la pausa operacional más larga de toda la guerra en el Frente Oriental. El Stavka aguardaba acontecimientos mientras fortificaba en profundidad el saliente de Kursk y acumulaba una vasta reserva estratégica, el Frente de la Estepa. Sus oponentes alemanes se recuperaban de las pérdidas del invierno de 1943 y preparaban para la operación Zitadelle, el intento alemán de cercar y destruir a los ejércitos soviéticos en el saliente de Kursk. Durante este período se iba a producir prácticamente el único intento serio de ofensiva estratégica aérea alemana de toda la guerra.

La Wehrmacht seguía pidiendo a la Luftwaffe ataques a la industria bélica soviética, en especial a la de carros de combate. El Fliegerkorps IV queda asignado para esta tarea aunque ya veremos que se mezclarían misiones de guerra estratégica aérea con misiones de intercepción e incluso misiones de lanzamiento de octavillas. Se seguía sin una estrategia clara sobre la estrategia a seguir y además se padecía las interferencias continuas de Hitler que quería una reserva de bombarderos –incluídos los He-177 que poco a poco iban superando sus problemas de desarrollo- para lanzar ataques de represalia contra Gran Bretaña. Tras una serie de ataques sobre objetivos no estrictamente estratégicos, como el centro ferroviario de Kursk el 2 de junio de 1943 con 164 aparatos, entre el 4 y el 22 de junio comienza la ofensiva estratégica propiamente dicha con un total de 993 salidas y arrojando 1.538 t de bombas. De ellas la mayoría fueron arrojadas sobre la gran planta ZIM de Gorki, especializada en la fabricación de tanques ligeros, 324 t sobre la planta de caucho sintético en Iaroslavl y 181 t sobre la refinería de Iaroslavl. La planta de carros T-34 en Gorki no fue atacada. Como consecuencia de estos ataques sobre la factoría ZIM se sufrieron graves destrozos y la producción de carros ligeros disminuyó. También los otros objetivos sufrieron daños aunque los propios alemanes reconocían que los daños no podían ser muy considerables y sobre todo no podían tener un efecto duradero en la economía enemiga sin una continuación de la ofensiva.

Con el comienzo de la ofensiva alemana en Kursk estas fuerzas aéreas alemanas son reenviadas a sus acostumbradas misiones de apoyo a tierra y hostigamiento de fuerzas soviéticas en el frente. La Luftwaffe interrumpe prácticamente sus operaciones de ataque estratégico.

Es interesante no obstante que la Luftwaffe sufrió un porcentaje de bajas muy pequeño en el curso de estos ataques: del total del millar de salidas tan sólo se perdieron 6 aparatos lo que venía a demostrar la debilidad de las defensas antiaéreas soviéticas y sus dificultades técnicas para realizar una defensa nocturna eficaz.

Mientras las tremendas batallas en el centro y sur de Rusia seguían su desarrollo durante el verano y con la Luftwaffe sometida a una tremenda presión y dedicada a prestar el máximo apoyo a la Wehrmacht en su lucha desesperada, Speer volvió a la carga y logró que se creara una comisión integrada por representantes suyos que esbozaran los objetivos a atacar. Se había llegado al convencimiento que la Luftwaffe no tenía posibilidades de lanzar una ofensiva prolongada e intensa y que por tanto se debía atacar unos objetivos muy concretos que lograra unos resultados muy superiores a los pocos efectivos comprometidos.

Se decidió que por cuestiones de cercanía geográfica e influencia en la economía económica la región a atacar era la que denominaremos como MUV, siguiendo su denominación anglosajona. A grandes rasgos la MUV, era la Moscow-Upper Volga Region o sea la región de Moscú y el alto Volga. En la práctica se acotó un triángulo cuyos vértices eran Tula, Rybinsk y Gorki y que englobaba la zona del gran Moscú.

Imagen



En concreto lo que se planeaba era el ataque a las centrales energéticas de la zona, en particular muchas de las presas hidroeléctricas del Volga y sus afluentes en la zona. Privadas de energía eléctrica muchas de las industrias sufrirían una bajada drástica en su producción sin necesidad de atacarlas directamente. En esta decisión influía no cabe duda los primeros ataques británicos sobre presas del oeste de Alemania y que habían levantado la preocupación de los dirigentes del Reich. Sin embargo, la interconexión de redes o mallas eléctricas hizo que no se produjera ningún desastre en la más electrificada Alemania. Este no era el caso en la Unión Soviética que no contaba con una red nacional sino un conjunto de mallas sin interconexión. Además como sabían los expertos en energía eléctrica que había reclutado Speer, la reparación de las redes de distribución, transformadores y sobre todo centros de generación suponía un esfuerzo de meses de trabajo. Se planificaba el ataque a unas 23 centrales junto con ataques a unos 20 plantas de transformadores que debían de eliminar casi el 80% de la capacidad de generación y distribución de electricidad de la región MUV.

Ya hemos visto que la zona industrial de Moscú seguía siendo fundamental en el esfuerzo bélico soviético. A pesar de su cercanía al frente alemán los soviéticos no habían mostrado timidez alguna en seguir con el esfuerzo productivo e incluso de aumentar la capacidad industrial en algunos sectores. La pregunta que surge es, ¿ por qué esta confianza de los soviéticos a pesar de la cercanía de la Luftwaffe en vez de evacuar toda la producción a las profundidades de los Urales ? Hay varias explicaciones que evidencian que incluso los líderes de la Unión Soviética sufrían una serie de limitaciones de opciones y de decisión: una de las razones era que una evacuación total hubiera supuesto una bajada grave de producción durante los meses en que se realizara, incluso los soviéticos no podían permitirse tener una gran parte de su capacidad industrial paralizada durante los vitales meses de la primera parte de la guerra. La segunda razón era la relativa abundancia de recursos energéticos en la zona, algo de hulla, lignito y numerosas centrales hidroeléctricas. Es evidente que el transferir más industria a las regiones más alejadas del frente sólo contribuiría a aumentar la escasez de recursos energéticos. Las minas, centrales hidroeléctricas no se improvisan en unos meses…

La inteligencia aérea de la Luftwaffe no obstante seguía su trabajo al margen de la comisión Steinmann y seguía promoviendo el ataque directo a la industria aeronáutica y de carros de combate. De hecho intentó desacreditar las conclusiones de la comisión Steinmann afirmando que serían necesarios bastantes ataques de precisión para destruir los objetivos descritos.

Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.

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Mensaje por Eriol » Jue May 14, 2009 9:06 pm

Mui interesante.Se llegaron a atacar las centrales?Espero la continuacion!
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Mié May 20, 2009 11:35 pm

Entretanto había comenzado la batalla de Kursk y los bombarderos alemanes fueron dirigidos en su papel habitual de artillería volante y apoyo a la Wehrmacht. Los efectivos de la Luftwaffe no daban para mas, no obstante Speer y sus técnicos se quejaban de que no se podía esperar resultados tangibles sin una ofensiva estratégica aérea continuada incluso con efectivos reducidos. Como de costumbre la Luftwaffe se encontró ante un esfuerzo que comenzaba a exigir un esfuerzo superior a sus medios y a una oposición aérea por parte de la VVS sin precendentes. Así como en anteriores campañas la Luftwaffe no tenía problema en conseguir la superioridad aérea local, en el verano de 1943 se encontraba con una oposición que la forzaba a un desgaste fuera de lo común en anteriores campañas. Por si fuera poco, la fallida operación Zitadelle dió paso no a una pausa operacional sino a una serie de ofensivas estratégicas soviéticas por todo el sector sur y central del Frente Oriental. La Luftwaffe se tuvo que empeñar a fondo para evitar por ejemplo el cerco del saliente alemán en Orel. Aunque se tuvo éxito en evitar el desastre operacional y en infringir unas tremendas bajas al Ejército Rojo, no hubo ni un momento de respiro en todo el verano y hasta el comienzo del otoño para proseguir la incipiente ofensiva aérea comenzada en junio de 1943.

La Luftwaffe seguía proponiendo el ataque a la industria aeronáutica soviética, en especial a la fabricación de motores de aviación. Se argüía que la destrucción de la fabricación de motores de aviación soviéticos podría ser definitiva al no ser reemplazables por los suministros de motores angloamericanos. Sin embargo la misma Luftwaffe reconocía que de la producción de motores de aviación estimada en unos 4.750 motores mensuales, tan sólo un 10% estaba bajo el alcance de los bombarderos alemanes en el verano de 1943. Veamos como estaba distribuída la estimación de la fabricación de motores aeronáuticos en la URSS según la inteligencia alemana:

1.400 Ufa
1.200 Kuibishev
600 Kazán
500 Moscú-Gorki (la única zona bajo el alcance de la Luftwaffe)
750 Molotov
300 Omsk

En realidad la propia Luftwaffe reconocía la futilidad de iniciar una ofensiva de bombardeo estratégico sobre la industria aeronáutica enemiga.

Quizás por esta razón, la tesis de Speer y sus técnicos de concentrarse en la destrucción de unos pocos objetivos que pudieran dar al traste con gran parte de la industria soviética, empezó a ganar ascendente entre los diversos puntos de vista en el alto mando. Al intento de la inteligencia de la Luftwaffe de desprestigiar estos ataques selectivos se oponían los resultados de los ataques británicos a las presas del Moehne en Alemania Occidental. Se argüía por tanto que unos ataques cuidadosamente preparados y con tripulaciones entrenadas ocasionaría unos daños fuera de toda proporción a la generación de energía eléctrica soviética y por tanto a la industria bélica. Tras el suicidio de Jeschonnek y el nombramiento de un nuevo jefe de estado mayor de operaciones de la Luftwaffe, el general Koller, en septiembre de 1943 propició que el nuevo mando tuviera mas “oídos” para la nueva estrategia de las comisiones técnicas de Speer. Como de costumbre el proceso bizantino de toma de decisiones en las altas esferas del poder se veía embarullado por las decisiones del propio Hitler. Este había decidido dedicar los nuevos He-177 que trabajosamente iban convirtiéndose en bombarderos operativos al Atlántico para ser usados en ataques de represalia contra Gran Bretaña. Mientras el Frente Oriental retrocedía inoxerablemente hacia el oeste debido a las ofensivas soviéticas, un coronel, Werner Baumbach, fue nombrado general de la Aviación de Bombarderos, con unos cometidos bastante nebulosos, entre los que se incluían cargos de responsabilidad en el KG 200, una unidad mixta de bombarderos de largo alcance y armas nuevas tales como los misiles teledirigidos Fritz-X y montajes Mistel. Estos montajes Mistel eran básicamente una gigantesca bomba volante con motores guiada por otros aviones. Baumbach por otra parte tenía mucho interés en la nueva estrategia y propuso el empleo de estas armas contra los objetivos del MUV en especial varias centrales hidroeléctricas en diques clave cuya destrucción no sólo disminuiría la generación de energía eléctrica sino que dificultaría enormemente el tráfico fluvial por el Volga y en el canal Moskva-Volga. Se proponía además un nuevo tipo de ataque donde las bombas guiadas y un nuevo tipo de minas destruiría las turbinas bajo la superficie del agua. Este tipo de ataque evitaría las barreras que los soviéticos estaban estableciendo para evitar ataques convencionales. Asimismo Speer y su equipo rogaban que se desarrollara un plan similar para atacar las centrales de los Urales, aunque la falta total de mapas, exploración fotográfica e información exacta hacía la planificación de este tipo de misiones altamente arriesgada. En una fecha tan tardía como mayo de 1944 Speer rogaba personalmente a Hitler la exploración aérea de los Urales por la falta de información de primera mano.

Pero entretanto el otoño de 1943 había transcurrido inexorablemente y la realidad es que ya se había entrado en el año 1944 sin ningún resultado práctico. Los únicos bombarderos de largo alcance, los He-177 que podían atacar en un radio de 1.000 millas, ya sólo podían atacar una pequeña parte de los Urales. Para el resto de bombarderos convencionales la zona del MUV ya estaba en parte demasiado distante debido al retroceso del frente excepto para unos pocos tipos de aparatos.

Hasta la fecha ya hemos visto que la falta de efectivos lastraba las posibilidades de una ofensiva estratégica aérea. Pero parece claro que los motivos de falta de claridad en la toma de decisiones junto con múltiples interferencias no sólo del mismo Hitler sino de los responsables en tomar una decisión clara al respecto.

En la próxima entrega, se verá como ambos factores sellaron cualquier mínima posibilidad de ofensiva aérea contra el potencial económico de la URSS…


Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.

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Mensaje por pitivw » Vie May 22, 2009 9:40 pm

Schwerpunkt escribió:Entretanto había comenzado la batalla de Kursk y los bombarderos alemanes fueron dirigidos en su papel habitual de artillería volante y apoyo a la Wehrmacht...

.. Tras el suicidio de Jeschonnek y el nombramiento de un nuevo jefe de estado mayor de operaciones de la Luftwaffe, el general Koller, en septiembre de 1943 propició que el nuevo mando tuviera mas “oídos” para la nueva estrategia de las comisiones técnicas de Speer. Como de costumbre el proceso bizantino de toma de decisiones en las altas esferas del poder se veía embarullado por las decisiones del propio Hitler...

Pero entretanto el otoño de 1943 había transcurrido inexorablemente y la realidad es que ya se había entrado en el año 1944 sin ningún resultado práctico. Los únicos bombarderos de largo alcance, los He-177 que podían atacar en un radio de 1.000 millas, ya sólo podían atacar una pequeña parte de los Urales. Para el resto de bombarderos convencionales la zona del MUV ya estaba en parte demasiado distante debido al retroceso del frente ...
... parece claro que los motivos de falta de claridad en la toma de decisiones junto con múltiples interferencias no sólo del mismo Hitler sino de los responsables en tomar una decisión clara al respecto.



Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.
Parece indudable, a la vista de lo que se ha aportado de forma tan exhaustiva, que la estrategia de la Luftwaffe en el Frente del Este no fue acertada, como tampoco lo fue en la Batalla de Inglaterra y a pesar de ello, Hitler siguió confiando en Hermann Göring.
El Mariscal del Aire, como bien se ha apuntado, es el principal culpable de la ineficacia de la Luftwaffe en la mayoría de los episodios de la SGM. Al fin y al cabo, el bombardeo aéreo táctico sobre efectivos terrestres, que tuvo un éxito indudable en las primeras fases de la guerra, puede considerarse como parte de las directrices estratégicas “Blitzkrieg” de Guderian. También fue eficaz en la invasión de Unión Soviética, pero cuando Hitler hizo oídos sordos a las sugerencias de Von Bock de una retirada estratégica durante el invierno, comenzó a gestarse la derrota en el Frente del Este. Todo es explicable por esa idea perversa del Füher no ceder ni un milímetro de terreno porque la victoria de un Reich invencible estaba asegurada.
Ya se ha comentado que cuando se encargó a Göring la tarea providencial del suministro a las tropas aisladas en Stalingrado su estrategia resultó de nuevo en un fracaso. Observen que a pesar de ello, Hitler mantuvo en su puesto al Mariscal del Aire sin adoptar las represalias que solían sufrir los brillantes generales de la Wehrmacht ante el más mínimo contratiempo. La confianza inagotable de Hitler hacia Göring es probable que impidiese la promoción de otros mandos de la Luftwaffe más cualificados, que permanecerían en el anonimato, callados y temerosos, o acabarían directamente abandonados al suicidio.
De cualquier forma, son conocidas las carencias en la formación militar de Adolf Hitler que le limitaban para tomar decisiones como Jefe Supremo de un Estado Mayor Conjunto, y de sus delirios de grandeza que le impidieron calibrar con precisión el potencial militar de la Unión Soviética:
¿Para qué utilizar la aviación para destruir las fábricas de un enemigo que sería vencido con toda seguridad?
Esa irracionalidad de su comportamiento está ampliamente documentada y queda demostrada por su convicción en la victoria alemana mientras el Ejército Soviético estaba a las puertas del Reichstag.
Muchas gracias por sus aportaciones.
Un saludo :lol:

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Sab May 23, 2009 8:08 pm

Estimado pitivw:

Parece que si hubiera que resumir la crónica del III Reich a una serie de apartados podríamos calificar la andadura de Adolf Hitler como el intento de una mediana potencia en erigirse en la potencia mundial máxima a pesar de sus carencias materiales junto a la comisión de unos crímenes monstruosos con la ayuda de varios esbirros. El tercer apartado lo podríamos enunciar en como gran parte del fracaso de su guerra y por ende de su política fue consecuencia de su estilo deslavazado de gobierno, en la no organización de un estado moderno con departamentos, ministerios y estados mayores competentes sino un batiburrillo de reinos de taifas en lucha perpetua entre sí. Espero que me perdoneis la simplificación excesiva... pero Hermann Göring entra de lleno en los dos últimos apartados, de esbirro cometiendo una amplia variedad de crímenes y de esbirro compitiendo contra los otros esbirros por conseguir mayor poder político y económico.

Göring no desdeñó en entorpecer y dañar el esfuerzo bélico del Reich cuando veía la posibilidad de reforzar o mejorar su ascendiente sobre Hitler, fuera el puente aéreo en Stalingrado, sus intentos de controlar el máximo de esferas políticas y económicas para sí a expensas de otros servicios como el no dotar de apoyo aéreo al arma submarina en los cruciales años de 1940-42, o su control de las divisiones de campaña de la Luftwaffe. Un buen ejemplo de como la intromisión política y la dispersión lastró las ya de por sí escasas posibilidades del III Reich en su guerra a muerte contra el resto del planeta...

Pero me estoy apartando del tema de esta contribución... En la próxima entrega daré punto final a lo que ya se esboza en anteriores entregas: porqué la Luftwaffe no hizo prácticamente ninguna contribución a dañar la producción bélica soviética.

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Mensaje por Herman Hoth » Dom May 24, 2009 3:35 am

El 23 de junio de 1943 Speer establecio un comite especial de industriales, para estudiar objetivos claves del sistema economico ruso, con el fin de atacarlos desde el aire. Consideraba que un ataque contra las plantas de electricidad de Rusia central podrian tener un efecto decisivo sobre el esfuerzo de guerra sovietico. En sus memorias comenta como "la destruccion de unas cuantas de las enormes plantas en los Urales hubiese detenido la produccion sovietica de acero, asi como la produccion de municiones y tanques. una bomba directa en las turbinas de sus conductos hubiese liberado una cantidad de agua mas destructiva que muchas bombas. Como las plantas de produccion electrica habien sido construidas por ingenieros alemanes en tiempo de paz, no era muy dificil conocer sus puntos debiles".
Una vez mas Speer demostro su enorme capacidad y Hitler su enorme necedad, al no hacerle caso. El estudio hecho por la Luftwaffe, titulado:"la batalla contra la industria de armamento ruso", fue descartado por no tener los aparatos necesarios, por que la distancia a dichos centros de produccion era cada vez mayor, debido al avance ruso e incluso se decarto el uso de voluntarios suicidas para vuelos sin retorno.
Simplemente con los anticuados Heinkel-111 y los Donier Do-17 y Do-217 no se podia emprender una campaña de bombardeos a larga distancia,y el Heinkel He-177 resulto ser uno de los mayores fracasos tecnologicos del tercer reich.
Tampoco ayudo mucho, en general a la Luftwaffe la estupidez de Goering, que consideraba al radar "una simple caja con cables" o de Udet, que era incapaz de entender como el ME-262, "podia volar sin motor".
Como bien decia el genio de Speer, un ataque conciso en el punto adecuado detendria el engranaje de la maquinaria productiva sovietica. los bombardeos masivos sobre la industria serian casi inefectivos. Que mejor ejemplo que el que tenian en casa, cuando gracias a su ingenio, unifico producciones,(paso de 7 plantas pequeñas que producian 180 Me-109 al mes, a 3 gigantescas, que producian 1000), en 1944 la produccion alemana alcanzo su punto mas alto, a pesar de los enormes bombardeos aliados.
La realidad es que durante toda la guerra los alemanes no fabricaron mas de 1354 Tigre 1 y 5976 Panther, mientras los sovieticos en 1943, estaban produciendo unos 1200 T-34 al mes.
Como bien decia Speer, no se trataba de grandes bombardeos sobre las fabricas, sino de selectivos ataques sobre los centros de produccion de energia que les daban la vida.
Saludos.
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"El tanque del comandante al frente, como guía a seguir".
"El dolor es temporal. El orgullo dura toda la vida."
"Cuando golpeas al enemigo lo haces con el puño, y no con los dedos".
¡Por España! ¡Desperta ferro!
es mi lema, triunfar o morir.!
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Mensaje por Schwerpunkt » Dom May 24, 2009 6:24 pm

Estimado Herman Hoth:
Estoy de acuerdo con todo lo que expones aunque con pequeños matices. En lo esencial estamos totalmente de acuerdo, el fracaso de la Luftwaffe fue una prueba más de la falta de criterios unificados en la dirección de la guerra y gestión de los recursos. La falta de verdadero estudio y gestión de estado mayor en identificar las prioridades, oportunidades y dar curso a una estrategia unificada para causar el mayor daño al enemigo junto a las continuas intromisiones de Adolf Hitler en la planificación estratégica y operacional.

Creo que el fracaso del He-177 no lo fue tanto. Fue sencillamente la dificultad de poner en estado operacional a aparatos de combate que suponían un gran avance tecnológico y conceptual respecto a los aviones del momento. El norteamericano B-29 sufrió también numerosos retrasos y accidentes hasta que se fueron limando sus problemas técnicos. Y el Me-262 es otro ejemplo: eran aviones que suponían una ruptura tecnológica sin precedentes y se pretendía pasar de los planos y prototipos a la fabricación en serie y entrada en servicio operacional en el mínimo tiempo posible. Esto demuestra que en este tipo de decisiones de gestión industrial los "atajos" son muy peligrosos. Para el verano de 1944 cuando se habían logrado detectar y arreglar gran parte de los problemas originados por los cuatro motores, el recalentamiento y los problemas con el circuito de aceite se convirtió en el bombardero más avanzado de la Luftwaffe. El problema es que para entonces no había casi combustible para operarlos y la triste realidad de la guerra forzó a la cancelación de su programa de fabricación, lo que por cierto era una decisión totalmente racional en el contexto del momento. Y sin embargo fue un aparato que finalmente disfrutó de una tasa de bajas muy reducida en comparación con el resto del parque de bombarderos alemán.

Es cierto que el desarrollo del He-177 fue un intento de superar el cuello de botella causado por unos diseños de bombarderos ligeros y poco aptos para incursiones profundas en el espacio aéreo enemigo con objeto de librar guerra aérea estratégica. Pero me da la impresión que el problema fundamental alemán era un problema de organización y gestión en las cúpulas del poder político y militar.

Y el argumento de que Alemania no contaba con suficientes recursos y aparatos para librar una guerra estratégica aérea hay que decir que aún siendo cierto, se sufrieron intromisiones sin fin por parte de los grandes capitanes, Hitler y Göring. Los raids Baedecker efectuados en abril y junio de 1942 contra ciudades históricas británicas fue un desperdicio de recursos sin sentido. La operación Steinbock entre enero y mayo de 1944 fue otro colosal desperdicio de escasos aparatos y sobre todo tripulaciones. En ambos casos sin embargo se obtuvieron efectivos para efectuar operaciones que de haber sido dirigidos contra los objetivos económicos descritos en la URSS hubieran infringido unos daños fuera de toda proporción. Y sin embargo Hitler decidió utilizar estos efectivos en operaciones meramente de prestigio y propaganda…

Y para los que duden de la efectividad de los ataques contra la generación y distribución de energía de un país, me parece pertinente explicar como la industria del Ruhr fue puesta fuera de combate en el otoño de 1944. Si bien la zona había sido bombardeada hasta la exasperación, no fueron los bombardeos efectuados una y otra vez contra las instalaciones fabriles las que le dieron el golpe de muerte sino la desarticulación del suministro de energía –carbón- motivados por los gigantescos bombardeos de la RAF y USAF. La destrucción de la red de canales junto a la destrucción extensiva sufrida por la red ferroviaria por la cual transitaban los millones de toneladas de carbón, mineral de hierro y otros insumos básicos hizo que en enero de 1945 la producción de acero fuera de tan sólo un 34% del año anterior.

Fuente:
Adam Tooze: The Wages of Destruction. The Making and Breaking of the Nazi Economy (pág. 649-651) Ed. Penguin 2007.

Aunque en este caso la paralización de la industria se había conseguido mediante la aplicación masiva de bombarderos en toda la red de infraestructuras de comunicación y fabriles, la lección es clara. Alemania era relativamente inmune a los ataques selectivos gracias a la integración de redes eléctricas y a una mayor dispersión de la estructura industrial. Fue la dimensión masiva del ataque junto a la desarticulación del sistema de transporte el que dió el "puntillazo" final.

Las declaraciones de Speer hay que acogerlas con cierta precaución debido a la inclinación a distorsionar la realidad que tenía este personaje, aunque en lo esencial estoy de acuerdo; unos ataques a estos centros neurálgicos de la Unión Soviética hubieran provocado mucho más daño que bombardeos extensivos sobre las propias fábricas soviéticas.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Vie Jun 19, 2009 1:21 am

Ya hemos visto como hasta principios de 1944 la Luftwaffe por una combinación de falta de estrategia definida, escasez de efectivos y falta de definición de objetivos apenas había hecho nada en contra de la industria bélica soviética.
A finales de 1943 tras discusiones bizantinas se empezó a llegar a una cierta conclusión de atacar unos pocos objetivos vitales aunque no sin resistencia del propio mando de la Luftwaffe. Hemos visto como las intromisiones de Hitler contribuyeron no poco a desactivar cualquier intento de estrategia coherente en este sentido. Ya fuera en 1942 al no atacar a la industria petrolífera soviética, si exceptuamos unas escasas incursiones contra Groznii o bien a finales de 1943 al reservar parte de las unidades de bombarderos para incursiones de represalia contra Gran Bretaña, las intromisiones de Hitler habían sido continuas y de marcado carácter errático.

Paralelamente a los planes de Speer y sus técnicos para atacar unos objetivos neurálgicos el imparable retroceso del Frente Oriental provocaba un progresivo alejamiento de los mismos. Ante la cada vez mayor dificultad para encontrar objetivos se empezó a pensar en operaciones de tropas especiales, en la práctica operaciones de comandos casi suicidas por la dificultad en el regreso de estas unidades y en las enormes distancias a recorrer. De esta manera se pretendía ataques selectivos contra centrales hidroeléctricas en los Urales, el gran centro siderúrgico de Magnitogorsk y producciones vitales como el petróleo de Bakú. Estos centros, en principio bastante vulnerables estaban ya a una distancia demasiado grande del frente alemán como para ser atacados por bombarderos convencionales. En combinación con estas operaciones se intentaba desarrollar minas y bombas que pudieran destruir las tomas de las turbinas de las centrales hidroeléctricas en vez de atacar los díques, lo que conllevaba mucho más esfuerzo y medios. El desarrollo de estas bombas especiales reveló numerosos problemas técnicos y operacionales así como una baja efectividad. Lo que es peor, los alemanes invirtieron más de 6 preciosos meses en desarrollarlas. Cuando a finales del verano de 1944 el diseño estaba listo para entrar en producción, el frente alemán había retrocedido hasta las fronteras del Reich y Polonia Occidental haciendo prácticamente imposible el lanzar ataques de cierta entidad contra la zona de los Urales.

Koller y Meister habían propuesto a el 21 de diciembre de 1943 ataques a las siguientes zonas:
a) La zona MUV de la que ya hemos hablado.
b) Zona de industria aeronáutica en Ufá, Kuybishev y Kazán: aunque fuera del radio de acción se asumía que lo estarían una vez el He 177 entrara en grandes cantidades como bombardero de largo alcance. Entretanto se ofrecía como reemplazo la industria aeronáutica de Moscú y Gorki hasta que el He 177 fuera operativo en grandes cantidades.
c) Un listado de objetivos varios como:
- Plantas de caucho sintético en Iaroslavl
- Dos plantas de fabricación de rodamientos en Moscú
- Refinerías de gasolina de aviación –sin especificar cual-
- Producción de equipo de radiocomunicaciones en Moscú y Gorki
- Plantas de producción de carros de combate en Gorki, Krasnoe Sormovo
- Fábrica de camiones ZIM en Iaroslavl
En el marcado y listado de objetivos se insistía que el ataque a la generación de energía en la zona MUV afectaría indirectamente a todos los objetivos de c) reforzando el resultado de la ofensiva.

Y entretanto, el frente alemán retrocedía inexorablemente alejándose cada vez más de los posibles objetivos industriales y energéticos soviéticos. Por si fuera poco, varias unidades de bombarderos que habían sido entrenadas en el bombardeo nocturno contra objetivos situados en suelo soviético fueron apartadas del Frente del Este para ejecutar incursiones de represalia contra Gran Bretaña. Estas unidades que entre enero y mayo de 1944 llevaron a cabo la operación “Steinbock” a demás de no conseguir prácticamente nada en términos materiales acarrearon la pérdida de 329 aparatos y sus tripulaciones. Desde el punto de vista estratégico no sólo se detraeron fuerzas para la ofensiva prevista aérea contra la URSS sino que se malgastaron en unos ataques meramente de prestigio contra la Gran Bretaña sin dañar ni un ápice a las gigantescas fuerzas navales que preparaban la invasión de Europa.

La relación aérea entre la Luftwaffe y la VVS no dejaba de empeorar: el 1 de enero de 1944 la Luftwaffe sólo contaba con unos 1.700 aparatos en el Frente Oriental. La VVS ya contaba con nada menos que 8.800 aparatos a pesar de las tremendas pérdidas sufridas en 1943.

Y por si fuera poco, la ofensiva soviética lejos de entrar en una pausa operacional en el invierno y primavera de 1944 proseguía sin tregua. En un intento de entorpecer los masivos preparativos soviéticos a finales de marzo la Luftwaffe comienza una ofensiva contra nudos ferroviarios, en especial en Ucrania y concentrados al oeste de Kiev. El 27/28 de marzo de 1944 bajo el código de operación “Zaunkönig”, los bombarderos del IV Fliegerkorps atacan la estación en Sarny. Posteriormente se atacan importantes nudos ferroviarios como Korosten, Kiev-Darnitsa, Fastov, Sarny de nuevo, Shepetovka e incluso Velikiye Luki en el norte del frente. Durante los meses de abril, mayo hasta principios de junio se bombardean las estaciones de Kazatin, Fastov, Zhmerinka, Proskurov, Kiev-Darnitsa de nuevoy Gomel. En general se consiguen resultados razonables con el bombardeo en los que participan entre 180 y 190 He 111 descargando unas 200 t de bombas. La operación mayor se produce el 1 de mayo cuando 252 aparatos atacan Sdolbunov. Las pérdidas son muy ligeras (23 aparatos de un total de 2.600 salidas) y producto de accidentes más que de oposición enemiga que sólo logra derribar 10 de las pérdidas totales. Los soviéticos siguen mostrando un profundo retraso en cuanto a la defensa antiaérea nocturna a pesar de su tremenda superioridad numérica.

En realidad esta ofensiva que habría que catalogar como interdicción estratégica más que ofensiva estratégica estrictamente hablando consigue relativamente poco. Es cierto que la ofensiva soviética se vió entorpecida pero realmente el grueso de la misma tuvo lugar cuando la mayor parte de la ofensiva soviética en Ucrania se había detenido hacia mediados de abril. Con la excepción de la ofensiva en Crimea y la intentona abortada en mayo de penetrar en Rumanía el Stavka había cambiado el escenario estratégico de Ucrania a Bielorrusia. Por tanto en esencia la ofensiva alemana contra las comunicaciones ferroviarias no tenía ya sentido y era un desperdicio de recursos.

¿ Quién fue el responsable de estas decisiones ? Parece que la indiferencia de Göring y Hitler hacia un planteamiento estratégico jugó un papel determinante. A pesar de los llamamientos a emprender una ofensiva aérea en ese sentido, estos no se traducían en resultados prácticos. Koller y Baumbach recordaban después de guerra que en las conferencias de situación se revisaban una y otra vez los dispositivos tácticos del frente mientras que apenas se examinaba un mapa de la distribución de la industria soviética. Hitler dedicaba su atención a innumerables detalles tácticos descuidando la formulación de una estrategia aérea sólida. En cuanto a Göring ya sabemos el tipo de gestión que este practicaba con la Luftwaffe...

El 21/22 de junio 200 aparatos de los KG 4, KG 53 y KG 55 del IV Fliegerkorps participan en un ataque contra los aviones norteamericanos que participan en la ofensiva estratégica aérea contra objetivos en la profundidad del III Reich y que repostan en territorio soviético. Gracias a una operación bien planeada sorprenden por completo al 45 Ala de bombardeo de la USAF en Poltava destruyendo 44 B-17, 15 cazas norteamericanos y soviéticos y averiando 26 B-17. La defensa aérea soviética es una vez más totalmente ineficaz en esta operación nocturna. Este es casi el último éxito del IV Fliegerkorps porque dos horas más tarde los soviéticos comienzan una gigantesca ofensiva en la Rusia Blanca. En los días siguientes todas las operaciones de interdicción aérea quedan suspendidas para proporcionar algo de apoyo y suministro aéreo a las unidades alemanas en trance de ser destruídas allí. Durante los meses siguientes la escasez de combustible motivada por la ofensiva aérea aliada contra las plantas de producción sintética motiva que se tengan que disolver numerosas unidades de bombarderos. La gasolina restante se utilizará en la defensa áerea del Reich con cazas monomotores que consumen mucho menos combustible. Y finalmente el tremendo retroceso sufrido por el frente alemán en el verano de 1944 imposibilita el alcance de cualquier objetivo industrial que valga la pena.

Todas estas razones son las que motivan uno de los planteamientos más estrambóticos de toda la guerra para atacar objetivos industriales con comandos suicidas… pero esa será materia para otra contribución próxima…

Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.
Christer Bergström: Bagration to Berlin: The Final Air Battles in the East: 1944-1945. Ed. Ian Allan Publishing. 2008

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Eriol » Mié Sep 16, 2009 2:02 am

Hace tiempo que termine de leerlo y me lo he vuelto a releear.Desde luego que es un trabajo serio y bien planteado aportando fuentes y mostrando siempre logica.Por otra parte las intervenciones de otros foristas hicieron subir el nivel aun mas.No puedo sino quitarme el sombrero ante este tema y su creador.

Saludos camarada
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Mié Sep 16, 2009 10:26 am

Te agradezco esas palabras de encomio pero realmente me he limitado a compilar el trabajo de otros autores, y a estos es a los que hay que agradecer el trabajo realizado.

No obstante, creo que cualquier trabajo de contribución -o divulgación en mi caso- histórica debe intentar hacer una interpretación y extraer una conclusión para que verdaderamente sea útil. Podemos hacer una relación interminable de hechos con docenas de cifras pero es esencial el conformar una tesis sobre todo ese "envoltorio" de datos. Eso es lo que humildemente pretendo.

Me he dado cuenta que no he hecho una contribución sobre los planes alemanes de atacar a la industria soviética y en especial a plantas hidroeléctricas en el último año de la guerra. En realidad estos planes no pasaron de esbozos de ataques con comandos suicidas y la propia presión de los acontecimientos los fue arrinconando hasta conseguir que no tuvieran ninguna concreción práctica.

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