Mensaje
por Shindler » Vie May 23, 2008 5:55 pm
Lecciones muy serias dadas en broma
En la Armada Norteamericana los llamaban "Manuales de los sentidos". Eran unos folletos chistosos, llamativos que eran destinados a los aviadores.
El sentido del paracaídas, El sentido del Artillero, El sentido del chapuzón, El sentido del oxígeno: éstos y otros por el estilo eran los títulos de los folletos en cada uno de los cuales se trata de un asunto de vida o muerte para el aviador, pero presentado en forma chistosa, atrayente que picaba a la curiosidad e invitaba a la lectura.
Al que preguntase a quién se le habría ocurrido la idea de aligerar a los manuales de instrucción de su tradicional pesadez, para hacerlos algo ligeros, amables y de mayor eficacia podría ser que fuere la Selección de Instrucción del Departamento de Aeronáutica en el cual participaron con sus lineas y dibujos muchos jóvenes al cervicio del ejército.
Sentido Artillero
Ahora no eres piloto, sino artillero. Tu avión no es más que el emplazamiento de tu cañón. ¡Da en el Blanco!.
Para familiarizarte con tu arma, practica, practica y practica.
Jugando beisbol aprende a ejercitar la vista, cosa indispensable en el artillero.
Sentido del paracaídas
Guíate por el altímetro para empezar a inhalar oxígeno. NO digas: "Todavía puedo aguantar un rato". Recuerda que también hay quien dice : "Todavía puedo con otra copa". Y ésa es precisamente la que lo emborracha.
A la nación le ha costado mucho enseñarte lo que sabes, muchacho. No malgastes ese dinero. ¡Tírate en el paracaídas a tiempo, y no después!
Cuando veas que no hay más remedio que saltar: ¡SALTA! No es ya hora de reflexionar, sino de practicar y pronto, lo que has aprendido, antes que tú, y todo lo que te enseñaron se vayan al diablo.
Estira bien las piernas antes de tirar de la cuerda que abrirá el paracaídas. ¡No se trata de dar saltos mortales, muchacho! De lo que se trata es de hacer las cosas bien hechas; de tirar de esa cuerda a su debido tiempo, a fin de que, al bajar a tierra, no bajes de cabeza, sino de pie, sin que se te caiga lo que lleves en los bolsillos; sin que hagas un papel ridículo por el aire; sin que corras el riesgo de romperte el cráneo al llegar al término de tu descenso.
Gracias por estar
"La esclavitud crece sin medida cuando se le da apariencia de libertad."
Ernst Jünger