El control de la prensa en el III Reich

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Akeno
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El control de la prensa en el III Reich

Mensaje por Akeno » Sab Abr 12, 2008 9:45 am

Todas las mañanas, los directores de los diarios de Berlín y los corresponsales de los que se publicaban en cualquier parte del Reich, se reunían en el Ministerio de Propaganda para que el doctor Goebbels o uno de sus auxiliares les dijera qué noticias había que imprimir y cuáles debían suprimir, cómo debían de redactar las noticas y titulares, qué campaña tenían que dar por terminada o cuál debían iniciar y qué editoriales se deseaban para ese día. Para evitar cualquier error, se ficilitaban órdenes escritas ampliadas con las instrucciones verbales. Para los diarios y revistas fuera de la capital, las directrices se enviaban por telegrama o por correo.

Para ser director de un periódico en el Tercer Reich, había que ser, en primer lugar, política y racialmente "limpio". La Ley de Prensa del Reich del 4 de octubre de 1933, que hizo del periodismo una "vocación pública" regulada por la ley, estipulaba que todos los directores debían poseer la ciudadanía alemana, ser descendientes de ario y no estar casados con una judía. La sección 14 de la Ley de Prensa ordenaba a los directores "no admitir en los periódicos algo que de cualquier forma pueda engañar al público, que mezcle fines egoistas con fines de la comunidad, que tienda a debilitar la fuerza del Reich alemán exterior o interiormente, la voluntad común del pueblo alemán, la defensa de Alemania..."; un edicto que si hubiera entrado en vigor antes de 1933, habría conducido a la supresión de todo director y publicación nazis en el país (sic). Ello daba ahora lugar a la prohibición de los periódicos y a la expulsión de los periodistas que no eran nazis o que se negaban a serlo.

Uno de los primeros que se vieron obligados a retirarse del negocio fue el Vossische Zeitung. Fundado en 1704 y contando entre sus colaboradores, en el pasado, con nombres tales como Federico el Grande, Lessing y Rathenau, se había convertido en el periódico rector de Alemania, comparable al Times de Londres y al New York Times. Pero era liberal, y su propietario era la Casa Ullstein, una firma judía. Dejó de aparecer el primero de abril de 1934, después de doscientos treinta años de publicación ininterrumpida. El Berliner Tageblatt, otro periódico liberal afamado en el mundo entero, siguió existiendo algún tiempo más, hasta 1937, aunque su propietario, Hans Lackmann-Mosse, judío, fue obligado a ceder su participación el el periódico en la primavera de 1933. El tercer gran periódico liberal de Alemania, el Frankfurter Zeitung, también continuó publicándose, después de desembarazarse de su propietario y redactores judíos. Rudolf Kircher, su corresponsal en Londres, anglófilo y liberal, se convirtió en director y, lo mismo que Karl Silex, director del conservador Deutsche Allgemeine Zeitung, de Berlín, que había sido también corresponsal en Londres, diplomado por la fundación Rhodes, admirador de todo lo inglés, y liberal, sirvió a los nazis bien, llegando a menudo ser, como dijo una vez Otto Dietrich, jefe de Prensa del Reich, hablando de los antiguos "periódicos de la oposición", "más papista que el Papa". El hecho de que sobrevivieran esos tres últimos periódicos fue debido en parte a la influencia de la Oficina Alemana del Exterior, que necesitaba esos diarios conocidos internacionalmente, como una especie de muestra para impresionar al mundo exterior. Daban cierta respetabilidad a la Alemania nazi y, al mismo tiempo, pregonaban su propaganda.

En vista de que a todos los periódicos de Alemania se les decía lo que habían de publicar y cómo redactar las noticias y los editoriales, resultó inevitable que cayera sobre toda la prensa nacional una monotonía de muerte. Incluso un pueblo tan dado a aceptar la autoridad y tan reglamentado llegó a aburrirse con sus diarios. La tirada decayó hasta para los principales periódicos nazis, tales como el Völkischer Beobachter, diario matutino, y el Der Angriff, diario vespertino. Y la tirada total de todos los periódicos descendió en espiral cuando un periódico tras otro fueron desapareciendo o tomando posesión de ellos los propietarios nazis. En los primeros cuatro años del Tercer Reich, el número de periódicos bajó de 3.607 a 2.671.

Pero la pérdida por parte del país de una prensa libre y variada fue ganancia para el partido... al menos económicamente. Max Amann, sargento durante la PGM y jefe de la Eher Verlag, la firma de propietarios de periódicos del partido, se convirtió en el dictador económico de la prensa alemana. Como jefe del Reich para la Prensa y presidente de la Cámara de la Prensa, tenía derecho legal para suprimir cualquier publicación que le conviniera y el poder subsiguiente para comprarla a cambio de un pedazo de pan. En poco tiempo, la Eher Verlag se convirtió en un imperio periodístico gigantesco, probablemente el mayor y más lucrativo del mundo (los ingresos particulares de Amann subieron de 108.000 marcos en 1934 a 3.800.000 marcos en 1942). A pesar de la bajada en las ventas de muchas publicaciones nazis, los diarios propiedad del partido o controlados p or él o por personas nazis representaban dos tercios de la tirada de veinticinco millones que llegaron a alcanzar al iniciarse la SGM. En una declaración hecha en Nuremberg, Amann describió cómo operaba él:
  • "Después de que el partido llegó al poder en 1933... muchos de estos negocios, tales como la Casa Ullstein, que eran propiedad de judíos o que estaban controlados por intereses judíos, o por intereses políticos o religiosos hostiles al partido nazi, hallaron conveniente vender sus periódicos o publicaciones al grupo Eher. No había mercado libre para la venta de tales propiedades, y la Eher Verlag era generalmente el único postor. En este asunto, la Eher Verlag, junto con otras empresas editoriales filiales o controladas por ella, se expandió hasta alcanzar el monopolio de todos los negocios de publicación de periódicos en Alemania... Las inversiones del partido en estas empresas de publicaciones llegaron a ser económicamente muy rentables. Es una declaración veraz decir que el propósito básico del programa de la prensa nazi era eliminar a toda la prensa que estuviera en oposición al partido".
En cierto período de 1934, tanto Amann como Goebbels pidieron a los obsequiososo directores que hicieran sus periódicos menos monótonos. Amann dijo que deploraba "la actual uniformidad de la prensa, que no es resultado de las medidas gubernamentales y no se adapta al deseo del Gobierno". Un atolondrado director, Ehm Welke, del semanario Gruene Post, cometió el error de tomar a Amann y a Goebbels en serio. Atacó al Ministerio de Propaganda por su constante expedienteo y por la mano dura con que abrumaba a la prensa y la hacía tan aburrida. Su revista fue inmediatamente suspendida por tres meses y él en perssona fue despedido por Goebbels y conducido a un campo de concentración.

FUENTE: HISTORIA DE LA SGM Y DEL III REICH. Océano-Instituto Gallach 1985

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Mensaje por Akeno » Lun Abr 14, 2008 9:20 am

Repasemos un poco la historia de la prensa alemana en los tiempos que nos ocupan.

A diferencia de la británica, la prensa alemana nunca ha tenido un grupo de diarios de circulación masiva publicados en la capital. La ausencia de una "prensa nacional" tenía dos causas principales: la mayor distancia geográfica entra las ciudades y el menor grado de consolidación del estado nacional. En Alemania, la fuerza de los vínculos regionales y el particularismo regional siguieron tan grandes que, incluso después de medio siglo de unificación, Berlín no había pasado aún de centro de la red administrativa a eje de la vida nacional. El prusiano y protestante Berlín había despertado siempre la antipatía de las zonas meridionales y católicas; a partir de 1918, el estigma nacional del liberalismo, tanto moral como político, le valió la desconfianza de muchos provincianos.

En los días de Weimar, la circulación de algunos periódicos berlineses de calidad, como el Vossische Zeitung o el Berliner Tageblatt, se extendió fuera de la capital, pero, aun así, esta prensa tenía un carácter suprarregional más que nacional, y no se diferenciaba en aspectos esenciales del Kölnischer Zeitung o del Frankfurter Zeitung. Este último, con su prestigiosa sección financiera, tenía probablemente más de institución nacional que los periódicos de Berlín. Como para compensar la ausencia de una prensa nacional, la prensa regional y local alemana era extremadamente variada. Antes de la toma del poder por parte de los nazis, el país podía jactarse de poseer un total de no menos de 4.700 diarios de diferente audiencia. Los de menor alcance eran las "hojas de distrito" (Kreisblätter), que publicaban principalmente las noticias que les proporcionaban los trusts de la prensa (como el Scherl Verlag, controlado por Hugenberg), al que añadían informaciones de interés local.

Las noticias locales, consideradas desde un p unto de vista más general, aparecían también en los diversos periódicos apolíticos (Generalanzeiger), que ofrecían noticias más que comentarios y se encontraban en casi todas las poblaciones, fuera cual fuera la importancia de éstas. En 1932, este grupo constituía el 24 por ciento del consumo nacional de periódicos diarios, los católicos el 10 por ciento, la derecha política el 38 por ciento y la izquierda (subdividida en liberal, socialdemócrata y comunista) el 28 por ciento.

La estructura de la prensa alemana era tan variada que en un centro provincial de importancia media como Stuttgart (400.000 habitantes) aparecían nueve diarios, mientras que los 25.000 habitantes de la alejada Coburgo, podían escoger entre tres diarios locales.

La calidad de un periódico no estaba siempre en relación directa con su circulación. Así, el diario liberal más importante del país, el Berliner Tageblatt, dirigido por el incomparable estilista Theodor Wolff y en el que aparecían las críticas teatrales de Alfred Kerr y las musicales de Alfred Einstein, tuvo una venta promedio de sólo 130.000 ejemplares en 1932. Aunque nunca había conseguido una audiencia muy amplia, la cifra de circulación de ese año refleja -aparte de la general escasez de dinero en el peor momento de la Depresión- la calidad del Tageblatt y la reciente disminución de su influencia.

Exactamente lo contrario en los dos aspectos puede decirse del Völkischer Beobachter, cuya tirada en el momento de la subida al poder de los nazis era aproximadamente igual a la del Berliner Tagleblatt. Este periódico, órgano central del partido nacionalsocialista, tenía 127.000 lectores a principios de 1933, cifra ridículamente pequeña comparada con los 17 millones de personas (el 43 por ciento del electorado) que votaron nazi el 5 de marzo de ese año. Hasta 1922, la influencia del Völkischer Beobachter, que se publicaba en Munich, se redujo al sur de Alemania, pero incluso la circulación nacional de todos los diarios nazis (800.000) muestra que no más de uno de cada veinte votantes por el partido nazi había sido primordialmente influido por la prensa de aquél.

La discrepancia entra las cifras de lectores y las de votantes se debía al tipo de propaganda que realizaba el nazismo: supresión del razonamiento y apelación al subconsciente. Esta manipulación emocional alcanzaba su máximo en los mítines, donde el participante, inmediatamente alcanzado por la retórica y consciente de formar parte de una masa, experimentaba una metamorfosis, convirtiéndose -según una característica frase de Goebbels- "de un gusanito en parte de un gran dragón".

Fuente: HISTORIA SOCIAL DEL III REICH. Richard Grunberger. Ediciones Destino 1974

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Mensaje por Akeno » Mar Abr 29, 2008 11:55 pm

LEY DE 4 DE OCTUBRE DE 1933 SOBRE LOS PERIODISTAS

Tïtulo Primero

La profesión de periodista

1. La influencie que el periodista, por razón de su profesión o del cargo que ocupa, ejerce, a través de la palabra la noticia o la imagen en la configuración del contenido espiritual de los periódicos y revistas políticas que se editan en el territorio del Reich, es un cometido público que ha de ser regulado por el Estado en lo que se refiere a los deberes y derechos profesionales de los periodistas. Y para este fin promulga la ley dada por la presente. Los periodistas sólo podrán ejercer su profesión si cumplen los requisitos establecidos en la presente ley.

2. Son periódicos y revistas todas las obras impresas que se publican de forma contunada con un intervalo máximo de tres meses, cuyo contenido vaya destinado al público en general.

Se consideran obras impresas todas las destinadas a la reproducción de escritos o representaciones gráficas y que hayan sido compuestas mediante procedimientos de reproducción en serie.

3. Lo prescrito por esta ley en lo que atañe a los periódicos, es aplicable también a las revistas políticas.

La ley no tiene aplicación alguna en el caso de periódicos y revistas de índole oficial. Con arreglo a esta ley, el ministro de Propaganda determinará qué revistas han de ser consideradas políticas. EN el caso de revistas especializadas, el ministro adoptará la resolución oportuna de acuerdo con el departamento del Reich que competa.

4. La influencia a que nos referimos en el artículo 1 existe también en la formación del contenido espiritual de los periódicos alemanes, no sólo en el caso de las redacciones de periódicos, sino igualmente en las agencias de artículos, noticias y fotografías con contenido intelectual.

Título Segundo

Autorización para ejercer el periodismo

5. Sólo podrá ser periodista quien

1) Sea súbdito alemán
2) no haya perdido los derechos de ciudadanía y la capacidad para desempeñar funciones públicas
3) proceda de familia aria y no esté casado con persona de origen no ario
4) haya cumplido los veintiún años
5) que no esté incapacitado
6) sea competente en su especialidad, y
7) posea las aptitudes necesarias para influir espiritualmente en el público
...
22. Los periodistas velarán por el cumplimiento de los deberes por parte de cada uno de sus compañeros y cuidarán de sus derechos y bienestar.
23. Los periodistas quedan agrupados en la Asociación de la Prensa alemana, a la que pertenecerá todo periodista a partir del momento de ser incluido en el registro profesional. A tenor de esta ley, la Asociación de la Prensa es una corporación de derecho público. Su sede social radica en Berlín.
24. Compete al ministro de Propaganda el nombramiento del presidente de esta asociación, el cual redactará un reglamento que habrá de ser sometido a la aprobación del ministro. Éste nombrará un Consejo asesor
...
36. Quien no figure en el registro profesional o esté suspendido temporalmente en el ejercicio de su actividad y a pesar de ello desempeñara su profesión, será castigado con la pena de prisión, que puede alcanzar hasta un año, o con multa...

***

Con este ley, a la Prensa le estaba prohibido prácticamente todo. Ya antes le había sido puesto al cuello un dogal económico que podía ser apretado a voluntad. La Ley de Publicidad Comercial establecía que el derecho a insertar auncios -de los cuales subsistían los periódicos- dependería de una autorización del Ministerio de Propaganda.

Fuente: El Tercer Reich. Su historia en textos, fotografías y documentos. Heinz Huber y Artur Müller. Plaza & Janés 1967

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Mensaje por Akeno » Jue May 08, 2008 11:22 pm

Por decreto, Goebbels pasaba a ser responsable de "todas las influencias sobre la vida intelectual de la nación; de las relaciones públicas para el Estado, cultura y economía; y de la administración de todas las instituciones que sirvan para estos propósitos".

Goebbels, armado con los tres separados pero estrechamente interconectados directorios -el Promi, la Cámara de Cultura del Reich y la oficina de propaganda del partido, se dedicó a subyugar los medios de comunicación culturales del Tercer reich.

El régimen intentó controlar el enorme número de periódicos imparciales -aquellos que presentaban las noticias sin inclinaciones políticas pronunciadas- y forzarlos a seguir la línea ideológica nazi. A finales de 1933, Goebbels combinó en una agencia oficial propiedad del Estado los dos servicios cablegráficos de noticias existentes que distribuían las noticias nacionales y extranjeras a la prensa. Esta agencia, la Oficina Alemana de Noticias (DNB), proporcionaba hasta 60.000 palabras diarias, más que suficientes para llenar todas las columnas de un diario. La DNB quedó bajo la dirección del Promi (el nuevo Ministerio de propaganda creado por Goebbels con sede en la Wilhelmplatz), lo cual proporcionó a Goebbels el control de buena parte de las noticias en su misma fuente.

Otra maniobra permitió a Goebbels doblegar la prensa restringiendo los directores de diarios. La Ley de Directores de octubre de 1933 separaba a los directores del control tradicional de los editores de los diarios y los situaba directamente bajo la bota del Estado. Los directores eran personalmente responsables de todas las palabras impresas en sus diarios, y tenían prohibido publicar material que fuera considerado potencialmente dañino para el Reich. Más aún, los directores podían dedicarse a su oficio solamente si sus nombres aparecían en la denominada lista profesional mantenida por el Promi. Los nombres podían ser eliminados en cualquier momento de la lista, lo cual significaba para los directores perder toda posibilidad de seguir ganándose la vida en su oficio por transgresiones tan ligeras como trazar una distinción entre alemanes y austríacos tras el Anschluss en 1938. En palabras del comentario oficial a la ley, un director era un "órgano del Estado que tiene por misión cumplir una de las más importantes tareas del Estado".

FUENTE: EL TERCER REICH. vol. 7 EL NUEVO ORDEN. Time-Life Rombo 1997
Última edición por Akeno el Sab May 10, 2008 10:26 am, editado 1 vez en total.

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Mensaje por Akeno » Vie May 09, 2008 4:42 pm

Tras controlar las noticas a través de la DNB y obligar a los directores a censurarse a sí mismos, Goebbels estableció un control adicional. Durante la república de Weimar, los representantes del gobierno habían respondido a las preguntas de los periodistas en conferencias de prensa diarias. Goebbels convirtió ahora este foro en una plataforma para decirles a los periodistas cómo debían hacer exactamente su trabajo. Cada día al mediodía y, desde que estalló la guerra, en una segunda conferencia de prensa por la tarde, uno de los delegados de Goebbels presentaba a una audiencia de varios cientos de corresponsables comentarios orales y directrices escritas conocidos como "reglas de lenguaje". El Ministerio consideraba estas directrices confidenciales: los periodistas, que representaban tanto a los diarios de la gran ciudad como a la prensa de las provincias, tenían que firmar declaraciones juradas en las que se comprometían a destruir, una vez leídas, estas voluminosas instrucciones en presencia de un testigo.

Las directrices, apiñadas en una docena o así de páginas amarillas mecanografiadas, decían a los periodistas todo lo que el régimen deseaba que supieran acerca de las noticias del día. Las pautas detallaban qué historias publicar y en qué páginas publicarlas, cómo orientar los artículos, e incluso lo grandes que debían ser los titulares. "Desde 1939 en adelante -recordaría un periodista-, los directores se convirtieron cada vez más en simples sellos de caucho de los puntos de vista oficiales: colocaban el sello en su ejemplar diario para indicar que habían trabajado sobre el material, pero nada más". Incluso Goebbels admitió privadamente que "cualquier persona con la más ligera chispa de honor tendrá mucho cuidado en el futuro de no convertirse en periodista".

Las directrices cubrían todos los aspectos de la línea ideológica del partido. Una de las más características, desde abril de 1935, prohibía a los fotógrafos mostrar a los líderes del Gobierno ante hileras de botellas en banquetes. "Se ha creado entre el público la absolutamente absurda impresión -explicaba- de que los miembros del Gobierno beben mucho." Nadie podía referirse a los mendigos o a los niños pobres sin mencionar las caridades que realizaba el partido nazi. En mayo de 1938, justo antes de la conquista incruenta de Checoslovaquia, la prensa recibió órdenes de "dar mucho énfasis a cualquier incidente" provocado por los checos a lo largo de la frontera. En noviembre de 1938, como consecuencia de la Kristallnacht, el virulento episodio de asaltos físicos contra judías en sus tiendas y sinagogas, una directriz ordenó taxativamente a los periódicos quitar énfasis a la salvaje destrucción y violencia y hacer incapié en la "indignación del pueblo" contra los judíos. Incluso los anuncios clasificados eran motivo de atención: Goebbels advirtió a los diarios de no aceptar anuncios buscando doncellas para casas sin hijos porque la política familiar del régimen alentaba el tener tantos hijos como fuera posible.

Goebbels se resentía de las historias que revelaban los secretos de su maquinaria de propaganda y de cómo escenificaba las historias que recibían los alemanes. Poco después del estallido de la SGM, sufrió un acceso de furia cuando una revista ilustrada publicó una foto de un técnico tocando el disco fonógrafo que producía la fanfarria que precedía a los comunicados especiales del campo de batalla. Goebbels apareció en una conferencia de prensa y amenazó con encarcelar a quien cometiera el crimen de "exponer la ilusión en cualquier proceso nacional importante".

JOSEPH GOEBBELS
Imagen
Fuente: http://www.calvin.edu/academic/cas/gpa/goebmain.htm


A la hora de preparar las directrices de prensa, Goebbels y sus esbirros raras veces se sentían frenados por consideraciones de veracidad y exactitud. La Instrucción General número 674, emitida a finales de agosto de 1939, presentó un dilema porque tenía que ir a la imprenta para su reproducción y subsiguiente distribución a la prensa sólo unas pocas horas antes de que quedara claro si Hitler había decidido o no invadir Polonia. El Promi cubrió exquisitamente ambas contingencias fraseando la directric de la siguiente forma: "En el siguiente número tiene que haber un artículo principal, presentado de la forma más prominente posible, en el cual la decisión del Führer, no importa la que sea, se presente como la única correcta para Alemania".

Para hacer cumplir las directrices, una red nacional de observadores controlaban la prensa local leyendo atentamente todas las directrices e informando de cualquier transgresión. El fallo en seguir las directrices de prensa, o la comisión de otros pecados, traía consigo un rápido castigo que variaba en severidad. En 1936, un titular embarazosamente franco en el 8 Uhr Abendblatt de Berlín -"Se necesitan mil millones adicionales de impuestos"- dio como resultado sólo la confiscación de aquella edición del diario. Pero mencionar un nombre prohibido -un en sus tiempos prominente socialista, por ejemplo, o un autor judío- solía costar al director responsable su trabajo. Otros ofensores podían ser encarcelados. El director y el editor de un diario de Essen fueron enviados a un campo de concentración por un error de composición que muchos lectores consideraron hilarante: un epígrafe que describía un carnaval apareció bajo la foto de una solemne procesión de Tropas de Asalto nazis.

FUENTE: EL TERCER REICH. vol. 7 EL NUEVO ORDEN. Time-Life Rombo 1997

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Mensaje por Akeno » Sab May 10, 2008 10:54 am

EJEMPLOS DE LA REGLAMENTACIÓN OFICIAL DEL LENGUAJE DE LA PRENSA ALEMANA (DURANTE LA GUERRA)

"Con respecto a las indicaciones ya dadas sobre la publicación de fotografías del Führer, se participa, además, que en las actuales circunstancias no son pertinentes las que le presentan descansando o durante sus vacaciones en el Obersalzberg. Son más adecuadas las fotografías que muestran al Führer trabajando o entre los soldados y fotografías similares. Serán objeto de confiscación los periódicos y revistas que no hagan caso de estas indicaciones y reproduzcan fotografías del Führer que no hayan sido aprobadas por la Sección de Prensa Gráfica del Gobierno del Reich".

"El catedrático de Historia de la Literatura de la Universidad de Münster, profesor D. Walter Brecht, cumplió sesenta y cinco años el 31 de agosto de 1941. Como Brecht es de estirpe judía, se ruega a la Prensa no hacer referencia alguna sobre este cumpleaños".

"Los periódicos alemanes no se han de dar por enterados del ochenta y cinco cumpleaños del Bernard Shaw, que cumplió dicha edad el 26 de julio de 1941".

"Actualmente se consideran inoportunas reseñas y comentarios sobre la literatura rusa, incluídos los clásicos de dicha nación".

"Se prohíbe la publicación de fotografías de practicantes de los deportes de invierno provistos de esquíes, así como de la indumentaria propia de dichos deportes. En su lugar hay que divulgar fotografías referentes a la recogida de esquíes".

"La fiesta de Navidad se ha de celebrar con un gran comedimiento adecuado a los tiempos de guerra que vivimos, y sin sentimentalismo que ablanden los ánimos. Con austeridad y sin recordar pasadas fechas navideñas. La fiesta de Navidad comenzará al mediodía del 24 de diciembre y concluirá el día 25".

"En todas las consideraciones de índole política hay que destacar una y otra vez el concepto de la plutocracia, cuya genuina encarnación son el Gobierno y la camarilla parlamentaria de Inglaterra. Ello se ha de presentar al pueblo mediante conceptos claramente comprensibles con objeto de que la propaganda resulte eficaz. Asimismo, hay que referirse al Gobierno británico como, por ejemplo, a "un Gobierno de consejeros administrativos" o a una comunidad de intereses de gentes de negocios; en suma, presentar a la plutocracia inglesa como enemiga de los intereses del pueblo inglés". "No debe darse dato alguno ni hacer alusión siquera a la calidad de los tanques de fabricación inglesa y americana empleados por el enemigo en la batalla de Africa del Norte".

"De ahora en adelante, no debe emplearse el vocabulario partisanos para designar a los francotiradores emboscados. Los términos adecuados son: bandidos de Stalin, saqueadores, ladrones, incendiarios, asesinos..."

***

Los inventores de estas "reglamentaciones del idioma", los hombres que en esa época controlaban la Prensa alemana eran: el Jefe de Prensa del Reich, Otto Dietrich; Max Amann, Reichsleiter del partido y director de la editorial Franz Eher Nachf Verlag; Philipp Bouhler, administrador del partido (Reichsgeschäftsführer) y el redactor jefe del Völkischer Beobachter, Alfred Rosenberg.

OTTO DIETRICH
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Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Otto_Dietrich

MAX AMANN
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Fuente: http://www.historisches-lexikon-bayerns ... ikel_44492

PHILIPP BOUHLER
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Fuente: http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/GERbouhlerP.htm

ALFRED ROSENBERG
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Fuente: http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/GERrosenberg.htm


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Mensaje por Erich Hartmann » Sab Feb 28, 2009 5:58 pm

Un interesante enlace sobre el tema:

http://www.ull.es/publicaciones/latina/ ... /50cal.htm" onclick="window.open(this.href);return false;

Saludos cordiales

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