El mito del Papa de Hitler

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¿Fue Pio XII víctima de una campaña de propaganda, para desprestigiar su imagen?

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Francis Currey
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El mito del Papa de Hitler

Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 04, 2007 5:08 pm

La KGB inventó un pasado antisemita y nazi para desacreditar al Papa Pío XII

Madrid- Al poco de acabar la II Guerra Mundial, en 1945, el gran rabino de Roma, Israel Zolli, se convirtió al catolicismo. Para su bautismo escogió el nombre de Eugenio, en homenaje al hombre que con su firme actitud en defensa de los judíos, le había servido como ejemplo para su conversión, Eugenio Pacelli, el Papa Pio XII. Sin embargo, en los últimos años algunas voces parecen dispuestas a presentar una imagen de este Pontífice radicalmente opuesta. Ahora, las confesiones de Ion Mihai Pacepa, un antiguo agente rumano de la KGB, explican con claridad como se construyó esta leyenda negra.

En un artículo aparecido en la revista norteamericana National Review Online, el ex espía revela como la agencia de inteligencia rusa orquestó una campaña para hacer creer que Pio XII era un simpatizante del régimen nacionalsocialista. «En 1960 Nikita Khrushchev aprobó un plan secreto para destruir la autoridad moral del Vaticano en al Europa occidental», afirma. Tras años de persecución a la Iglesia en Europa del Este, ahora Moscúi quería desacreditar al Vaticano en su propio terreno, «convirtiéndolo» en un defensor del nazismo. Pío XII, se convirtió en el objetivo más importante. Su Pontificado había coincidido con la Guerra, y aún más, antes había sido nuncio en Munich y Berlín hasta 1929. Además, tras su fallecimiento en 1958 hacía buena la máxima de la KGB: «Los muertos no pueden defenderse».

Como en tantas ocasiones, los servicios secretos comunistas, idearon una enrevesada estrategia para poder entrar en el Vaticano y hacerse con documentos relativos a sus años como nuncio y Papa, para, tras los oportunos retoques presentarlo como «un anti-semita que había alentado el holocausto de Hitler», destaca Pacepa. Así la operación «Cátedra 12» -como fue llamada en clave-, se realizó con la colaboración de los servicios secretos rumanos. Y aquí es donde el autor del artículo, el espía Ion Mihai Pacepa, entra en juego.

Para conseguir que la Santa Sede le franqueara las puertas de sus archivos la KGB utilizó una intrincada táctica. Pacepa se presentó ante la Santa Sede como un representante del Gobierno rumano, con el encargo de trasmitir el deseo de Bucarest de restaurar las relaciones diplomáticas que había roto en 1951. Como muestra de su «buena fe», Rumanía ofrecía al Vaticano un crédito de mil millones de dólares a un bajo interés. A cambio, la Santa Sede debía permitir el acceso de Pacepa a sus archivos para que encontrara «raíces históricas que ayudaran al Gobierno rumano a justificar en público su cambio de política ante la Santa Sede».

Y el Vaticano tragó el anzuelo. Durante dos años, el espía tuvo libre acceso a cientos de documentos que fotografió y envió hasta la sede de la KGB a través de un «mensajero especial». Se trataba de copias de cartas personales, transcripciones de reuniones y discursos, la mayoría de escritos en el complejo lenguaje de la diplomacia y de escaso interés. «De hecho -reconoce Pacepa- ninguno de aquellos documentos fotografiados en secreto incriminaban al Pontífice». A pesar de ello, los servicios secretos insistieron en que continuara con el envío. Su objetivo era que los «expertos en «dezinformatsiya» (desinformación) pudieran hacer pequeñas modificaciones y proyectaron en ellos la “adecuada luz” para probar los “verdaderos colores” del Papa», sostiene el ex espía.

La KGB patrocina el teatro

Pero la operación no acabó ahí. Había que dar salida a esos falsos documentos históricos y la KGB lo hizo por la vía que menos iba a levantar sospechas: a través de una obra de teatro. Cuanta el ex espía que el general Ivan Agayants, uno de los responsables de los servicios secretos soviéticos, le contó en 1963 que «la operación “Cátedra 12” había sido materializada en un poderoso ataque al Papa Pío XII a través de la obra de teatro titulada “El vicario”». De hecho la obra se estrenó ese mismo año en Alemania y fue la primera ocasión en que alguien hacía referencia a esta supuesta leyenda negra del Pontífice.

«Hoy en día -concluye Pacepa- mucha gente que nunca vio “El vicario” está sinceramente convencida de que Pío XII fue un hombre frío y despiadado que odiaba a los judíos y que ayudó a Hitler a eliminarlos» y es que, explica, «como solía decirme Yury Andropov , las personas están más dispuestas a creer en la maldad que en la santidad».

Artículo de José R. Navarro Pareja aparecido en la Razón, el Domingo 4 de Febrero de 2007

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Mensaje por Shindler » Mar Feb 06, 2007 11:05 pm

Hola, un tema muy interesante y creo que con muy complejo, yo leí algo en la página que menciono al final y me quedo con ésta parte;

El documento "La unión de las raza humana" advierte que defender a los judíos como exígen “los principios de humanidad cristianos” podría conllevar el riesgo inaceptable de caer en la trampa de la política secular. La encíclica llegó a los jesuitas de Roma a fines de 1938; hasta el día de hoy, no se sabe por qué no fue elevada a Pío XII, Pacelli, convertido en Papa el 12 de marzo de 1939, sepultó el documento en los archivos secretos y les dijo a los cardenales alemanes que iba a mantener relaciones diplomáticas normales con Hitler.

Y muy interesante en la sección; "QUE DICEN LOS NUEVOS DOCUMENTOS"


http://www.angelfire.com/ca6/filosofo/papahitler.html
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Mensaje por Francis Currey » Mar Feb 06, 2007 11:56 pm

El historiador Peter Gumpel afirmaba lo siguiente:

En mayo de 1940, Pío XII comunicó secretamente a los embajadores de Francia y Gran Bretaña ante la Santa Sede la fecha en la que los alemanes desencadenarían su ofensiva en el frente occidental. Esta segunda actuación, también totalmente desconocida hasta ahora, ha podido ser descubierta merced a un documento que ha sido encontrado en la embajada francesa en Roma

Israele Zolli: http://www.conoze.com/doc.php?doc=3926

A mi entender el Vicario de Cristo fue culpable de la creación del mito, merece la pena sin duda leer el libro que ya he recomendado: El mito del Papa de Hitler, a mi me rompió totalmente los esquemas, esta muy bien documentado y rompe con teorías que creía a pies juntillas como las de Crowell o las aparecidas en los "verdugos voluntarios de Hitler"

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Mensaje por Shindler » Mié Feb 07, 2007 12:37 am

Mmm, interesante, la verdad que es cierto, rompe los esquemas, entonces diríamos que La Iglesia y el Papa talvez por protección a si mismos se "camuflaban" aceptando las ideologías Nacionalsocialistas ¿o talvez no?, es comprensible, aunque hay que reconocer que queda mucho por descubrir, y mucho se ha perdido también. Las teorías e investigaciones de John Cornwell son más difamatorias (creo yo) que lo que puedan tener de veracidad, claro es mi opinión, pero algunos hechos paralelos, como la exigencia por parte de Iglesias al pago en efectivo por "prestaciones o mantenimiento" de prisioneros judíos, tesoros y obras de arte que talvez emigraron de la Alemania Nazi hacia el Vaticano como forma de pago por "Fabores" y otros tantos asuntos que envuelven a la Iglesia son otros tantos "Mitos" que rodean al Papa.
¿Quien sabe no?

Gracias por estar
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Mensaje por Shindler » Mié Feb 07, 2007 12:42 am

Menuda responsabilidad la del Papa la de "reinar" justo en tiempos de guerra ¡y que guerra!
Y las opiniones siempre serán diversas un ejemplo;

Pedro Avila - 22 Enero 2007
Creo que uno de los grandes males de nuestros tiempos es la poca honestidad de muchos medios informativos que faltan a la verdad con una facilidad que impresiona. Son muchos ataques a la Iglesia, hoy en día la mayoría sin fundamento y es justamente eso lo que pasa, que la mayoría de la gente no se preocupa por investigar la verdad y creen ciegamente lo que les dice la televisión, la prensa y el cine. Hay otro libro de Planeta Testimonio que se llama ” Los judios, Pio XII y la Leyenda Negra” de Antonio Gaspari que habla del tema también. Hay que felicitar a los autores que dicen la verdad

http://www.minutodigital.com/blogs/libros/?p=96
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Mensaje por David L » Mié Feb 07, 2007 5:16 am

Me está llamando mucho la atención el libro que comenta Francis: "El mito sobre el papa de Hitler", de David Dalin. He tenido la oportunidad de leer las dos obras críticas sobre el Holocausto escritas por Daniel Goldgagen: "Los verdugos voluntarios de Hitler" y "La Iglesia Católica y el Holocausto. Una deuda pendiente." En el segundo, Goldgahen se muestra excesivamente crítico con la posición de la Iglesia Católica, y en concreto con la figura de Pio XII, ante el Holocausto. Aparte de basar el antisemitismo de la máxima jerarquía católica en la propia historia del catolicismo, Goldgahen sigue centrándose en la acusación de omisión de auxilio a los judíos por parte del Papa italiano y, en el visto bueno durante la guerra a países como Eslovaquia, en donde la Iglesia Católica encabezó el movimiento más antisemita del país.

No sé, es un tema muy delicado y dificil de abordar. Me gustaría leer el libro de Dalan para poder hacerme una idea más equilibrada del problema.

Un saludo.
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.

Winston Churchill a Chamberlain.

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Mensaje por Shindler » Mié Feb 07, 2007 3:07 pm

¿Se menciona algo en los libros citados del rechazo total hacia el comunismo del Papa?(disculpen pero no los pude conseguir a esos libros)
Pues es otra làpida que el Papa ha de cargar ¿o no? , y si sólo por ésto se puso del lado del Nacionalsocialismo... lo otro no es justificable, bueno de parte de un Papa creo que nada es Justificable.


Gracias
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Mensaje por Hans Joachim Marseille » Jue Feb 08, 2007 12:25 am

Saludos, sobrevivientes todos!

Después de una forzada ausencia, vuelvo y veo este interesante post.

Hace unos años, leí en el libro "En nombre de Dios: Investigación sobre el asesinato de Juan Pablo I", de David Yallop, que Alemania y el Vaticano (representado por su Secretario de Estado, cardenal Eugenio Pacelli)habían firmado un concordato en 1933, donde, entre otras cosas, se reimplementaba en Alemania el diezmo. Cito de memoria que Yallop mencionó en el libro que "Pacelli había manifestado ciertos sentimientos pro-nazis" y que "Hitler pensó que Pacelli sería útil para sus intereses en un futuro".

Pero, revisando bien la historia, me encuentro con que el concordato efectivamente se gestó en la primavera-verano de 1933, pero el firmante por Alemania no fue Hitler, sino el vicecanciller, Franz von Papen. Además, hay que destacar que para la firma del concordato, von Papen fue nombrado a tal efecto por el mariscal Hindenburg, no por Hitler.

Algunas versiones nos pueden llevar a error. No he leído el libro de John Cornwell "El papa de Hitler", pero a veces me cuesta creer que Pío XII pudo apoyar semejante régimen, especialmente cuando su antecesor, Pío XI, fue bastante contundente en su encíclica Mit brennender Sorge (1937):
Accediendo a las súplicas de los Reverendísimos Miembros del Episcopado, no Nos cansaremos tam­bién en el futuro de defender ante los dirigentes de vuestro pueblo el derecho violado, despreocupados del éxito o del fracaso del momento, obedeciendo solamente a Nuestra conciencia y a Nues­tro Ministerio Pastoral, no cesaremos de oponernos a una mentalidad que trata con violencias abiertas u ocultas de sofocar el derecho autenticado por los documentos[...]
http://webs.advance.com.ar/pfernando/Do ... _MitBr.htm

Tomando en cuenta que el Secretario de Estado es el segundo cargo más alto de la jerarquía católica (superado sólo por el Papa), Pacelli tenía que haber apoyado esta encíclica, y defenderla ya siendo Papa como Pío XII.

Nos vemos en el aire!
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Mensaje por Mannerheim » Jue Ene 15, 2009 4:32 am

Hola,

estas Navidades leí algo sobre Pacepa y este asunto, me alegra encontrar este hilo en el foro. La difamación urdida por el KGB que tomó forma en la obra de teatro "El vicario", ha encontrado continuación con el paso de las décadas en otras obras como la película Amen de Costa-Gavras en 2002.
Hans Joachim Marseille escribió: Algunas versiones nos pueden llevar a error. No he leído el libro de John Cornwell "El papa de Hitler", pero a veces me cuesta creer que Pío XII pudo apoyar semejante régimen, especialmente cuando su antecesor, Pío XI, fue bastante contundente en su encíclica Mit brennender Sorge (1937):
Sobre las inexactitudes y mentiras del libro de Cornwell hay bastante literatura dado lo escandaloso del tema. Ya desde la malicia del titulo y la foto de portada se nota que se intenta manipular al lector. La foto, en la que se ve al nuncio Pacelli, futuro Pío XII, saliendo de un edificio oficial alemán saludado por soldados germanos como si acabara de terminar una amistosa conferencia con Hitler, corresponde en realidad a 1927 y la entrevista evidentemente no fue con Hitler, sino con el presidente constitucional electo de la República de Weimar, Paul Von Hindenburg. Para empeorar las cosas, en la edición inglesa se dice que la foto de portada corresponde al nuncio Pacelli y esta tomada en Marzo de 1939, lo cual es escandalosamente falso, ya que además Pacelli fue elegido Papa precisamente el 2 de Marzo de 1939.

A la vista de la que le cayó el propio Cornwell se retractó de buena parte de sus opiniones 5 años después de publicar su libro:

Ahora diría, a la luz del debate y las evidencias suscitadas por el "Papa de Hitler", que Pio XII tenia tan poco margen de maniobra que es imposible juzgar los motivos de su silencio durante la guerra, mientras Roma estaba bajo el talón de Mussolini y mas tarde ocupada por Alemania

Personalmente, tanto el extremismo religioso como el antirreligioso me resultan tremendamente irritantes, especialmente cuando me intentan tomar el pelo.

Saludos cordiales.
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El mito del Papa de Hitler

Mensaje por José Luis » Mié Feb 11, 2009 2:21 pm

¡Hola a todos!

Siempre he mantenido que los libros sensacionalistas son cualquier cosa menos obras académicas, y en el caso de la actitud del Vaticano con el régimen nazi hay mucho sensacionalismo. En realidad, jamás se podrá llevar a cabo un trabajo riguroso relativamente completo hasta que los estudiosos no puedan acceder al material de archivo custodiado en el Vaticano, lo que no quiere decir, no obstante, que no se puedan hacer (de hecho, se han hecho) buenos estudios sobre el tema. Pero siempre serán incompletos.

Lo que sí se puede establecer con fundamento son las diferentes actitudes que tomaron Pío XI (1922-1939) y Pío XII (1939-1958) con respecto al antisemitismo, al racismo y, hasta cierto punto, al régimen nazi. Intentaré resumir algunas de ellas.

En 1928, el Vaticano se pronunció oficialmente sobre el antisemitismo condenándolo y afirmando su deseo de proteger de todo trato injusto a los judíos. En 1937, como ya se ha citado en este topic, Pío XI publicó su Encíclica Mit brennender Sorge, que condenaba el racismo (no a Hitler o el Nacional Socialismo como se ha afirmado erradamente*). En 1938, durante la Anschluss, cuando Hitler entró en Viena, el cardenal Theodore Innitzer ordenó tocar las campanas de las inglesias de la ciudad y ondear la bandera nazi en las mismas. Un colérico Pío XI mandó llamar a Innitzer a Roma para amonestarlo, bronca que fue comunicada vía diplomática a Estados Unidos para que los gobiernos del mundo supieran qué pensaba el Vaticano de la Alemania de Hitler. Poco después, cuando Hitler viajó a Roma en mayo y fue recibido con profusión de esvásticas por Mussolini, Pío XI abandonó la capital como muestra de su reprobación, mientras que el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, publicó un artículo en primera página condenando rotundamente las ideas racistas nazis sobre la puridad de la sangre, y prohibiendo a los católicos enseñar tales ideas. En ese mismo verano, en julio, el gobierno italiano realizó una declaración racista, a la que Pío XI contestó ante dos audiencias que celebró señalando la contradicción existente entre el catolicismo y el racismo. En una de ellas, Pío XI afirmó que "católico" significaba universal, no racista y separatista, y en la otra, una semana más tarde, el Papa dijo ante 200 seminaristas que sólo había una raza humana y que Acción Católica, un grupo activista religioso, debería oponerse al racismo. En septiembre de 1938, Pío XI declaró ante un grupo de peregrinos belgas que los cristianos eran hijos de Abrahan, que el antisemitismo era detestable para los cristianos, y que "espiritualmente somos semitas". "No es posible para los cristianos participar en el antisemitismo", afirmó Pío XI ante los peregrinos belgas.

Sin embargo, Pío XI mantuvo silencio ante los pogromos nazis de noviembre de 1938 (Kristallnacht), y se especula que ello pudo ser debido a la influencia de su secretario, Eugenio Pacelli (el futuro Pío XII), aunque una interpretación más plausible (y en consonancia con su clara actitud anterior contra el antisemitismo) sugiere que Pío XI tenía pensado condenar los crímenes de la Kristallnacht en una encíclica. Es un hecho que Pío XI estaba esperando el borrador de una encíclica (Humani Generis Unitas) sobre el racismo que había encargado en agosto al jesuita americano John LaFarge. Sin que lo supiera el Papa, LaFarge había entregado el borrador de la encíclica, del que era coautor, al general de los jesuitas Wladimir Ledóchowski. Cuando otro coautor del borrador de la encíclica, el jesuita alemán Gustav Gundlach, intentó averiguar por qué el borrador no había sido enviado al Papa, Ledóchowski no le dio explicación alguna y le dijo que no debía preocuparse más por el asunto. Gundlach escribió a LaFarge expresándole sus temores de que el borrador estaba siendo víctima de las intrigas del Vaticano ocasionadas por la esperada muerte de Pío XI, y comunicando que había perdido su confianza en Ledóchowski. Ambos decidieron puentear a su superior, Ledóchowski, pero el borrador no llegó al despacho del Papa hasta semanas o días después de su muerte en febrero de 1939. El manuscrito desapareció inmediatamente.

Años más tarde se descubrieron copias del borrador, donde se condenaba explícitamente el racismo y el antisemitismo racial. Se relacionaba el racismo antisemita alemán con el racismo anti-negro americano, y se lamentaba el hecho de que tales ideas impedían que la Iglesia se convirtiera en "una casa de Dios.....para todas las razas". Gundlach escribió a LaFarge diciendo que la elección de Pacelli para suceder a Pío XI significaba que ahora la diplomacia iba a situarse por encima de la justicia. Y no le faltaba razón, como veremos en otra ocasión al comprobar el drástico giro que asumió Pacelli, Pío XII, con respecto a su predecesor.

* Michael Phayer, The Catholic Church and the Holocaust, 1930-1965 (Bloomington: Indiana University Press, 2000), p. 2. Me he servido de esta obra, pp. 2-5, para la información que precede.

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El mito del Papa de Hitler

Mensaje por José Luis » Mié Feb 11, 2009 6:39 pm

¡Hola a todos!

Dos testimonios importantes sobre el cambio radical en la posición del Vaticano con respecto a las políticas antisemitas tras la muerte de Pío XI y la entronación de Pío XII son los de monseñor John Oesterreicher y Francis Osborne, ministro británico en el Vaticano en 1939. En el verano de 1939, Oesterreicher, un pionero en la mejora de las relaciones católico-judías, escribió que era inconcebible que Pío XII, tras ver como los nazis habían violado sus concordatos previos, se entretuviera con movimientos diplomáticos en vez de denunciar las violaciones nazis. Cuando Alemania invadió Polonia, aterrorizando y asesinando a muchos de sus habitantes, Osborne subrayó las diferencias del nuevo Papa con el anterior: "El Santo Padre parece estar.....adoptando una política tipo-avestruz hacia estas conocidas atrocidades. Se tiene la sensación de que como consecuencia de esta exasperante actitud, la gran autoridad moral de la que gozaba el Papado en todo el mundo bajo Pío XI ha quedado hoy notablemente disminuida".

Antes de convertirse en Pío XII, Pacelli había sido un protagonista clave en el establecimiento de varios tratados entre el Vaticano y varios países entre 1930 y 1939. Además del Concordato con la Alemania de Hitler en 1933, el Tratado de Letrán de 1929, entre el Vaticano y el gobierno italiano de Mussolini, establecía la la Ciudad del Vaticano como estado soberano e independiente en el centro de Roma. Se ha especulado, no sin razón, que el temor a perder los privilegios de Letrán, y quizás la misma existencia del Vaticano, fue probablemente la razón principal del injustificable silencio mostrado por Pío XII ante las atrocidades antisemitas nazis durante la guerra. También se han aducido otras razones, entre ellas su temor a que empeorara la situación de los católicos en Alemania y países ocupados por el Tercer Reich, o su declarado anti-comunismo.

En el Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Budapest en 1938 en un momento de gran auge del antisemitismo en Hungría. ya Pacelli, entonces secretario de estado del Vaticano, se dirigió al congreso haciendo referencia a los judíos “cuyos labios maldicen [de Cristo] y cuyos corazones lo rechazan todavía hoy”.

En 1940, el gobierno de Vichy emitió el primer decreto antisemita prohibiendo a los judíos ocupar cargos públicos. Hubo dos obispos y algunos sacerdotes que apoyaron el decreto; otros se opusieron. En el verano de 1941 el gobierno cursó otro decreto antisemita, y esta vez la reacción católica fue lo suficientemente fuerte como para llevar al gobierno francés a buscar la opinión de la Santa Sede. El embajador de Vichy en el Vaticano, Léon Bérard, reportó al gobierno francés que, tras haber hablado con altas autoridades del Vaticano, la Santa Sede no tenía “dificultades insalvables” con el estatuto y que no tenía intención de verse envuelta en el asunto. En un encuentro público, el nuncio del Vaticano en Francia, Valerio Valeri, se vio en una situación embarazosa cuando Pétain le presentó la información de Bérard. Valeri quiso comprobar la exactitud del informe de Bérard a través del cardenal Maglione, secretario de estado, y supo que Bérard había consultado con algunas de las máximas autoridades del Vaticano: monseñor Dominico Tardini, Secretario de la Sagrada Congregación para Asuntos Extraordinarios, y Giovanni Montini, que se convertiría en el Papa Pablo VI en 1963. Maglione confirmó a Valeri que, aunque el estatuto era desafortunado, el Vaticano no iba a cambiar la réplica dada por Bérard a Pétain. En septiembre de 1941 se aprobaron leyes antisemitas en la católica Eslovaquia, prohibiendo el matrimonio entre judíos y no-judíos. Esta vez, sin embargo, la Santa Sede mostró su reprobación.

La actitud de silencio de Pío XII ante los crímenes de genocidio nazis, especialmente el llamado Holocausto, y ante las denuncias que recibió por diferentes vías de esos crímenes, es, en mi opinión, políticamente discutible, pero difícilmente justificable desde el punto de vista del papel del Papa como representante o cabeza visible de Dios en la tierra. En todo caso, cabe preguntarse qué habría sucedido si Pío XI no hubiese muerto en 1939.

Para las citas he usado la misma fuente del mensaje anterior.

Saludos cordiales
José Luis
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Mensaje por Mannerheim » Mié Feb 18, 2009 3:51 am

José Luis escribió:
Lo que sí se puede establecer con fundamento son las diferentes actitudes que tomaron Pío XI (1922-1939) y Pío XII (1939-1958) con respecto al antisemitismo, al racismo y, hasta cierto punto, al régimen nazi. Intentaré resumir algunas de ellas.

En 1928, el Vaticano se pronunció oficialmente sobre el antisemitismo condenándolo y afirmando su deseo de proteger de todo trato injusto a los judíos. En 1937, como ya se ha citado en este topic, Pío XI publicó su Encíclica Mit brennender Sorge, que condenaba el racismo (no a Hitler o el Nacional Socialismo como se ha afirmado erradamente*).
Hola José Luis,

precisamente Pío XI atribuyó la idea y escritura de la encíclica Mit brennender Sorge al cardenal Pacelli, futuro Pío XII. De hecho la encíclica se publicó directamente en alemán y no en latín, como es habitual, y fue leída en todas las parroquias de Alemania sin previo aviso, para evitar que los nazis lo impidieran.

A ver si tengo tiempo de buscar bibliografía y escribir expresamente sobre los otros hechos que pones como ejemplo y que ocurrieron durante el pontificado de Pío XII, específicamente sobre la Francia de Vichy.

A mi me da la impresión que Pío XII calló y tragó con todo hasta que empezaron las deportaciones a los campos de concentración, ahí empezaron las protestas oficiales, aunque también las hubo en 1939-1940. Cuando vió que no surtían ningún efecto, volvió a callar y trató de que la Iglesia ayudara a escondidas a los perseguidos. Uno no puede dejar de preguntarse si una entidad multinacional con tantos medios y privilegios como la Iglesia Católica no podrían haber hecho más durante la Segunda Guerra Mundial actuando de forma diferente, pero de ahí a deducir que Pío XII fuera un nazi, un antisemita genocida o un colaborador de Hitler creo que hay un abismo que sólo puede ser saltado por aquellos mas interesados en atacar a la Iglesia que a los nazis o por los que pretenden vender mejor un libro.

También es cierto que dándole la vuelta a la tortilla, habría que ver si habiendo estallado la guerra Pío XI hubiera actuado igual que como lo hizo durante los años de consolidación de la Alemania nazi.

Saludos cordiales.
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Mensaje por José Luis » Mié Feb 18, 2009 9:00 am

¡Hola a todos!
Mannerheim escribió: pero de ahí a deducir que Pío XII fuera un nazi, un antisemita genocida o un colaborador de Hitler creo que hay un abismo que sólo puede ser saltado por aquellos mas interesados en atacar a la Iglesia que a los nazis o por los que pretenden vender mejor un libro.
Cierto, pero esa deducción es ajena a mi pensamiento y a lo que he escrito. Me parece un despropósito tildar a Pío XII de antisemita genocida o nazi. Pero entiendo perfectamente a quienes le acusan de ser más, durante ese triste período, un diplomático al uso de la época (defendiendo en esa arena y con el lenguaje típìco de la misma los privilegios del Vaticano y la Iglesia Católica), que el Vicario de Dios en la tierra.

Ciao
JL
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Mensaje por Mannerheim » Mié Feb 18, 2009 9:28 am

José Luis escribió:¡Hola a todos!
Mannerheim escribió: pero de ahí a deducir que Pío XII fuera un nazi, un antisemita genocida o un colaborador de Hitler creo que hay un abismo que sólo puede ser saltado por aquellos mas interesados en atacar a la Iglesia que a los nazis o por los que pretenden vender mejor un libro.
Cierto, pero esa deducción es ajena a mi pensamiento y a lo que he escrito. Me parece un despropósito tildar a Pío XII de antisemita genocida o nazi. Pero entiendo perfectamente a quienes le acusan de ser más, durante ese triste período, un diplomático al uso de la época (defendiendo en esa arena y con el lenguaje típìco de la misma los privilegios del Vaticano y la Iglesia Católica), que el Vicario de Dios en la tierra.
Por supuesto José Luis, desde luego no me refería a tu intervención al hacer mi apreciación, por si no había quedado claro.

Creo que has aportado unos ejemplos que demuestran el comportamiento equívoco de la diplomacia vaticana en esos años donde con sus silencios parece respaldar ciertas medidas amorales desde el punto de vista que se esperaría que defendiera. Yo solo pretendo poner algunos ejemplos donde con sus intervenciones públicas durante la guerra se posiciona claramente del lado de las víctimas. A ver si le vuelvo a echar el guante al "Mito del Papa de Hitler" y algún otro libro.

A partir de ahí, siempre quedará la duda de si Pío XII podía haber hecho más por paliar el desastre, aunque si medidas más drásticas como la excomunión no consiguieron frenar a Federico Barbarroja, Enrique VIII o Napoleón, difícilmente iban las palabras del Papa a hacer mella en la Alemania nazi.

Saludos.
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El mito del Papa de Hitler

Mensaje por José Luis » Mié Feb 18, 2009 10:44 am

Mannerheim escribió: A partir de ahí, siempre quedará la duda de si Pío XII podía haber hecho más por paliar el desastre, aunque si medidas más drásticas como la excomunión no consiguieron frenar a Federico Barbarroja, Enrique VIII o Napoleón, difícilmente iban las palabras del Papa a hacer mella en la Alemania nazi.
Estimado Mannerheim, esos ejemplos (Napoleón y cía) no parecen muy útiles. Pío XII vivió en una época muy diferente, en la que, gracias a la radio, su voz podía llegar a la gran mayoría de fieles católicos (y no fieles) del mundo "civilizado". Y en este sentido, lo que muchos fieles y víctimas echaron en falta durante la orgía asesina nazi fue la ausencia de la voz firme del Papa condenando urbi et orbi los crímenes del régimen nazi. Fue Jesús el Nazareno quien dijo que no se puede servir al mismo tiempo a Dios y al Diablo, y por supuesto no identifico en este caso al Diablo con los nazis, sino con los propios intereses terrenales del Vaticano.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

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