La muerte de Checoslovaquia y sus reacciones

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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Francis Currey
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La muerte de Checoslovaquia y sus reacciones

Mensaje por Francis Currey » Jue Sep 27, 2007 5:24 pm

La muerte de Checoslovaquia

La anexión de Checoslovaquia, por la fuerza, causo un hondo penar en gran parte de la población checa que veía con impotencia como el "rodillo" de Hitler aplastaba su autonomía, conseguida hacia tan solo veinte años.

"Los abajo firmantes cumplen el penoso deber de informar del fallecimiento de su amada hija Checoslovaquia. Su tránsito se produjo el sábado 1 de Octubre de 1938.

Tras la larga y penosa enfermedad, consecuencia de una operación de apéndicitis, confortada por las palabras llenas de una unción de sus ministros, se entregó a la voluntad del Fuhrer a los veinte años de edad.

El acto del sepelio se realizará enre los días 1 y 10 de octubre de 1938, a cargo de la Wehrmacht alemana. La misa en sufragio del alma tendrá lugar el 28 de octubre de 1938 Os ruegan una oración por su eterno descanso, La Sociedad de Naciones, sus padres, Gottwald, Dimitrof Syrovy, sus padres adoptivos; Litvinov Finkelstein (Stalin), su tío.

Empresa de pompas fúnebres: Benes Jacksh y Cía antes Masaryk.

Una vez efectuado el entierro de nuestra amada hija Checoslovaquia, expresamos nuestros agradecimiento a todos cuantos nos confortaron durante estos duros días.

Damos las gracias especialmente a nuestro querido tío L. Funkelstein por sus conmovedoras palabras de despedida, a la coral Moskalia, por su hermoso cántico fúnebre, al valiente y leal Rote Wehr, por su escolta de honor y a su perfecta disciplina; a nuestros amigos Gran tía Au y señorita Rospatnia (cañones) por las lágrimas derramadas y a todos los especialistas orientales y occidentales que han asistiado a nuestra hija desde Versalles hasta Münich. Su asistencianos ha dado pruebas de que sus veinte años de vida no fueron inútiles.

Praga 10 de Octubre de 1938. En nombre de todos los apenados deudos ex Presidente Benes y Liga de Ginebra, sus padres."

Espero que esta introducción sirva para que entre todos podamos recoger todas las reacciones que supuso la anexión checa dentro y fuera de sus fronteras.

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Mensaje por Kasparov » Jue Sep 27, 2007 10:26 pm

Detrás de esa declaración resalta el sentimiento checho. Es duró ser "conquistado" con palabras. Pero como bien dice un film, hay que saber cuando se es conquistado.
Saludos y gracias por el texto Francis.
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"Nosotros no queremos que triunfe un partido ni una clase sobre los demás; queremos que triunfe España como unidad, con una empresa futura que realizar en la que se fundan todas las voluntades individuales. Esto hemos de conseguirlo aún a costa de los mayores sacrificios, pues es mil veces preferible caer en servicio de tal empresa que llevar una vida lánguida, falta de ideal, sin otra meta ni ambición que llegar al día de mañana"

José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia

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Mensaje por José Luis » Vie Sep 28, 2007 7:18 pm

¡Hola a todos!

Ese sarcástico canto fúnebre está bien para el estado o su gobierno, no para la nación checa, para sus gentes, muchas de las cuales combatieron a su manera contra el invasor nazi, en casa y fuera, por tierra y aire.

Después de la invasión de Checoslovaquia en marzo de 1939, cientos de jóvenes checos abandonaron el país con la esperanza de formar unas fuerzas armadas checas en el extranjero. El primer grupo militar de este tipo se formó en Cracovia, Polonia, el 30 de abril de 1939. La mayoría de los voluntarios del ejército checo cruzaron simplemente Polonia para seguir viaje a Francia, donde en tiempos de paz era ilegal formar unidades militares compuestas de extranjeros, por lo que esos checos se unieron a la Legión Extranjera de Francia, con la condición de que si estallaba la guerra, serían libres de combatir con el ejército checoslovaco del extranjero.

En septiembre de 1939 el gobierno francés formó en Agde, sur de Francia, el 1º Batallón de Infantería de las Fuerzas Armadas de Checoslovaquia en el extranjero. El 16 de octubre de 1939 el batallón se expandió a regimiento para formarse un mes más tarde con las llegadas de nuevos voluntarios el 2º Regimiento de Infantería:

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El 15 de enero de 1940 se estableció en Agde la 1ª División de Infantería Checoslovaca, que contó con 11.495 hombres a finales de mayo de 1940. De esa cantidad, 3.326 voluntarios provenían de Checoslovaquia y 8.169 eran expatriados movilizados que vivían en el extranjero. A mediados de junio, 5.000 hombres de la 1ª División de Infantería Checoslovaca combatieron a los alemanes del lado de los franceses.

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Foto del comandante de la división, general Rudolf Viest, en el centro, acompañado por el general de Ejército francés Louis E. Faucher, el jefe de la Misión Militar Francesa.

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Foto de la división en Francia

Tras la debacle aliada en el continente, la división checa reembarcó para Inglaterra:
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Checos por las calles de Liverpool.

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Foto de los checos, todavía con uniforme francés, con un general británico pasando revista, acompañado por el entonces comandante de la división, Brigadier General Bedrich Neumann-Miroslav (3º de la izquierda). En esta foto única se puede ver a la izquierda del general británico, primera fila, a Jan Kubis, y a la derecha del general, primera fila, a Josef Gabcik, futuros miembros de la Operación Anthropoid.

Tras llegar a Inglaterra, los restos de los antiguos miembros de la 1ª División de Infantería Checoslovaca se reunieron en un campo en Cholmondeley, cerca de Chester. De esos restos se formó la 1ª Brigada Mixta Checoslovaca el 12 de agosto de 1940 con Neumann-Miroslav como comandante. Cifraba 3.276 hombres y comprendía cuartel general, dos batallones de infantería, una compañía de ametralladoras, artillería divisional, una batería antiaérea, una batería antitanque, secciones de telégrafos e ingenieros, una compañía motorizada, una sección de motocicletas, un taller de reparación de equipo pesado, y una unidad de reemplazo. En el otoño de 1940 la brigada se trasladó a Leamington Spa, donde permaneció estacionada hasta la primavera de 1942.

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Foto del campo de Cholmondeley

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Foto del castillo alrededor del cual estaba el campo

Durante su estancia, los checos, entre otras actividades recreativas jugaron al fútbol. La foto que sigue muestra el equipo de fútbol checo el 20 de noviembre de 1941 en su encuentro contra Bélgica en la Liga de Ejércitos Aliados. El segundo por la derecha es el paracaidista Ludvik Cupal, que sería miembro de la Operación Tin.
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Fuente de la información y fotografías:
Michal Burian et al, Assassination, Operation Anthropoid, 1941-1942 (Prague: Ministry of Defence of the Czech Republic - AVIS 2002)

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Mensaje por David L » Jue Sep 11, 2008 1:36 pm

Precisamente se cumplen este mes 70 años de aquella tragedia que fue el desmembramiento de Checoslovaquia. La pregunta es si pudo haberse evitado este atropello alemán hacia una nación independiente y soberana. Si uno comprueba las consecuencias que llevó la dejadez franco-británica y sus posteriores efectos adversos para el mundo, la respuesta sería sí. Ahora bien, si nos ceñimos al momento y al contexto internacional bien podemos contestar que la respuesta es no. Desde Londres, que no desde París, se llevaba trabajando desde hacia tiempo para intentar llegar a un acuerdo de mínimos, tanto con Mussolini como con Hitler, que aplacara las ansias expansionistas de estos dos dictadores. Cuando culpabilizo de estas maniobras de apaciguamiento a Londres estas culpas tienen nombres y apellidos: Neville Chamberlain. Seguramente este hombre no comprendió con quien se la estaba jugando. Pensó que sus oponentes eran políticos de la vieja escuela, al estilo británico, y que sería fácil llegar a un acuerdo entre caballeros. Nada más lejos de la realidad. Este error no excluye, dentro del gabinete de Chamberlain, a grandes políticos que con una gran visión veían en Hitler un enemigo preocupante. Lord Vansittard subsecretario de Estado y Anthony Eden, ministro de AAEE, pagaron con su puesto su discrepancia con la teoría de Chamberlain basada en el apaciguamiento de Alemania e Italia. El sustituto de Eden, Lord Halifax, fue elegido precisamente por Chamberlain para asegurar al Premier inglés que nadie osaría desde su gabinete ministerial a torpedear su política indolente hacia Hitler. Menos mal que Halifax, con muy buen criterio, no aceptó una vez estallada la guerra la jefatura de gobierno, sino a lo mejor Inglaterra habría sucumbido a las presiones internas y el armisticio con Alemania hubiera sido una realidad. Churchill fue el elegido y ya sabemos todos como transcurrieron los acontecimientos posteriormente.

A pesar de los mensajes, algunos en propia persona de altos militares alemanes, avisando al gobierno de Londres de lo peligroso que sería para la paz mundial no frenar enérgicamente a Hitler, éstos no hicieron mella en un político con una visión equivocada del rival que tenía enfrente como era Neville Chamberlain y sus principales colaboradores. A veces no hay más ciego que el que no quiere ver.

Un saludo.
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Mensaje por japa » Jue Sep 11, 2008 8:38 pm

Hay un aspecto de la conferencia de munich que ha pasado desapercibido durante décadas. Eso se debió a que la historia oficial es, más o menos, la versión churchilliana del asunto, en la que se alaba mucho a Chamberlain como persona para hundirle como político.

Sin embargo parece ser que la cosa no fue tal y como la pintó el viejo Winston. Según parece el motivo principal para ceder Checoslovaquia no fue apaciaguar a Hitler para ganar la paz (el célebre "paz para nuestros tiempos" de Chamberlain) sino ganar tiempo. ¿Porqué? Porque para el mando inglés era inviable empezar la guerra en el 38 ya que el rearme inglés, que estaba en marcha ya, debía completarse entre 1938 y 1939, momento en que entrarían en servicio los nuevos equipos y muy especialmente los nuevos cazas.

De ahí la imperiosa necesidad de evitar la guerra en el 38. Según parece, tras su célebre frase de "paz para nuestros tiempos" Chamberlain comentó a Eden: "hemos ganado un año, en el mejor de los casos". Es decir, que Chamberlain no era el ingenuo pacifista que nos pinta Churchill, sino un político realista, al menos con los datos a su disposición, que eran erróneos.

Lo que no sabían los ingleses era que en realidad sí estaban preparados en 1938, porque los alemanes no lo estaban y no podían asumir una guerra contra CHecoslovaquia, Francia e Inglaterra. La imagen que se tenía era la de una Alemania armada hasta los dientes, pero en realidad los planes de rearme de la Wermatch no podían completarse antes de 1942, con lo que de haber mantenido firmemente la presión los aliados en el 38 el Heer hubiera depuesto a Hitler (no por amor a la paz, sino por miedo a una derrota por atacar prematuramente. Pero en Londres sólo veían lo que la propaganda alemna mostraba, y eso decidió las cosas.

EL mejor estudio hasta ahora de este periodo, por desgracia, no ha sido traducido al castellano: "The road to the War", de R. Overy, que detalla la política y acciones de netreguerras de todas las naciones implicadas en el conflicto. Un texto soberbio y repleto de información casi desconocida para el gran público. A ver si Tusquets se anima y lo añade a sus otros títulos de Overy.

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Mensaje por David L » Vie Sep 12, 2008 8:58 pm

Seguramente desde un punto de vista militar puede que fuera cierto que Inglaterra deseaba retrasar el enfrentamiento con Alemania. Ahora bien, otra cosa es el punto de vista político. Inglaterra se dedicó todo el período de entreguerras a mantener un hilo de colaboración con Alemania que fraguaron en acuerdos como el Tratado naval de 1935 o la iniciativa de crear el Comité de No Intervención durante la Guerra Civil española. Chamberlain boicoteó a todo aquel que no siguiera su línea de entendimiento con Alemania. El caso de Eden es el más claro exponente de esta política. Por supuesto que Chamberlain no quería rendirse ante Alemania, ni tan siquiera estaba dispuesto a permitir que la libertad de movimientos de Inglaterra se viera obligada a depender de la buena voluntad de los alemanes. La opinión pública británica apoyaba mayoritariamente la táctica de llegar a acuerdos de paz de Chamberlain, nadie hubiera entendido que en septiembre del 38 Inglaterra se hubiera lanzado a la guerra contra Alemania. Tampoco varió mucho la opinión en septiembre del 39, pero el paso dado por Hitler hizo inevitable que Inglaterra, de mala gana, declarara la guerra a Alemania.

Un saludo.
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Mensaje por José Luis » Dom Sep 14, 2008 11:43 am

¡Hola a todos!
David L escribió:Seguramente desde un punto de vista militar puede que fuera cierto que Inglaterra deseaba retrasar el enfrentamiento con Alemania. Ahora bien, otra cosa es el punto de vista político. Inglaterra se dedicó todo el período de entreguerras a mantener un hilo de colaboración con Alemania que fraguaron en acuerdos como el Tratado naval de 1935 o la iniciativa de crear el Comité de No Intervención durante la Guerra Civil española. Chamberlain boicoteó a todo aquel que no siguiera su línea de entendimiento con Alemania. El caso de Eden es el más claro exponente de esta política. Por supuesto que Chamberlain no quería rendirse ante Alemania, ni tan siquiera estaba dispuesto a permitir que la libertad de movimientos de Inglaterra se viera obligada a depender de la buena voluntad de los alemanes. La opinión pública británica apoyaba mayoritariamente la táctica de llegar a acuerdos de paz de Chamberlain, nadie hubiera entendido que en septiembre del 38 Inglaterra se hubiera lanzado a la guerra contra Alemania. Tampoco varió mucho la opinión en septiembre del 39, pero el paso dado por Hitler hizo inevitable que Inglaterra, de mala gana, declarara la guerra a Alemania.

Un saludo.
Amigo David, el punto de vista militar forma parte de la estrategia política. La fuerza militar es un instrumento de la política, y por tanto el punto de vista militar puede ser fundamental a la hora de la toma de decisiones del gobierno de una nación ante un conflicto político internacional. Tal fue el caso del gabinete Chamberlain frente a la crisis germano-checa de primavera-verano de 1938.

La historia suele presentar a Chamberlain como un pacifista fracasado, quizás injustamente. Sin embargo, más allá de la historiografía, resulta irónico comprobar que los oponentes políticos de Chamberlain dentro de Inglaterra lo consideraban demasiado militarista. Cuenta Weinberg que en las elecciones de 1935 los posters políticos de los Laboristas mostraban a Chamberlain como un belicista. Igualmente, antes de Munich, el partido Laborista se opuso al programa de Chamberlain de reconstrucción de la RAF con cazas modernos, como el Hurricane y el Spitfire, como también se opuso después de Munich al reclutamiento obligatorio para crear un ejército. Incluso Churchill, entonces enfrentado con el deseo del partido Conservador de hacer mayores concesiones al movimiento nacionalista en la India, explicó a Hubert Ripka (enviado de Benes) en junio de 1938 en Londres que si él estuviera en el gobierno seguiría la misma política de Chamberlain. Véase Gerhard Weinberg, "Reflections on Munich after 60 Years", en Igor Lukes, The Munich Crisis, 1938: Prelude to World War II (Oxon: Frank Cass & Co. Ltd., 2005), pp. 1-12.

A la hora de analizar la crisis germano-checa de 1938 es importante abandonar, hasta donde sea posible, su visión retrospectiva, y posicionarse en el momento histórico de la época. Había tres potencias comprometidas diplomáticamente con la defensa de la soberanía checa: Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética. Y tres políticas exteriores diferentes, tres fuerzas armadas en muy diferente grado de preparación, dos opiniones públicas (británica y francesa) totalmente contrarias a la guerra, una guerra "civil" en España en la que estaban directamente involucradas tres potencias europeas, y un montón de factores más a tener en cuenta.

La toma de decisiones de Chamberlain, más allá de sus íntimas convicciones, estaba limitada por todos esos factores, ante los que debía ponderar en primer lugar la seguridad y los intereses de Gran Bretaña.

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Mensaje por David L » Lun Sep 15, 2008 4:14 am

Hola José Luis,

Podríamos hacer un juego de palabras y darle la vuelta a tu primera frase quedando ésta de la siguiente manera: “el punto de vista político forma parte de la estrategia militar”. La política en un estado democrático, es decir el poder civil, condiciona en la mayoría de las ocasiones la estrategia militar. Chamberlain era el primer ministro de un país en donde imperaba la democracia por lo que su visión de los asuntos exteriores no sólo eran marcados por actitudes o posibilidades militaristas. Desde luego que GB no era una potencia menor, así que podía mantener una actitud neutral o pasiva antes determinados acontecimientos con una fuerza que no podían otros países más débiles, caso de Checoslovaquia.

Tienes razón cuando comentas que hay que analizar la historia intentando situarse lo más cerca posible al momento histórico, pero eso no es excusa para no poder hacer un balance, medianamente objetivo, sobre la labor de un político. Chamberlain hizo lo que él creía conveniente para la seguridad de su país, eso nadie lo duda, pero hay que reconocer que no dio con la receta adecuada. Por supuesto, aquí el único culpable de que la guerra estallara fue Adolf Hitler.

Yo he hecho una pequeña reflexión sobre el papel jugado por el Sr. Chamberlain en esta crisis, digamos que ha sido “mi protagonista” en esta disertación. Ya he comentado anteriormente que la mayoría del Parlamento británico apoyaba esta política de apaciguamiento. Personas como Eden, Churchill o el mencionado Vansittard no eran muy numerosas, así que Chamberlain se vio apoyado y reforzado en sus convicciones pacifistas, dentro de lo que pueda dar de sí este término en una potencia mundial como era GB.

En defensa de Chamberlain podríamos afirmar que todo su entorno, ya sea político, militar y social estaban abonados al pacifismo, hecho que no es en ninguna manera un descrédito. De todas formas sigo pensando que los británicos no supieron, o no pudieron, hacer frente al gobierno nazi y que éste les venció la mano. Los hechos posteriores confirman que Chamberlain apostó por una política equivocada.

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Mensaje por José Luis » Lun Sep 15, 2008 3:20 pm

¡Hola a todos!

David, hoy casi nadie cuestiona que la política exterior que adoptó el gobierno británico frente a los desafíos de la política exterior del gobierno nazi fue un fracaso. Pero pocos se preguntan cuáles eran las alternativas viables del gobierno británico frente al desafío hitleriano. La crisis de Munich y el Pacto con que temporalmente se solventó en septiembre de 1938 no fue más que el último eslabón de una cadena que se había ido modelando desde la llegada de Hitler al poder, en 1933, y quizás antes. La única alternativa viable del gabinete Chamberlain para frenar las reclamaciones de Hitler sobre Checoslovaquia -más allá de la que adoptó, esto es del appeasement- era la fuerza, es decir, la guerra. Dejando a un margen las posiciones francesa y soviética, Chamberlain tendría que aceptar la apuesta de Hitler, su invasión de Checoslovaquia, y acto seguido declarar la guerra a Alemania. Y dejando a un margen, también, lo que el propio Chamberlain pensara sobre esta alternativa de fuerza, aquí entraba en juego la opinión del EM británico, que, en esencia, afirmaba que GB no estaba preparada para entrar en guerra con Alemania en esos momentos, debido fundamentalmente al estado de su rearme. Dejemos finalmente al margen el que esa afirmación del liderazgo militar británico estuviese fundada en datos reales (que no lo estaba, pues se había sobreestimado la verdadera fuerza de la Wehrmacht).

Si estamos de acuerdo en estos presupuestos generales, creo que resultará imposible ver de qué otra forma podía actuar Chamberlain durante la crisis de 1938 que no fuera la continuación formal del appeasement, que en el fondo no fue otra cosa que ganar tiempo para prepararse para una guerra inevitable.

Sin embargo, la perspectiva puede cambiar radicalmente si contemplamos esa política de appeasement desde mucho tiempo antes de la crisis de Munich, es decir, esencialmente desde la llegada de Hitler al poder. Y entonces ni siquiera podríamos centrarnos exclusivamente en la postura del gobierno británico (sus distintos gabinetes), pues las circunstancias extraordinarias que permitieron a Hitler embarcar a Alemania en un rearme inédito (hasta entonces ningún país en la historia moderna había dedicado presupuestos tan brutales al rearme y expansión de sus fuerzas armadas) estaban fuera del control del gobierno británico. Eran circunstancias de carácter fundamentalmente económico, a escala internacional, y eran consecuencia del gran crack del 29. No es este topic el lugar adecuado para explicarlo, pero diré burdamente que esa terrible debacle financiera internacional propició el que Alemania pudiera liberarse de las obligaciones económicas impuestas por el TdV y aplazar las deudas contraídas con sus prestamistas, en especial, Estados Unidos, que a la sazón entró en una especie de guerra fría comercial con Gran Bretaña y Francia. Esa situación permitió que Hitler dedicara el grueso de sus presupuestos a las fuerzas armadas y a la industria del armamento. Y a lo que voy, esa complicada situación financiera internacional escapaba por entero al control político del gobierno británico.

Parece que todo se confabulara para facilitar los objetivos que tenía Hitler cuando llegó a la Cancillería del Reich.

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Mensaje por David L » Lun Sep 15, 2008 8:35 pm

Hola,

Entiendo que tal vez Chamberlain aplicara aquello de “más vale un mal tratado que una buena guerra”...Soy consciente de la difícil situación por la que tuvo que pasar el Premier británico, pero vuelvo a preguntar¿ se pudo hacer algo más en la vertiente diplomática para frenar a Hitler?

¿Qué pasó con las relaciones franco-británicas con la URSS? ¿Por qué no se aprovechó las teóricas buenas intenciones soviéticas para llegara a un acuerdo en la seguridad colectiva de Europa frente al nazismo? Hasta la caída del ministro de AAEE soviético(mayo del 39), Sr. Litvinov, creo que existía alguna posibilidad de acuerdo. Ya sé que Polonia o Rumanía preferían correr el riesgo de verse atacadas por Alemania antes de permitir el paso de las tropas soviéticas por su territorio, pero es ahí en donde una potencia debe mostrar su peso en el mundo. Pregunto: ¿Se permitió la trituración de Checoslovaquia sólo por la presión alemana o, también existía el miedo a que la URSS accediera en igualdad de condiciones que Francia y GB al control de la seguridad colectiva europea?

Hay otro hilo abierto, en concreto sobre la biografía de Pierre Laval, en donde yo dejaba caer una pregunta sobre el papel de este político en la intención de Francia de cercar mediante tratados a Alemania. Bien, paso la pregunta aquí: ¿era una política equivocada? Creo que Laval sí era consciente de que la URSS era muy necesaria para lograr ese objetivo final que no era otro que evitar el expansionismo alemán. ¿Pensaba lo mismo Chamberlain y su gobierno en 1938?

No sé, me gustaría leer qué opináis al respecto.

Un saludo.
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Mensaje por José Luis » Lun Sep 15, 2008 9:28 pm

¡Hola a todos!

David, la estrategia británica con respecto al continente europeo era clara: impedir que se rompiera el equilibrio de poder. Si Gran Bretaña "condescendió" ocasionalmente con la política exterior alemana fue para impedir que Francia se convirtiese en la potencia continental dominante. En este sentido, a GB no le interesaba una Alemania débil (que podía resultar de un in crescendo de la alianza franco-soviética), como tampoco le interesaba una Francia débil (que podía resultar igualmente de una alianza germano-soviética). Gran Bretaña, en su estrategia, buscaba ser la potencia que, solamente ella, podía deshacer a su beneficio ese buscado equilibrio de poder.

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Mensaje por José Luis » Lun Sep 15, 2008 10:16 pm

David L escribió:. Ya sé que Polonia o Rumanía preferían correr el riesgo de verse atacadas por Alemania antes de permitir el paso de las tropas soviéticas por su territorio.
Esta visión, clásica, al parecer está cuestionada por Hugh Ragsdale en su The Soviets, the Munich Crisis, and the Coming of World War II (New York, 2004).

Todavía no he tenido ocasión de leer este libro, pero Ragsdale, en su prólogo, dice haber encontrado en los archivos de Bucarest pruebas de que el Estado Mayor General rumano dio su consentimiento al tránsito de las tropas del Ejército Rojo para acudir en ayuda de Checoslovaquia, e igualmente en documentos polacos los informes del cónsul polaco en Kishinev sobre el tránsito de grandes cantidades de material militar soviético camino de Checoslovaquia.

Si el tiempo y la ocasión lo permiten, habrá que leer este libro. Datos:

http://www.cambridge.org/catalogue/cata ... 300&ss=cop

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Mensaje por David L » Mié Sep 17, 2008 6:32 am

José Luis escribió:
David L escribió:. Ya sé que Polonia o Rumanía preferían correr el riesgo de verse atacadas por Alemania antes de permitir el paso de las tropas soviéticas por su territorio.
Esta visión, clásica, al parecer está cuestionada por Hugh Ragsdale en su The Soviets, the Munich Crisis, and the Coming of World War II (New York, 2004).

Todavía no he tenido ocasión de leer este libro, pero Ragsdale, en su prólogo, dice haber encontrado en los archivos de Bucarest pruebas de que el Estado Mayor General rumano dio su consentimiento al tránsito de las tropas del Ejército Rojo para acudir en ayuda de Checoslovaquia, e igualmente en documentos polacos los informes del cónsul polaco en Kishinev sobre el tránsito de grandes cantidades de material militar soviético camino de Checoslovaquia.

Si el tiempo y la ocasión lo permiten, habrá que leer este libro. Datos:

http://www.cambridge.org/catalogue/cata ... 300&ss=cop

Saludos cordiales
José Luis
Si los archivos dan veracidad a este hecho que mencionas, sobre el consentimiento del paso de tropas soviéticas por Polonia y Rumanía, estaríamos ante una cuestión que haría mover los cimientos de muchas bases teóricas sobre las relaciones diplomáticas europeas del período de entreguerras.

Un saludo.
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Mensaje por Werto » Mié Sep 17, 2008 1:50 pm

Hola a todos.
Si los archivos dan veracidad a este hecho que mencionas, sobre el consentimiento del paso de tropas soviéticas por Polonia y Rumanía, estaríamos ante una cuestión que haría mover los cimientos de muchas bases teóricas sobre las relaciones diplomáticas europeas del período de entreguerras.
Pues en realiadad no, si entendemos que una de las finalidades de la política exterior británica era hacer chocar a la URSS y a Alemania sin verse salpicada.

Saludos Cordiales.
Jonny coge el Bombardero,
y lo eleva por el cielo,
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Jonny es frio..., y profesional.

Tal vez no veamaos en el ESTAIR, Supendereis.

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Mensaje por David L » Dom Sep 21, 2008 2:01 am

Insinuar a Hitler que Danzig, Austria o Checoslovaquia podrían llegar de una manera pacífica a formar parte del territorio del Reich fue una afirmación demasiado arriesgada por parte de Lord Halifax. Vuelvo a lo que ya dije en un anterior comentario en este mismo hilo: los diplomáticos ingleses utilizaban un lenguaje que “justificaba” una posible intervención de Alemania en los asuntos centroeuropeos. Me refiero a que seguramente el Sr. Halifax daba un significado muy distinto al interpretado por Hitler sobre la posibilidad de llegar a acuerdos sobre estos territorios. Para el canciller alemán este comentario le debió saber a gloria, para él era como si GB dijera..”ahí dejamos una puerta abierta...”, a eso se agarrarían los alemanes con fuerza para seguir apretando las cuerdas a los ingleses

Un saludo..
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