El liderazgo militar de Hitler
Moderador: Francis Currey
¡Hola a todos!
Aquí se trata de debatir sobre el liderazgo militar de Hitler, no necesariamente sobre su liderazgo estratégico en la conducción de la guerra. Aunque ambos están relacionados, cada uno tiene su propia esfera de actuación.
Por ejemplo, cuando Hitler ordenó el ataque a Polonia el 1 de septiembre de 1939, estaba tomando una decisión política. Actuaba así dentro de la esfera de la estrategia o de la gran estrategia. Para ejecutar esa orden, el Alto Mando del Ejército (OKH) había diseñado previamente el plan operacional, es decir, las operaciones militares que debían conducir a la derrota de Polonia.
Hitler no se inmiscuyó en absoluto en la planificación operacional del OKH para la campaña contra Polonia, y en este caso, pues, no se puede hablar de liderazgo militar de Hitler, sino del de sus jefes militares. El liderazgo de Hitler estaba en este caso ceñido al terreno de la estrategia, concretamente el de la política y la economía. Debía calibrar la pregunta fundamental: si hago la guerra a Polonia, ¿cuáles serán las consecuencias políticas con respecto al resto de potencias europeas? Es decir, ¿me declararán la guerra las potencias que están, en la forma que sea, unidas por tratado a Polonia? Y en el caso de que esas potencias, Francia y Gran Bretaña, me declaren la guerra, ¿está Alemania en condiciones de hacerles la guerra y derrotarlas? ¿Cómo será esa guerra, corta o prolongada?
Luego, cuando el 3 de septiembre Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania, la pregunta de Hitler debería ser: ¿debo movilizar todos los recursos humanos y materiales alemanes y poner al país en una economía de guerra total para hacer frente e intentar derrotar a Francia y GB? ¿O debo buscar la paz a cualquier precio?.............
Todas esas preguntas y otras, y sus respuestas y ejecuciones, pertenecían al nivel estratégico de la guerra, no al nivel operacional, militar para entendernos.
En la campaña polaca, el liderazgo militar hay que buscarlo en el OKH y en los mandos de los grupos de ejércitos, así como en el OKL. Hitler se abstuvo de intervenir en la conducción de las operaciones militares.
No fue así, en cambio, en la campaña del Oeste de mayo-junio de 1940, ni en la fase de la planificación operacional (objetivos operacionales de la campaña) ni en su ejecución, esto es, la conducción de las operaciones militares. También metió baza en la campaña contra Escandinavia y ya no dejaría de hacerlo desde la campaña contra la URRSS de junio de 1941.
Es en esas campañas donde hay que enjuiciar el liderazgo militar de Hitler, quien, no lo olvidemos, fue comandante en jefe del Heer a partir de diciembre de 1941 (y era desde la primavera de 1938 comandante en jefe de la Wehrmacht, más allá del título nominal de comandante supremo de las fuerzas armadas alemanas que le confería su jefatura del estado).
Mirad el campo contrario, por ejemplo el aliado. Roosevelt y Churchill eran los conductores de la guerra de Estados Unidos y Gran Bretaña. Decidían cómo manejar y explotar los recursos humanos y políticos (económicos, industriales, etc.) de sus naciones e imperios en orden de conseguir el objetivo estratégico de la guerra: la victoria o la capitulación del enemigo. Pero nunca se metieron en la planificación y conducción de las operaciones militares de sus ejércitos. Éstas estaban bajo el control de sus respectivos estados mayores generales y comandantes generales. Como es lógico, a veces las operaciones militares se veían afectadas, en su desarrollo u objetivos, por decisiones estratégicas o políticas que habían tomado esos dos líderes, pero ellos nunca se metieron a conducir las operaciones militares de sus ejércitos. Su misión, en cuanto a la esfera militar se refiere, era poner a disposición de sus comandantes la mayor cantidad posible de recursos humanos y materiales para que éstos pudieran llevar a cabo con éxito sus diferentes campañas militares.
Hitler, como Stalin inicialmente, no se limitó a eso, sino que entró hasta en puros detalles tácticos. Y es en esa intromisión del liderazgo político en el liderazgo militar donde hay que juzgar, en este topic, el papel que jugó Hitler y cómo afectó al desarrollo de la guerra.
Saludos cordiales
José Luis
Aquí se trata de debatir sobre el liderazgo militar de Hitler, no necesariamente sobre su liderazgo estratégico en la conducción de la guerra. Aunque ambos están relacionados, cada uno tiene su propia esfera de actuación.
Por ejemplo, cuando Hitler ordenó el ataque a Polonia el 1 de septiembre de 1939, estaba tomando una decisión política. Actuaba así dentro de la esfera de la estrategia o de la gran estrategia. Para ejecutar esa orden, el Alto Mando del Ejército (OKH) había diseñado previamente el plan operacional, es decir, las operaciones militares que debían conducir a la derrota de Polonia.
Hitler no se inmiscuyó en absoluto en la planificación operacional del OKH para la campaña contra Polonia, y en este caso, pues, no se puede hablar de liderazgo militar de Hitler, sino del de sus jefes militares. El liderazgo de Hitler estaba en este caso ceñido al terreno de la estrategia, concretamente el de la política y la economía. Debía calibrar la pregunta fundamental: si hago la guerra a Polonia, ¿cuáles serán las consecuencias políticas con respecto al resto de potencias europeas? Es decir, ¿me declararán la guerra las potencias que están, en la forma que sea, unidas por tratado a Polonia? Y en el caso de que esas potencias, Francia y Gran Bretaña, me declaren la guerra, ¿está Alemania en condiciones de hacerles la guerra y derrotarlas? ¿Cómo será esa guerra, corta o prolongada?
Luego, cuando el 3 de septiembre Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania, la pregunta de Hitler debería ser: ¿debo movilizar todos los recursos humanos y materiales alemanes y poner al país en una economía de guerra total para hacer frente e intentar derrotar a Francia y GB? ¿O debo buscar la paz a cualquier precio?.............
Todas esas preguntas y otras, y sus respuestas y ejecuciones, pertenecían al nivel estratégico de la guerra, no al nivel operacional, militar para entendernos.
En la campaña polaca, el liderazgo militar hay que buscarlo en el OKH y en los mandos de los grupos de ejércitos, así como en el OKL. Hitler se abstuvo de intervenir en la conducción de las operaciones militares.
No fue así, en cambio, en la campaña del Oeste de mayo-junio de 1940, ni en la fase de la planificación operacional (objetivos operacionales de la campaña) ni en su ejecución, esto es, la conducción de las operaciones militares. También metió baza en la campaña contra Escandinavia y ya no dejaría de hacerlo desde la campaña contra la URRSS de junio de 1941.
Es en esas campañas donde hay que enjuiciar el liderazgo militar de Hitler, quien, no lo olvidemos, fue comandante en jefe del Heer a partir de diciembre de 1941 (y era desde la primavera de 1938 comandante en jefe de la Wehrmacht, más allá del título nominal de comandante supremo de las fuerzas armadas alemanas que le confería su jefatura del estado).
Mirad el campo contrario, por ejemplo el aliado. Roosevelt y Churchill eran los conductores de la guerra de Estados Unidos y Gran Bretaña. Decidían cómo manejar y explotar los recursos humanos y políticos (económicos, industriales, etc.) de sus naciones e imperios en orden de conseguir el objetivo estratégico de la guerra: la victoria o la capitulación del enemigo. Pero nunca se metieron en la planificación y conducción de las operaciones militares de sus ejércitos. Éstas estaban bajo el control de sus respectivos estados mayores generales y comandantes generales. Como es lógico, a veces las operaciones militares se veían afectadas, en su desarrollo u objetivos, por decisiones estratégicas o políticas que habían tomado esos dos líderes, pero ellos nunca se metieron a conducir las operaciones militares de sus ejércitos. Su misión, en cuanto a la esfera militar se refiere, era poner a disposición de sus comandantes la mayor cantidad posible de recursos humanos y materiales para que éstos pudieran llevar a cabo con éxito sus diferentes campañas militares.
Hitler, como Stalin inicialmente, no se limitó a eso, sino que entró hasta en puros detalles tácticos. Y es en esa intromisión del liderazgo político en el liderazgo militar donde hay que juzgar, en este topic, el papel que jugó Hitler y cómo afectó al desarrollo de la guerra.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
Hola a todos:
Manstein en “Victorias Frustradas” dedica un capítulo a esta cuestión, creo recordar que tres veces solicita al Fürer que las decisiones militares y estratégicas sean tomadas o propuestas por un militar, sin que esto afecte a la persona de Hitler, teniendo la decisión ultima en se persona (desdoblar el mando). Negándose rotundamente, oponiendo que nadie más que él puede evaluar la guerra en su totalidad, ya que los militares solo pueden ver una cara de la guerra y él aducía que las cuestiones económicas y políticas eran fundamentales para ganar la guerra. Ejemplo: Tras los distintos pedidos de Manstein de atrasar la línea del don en el año 1943 para reorganizar la defensa, Hitler se negaba aduciendo que si se perdía la cuenca del Don Alemania no podía continuar la guerra por los minerales que de esa zona no se podrían seguir explotando(tengo que salvar en este escrito que no recuerdo fielmente de que productos se trataba, ya que estoy escribiendo de memoria, pero por eso no dejo de perder el sentido de la idea principal de los motivos que aduce el mariscal sobre Hitler). Otra oposición que pone Hitler es que si sus generales no le hacían caso a él por qué le obedecerían a otro militar. En una entrevista que Manstein tiene con Hitler le hace saber que no solo la superioridad rusa es la causa de estar perdiendo la guerra sino que son las decisiones emanadas por el Alto Mando Alemán, poniendo en tela de juicio al propio Fürer. En lo que sí esta de acuerdo Manstein es en su estado de buen estadista, y no lo descarta como el cabo bohemio, sino que valora su capacidad de relacionar estadísticas de armamentos, municiones, suministros, producciones, etc. Otra cosa que crítica Masntein de Hitler es no tener una estrategia objetiva de continuar la guerra, sino que solo salvaba los problemas operacionales de momento, sin manifestar a sus mariscales cuales eran los objetivos de la guerra a mediano y largo plazo.
Saludos Hernán
Manstein en “Victorias Frustradas” dedica un capítulo a esta cuestión, creo recordar que tres veces solicita al Fürer que las decisiones militares y estratégicas sean tomadas o propuestas por un militar, sin que esto afecte a la persona de Hitler, teniendo la decisión ultima en se persona (desdoblar el mando). Negándose rotundamente, oponiendo que nadie más que él puede evaluar la guerra en su totalidad, ya que los militares solo pueden ver una cara de la guerra y él aducía que las cuestiones económicas y políticas eran fundamentales para ganar la guerra. Ejemplo: Tras los distintos pedidos de Manstein de atrasar la línea del don en el año 1943 para reorganizar la defensa, Hitler se negaba aduciendo que si se perdía la cuenca del Don Alemania no podía continuar la guerra por los minerales que de esa zona no se podrían seguir explotando(tengo que salvar en este escrito que no recuerdo fielmente de que productos se trataba, ya que estoy escribiendo de memoria, pero por eso no dejo de perder el sentido de la idea principal de los motivos que aduce el mariscal sobre Hitler). Otra oposición que pone Hitler es que si sus generales no le hacían caso a él por qué le obedecerían a otro militar. En una entrevista que Manstein tiene con Hitler le hace saber que no solo la superioridad rusa es la causa de estar perdiendo la guerra sino que son las decisiones emanadas por el Alto Mando Alemán, poniendo en tela de juicio al propio Fürer. En lo que sí esta de acuerdo Manstein es en su estado de buen estadista, y no lo descarta como el cabo bohemio, sino que valora su capacidad de relacionar estadísticas de armamentos, municiones, suministros, producciones, etc. Otra cosa que crítica Masntein de Hitler es no tener una estrategia objetiva de continuar la guerra, sino que solo salvaba los problemas operacionales de momento, sin manifestar a sus mariscales cuales eran los objetivos de la guerra a mediano y largo plazo.
Saludos Hernán
No creo que sea necesario, carpin. Al fin y al cabo, está relacionado con el tema, sólo que no lo protagoniza.carpin escribió:Jose Luis, estoy de acuerdo contigo, mi post sobre la movilización total, quizás debería ir en otro lugar. Voy a publicarlo como "What if", o en "Preguntas".
saludos.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
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a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
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¡Hola a todos!
Veamos si animo este topic.
La primera vez que Hitler asumió decididamente una iniciativa militar por cuenta propia fue poco después de ordenar al OKW, el 14 de diciembre de 1939, el estudio de un plan para invadir Noruega. Poco después, cuando Milch (Luftwaffe) supervisaba un plan operacional de acuerdo con las instrucciones de Jodl (OKW), Hitler disolvió el equipo de Milch y estableció una plana mayor secreta para planificar la operación bajo su propia supervisión, poniendo al capitán Theodor Krancke como oficial superior.
Así que Hitler no se ciñó aquí al ejercicio de su propio derecho como jefe del estado de señalar un objetivo estratégico (Noruega) al OKH, como había hecho, por ejemplo, poco tiempo antes, en una directiva del 9 de octubre de 1939, de ordenar al OKH el comienzo de la ofensiva contra Francia (más propiamente ofensiva del Oeste), sino que, por el contrario, en vez de ordenar al OKH que preparase un plan operacional para tal cometido, él mismo usurpó la tarea que le era propia al Generalstab des Heeres.
Poco después, a raíz del incidente del Altmark, el 21 de febrero de 1940, Hitler encargó el plan de la invasión de Noruega al general Nikolaus von Falkenhorst, comandante del XXI Cuerpo de Ejército, que entregaría al cabo de unas cuantas horas, en el mismo día, el plan básico a Hitler. Más tarde, el 1 de marzo de 1940, Hitler firmaría la directiva Wesserübung, la orden definitiva para la ejecución del plan operacional.
Cabe subrayar que ni el OKH ni el OKL (aunque por motivos bien diferentes) estaban de acuerdo no ya con el plan operacional, sino incluso con la conveniencia del ataque. Sin embargo, a mi juicio, las razones estratégicas para la captura de Noruega (y Dinamarca) eran obvias. No me repetiré aquí, pues en su momento ya lo discutimos en:
viewtopic.php?t=1148
Ningún plan de la guerra (con excepción, tal vez, de la contraofensiva de Las Ardenas en diciembre de 1944) fue tanto de Hitler como la operación Wesserübung. No, Hitler no elaboró el plan operacional (no tenía competencia profesional para hacerlo), pero había supervisado cuidadosamente las ideas esenciales. También, cuando la operación se estaba desarrollando y tomó un mal cariz (el ataque aliado a Narvik), mostró Hitler su diletantismo militar sufriendo, en palabras de Jodl, una crisis histérica y casi precipitándose para cancelar toda la operación y retirar a Dietl y sus hombres, a quienes temía perder. Esta situación se repetiría nuevamente, aunque de forma menos histérica, durante el desarrollo de la campaña de Francia de mayo de 1940, cuando Hitler estaba obsesionado (en realidad, incapaz de asumir el éxito) por la idea de un contragolpe aliado contra el flanco sur de la pinza.
En ambas ocasiones mostró Hitler su incompetencia para conducir operaciones militares, más aún de ese calado. No es menos cierto que también mostró un pensamiento “estratégico” de mucho más alcance que el de la mayoría de sus oficiales generales, e igualmente una gran, digamos, intuición táctica. El éxito relativo de Noruega y el insospechado y espectacular éxito de Francia llevaron a Hitler (y a muchos generales de su entorno) a considerarse no ya un genio político –que lo tenía por descontado-, sino un genio militar –que realmente era una borrachera demencial, producto de una buena racha de éxitos-.
Las ideas de Hitler en la planificación estratégica de las operaciones militares no eran, en general, desacertadas, más bien lo contrario. El problema era cuando, dejando esa parcela estratégica, se entrometía y ordenaba sobre cuestiones operacionales, en otras palabras, sobre cómo planificar, ejecutar y desarrollar la campaña militar que, supuestamente, debía conducir a la consecución de los objetivos estratégicos. Aquí, Hitler demostró una incompetencia militar supina, cuestión que por otra parte no era de extrañar, dada su falta de calificación profesional.
Saludos cordiales
José Luis
Veamos si animo este topic.
La primera vez que Hitler asumió decididamente una iniciativa militar por cuenta propia fue poco después de ordenar al OKW, el 14 de diciembre de 1939, el estudio de un plan para invadir Noruega. Poco después, cuando Milch (Luftwaffe) supervisaba un plan operacional de acuerdo con las instrucciones de Jodl (OKW), Hitler disolvió el equipo de Milch y estableció una plana mayor secreta para planificar la operación bajo su propia supervisión, poniendo al capitán Theodor Krancke como oficial superior.
Así que Hitler no se ciñó aquí al ejercicio de su propio derecho como jefe del estado de señalar un objetivo estratégico (Noruega) al OKH, como había hecho, por ejemplo, poco tiempo antes, en una directiva del 9 de octubre de 1939, de ordenar al OKH el comienzo de la ofensiva contra Francia (más propiamente ofensiva del Oeste), sino que, por el contrario, en vez de ordenar al OKH que preparase un plan operacional para tal cometido, él mismo usurpó la tarea que le era propia al Generalstab des Heeres.
Poco después, a raíz del incidente del Altmark, el 21 de febrero de 1940, Hitler encargó el plan de la invasión de Noruega al general Nikolaus von Falkenhorst, comandante del XXI Cuerpo de Ejército, que entregaría al cabo de unas cuantas horas, en el mismo día, el plan básico a Hitler. Más tarde, el 1 de marzo de 1940, Hitler firmaría la directiva Wesserübung, la orden definitiva para la ejecución del plan operacional.
Cabe subrayar que ni el OKH ni el OKL (aunque por motivos bien diferentes) estaban de acuerdo no ya con el plan operacional, sino incluso con la conveniencia del ataque. Sin embargo, a mi juicio, las razones estratégicas para la captura de Noruega (y Dinamarca) eran obvias. No me repetiré aquí, pues en su momento ya lo discutimos en:
viewtopic.php?t=1148
Ningún plan de la guerra (con excepción, tal vez, de la contraofensiva de Las Ardenas en diciembre de 1944) fue tanto de Hitler como la operación Wesserübung. No, Hitler no elaboró el plan operacional (no tenía competencia profesional para hacerlo), pero había supervisado cuidadosamente las ideas esenciales. También, cuando la operación se estaba desarrollando y tomó un mal cariz (el ataque aliado a Narvik), mostró Hitler su diletantismo militar sufriendo, en palabras de Jodl, una crisis histérica y casi precipitándose para cancelar toda la operación y retirar a Dietl y sus hombres, a quienes temía perder. Esta situación se repetiría nuevamente, aunque de forma menos histérica, durante el desarrollo de la campaña de Francia de mayo de 1940, cuando Hitler estaba obsesionado (en realidad, incapaz de asumir el éxito) por la idea de un contragolpe aliado contra el flanco sur de la pinza.
En ambas ocasiones mostró Hitler su incompetencia para conducir operaciones militares, más aún de ese calado. No es menos cierto que también mostró un pensamiento “estratégico” de mucho más alcance que el de la mayoría de sus oficiales generales, e igualmente una gran, digamos, intuición táctica. El éxito relativo de Noruega y el insospechado y espectacular éxito de Francia llevaron a Hitler (y a muchos generales de su entorno) a considerarse no ya un genio político –que lo tenía por descontado-, sino un genio militar –que realmente era una borrachera demencial, producto de una buena racha de éxitos-.
Las ideas de Hitler en la planificación estratégica de las operaciones militares no eran, en general, desacertadas, más bien lo contrario. El problema era cuando, dejando esa parcela estratégica, se entrometía y ordenaba sobre cuestiones operacionales, en otras palabras, sobre cómo planificar, ejecutar y desarrollar la campaña militar que, supuestamente, debía conducir a la consecución de los objetivos estratégicos. Aquí, Hitler demostró una incompetencia militar supina, cuestión que por otra parte no era de extrañar, dada su falta de calificación profesional.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
El liderazgo de Hitler
El asunto a tratar me parece muy interesante. En mi opinión Hitler fue un líder histórico en lo militar y en lo político, que duda cabe, un líder que a la postre resultó muy negativo y nada de genial, ni en un aspecto ni en el otro. Basta con ver las fotos y los documentales de las ruinas de Berlín en 1945 para darse cuenta de la magnitud del desastre al que llevó a su pueblo, y al mundo entero. ¿Es eso genial?. Yo creo que no.
Debo traer a colación aquí la famosa cita de Clausewitz: "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Si ello es así, ¿dejará de entrometerse en la direccíón de la guerra el dirigente de un Estado en guerra?. Yo entiendo que no. Otra cuestión es que mientras las operaciones militares discurran favorablemente el político tenderá a no inmiscurse en los aspectos militares para tener las manos y el pensamiento más libres para dedicarse a otros aspectos del conflicto más propiamente políticos. En cambio, cuando las necesidades aprietan porque el conflicto discurre por unos derroteros adversos, el dirigente político se implicará mucho más en la dirección de las operaciones. También es cierto que los dictadores podrán inmiscuirse más libremente en las operaciones militares que los dirigentes democráticos, pero no debemos olvidar que tanto unos como otros son políticos y que la corrupción es inherente al poder. En este orden de cosas el mismo Winston Churchill no dejó de presionar en 1941 al mando británico en el Norte de Africa para que atacara sin demora. El resultado fue el fracaso de la operación Hacha de guerra. Los errores militares de Hitler fueron mucho más numerosos y mucho más graves (la orden de detener los carros de combate ante Dunkerque, el bombardeo de Londres, la orden de conquistar Ucrania antes que Moscú, y sobre todo, la directiva número 45 que propició la catastrofe de Stalingrado).
Desde el punto de vista político, tampoco creo que sea genial Hitler. Su su política expansionista le llevó a enemistarse con casi todas las potencias mundiales, y para colmo, en menos de seis meses ¡atacar a la Unión Soviética sin previa declaración de guerra, declarar la guerra a Estados Unidos sin exigir que Japón, a su vez, declarara la guerra a la URSS, y todo ello mientras mantenía la guerra con el Reino Unido.
A mi modo de entender, el estallido de la segunda guerra mundial así como su desarrollo solamente pueden entenderse desde la perspectiva de una política expansionista de Alemania que no encuentra enfrente sino una multiplicidad de pequeños Estados que son engullidos uno a uno, y de unas potencias occidentales sumidas en un pacifismo pésimamente entendido cuyos líderes mediocres engañan a sus pueblos miserablemente. Cuando estas potencias consiguen despertar de su letargo el terreno perdido era ya inmenso, como inmensos fueron los sacrificios que debieron acometerse.
Debo traer a colación aquí la famosa cita de Clausewitz: "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Si ello es así, ¿dejará de entrometerse en la direccíón de la guerra el dirigente de un Estado en guerra?. Yo entiendo que no. Otra cuestión es que mientras las operaciones militares discurran favorablemente el político tenderá a no inmiscurse en los aspectos militares para tener las manos y el pensamiento más libres para dedicarse a otros aspectos del conflicto más propiamente políticos. En cambio, cuando las necesidades aprietan porque el conflicto discurre por unos derroteros adversos, el dirigente político se implicará mucho más en la dirección de las operaciones. También es cierto que los dictadores podrán inmiscuirse más libremente en las operaciones militares que los dirigentes democráticos, pero no debemos olvidar que tanto unos como otros son políticos y que la corrupción es inherente al poder. En este orden de cosas el mismo Winston Churchill no dejó de presionar en 1941 al mando británico en el Norte de Africa para que atacara sin demora. El resultado fue el fracaso de la operación Hacha de guerra. Los errores militares de Hitler fueron mucho más numerosos y mucho más graves (la orden de detener los carros de combate ante Dunkerque, el bombardeo de Londres, la orden de conquistar Ucrania antes que Moscú, y sobre todo, la directiva número 45 que propició la catastrofe de Stalingrado).
Desde el punto de vista político, tampoco creo que sea genial Hitler. Su su política expansionista le llevó a enemistarse con casi todas las potencias mundiales, y para colmo, en menos de seis meses ¡atacar a la Unión Soviética sin previa declaración de guerra, declarar la guerra a Estados Unidos sin exigir que Japón, a su vez, declarara la guerra a la URSS, y todo ello mientras mantenía la guerra con el Reino Unido.
A mi modo de entender, el estallido de la segunda guerra mundial así como su desarrollo solamente pueden entenderse desde la perspectiva de una política expansionista de Alemania que no encuentra enfrente sino una multiplicidad de pequeños Estados que son engullidos uno a uno, y de unas potencias occidentales sumidas en un pacifismo pésimamente entendido cuyos líderes mediocres engañan a sus pueblos miserablemente. Cuando estas potencias consiguen despertar de su letargo el terreno perdido era ya inmenso, como inmensos fueron los sacrificios que debieron acometerse.
Hola a Todos:
Sobre esta operación véase: viewtopic.php?t=1542&highlight=luttich
Saludos
Amigo José Luis, solo apuntar que como mínimo has pasado por alto la operación Luttich, que en mi opinión, fue una de las mayores ingerencias de Hitler en cuestiones que no le correspondían. Para mi es el ejemplo perfecto de las injerencias de Hitler quien parece que nunca acabó de comprender que las oportunidades vistas en un mapa no resultan iguales trasladadas a los planos operacionales y tácticos.Ningún plan de la guerra (con excepción, tal vez, de la contraofensiva de Las Ardenas en diciembre de 1944) fue tanto de Hitler como la operación Wesserübung
Sobre esta operación véase: viewtopic.php?t=1542&highlight=luttich
Saludos
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein
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Hola a todos.
Voy a intentar recuperar un poco este tema como decía José Luis. Tu comentabas que también Roosevelt y Churchill participaron en las decisiones militares estratégicas de sus países, la utilización de recursos económicos y humanos, etc. También Stalin participó de forma activa.
Pero me parece que hay una gran diferencia entre lo que hicieron los líderes aliados y lo que hizo Hitler. En varios pasajes de su Historia de la Segunda Guerra Mundial Churchill comentaba con cierto amargor como muchas veces veía sus propósitos frustrados por Lord Ismay y, sobre todo, por el Jefe del Estado Mayor Imperial Brooke. Igualmente, Roosevelt nunca decidía nada a nivel estratégico sin contar, sobre todo, con Marshall. También, creo que en Operación Barbarroja, se comenta como Stalin más de una vez tuvo que tragarse sus ideas ante la insistente oposición de Zhukov. En los tres casos, estos dirigentes dejaban a sus Estados mayores las decisiones operacionales una vez se había tomado la decisión de poner en marcha una operación concreta.
Mientras, en el caso de Hitler, sobre todo a partir del 40-41, este se creía como un genio absoluto que, en consecuencia, nunca se equivocaba. Por ello, pensaba que toda operación militar que el decidiese debía de llevarse a cabo. Y, además, cada vez con mayor frecuencia, quería controlar los asuntos más nimios de cada operación. Al final, su Estado Mayor era una mera caja de resonancia que transmitía las órdenes a los frentes sin tener capacidad de maniobra alguna para alterar las decisiones de Hitler.
Un saludo.
Voy a intentar recuperar un poco este tema como decía José Luis. Tu comentabas que también Roosevelt y Churchill participaron en las decisiones militares estratégicas de sus países, la utilización de recursos económicos y humanos, etc. También Stalin participó de forma activa.
Pero me parece que hay una gran diferencia entre lo que hicieron los líderes aliados y lo que hizo Hitler. En varios pasajes de su Historia de la Segunda Guerra Mundial Churchill comentaba con cierto amargor como muchas veces veía sus propósitos frustrados por Lord Ismay y, sobre todo, por el Jefe del Estado Mayor Imperial Brooke. Igualmente, Roosevelt nunca decidía nada a nivel estratégico sin contar, sobre todo, con Marshall. También, creo que en Operación Barbarroja, se comenta como Stalin más de una vez tuvo que tragarse sus ideas ante la insistente oposición de Zhukov. En los tres casos, estos dirigentes dejaban a sus Estados mayores las decisiones operacionales una vez se había tomado la decisión de poner en marcha una operación concreta.
Mientras, en el caso de Hitler, sobre todo a partir del 40-41, este se creía como un genio absoluto que, en consecuencia, nunca se equivocaba. Por ello, pensaba que toda operación militar que el decidiese debía de llevarse a cabo. Y, además, cada vez con mayor frecuencia, quería controlar los asuntos más nimios de cada operación. Al final, su Estado Mayor era una mera caja de resonancia que transmitía las órdenes a los frentes sin tener capacidad de maniobra alguna para alterar las decisiones de Hitler.
Un saludo.
¡Hola a todos!
A rasgos generales, así fue, WSChurchill, aunque Stalin se lució de lo lindo durante el primer año de la guerra en sus decisiones militares.
El gran problema de Hitler fue parecido al de Stalin, sólo que más profundo y permanente. Las razones, a mi juicio, son de diversa índole.
En primer lugar está la propia naturaleza del régimen político nazi, un sistema totalitario en el que Hitler quería ser para toda Alemania lo que era para su Partido: el amo absoluto.
En segundo lugar están su complejo de inferioridad, su desconfianza enfermiza y su rencor irreprimible hacia quien se atrevía a expresar un punto de vista diferente sobre cuestiones en las que Hitler se creía un experto o en las que consideraba que su autoridad podía quedar en entredicho (aunque sólo fuese en su cabeza).
En tercer lugar está quizás la clave de todo lo que sucedió después en el terreno militar: su deseo (que se cumplió en gran medida a finales de 1941) de que la jefatura del ejército se plegara sin rechistar a sus deseos. La primera crisis con sus militares ocurrió en noviembre de 1937, cuando vio que Blomberg y Fritsch objetaron un montón de problemas a los planes de guerra que les expuso en esa reunión (Protocolo Hossbach). A continuación, en enero de 1938, aprovechó un avatar favorable para destituir a su ministro de Guerra y comandante en jefe de la Wehrmacht, Blomberg. Y acto seguido, auspició y defendió una intriga barriobajera de Göring y Himmler para defenestrar al comandante en jefe del Heer, Fritsch. Con ello dejaba al ejército descabezado en su máximo liderazgo.
Nombró para el puesto de Fritsch a Brauchitsch, que estaba hipotecado por asuntos personales a Hitler y era hombre sin carácter. Dejó sin cubrir (en la práctica lo abolió) el Ministerio de Guerra, la más antigua institución del ejército prusiano-alemán, y "en su lugar" creó el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW), colocando a su cabeza visible a Keitel, tan manso como Brauchitsch pero infinitamente más ruín.
Ya sólo quedaba Ludwig Beck, el jefe del EMG. Y éste, cuando no recibió apoyo de sus camaradas para oponerse a Hitler durante la crisi checa del verano de 1938, dimitió. Su puesto fue ocupado por Halder, que, siendo un hombre intelectualmente honesto, no tenía la personalidad necesaria para enfrentarse a Hitler, y, sobre todo, tampoco contaba con el apoyo de los altos comandantes (Rundstedt y Bock, principalmente).
En el toño de 1939 e invierno de 1939/1940 volvió a surgir la crisis entre Hitler y los jefes del OKH, aunque esta vez estos últimos contaron con casi el apoyo general de todos los jefes del ejército para oponerse a las órdenes de Hitler de comenzar la ofensiva contra Francia ya en el otoño de 1939.
Cuando finalmente comenzó la ofensiva, Hitler intervino decisivamente para desautorizar de forma escandalosa a Brauchitsch, comandante en jefe del ejército, ante Rundstedt, comandante en jefe de un grupo de ejércitos. La tan famosa orden de detener a las formaciones panzer en Dunkerque no provino de Hitler, como tan erradamente se cree, sino de Rundstedt. Cuando Brauchitsch, en virtud de su autoridad, dictó una orden para sacar del control de Rundstedt a los cuerpos panzer que tenía asignados, Hitler, cuando se enteró, desautorizó a Brauchitsch y viajó al cuartel general del GEA para, delante de Brauchitsch, dejar a Rundstedt que tomara la decisión final de si los blindados debían continuar su avance o no. Rundstedt, un comandante de grupo de ejércitos, decidió pararlos. Fue un ultraje digno de la calaña de Hitler.
Y finalmente llegó Barbarroja, la gota que iba a colmar el vaso. Ya hubo problemas de desencuentro (entre Halder y Hitler) durante la planificación operacional, en concreto sobre la prioridad de los objetivos finales. Hitler, sin embargo, dejó claro que Moscú no era objetivo operacional prioritario; Halder no insistió sobre el asunto en la esperanza de que el desarrollo de las operaciones pusiera las cosas en su sitio e hiciera entrar en razón a Hitler.
Así que cuando las cosas se complicaron a finales de julio y principios de agosto, y aprovechando que Hitler estaba enfermo por esas fechas, tanto el OKH como los comandantes superiores del Grupo de Ejércitos Centro trabajaron para la opción Moscú. Hitler se enfadó terriblemente y cursó una nueva directriz explicando, sin ningún lugar a la duda, los objetivos operacionales a seguir. En esos momentos ya puede hablarse de una auténtica crisis de mando entre Hitler y sus principales jefes militares. Luego, cuando llegó el desastre de diciembre, comenzaron las purgas de Hitler, quien a partir de ese momento se autoproclamó comandante en jefe del ejército y ya no dejó de disimular su desconfianza patológica en sus militares. Se había producido la ruptura definitiva.
Y entonces Hitler ya se prodigó como comandante en jefe, en todos los escalones, hasta el mismísimo final de la guerra, tomando decisiones que muchas veces resultaron catastróficas (y de consecuencias irreversibles) y echando la culpa de sus propios fracasos a la desobediencia y falta de voluntad de sus comandantes. Fue el final de aquél ejército extraordinario que habían reformado Scharnhorst y Gneisenau tras el desastre de Jena en 1806.
He dado mi opinión de los motivos que llevaron a Hitler a entrometerse donde no debía, en las operaciones militares. Pero lejos está de mi intención contribuir a otro mito: que Hitler fue el culpable de todos los fracasos militares de la Wehrmacht. Sencillamente, eso es falso. Aunque era lo que les quedaba por escribir a muchos de sus generales después de la guerra.
Saludos cordiales
José Luis
A rasgos generales, así fue, WSChurchill, aunque Stalin se lució de lo lindo durante el primer año de la guerra en sus decisiones militares.
El gran problema de Hitler fue parecido al de Stalin, sólo que más profundo y permanente. Las razones, a mi juicio, son de diversa índole.
En primer lugar está la propia naturaleza del régimen político nazi, un sistema totalitario en el que Hitler quería ser para toda Alemania lo que era para su Partido: el amo absoluto.
En segundo lugar están su complejo de inferioridad, su desconfianza enfermiza y su rencor irreprimible hacia quien se atrevía a expresar un punto de vista diferente sobre cuestiones en las que Hitler se creía un experto o en las que consideraba que su autoridad podía quedar en entredicho (aunque sólo fuese en su cabeza).
En tercer lugar está quizás la clave de todo lo que sucedió después en el terreno militar: su deseo (que se cumplió en gran medida a finales de 1941) de que la jefatura del ejército se plegara sin rechistar a sus deseos. La primera crisis con sus militares ocurrió en noviembre de 1937, cuando vio que Blomberg y Fritsch objetaron un montón de problemas a los planes de guerra que les expuso en esa reunión (Protocolo Hossbach). A continuación, en enero de 1938, aprovechó un avatar favorable para destituir a su ministro de Guerra y comandante en jefe de la Wehrmacht, Blomberg. Y acto seguido, auspició y defendió una intriga barriobajera de Göring y Himmler para defenestrar al comandante en jefe del Heer, Fritsch. Con ello dejaba al ejército descabezado en su máximo liderazgo.
Nombró para el puesto de Fritsch a Brauchitsch, que estaba hipotecado por asuntos personales a Hitler y era hombre sin carácter. Dejó sin cubrir (en la práctica lo abolió) el Ministerio de Guerra, la más antigua institución del ejército prusiano-alemán, y "en su lugar" creó el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW), colocando a su cabeza visible a Keitel, tan manso como Brauchitsch pero infinitamente más ruín.
Ya sólo quedaba Ludwig Beck, el jefe del EMG. Y éste, cuando no recibió apoyo de sus camaradas para oponerse a Hitler durante la crisi checa del verano de 1938, dimitió. Su puesto fue ocupado por Halder, que, siendo un hombre intelectualmente honesto, no tenía la personalidad necesaria para enfrentarse a Hitler, y, sobre todo, tampoco contaba con el apoyo de los altos comandantes (Rundstedt y Bock, principalmente).
En el toño de 1939 e invierno de 1939/1940 volvió a surgir la crisis entre Hitler y los jefes del OKH, aunque esta vez estos últimos contaron con casi el apoyo general de todos los jefes del ejército para oponerse a las órdenes de Hitler de comenzar la ofensiva contra Francia ya en el otoño de 1939.
Cuando finalmente comenzó la ofensiva, Hitler intervino decisivamente para desautorizar de forma escandalosa a Brauchitsch, comandante en jefe del ejército, ante Rundstedt, comandante en jefe de un grupo de ejércitos. La tan famosa orden de detener a las formaciones panzer en Dunkerque no provino de Hitler, como tan erradamente se cree, sino de Rundstedt. Cuando Brauchitsch, en virtud de su autoridad, dictó una orden para sacar del control de Rundstedt a los cuerpos panzer que tenía asignados, Hitler, cuando se enteró, desautorizó a Brauchitsch y viajó al cuartel general del GEA para, delante de Brauchitsch, dejar a Rundstedt que tomara la decisión final de si los blindados debían continuar su avance o no. Rundstedt, un comandante de grupo de ejércitos, decidió pararlos. Fue un ultraje digno de la calaña de Hitler.
Y finalmente llegó Barbarroja, la gota que iba a colmar el vaso. Ya hubo problemas de desencuentro (entre Halder y Hitler) durante la planificación operacional, en concreto sobre la prioridad de los objetivos finales. Hitler, sin embargo, dejó claro que Moscú no era objetivo operacional prioritario; Halder no insistió sobre el asunto en la esperanza de que el desarrollo de las operaciones pusiera las cosas en su sitio e hiciera entrar en razón a Hitler.
Así que cuando las cosas se complicaron a finales de julio y principios de agosto, y aprovechando que Hitler estaba enfermo por esas fechas, tanto el OKH como los comandantes superiores del Grupo de Ejércitos Centro trabajaron para la opción Moscú. Hitler se enfadó terriblemente y cursó una nueva directriz explicando, sin ningún lugar a la duda, los objetivos operacionales a seguir. En esos momentos ya puede hablarse de una auténtica crisis de mando entre Hitler y sus principales jefes militares. Luego, cuando llegó el desastre de diciembre, comenzaron las purgas de Hitler, quien a partir de ese momento se autoproclamó comandante en jefe del ejército y ya no dejó de disimular su desconfianza patológica en sus militares. Se había producido la ruptura definitiva.
Y entonces Hitler ya se prodigó como comandante en jefe, en todos los escalones, hasta el mismísimo final de la guerra, tomando decisiones que muchas veces resultaron catastróficas (y de consecuencias irreversibles) y echando la culpa de sus propios fracasos a la desobediencia y falta de voluntad de sus comandantes. Fue el final de aquél ejército extraordinario que habían reformado Scharnhorst y Gneisenau tras el desastre de Jena en 1806.
He dado mi opinión de los motivos que llevaron a Hitler a entrometerse donde no debía, en las operaciones militares. Pero lejos está de mi intención contribuir a otro mito: que Hitler fue el culpable de todos los fracasos militares de la Wehrmacht. Sencillamente, eso es falso. Aunque era lo que les quedaba por escribir a muchos de sus generales después de la guerra.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
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- Der Brocken
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Bien dices José Luis a algunos general y no todos. Es muy significativo que Jold no le eche toda la culpa al muerto, quizás es el testimonio de un hombre que sabe que va a morir y por eso tiene más valor. Sin embargo un superviviente como Guderian, en Recuerdos de un soldado también sale al paso para cargar premios y castigos en los platillos de la balanza, así por ejemplo acusa al OKH y no a Hitler de haber hecho unas estimaciones muy optimistas sobre la celeridad de Barbarroja, tanto que sólo habían previsto equipo de invierno para 1 de cada 5 soldados, porque esperaban pasar el invierno acantonados y reemprender operaciones en la primavera, no solo eso, sino que exculpa a Hitler de esta falta de previsión, ya que las tropas que dependían directamente de Hitler como la SS o la Lufwaffe que dependían del OKW tenían al completo sus equipos de invierno, esto siempre ha dado lugar a malentendidos respecto a privilegios en los equipos del Heer y la Waffen, pero el origen de algunos errores no fue de Hitler y quizas para evitarlos descendio de forma meticulosa ( de metus ) en la pirámide de mando, por miedo a que se repitieran errores.
Quiero significar lo que diría Hitler miles de veces “die Wahl ist die Qual” La elección es sufrimiento y tanto la estrategia como la táctica son procesos de toma de decisión. Por este motivo voy a cargar en plato de Hitler como estratega y no como el “cabo de bohemia” ( cuando veo un filme en el que se aserta esta frase…tufillo)
Una clave de la preclaridad de Hitler la narra Guderian en su libro afirmando que le costó un esfuerzo ímprobo convencer a los Führunsstabs de que la guerra rápida sólo tenia un axioma:” todas las armas cuerpos y servicios puestos al apoyo de los carros en movimiento”, en cambio Guderian no se inhibe en elogiar a Hitler por la comprensión, el apoyo y promoción recibidos y con lo que ello conlleva de impulso de la táctica panzer. Puede que a lo mejor por ser simple cabo se deslumbró, pero ese cabo sabía lo que quería, habia leido Infanterie greif an y convirtió a Rommel de comandante en Goslar a Mariscal en Francia
Respecto a la sustitución de cañones de los panzer III y IV también fue cosa personal de Hitler, también lo menciona Guderian en su libro, y también fue negligencia del OKW el no colocarlos a tiempo para Barbarroja.
Abrir el segundo frente, cosa odiada por Hitler hasta 1941, se hizo necesario, ya que después del golpe de mano en Belgrado los Rusos plantearon un nuevo estatus quo, fue muy difícil reconducirles y amenazaron a Bulgaria y a Rumania. El que golpea antes golpea dos veces, había una posibilidad, y fue una ventana antes de que fuera demasiado tarde.
La ofensiva del 42 hacia el Caucaso, era estratégica, se llamaba PETROLEO. Mantener los puertos del Oeste hasta el último día de la guerra retrasó todo el año 1945 a los aliados y también fue empeño de Hitler.... son muchas cosas las que indican que Hitler sí tenia idea geopolítica aunque no hubiera pisado una academia militar.
Cometió errores catastróficos por su ignorancia, pero Hitler no era un quiromántico. El peor error estratégico fue la política de alianzas. No supo o no pudo involucrar a países como Turquía o España y dar a sus aliados el mismo material que ellos tenían, llevar la guerra todo lo lejos posible y con la misma intensidad que en Alemania. A todo esto hay que sumar la poca simpatía que despertaba su política pangermanica y su desafío gratuito a los Estados Unidos que no querían pagar más guerras.
Respecto a la capacidad como estrategas de los aliados no quiero menospreciarla, pero al tener que tomar decisiones consensuadas nunca entraban en cuestiones particulares y decidiendo poco te equivocas poco; Asi Los errores caian en los generales y sirva de Ejemplo Market Garden que hubiese llevado a Montgomery a un tribunal de guerra en otras circunstancias.
Quiero significar lo que diría Hitler miles de veces “die Wahl ist die Qual” La elección es sufrimiento y tanto la estrategia como la táctica son procesos de toma de decisión. Por este motivo voy a cargar en plato de Hitler como estratega y no como el “cabo de bohemia” ( cuando veo un filme en el que se aserta esta frase…tufillo)
Una clave de la preclaridad de Hitler la narra Guderian en su libro afirmando que le costó un esfuerzo ímprobo convencer a los Führunsstabs de que la guerra rápida sólo tenia un axioma:” todas las armas cuerpos y servicios puestos al apoyo de los carros en movimiento”, en cambio Guderian no se inhibe en elogiar a Hitler por la comprensión, el apoyo y promoción recibidos y con lo que ello conlleva de impulso de la táctica panzer. Puede que a lo mejor por ser simple cabo se deslumbró, pero ese cabo sabía lo que quería, habia leido Infanterie greif an y convirtió a Rommel de comandante en Goslar a Mariscal en Francia
Respecto a la sustitución de cañones de los panzer III y IV también fue cosa personal de Hitler, también lo menciona Guderian en su libro, y también fue negligencia del OKW el no colocarlos a tiempo para Barbarroja.
Abrir el segundo frente, cosa odiada por Hitler hasta 1941, se hizo necesario, ya que después del golpe de mano en Belgrado los Rusos plantearon un nuevo estatus quo, fue muy difícil reconducirles y amenazaron a Bulgaria y a Rumania. El que golpea antes golpea dos veces, había una posibilidad, y fue una ventana antes de que fuera demasiado tarde.
La ofensiva del 42 hacia el Caucaso, era estratégica, se llamaba PETROLEO. Mantener los puertos del Oeste hasta el último día de la guerra retrasó todo el año 1945 a los aliados y también fue empeño de Hitler.... son muchas cosas las que indican que Hitler sí tenia idea geopolítica aunque no hubiera pisado una academia militar.
Cometió errores catastróficos por su ignorancia, pero Hitler no era un quiromántico. El peor error estratégico fue la política de alianzas. No supo o no pudo involucrar a países como Turquía o España y dar a sus aliados el mismo material que ellos tenían, llevar la guerra todo lo lejos posible y con la misma intensidad que en Alemania. A todo esto hay que sumar la poca simpatía que despertaba su política pangermanica y su desafío gratuito a los Estados Unidos que no querían pagar más guerras.
Respecto a la capacidad como estrategas de los aliados no quiero menospreciarla, pero al tener que tomar decisiones consensuadas nunca entraban en cuestiones particulares y decidiendo poco te equivocas poco; Asi Los errores caian en los generales y sirva de Ejemplo Market Garden que hubiese llevado a Montgomery a un tribunal de guerra en otras circunstancias.
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Una dudilla que me acaba de asaltar al leer esto, pensaba que la traduccion exacta era cabo bohemio por hedonista, no cabo de Bohemia, region de la actual Republica Checa.Der Brocken escribió: Por este motivo voy a cargar en plato de Hitler como estratega y no como el “cabo de bohemia” ( cuando veo un filme en el que se aserta esta frase…tufillo)
"Haga la guerra con todo el mundo, pero la paz con Inglaterra"
El duque de Alba a Felipe II
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No,no era por afearle un supuesto siberitismo hedonista o una vida desordenada,era un motete puramente despectivo para aludir a las carencias de formación ortodoxa en la táctica militar que aquejaban a alguien que sólo llegó a cabo en la Gran Guerra----aunque ganando la Cruz de Hierro,cosa que omitenlos viscerales detractores de Hitler---y cuyos orígenes nacioneles eran dudosos,ya que para la alta oficialidad prusiana,austriaco o checo---Bohemia--- venía a ser lo mismo.
El despreciativo mote se lo pusieron los altos jerarcas del Ejército allá por el 34,en cuanto murió Hindemburg y hitler lo acaparó todo.Book o Leeb eran los que más se referían a él en público con ese epíteto,otros como Speidel,frick,Halder o Beck le llamaban "el kienbolo",fonética y semántica intraducible porque es jerga barriobajera alemana,vendría a ser algo así como mentecato,cretino,advenedizo.....
Salu2
El despreciativo mote se lo pusieron los altos jerarcas del Ejército allá por el 34,en cuanto murió Hindemburg y hitler lo acaparó todo.Book o Leeb eran los que más se referían a él en público con ese epíteto,otros como Speidel,frick,Halder o Beck le llamaban "el kienbolo",fonética y semántica intraducible porque es jerga barriobajera alemana,vendría a ser algo así como mentecato,cretino,advenedizo.....
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Si, si, a eso me referia con hedonista, a alguien que no ha llegado a oficial porque no ha querido estudiar ni se ha especializado academicamente sobre la direccion militar aunque quiere manejarlo todo y se cree que lo sabe todo. No conocia la parte de los origenes nacionales dudosos en la que equipararan bohemio con austriaco.22 kilometros escribió:No,no era por afearle un supuesto siberitismo hedonista o una vida desordenada,era un motete puramente despectivo para aludir a las carencias de formación ortodoxa en la táctica militar que aquejaban a alguien que sólo llegó a cabo en la Gran Guerra----aunque ganando la Cruz de Hierro,cosa que omitenlos viscerales detractores de Hitler---y cuyos orígenes nacioneles eran dudosos,ya que para la alta oficialidad prusiana,austriaco o checo---Bohemia--- venía a ser lo mismo.
El despreciativo mote se lo pusieron los altos jerarcas del Ejército allá por el 34,en cuanto murió Hindemburg y hitler lo acaparó todo.Book o Leeb eran los que más se referían a él en público con ese epíteto,otros como Speidel,frick,Halder o Beck le llamaban "el kienbolo",fonética y semántica intraducible porque es jerga barriobajera alemana,vendría a ser algo así como mentecato,cretino,advenedizo.....
Gracias.
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