How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

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axmann
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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Mar Ago 06, 2013 8:09 am

Mi apreciado Antonio Machado!

Muchísimas gracias por tus comentarios, realmente algunos de ellos me han parecido de gran provecho.

Tu contribución sobre el "Saludo nazi al Rey Jorge VI" me ha resultado de sumo interés. Sin duda que la versión suministrada en la biografía de Ribbentrop dista de aquella que nos cuenta Spitzy, este último no pone en duda la intencionalidad de su jefe al realizar el saludo. Por otra parte, a diferencia de Michael Bloch, Spitzy sí refiere que ese primer incidente causó cierto revuelo en la prensa británica, lo que ocasionó que para el siguiente acto la expectativa sobre la conducta de Ribbentrop captara todas las atenciones de los presentes y la prensa. Gracias por esa interesante referencia, es muy enriquecedor apreciar las distintas versiones de los hechos que pueden encontrarse sobre un mismo evento; un gran estímulo para seguir leyendo y profundizando sobre estos temas.

Igualmente, es interesante saber que esa biografía que refieres no relata en detalle la anécdota relativa al informe de Ribbentrop sobre la eventual reacción británica ante el Anschluss. Creo que es interesante ver que Spitzy, como protagonista de esos hechos, puede concedernos un ángulo distinto de ciertos acontecimientos de los cuales hemos podido tener noticia por medio de otros autores o historiadores. Sería interesante determinar si estas memorias de Spitzy han sido consultadas por estudiosos sobre la vida de Ribbentrop o sobre estos particulares eventos. Entiendo, según recuerdo que menciona Spitzy, que otro de sus compañeros del equipo de Ribbentrop escribió otras memorias, así que parece que siempre se podría tener acceso a más de una versión de los mismos hechos.

Respecto a los relatos de la conspiración de 1934, coincido contigo que uno siempre se sorprende por todo lo que queda por descubrir sobre todos los eventos que rodean este período histórico. Creo que la mayoría de los libros de historia que he leído no se detienen en detalle a narrar el intento de golpe de Estado en Austria, simplemente se limitan a resaltar la vinculacón política de los conspiradores con la Alemania nazi. Pero, el relato de Spitzy revela una visión mucho más compleja detrás de todo ese asunto. Ciertamente que Rintelen debió pensar que lo importante era acceder al poder, indistintamente del aliado que le facilitara tal tarea, ya después él vería como enderezar el camino y reinstaurar la legalidad en el país. No obstante, coincido con Spitzy que Rintelen se estaba autoengañando al pensar que tenía un peso determinante en el curso de los acontecimientos. En mi opinión, los nazis austríacos necesitaban una figura con cierta estatura política a nivel nacional e internacional, de manera que pudiera apaciguar las primeras reacciones contra el "putsch"; pero, no dudo de que la agenda política que prevalecería, de triunfar el golpe, hubiera sido la impuesta por el partido nazi.
Antonio Machado escribió:La lucha por la simpatía y la aprobación de Hitler llegó a convertirse en una obsesión para los altos Nazis: el lugar de cada silla, una breve mención del nombre de uno de ellos, un gesto amistoso, todo era valorado y aquilatado al máximo por quien lo recibía y visto con envidia por los demás.

El Arquitecto Albert Speer cuenta que luego de algunas reuniones entre él y su Führer, éste le hizo un honor tan alto como inesperado
Con relación a esa competencia por el favor del dictador, sí que resulta interesante apreciar como todo regimen totalitario y personalista exhibe tan grosera falta de institucionalidad, siendo la voluntad exclusiva (el capricho) de un hombre lo que determina la suerte de los hombres y de todo un país. Muy interesante que traigas a colación esa anécdota de Speer, así como las anotaciones del diario de Goebbels, lo que refuerza esa imagen que podemos recrear en nuestras mentes acerca de ese clima de pánico y terror que debía generar sentirse excluido del favor del líder, caer en desgracia ante éste, o, por el contrario, la sensación de importancia y honor que se podía experimentar al saberse honrado con un gesto del todopoderoso, suficiente para marcarte dentro de sus preferencias.
Antonio Machado escribió:obre este último punto, he leído que los científicos Nazis en el campo de la Medicina fueron los primeros en demostrar los efectos perjudiciales que el tabaquismo causa sobre la salud humana
Muy interesante esta contribución. En una ocasión, leí un artículo de la prensa española donde reseñaban las contribuciones al avance de la medicina que se derivaron de los hallazgos científicos obtenidos por los médicos nazis durante sus experimentos sobre humanos. El artículo destacaba que, a pesar de lo reprochable de esas prácticas médicas, la información científica recopilada permitió a los científicos de la post-guerra avanzar a grandes pasos para esclarecer ciertos aspectos en el mundo de la medicina, que quizás por otros métodos más convencionales hubiesen podido ser mucho más difícil de vislumbrar. Advierto que el artículo no tenía un tono justificatorio, simplemente reseñaba ese hecho puntual.

En cuanto al incidente del hombre que burló los anillos de seguridad de Hitler para formular una trivial petición, coincido contigo que es la primera vez que leo tal anécdota. Ignoro si exista alguna otra referencia del mismo hecho. No obstante, son estos pequeños hallazgos lo que hacen más interesante la lectura de unas memorias como éstas.

Nuevamente te agradezco tu paciencia y dedicación de leer y comentar mis reseñas, valoro mucho tu gesto. Asimismo, espero con interés la recensión que preparas de la biografía de Magda Goebbels.

Un gran abrazo,

axmann
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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Mar Ago 06, 2013 8:10 am

Pacto de Munich. Goering: injusticia en Nuremberg. Discurso de Hitler en Saarbrücken el 9-10-1938.

Spitzy considera que el héroe de esa jornada fue el intérprete de Hitler, Paul Schmidt, quien realizó un trabajo maestro para conducir esa indisciplinada orquesta de estadistas. Schmidt logró calmar a los presentes cuando algunos se precipitaban a hablar sin ni siquiera dar chance de que el intérprete culminara su labor de traducir lo dicho por quien había intervenido con antelación; asimismo, en algunas ocasiones, debió de suavizar algunas intervenciones para mantener cierta armonía en la discusión. El resultado final de la conferencia no convenció a Hitler, quien se percató que un resultado semejante lo habría podido obtener con una simple negociación bilateral con Inglaterra, que quizás había podido significar el inicio de un entendimiento anglo-germano. El mérito final del pacto de Munich recayó sobre Mussolini y Chamberlain. Pero, en realidad, el pacto contenía casi completamente la propuesta esbozada inicialmente por Goering, Neurath y Weizsäcker unos días previos y aprobada por Hitler. Los alemanes pasaron dicha propuesta a Attolico, el embajador italiano en Berlin, quien la comunicó a Ciano y Mussolini, siendo éste último el responsable de proponerla al inicio de la conferencia. (p. 252)

Las restantes delegaciones estaban ya en conocimiento de esa pequeña jugada secreta, por lo que se alcanzó rápidamente un acuerdo. (p. 253)

Spitzy reconoce los méritos de Goering al intervenir en diversas ocasiones para evitar la guerra cuando la creciente tensión de los hechos parecía anunciar tal desenlace. Por consiguiente, considera incomprensible que Goering fuera condenano en los juicios de Nuremberg por haber conspirado para el estallido de una guerra de agresión. El General Stehlin, oficial de la aviación francesa que participó en la Conferencia de Munich como asesor de Francois-Poncet, le comentó a Spitzy en su hogar, en Paris, en 1973, que, había visitado varias veces a Churchill en 1946. En una ocasión, Stehlin le pidio a Churchill que interviniera en favor de Goering en los juicios de Nuremberg. No obstante, el estadista inglés había declinado tal sugerencia, considerando que todo estaba bien y no deseaba involucrarse en ese asunto. Años más tardes, cuando Churchill ya se había familiarizado más con la historia de Alemania, tuvieron ocasión de reunirse nuevamente, oportunidad en la que Churchill le dijo a Stehlin: "Estaba equivocado acerca de Goering. Nosotros hicimos una injusticia con él, lo lamento". (p. 253)

Poco después de Munich, un particular hecho enturbió nuevamente las relaciones entre Alemania e Inglaterra: el discurso de Hitler en Saarbrücken el 9 de octubre de 1938. De seguidas, la noche de los cristales rotos en noviembre de ese año contribuyó a reforzar una negativa impresión en la opinión pública internacional. Culminando este proceso de deterioro de las relaciones diplomáticas del Reich con la invasión de Checoslovaquia en marzo de 1939. (p. 258)

Con relación al discurso del 9 de octubre, Spitzy refiere la razón detrás de tan agresivo ataque contra los ingleses a tan poco tiempo de haberse alcanzado el acuerdo de Munich. Como era costumbre, Spitzy debía remitir a Hewel cierto material para ser presentado al Führer, como informes de los embajadores, telegramas, etc. Entre estos documentos se encontraba un telegrama del embajador alemán en Londres, von Dirksen, en que reseñaba una conversación sostenida con Lord Halifax, el Secretario de Exteriores británico. A lo largo de la charla, el representante inglés había intercedido por la liberación del pastor protestante Niemöller, quien se encontraba recluido en un campo de concentración. Un gesto semejante podría contribuir a mejorar la percepción británica respecto a Alemania, afirmó el ministro. Spitzy se enteró que Niemöller era una especie de prisionero privado del Führer, quien no le perdonaba la hipocresía mostrada hacia el régimen. Según le contaron a Spitzy, Niemöller había manifestado su acuerdo con el nazismo durante una entrevista que sostuvo con Hitler. No obstante, al poco tiempo, los servicios de inteligencia habían grabado una conversación telefónica del sacerdote donde se evidenciaba su doble discurso y sugiriendo que debía promoverse una campaña internacional contra el régimen. Hitler encolerizó cuando supo de tal dualidad del presbítero y ordenó recluirlo, siendo improbable que pudiera recuperar su libertad. (pp. 258-259)

Consciente de que ese telegrama pudiera ocasionar mucho daño a las relaciones con el Reino Unido, Spitzy decidió llamar a Hewel y recomendarle que mejor ocultara de la vista del Führer tal documento. Hewel prometió seguir dicha sugerencia. No obstante, para gran sorpresa de Spitzy, el 9 de octubre de 1938 escuchó por radio el discurso de Hitler, quien profirió salvajes ataques contra los británicos. Cuando Spitzy contactó a Hewel, posteriormente, para averiguar qué había pasado, éste le relató que el discurso estaba listo la noche anterior y no contendría ninguna referencia significante en materia exterior. Sin embargo, lamentablemente, cuando Hewel se encontraba trabajando con los papeles remitidos por Spitzy en el tren de Hitler, ya tarde en la noche, éste se había aproximado por detrás y le interrogó qué hacía, mientras observaba su faena por encima de sus hombros. Hewel se puso nervioso y respondió esquivamente. Entonces, Hitler le replicó que siguiera trabajando que tan sólo se quedaría un rato observando. Es justo en ese momento cuando Hewel se topó con el mencionado telegrama entre los documentos contenidos en la carpeta, con cierta prisa procuró ocultar el papel de la vista de Hitler, pero su intento resultó infructuoso. La reacción de Hewel y el mismo documento habían captado la atención de Hitler, quien se interesó por ver el telegrama. Como podía esperarse, apenas le echó un vistazo al mensaje, Hitler enfureció, insultó la insolencia de los plutócratas y aristócratas británicos y amenazó que les daría lo que se merecían. Hitler cuestionó la osadía de interferir en asuntos internos de Alemania, preguntándose cuál sería la reacción de los ingleses si su embajador intentara interceder por el destino de los prisioneros irlandeses. En su arrebato, Hitler ordenó despertar a sus secretarias inmediatamente y dictó un nuevo discurso, condenando a la basura la versión original del discurso. (p. 260)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Mar Ago 06, 2013 8:11 am

Justificación del Anschluss

Spitzy señala que Hitler fue prácticamente forzado a marchar sobre Austria porque él temía correr el riesgo de que se diera la posibilidad de la intervención de otros poderes. En especial, Hitler temía que los húngaros, los yugoslavos y los italianos, quienes estaban al acecho en las fronteras de Austria, pudiesen buscar tomar ventaja de un alzamiento en las provincias del sur (Burgenland, Styria and Carinthia) para intervenir -supuestamente sólo temporalmente- para salvaguardar sus intereses y proteger sus minorías nacionales. Únicamente a través de la rápida movilización de tropas alemanas podía desactivarse esa amenaza. En respaldo a esta tesis, Spitzy añade que el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Salzburg, Dr Gerhard Botz, cuya tendencia política es de izquierda, expresó una tesis semejante en un programa de televisión, afirmando que si Hitler no hubiese intervenido entonces una guerra civil hubiese estallado en Austria. (p. 202)

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Antonio Machado
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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por Antonio Machado » Mar Ago 06, 2013 8:59 pm

Hola Axmann, estimado amigo !

axmann escribió: Tu contribución sobre el "Saludo nazi al Rey Jorge VI" me ha resultado de sumo interés. Sin duda que la versión suministrada en la biografía de Ribbentrop dista de aquella que nos cuenta Spitzy, este último no pone en duda la intencionalidad de su jefe al realizar el saludo. Por otra parte, a diferencia de Michael Bloch, Spitzy sí refiere que ese primer incidente causó cierto revuelo en la prensa británica, lo que ocasionó que para el siguiente acto la expectativa sobre la conducta de Ribbentrop captara todas las atenciones de los presentes y la prensa. Gracias por esa interesante referencia, es muy enriquecedor apreciar las distintas versiones de los hechos que pueden encontrarse sobre un mismo evento; un gran estímulo para seguir leyendo y profundizando sobre estos temas.
Efectivamente, Axmann, el leer distintas fuentes y versiones enriquece nuestra visión de los sucesos, desde los inmensos temas como los referentes a la geopolítica y las estrategias militares, pasando por lo táctico y coyuntural hasta llegar a lo circunstancial y anecdótico, como es el caso que nos ocupa. Es sorprendente la manera en que unos y otros han captado e interpretado la misma realidad, el mismo acontecimiento, especialmente si se leen testimonios de varios testigos presenciales (como en el caso de este incidente) o si se leen los libros escritos por los líderes o protagonistas intermedios de los distintos bandos en pugna.

Tu comentario ha traído a mi memoria el concepto de “Perspectivismo nietzscheniano", pues como sabes el gran filósofo alemán postulaba que "No existe una verdad, solamente existen perspectivas"; así, este magnífico Foro vemos con frecuencia diversas opiniones sobre los mismos acontecimientos, todas ellas igualmente válidas y respetables.
Tomar en cuenta lo anterior es esencial cuando se estudian hechos controversiales, de ahí la importancia de ampliar nuestras fuentes y abundar nuestras lecturas.

Además de lo anterior, ocurre que luego de leer un libro el contenido de éste abre muchos posibles caminos por explorar y nuevas perspectivas sobre lo tratado. De mi recensión de "París, 1919: los seis meses que cambiaron el mundo" surgió en mí la necesidad de leer las biografías de los principales protagonistas de las reuniones de Versalles: Woodrow Wilson, Georges Clemenceau, David Lloyd George, Vittorio Orlando... así como de sus coetáneos indirectamente relacionados con ese acontecimiento: Lenin, Trotsky, el Kaiser Guillermo II de Alemania, etc.: cada uno veía lo que estaba sucediendo en París desde una perspectiva distinta y en algunos casos hasta contradictoria.

Luego de mi reseña de Goebbels, igualmente, patenticé la necesidad de leer varias biografías suyas escritas por otros autores, cada uno de los cuales aporta versiones disímiles, discordantes y hasta opuestas de ese Maquiavelo del Siglo XX.

Lo mismo sucede con el factor tiempo, es decir, con el paso del tiempo: si vemos un acontecimiento histórico como una frase escrita en el tablero de un aula y vemos el resto del salón como el tiempo que transcurre a partir del mismo, observamos que quienes vivieron en la época en que acaeció el suceso tienen su rostro casi pegado al pizarrón y por tanto carecen de una visión amplia y abarcadora que les permita ubicarlo apropiadamente en su contexto histórico; en cambio, a medida que aumentamos la distancia entre nosotros y el tablero -es decir, a medida que pasa el tiempo- podemos ubicar el mismo suceso en un contexto más extenso, pues al mismo tiempo que leemos la frase de marras también leemos otras frases anteriores y posteriores a la misma, lo cual nos permite compararla y contrastarla, formándonos así una mejor visión de lo ocurrido, lo anterior sucede con frecuencia cuando los Gobiernos desclasifican documentos clave que arrojan nuevas luces sobre viejos acontecimientos.



axmann escribió: Igualmente, es interesante saber que esa biografía que refieres no relata en detalle la anécdota relativa al informe de Ribbentrop sobre la eventual reacción británica ante el Anschluss. Creo que es interesante ver que Spitzy, como protagonista de esos hechos, puede concedernos un ángulo distinto de ciertos acontecimientos de los cuales hemos podido tener noticia por medio de otros autores o historiadores. Sería interesante determinar si estas memorias de Spitzy han sido consultadas por estudiosos sobre la vida de Ribbentrop o sobre estos particulares eventos. Entiendo, según recuerdo que menciona Spitzy, que otro de sus compañeros del equipo de Ribbentrop escribió otras memorias, así que parece que siempre se podría tener acceso a más de una versión de los mismos hechos.
Apreciado amigo Axmann: después de leer este párrafo regresé a la obra de Michael Bloch "Ribbentrop, una biografía" y consulté en su bibliografía: efectivamente, menciona esta obra que estás reseñando, en la versión en idioma alemán "Reinhard Spitzy: So haben wir das Reich Verspielt", publicada en Munich en 1986.

Quién será el compañero de Spitzy que mencionas, quien también escribió sus Memorias ?



axmann escribió: Respecto a los relatos de la conspiración de 1934, coincido contigo que uno siempre se sorprende por todo lo que queda por descubrir sobre todos los eventos que rodean este período histórico. Creo que la mayoría de los libros de historia que he leído no se detienen en detalle a narrar el intento de golpe de Estado en Austria, simplemente se limitan a resaltar la vinculacón política de los conspiradores con la Alemania nazi. Pero, el relato de Spitzy revela una visión mucho más compleja detrás de todo ese asunto. Ciertamente que Rintelen debió pensar que lo importante era acceder al poder, indistintamente del aliado que le facilitara tal tarea, ya después él vería como enderezar el camino y reinstaurar la legalidad en el país. No obstante, coincido con Spitzy que Rintelen se estaba autoengañando al pensar que tenía un peso determinante en el curso de los acontecimientos. En mi opinión, los nazis austríacos necesitaban una figura con cierta estatura política a nivel nacional e internacional, de manera que pudiera apaciguar las primeras reacciones contra el "putsch"; pero, no dudo de que la agenda política que prevalecería, de triunfar el golpe, hubiera sido la impuesta por el partido nazi.
Lo dicho arriba: Rintelen, viviendo en el microcosmos de la Austria del '34, tenía una percepción de sí mismo y de los acontecimientos más estrecha, comparativamente hablando, a la que los altos Nazis tenían desde Berlín, pues ellos la tela en la cual ellos pintaban era infinitamente más amplia que la del líder austríaco local, la cual no incluía muchos otros elementos internacionales que sí formaban parte del paisaje visto por Hitler y su Alto Mando.



axmann escribió: Muy interesante esta contribución (sobre el tabaquismo). En una ocasión, leí un artículo de la prensa española donde reseñaban las contribuciones al avance de la medicina que se derivaron de los hallazgos científicos obtenidos por los médicos nazis durante sus experimentos sobre humanos. El artículo destacaba que, a pesar de lo reprochable de esas prácticas médicas, la información científica recopilada permitió a los científicos de la post-guerra avanzar a grandes pasos para esclarecer ciertos aspectos en el mundo de la medicina, que quizás por otros métodos más convencionales hubiesen podido ser mucho más difícil de vislumbrar. Advierto que el artículo no tenía un tono justificatorio, simplemente reseñaba ese hecho puntual.
En otros campos, igualmente, los científicos alemanes habían alcanzado logros admirables, por ejemplo en los campos de la aeronáutica, en el desarrollo de armamentos y municiones, en los combustibles sintéticos y otras diversas tecnologías.

Todo ello fue aprovechado por los aliados, bien dice el refrán que "Nadie sabe para quién trabaja..."


axmann escribió: Nuevamente te agradezco tu paciencia y dedicación de leer y comentar mis reseñas, valoro mucho tu gesto.
Quien agradece es este servidor, estimado amigo, al igual que -estoy seguro de ello- muchos otros foristas que amablemente siguen tus recensiones...!


axmann escribió: Asimismo, espero con interés la recensión que preparas de la biografía de Magda Goebbels.
Gracias, estimado amigo, te cuento que ya la tengo casi terminada, solamente me falta el agregarle algunos materiales interesantes que recientemente he encontrado en la Internet y luego la revisión final para no cometer errores en cuanto a citas textuales, sintaxis, etc.; pero ocurre que redacto estas recensiones en los momentos que me quedan libres mientras permanezco al frente de la Galería de Arte en Manhattan, por tanto ni puedo concluirlas tan rápidamente como quisiera ni logro publicar tantas reseñas como yo quisiera, pues es una actividad que demanda tiempo, el cual es disminuído de otras lecturas; por lo tanto, de cada tres o cuatro libros leídos selecciono para reseñar el que mayor interés pueda suscitar entre los compañeros foristas.

En este momento estoy a medias con la lectura de "Beyond Band of Brothers: The War Memoirs of Major Dick Winters", un amable obsequio de un gran amigo forista; y en cuanto a lecturas paralelas (no relacionadas con la SGM) estoy re-leyendo "Richard M. Nixon: una vida plena" de Conrad Black, un megavolumen de más de 1100 páginas bellamente escritas, un estilo admirable y deleitable, he regresado varias veces a esa obra, es una lectura sabrosa.


Saludos cordiales desde Nueva York hasta la bella Nottingham, en las tierras medias de la gran Inglaterra,


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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por Antonio Machado » Mié Ago 07, 2013 9:22 pm

Hola Axmann, estimado amigo venezolano-británico !

axmann escribió: Pacto de Munich. Goering: injusticia en Nuremberg. Discurso de Hitler en Saarbrücken el 9-10-1938.

Spitzy considera que el héroe de esa jornada fue el intérprete de Hitler, Paul Schmidt, quien realizó un trabajo maestro para conducir esa indisciplinada orquesta de estadistas. Schmidt logró calmar a los presentes cuando algunos se precipitaban a hablar sin ni siquiera dar chance de que el intérprete culminara su labor de traducir lo dicho por quien había intervenido con antelación; asimismo, en algunas ocasiones, debió de suavizar algunas intervenciones para mantener cierta armonía en la discusión. El resultado final de la conferencia no convenció a Hitler, quien se percató que un resultado semejante lo habría podido obtener con una simple negociación bilateral con Inglaterra, que quizás había podido significar el inicio de un entendimiento anglo-germano. El mérito final del pacto de Munich recayó sobre Mussolini y Chamberlain. Pero, en realidad, el pacto contenía casi completamente la propuesta esbozada inicialmente por Goering, Neurath y Weizsäcker unos días previos y aprobada por Hitler. Los alemanes pasaron dicha propuesta a Attolico, el embajador italiano en Berlin, quien la comunicó a Ciano y Mussolini, siendo éste último el responsable de proponerla al inicio de la conferencia. (p. 252)
Mega interesante.

Que Mussolini y Chamberlain fueron los héroes de la jornada de negociaciones en Münich es bastante conocido; sin embargo yo no tenía idea de que los antecedentes de la propuesta habían sido bosquejados por Goering, Neurath (el predecesor de Ribbentrop) y Weizsäcker (éste último fue Embajador Alemán ante el Estado del Vaticano).



axmann escribió: Las restantes delegaciones estaban ya en conocimiento de esa pequeña jugada secreta, por lo que se alcanzó rápidamente un acuerdo. (p. 253)

Spitzy reconoce los méritos de Goering al intervenir en diversas ocasiones para evitar la guerra cuando la creciente tensión de los hechos parecía anunciar tal desenlace. Por consiguiente, considera incomprensible que Goering fuera condenado en los juicios de Nuremberg por haber conspirado para el estallido de una guerra de agresión. El General Stehlin, oficial de la aviación francesa que participó en la Conferencia de Munich como asesor de Francois-Poncet, le comentó a Spitzy en su hogar, en Paris, en 1973, que, había visitado varias veces a Churchill en 1946. En una ocasión, Stehlin le pidio a Churchill que interviniera en favor de Goering en los juicios de Nuremberg. No obstante, el estadista inglés había declinado tal sugerencia, considerando que todo estaba bien y no deseaba involucrarse en ese asunto. Años más tardes, cuando Churchill ya se había familiarizado más con la historia de Alemania, tuvieron ocasión de reunirse nuevamente, oportunidad en la que Churchill le dijo a Stehlin: "Estaba equivocado acerca de Goering. Nosotros hicimos una injusticia con él, lo lamento". (p. 253)
Muy interesante el comentario de Churchill a Stehlin.

Ahora: sobre la actitud de los aliados hacia Goering se ha escrito mucho; inclusive circulan muchas versiones sobre quién pudo proveerle a Goering la cápsula de cianuro con la cual se suicidó, evitando la deshonra de morir en la horca como cualquier delincuente, él mismo había pedido ser ejecutado por un Escuadrón de Fusilamiento aduciendo que él había sido Mariscal del Reich, un puesto aún más alto que "Mariscal de Campo", él había sido el único en ostentar esa alta vestidura.

En este magnífico Foro he leído diversas hipótesis al respecto de quién pudo haberle entregado el cianuro, en alguna parte he leído conjeturas en el sentido de que pudo haber sido un alto militar del bando vencedor; tu comentario de la reflexión a posterior atribuída por Stehlin a Churchill ha traído a mi memoria esas hipótesis; creo que nunca se ha determinado con exactitud quién o quiénes pudieron facilitarle su suicidio poco antes de la fecha de ejecución por ahorcamiento, tal como habían hecho con otros altos Nazis condenados a muerte.


axmann escribió: Poco después de Munich, un particular hecho enturbió nuevamente las relaciones entre Alemania e Inglaterra: el discurso de Hitler en Saarbrücken el 9 de octubre de 1938. De seguidas, la noche de los cristales rotos en noviembre de ese año contribuyó a reforzar una negativa impresión en la opinión pública internacional. Culminando este proceso de deterioro de las relaciones diplomáticas del Reich con la invasión de Checoslovaquia en marzo de 1939. (p. 258)

Con relación al discurso del 9 de octubre, Spitzy refiere la razón detrás de tan agresivo ataque contra los ingleses a tan poco tiempo de haberse alcanzado el acuerdo de Munich. Como era costumbre, Spitzy debía remitir a Hewel cierto material para ser presentado al Führer, como informes de los embajadores, telegramas, etc. Entre estos documentos se encontraba un telegrama del embajador alemán en Londres, von Dirksen, en que reseñaba una conversación sostenida con Lord Halifax, el Secretario de Exteriores británico. A lo largo de la charla, el representante inglés había intercedido por la liberación del pastor protestante Niemöller, quien se encontraba recluido en un campo de concentración. Un gesto semejante podría contribuir a mejorar la percepción británica respecto a Alemania, afirmó el ministro. Spitzy se enteró que Niemöller era una especie de prisionero privado del Führer, quien no le perdonaba la hipocresía mostrada hacia el régimen. Según le contaron a Spitzy, Niemöller había manifestado su acuerdo con el nazismo durante una entrevista que sostuvo con Hitler. No obstante, al poco tiempo, los servicios de inteligencia habían grabado una conversación telefónica del sacerdote donde se evidenciaba su doble discurso y sugiriendo que debía promoverse una campaña internacional contra el régimen. Hitler encolerizó cuando supo de tal dualidad del presbítero y ordenó recluirlo, siendo improbable que pudiera recuperar su libertad. (pp. 258-259)

Consciente de que ese telegrama pudiera ocasionar mucho daño a las relaciones con el Reino Unido, Spitzy decidió llamar a Hewel y recomendarle que mejor ocultara de la vista del Führer tal documento. Hewel prometió seguir dicha sugerencia. No obstante, para gran sorpresa de Spitzy, el 9 de octubre de 1938 escuchó por radio el discurso de Hitler, quien profirió salvajes ataques contra los británicos. Cuando Spitzy contactó a Hewel, posteriormente, para averiguar qué había pasado, éste le relató que el discurso estaba listo la noche anterior y no contendría ninguna referencia significante en materia exterior. Sin embargo, lamentablemente, cuando Hewel se encontraba trabajando con los papeles remitidos por Spitzy en el tren de Hitler, ya tarde en la noche, éste se había aproximado por detrás y le interrogó qué hacía, mientras observaba su faena por encima de sus hombros. Hewel se puso nervioso y respondió esquivamente. Entonces, Hitler le replicó que siguiera trabajando que tan sólo se quedaría un rato observando. Es justo en ese momento cuando Hewel se topó con el mencionado telegrama entre los documentos contenidos en la carpeta, con cierta prisa procuró ocultar el papel de la vista de Hitler, pero su intento resultó infructuoso. La reacción de Hewel y el mismo documento habían captado la atención de Hitler, quien se interesó por ver el telegrama. Como podía esperarse, apenas le echó un vistazo al mensaje, Hitler enfureció, insultó la insolencia de los plutócratas y aristócratas británicos y amenazó que les daría lo que se merecían. Hitler cuestionó la osadía de interferir en asuntos internos de Alemania, preguntándose cuál sería la reacción de los ingleses si su embajador intentara interceder por el destino de los prisioneros irlandeses. En su arrebato, Hitler ordenó despertar a sus secretarias inmediatamente y dictó un nuevo discurso, condenando a la basura la versión original del discurso. (p. 260)
Caramba, qué interesante anécdota, Axmann, y narrada con abundancia de detalles; muchas gracias por compartirla.


Después de leer tu nota busqué información sobre el Pastor Martin Niemöller y encontré este interesante artículo de Wikipedia en Castellano, en el cual se dice, entre otras informaciones, que en 1961 fue elegido presidente del Consejo Mundial de Iglesias. Aquí el link:


http://es.wikipedia.org/wiki/Martin_Niem%C3%B6ller


Saludos cordiales desde Nueva York hasta las Islas Británicas,


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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Jue Ago 15, 2013 4:14 am

Estrategia errada de Inglaterra en Munich

Chamberlain era una persona muy simpática y decente como para ser el hombre indicado para negociar con Hitler. Su amable figura no era capaz de convencer a Hitler que detrás de sus posiciones podría contar con el total respaldo del Imperio Británico. Un Churchill o un rudo general de alguna colonia británica hubieran podido causar una mayor impresión durante las negociaciones.(p. 242)

Además, los británicos no se sentían completamente comprometidos en pelear por Checoslovaquia, que era la creación de Francia. Aunque los británicos estaban tratando de ganar tiempo con la conferencia de Munich, sí hubiesen estado dispuestos a actuar en caso de un ataque de Alemania a Checoslovaquia. Spitzy no duda que de haberse declarado la movilización militar para concretar un ataque contra dicho país, la Wehrmacht hubiera actuado contra Hitler. La conspiración entre los generales estaba avanzada para esa época, aunado a la indignación que había causado el despido de Beck y el escándalo relacionado con Fritsch. Adicionalmente, de no haberse suscrito la paz en Munich, Hitler no hubiera cosechado el prestigio otorgado por esa salida pacífica ante el conflicto, un factor que le concedió un gran prestigio a nivel interno, persuadiendo a muchos altos oficiales respecto al talento de Führer de salir siempre victorioso al final de las situaciones más complicadas. (p. 263)

Spitzy considera que el Reino Unido pudo haber adoptado algunas decisiones más convenientes a sus propios intereses. En tal sentido, menciona que en vez de enviar a Chamberlain a negociar, hubieran podido enviar a un negociador más rudo (por ejemplo, el Mariscal Ironside); o hubieran podido negarse a asistir a Munich y esperar por una reacción interna del ejército alemán contra Hitler ante la inminencia de un conflicto armado. Spitzy afirma que los ingleses ya tenían información acerca de la conspiración interna en la Wehrmacht. Posiblemente ellos temían que alguna acción contra Hitler hubiese podido degenerar en una guerra civil, que finalmente podría beneficiar de alguna forma a los comunistas. (p. 263)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Jue Ago 15, 2013 4:15 am

Nefasta influencia de Ribbentrop

Spitzy juzga inexplicable como Hitler permitió que su acceso a la información relativa a asuntos internacionales se limitara a aquella provista por Ribbentrop. En el mejor de los casos, Hitler prestaba una atención superficial a los informes enviados por los diplomáticos alemanes, y ello solo en caso de que Ribbentrop, como una excepción a la regla y con comentarios de desaprobación, considerara necesario dejar pasar los mismos hasta Hitler. Lo único que algunas veces le gustaba a Hitler hacer era leer los telegramas. Esencialmente, el Führer confiaba en su intuición y en su celosa lectura de los informes de prensa, aunque en esto último él estaba confundido en cuanto a la importancia que debía concederse a específicos periódicos internacionales, los cuales sólo valoraba en la medida de las cifras de circulación en vez de la calidad de sus lectores. (p. 221)

Spitzy tenía la creencia de que si Hitler hubiera podido librarse de la influencia de Ribbentrop, quizás podría haber sido influenciado por posiciones más moderadas como Goering, Goebbels y el idealista Hess, apartándose de posturas imperialistas y enfocándose en satisfacer exclusivamente los intereses nacionales. (p. 221)

No obstante, las opiniones eran diversas en el personal del ministerio, pues, mientras Hewel y él creían que el problema era Ribbentrop, por otro lado, Kordt y sus colegas de Wilhelmstrasse eran fundamentalmente hostiles a Hitler y su régimen. El problema era que Hitler veía a Ribbentrop como su desenfrenado cómplice en política exterior, alguien quien, a diferencia de sus generales, no estaba siempre buscando refrenarlo por medio de sus infinitas objeciones a sus planes. El detalle que Hitler no advirtió fue su creciente dependencia de su Ministro de Exteriores. De esta manera, la información sobre la cual Hitler formaba sus opiniones era siempre filtrada, monitoreada y modificada por Ribbentrop. Cualquier información que pudiera ser beneficiosa para un entendimiento o aproximación a Inglaterra era inmediatamente desechada por su ministro, mientras que aquellas que perjudicaban las relaciones entre ambos países eran calificadas como urgentes. No había nada que disfrutara más Ribbentrop que recibir los informes de la situación en la Cancillería o en Obersalzberg. Así, él podía adaptar sus análisis para hacerlos coincidir con la visión de Hitler, pero siempre mostrándolos como el resultado de sus propias deliberaciones. En consecuencia, Ribbentrop se ganó la estima de Hitler y se creó la imagen de un nuevo Bismarck. (p. 222)

Lamentablemente nadie se decidió a ponerle un alto a Ribbentrop. Generalmente, él era visto como un presuntuoso bufón que, de una forma u otra, pronto cavaría su propia tumba. Cuando la gente advirtió la importancia que este obsequioso "yes man" había adquirido ante los ojos del Führer era muy tarde para hacer algo. (p. 222)

Ribbentrop contaba con pocos amigos dentro del partido, nunca había abrazado la causa revolucionaria del partido como evidenciaba su lujoso nivel de vida. Aunque es cierto que Goering excedía en sus lujos a los de Ribbentrop, lo cierto es que Goering era una personalidad única dentro del partido por su pasado militar en la 1GM y sus años de lucha junto a Hitler desde los inicios del movimiento. Por el contrario, Ribbentrop fue un último llegado al movimiento, que había alcanzado escalar posiciones dentro del partido a pesar de no entender la ideología del mismo. (p. 223)

Spitzy recuerda una anécdota que acaeció a finales de 1937 en la Cancillería del Reich, una tarde en que Hitler estaba inclinado sobre su escritorio, con sus lentes puestos, revisando los informes de la prensa internacional. A su lado, Ribbentrop husmeaba sobre los papeles. Entonces, Hitler rumió algo sobre lo maliciosa que era la prensa extranjera. Ribbentrop soltó inocentemente: "Mein Führer, ¿significa esto que nosotros pronto seremos forzados a desenvainar la espada?. Tal comentario sobrecogió a Spitzy, quien intuyó el ánimo belicista en el mismo. Para mayor sorpresa suya, Hitler replicó: "No aún, Ribbentrop, no por el momento". (pp. 223-224)

Spitzy considera que a partir de entonces comenzó a ser más crítico respecto a Hitler, quien parecía haberse embriagado con las victorias hasta entonces obtenidas. Durante las crisis que sucedieron en los años siguientes, Spitzy siempre recordó esa frase pronunciada por Hitler. (p. 224)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por Antonio Machado » Jue Ago 15, 2013 5:01 pm

Hola Axmann, estimado amigo !
axmann escribió:Justificación del Anschluss

Spitzy señala que Hitler fue prácticamente forzado a marchar sobre Austria porque él temía correr el riesgo de que se diera la posibilidad de la intervención de otros poderes. En especial, Hitler temía que los húngaros, los yugoslavos y los italianos, quienes estaban al acecho en las fronteras de Austria, pudiesen buscar tomar ventaja de un alzamiento en las provincias del sur (Burgenland, Styria and Carinthia) para intervenir -supuestamente sólo temporalmente- para salvaguardar sus intereses y proteger sus minorías nacionales. Únicamente a través de la rápida movilización de tropas alemanas podía desactivarse esa amenaza. En respaldo a esta tesis, Spitzy añade que el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Salzburg, Dr Gerhard Botz, cuya tendencia política es de izquierda, expresó una tesis semejante en un programa de televisión, afirmando que si Hitler no hubiese intervenido entonces una guerra civil hubiese estallado en Austria. (p. 202)
Ciertamente que Austria, por estar ubicada en el corazón del continente europeo, ha sido codiciada por todos desde tiempos inmemoriales, recordemos el asedio del cual fue objeto por las fuerzas de Solimám "el magnífico" en el Siglo XVI (a propósito, en alguna parte leía que los deliciosos croissants fueron inventados por los austríacos después de haber salido muy bien librados de ese sitio turco, por ello tienen forma de "Media luna", será cierto éso...?)


Italia siempre ha tenido intereses en Austria, debido a lo cual Hitler temía la reacción de Mussolini ante el ingreso de tropas alemanas a territorio austríaco. Sus aprehensiones fueron disipadas cuando recibió un sobre escrito de puño y letra por el Duce: "Hitler, Vienna", ante lo cual exclamó exaltado "Nunca olvidaré el gesto de Mussolini, nunca, nunca..."
puesto que el líder fascista le estaba ahorrando muchos problemas a Alemania.


Más adelante -quizás en reciprocidad- Hitler declararía que los Alpes eran "la frontera natural entre el Reich Alemán e Italia", una clara alusión a la región del Tyrol, en el Norte italiano, habitada mayoritariamente por alemanes y pensada por muchos como una posible anexión alemana en el futuro, de la misma manera que Hitler se había anexionado Austria (o haber reincorporado Austria al Imperio alemán, según como se vea, pues anteriormente había formado parte del mismo) y luego se anexionó los Sudetes, alegando las mismas razones.


Me gustaría leer la tesis del Doctor Gerhard Botz en la cual afirma que si Hitler no hubiese intervenido en Austria, hubiese estallado una guerra civil en ese país, lo cual es un planteamiento nuevo para este forista; sabes si ha sido traducida al Inglés o al Castellano ? he buscado sus libros en amazon pero solamente aparecen en alemán. Alguna sugerencia de los estimados foristas en dónde leer algo al respecto ?


Ahora bien: colegir de ello que Hitler fue prácticamente forzado a marchar sobre Austria me parece una extrapolación traída por los cabellos, pues Hitler siempre había anunciado -desde décadas antes- su intención de reincorporar el territorio austríaco al Imperio Alemán (incorporarlo o reincorporarlo, dependiendo de quien sea el historiador); recordemos que él mismo había nacido en Austria y que en su viaje triunfal visitó la escuela en la cual estudió sus primeros grados, saludó a sus antiguos profesores, etc.


Interpretar el envío de tropas alemanas a territorio austríaco como una medida preventiva, es decir, previendo la intervención de otras potencias o disolver anticipadamente una posible guerra civil en ciernes me suena como el pretexto perfecto: cuántas veces hemos escuchado el concepto de "ataque preventivo" o "guerra preventiva" para encubrir los es un recurso manido usado por muchos gobernantes para ocultar sus verdaderos propósitos; inclusive en nuestros días: basta leer nuestros periódicos y ver nuestras televisoras...


Saludos cordiales desde Nueva York hasta la bella Nottingham,


Antonio Machado :sgm65:
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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por Antonio Machado » Jue Ago 15, 2013 6:26 pm

Hola Axmann, estimado amigo !

A lo largo del Hilo nos has obsequiado muy buenos materiales, mucho material del libro, gracias por compartir... :sgm111:


A continuación mis comentarios:
axmann escribió: Nefasta influencia de Ribbentrop

Spitzy tenía la creencia de que si Hitler hubiera podido librarse de la influencia de Ribbentrop, quizás podría haber sido influenciado por posiciones más moderadas como Goering, Goebbels y el idealista Hess, apartándose de posturas imperialistas y enfocándose en satisfacer exclusivamente los intereses nacionales. (p. 221)
Difícilmente, muy difícilmente hubiera ocurrido que Hitler se enfocara en satisfacer exclusivamente los intereses nacionales, olvidádose del expansionismo del Reich; en más de alguna ocasión afirmó que para cumplir su misión de defender los intereses del pueblo alemán lo mejor que podía hacer era mirar hacia afuera, que la principal función de un Canciller de Alemania era dedicarse a la política exterior.


axmann escribió: No obstante, las opiniones eran diversas en el personal del ministerio, pues, mientras Hewel y él creían que el problema era Ribbentrop, por otro lado, Kordt y sus colegas de Wilhelmstrasse eran fundamentalmente hostiles a Hitler y su régimen. El problema era que Hitler veía a Ribbentrop como su desenfrenado cómplice en política exterior, alguien quien, a diferencia de sus generales, no estaba siempre buscando refrenarlo por medio de sus infinitas objeciones a sus planes. El detalle que Hitler no advirtió fue su creciente dependencia de su Ministro de Exteriores. De esta manera, la información sobre la cual Hitler formaba sus opiniones era siempre filtrada, monitoreada y modificada por Ribbentrop. Cualquier información que pudiera ser beneficiosa para un entendimiento o aproximación a Inglaterra era inmediatamente desechada por su ministro, mientras que aquellas que perjudicaban las relaciones entre ambos países eran calificadas como urgentes. No había nada que disfrutara más Ribbentrop que recibir los informes de la situación en la Cancillería o en Obersalzberg. Así, él podía adaptar sus análisis para hacerlos coincidir con la visión de Hitler, pero siempre mostrándolos como el resultado de sus propias deliberaciones. En consecuencia, Ribbentrop se ganó la estima de Hitler y se creó la imagen de un nuevo Bismarck. (p. 222)
Excelentes observaciones de Spitzy, provienen claramente de alguien que estuvo en las propias entrañas, muy cerca del centro de todo el laberinto Nazi.


axmann escribió: Spitzy recuerda una anécdota que acaeció a finales de 1937 en la Cancillería del Reich, una tarde en que Hitler estaba inclinado sobre su escritorio, con sus lentes puestos, revisando los informes de la prensa internacional. A su lado, Ribbentrop husmeaba sobre los papeles. Entonces, Hitler rumió algo sobre lo maliciosa que era la prensa extranjera. Ribbentrop soltó inocentemente: "Mein Führer, ¿significa esto que nosotros pronto seremos forzados a desenvainar la espada?. Tal comentario sobrecogió a Spitzy, quien intuyó el ánimo belicista en el mismo. Para mayor sorpresa suya, Hitler replicó: "No aún, Ribbentrop, no por el momento". (pp. 223-224)

Spitzy considera que a partir de entonces comenzó a ser más crítico respecto a Hitler, quien parecía haberse embriagado con las victorias hasta entonces obtenidas. Durante las crisis que sucedieron en los años siguientes, Spitzy siempre recordó esa frase pronunciada por Hitler. (p. 224)
Interesante anécdota, es curioso que fuera el Ministro de Exteriores quien preguntara cuándo desenvainarían la espada, pues su trabajo consistía precisamente en coadyuvar a lograr los propósitos de Hitler por medio de la Diplomacia; más apropiada hubiera sonado en algún mientro del Estado Mayor Alemán...


Gracias por tan interesante y jugosa recensión, apreciado amigo; sin duda que tus comentarios motivan a leer esta obra, estaré pendiente de adquirirla cuando su precio baje a niveles razonables -actualmente en amazon se ofrece la versión en pasta dura por $ 126.72- o bien cuando aparezca en el mercado la versión para Kindle...


Saludos cordiales desde Nueva York,

Antonio Machado :sgm65:
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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Vie Ago 16, 2013 3:58 pm

La noche de los cristales rotos


Spitzy afirma que Hitler estaba más que molesto por las acciones emprendidas por Goebbels en la noche del 9 de noviembre de 1938. Goering se quejó abiertamente de tales acciones por temor a las repercusiones internacionales que pudiera tener ese evento con relación a la economía alemana. Así, expresó su preocupación de un boicot internacional contra Alemania, que pudiera afectar los planes económicos y de rearmamento en marcha. Ribbentrop aprovechó ese evento para predisponer a Hitler contra Goebbels, quien era uno de sus adversarios internos dentro del régimen. (p 273)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Vie Ago 16, 2013 4:03 pm

Visita del Duce a Alemania

Spitzy se refiere a una anécdota que aconteció durante la visita de Mussolini a Alemania en 1937. Con ocasión de esa visita oficial, un imponente palacio de los antiguos príncipes y presidente del Reich se dispuso como los aposentos de Mussolini. Tras el grandioso recibimiento que se le concedió a Mussolini en las calles de Berlin, a pesar del frío y la lluvia, Hitler decidió acompañar personalmente a Mussolini hasta la residencia donde se alojaría. En el camino, Mussolini, quien hablaba alemán, le manifestó a Hitler que sentía cierto malestar en su garganta, por lo que temía que podía haberse resfriado. Entonces, Hitler respondió: "Su Excelencia (para esa época él todavía se refería a Mussolini de esa manera), ...le puedo sugerir que tome un baño caliente y vaya directo a la cama tan pronto como sea posible". El Duce aceptó complacido el consejo. (p. 126)

Mussolini entró al magnífico palacio y se dirigió a su habitación. Para su sorpresa, su ayudante le anunció, al poco rato, que no había agua caliente en el baño. Por tanto, esa noche Mussolini debió bañarse con agua fría y cuando fue a la cama también encontró las sábanas completamente frías. A la mañana siguiente, Hitler supo del incidente, enfureciendo de inmediato y exigiendo una investigación de tal evento. Dicho incidente simplemente obedeció al fiel cumplimiento de sus deberes por parte del funcionario a cargo del palacio. La investigación arrojó que existía un decreto que databa de los primeros años del Ministerio de Interior prusiano, ratificado posteriormente por von Hindenburg, que establecía que la calefacción central de los edificios públicos debía de apagarse a las 5 pm. En consecuencia, Mussolini había sido víctima de la tradicional debida obediencia de los prusianos. Lamentablemente, nadie se molestó en pensar que existiría un burócrata que obedecería tal regulación al pie de la letra. En consecuencia, el funcionario fue detenido en la sede central de la Gestapo. Finalmente, no hubo cargos y fue liberado a los pocos días después de que Goering intercediera por él. (p. 127)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Vie Ago 16, 2013 4:05 pm

Declaración de guerra británica

Spitzy, citando las memorias de Franz von Sonnleithner, quien fuera un diplomático y representante de Ribbentrop ante el cuartel general del Führer, menciona que la tarde antes de que el embajador británico comunicara oficialmente el ultimátum de guerra tras la invasión de Polonia, los servicios de inteligencia alemanes habían interceptado el telegrama enviado desde Londres hasta la embajada británica donde se comunicaba el texto del ultimátum. Cuando Sonnleithner comunicó la información a la Cancillería del Reich, la reacción de todos los presentes fue de desasosiego. A la mañana siguiente fue el jefe de la secretaría de Ribbentrop, Paul Schmidt, quien se encargó de entregar personalmente a Hitler el ultimátum que había entregado el embajador británico, Sir Nevile Henderson. Según relata Schmidt en sus memorias, la reacción antes descrita se repitió nuevamente. Spitzy apunta un hecho interesante. El British Foreign Office había comunicado el texto del mensaje del ultimátum, que concedía un lapso límite de apenas dos horas, en una forma abierta y fácil de descifrar, aparentemente con la intención de dar a los alemanes un mayor tiempo para voluntariamente y con cierto decoro anular la ofensiva sobre Polonia. De esta manera, Alemania habría podido convocar a una conferencia internacional, por ejemplo, o sugerir un arbitraje dirigido por países no en disputa. Sin embargo, Hitler confiaba en una rápida victoria y en la pasividad británica. Entonces, como un apostador optó por arriesgarlo todo y desechó esa oportunidad que le concedieron. (p. 367-368)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Vie Ago 16, 2013 4:07 pm

Hitler y Polonia

Hitler era un pragmático que había seguido una política exterior sigilosa y astuta, como bien lo describió el embajador Henderson. Inicialmente, Hitler había deseado cooperar con Polonia y así aliarse con ese país en una guerra con la URSS, un escenario que bajo el Mariscal Pilsudski era plausible. Sin embargo, Pilsudski murió muy pronto y Roosevelt logró exitosamente poner en contra a los líderes polacos quienes asumieron actos de provocación que pasaron los límites. Entonces, Hitler abandonó ese plan y lo sustituyó por una política anti-polaca. Además, Roosevelt y Churchill presionaron por una "guerra temprana" para prevenir que Alemania pudiera expandirse hacia el este y así volverse más poderosa. Hitler abandonó su usual pragmatismo en política exterior y se lanzó en una guerra que pensó sería local, cayendo en la trampa de Roosevelt y su entorno, para así encontrarse atrapado en una guerra mundial que nunca deseó. (p. 370)

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por axmann » Vie Ago 16, 2013 4:09 pm

Conclusión

Spitzy subraya que el sueño de Hitler era una gran Alemania que se extendiera desde el Rin hasta el Volga. Él nunca tuvo como objetivo la dominación mundial. Él no era estúpido, y, además, en cualquier caso, él ya se sentía muy enfermo y viejo. Sus planes se limitaban a Europa. No existía una aspiración de tener colonias de ultramar. Hitler pretendía respetar el imperio Británico, concederle a Italia su importancia en el mar mediterráneo y a Japón su papel en el Este de Asia. Estos eran los conceptos de Hitler. Los planes de dominación mundial sólo existen en las mentes de los pedagogos modernos. La coronación del trabajo de su vida hubiera sido garantizar la hegemonía de Alemania y, adicionalmente, su espacio vital en el Este, y la destrucción del comunismo que pretendía dominar el mundo. (p. 371)

Spitzy concluye sus memorias con este párrafo:

"In 1807 when Goethe said to Riemer that 'extraordinary people step beyond the bounds of morality. In the final analysis they work more like physical elements, such as fire and water', and if, as Hegel said, 'great characters have the right to be guilty', can the same not also be said of Adolf Hitler?" (p. 371)


De esta manera, culmino mis anotaciones sobre este libro. Agradezco vuestra lectura de este hilo y espero que haya sido de vuestro interés.

Saludos a todos los foristas.

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Re: How we squandered the Reich, por Reinhard Spitzy

Mensaje por Antonio Machado » Sab Ago 17, 2013 11:56 pm

Hola Axmann, estimado amigo !
axmann escribió:La noche de los cristales rotos


Spitzy afirma que Hitler estaba más que molesto por las acciones emprendidas por Goebbels en la noche del 9 de noviembre de 1938.
Y habrá sido posible que Goebbels organizara y ejecutara ese maquiavélico plan sin el conocimiento y la autorización expresa de su Führer...? lo veo muy poco probable.


Saludos cordiales desde Nueva York,

Antonio Machado :sgm65:
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