La Operación Niwi y el problema de la fricción.

La guerra en el oeste de Europa

Moderadores: José Luis, Audie Murphy

Responder
Avatar de Usuario
Paco Pepe
Miembro
Miembro
Mensajes: 70
Registrado: Mar Ago 16, 2011 11:44 am
Ubicación: Asturias. España

La Operación Niwi y el problema de la fricción.

Mensaje por Paco Pepe » Jue Nov 03, 2011 1:08 am

Para esta, mi primera intervención seria en el Foro, he decidido traer a colación la "curiosa" operación aerotransportada que llevaron a cabo los alemanes el 10 de Mayo de 1940 en apoyo del Panzergruppe Guderian durante la invasión de Francia y Países Bajos: La Operación Niwi. Digo "curiosa" por los medios utilizados para llevar a cabo la misión y que no eran otros que los aviones de enlace Fi-156 "Fieseler Storch= viewtopic.php?f=16&t=4879&hilit=fieseler+storch" onclick="window.open(this.href);return false;" un magnífico aparato utilizado por los alemanes en todos los frentes y durante toda la guerra, pero que se emplearon aquí en un rol totalmente ajeno a sus características y "curiosa" también por las consecuencias operacionales negativas provocadas por resultados tácticos positivos.
Para ello he traducido la parte que nos relata esta acción en la obra de Karl-Heinz Frieser "The Blitzkrieg Legend. The 1940 Campaign in the West" (Naval Institute Press, 2005). Comenzaré con una brevísima introducción para situar la operación para seguir luego con la traducción en si.


A las 0535 horas del 10 de Mayo se puso en marcha la maquinaria de guerra de la 1ª División Panzer. El reloj comenzaba a correr y dictaría la evolución de todas las acciones futuras. Tres horas más tarde, tras cruzar Luxemburgo, un pequeño destacamento de la División tomaba desde la marcha la localidad fronteriza belga de Martelange, mediante lo que sería un ejemplo durante toda la campaña: sorpresa y velocidad.
Desde Martelange los alemanes empujaron hacia el oeste, por el desfiladero del rio Sauer hasta Bodange. En esta localidad se había atrincherado una compañía de los Chasseurs Ardennais belgas, al mando del Mayor Maurice Bricat, que ofreció una fiera resistencia hasta que el pueblo cayó a las 1900, deteniendo de esta manera a la 1ª División Panzer durante unas seis horas. ¿Por qué los Cazadores de las Ardenas, defendieron tan heroicamente esta localidad cuando en otros lugares solo luchaban acciones dilatorias y se retiraban rápidamente tras el primer intercambio de fuego? La respuesta: una operación aerotransportada que se desarrollaba simultáneamente en el área a retaguardia de Bodange.


La Operación aerotransportada Niwi y el problema de la fricción.

Todo es muy simple en la guerra, pero hasta la cosa más simple resulta difícil. Las dificultades se acumulan y acaban por producir una especie de fricción que es inconcebible a menos que uno haya sufrido la guerra… La fricción es el único concepto que más o menos corresponde con los factores que distinguen la guerra real de la guerra sobre el papel.”

Clausewitz, De la guerra
.



El calendario para el primer día del ataque había sido siempre considerado más bien con escepticismo. Se pensó en la posibilidad de emplear tropas aerotransportadas en las áreas de retaguardia del enemigo, para abrir las fortificaciones fronterizas belgas desde atrás. Sin embargo todas las unidades paracaidistas y casi todos los aviones de transporte Ju-52 ya habían sido asignados al Grupo de Ejércitos B para su empleo el primer día del ataque en el norte. Entonces Göring tuvo la extraordinaria idea de usar el avión de enlace Fi 156 para este propósito. Este avión ligero, el famoso Fieseler Storch, requería sólo una extremadamente corta carrera de despegue (85 metros) e incluso una más corta de aterrizaje (27 metros), de manera que cualquier pradera amplia podía ser usada como pista de aterrizaje. El problema era que el Fieseler Storch sólo podía transportar dos hombres más a parte del piloto y se había planeado utilizar a 400 hombres para esta misión de comandos. Esto significaba que cien Fieseler Storch deberían de utilizarse para transportar las unidades asignadas en dos oleadas con un trayecto de ida y vuelta de dos horas. Estas eran dos compañías del 3er Batallón del Regimiento de Infantería Grossdeutschland, reforzadas por ingenieros de asalto. ¿Cómo pudo semejante gran agrupación de aeronaves volar sobre las posiciones enemigas sin recibir fuego? La Misión Aerotransportada Niwi, que implicaba la utilización de un extraordinario avión en un rol totalmente extraño, no era otra cosa que una improvisación aventurada, que suponía incalculables riesgos. Simboliza absolutamente el método empleado por el mando militar, en esta campaña en particular, para salvar la brecha entre objetivos audaces y recursos inadecuados.


El nombre en clave Niwi, en absoluto significaba Nicht Wissen (desconocido), como muchos soldados entrenados para esta estrictamente secreta misión empezaban a creer. En su lugar, estaba formado por las iniciales de las dos localidades belgas donde el aterrizaje iba a tener lugar Nives y Witry.
El Grupo del Norte (11 Cia. Capitán Kruger) debía tomar tierra en Nives para apoyar el avance de la 2a División Panzer. El Grupo del Sur (10 Cia.) estaba personalmente liderado por el Teniente Coronel Eugen Garski, el comandante del batallón. Debía ser puesto en tierra en Witry con el objetivo de avanzar hacia Bodange, en el sector de ataque de la 1a División Panzer.
La misión de la operación aerotransportada era:
1. Cortar las comunicaciones y enlaces en las carreteras Neufchateau-Bastogne y Neufchateau-Martelange;
2. Prevenir la aproximación de reservas desde el área de Neufchateau; y
3. Facilitar la captura de fortines y el avance como tal, ejerciendo presión contra la línea de fortines a lo largo de la frontera, desde la retaguardia.


Los Fieseler Storch despegaron de sus aeródromos cerca de Bitburg, alrededor de las 0520 del 10 de Mayo. Puntualmente, a las 0535, volaban sobre la frontera al norte de Wallendorf. Debieron cruzar Luxemburgo en un vuelo de baja altitud, entre unos 15-30 metros, que hizo la orientación más dificultosa. Con todo, sobrevolaron la frontera belga en Martelange de acuerdo con el plan aproximadamente a las 0550. Exactamente a las 0600, el avión de Garski aterrizaba en Witry, en la zona seleccionada, a unos pocos metros al norte de Traimont. Nada más abandonar el aparato, Garski comprobó para su sorpresa que sólo cinco aviones habían aterrizado.

Justo diez minutos antes una grotesca secuencia de fricciones había tenido lugar precisamente en el punto crítico, el cruce de las posiciones enemigas a lo largo de la frontera belga. El Grupo Norte bajo el mando de Kruger recibió de repente fuego de armas ligeras en el área de Martelange, tras lo cual el piloto de la aeronave que lideraba la formación realizó una maniobra evasiva. Se perdió y continuó volando en la dirección equivocada.

Cumpliendo el dicho de que llueve sobre mojado, el error de navegación del grupo del norte, trajo repercusiones negativas en el grupo del sur. Mientras volaba a través de un banco de niebla, de repente se perdió el contacto entre los primeros cinco aviones y los cincuenta y uno restantes que les seguían. Súbitamente, sin embargo, este segundo grupo descubrió un grupo de Fieseler Storch, justo enfrente. Asumiendo que este era su propio grupo, simplemente los siguieron. Inmediatamente después, ambas formaciones aterrizaron en Leglise, aproximadamente a 15 kilómetros al sur del lugar designado para el aterrizaje del Grupo Norte y a unos 9 kilómetros al sur del lugar designado para el Grupo Sur. Algunos aviones sufrieron roturas durante el aterrizaje y se incendiaron. Además los grupos estaban totalmente mezclados. Kruger estaba totalmente ocupado tratando de reunir sus desperdigados soldados. Mientras tanto había ordenado confiscar varios vehículos, de manera que en un abigarrado convoy pudo avanzar en dirección norte hacia la designada área de acción. A la salida de la localidad de Leglise, sin embargo, se encontró con una patrulla belga y algunos vehículos blindados T-15. Los alemanes tuvieron que desmontar inmediatamente de sus vehículos. Kruger y sus hombres hicieron entonces el camino a pie hacia el norte alcanzando Witry poco después de las 1300, donde Garski llevaba tiempo en acción con lo que quedaba del Grupo Sur.

Según aterrizó, alrededor de las 0600, Garski fue capaz de reunir sólo nueve hombres. A pesar de ello bloqueó inmediatamente la carretera Witry-Neufchateau “como un salteador de caminos”. Al final, la segunda oleada aterrizó de acuerdo con el plan a las 0800, de modo que fue capaz de rechazar un contraataque belga procedente del área de Witry. A primeras horas de la tarde, después de una prolongada odisea, Krüger apareció con los hombres de la primera oleada que habían aterrizado en Leglise por error. Con su apoyo, Garski continuó el avance sobre la retaguardia de las fortificaciones fronterizas belgas en Bodange. A las 1730 sus elementos de vanguardia establecieron contacto con las unidades avanzadas de la 1ª División Panzer en Fauvillers. Esto significaba que la misión se había completado.
Mientras tanto, lo siguiente había estado sucediendo en el Grupo Norte: La segunda oleada bajo el mando del Teniente Obermeier aterrizó en Nives a las 0805. Pese a la búsqueda intensiva, fue imposible encontrar un solo hombre de la primera oleada. Krüger, que debía dirigir las acciones del grupo del norte como comandante de la compañía, estaba también perdido. No obstante, Obermeier decidió bloquear la carretera Neufchateau-Bastogne, a pesar de que sólo contaba con dos débiles pelotones de infantería. En ese día fue capaz de derrotar varios ataques lanzados desde el norte por elementos del Batallion Median de Chasseurs Ardennais belgas y desde el sur por fuertes unidades de reconocimiento de la francesa 5ª Division Legere de Cavalerie. En las últimas horas de la tarde, se produjo un ataque masivo francés con tanques y apoyo de infantería que obligó a los alemanes a retirarse. Los franceses, sin embargo, cayeron en un engaño. Se detuvieron en frente de una barrera falsa y no continuaron; en lugar de eso se retiraron de nuevo a la caída de la noche. A la mañana siguiente, los elementos de vanguardia de la 2ª División Panzer pasaron a través del pueblo. De esta manera Obermeier había cumplido también su misión pese a que tuvo que hacer frente involuntariamente a tal asignación importante de mando.

El resultado final fue que a pesar de todas las fricciones fue sin embargo posible convertir la Operación Niwi en un éxito, pese a que en realidad parecía condenada al fracaso desde el principio. Sin sospecharlo, sin embargo, Garski había creado una nueva, mucho más fatídica, fricción que convirtió el propósito de su misión –acelerar la ruptura de las fortificaciones fronterizas belgas- en justo lo contrario. Esto se debió a una concatenación de coincidencias singulares. Los Chasseurs Ardennais no tenían asignada, en realidad, ninguna misión defensiva, solo una dilatoria. En consecuencia, la 5ª Cía desplegada en Bodange, se suponía que tenía que hacer detonar las cargas de las barreras, resistir brevemente e inmediatamente romper el contacto con el enemigo. Ninguno de sus superiores demandó del Mayor Maurice Bricart que se sacrificara a si mismo y a su compañía y defendiera el desfiladero de Bodange, imitando a Leonidas quien en el año 480 A.C. había bloqueado el paso de las Termópilas con sus Espartanos. En vez de eso, el 1er Regimiento de los Chasseurs Ardennais en Neufchateau recibió una orden de la división a las 1420 para retirar inmediatamente las unidades desplegadas a lo largo de la frontera. Esa orden debería de haber pasado al 2º Batallón en Fauvillers y desde aquí a la 5ª Cía en Bodange. Si todo hubiera seguido su curso con normalidad, entonces Bricart y sus hombres podrían haber abandonado sus posiciones incluso antes de las 1500 y los alemanes habrían evitado el problema del retraso provocado por el combate.

La orden de retirada nunca llegó a Bricart. La culpa de esto hay que otorgársela a Garski, quien cumplió su misión con resolución, pese que al principio sólo disponía de nueve hombres después de aterrizar en Traimont, cerca de Witry. Según enfatizó en su informe tras la acción, ordenó inmediatamente cortar las líneas telefónicas y bloquear la carretera. Detuvo varios vehículos y ordenó la captura de dos mensajeros motociclistas belgas. El tramo entre Fauvillers y Neufchateau fue así bloqueado. Para asegurarse, el regimiento envió un radio-mensaje adicional concerniente a la retirada al Mayor Agon, el oficial al mando del 2º Batallón, pero este no pudo ser descifrado correctamente en Fauvillers. Sin desear minimizar la valentía de los Chausseurs Ardennais, la gesta heroica en Bodange fue en realidad el resultado de una ruptura de las comunicaciones. Este es precisamente el motivo para que desde el punto de vista alemán la Operación Aerotransportada Niwi debe ser considerada como un fracaso con “efecto boomerang”. Perjudicó al Panzer Korps Guderian mucho más de lo que lo ayudó.

Clausewitz dedicó un capítulo a la “fricción en la guerra”. Para ilustrarla es difícil encontrar un mejor ejemplo práctico que la Operación Niwi y la consiguiente lucha por Bodange.
Imagen
En los más ilustres y gloriosos capitanes y emperadores del mundo, el estudio y la guerra han conservado la vecindad, y la arte militar se ha confederado con la lección. No ha desdeñado en tales ánimos la espada a la pluma. Docto símbolo de esta verdad es la saeta: con la pluma vuela el hierro que ha de herir.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

Avatar de Usuario
Paco Pepe
Miembro
Miembro
Mensajes: 70
Registrado: Mar Ago 16, 2011 11:44 am
Ubicación: Asturias. España

La Operación Niwi y el problema de la fricción.

Mensaje por Paco Pepe » Mar Feb 21, 2012 11:34 pm

Hola, un saludo.

Cuando posteé este tema no estaba muy ducho en el manejo de Imageshack (bueno, en realidad no es que haya progresado mucho :lol: ) así que os dejo ahora unas imágenes con mapas que permiten seguir el texto con más claridad.

La fuente de los mismos es la misma que la del texto: The Blitzkrieg Legend. The 1940 Campaign in the West, K.H. Frieser. Naval Institute Press, 2005

http://img593.imageshack.us/img593/3817/p5190003.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

http://img269.imageshack.us/img269/5625/p5190004r.jpg" onclick="window.open(this.href);return false;

Saludos a todos.
Imagen
En los más ilustres y gloriosos capitanes y emperadores del mundo, el estudio y la guerra han conservado la vecindad, y la arte militar se ha confederado con la lección. No ha desdeñado en tales ánimos la espada a la pluma. Docto símbolo de esta verdad es la saeta: con la pluma vuela el hierro que ha de herir.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

La Operación Niwi y el problema de la fricción.

Mensaje por José Luis » Mié Feb 22, 2012 10:35 pm

¡Hola a todos!

Creo que será un buen complemento traducir el grueso del capítulo que Clausewitz dedica a la fricción:

<<<
Si uno nunca ha experimentado personalmente la guerra, no puede comprender en qué consisten realmente las dificultades constantemente mencionadas, ni por qué un comandante debe necesitar toda capacidad brillante y excepcional. Todo parece simple; el conocimiento requerido no parece notable, las opciones estratégicas son tan obvias que por comparación el más simple problema de las más altas matemáticas tiene una dignidad científica admirable. Una vez que la guerra se ha visto realmente, las dificultades se vuelven claras; pero es extremadamente difícil describir el elemento oculto y dominante que provoca este cambio de perspectiva.

Todo en la guerra es muy simple, pero la cosa más simple es difícil. Las dificultades se acumulan y terminan por producir un tipo de fricción que es inconcebible a menos que uno haya experimentado la guerra. Imaginen un viajero que al final del día decide cubrir dos etapas más antes anochecer. Sólo cuatro o cinco horas más, sobre un camino pavimentado con relevos de caballos; debería ser un viaje fácil. Pero en la siguiente posta no encuentra caballos frescos, o sólo caballos débiles; el paisaje se torna accidentado, el camino malo, la noche cae, y finalmente después de muchas dificultades se alegra sólo de encontrar un lugar de descanso con cualquier tipo de comodidad primitiva. Es muy parecido en la guerra. Incontables incidentes menores -del tipo que ustedes nunca pueden prever realmente- se combinan para disminuir el nivel general de rendimiento, de tal manera que uno siempre queda muy lejos de la meta buscada. Una voluntad de hierro puede superar esta fricción; pulveriza todo obstáculo, pero por supuesto también gasta la máquina. Regresaremos a menudo a este punto. La fuerza del espíritu orgulloso domina el arte de la guerra como el obelisco domina la plaza de la ciudad donde todos los caminos convergen.

La fricción es el único concepto que más o menos corresponde a los factores que distinguen la guerra real de la guerra sobre el papel. La máquina militar -el ejército y todo lo relacionado con él- es básicamente muy simple y por tanto parece fácil de manejar. Pero deberíamos recordar que ninguno de sus componentes es de una pieza: cada parte está compuesta de individuos, cada uno de los cuales retiene su potencial de fricción. En teoría suena bastante razonable: el deber de un comandante de batallón es llevar a cabo sus órdenes; la disciplina amalgama el batallón...De hecho, es diferente y todo defecto y exageración de la teoría queda instantáneamente expuesto en la guerra. Un batallón está compuesto de individuos, el menos importante de los cuales puede casualmente demorar las cosas o de alguna manera torcerlas. Los peligros inseparables de la guerra y las exigencias de los esfuerzos físicos de la guerra pueden agravar el problema hasta tal grado que deben ser clasificados entre sus principales causas.

Esta enorme fricción, que no puede ser, como en la mecánica, reducida a unos cuantos puntos, está por todas partes en contacto con el azar, y produce efectos que no pueden ser medidos porque son en gran parte debidos al azar. Uno, por ejemplo, es el tiempo. La niebla puede evitar que se vea a tiempo al enemigo, que un cañón dispare cuando debiera, que un informe llegue al oficial comandante. La lluvia puede evitar la llegada de un batallón, retrasar a otro por mantenerlo en marcha no durante tres sino ocho horas, frustrar una carga de caballería por empantanar a los caballos en el barro, etc.

Damos estos ejemplos simplemente a modo de ilustración, para ayudar al lector a seguir el razonamiento. Llevaría volúmenes cubrir todas las dificultades.....

La acción en la guerra es como el movimiento en un elemento resistente. Así como el más simple y natural de los movimientos, caminar, no puede realizarse fácilmente en el agua, del mismo modo en la guerra es difícil que los esfuerzos normales logren incluso resultados moderados. Un teórico de verdad es como un profesor de natación que hace que sus pupilos practiquen movimientos en tierra con la intención de realizarlos en el agua. Para quienes no piensen en natación los movimientos les parecerán grotescos y exagerados. Del mismo modo, los teóricos que nunca han nadado, o que nunca han aprendido a generalizar de la experiencia, son poco prácticos e incluso ridículos: enseñan solamente lo que ya es un conocimiento común: cómo caminar.

Además, toda guerra es rica en episodios únicos. Cada uno es un mar inexplorado, lleno de arrecifes. El comandante puede sospechar la existencia de arrecifes sin haberlos visto jamás; ahora tiene que sortearlos en la oscuridad. Si surge un viento contrario, si aparece algún infortunio mayor, necesitará la habilidad y el esfuerzo personal más grandes, y la mayor presencia del ánimo, aunque desde la distancia todo pueda parecer que discurre automáticamente. Una comprensión de la fricción es una gran parte de ese muy admirado sentido de la guerra que un buen general se supone posee. Sin duda, el mejor general no es el que está más familiarizado con la idea de fricción, y el que la tiene en cuenta exageradamente (éste pertenece al tipo ansioso tan común entre comandantes experimentados). El buen general debe conocer la fricción para superarla siempre que sea posible, y para no esperar un nivel de logro en sus operaciones que esta misma fricción hace imposible. Por cierto, es una fuerza que la teoría nunca puede definir completamente...

Fricción, como hemos optado por llamarla, es la fuerza que hace lo aparentemente fácil tan difícil....
>>>

Carl von Clausewitz, On War (Oxford University Press, 2007), pp. 65-68.

Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
wintermute
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 4448
Registrado: Mié Jun 10, 2009 2:11 am

La Operación Niwi y el problema de la fricción.

Mensaje por wintermute » Mar Feb 28, 2012 6:19 am

Excelente texto, si señor.
Recomendable para los gustadores de historias alternativas je je, y para todos, en general.
Entre la teoría y la práctica hay una distancia... uy !

Saludos

Avatar de Usuario
Fritz-Bayerlein
Miembro
Miembro
Mensajes: 168
Registrado: Dom Sep 06, 2009 12:21 am
Ubicación: Barcelona

La Operación Niwi y el problema de la fricción.

Mensaje por Fritz-Bayerlein » Jue Mar 01, 2012 11:57 pm

Hola Paco Pepe, excelente trabajo :-D , una historia al menos para mí desconocida y llamativa. Muy buen complemento el de José Luis.

Salut
Ningún almirante ha ganado nunca ninguna batalla naval desde la costa. Rommel

Responder

Volver a “Frente occidental”

TEST