¿Pero por que necesariamente el hombre tiene que suponer lo que la historia quiere que piense? ¿Por que no dar rienda suelta a una imaginación ligada a datos no ciertos, pero llamativamente interesante para la mente del fanatico de la SGM?. ¿Sería insensato pensar en declaraciones falsas, por parte de Günsche y Linge o Kempa? ¿Sería impensable decir que en ese lapso de tiempo transcurrido entre el suicido de Hitler y la toma de la Cancillería, los hechos transcurrieron de forma diferente para Adolf y Eva?. Es decir, tanto los indicios positivos como negativos, muestran que la historia puede ser ciertamente torcida para el lado que plazca, tanto para los deseosos de ver el cuerpo carbonizado del Fuhrer como aquellos que afirman un posible escape al Sur argentino.Martin Niemöller escribió:Hola a todos
en mi opinión Hitler se suicidó el 30 de abril, por lo menos así se concluye de la dentadura hallada en el lugar donde se incineraron sus restos. Lo que siempre me he preguntado es lo siguiente: entre la muerte de Hitler el 30 de abril y la rendición de Berlín el 2 de mayo y la toma del bunker por los rusos pasaron aproximadamente entre día y medio y 2 días, tiempo suficiente para que los restos carbonizados fueran manipulados de alguna forma, teniendo en cuenta que el objetivo de la incineracion era que sus restos no se encontraran o por lo menos que al ser irreconocibles no puedieran ser exhibidos como trofeo de guerra. Incluso los rusos encontraron dentro de la Cancillería el cuerpo sin vida de un doble de Hitler, presuntamente para confundir o despistar. Por lo que pienso que es posible que los restos, antes de que llegaran los rusos, hallan sido mezclados con otros restos, etc, con el objetivo de despistar y de esta forma se explicaría el trozo de cráneo femenino, pero es sólo una conjetura más.
Saludos
El periodista bonaerense Abel Basti, en su libro "El exilio de Hitler", asegura que el Führer aparece como uno de los pasajeros evacuados en un avión de Austria a Barcelona el 26 de abril de 1945. Tomo palabras del autor, quien dice: "... yo considero esta la versión oficial una "farsa" que se "fabricó" para dar un salvoconducto a Hitler, quien era visto como una "pieza clave" en la lucha contra el comunismo en la posguerra. No tengo dudas de que cuando concluía la Segunda Guerra Mundial Hitler se escapó de Alemania bajo un escudo protector de sectores de poder anglo-norteamericanos, los mismos que lo habían financiado para que, de humilde pintor, llegara a ser canciller de Alemania..."
Para Basti, el "gran secreto" de la huida de Hitler fue la llegada de uno de sus dobles al búnker, que "tuvo ribetes dignos de una película de Hollywood" y ocurrió "al atardecer del 22 de abril de 1945".
Basti prosigue diciendo:
"...Ese día el verdadero Hitler voló hacia el aeropuerto austríaco de Hörsching, cercano a la ciudad de Linz, con ocho personas, entre ellas Eva Braun", precisa, y subraya la coincidencia de esta versión con el testimonio de Heinrich Müller, jefe de la Gestapo, durante un interrogatorio de la CIA. (extraño este pasaje, tomando en cuenta que nunca se pudo dar con el Jefe de la Gestapo, luego del '45). El periodista sostiene que Hitler y su comitiva estuvieron cuatro días en Austria y se refiere a un hecho que considera una suerte de "pago por inmunidad": el abandono en Linz de un tren repleto de oro robado a Hungría por los nazis; "más que una llamativa coincidencia, da la sensación de que se trató de una entrega pactada", subraya.
Ademas, publica en su libro una comunicación oficial secreta según la cual Hitler encabeza la lista de pasajeros de un avión que viajó de Hörsching a Barcelona pilotado por Werner Baumbach, fallecido en Argentina en 1953.
"...La presencia de Hitler en España me la confirmó un hoy anciano sacerdote jesuita, cuya familia era amiga del jefe nazi. Y también tengo testimonios que aluden a reuniones que mantenía con su séquito en una hostería llamada 'Las Quebrantas', en Cantabria", afirma. El libro incluye además un documento de los servicios secretos británicos que revela que "un convoy de submarinos nazis partió días más tarde de España y, tras una escala técnica en las islas Canarias, continuó su periplo hacia el sur argentino", con la anuencia de Estados Unidos. "En uno de esos submarinos viajaban Hitler y Eva Braun", enfatiza Basti, convencido de que la pareja desembarcó en la Patagonia entre julio y agosto de 1945, al amparo del presidente de facto Edelmiro Farrell y de Juan Domingo Perón, entonces su ministro de Guerra.
Yo soy de esos que prefiere, en su debido caso, pensar un poco mas y ver detras de los libros y fechas oficiales.
Saludos, camaradas!