De todos es conocida la participación de estos gigantes del aire en la Primera guerra mundial en la que ya las dirigibles mostraron sus principales carencias frente a los aviones desarrollados por las diferentes potencias beligerantes. De la base de Fuhlsbüttel despegaron tres dirigibles Zeppelin al mando del capitán de fragata Peter Strasser el 10 de enero de 1915; el objetivo era bombardear los muelles londinenses sobre el Támesis. La ofensiva fue un fracaso total: ninguno de los tres gigantes alcanzó los objetivos y uno de ellos lanzó varias bombas sobre Yarmouth.
A pesar de todo, los alemanes empezaron a confiar en los dirigibles como arma estratégica. En los años anteriores a la Gran Guerra, todas las naciones habían mostrado interés por las aeronaves, pero fueron las fuerzas armadas alemanas -a las que la fábrica del conde Friedrich von Zeppelin suministraba modelos cada vez más sofisticados- las que se obstinaron en la nueva arma. Lentos, pesados y fácilmente identificables, vulnerables en cotas bajas (pues el hidrógeno que los mantiene es altamente inflamable), los dirigibles eran en realidad poco aptos para la guerra aérea.
Los Aliados lo relegaron a funciones de exploración naval con el objetivo de descubrir submarinos enemigos en inmersión. También por parte alemana, las misiones sobre la primera línea pronto se abandonaron y el dirigible se utilizó fundamentalmente en el frente oriental. Se instaló una base en Jambol, Bulgaria; de ella, en marzo de 1918, el Zeppelin LZ 59 despegó para una misión que lo llevó a sobrevolar Nápoles. Sin embargo, la marina alemana no renunció al empleo estratégico de los dirigibles en los bombardeos a Inglaterra.
Fuente: http://www.pilotundluftschiff.de/zzPL1041.jpg
Guillermo II se opuso en un principio a ceder a las presiones de los militares que, a finales de agosto de 1914, le habían sugerido bombardear Londres. Restos de caballerosidad y escrúpulos morales se mezclaron en la indecisión del Kaiser de extender la guerra a la población civil. No obstante, en 1915 llegó el permiso. Y en efecto, al principio los dirigibles evitaron a los aeroplanos ingleses, volando de noche y a cotas inalcanzables, pero 1916 fue el año de la derrota. Los ingleses armaron a sus aeroplanos con balas incendiarias y sobre todo consiguieron interceptar, mediante hidroaviones enviados desde los barcos, a los dirigibles poco después del despegue de sus bases, cuando todavía se encontraban en una cota baja y por lo tanto eran muy vulnerables. Al final de la guerra se contaron 51 incursiones sobre Inglaterra, 37 toneladas de bombas y más de 500 civiles muertos.
Fuente: http://www.probertencyclopaedia.com/j/Graf-Zeppelin.jpg
El 19 de julio de 1918 siete Sopwith Camel lanzados desde el portaaviones Furious destruyeron dos Zeppelin en tierra, en la base de Tondern. Fue el primer ataque aéreo desde un portaaviones y la derrota definitiva de los dirigibles en su duelo con el aeroplano.
Saludos cordiales