La estrategia marítima alemana. Otro punto flaco.
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La estrategia marítima alemana. Otro punto flaco.
El mar es, indudablemente, una inmensa vía de tránsito, la guerra en el mar es, en consecuencia, una lucha por las comunicaciones marítimas, y los fundamentos de su estrategia han permanecido inmutables a lo largo del tiempo. Contrariamente, el rápido progreso de la técnica ejerció un notable influjo sobre la táctica y las operaciones.
Durante 'la Primera Guerra Mundial, los pocos barcos alemanes destinados a operaciones de largo alcance fueron fuertemente obstaculizados en sus movimientos por la necesidad de frecuentes reabastecimientos de carbón. Los sumergibles, dotados de motores Diésel, no obstante su pequeño tonelaje, fueron las primeras naves de guerra realmente oceánicas, dado que podían permanecer en el mar durante muchas semanas.
La dependencia de las unidades mayores de las bases y la situación geográfica de Alemania obligaron a este último país a realizar acciones aisladas y al desarrollo de nuevos medios técnicos, más que a grandes operaciones. El mayor interés se concentró en los sumergibles, que se habían revelado el mayor y casi único peligro para el tráfico marítimo de cualquier potencia.
La dirección política de Alemania creyó poder sustraerse a la influencia del mar con la autarquía. El concepto, equivocado, no tardaría en manifestar sus consecuencias; efectivamente, Alemania se vio obligada a asegurarse determinados elementos minerales, de importancia vital, con riesgosas operaciones marítimas. Pero aun después de esta experiencia, no se constituyó una verdadera concentración de fuerzas contra la potencia marítima más peligrosas.
La marina reclamó, constantemente una preferente atención sobre estos hechos, pero no llegó a hacer triunfar sus puntos de vista. En consecuencia, no obtuvo ni una adecuada arma aérea táctica ni un fuerte apoyo para el rápido desenvolvimiento del arma submarina. Este apoyo fue concedido cuando el desastre comenzó a perfilarse Pero ya era tarde. Se habían perdido dos años irrecuperables.
Italia, por su parte, tenía una flota relativamente fuerte, con objetivos muy claros. Su suerte efectivamente, dependía del dominio del Mediterráneo. La dirección política, empero no lo comprendió así.
Al comenzar las hostilidades, la flota mercante italiana, distribuida por los puertos del mundo, se perdió en gran parte. Desapareció así, a manos del enemigo, un inmenso tonelaje que posteriormente hubiera sido vital para asegurar el transporte.
El arma submarina, además, numéricamente fuerte, reveló numerosas deficiencias, y la colaboración entre la marina y la aeronáutica, vital, fue en extremo insuficiente.
Con su vieja experiencia marítima, Gran Bretaña concentró inmediatamente todas sus fuerzas en la protección de su tráfico naval. En lo que respecta a la guerra submarina, Gran Bretaña no estaba suficientemente organizada en los primeros momentos, encontrándose, en consecuencia, en grandes dificultades. Sin embargo, defendió con tenacidad sus posiciones en el Mediterráneo y logró, paulatinamente, eliminar la amenaza del arma submarina.
En lo referente a perdidas de navíos, todos los tipos de barcos de guerra sufrieron pérdidas considerables; superiores proporcionalmente a las de la Primera Guerra Mundial. La flota inglesa perdió el 62 % de sus cruceros, contra el 22 % de la Primera Guerra y el 90 % de sus destructores, contra el 29 %.
Las perdidas de submarinos fueron particularmente elevadas para todas las naciones: Alemania, que durante toda la guerra puso en servicio más de 1.100 sumergibles, perdió más de 800; Inglaterra perdió 77 unidades sobre 235; Italia, 86 sobre 160; Estados Unidos, 52 sobre 290 y Japón 127 sobre 190.
Las flotas mercantes, por su parte, fueron casi totalmente destruidas. Los japoneses perdieron el 82 % de su tonelaje total; los italianos una cifra casi igual, los alemanes alrededor del 70 % del tonelaje inicial y los aliados alrededor de 21.000.000 de toneladas (el tonelaje total de la marina inglesa al comenzar la guerra).
La mayoría de las pérdidas se debieron a los submarinos. Por su acción se perdieron aproximadamente 14.000.000 de toneladas de navíos mercantes aliados y 5 de los 8,2 millones de toneladas perdidas por los japoneses.
El arma aérea, ya sea la de tierra como la embarcada en portaaviones, ejerció una gran influencia en las operaciones navales. De particular importancia fueron los nuevos aparatos utilizados, como el radar, que para las unidades de superficie anulaba la protección de la oscuridad de la noche o la niebla y señalaba la aproximación de los aviones enemigos a centenares de kilómetros de distancia. Los detectores empleados para operaciones submarinas, fundados en el empleo de los ultrasonidos, dieron un resultado menos satisfactorio, pero, aún así, bastaron para convertir en inutilizable el empleo de los submarinos lentos y desprovistos de "Snorkel".
Las unidades mayores, por su parte, se vieron particularmente amenazadas en las cercanías de las costas, por la acción de las minas, lanchas torpederas, aviones. Estas zonas se convirtieron en campos de lucha con características especiales y fueron teatro de operaciones de numerosos desembarcos. La técnica de estos últimos, constantemente perfeccionada, hizo posible que el atacante pasara del mar a la tierra, bajo la protección de sus flotas naval y aérea aún en presencia de una defensa sólida.
Los progresos técnicos permitieron concentrar fuerzas extraordinariamente grandes, en puntos decisivos, aun a grandes distancias. Es decir, que puede afirmarse que la Segunda Guerra Mundial fue decidida por el dominio de las comunicaciones marítimas. Sir embargo, la decisión final de la victoria o de la derrota dependerá siempre del hombre. Efectivamente, lo mejores resultados tácticos y operativos, el más grande valor o el mayor sacrificio, son inútiles si la estrategia es inadecuada. Y la estrategia la dicta el hombre
Durante 'la Primera Guerra Mundial, los pocos barcos alemanes destinados a operaciones de largo alcance fueron fuertemente obstaculizados en sus movimientos por la necesidad de frecuentes reabastecimientos de carbón. Los sumergibles, dotados de motores Diésel, no obstante su pequeño tonelaje, fueron las primeras naves de guerra realmente oceánicas, dado que podían permanecer en el mar durante muchas semanas.
La dependencia de las unidades mayores de las bases y la situación geográfica de Alemania obligaron a este último país a realizar acciones aisladas y al desarrollo de nuevos medios técnicos, más que a grandes operaciones. El mayor interés se concentró en los sumergibles, que se habían revelado el mayor y casi único peligro para el tráfico marítimo de cualquier potencia.
La dirección política de Alemania creyó poder sustraerse a la influencia del mar con la autarquía. El concepto, equivocado, no tardaría en manifestar sus consecuencias; efectivamente, Alemania se vio obligada a asegurarse determinados elementos minerales, de importancia vital, con riesgosas operaciones marítimas. Pero aun después de esta experiencia, no se constituyó una verdadera concentración de fuerzas contra la potencia marítima más peligrosas.
La marina reclamó, constantemente una preferente atención sobre estos hechos, pero no llegó a hacer triunfar sus puntos de vista. En consecuencia, no obtuvo ni una adecuada arma aérea táctica ni un fuerte apoyo para el rápido desenvolvimiento del arma submarina. Este apoyo fue concedido cuando el desastre comenzó a perfilarse Pero ya era tarde. Se habían perdido dos años irrecuperables.
Italia, por su parte, tenía una flota relativamente fuerte, con objetivos muy claros. Su suerte efectivamente, dependía del dominio del Mediterráneo. La dirección política, empero no lo comprendió así.
Al comenzar las hostilidades, la flota mercante italiana, distribuida por los puertos del mundo, se perdió en gran parte. Desapareció así, a manos del enemigo, un inmenso tonelaje que posteriormente hubiera sido vital para asegurar el transporte.
El arma submarina, además, numéricamente fuerte, reveló numerosas deficiencias, y la colaboración entre la marina y la aeronáutica, vital, fue en extremo insuficiente.
Con su vieja experiencia marítima, Gran Bretaña concentró inmediatamente todas sus fuerzas en la protección de su tráfico naval. En lo que respecta a la guerra submarina, Gran Bretaña no estaba suficientemente organizada en los primeros momentos, encontrándose, en consecuencia, en grandes dificultades. Sin embargo, defendió con tenacidad sus posiciones en el Mediterráneo y logró, paulatinamente, eliminar la amenaza del arma submarina.
En lo referente a perdidas de navíos, todos los tipos de barcos de guerra sufrieron pérdidas considerables; superiores proporcionalmente a las de la Primera Guerra Mundial. La flota inglesa perdió el 62 % de sus cruceros, contra el 22 % de la Primera Guerra y el 90 % de sus destructores, contra el 29 %.
Las perdidas de submarinos fueron particularmente elevadas para todas las naciones: Alemania, que durante toda la guerra puso en servicio más de 1.100 sumergibles, perdió más de 800; Inglaterra perdió 77 unidades sobre 235; Italia, 86 sobre 160; Estados Unidos, 52 sobre 290 y Japón 127 sobre 190.
Las flotas mercantes, por su parte, fueron casi totalmente destruidas. Los japoneses perdieron el 82 % de su tonelaje total; los italianos una cifra casi igual, los alemanes alrededor del 70 % del tonelaje inicial y los aliados alrededor de 21.000.000 de toneladas (el tonelaje total de la marina inglesa al comenzar la guerra).
La mayoría de las pérdidas se debieron a los submarinos. Por su acción se perdieron aproximadamente 14.000.000 de toneladas de navíos mercantes aliados y 5 de los 8,2 millones de toneladas perdidas por los japoneses.
El arma aérea, ya sea la de tierra como la embarcada en portaaviones, ejerció una gran influencia en las operaciones navales. De particular importancia fueron los nuevos aparatos utilizados, como el radar, que para las unidades de superficie anulaba la protección de la oscuridad de la noche o la niebla y señalaba la aproximación de los aviones enemigos a centenares de kilómetros de distancia. Los detectores empleados para operaciones submarinas, fundados en el empleo de los ultrasonidos, dieron un resultado menos satisfactorio, pero, aún así, bastaron para convertir en inutilizable el empleo de los submarinos lentos y desprovistos de "Snorkel".
Las unidades mayores, por su parte, se vieron particularmente amenazadas en las cercanías de las costas, por la acción de las minas, lanchas torpederas, aviones. Estas zonas se convirtieron en campos de lucha con características especiales y fueron teatro de operaciones de numerosos desembarcos. La técnica de estos últimos, constantemente perfeccionada, hizo posible que el atacante pasara del mar a la tierra, bajo la protección de sus flotas naval y aérea aún en presencia de una defensa sólida.
Los progresos técnicos permitieron concentrar fuerzas extraordinariamente grandes, en puntos decisivos, aun a grandes distancias. Es decir, que puede afirmarse que la Segunda Guerra Mundial fue decidida por el dominio de las comunicaciones marítimas. Sir embargo, la decisión final de la victoria o de la derrota dependerá siempre del hombre. Efectivamente, lo mejores resultados tácticos y operativos, el más grande valor o el mayor sacrificio, son inútiles si la estrategia es inadecuada. Y la estrategia la dicta el hombre
Soldat im 20.Jahrhundert
¡Hola a todos!
Un topic, sin duda, interesante, aunque el desarrollo de tu post, querido amigo, es demasiado genérico como para poder abordarlo.
Al considerar la estrategia naval alemana durante la IIGM hay que plantearse, a mi juicio, al menos dos preguntas:
1) ¿Qué estretagia naval se adoptó por el Alto Mando de la Reichsmarine?
2) Con la llegada de Hitler al poder, ¿Qué elementos de juicio utilizó el Alto Mando de la Reichmarine/Kriegsmarine para encarar un futuro conflicto?
Sólo apuntaré en síntesis lo siguiente:
1) A mitad de la década de 1920, Raeder vino a plantearse más o menos lo siguiente. La estrategia naval alemana debía ser de naturaleza defensiva y, en concreto, hacer frente a dos posibles amenazas: Polonia y Francia.
“En esa época [la década de 1920] la idea básica del Alto Mando Naval era prepararse para una corta concentración contra cualquier agresión polaca y, al asegurar los suministros del exterior, también contra Francia” Hermann Boehm, “The War at Sea,” en Essays
by German Officers and Officials on World War II, roll 1 (Wilmington, Del.: Scholarly Resources, n.d.), pp. 1–2.
El problema de Raeder era que mientras que desarrollaba un concepto defensivo no podía olvidar que, tarde o temprano, en un futuro conflicto tendría que afrontar la necesidad de realizar operaciones ofensivas contra Gran Bretaña. Y fue así que el Gran Almirante alemán concibió una auténtica innovación nunca antes vista en la historia naval. Su concepto de potencia naval fue, de hecho, global: “Todos los teatros navales de guerra forman un todo homogéneo y consecuentemente cualquier operación debe ser considerada en su correlación con otras áreas marítimas. En consecuencia, la guerra de crucero en el exterior y las operaciones de la flota de combate en aguas internas eran componentes integrales de una única estrategia naval, que al explotar el efecto de diversión, buscara debilitar las fuerzas enemigas y perturbar sus suministros” [Werner Rahn, “German Naval Strategy and Armament, 1919–39,” en Technology and Naval Combat in the Twentieth Century and Beyond, ed. Phillips Payson O’Brien (London: Frank Cass, 2001), p. 120]
Lo que Raeder concibió fue ni más ni menos que una estrategia de guerra asimétrica. Pero una cosa era concebir una estrategia y otra hacerse con los medios para ponerla en práctica.
2) Hitler aseguró a Raeder, a mediados de la década de 1930, que él nunca buscaría la guerra contra Gran Bretaña. Pero concordó con el almirante en aprobar un programa de construcción naval que permitiera a la Kriegsmarine poder dar forma a la estrategia de guerra asimétrica que había concebido su comandante en jefe. Para ello se aprobó el "Plan Z", que preveía para el periodo 1939-1948 la construcción de 13 acorazados y cruceros de batalla, 4 portaviones, 15 Panzerschiffe, 23 cruceros y 22 destructores [German Naval History, “Z-Plan,” www.germannavy.de/kriegsmarine/zplan/].
De esta forma Raeder pretendía afrontar su estrategia de guerra asimétrica: por una parte, operar a gran distancia contra el comercio británico (llegado el caso), y por otra parte y al mismo tiempo, disponer de dos pequeños pero poderosos grupos de batalla (acorazados más un portaviones con la protección de cruceros ligeros y destructores) para mantener el control de los mares del Norte y Noruega.
Hitler comenzó la guerra mucho tiempo antes de que el "Plan Z" estuviese completo (en realidad, ese plan era económicamente inviable dado el estado de las finanzas alemanas en 1939), y, además, comenzó una guerra sin tener previamente definida una estrategia global para continuarla contra la más que probable intervención de Francia y Gran Bretaña. Luego, en el verano-otoño de 1940 escuchó con agrado pero finalmente declinó la estrategia que quería imponer Raeder ("estrategia periférica", esto es, su guerra asimétrica o de aproximación), la única estrategia realmente viable que tenía Alemania para sacar de la guerra a Gran Bretaña. Puso sus ojos, fatalmente para el interés alemán, en la Unión Soviética.
Si Hitler hubiese adoptado la estrategia de Raeder de una guerra asimétrica ya desde el inesperado (por fulgurante) éxito contra Francia, el paso previo habría sido reestructurar completamente las prioridades en el terreno de la producción de armamentos (aviones y submarinos, fundamentalmente) y comenzar el ataque periférico contra Gran Bretaña concentrando en ello todo el esfuerzo de guerra del Reich.
En el conjunto de lo que sucedió en la realidad, yo tengo para mí que la Kriegsmarine, con medios muy limitados, desempeñó, sin embargo, un gran papel.
Saludos cordiales
José Luis
Un topic, sin duda, interesante, aunque el desarrollo de tu post, querido amigo, es demasiado genérico como para poder abordarlo.
Al considerar la estrategia naval alemana durante la IIGM hay que plantearse, a mi juicio, al menos dos preguntas:
1) ¿Qué estretagia naval se adoptó por el Alto Mando de la Reichsmarine?
2) Con la llegada de Hitler al poder, ¿Qué elementos de juicio utilizó el Alto Mando de la Reichmarine/Kriegsmarine para encarar un futuro conflicto?
Sólo apuntaré en síntesis lo siguiente:
1) A mitad de la década de 1920, Raeder vino a plantearse más o menos lo siguiente. La estrategia naval alemana debía ser de naturaleza defensiva y, en concreto, hacer frente a dos posibles amenazas: Polonia y Francia.
“En esa época [la década de 1920] la idea básica del Alto Mando Naval era prepararse para una corta concentración contra cualquier agresión polaca y, al asegurar los suministros del exterior, también contra Francia” Hermann Boehm, “The War at Sea,” en Essays
by German Officers and Officials on World War II, roll 1 (Wilmington, Del.: Scholarly Resources, n.d.), pp. 1–2.
El problema de Raeder era que mientras que desarrollaba un concepto defensivo no podía olvidar que, tarde o temprano, en un futuro conflicto tendría que afrontar la necesidad de realizar operaciones ofensivas contra Gran Bretaña. Y fue así que el Gran Almirante alemán concibió una auténtica innovación nunca antes vista en la historia naval. Su concepto de potencia naval fue, de hecho, global: “Todos los teatros navales de guerra forman un todo homogéneo y consecuentemente cualquier operación debe ser considerada en su correlación con otras áreas marítimas. En consecuencia, la guerra de crucero en el exterior y las operaciones de la flota de combate en aguas internas eran componentes integrales de una única estrategia naval, que al explotar el efecto de diversión, buscara debilitar las fuerzas enemigas y perturbar sus suministros” [Werner Rahn, “German Naval Strategy and Armament, 1919–39,” en Technology and Naval Combat in the Twentieth Century and Beyond, ed. Phillips Payson O’Brien (London: Frank Cass, 2001), p. 120]
Lo que Raeder concibió fue ni más ni menos que una estrategia de guerra asimétrica. Pero una cosa era concebir una estrategia y otra hacerse con los medios para ponerla en práctica.
2) Hitler aseguró a Raeder, a mediados de la década de 1930, que él nunca buscaría la guerra contra Gran Bretaña. Pero concordó con el almirante en aprobar un programa de construcción naval que permitiera a la Kriegsmarine poder dar forma a la estrategia de guerra asimétrica que había concebido su comandante en jefe. Para ello se aprobó el "Plan Z", que preveía para el periodo 1939-1948 la construcción de 13 acorazados y cruceros de batalla, 4 portaviones, 15 Panzerschiffe, 23 cruceros y 22 destructores [German Naval History, “Z-Plan,” www.germannavy.de/kriegsmarine/zplan/].
De esta forma Raeder pretendía afrontar su estrategia de guerra asimétrica: por una parte, operar a gran distancia contra el comercio británico (llegado el caso), y por otra parte y al mismo tiempo, disponer de dos pequeños pero poderosos grupos de batalla (acorazados más un portaviones con la protección de cruceros ligeros y destructores) para mantener el control de los mares del Norte y Noruega.
Hitler comenzó la guerra mucho tiempo antes de que el "Plan Z" estuviese completo (en realidad, ese plan era económicamente inviable dado el estado de las finanzas alemanas en 1939), y, además, comenzó una guerra sin tener previamente definida una estrategia global para continuarla contra la más que probable intervención de Francia y Gran Bretaña. Luego, en el verano-otoño de 1940 escuchó con agrado pero finalmente declinó la estrategia que quería imponer Raeder ("estrategia periférica", esto es, su guerra asimétrica o de aproximación), la única estrategia realmente viable que tenía Alemania para sacar de la guerra a Gran Bretaña. Puso sus ojos, fatalmente para el interés alemán, en la Unión Soviética.
Si Hitler hubiese adoptado la estrategia de Raeder de una guerra asimétrica ya desde el inesperado (por fulgurante) éxito contra Francia, el paso previo habría sido reestructurar completamente las prioridades en el terreno de la producción de armamentos (aviones y submarinos, fundamentalmente) y comenzar el ataque periférico contra Gran Bretaña concentrando en ello todo el esfuerzo de guerra del Reich.
En el conjunto de lo que sucedió en la realidad, yo tengo para mí que la Kriegsmarine, con medios muy limitados, desempeñó, sin embargo, un gran papel.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
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- minoru genda
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Parece que tu y yo estamos condenados a coincidir en la mayoría de las cosas que se plantean porque:José Luis escribió:¡Hola a todos!
Saludos cordialesEn el conjunto de lo que sucedió en la realidad, yo tengo para mí que la Kriegsmarine, con medios muy limitados, desempeñó, sin embargo, un gran papel.
José Luis
Esa misma idea tengo yo y es que a pesar de todo y dadas las circunstancias mayormente adversas, tanto marinos como Mandos del Estado Mayor de la Kriegsmarine aprovecharon hasta el límite de sus posibilidades el justo material del que dispusieron.
No hay ningún viento favorable para quien no sabe a que puerto se dirige.
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- Calígula
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No solo eso, sino de priori, 4 graves problemas padecia. El primero plitico, Hitler cayo en el mismo error que el Kaiser, es decir, desafio al poderio naval britanico. Una de las multiples razones que impulsaron a GB a declarar la guerra a Alemania tras la invasion de Polonia, fue la indudable amenaza naval que el Plan Z supondria para sus intereses oceanicos en un futuro no muy lejano. Peor aun, Hitler denuncio el tratado naval firmado en 1935 con los ingleses el 26 de Abril de 1939. Eso significaba que debia darse por concluido cualquier intento de convivencia amistoso con Londres, puesto que Berlin lo denunciaba mucho antes de alcanzar el tope de construccion pactada.José Luis escribió:Hitler comenzó la guerra mucho tiempo antes de que el "Plan Z" estuviese completo (en realidad, ese plan era económicamente inviable dado el estado de las finanzas alemanas en 1939)
El Plan Z poadecia tambien de un problema tecnico: estaba desequilibrado y un tanto anticuado. Grandes blindajes y grandes cañones, dando la espalda al poder aereo.
En tercer lugar era displicente respecto a las necesidades reiteradas por el arma submarina, lo que daria lugar a una fuerte antipatia de Donitz con respecto a Reader.
El cuarto problema planteado, era de indole material. Los astilleros e industrias auxiliares alemanas carecian de capacidad para complementar aquel proyecto en el tiempo establecido. De hecho, aunque Alemania cuadruplicara su produccion naval en los años siguientes, a aquellas alturas no podian votar anualmente mas alla de 120.000 toneladas de buques. Hitler no presto mucha atencion pues la flota estaba estimada usarla en 1946.
En mi opinion, uno de los puntos mas negros, por no decir el mas negro, fue la cooperacion entra la Luftwaffe y la Kriegsmarine. Practicamente nula, todo lo contrario de lo que ocurria entre la Luftwaffe y el Heer. Sorprende la doctrina naval alemana casi la misma imperiante de la gran guerra, blindajes y cañones, con escasa operacion aerea. Por otro lado, hacia gran contradictorio del ejercito terrestre, con la supermodernidad que entreñaba la guerra relampago.
Donitz dijo una ocasion a Hitler, algo, que no puede caer en el olvido:
Los historiadores contaran la SGM de distintas maneras (segun sus interes), pero seran unanimes en algo: en el siglo XX, el siglo de la aviacion, la marina alemana combatio sin exploracion aerea y sin tener aviacion propia, como si el avion no se hbiera inventado, y les parece inexplicable
Heinrich Heine [i]Allí donde se queman los libros, se terminaran quemando personas[/i]
- Erich Hartmann
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He aquí un párrafo de las Memorias del Grossadmiral Dönitz relativo al derroche de los escasos submarinos en aguas rusas durante los primeros meses de la guerra contra la URSS, sin duda uno de los muchos errores estrátegicos en el mar cometidos por los alemanes a los largo de toda la contienda:
Saludos cordiales
“Al comenzar la guerra con Rusia fueron enviados ocho submarinos al mar Báltico para luchar contra el adversario ruso. Apenas encontraron ningún objetivo y consiguieron éxitos dignos de mención, por lo cual me fueron devueltos finalmente en septiembre de 1941
También contra Rusia se enviaron, en julio de 1941, de cuatro a seis submarinos al océano Glacial Ártico, aunque en aquella época no había todavía ningún tráfico aliado de refuerzos. Tampoco esos submarinos encontraron, por tanto, ningún objetivo. Varias veces me revolví contra esas medidas y escribí, por ejemplo, acerca de los submarinos en el Ártico:
1º Los éxitos inmediatos obtenidos hasta ahora son muy pequeños y no vale la pena tomarlos en consideración. Motivos: el tráfico se realiza en barcos muy pequeños que apenas merecen el ataque con torpedos...
2º La decisión de la guerra debe consistir en la lucha contra Inglaterra. Esta lucha es la misión principal de los submarinos, que en este aspecto no pueden ser sustituidos por ninguna otra arma. En cambio los resultados decisivos contra Rusia han de obtenerse en tierra. Los submarinos sólo pueden desempeñar en esto un papel accesorio”
Saludos cordiales
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El contexto geografico y natural de Alemania en Europa es el de sostener una guerra continental, por mentalidad "prusiana" de la jerarquia el mar es un lugar secundario para lograr sus objetivos e Inglaterra un pais al que evitar. Raeder creia en estos principios aparte de no ser revanchista ,por lo que las promesas de Hitler de crear una armada potente que jamás combatiria a la Royal Navy le debieron de sonar a gloria. Pero Hitler no era hombre de palabra....
Salutën
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Una era de paz construye ciudades, una hora de guerra las destruye.
- Cpt_Morgan
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Calígula escribió: En mi opinion, uno de los puntos mas negros, por no decir el mas negro, fue la cooperacion entra la Luftwaffe y la Kriegsmarine. Practicamente nula, todo lo contrario de lo que ocurria entre la Luftwaffe y el Heer. Sorprende la doctrina naval alemana casi la misma imperiante de la gran guerra, blindajes y cañones, con escasa operacion aerea. Por otro lado, hacia gran contradictorio del ejercito terrestre, con la supermodernidad que entreñaba la guerra relampago.
Donitz dijo una ocasion a Hitler, algo, que no puede caer en el olvido:
de eso tubo mucha culpa Goering con su famosa pero patetica frase...
"todo lo que vuela es mio"
- Eriol
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La estrategia marítima alemana. Otro punto flaco.
Bueno reflotando viejos topics dire que para mi el principal lunar que tuvo la KM fue el rechazar el poder aereo embarcado.Soi mui imaginativo(quizas demasiado) pero pienso que alemania con un portaaviones en el 41 hubiera dado mas de un sorpresa a los ingleses.Un post al respecto:
viewtopic.php?f=53&t=10235" onclick="window.open(this.href);return false;
Incluso aunque se aceptase el plan z en el momento de la declaracion de guerra de inglaterra se podria haber cambiado las prioridades de las construcciones,dejando aparcados(o incluso desguazando) los grandes buques de superficie para potenciar la construccion de submarinos que al fin de cuentas son los que pusieron casi de rodillas a inglaterra.
Logicamente no lo digo con el corazon pues la KM es,por asi decirlo,mi debilidad dentro de este mundo y si la desguazaran me quedaria sin"amor",pero siendo objetivos si Hitler hubiera tomado esta decision cuales hubiera sido las consecuencias...
viewtopic.php?f=53&t=10235" onclick="window.open(this.href);return false;
Incluso aunque se aceptase el plan z en el momento de la declaracion de guerra de inglaterra se podria haber cambiado las prioridades de las construcciones,dejando aparcados(o incluso desguazando) los grandes buques de superficie para potenciar la construccion de submarinos que al fin de cuentas son los que pusieron casi de rodillas a inglaterra.
Logicamente no lo digo con el corazon pues la KM es,por asi decirlo,mi debilidad dentro de este mundo y si la desguazaran me quedaria sin"amor",pero siendo objetivos si Hitler hubiera tomado esta decision cuales hubiera sido las consecuencias...
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- Montefusco
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A que te refieres, Hitler no vio a Gran Bretaña como un enemigo, firmó el tratado naval con ellos precisamente para dejar claro que no les era hostil. Fue la actitud británica la que le hizo cambiar de opinión, sobre todo luego del Anchluss cuando los documentos descubiertos en la cancillería austriaca revelaron las maniobras antigermanas del gobierno británico. Por tanto no fue Hitler el que "traicionó a su palabra" sino los británicos los que se fueron involucrando en los asuntos continentales europeos hasta declarar la guerra a alemania en 1939, algo que quizás no era previsible en 1935 o 1936Cpt_Muller escribió:El contexto geografico y natural de Alemania en Europa es el de sostener una guerra continental, por mentalidad "prusiana" de la jerarquia el mar es un lugar secundario para lograr sus objetivos e Inglaterra un pais al que evitar. Raeder creia en estos principios aparte de no ser revanchista ,por lo que las promesas de Hitler de crear una armada potente que jamás combatiria a la Royal Navy le debieron de sonar a gloria. Pero Hitler no era hombre de palabra....
Salutën
- minoru genda
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Es cierto que Hitler esperaba que Gran Bretaña fuera su aliado pero los diferentes pactos con terceros países dejaron claro que la política alemana y la británica seguían caminos opuestos que acabarían en una confrontación.Montefusco escribió:A que te refieres, Hitler no vio a Gran Bretaña como un enemigo, firmó el tratado naval con ellos precisamente para dejar claro que no les era hostil. Fue la actitud británica la que le hizo cambiar de opinión, sobre todo luego del Anchluss cuando los documentos descubiertos en la cancillería austriaca revelaron las maniobras antigermanas del gobierno británico. Por tanto no fue Hitler el que "traicionó a su palabra" sino los británicos los que se fueron involucrando en los asuntos continentales europeos hasta declarar la guerra a alemania en 1939, algo que quizás no era previsible en 1935 o 1936Cpt_Muller escribió:El contexto geografico y natural de Alemania en Europa es el de sostener una guerra continental, por mentalidad "prusiana" de la jerarquia el mar es un lugar secundario para lograr sus objetivos e Inglaterra un pais al que evitar. Raeder creia en estos principios aparte de no ser revanchista ,por lo que las promesas de Hitler de crear una armada potente que jamás combatiria a la Royal Navy le debieron de sonar a gloria. Pero Hitler no era hombre de palabra....
Salutën
Hitler más bien casi impuso un tratado naval a los británicos que firmaron el tratado de Londres con la esperanza de frenar a Hitler en su carrera armamentística que ya era conocida, de hecho los británicos pudieron constatar tras la firma del tratado de Londres lo que ya era un secreto a voces, que los alemanes habían violado reiteradamente el tratado de Versalles. Construyendo buques de guerra que no cumplían ni siquiera los requisitos del tratado de Washington y sumergibles los cuales tenían prohibido construir según el tratado de Versalles.
Los mismos británicos reconocieron que con ese tratado de Londres Hitler les "hacía un favor". Nadie traicionó la palabra dada a nadie, los británicos tenían sus acuerdos con terceros e Hitler tenía un objetivo concreto, extender sus dominios hacia el Este
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Re: La estrategia marítima alemana. Otro punto flaco.
Cuesta trabajo entender como Hitler pensaba que Inglaterra podia ser su aliada o siquiera neutral en su guerra en el Continente. Pensaba el que solo con prometer respetar sus colonias los Ingleses se iban a sentir tranquilos? En que condicion quedaba Inglaterra cuando Hitler fuera dueño y señor del Continente? Podian sentirse seguros que despues que Hitler tubiera el poder economico/militar que le daria extender su imperio hasta los Urales no les reclamaria el Oriente Medio o La India? Si alguna vez hubo alguien que pensara que era posible un arreglo con Hitler ese no fue Churchill pues siempre estubo muy claro que la seguridad de Inglterra coincidia con que no hubiera una superpotencia en Europa.
TEST