Grupo Ejércitos Centro: HEU-Aktion 1944
Publicado: Sab Jun 02, 2018 1:22 pm
Cuentan Henning Borggräfe, Akim Jah y Elisabeth Schwabauer, los editores junto con Nina Ritz y Steffen Jost del libro Freilegungen. Rebuilding Lives – Child Survivors and DP Children in the Aftermath of the Holocaust and Forced Labor (Göttingen: Wallstein Verlag, 2017), pp. 16-17, que cuando terminó la IIGM había en torno a 10 millones de Personas Desplazadas (“Displaced Persons”, denominación que los aliados utilizaron para definirlas como “civiles fuera de las fronteras nacionales de su país a causa de la guerra”) en Alemania y en los territorios que habían estado bajo ocupación alemana. Este ejército de PDs incluía personas que las autoridades nazis habían convertido en trabajadores forzados, supervivientes de los campos de concentración nazis, judíos que habían tenido la fortuna de escapar de la muerte del genocidio nazi contra los judíos europeos, y supervivientes del genocidio nazi contra los gitanos. En torno al 10,5 por ciento de los 10 millones de Personas Desplazadas eran niños y jóvenes menores de 18 años de edad. Los aliados emplearon el término “niños no acompañados” (unaccompanied children) para denotar niños y jóvenes que habían sobrevivido sin sus padres debido a que habían sido separados de ellos en los campos de concentración o habían sido deportados sin ellos como trabajadores forzados. Este grupo también incluía niños que habían nacido tras la liberación y cuyas madres o padres habían muerto poco después, y niños hijos de trabajadores forzados fallecidos que habían sido acogidos por familias alemanas.
Las autoridades nazis y sus colaboradores secuestraron, deportaron, violaron, asesinaron, germanizaron, abandonaron, dejaron morir de hambre y maltrataron a millones de niños y jóvenes menores de edad de los países y territorios que ocuparon o anexionaron durante la guerra. La Wehrmacht participó en la comisión de algunos de esos horribles crímenes contra menores de edad en los territorios orientales administrados por sus ejércitos. En el siguiente artículo, cuya autoría comparto con mi amigo y nuestro estimado compañero de foro Chuikov, trataremos de informar y explicar el papel jugado por el Grupo de Ejércitos Centro en el secuestro y deportación a Alemania de varios miles de niños bielorrusos durante la primavera de 1944.
Introducción.-
Desde el inicio de la IIGM y especialmente desde noviembre de 1941, las autoridades nazis comenzaron a deportar al Reich civiles de los territorios orientales ocupados para ser utilizados como mano de obra forzada en diferentes ámbitos del esfuerzo de guerra alemán. Las autoridades nazis denominaron a estos trabajadores forzados como Ostarbeiter, esto es trabajadores orientales que provenían de Polonia y los territorios ocupados de la Unión Soviética, principalmente Ucrania y Bielorrusia, en contraposición a los Fremdarbeiter, aquellos trabajadores extranjeros, voluntarios o forzados, que procedían del centro y oeste de Europa.
Los niños trabajadores forzados fueron obligados a trabajar en guetos, en campos de trabajo y campos de concentración, en la industria, agricultura, y en hogares alemanes. La Wehrmacht y la SS también utilizaron a los niños en obras de construcción de fortificaciones, puentes, carreteras y aeródromos. La carencia de estadísticas contemporáneas sobre niños trabajadores forzados hace muy difícil proporcionar cifras exactas. No obstante, en base a las cifras de repatriación de posguerra se puede estimar que al menos un millón de trabajadores forzados por debajo de los 18 años de edad fueron deportados desde las regiones ocupadas por los alemanes en la Unión Soviética, principalmente desde Ucrania y Bielorrusia a Alemania, así como al menos medio millón desde Polonia. Las últimas estadísticas oficiales alemanas conocidas muestran una cifra cercana a los 3,8 millones de “trabajadores civiles extranjeros” (Ausländische Zivilarbeiter) procedentes de la Unión Soviética y Polonia empleados en Alemania en agosto de 1944. Más difícil de estimar son las cifras de niños trabajadores forzados en los territorios orientales ocupados por los alemanes. Hay historiadores que cifran esta cantidad entre 20 y 22 millones, pero sin proporcionar información de los criterios de selección (1). Por motivos diversos, pero especialmente por sus políticas antijudías, las autoridades nazis también tomaron niños de los territorios ocupados en la Europa occidental (2).
Bajo este contexto de las acciones de política racial y “espacio vital” llevadas a cabo por las autoridades nazis en los territorios orientales ocupados, este artículo tratará de explicar la participación del Grupo de Ejércitos Centro en la deportación a Alemania de niños bielorrusos durante la primavera de 1944, una operación que recibió el nombre en clave de HEU-Aktion. Para este artículo nos serviremos como fuente principal del artículo de Johannes-Dieter Steinert, "Die Heeresgruppe Mitte. Ihre Rolle bei der Deportation weißrussischer Kinder nach Deutschland im Frühjahr 1944", S:I.M.O.N. – Shoah: Intervention. Methods, Documentation 3 (2016) 1, citando en caso contrario la fuente utilizada.
Grupo de Ejércitos Centro, primavera de 1944.-
Desde octubre de 1943 hasta junio de 1944 el Grupo de Ejércitos Centro (en adelante GEC, con el Generalfeldmarschall Ernst Busch como su comandante en jefe, y el General der Infanterie Hans Krebs como jefe de su Estado Mayor), entonces con un fuerza total de 1,2 millones entre tropas y auxiliares, se empleó a fondo rechazando una serie de ofensivas del Ejército Rojo contra Vitebsk, Mogilev, Orsha y Bobruisk, aunque no pudo retener, en su flanco meridional, las ciudades de Gomel, Rechitsa, Mozyr y Rogachev, que fueron tomadas por los soviéticos entre noviembre de 1943 y febrero de 1944 (3).
Durante toda esta fase defensiva el GEC llevó a cabo una política de ocupación en sus zonas de operaciones (donde vivían unos 2,4 millones de habitantes civiles soviéticos) que comprendió lo que se ha llamado “crímenes de la retirada” (Rückzugsverbrechen), entre los que cabe subrayar el abandono de 45.000 mujeres, niños, ancianos y enfermos en los tres campos cercanos al pueblo de Ozarichi a mediados de marzo de 1944, y un crimen similar, en este caso contra 5.000 civiles enfermos e incapaces, en la ciudad de Vitebsk en junio de 1944 (bajo el nombre en clave de Operación “Himmelfahrt”) (4).
A principios del verano de 1944 el GEC tenía que defender el llamado balcón bielorruso, que en su parte oriental estaba dividido en tres sectores del frente: el 3º Ejército Panzer del Generaloberst Georg-Hans Reinhardt (con el Generalmajor Otto Heidkämper como su jefe del Estado Mayor) en el sector septentrional cerca de Vitebsk; el 4º Ejército del Generaloberst Gotthard Heinrici (con el Oberst i.G. Erich Dettleffsen como su jefe del Estado Mayor) en el centro cerca de Mogilev, y el 9º Ejército del General der Infanterie Hans Jordan (con el Generalmajor Helmut Staedke como su jefe del Estado Mayor) en el sector meridional cerca de Bobruisk. En su flanco meridional, a lo largo de los pantanos del Pripet, estaba el 2º Ejército del Generaloberst Walter Weiss (siendo el Generalmajor Henning von Tresckow su jefe del Estado Mayor). El cuartel general del GEC estaba situado en Minsk, la capital de Bielorrusia. El 1 de junio de 1944 el GEC tenía una fuerza de personal de 849.000 hombres (5).
En este contexto el GEC cometió otro “crimen de retirada” que consistió en el secuestro y deportación a Alemania de unos 3.000 niños bielorrusos, operación que recibió el nombre en clave de HEU-Aktion, foco de este artículo y que veremos a continuación.
HEU-Aktion.-
El documento más antiguo disponible hasta la fecha (2013) sobre la deportación de niños fue emitido el 14 de mayo de 1944 por el oficial de intendencia del alto mando del 9º Ejército con el título Errichtung von Jugenddörfern (Creación de Pueblos Juveniles). Rezaba:
“Los jóvenes de entre 8 y 14 años que hay en la zona administrada por nuestro Ejército serán agrupados en poblados cerrados. El primer “pueblo de jóvenes” se organizará en Skobrowka. Se harán los preparativos para que pueda acoger a 1.000 jóvenes. Así pues, primero habrá que desocupar el pueblo de los civiles que allí vivan. La “Liga de combate contra el bolchevismo” se ocupará de su cuidado. Los miembros de la Wehrmacht no tienen permiso para entrar al pueblo. Con respecto a la selección y alimentación de los jóvenes, hay una orden especial para regularlo.” (6).
Se debe observar que este documento utiliza la palabra “jóvenes” para conceptuar a niños de entre 8 y 14 años. Para contextualizar la creación de estos pueblos de niños es necesario hacer un paréntesis.
La guerra había dejado graves efectos en las regiones administradas por los ejércitos del Ostheer. Por una parte, había dejado una mano de obra muy reducida; y una base agrícola igualmente muy reducida, por la otra. La mayor parte de los habitantes de esas regiones estaba compuesta por ancianos y personas sin capacidad de movimiento, sobre todo madres con niños. La alimentación y acomodación de estas “heces” (Bodensatz) -tal como son descritas en una orden firmada por el Generalmajor von Tresckow, Jefe del Estado Mayor del 2º Ejército, fechada el 26 de junio de 1944, referente a la captura de niños y niñas de 10 a 13 años de edad- suponía una merma más de los exiguos recursos. La población de estas regiones administradas por los ejércitos alemanes del GEC fue dividida entre aquellas personas aptas para trabajar (Arbeitsfähige) y aquellas que no lo estaban (Arbeitsunfähige) (7). La creación de “pueblos juveniles” era una derivada más de las previas creaciones de diferentes pueblos resultantes después de unas órdenes del Führer (núms. 4 y 8) sobre la movilización de mano de obra y la evacuación de varones en edad militar, así como sobre la evacuación de todos los civiles superfluos a una zona de 20 km de profundidad. Así, en abril de 1943 el 4º Ejército reportó que “para asegurar un empleo racional de los trabajadores se ha previsto la concentración de trabajadores en 'pueblos de trabajadores' [Arbeitsdörfer] en conexión con la evacuación de la zona de 20 km” (8).
La crisis de refugiados en las áreas de retaguardia que provocó el empleo de mano de obra forzada en un frente que se batía en retirada, de la que no nos podemos ocupar aquí por problemas de espacio (9), llevó a la creación de pueblos cerrados (Sperrdörfer) para alojar a los evacuados de otras áreas, y de ahí siguieron otros pueblos cerrados como los Krankendörfer (pueblos de enfermos), Frauendörfer (pueblos de mujeres), Arbeitsdörfer (pueblos de trabajadores), etc. En abril de 1944 se completó la clasificación de la población con el establecimiento de los primeros pueblos de jóvenes (Jugenddörfer) o pueblos de niños (Kinderdörfer) para acomodar a niños de entre 8 y 14 años de edad evacuados de las áreas de vanguardia (10).
Retomando el documento emitido por el oficial de intendencia del 9º Ejército, lo que sucedió en las semanas siguientes lo relata Steinert así:
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En las semanas siguientes se modificó ligeramente la edad de los niños y también se habló sobre los motivos y objetivos de esta acción. Por ejemplo, el KTB del AOK 9 decía el 28 de mayo que ese mismo día se había dado la orden de coger a todos los niños que vivían en la zona del 9º Ejército de entre 10 y 14 años. El Alto Mando emitía esta orden entre otras, con el objetivo común de “aumentar la participación de la población local en los trabajos de guerra” y defendía la captura de los niños argumentando que si no lo hacían ellos entonces los rusos los usarían para construir posiciones, como apoyo de sus unidades, como partisanos o incluso como soldados. En cualquier caso, los niños iban a ser incorporados a la guerra, seguía la argumentación, pues podían ser usados como mano de obra en Alemania. La dirección Nacional de la Juventud había acordado alojar a los niños en campos especiales, donde “se les daría una educación antibolchevique” y tendrían que trabajar en el campo y en oficios manuales.
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El nombre en clave de esta operación fue HEU-Aktion, donde HEU responde como acrónimo de “Heimatlos-Elternlos-Unterkunftlos” (que podríamos traducir como “desarraigados, huérfanos y sin hogar”). Esta designación de HEU-Aktion -una operación que se mantuvo en secreto pues por su naturaleza y objetivos podía llevar a los responsables de la misma ante un tribunal de guerra aliado en caso de la previsible derrota alemana- no era más que un eufemismo propagandístico tras el cual se escondía su cometido criminal. Si bien es cierto que entre los niños secuestrados y deportados los había “desarraigados, huérfanos y sin hogar” (por causa de la guerra y por la política de ocupación del ejército alemán), la realidad general vino dada por la separación forzada y violenta de niños de sus madres, como atestiguan las declaraciones de soldados alemanes recogidas en documentos del Archivo Nacional de Bielorrusia en Minsk. Por ejemplo, el testimonio del soldado Kurt Merettig, perteneciente a la 102ª División de Infantería, realizado el 16 de agosto de 1947. El soldado explica que en los pueblos de la zona de su división el proceder fue así: se rodeaba el pueblo y “se separaban a los niños de sus madres, se cargaban en trenes y eran deportados a Alemania”. Franz Koch, otro soldado alemán, contó que “los niños de entre 8 y 14 años eran cargados y transportados en camiones”. Willi Schröder admitió que su compañía rodeó un pueblo mientras la Feldgendarmerie “ evacuó [sic] a unos 20 o 30 niños de entre 4 y 12 años”.
Cuenta Steinert:
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Entre las víctimas de la Acción-HEU estaba Matriona Kirillowna Koschewenko, nacida en 1933, una huérfana de padre y madre que vivía con su tía, y que poco antes había tenido que presenciar cómo su padre fue tiroteado por soldados alemanes. En una entrevista, Matriona contó con detalle cómo los niños de su pueblo fueron cargados en un camión y llevados a un edificio donde fueron inspeccionados por médicos alemanes. Estos marcaban a los niños con una cruz en la frente. Los que tenían la cruz roja es que estaban enfermos y no podían trabajar. Su amiga Malia, un poco mayor que ella, recibió una cruz negra y fue deportada a Alemania a trabajar. A ella le pusieron una cruz azul y fue llevada en tren al campo (Lager) de Skobrovka. Desde allí tendría que ser deportada a Alemania, pero finalmente la ofensiva del Ejército Rojo [Operación Bagration] lo impidió.
Leonid Pawlowich Ossipox, sin embargo, fue deportado a Alemania después de una corta estancia en un campo. Había nacido en 1930, aunque sus padres dijeron que era dos años menor, para evitar que se lo llevaran. Finalmente, a finales de abril de 1944 los alemanes, acompañados “con perros”, reunieron a todos los niños de su pueblo en la plaza del Koljós y fueron llevados a un campo de concentración en Krasny Bereg. Dos días después los cargaron allí mismo en un tren y fueron llevados a Alemania. A los dos días siguientes, y mientras tanto infectado con el tifus, Leonid se vio en una barraca en un campo de concentración desconocido, donde tuvo que arrostrar su enfermedad en tablones desnudos y sin ningún cuidado específico. Y luego en otro campo, al que llamó “Kapen”. Los niños aquí recluidos pasaron los días enteros realizando ejercicios militares: “Querían hacer de nosotros niños alemanes”, cuenta Leonid. Es posible que se tratara de un campo de concentración en el que colaboradores bielorrusos se ocupasen de los niños. Pasado un tiempo, Leonid llegó a la fábrica de Junkers en Dessau, donde trabajó hasta la liberación acarreando piezas.
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Niños de la Acción-HEU en tránsito en Auschwitz a la espera de ser trasladados a Alemania:
Fuente: https://collections.ushmm.org/search/catalog/pa11385
La Wehrmacht, con el propósito de ocultar este crimen de guerra, no dejó desde el principio de encuadrar la Acción-HEU bajo el lema: “Protección de la juventud rusa, posibilidad de una mejor educación y sustentación para su pueblo”. Planificó que con los niños deportados a Alemania viajasen una madre y un profesor por cada 250 niños; la madre debía regresar al cabo de dos semanas para hacer propaganda. El responsable de este plan fue el jefe del Estado Mayor del 9º Ejército, Generalmajor Helmut Staedke, en cuya jurisdicción había alrededor de 100.000 trabajadores forzados, entre los cuales había padres que habían sido separados de sus hijos, realizando atrincheramientos, agrupados en unidades acuarteladas y organizados en Zivilarbeitsdienstabteilungen (ZADA) o Batallones de Servicio de Trabajo Civil.
El internamiento de niños en los Kinderdörfer o pueblos de niños tenía una ventaja adicional para la Wehrmacht, y era la presión ejercida sobre los padres de entre los trabajadores forzados. En otras palabras, los niños eran usados como rehenes para asegurarse la mayor colaboración de los padres en los trabajos forzados que les habían impuesto en los ZADA. A medida que las formaciones de combate alemanas se retiraban cada vez más hacia el oeste a causa del empuje del Ejército Rojo, también se retiraban con ellas los batallones de trabajadores forzados, y llegó el punto en que se planteó llevar los campos de niños a Alemania, y continuar así el chantaje sobre sus padres. Y el mismo planteamiento se llevó a cabo cuando se decidió deportar a toda la población local, trabajase o no en los batallones ZADA. Es en este contexto donde debe situarse el documento citado al principio del oficial de intendencia del 9º Ejército, en el que se fundamentaba la captura de niños “para aumentar la participación de la población local en los trabajos de guerra”.
Al respecto cuenta Steinert:
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Finalmente esto explica también el inmenso esfuerzo propagandístico que realizaron los alemanes y la participación de colaboradores, como la Weissruthenische Jugendwerk (Asociación juvenil ruteno-bielorrusa) y la Kampfbund gegen den Bolschewismus (Liga de combate contra el bolchevismo), que en 1944 se mostraba especialmente activa en el territorio jurisdicción del 9º Ejército. A esto se unieron preocupaciones que tenían que ver con la “dirección de una guerra biológica”, como por ejemplo las del Intendente General del GEC, Oberst Georg von Unold, que en 1944 había propuesto deportar a Alemania a todos los niños menores de 10 años, comenzando con el transporte de entre 10.000 y 20.000 niños de edades comprendidas entre 8 y 10 años. Y en un momento posterior, siguiendo la recomendación de Unold, los 250.000 niños restantes que había en territorio ocupado serían deportados.
Georg von Unold dirigió además el protocolo de una reunión que hubo el 1 de junio de 1944, en la que se reunieron representantes del Reichsministeriums für die besetzten Ostgebiete (Ministerio del Reich para los Territorios Orientales Ocupados), del Alto Mando del GE Centro, de los Heeresgruppenwirtschaftsführers (algo así como Líderes de Negocios de los Grupos de Ejércitos) y de la Hitlerjugend distrito Weissruthenien o Rutenia Blanca, así como de la Sicherheitspolizei y del SD. Para entonces ya habían comenzado los preparativos del primer transporte de la Acción-HEU. El 15 y el 20 de junio debían abandonar el territorio jurisdicción del 9º Ejército. En primer lugar el protocolo subraya el papel especial que la Reichsjugendführung jugaría en la “manutención” de los niños trabajadores forzosos. Claramente en ese momento reinaba el consenso de que no se debía limitar a un número en concreto. Con respecto al trabajo de los niños, el Hauptbannführer Siegfried Nickel (del Ostministerium) fijó en el protocolo que:
“La OT (Organización Todt) y la Junkers-Werke tendrán competencias para tomar medidas a este respecto. La OT, que puede influir sobre la Reichshandwerkerschaft, debiera poner en marcha a la mano de obra rural para que resuelva el problema del alojamiento en las zonas de trabajo. Los jóvenes serán tratados desde el principio como trabajadores de la OT y de Junkers. En concreto, mediante un acuerdo con la OT y con Junkers, debiera quedar claro que la formación profesional será responsabilidad de la OT y Junkers, mientras que de la educación escolar será responsable el Ostministerium y las Hitlerjugend”.
Una parte de la reunión giró en torno a la discusión de la logística de la operación. Varios participantes dejaron claro que las deportaciones de los niños se tendrían que hacer de forma forzosa, mientras que el Hauptsturmführer Walter Brandenburg, del Ostministerium, habló de hacer de propaganda con voluntarios. Quedó claro, además, que en principio los niños iban a ser recogidos en los “pueblos de niños” para más tarde ser deportados a dos campos, en Litzmannstadt (Lodz) y en Falkenburg en Pomerania.
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Precisamente, Walter Brandenburg, a efectos de resumir esta reunión, redactó un memorando para su superior en el Ministerio del Este, el SS-Obergruppenführer Gottlob Berger, fechado el 12 de junio de 1944 en el cual, bajo la referencia “Evacuación de jóvenes del territorio del Grupo de Ejércitos 'Centro' (Heu-Aktion)” se declaraba que “El Grupo de Ejércitos 'Centro' tiene la intención de capturar 40-50.000 jóvenes en edades de 10 a 14 que están en los territorios del ejército. Esta medida fue propuesta originalmente por el 9º Ejército...” (11). Los jóvenes, sigue el documento, eran un gran inconveniente en el teatro de operaciones, y en su mayor parte no estaban al cuidado de sus padres porque éstos habían sido reclutados en batallones de trabajo destinados a la construcción de fortificaciones. Por lo que había que establecer Pueblos de Niños detrás del frente, algo que ya había hecho el 9º Ejército, que “ya ha logrado buenos resultados también desde el punto de vista político”. El GEC, sigue el memorando, subrayaba que esos jóvenes no debían caer en manos de los bolcheviques en caso de retirada, pues ello reforzaría la fuerza de guerra potencial del enemigo. Berger remitió la acción a Rosenberg (su ministro) el 10 de junio, y éste mostró, reza el documento, su temor de que la acción pudiera tener consecuencias políticas desfavorables, que sería considerada como un secuestro de niños, y que los jóvenes no representaban de todos modos un activo real para la fuerza militar del enemigo. El ministro prefería que la acción se limitase a jóvenes de entre 15 y 17 años de edad. Luego el documento enumera una serie de argumentos en contra de la decisión del ministro.
El 14 de junio Berger dio su aprobación para remitir de nuevo el asunto de la Acción-HEU a Rosenberg, con el objetivo de revertir su decisión. Rosenberg aprobó finalmente dos días después, el 16 de junio de 1944, la Acción-HEU en los territorios del GEC (13).
Al margen de todas estas discusiones, el 9º Ejército pasó el mes de mayo organizando la Acción-HEU, desalojando el pueblo de Skobrowka para que sirviera de “Pueblo para los jóvenes” a la espera de que los niños fuesen deportados. Al respecto cuenta Steinert:
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Matriona Kirillowna Koschenko, que entonces tenía 10 años, recuerda que en el pueblo sólo había niños y que fueron alojados en literas con paja. “Para taparnos había mantas y algo indefinible de color gris “. Además “a cada niño le dieron un bote de hojalata donde los niños recibían su ración de comida, una papilla”. Se le quedó especialmente en el recuerdo el “acoso constante” al que estaban sometidos, y el carácter militar del día a día en el campo, que estaba administrado por “chicas bielorrusas uniformadas de edades comprendidas entre 17 y 18 años”.
De acuerdo a las pocas fuentes que hay disponibles, el campo no sólo sirvió como base para la deportación a Alemania de niños de 10 a 14 años, sino que también fueron retenidos niños más jóvenes, desde los 8 años, que recibían “educación escolar y formación profesional” de parte de la Kampfbund. Se hacía una selección de estos niños “usando criterios de salud y racistas”. No se sabe cuántos de estos campos de retención de niños hubo ni cuántos de ellos fueron administrados por la Kampfbund gegen das Bolschewismus bajo la concepción de “campos escolares” en los que se usaban “criterios raciales” para seleccionar a los niños. Un apunte recogido en un acta del AOK 9 hace pensar que había varios. Hay una información en el ITS Bad Arolsen que hace pensar en la misma dirección, esto es, que había varios campos de este tipo, aunque no es posible verificarla al 100%: según datos del Museo de la Gran Guerra Patria en Minsk, en Bielorrusia habría habido 11 campos de concentración de niños, la mayoría de los cuales habrían estado un corto espacio de tiempo cerca del frente.
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El transporte de los niños fue brutal:
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Para cargar a los niños en los transportes el 21 de junio se empleó violencia militar de forma masiva. El informe de acción señaló: “En Krassniy hubo pocos soldados para realizar la acción. La Feldgendarmerie se vio obligada a actuar duramente. No se pudo mantener a las madres lejos de los vehículos donde se estaban cargando a los niños. Por eso cabía la posibilidad de que algunos niños pudieran escapar. La Feldgendarmerie tuvo que actuar contra las madres”. El informe también nombra a los colaboradores bielorrusos que estaban involucrados en calidad de propagandistas. Al parecer. algunos de ellos eran muy jóvenes. Al parecer, no tenían permiso para interactuar con los niños y “no lograron ni tranquilizar ni convencer a las madres”. Y finalmente hay algunos indicios que apuntan a posibles excesos sexuales: “ Se ocuparon sólo de las chicas más mayores (entre 14 y 16 años). […] Podría ser que hubiesen ayudado a escapar a algunas chicas”.
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Los transportes de la Acción-HEU se vieron abortados finalmente por la ofensiva soviética, Bagration, de 22 de junio de 1944, que incluso impidió llevar a cabo la orden de Hitler de acelerar la acción. Se deportó a un total de entre 2.500 y 4.500 niños, la mayoría de ellos procedentes del territorio del 9º Ejército, que, según datos de la Dirección Económica del GEC, deportó a unos 3.000 niños de entre 10 y 14 años de edad. También participaron en la Acción-HEU el 2º Ejército y el 4º Ejército, aunque se desconoce el número total de niños que secuestraron y deportaron. Como resultado de esta acción, las fábricas Junkers recibieron “en total unos 3.500 jóvenes y 500 chicas, mientras que otros 2.000 jóvenes y 700 chicas pasaron a trabajar para la OT. Posiblemente hubo otros 100 niños que trabajaron en las fábricas Walther en Zella-Mehlis. Hay tan poca información disponible sobre este asunto como la que pueda haber sobre las deportaciones de niños de Galizia, el norte de Ucrania o Polonia”.
Concluimos aquí este artículo que ha intentado introducir uno de los crímenes de guerra más desconocidos de la Wehrmacht y quedamos a disposición de cualquier duda o pregunta que esté en nuestras manos aclarar o responder.
(1) Johannes-Dieter Steinert, Polish and Soviet Child Forced Labourers in National Socialist Germany and German-Occupied Eastern Europe, 1939-1945. En Enning Borggräfe et al, Freilegungen. Rebuilding Lives – Child Survivors and DP Children in the Aftermath of the Holocaust and Forced Labor (Göttingen: Wallstein Verlag, 2017), pp.142-159 (pp. 144-145). Johannes-Dieter Steinert, Deportation und Zwangsarbeit. Polnische und sowjetische Kinder im nationalsozialistischen Deutschland und im besetzten Osteuropa 1939–1945 (Essen 2013), p. 28. Citado en Johannes-Dieter Steinert, "Die Heeresgruppe Mitte. Ihre Rolle bei der Deportation weißrussischer Kinder nach Deutschland im Frühjahr 1944", S:I.M.O.N. – Shoah: Intervention. Methods, Documentation 3 (2016) 1, p. 54, nota 2.
(2) Para una visión conjunta del destino de los niños europeos sujetos a las fechorías nazis, véase Lynn Holman Nicholas, Cruel World. The Children of Europe in the Nazi Web (New York: Vintage Books, 2005).
(3) Nicholas Terry (2015), “'Do not burden one's own army and its hinterland with unneeded mouths!' The Fate of the Soviet Civilian Population Behind the 'Panther Line' in Eastern Belorussia 1943-June 1944. Beiträge zur Geschichte des Nationalsozialismus, Band 30 (2015), pp. 185-209. Karl-Heinz Frieser documenta que al 1 de octubre de 1943 el GEC tenía una fuerza de personal de 914.500 hombres, incluyendo civiles y militares. Véase Karl-Heinz Frieser et al, Germany and the Second World War. Volume VIII: The Eastern Front 1943-1944. The War in the East and on the Neighbouring Fronts (Oxford University Press, 2017), p. 304, nota 64.
(4) Véase para estas dos acciones el artículo citado de Nicholas Terry en la nota precedente.
(5) Frieser et al, Op. Cit., p. 504, 536.
(6) Johannes-Dieter Steinert, "Die Heeresgruppe Mitte...”, 54-55.
(7) Nicholas Terry, Op. Cit., 186-187.
(8) Idid., 188.
(9) Remitimos para este asunto a Nicholas Terry.
(10) Ibid., 208.
(11) Véase el documento completo en la serie International Military Trials, Nurnberg, Volume III: Nazi Conspiracy and Aggression (Washington, 1946), el documento No. 031-PS, pp. 71-75.
(12) Ibid., 75.
Las autoridades nazis y sus colaboradores secuestraron, deportaron, violaron, asesinaron, germanizaron, abandonaron, dejaron morir de hambre y maltrataron a millones de niños y jóvenes menores de edad de los países y territorios que ocuparon o anexionaron durante la guerra. La Wehrmacht participó en la comisión de algunos de esos horribles crímenes contra menores de edad en los territorios orientales administrados por sus ejércitos. En el siguiente artículo, cuya autoría comparto con mi amigo y nuestro estimado compañero de foro Chuikov, trataremos de informar y explicar el papel jugado por el Grupo de Ejércitos Centro en el secuestro y deportación a Alemania de varios miles de niños bielorrusos durante la primavera de 1944.
Introducción.-
Desde el inicio de la IIGM y especialmente desde noviembre de 1941, las autoridades nazis comenzaron a deportar al Reich civiles de los territorios orientales ocupados para ser utilizados como mano de obra forzada en diferentes ámbitos del esfuerzo de guerra alemán. Las autoridades nazis denominaron a estos trabajadores forzados como Ostarbeiter, esto es trabajadores orientales que provenían de Polonia y los territorios ocupados de la Unión Soviética, principalmente Ucrania y Bielorrusia, en contraposición a los Fremdarbeiter, aquellos trabajadores extranjeros, voluntarios o forzados, que procedían del centro y oeste de Europa.
Los niños trabajadores forzados fueron obligados a trabajar en guetos, en campos de trabajo y campos de concentración, en la industria, agricultura, y en hogares alemanes. La Wehrmacht y la SS también utilizaron a los niños en obras de construcción de fortificaciones, puentes, carreteras y aeródromos. La carencia de estadísticas contemporáneas sobre niños trabajadores forzados hace muy difícil proporcionar cifras exactas. No obstante, en base a las cifras de repatriación de posguerra se puede estimar que al menos un millón de trabajadores forzados por debajo de los 18 años de edad fueron deportados desde las regiones ocupadas por los alemanes en la Unión Soviética, principalmente desde Ucrania y Bielorrusia a Alemania, así como al menos medio millón desde Polonia. Las últimas estadísticas oficiales alemanas conocidas muestran una cifra cercana a los 3,8 millones de “trabajadores civiles extranjeros” (Ausländische Zivilarbeiter) procedentes de la Unión Soviética y Polonia empleados en Alemania en agosto de 1944. Más difícil de estimar son las cifras de niños trabajadores forzados en los territorios orientales ocupados por los alemanes. Hay historiadores que cifran esta cantidad entre 20 y 22 millones, pero sin proporcionar información de los criterios de selección (1). Por motivos diversos, pero especialmente por sus políticas antijudías, las autoridades nazis también tomaron niños de los territorios ocupados en la Europa occidental (2).
Bajo este contexto de las acciones de política racial y “espacio vital” llevadas a cabo por las autoridades nazis en los territorios orientales ocupados, este artículo tratará de explicar la participación del Grupo de Ejércitos Centro en la deportación a Alemania de niños bielorrusos durante la primavera de 1944, una operación que recibió el nombre en clave de HEU-Aktion. Para este artículo nos serviremos como fuente principal del artículo de Johannes-Dieter Steinert, "Die Heeresgruppe Mitte. Ihre Rolle bei der Deportation weißrussischer Kinder nach Deutschland im Frühjahr 1944", S:I.M.O.N. – Shoah: Intervention. Methods, Documentation 3 (2016) 1, citando en caso contrario la fuente utilizada.
Grupo de Ejércitos Centro, primavera de 1944.-
Desde octubre de 1943 hasta junio de 1944 el Grupo de Ejércitos Centro (en adelante GEC, con el Generalfeldmarschall Ernst Busch como su comandante en jefe, y el General der Infanterie Hans Krebs como jefe de su Estado Mayor), entonces con un fuerza total de 1,2 millones entre tropas y auxiliares, se empleó a fondo rechazando una serie de ofensivas del Ejército Rojo contra Vitebsk, Mogilev, Orsha y Bobruisk, aunque no pudo retener, en su flanco meridional, las ciudades de Gomel, Rechitsa, Mozyr y Rogachev, que fueron tomadas por los soviéticos entre noviembre de 1943 y febrero de 1944 (3).
Durante toda esta fase defensiva el GEC llevó a cabo una política de ocupación en sus zonas de operaciones (donde vivían unos 2,4 millones de habitantes civiles soviéticos) que comprendió lo que se ha llamado “crímenes de la retirada” (Rückzugsverbrechen), entre los que cabe subrayar el abandono de 45.000 mujeres, niños, ancianos y enfermos en los tres campos cercanos al pueblo de Ozarichi a mediados de marzo de 1944, y un crimen similar, en este caso contra 5.000 civiles enfermos e incapaces, en la ciudad de Vitebsk en junio de 1944 (bajo el nombre en clave de Operación “Himmelfahrt”) (4).
A principios del verano de 1944 el GEC tenía que defender el llamado balcón bielorruso, que en su parte oriental estaba dividido en tres sectores del frente: el 3º Ejército Panzer del Generaloberst Georg-Hans Reinhardt (con el Generalmajor Otto Heidkämper como su jefe del Estado Mayor) en el sector septentrional cerca de Vitebsk; el 4º Ejército del Generaloberst Gotthard Heinrici (con el Oberst i.G. Erich Dettleffsen como su jefe del Estado Mayor) en el centro cerca de Mogilev, y el 9º Ejército del General der Infanterie Hans Jordan (con el Generalmajor Helmut Staedke como su jefe del Estado Mayor) en el sector meridional cerca de Bobruisk. En su flanco meridional, a lo largo de los pantanos del Pripet, estaba el 2º Ejército del Generaloberst Walter Weiss (siendo el Generalmajor Henning von Tresckow su jefe del Estado Mayor). El cuartel general del GEC estaba situado en Minsk, la capital de Bielorrusia. El 1 de junio de 1944 el GEC tenía una fuerza de personal de 849.000 hombres (5).
En este contexto el GEC cometió otro “crimen de retirada” que consistió en el secuestro y deportación a Alemania de unos 3.000 niños bielorrusos, operación que recibió el nombre en clave de HEU-Aktion, foco de este artículo y que veremos a continuación.
HEU-Aktion.-
El documento más antiguo disponible hasta la fecha (2013) sobre la deportación de niños fue emitido el 14 de mayo de 1944 por el oficial de intendencia del alto mando del 9º Ejército con el título Errichtung von Jugenddörfern (Creación de Pueblos Juveniles). Rezaba:
“Los jóvenes de entre 8 y 14 años que hay en la zona administrada por nuestro Ejército serán agrupados en poblados cerrados. El primer “pueblo de jóvenes” se organizará en Skobrowka. Se harán los preparativos para que pueda acoger a 1.000 jóvenes. Así pues, primero habrá que desocupar el pueblo de los civiles que allí vivan. La “Liga de combate contra el bolchevismo” se ocupará de su cuidado. Los miembros de la Wehrmacht no tienen permiso para entrar al pueblo. Con respecto a la selección y alimentación de los jóvenes, hay una orden especial para regularlo.” (6).
Se debe observar que este documento utiliza la palabra “jóvenes” para conceptuar a niños de entre 8 y 14 años. Para contextualizar la creación de estos pueblos de niños es necesario hacer un paréntesis.
La guerra había dejado graves efectos en las regiones administradas por los ejércitos del Ostheer. Por una parte, había dejado una mano de obra muy reducida; y una base agrícola igualmente muy reducida, por la otra. La mayor parte de los habitantes de esas regiones estaba compuesta por ancianos y personas sin capacidad de movimiento, sobre todo madres con niños. La alimentación y acomodación de estas “heces” (Bodensatz) -tal como son descritas en una orden firmada por el Generalmajor von Tresckow, Jefe del Estado Mayor del 2º Ejército, fechada el 26 de junio de 1944, referente a la captura de niños y niñas de 10 a 13 años de edad- suponía una merma más de los exiguos recursos. La población de estas regiones administradas por los ejércitos alemanes del GEC fue dividida entre aquellas personas aptas para trabajar (Arbeitsfähige) y aquellas que no lo estaban (Arbeitsunfähige) (7). La creación de “pueblos juveniles” era una derivada más de las previas creaciones de diferentes pueblos resultantes después de unas órdenes del Führer (núms. 4 y 8) sobre la movilización de mano de obra y la evacuación de varones en edad militar, así como sobre la evacuación de todos los civiles superfluos a una zona de 20 km de profundidad. Así, en abril de 1943 el 4º Ejército reportó que “para asegurar un empleo racional de los trabajadores se ha previsto la concentración de trabajadores en 'pueblos de trabajadores' [Arbeitsdörfer] en conexión con la evacuación de la zona de 20 km” (8).
La crisis de refugiados en las áreas de retaguardia que provocó el empleo de mano de obra forzada en un frente que se batía en retirada, de la que no nos podemos ocupar aquí por problemas de espacio (9), llevó a la creación de pueblos cerrados (Sperrdörfer) para alojar a los evacuados de otras áreas, y de ahí siguieron otros pueblos cerrados como los Krankendörfer (pueblos de enfermos), Frauendörfer (pueblos de mujeres), Arbeitsdörfer (pueblos de trabajadores), etc. En abril de 1944 se completó la clasificación de la población con el establecimiento de los primeros pueblos de jóvenes (Jugenddörfer) o pueblos de niños (Kinderdörfer) para acomodar a niños de entre 8 y 14 años de edad evacuados de las áreas de vanguardia (10).
Retomando el documento emitido por el oficial de intendencia del 9º Ejército, lo que sucedió en las semanas siguientes lo relata Steinert así:
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En las semanas siguientes se modificó ligeramente la edad de los niños y también se habló sobre los motivos y objetivos de esta acción. Por ejemplo, el KTB del AOK 9 decía el 28 de mayo que ese mismo día se había dado la orden de coger a todos los niños que vivían en la zona del 9º Ejército de entre 10 y 14 años. El Alto Mando emitía esta orden entre otras, con el objetivo común de “aumentar la participación de la población local en los trabajos de guerra” y defendía la captura de los niños argumentando que si no lo hacían ellos entonces los rusos los usarían para construir posiciones, como apoyo de sus unidades, como partisanos o incluso como soldados. En cualquier caso, los niños iban a ser incorporados a la guerra, seguía la argumentación, pues podían ser usados como mano de obra en Alemania. La dirección Nacional de la Juventud había acordado alojar a los niños en campos especiales, donde “se les daría una educación antibolchevique” y tendrían que trabajar en el campo y en oficios manuales.
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El nombre en clave de esta operación fue HEU-Aktion, donde HEU responde como acrónimo de “Heimatlos-Elternlos-Unterkunftlos” (que podríamos traducir como “desarraigados, huérfanos y sin hogar”). Esta designación de HEU-Aktion -una operación que se mantuvo en secreto pues por su naturaleza y objetivos podía llevar a los responsables de la misma ante un tribunal de guerra aliado en caso de la previsible derrota alemana- no era más que un eufemismo propagandístico tras el cual se escondía su cometido criminal. Si bien es cierto que entre los niños secuestrados y deportados los había “desarraigados, huérfanos y sin hogar” (por causa de la guerra y por la política de ocupación del ejército alemán), la realidad general vino dada por la separación forzada y violenta de niños de sus madres, como atestiguan las declaraciones de soldados alemanes recogidas en documentos del Archivo Nacional de Bielorrusia en Minsk. Por ejemplo, el testimonio del soldado Kurt Merettig, perteneciente a la 102ª División de Infantería, realizado el 16 de agosto de 1947. El soldado explica que en los pueblos de la zona de su división el proceder fue así: se rodeaba el pueblo y “se separaban a los niños de sus madres, se cargaban en trenes y eran deportados a Alemania”. Franz Koch, otro soldado alemán, contó que “los niños de entre 8 y 14 años eran cargados y transportados en camiones”. Willi Schröder admitió que su compañía rodeó un pueblo mientras la Feldgendarmerie “ evacuó [sic] a unos 20 o 30 niños de entre 4 y 12 años”.
Cuenta Steinert:
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Entre las víctimas de la Acción-HEU estaba Matriona Kirillowna Koschewenko, nacida en 1933, una huérfana de padre y madre que vivía con su tía, y que poco antes había tenido que presenciar cómo su padre fue tiroteado por soldados alemanes. En una entrevista, Matriona contó con detalle cómo los niños de su pueblo fueron cargados en un camión y llevados a un edificio donde fueron inspeccionados por médicos alemanes. Estos marcaban a los niños con una cruz en la frente. Los que tenían la cruz roja es que estaban enfermos y no podían trabajar. Su amiga Malia, un poco mayor que ella, recibió una cruz negra y fue deportada a Alemania a trabajar. A ella le pusieron una cruz azul y fue llevada en tren al campo (Lager) de Skobrovka. Desde allí tendría que ser deportada a Alemania, pero finalmente la ofensiva del Ejército Rojo [Operación Bagration] lo impidió.
Leonid Pawlowich Ossipox, sin embargo, fue deportado a Alemania después de una corta estancia en un campo. Había nacido en 1930, aunque sus padres dijeron que era dos años menor, para evitar que se lo llevaran. Finalmente, a finales de abril de 1944 los alemanes, acompañados “con perros”, reunieron a todos los niños de su pueblo en la plaza del Koljós y fueron llevados a un campo de concentración en Krasny Bereg. Dos días después los cargaron allí mismo en un tren y fueron llevados a Alemania. A los dos días siguientes, y mientras tanto infectado con el tifus, Leonid se vio en una barraca en un campo de concentración desconocido, donde tuvo que arrostrar su enfermedad en tablones desnudos y sin ningún cuidado específico. Y luego en otro campo, al que llamó “Kapen”. Los niños aquí recluidos pasaron los días enteros realizando ejercicios militares: “Querían hacer de nosotros niños alemanes”, cuenta Leonid. Es posible que se tratara de un campo de concentración en el que colaboradores bielorrusos se ocupasen de los niños. Pasado un tiempo, Leonid llegó a la fábrica de Junkers en Dessau, donde trabajó hasta la liberación acarreando piezas.
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Niños de la Acción-HEU en tránsito en Auschwitz a la espera de ser trasladados a Alemania:
Fuente: https://collections.ushmm.org/search/catalog/pa11385
La Wehrmacht, con el propósito de ocultar este crimen de guerra, no dejó desde el principio de encuadrar la Acción-HEU bajo el lema: “Protección de la juventud rusa, posibilidad de una mejor educación y sustentación para su pueblo”. Planificó que con los niños deportados a Alemania viajasen una madre y un profesor por cada 250 niños; la madre debía regresar al cabo de dos semanas para hacer propaganda. El responsable de este plan fue el jefe del Estado Mayor del 9º Ejército, Generalmajor Helmut Staedke, en cuya jurisdicción había alrededor de 100.000 trabajadores forzados, entre los cuales había padres que habían sido separados de sus hijos, realizando atrincheramientos, agrupados en unidades acuarteladas y organizados en Zivilarbeitsdienstabteilungen (ZADA) o Batallones de Servicio de Trabajo Civil.
El internamiento de niños en los Kinderdörfer o pueblos de niños tenía una ventaja adicional para la Wehrmacht, y era la presión ejercida sobre los padres de entre los trabajadores forzados. En otras palabras, los niños eran usados como rehenes para asegurarse la mayor colaboración de los padres en los trabajos forzados que les habían impuesto en los ZADA. A medida que las formaciones de combate alemanas se retiraban cada vez más hacia el oeste a causa del empuje del Ejército Rojo, también se retiraban con ellas los batallones de trabajadores forzados, y llegó el punto en que se planteó llevar los campos de niños a Alemania, y continuar así el chantaje sobre sus padres. Y el mismo planteamiento se llevó a cabo cuando se decidió deportar a toda la población local, trabajase o no en los batallones ZADA. Es en este contexto donde debe situarse el documento citado al principio del oficial de intendencia del 9º Ejército, en el que se fundamentaba la captura de niños “para aumentar la participación de la población local en los trabajos de guerra”.
Al respecto cuenta Steinert:
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Finalmente esto explica también el inmenso esfuerzo propagandístico que realizaron los alemanes y la participación de colaboradores, como la Weissruthenische Jugendwerk (Asociación juvenil ruteno-bielorrusa) y la Kampfbund gegen den Bolschewismus (Liga de combate contra el bolchevismo), que en 1944 se mostraba especialmente activa en el territorio jurisdicción del 9º Ejército. A esto se unieron preocupaciones que tenían que ver con la “dirección de una guerra biológica”, como por ejemplo las del Intendente General del GEC, Oberst Georg von Unold, que en 1944 había propuesto deportar a Alemania a todos los niños menores de 10 años, comenzando con el transporte de entre 10.000 y 20.000 niños de edades comprendidas entre 8 y 10 años. Y en un momento posterior, siguiendo la recomendación de Unold, los 250.000 niños restantes que había en territorio ocupado serían deportados.
Georg von Unold dirigió además el protocolo de una reunión que hubo el 1 de junio de 1944, en la que se reunieron representantes del Reichsministeriums für die besetzten Ostgebiete (Ministerio del Reich para los Territorios Orientales Ocupados), del Alto Mando del GE Centro, de los Heeresgruppenwirtschaftsführers (algo así como Líderes de Negocios de los Grupos de Ejércitos) y de la Hitlerjugend distrito Weissruthenien o Rutenia Blanca, así como de la Sicherheitspolizei y del SD. Para entonces ya habían comenzado los preparativos del primer transporte de la Acción-HEU. El 15 y el 20 de junio debían abandonar el territorio jurisdicción del 9º Ejército. En primer lugar el protocolo subraya el papel especial que la Reichsjugendführung jugaría en la “manutención” de los niños trabajadores forzosos. Claramente en ese momento reinaba el consenso de que no se debía limitar a un número en concreto. Con respecto al trabajo de los niños, el Hauptbannführer Siegfried Nickel (del Ostministerium) fijó en el protocolo que:
“La OT (Organización Todt) y la Junkers-Werke tendrán competencias para tomar medidas a este respecto. La OT, que puede influir sobre la Reichshandwerkerschaft, debiera poner en marcha a la mano de obra rural para que resuelva el problema del alojamiento en las zonas de trabajo. Los jóvenes serán tratados desde el principio como trabajadores de la OT y de Junkers. En concreto, mediante un acuerdo con la OT y con Junkers, debiera quedar claro que la formación profesional será responsabilidad de la OT y Junkers, mientras que de la educación escolar será responsable el Ostministerium y las Hitlerjugend”.
Una parte de la reunión giró en torno a la discusión de la logística de la operación. Varios participantes dejaron claro que las deportaciones de los niños se tendrían que hacer de forma forzosa, mientras que el Hauptsturmführer Walter Brandenburg, del Ostministerium, habló de hacer de propaganda con voluntarios. Quedó claro, además, que en principio los niños iban a ser recogidos en los “pueblos de niños” para más tarde ser deportados a dos campos, en Litzmannstadt (Lodz) y en Falkenburg en Pomerania.
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Precisamente, Walter Brandenburg, a efectos de resumir esta reunión, redactó un memorando para su superior en el Ministerio del Este, el SS-Obergruppenführer Gottlob Berger, fechado el 12 de junio de 1944 en el cual, bajo la referencia “Evacuación de jóvenes del territorio del Grupo de Ejércitos 'Centro' (Heu-Aktion)” se declaraba que “El Grupo de Ejércitos 'Centro' tiene la intención de capturar 40-50.000 jóvenes en edades de 10 a 14 que están en los territorios del ejército. Esta medida fue propuesta originalmente por el 9º Ejército...” (11). Los jóvenes, sigue el documento, eran un gran inconveniente en el teatro de operaciones, y en su mayor parte no estaban al cuidado de sus padres porque éstos habían sido reclutados en batallones de trabajo destinados a la construcción de fortificaciones. Por lo que había que establecer Pueblos de Niños detrás del frente, algo que ya había hecho el 9º Ejército, que “ya ha logrado buenos resultados también desde el punto de vista político”. El GEC, sigue el memorando, subrayaba que esos jóvenes no debían caer en manos de los bolcheviques en caso de retirada, pues ello reforzaría la fuerza de guerra potencial del enemigo. Berger remitió la acción a Rosenberg (su ministro) el 10 de junio, y éste mostró, reza el documento, su temor de que la acción pudiera tener consecuencias políticas desfavorables, que sería considerada como un secuestro de niños, y que los jóvenes no representaban de todos modos un activo real para la fuerza militar del enemigo. El ministro prefería que la acción se limitase a jóvenes de entre 15 y 17 años de edad. Luego el documento enumera una serie de argumentos en contra de la decisión del ministro.
El 14 de junio Berger dio su aprobación para remitir de nuevo el asunto de la Acción-HEU a Rosenberg, con el objetivo de revertir su decisión. Rosenberg aprobó finalmente dos días después, el 16 de junio de 1944, la Acción-HEU en los territorios del GEC (13).
Al margen de todas estas discusiones, el 9º Ejército pasó el mes de mayo organizando la Acción-HEU, desalojando el pueblo de Skobrowka para que sirviera de “Pueblo para los jóvenes” a la espera de que los niños fuesen deportados. Al respecto cuenta Steinert:
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Matriona Kirillowna Koschenko, que entonces tenía 10 años, recuerda que en el pueblo sólo había niños y que fueron alojados en literas con paja. “Para taparnos había mantas y algo indefinible de color gris “. Además “a cada niño le dieron un bote de hojalata donde los niños recibían su ración de comida, una papilla”. Se le quedó especialmente en el recuerdo el “acoso constante” al que estaban sometidos, y el carácter militar del día a día en el campo, que estaba administrado por “chicas bielorrusas uniformadas de edades comprendidas entre 17 y 18 años”.
De acuerdo a las pocas fuentes que hay disponibles, el campo no sólo sirvió como base para la deportación a Alemania de niños de 10 a 14 años, sino que también fueron retenidos niños más jóvenes, desde los 8 años, que recibían “educación escolar y formación profesional” de parte de la Kampfbund. Se hacía una selección de estos niños “usando criterios de salud y racistas”. No se sabe cuántos de estos campos de retención de niños hubo ni cuántos de ellos fueron administrados por la Kampfbund gegen das Bolschewismus bajo la concepción de “campos escolares” en los que se usaban “criterios raciales” para seleccionar a los niños. Un apunte recogido en un acta del AOK 9 hace pensar que había varios. Hay una información en el ITS Bad Arolsen que hace pensar en la misma dirección, esto es, que había varios campos de este tipo, aunque no es posible verificarla al 100%: según datos del Museo de la Gran Guerra Patria en Minsk, en Bielorrusia habría habido 11 campos de concentración de niños, la mayoría de los cuales habrían estado un corto espacio de tiempo cerca del frente.
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El transporte de los niños fue brutal:
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Para cargar a los niños en los transportes el 21 de junio se empleó violencia militar de forma masiva. El informe de acción señaló: “En Krassniy hubo pocos soldados para realizar la acción. La Feldgendarmerie se vio obligada a actuar duramente. No se pudo mantener a las madres lejos de los vehículos donde se estaban cargando a los niños. Por eso cabía la posibilidad de que algunos niños pudieran escapar. La Feldgendarmerie tuvo que actuar contra las madres”. El informe también nombra a los colaboradores bielorrusos que estaban involucrados en calidad de propagandistas. Al parecer. algunos de ellos eran muy jóvenes. Al parecer, no tenían permiso para interactuar con los niños y “no lograron ni tranquilizar ni convencer a las madres”. Y finalmente hay algunos indicios que apuntan a posibles excesos sexuales: “ Se ocuparon sólo de las chicas más mayores (entre 14 y 16 años). […] Podría ser que hubiesen ayudado a escapar a algunas chicas”.
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Los transportes de la Acción-HEU se vieron abortados finalmente por la ofensiva soviética, Bagration, de 22 de junio de 1944, que incluso impidió llevar a cabo la orden de Hitler de acelerar la acción. Se deportó a un total de entre 2.500 y 4.500 niños, la mayoría de ellos procedentes del territorio del 9º Ejército, que, según datos de la Dirección Económica del GEC, deportó a unos 3.000 niños de entre 10 y 14 años de edad. También participaron en la Acción-HEU el 2º Ejército y el 4º Ejército, aunque se desconoce el número total de niños que secuestraron y deportaron. Como resultado de esta acción, las fábricas Junkers recibieron “en total unos 3.500 jóvenes y 500 chicas, mientras que otros 2.000 jóvenes y 700 chicas pasaron a trabajar para la OT. Posiblemente hubo otros 100 niños que trabajaron en las fábricas Walther en Zella-Mehlis. Hay tan poca información disponible sobre este asunto como la que pueda haber sobre las deportaciones de niños de Galizia, el norte de Ucrania o Polonia”.
Concluimos aquí este artículo que ha intentado introducir uno de los crímenes de guerra más desconocidos de la Wehrmacht y quedamos a disposición de cualquier duda o pregunta que esté en nuestras manos aclarar o responder.
(1) Johannes-Dieter Steinert, Polish and Soviet Child Forced Labourers in National Socialist Germany and German-Occupied Eastern Europe, 1939-1945. En Enning Borggräfe et al, Freilegungen. Rebuilding Lives – Child Survivors and DP Children in the Aftermath of the Holocaust and Forced Labor (Göttingen: Wallstein Verlag, 2017), pp.142-159 (pp. 144-145). Johannes-Dieter Steinert, Deportation und Zwangsarbeit. Polnische und sowjetische Kinder im nationalsozialistischen Deutschland und im besetzten Osteuropa 1939–1945 (Essen 2013), p. 28. Citado en Johannes-Dieter Steinert, "Die Heeresgruppe Mitte. Ihre Rolle bei der Deportation weißrussischer Kinder nach Deutschland im Frühjahr 1944", S:I.M.O.N. – Shoah: Intervention. Methods, Documentation 3 (2016) 1, p. 54, nota 2.
(2) Para una visión conjunta del destino de los niños europeos sujetos a las fechorías nazis, véase Lynn Holman Nicholas, Cruel World. The Children of Europe in the Nazi Web (New York: Vintage Books, 2005).
(3) Nicholas Terry (2015), “'Do not burden one's own army and its hinterland with unneeded mouths!' The Fate of the Soviet Civilian Population Behind the 'Panther Line' in Eastern Belorussia 1943-June 1944. Beiträge zur Geschichte des Nationalsozialismus, Band 30 (2015), pp. 185-209. Karl-Heinz Frieser documenta que al 1 de octubre de 1943 el GEC tenía una fuerza de personal de 914.500 hombres, incluyendo civiles y militares. Véase Karl-Heinz Frieser et al, Germany and the Second World War. Volume VIII: The Eastern Front 1943-1944. The War in the East and on the Neighbouring Fronts (Oxford University Press, 2017), p. 304, nota 64.
(4) Véase para estas dos acciones el artículo citado de Nicholas Terry en la nota precedente.
(5) Frieser et al, Op. Cit., p. 504, 536.
(6) Johannes-Dieter Steinert, "Die Heeresgruppe Mitte...”, 54-55.
(7) Nicholas Terry, Op. Cit., 186-187.
(8) Idid., 188.
(9) Remitimos para este asunto a Nicholas Terry.
(10) Ibid., 208.
(11) Véase el documento completo en la serie International Military Trials, Nurnberg, Volume III: Nazi Conspiracy and Aggression (Washington, 1946), el documento No. 031-PS, pp. 71-75.
(12) Ibid., 75.