Los últimos días del III Reich- Gerhard Boldt.

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Los últimos días del III Reich- Gerhard Boldt.

Mensaje por David L » Vie Ago 19, 2016 8:41 pm

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Los últimos días del III Reich, de Gerhard Boldt.

Editorial: NOGUER Y CARALT
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788421757451
Año: 2008
Pág: 185
Siempre interesantes por ser personajes que compartieron los últimos momentos en el bunker de Berlín junto a Hitler, las memorias de Gerhard Boldt nos ofrecen una versión más de esos últimos instantes del Tercer Reich, que es como decir el final del dictador alemán. El libro en cuestión vio la luz en España por primera vez en 1973 y publicado por la tan querida por todos los aficionados a la Segunda Guerra Mundial editorial Luis de Caralt. La edición que dispongo en mi biblioteca es una reedición en tapa dura del año 2008, muy asequible de encontrar y muy bien presentada en todos sus aspectos. Las memorias son breves, apenas 185 páginas, con un buen lote central de fotografías, muchas de ellas conocidas, pero no por ello menos atractivas.

¿Quién fue Gerhard Boldt? Nuestro protagonista comenzó la guerra en el arma de Caballería participando por primera vez en combate en el frente occidental en 1940, una fractura de tibia-peroné, producto de una caída de caballo, le impidió ser uno de los primeros en combatir y alcanzar los primeros triunfos junto a sus compañeros en 1939, destinado al frente ruso Boldt fue asignado al frente Norte, los países Bálticos, Leningrado y nuestro conocido Lago Ilmen, por este un lugar donde la División Azul también hizo acto de presencia, serían los escenarios de batalla donde Gerhard Boldt dio hasta la vida prácticamente. Herido en Francia en el año 40, logró la Cruz de Hierro de II Clase y el distintivo de herido…..el 19 de julio de 1941 volvió a ser herido de gravedad y recompensado por ello con la Cruz de Hierro de 1ª Clase…hasta en cinco ocasiones su cuerpo recibió la metralla enemiga salvando la vida en más de una situación gracias a la buena suerte, la Cruz de Caballero en 1943 volvería ser de nuevo un reconocimiento por el buen hacer de este oficial alemán. En 1944 fue incorporado como jefe de la Plana Mayor de enlace de la Real División húngara de Caballería numero 1. En Hungría pasó Gerhard Boldt sus mejores y más queridos momentos de la guerra, como así relata en estas memorias. Agregado en los últimos meses de la guerra como oficial de información del Estado Mayor General bajo la tutela del general Guderian y posteriormente del general Krebs este cargo le propició el poder acudir a las reuniones que el Estado Mayor llevaba a cabo en el bunker junto a Hitler en sus últimos días.

¿Aspectos interesantes de estas memorias? Bueno, hay anécdotas para dar y vender como bien dice el dicho, no deja de resultar curioso volver a leer nuevamente el mundo de fantasía en el que vivían Hitler y sus acólitos en aquel tenebroso subterráneo de Berlín. Boldt relata las enormes dificultades por las que tenían que pasar hombres tan experimentados como Guderian para intentar hacer ver a Hitler la complicada situación en la que se encontraba el Tercer Reich, Gerhard Boldt recuerda a aquel como uno de los pocos que osaba enfrentarse a Hitler. Llegó hasta tal punto fue el rechazo a los informes de este último que el propio Hitler llegó a expresar que ordenaba que le fuera mostrado “un aspecto menos unilateral del informe”….es decir…nada de cualquier noticia que sonara a la cruda realidad. Tenía buena opinión de Manstein, como así recuerda nuestro protagonista, pero lo consideraba por aquella fechas incapaz de hacerse con la situación, si hubiese dispuesto de cuarenta divisiones bien equipadas le habría ofrecido un nuevo puesto en su Estado Mayor…..pero no disponía de ellas..salvo en su imaginación. Recuerda también el incidente derivado tras la caída de Viena el 14 de abril de 1945, el Obergruppenfüher de las SS Sepp Dietrich que estaba al mando en la zona, su tan estimado compañero de lucha pasaba de esta manera a ser un apestado. La orden que obligaba a la retirada de los distintivos de la bocamanga a las Divisiones SS “Adolf Hitler”, “ Das Reich”, “Totenkopf” y “Hohenstaufen “ fue de lo más comentado. Las humillaciones públicas a Goering, el ambiente tan pesimista que se vivía en el bunker, con un Goebbels que parecía también haber perdido el sentido de la realidad. Las dificultades de Boldt, como asistente que era de Guderian o de Krebs, a la hora de preparar los mapas con los que Hitler iba a seguir las unidades en combate…..en una ocasión dispuso mal ordenados los mismos dándose cuenta al momento pero sin poder rectificar……la cara de Guderian y del propio Hitler hacia él a la vista del fallo es relatado con tal tensión y que uno puede imaginarse allí mismo en esa embarazosa coyuntura y pensar aquello de “trágame tierra”. Por cierto, se le dio la ocasión de modificarlos lo cual hizo rápidamente. ¿Su fallo? Pues parece ser que la mecánica casi matemática a la hora de presentar los informes a Hitler debía comenzar con la situación de las operaciones en el frente húngaro y finalizar con la situación del grupo de ejércitos destacado en Curlandia, Boldt se equivocó y colocó en el lado superior el mapa del sector de operaciones de Curlandia `por lo que Guderian comenzó su exposición sobre el frente húngaro con los mapas de Curlandia como apoyo…..todos le miraron como si hubiese sido el peor de los criminales, como así relata Boldt, a excepción del almirante Doenitz el cual le sonrió y le ofreció unas palabras de consuelo además de ordenarle paternalmente que cambiara los mapas…. Es una situación que puede parecer insignificante, pero que demuestra cómo era el estado de tensión que se vivía en las reuniones con Hitler. Los detalles tenían que ser máximos, sin errores.

En definitiva, un buen relato sobre los generales y demás personal civil que rodeaban a Hitler en esos últimos momentos, el transcurso de la Batalla de Berlín, el Final..con mayúsculas y la evasión casi de película del bunker hacen de estas memorias una lectura amena y mantiene viva la imagen tan lúgubre de los últimos días del Tercer Reich tal y como se titulan estas memorias.
Fuente imagen: http://www.cervantes.com
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.

Winston Churchill a Chamberlain.

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