La Unión Soviética y la GCE- Daniel Kowalsky

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La Unión Soviética y la GCE- Daniel Kowalsky

Mensaje por David L » Mar Nov 12, 2013 6:58 pm

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La Unión Soviética y la Guerra Civil española, de Daniel Kowalsky.

Nº de páginas: 504 págs.
Encuadernación: Tapa dura
Editoral: CRITICA
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788484324904

Daniel Kowalsky nos presenta en este pormenorizado trabajo de investigación los numerosos aspectos que conllevaron las relaciones hispano-soviéticas durante la Guerra Civil española, el terrible conflicto español que atrajo a las potencias del Eje y a la URSS, es obvio destacar que estos vínculos se refieren exclusivamente a las relaciones URSS-República y es evidente que Stalin y su país son aquí el principal objetivo de referencia en esta obra, . Este ensayo puede ser muy útil para comprender la geoestratégia de la URSS en aquellos difíciles años de preguerra mundial.

Entrando ya en lo que aporta el libro, el autor no desdeña ningún tema, es decir, el recorrido de esta obra lleva desde las relaciones diplomáticas, culturales, ayuda humanitaria, etc.. hasta las propiamente militares.

La obra consta de 350 páginas aproximadamente de relato, más de cincuenta en unos apéndices que nos detalla las fuentes y nos hace un repaso pormenorizado a las bases historiográficas sobre estas relaciones hispano-soviéticas y acaba con más de cien hojas de notas. Sin duda estamos ante un trabajo muy serio de investigación.

Los principales aportes de Kowalsky son muy jugosos. Para el autor, Stalin nunca previó este conflicto, pero rápidamente supo acogerse a él con las miras puestas en realizar una explotación propagandística que beneficiara a su régimen. La Guerra de España se convirtió de lleno en una causa de importancia ideológica y emocional enorme para los trabajadores de la URSS. Moscú tardó más de diez semanas en ayudar militarmente a la República, sin duda la cuestión de la financiación influyó también en la fecha de los envíos, el oro del Banco de España pasaba a jugar un primer plano en estas negociaciones. Sin dinero, o al menos sin que la URSS no viera afectada su política económica, no habría envíos de material.

A pesar de este aspecto, para Kowalsky la idea de situar a la República como un aliado de primera clase para Stalin fue un hecho innegable, España podía suponer un buen aliado en el Mediterráneo occidental. El recibimiento al embajador de la República en Moscú, Sr Pascua, así lo evidencia. Los honores estuvieron muy por encima de cualquier aliado de segunda categoría. El error de la República vino dado precisamente por no saber aprovechar este hecho y desatender mínimamente una embajada que debía ser crucial para su desarrollo en la guerra. El mejor aliado, la URSS, se encontró con una delegación diplomática española muy deficiente en cuanto a medios, algo que sorprendió a los soviéticos negativamente.

La labor de propaganda y de ayuda a la República dirigida en la URSS hacia su aliado republicano fue una constante, al menos durante los primeros diez meses de conflicto. No había cine ni fábrica donde no se emitiera cualquier alegato en ayuda a la República. La acogida de los niños republicanos fue también un hecho muy destacable, muy bien recibidos desde el principio fueron objeto de un claro sesgo propagandístico por Stalin, pero a pesar de esto no puede menospreciarse esta acogida necesaria.

La colaboración del personal militar siempre estuvo marcada por una deficiencia: los problemas idiomáticos. La URSS descuidó este hecho y esto a su vez conllevó problemas que pudieron haberse evitado con una mayor implicación soviética. Los asesores militares de la URSS intentaron con mano izquierda aconsejar a unos mandos republicanos reacios en muchas ocasiones a recibir consejo, aunque desde luego Stalin ordenó no inmiscuirse en exceso, la verdad es que tampoco estaba dispuesto a que su esfuerzo en ayuda de la República fuese en vano. Los tripulantes de los carros de combate y los pilotos de la aviación soviética, a pesar de su escaso número, sirvieron valerosamente a la República, y su presencia tuvo un efecto táctico y moral que no puede desdeñarse.

Y por último, la figura de Stalin, el malvado dictador soviético que siempre ha marcado la participación soviética en la Guerra Civil española. Para Kowalsky no hay duda de que las ambiciones del Kremlin y las posibilidades de llevar a cabo con éxito esas expectativas resultaron a todas luces muy alejadas de la realidad. Como bien comenta el autor: En el fondo, la aventura española de Stalin fue interesada y cínica, y constó de elementos verdaderamente insidiosos, pero su repercusión deseaba ir más allá de las capacidades reales del Kremlin, de modo que si bien su ejecución fue siempre sorprendentemente ineficaz, sus consecuencias resultaron inesperadamente benignas( pp 352)


Un saludo.

Fuente imagen: http://image.casadellibro.com/libros/0/ ... 324904.jpg
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.

Winston Churchill a Chamberlain.

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