Operation Barbarossa and Germany's Defeat in the East

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Operation Barbarossa and Germany's Defeat in the East

Mensaje por Chuikov » Jue Oct 06, 2011 8:09 pm

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Hola amigos,

Me gustaría compartir con vosotros un comentario de este magnífico libro:

Operation Barbarossa and Germany’s Defeat in the East
David Stahel.


Si el 22 de Junio de 1941 cuando el ejército alemán invade la Unión Soviética el mundo contuvo la respiración, el curso de las operaciones hacia mediados de Agosto haría que el mundo volvería a respirar. Esa es la frase con la que Stahel acaba el libro y la esencia de la tesis que defiende: Que Barbarroja y, por tanto la guerra contra La Unión Soviética, está perdida para los alemanes después de la batalla de Smolensko en Agosto de 1941, cuando los grupos Panzer alemanes están tan exhaustos y desgastados que ya no pueden continuar con el momentum de las primeras semanas, entrando en una segunda fase de la guerra donde el peso de las batallas y las conquistas tendría que ceder y dar paso a la guerra del desgaste y de la producción industrial.

David Stahel se define a sí mismo como un investigador independiente, y para escribir este libro se ha basado en una revisión de su tesis doctoral realizada en la Humboldt-Universität de Berlín: “And the world held its breath. The July/August 1941 crisis of Army Group Centre and the Failure of Operation Barbarossa”, dirigida por Rolf-Dieter Müller, del Militärgeschichtliches Forschungamt (MGFA) de Potsdam.

El trabajo de David Stahel está centrado en el análisis de las operaciones los dos Grupos Panzer del Grupo de Ejércitos Centro ( el 2, comandado por Guderian, y el 3, comandado por Hoth), por su importancia en el desarrollo de las operaciones. Para ello se ha basado completamente en fuentes procedentes del BA-MA (Bundesarchiv-Militärarchiv): archivos personales de los principales generales implicados y diarios de batalla del grupo de Ejércitos Centro y de los grupos Panzer alemanes 2 y 3, así como en bibliografía secundaria alemana y anglosajona.

El libro está dividido en dos partes: La primera, que explora magistralmente el camino de la planificación de Barbarroja desde sus primeros estadíos allá por Junio de 1940, hasta la misma invasión; y la segunda parte, que va desde el comienzo de la invasión hasta que Hitler finalmente toma la decisión de virar sus ejércitos Panzer hacia el sur, hacia Kiev, en detrimento de Moscú.

La primera parte hasta ahora mismo podría afirmar, después de haber leído y estudiado con detenimiento los trabajos referencia en la planificación de Barbarroja, ( esto es ,”German Strategy against Russia 1939-1941” , de Barry Leach y el cuarto tomo de “Germany and the Second World War”, de Ernst Klink entre otros) que constituye el mejor resumen de la planificación vista desde el punto de vista de las fricciones y diferencias de opinión de Hitler y Halder, sin perjuicio de la vastedad y amplitud de miras del cuarto volumen del MGFA. Contado cronológicamente, Stahel descubre que las primeras etapas de la planificación de Barbarroja revelan un proceso en el cual la información es producida para que cuadre con las decisiones ya tomadas. Así Stahel cuenta “Halder planea una invasión según sus amplias miras, y luego adapta los requisitos logísticos a su voluntad, con la confianza de que la operación va a salir bien” . “Una prueba de ello” -prosigue- “es que el mismo día que Marcks presenta a Halder su plan de operaciones (el 1 de Agosto de 1940) éste encarga la planificación logística al Major-General Wagner.” Continuamente los generales del OKH desacreditan o directamente ignoran cualquier información que no sea optimista para el desarrollo futuro de las operaciones. “La disociación de la realidad no sólo afecta a las etapas de la planificación de la operación en sí, sino que también afecta a otros departamentos de la Wehrmacht, incluyendo del programa de armamentos. La gran expansión en el número de divisiones de infantería y motorizadas produjo tal demanda productiva que no sería posible cumplir con ella a menos que todo el sistema productivo se dedicara al Ejército”…” Los planes para montar las divisiones Panzer exigían una producción de unos 380 tanques al mes, a partir de Junio del 40. En Agosto eran 200 los que se producían. En Septiembre 121…”(pag 52).

Eso por un lado, pero donde Stahel lo borda en esta parte del libro es en el seguimiento de las disensiones entre Halder y Hitler. Desde el principio tenemos a dos hombres, Hitler y Halder, enfrentados en cuanto a los fundamentos estratégicos de la operación: ¿Primero los flancos y los objetivos económicos, o primero Moscú? Esta disensión comienza en los albores de la planificación, y no se pondrán realmente las cartas sobre la mesa hasta el 23 de julio, cuando Halder por primera vez se “enfrenta” dialécticamente a Hitler defendiendo la idea de Moscú, para perder en su empeño. Las líneas generales del enfrentamiento están sacadas en su mayoría de la obra maestra de Ernst Klink, “The military concept of the War against the Soviet Unión”, “Land Warfare”, del citado cuarto tomo del MGFA. Citar aquí todas las situaciones en las cuales la disensión o el enfrentamiento directo entre Hitler y Halder y el OKH es evitado por el segundo, para en el futuro, aprovechándose de lo que el OKH pensaba que serían victorias fáciles, imponer sus principios, esto es, dirigir el grueso de los ejércitos a Moscú, sería un trabajo largo. En cualquier caso, una más que interesante reflexión de Stahel sobre “el complot” , como él mismo llama a los planes subversivos del OKH: “La conspiración de silencio era un medio para conseguir la victoria [se entiende, la victoria en el campo de batalla] y, por tanto, era una actividad en servicio del régimen más que oposición al mismo”. Pero claro, esta “conspiración de silencio” tendría consecuencias funestas para el ejército, porque ese silencio también lo guardan Halder y Brauchitsch para con sus generales de ejércitos implicados en Barbarroja: Bock , Hoth , Guderian, se quejan de la vaguedad de las instrucciones y de la poca claridad de algunas operaciones. Así lo cuenta Hoth: “De hecho, en el seno del Grupo Panzer 3 todo el mundo creía que nuestro objetivo sería ir hacia Moscú. Yo entiendo que si Brauchitsch hubiera querido seguir las órdenes de Hitler, entonces se las hubiera comunicado a sus generales”, p92. En este mismo sentido Bock y Hoth protestan sobre el comprometido movimiento que tendría que hacer el Grupo Panzer 3 hacia el noreste, después de dirigirse al sur para cerrar el cerco de Minsk: Pero claro, ellos no saben los planes que se cuecen en lo más alto del OKH, a saber, que Halder no quería que el Grupo Panzer se alejara peligrosamente del camino de Moscú.

Hasta aquí la primera parte del libro, que ya de por sí es sobresaliente, incluyendo, por cierto, la suculenta introducción del libro, donde se hace un repaso bibliográfico y del estado de la investigación más que notable.

En la segunda parte de libro el autor demuestra que tiene las ideas claras: su objetivo es mostrar la debacle del Ejército Alemán, durante el tiempo que va de Julio a Agosto del 41. Para ello los focos de atención de Stahel son: el juego de mentiras y de silencios entre el OKH y Hitler, el desgaste de los Grupos Panzer 2 y 3 y el desastre logístico de la campaña.
Una vez empieza la invasión el antagonismo existente entre Halder y el OKH y Hitler sobre el rumbo que deben tomar las operaciones se mantiene, y hasta se agudiza, provocando situaciones ridículas: Halder adopta la postura de darle la razón a Hitler y de “regalarle el oído” dando informes positivos de las operaciones en los flancos, para que de esta forma Hitler no se viese en la necesidad de desviar tropas del Grupo de Ejército Centro. Es decir, ante la dificultad, Halder opta por ir a por todas.

El seguimiento que Stahel realiza sobre la logística de los Grupos Panzer 2 y 3 es sobresaliente, por lo minucioso. Es un punto estrella en el libro y, en opinión del autor, clave para entender el fracaso de Barbarroja. Simplemente, se intentó hacer demasiado con pocos recursos. El inferior octanaje de la gasolina soviética rompió en los primeros estadíos de la campaña puñados de tanques, los problemas ferroviarios, no sólo el consabido ancho de las vías del tren, sino aspectos como que los trenes soviéticos eran máquinas con mucha más autonomía, por lo que las estaciones quedaban muy lejos unas de otras para los estándares alemanes, el estado de los caminos y los chaparrones que los embarraban, la fatiga de los soldados, la falta de motores, los puentes que no aguantan, etc... Cada uno de estos aspectos ponderado y documentado escrupulosamente. Se pasan páginas y páginas analizando estos tipos de problemas y las implicaciones conllevan para con los Ejércitos alemanes.
Y, como consecuencia de la desorganización desde los más altos estamentos y sobre todo del desastre logístico, el desgaste es mayor: Así por ejemplo, en la página 316: “El 22 de Junio Guderian entra con 953 tanques en Rusia. El 29 de Julio cuenta con sólo 286, de los cuales 132 son Mark I y II”. O en la página 419: “Para finales de Agosto las pérdidas alemanas en Panzers son 1488. De los 815 tanques que se producen en Alemania entre Junio y Agosto, sólo 96 van hacia el Este”. Así se llega hasta la segunda quincena de Agosto, cuando el avance sobre el mapa es espectacular, pero de una debilidad, sobre todo en la retaguardia especialmente escalofriante.

Smolensk, ¿Victoria o derrota?
Es incuestionable que las cifras de pérdidas rusas son oceánicas, pero lo importante de esta batalla, argumenta Stahel, es el estado de los ejércitos después de la misma: el alemán definitivamente no está en condiciones de seguir con el ritmo de las 6 primeras semanas, mientras que el Ejército Rojo sí es capaz de seguir resistiendo. “La fatal sobreextensión del sistema logístico alemán y el estado de fatiga de sus divisiones panzer y motorizadas ante Smolensk no parece una derrota muy espectacular al estilo de Waterloo o de Tanneberg, pero sigue siendo una derrota. “

Tiene el autor un especial empeño de dejar claro a lo largo de todo el libro , la responsabilidad que tiene el historiador para contribuir a la desmitificación de los militares alemanes: tanto en su habilidad militar como en su inocencia con respecto a los crímenes de guerra. Y muestra ejemplos como Bartov, los historiadores del MGFA o Johannes Hürter, especialmente su libro Hitlers Heerführer. Habrá que aprender alemán.

Para terminar, una reflexión de Stahel: “Mientras los generales alemanes más tarde creyeron conveniente culpar a las interferencias de Hitler en la derrota, la dureza del clima soviético y el peso de la superioridad numérica soviética, permanece el hecho de que los planes de conquista sobre la Unión Soviética eran simplemente tratar de abarcar demasiado”.

Saludos
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Operation Barbarossa and Germany's Defeat in the East

Mensaje por José Luis » Jue Oct 06, 2011 9:05 pm

¡Hola, Chuikov!

Creo recordar que ya habíamos hablado del libro de Stahel en otro hilo de "Biblioteca", si bien era de pasada con respecto al tema central del hilo, que no sé si era algo sobre Glantz. Lo cierto es que la tesis de Stahel es ya antigua y compartida por algunos historiadores (entre los que humildemente y como aficionado me incluyo). Pero faltaba demostrar esa tesis despiezando sus argumentos, cosa que intuyo, por lo poco que he leído, ha hecho razonablemente Stahel y, posteriormente, Glantz en el primer volumen de su Barbarossa Derailed.

Curiosamente, Stahel, que publicó su libro originalmente en 2009, y que durante el proceso de su creación consultó con Glantz varios asuntos, tal como reconoce en la relación de sus agradecimientos (y por cierto, también la de Alex J. Kay, un especialista en el Generalplan Ost), y usó obras de Glantz, como recoge en su bibliografía, digo que Stahel no se vio "correspondido" (lo entrecomillo porque lo digo en el buen sentido) por una cita bibliográfica de su libro en el primer tomo del Barbarossa Derailed (2010) de Glantz, lo que no deja de ser un pequeño lapso del estimado Glantz, pues supongo que, dada lo dicho, habrá leído el libro de su tocayo. Además, ambos vienen a coincidir en que Smolensk no fue "una piedra en el camino" para el Ostheer, tal como en general venía sosteniendo tradicionalmente la historiografía.

No tengo tiempo (aunque tuviera las 24 horas del día disponibles) para leer todo lo que quisiera, y así estos dos libros tan solo los he ojeado. Tendrán que esperar un poco más por mí, que todavía tengo fuerzas para no ceder a la tentación de romper mi método de lecturas. Es por ello que te agradezco especialmente tus impresiones sobre el libro de Stahel.

Un cordial saludo
JL
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Mensaje por Chuikov » Jue Oct 06, 2011 10:30 pm

Pues no sé si lo sabías, pero Stahel tieene un proyecto en común con Kay:

http://www.amazon.com/Nazi-Policy-Easte ... 908&sr=8-4" onclick="window.open(this.href);return false;

además de este libro sobre la batalla de Kiev:

http://www.amazon.com/Kiev-1941-Hitlers ... 980&sr=1-1" onclick="window.open(this.href);return false;

Saludos.
Carpe Diem

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Mensaje por José Luis » Jue Oct 06, 2011 10:56 pm

Ya, el primero también con Rutherford (otro que sale en la lista de agradecimientos del libro reseñado de Stahle), que desconocía, y el segundo bore Kiev, del que ya tenía noticia. Pero ambos aún no se han publicado.

Saludos cordiales
JL
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Mensaje por Eriol » Jue Oct 06, 2011 11:01 pm

Hola!!

Excelente analisis camarada Chuikov.Lastima que no lo sacasen en Castellano

Saludos
Una vision; un propósito;un sueño...Siempre.

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Chuikov
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Operation Barbarossa and Germany's Defeat in the East

Mensaje por Chuikov » Jue Oct 06, 2011 11:05 pm

Jeffrey Cameron Rutherford es relativamente joven. Nació en 1974.

En el libro Stahel cita su tesis doctoral: "Soldiers into Nazis? The German Infantry's War in North-West Russia, 1941-1944"

Un Abstract:

This work seeks both to modify and challenge the prevailing view of an ideologically-driven Army intent on realizing Hitler's racist goals in the Soviet Union. One way of measuring the ideological commitment of the Army's soldiers is through an examination of the divisional level. Each of the three divisions under examination was recruited from a geographically and culturally distinct area, allowing the soldiers of the 121st, 123rd and 126th Infantry Divisions to recreate the sense of community unique to their home region: East Prussia, Berlin and Rhineland-Westphalia, respectively. The differences between social classes, traditional political allegiances and confessions found in these regions was thus transferred to these divisions and these distinctions allow for a more precise investigation of what types of men were more or less likely to subscribe to the German war of annihilation in the Soviet Union. Unlike much of the literature which examines the ideological nature of the war and the military conflict separately, this study looks at combat and occupation in tandem. Through the use of official military records, ranging from the Army down to the regimental level, as well as previously unused diaries and letters written by the men of these three divisions, a complex and varied picture of the German Army's activities and motivations arises. Firstly, while ideological concerns certainly played a role in determining the actions of these divisions, other more tangible problems, such as food and clothing shortages and numerical weakness, were more important issues in determining the Army's frequent savage interactions with civilians. Second, instead of the war serving to increasingly radicalize the behavior of the troops, the German Army began to significantly modify its conduct in hopes of winning the cooperation of Soviet civilians in late 1942 and 1943 before reverting to Scorched Earth policy in 1944. Internal mechanisms within the Army led to these changes in behavior: when a conciliatory policy was viewed as necessary to win the war, it was implemented; when the Army believed unadulterated violence was the means to victory, radical policies were carried out its forces.

Se puede descargar entera de aquí:

http://repositories.lib.utexas.edu/handle/2152/9768" onclick="window.open(this.href);return false;



Saludos.
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Mensaje por Joan-Shrike » Vie Oct 07, 2011 10:23 pm

Ya había leído numerosas reseñas que alababan esta reciente obra de D. Stahel. Tu reseña supone un argumento más para situarla entre mis "Deseados" :-D

Por otra parte, gracias por dar a conocer su próximo libro. Parece interesante.

Un saludo,
Los historiadores son gente peligrosa; son capaces de ponerlo todo de cabeza. Deben ser dirigidos.

Nikita Jruschev (1956)

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Mensaje por gunsche » Sab Oct 08, 2011 4:56 am

Excelente foto en color la de la tapa del libro, Guderian, Hitler y Keitel

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Mensaje por David L » Dom Oct 09, 2011 11:33 pm

Excelente reseña Chuikov, no se puede reflejar mejor el contenido de este magnífico libro reseñado. Es una lástima que no se publiquen trabajos tan bien elaborados como el que mencionas de D.Stahel en castellano, tampoco lo he encontrado en francés.

Un saludo.
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.

Winston Churchill a Chamberlain.

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Mensaje por José Luis » Mar Dic 13, 2011 7:06 pm

¡Hola a todos!
Chuikov escribió: Eso por un lado, pero donde Stahel lo borda en esta parte del libro es en el seguimiento de las disensiones entre Halder y Hitler.... interesante reflexión de Stahel sobre “el complot” , como él mismo llama a los planes subversivos del OKH: “La conspiración de silencio era un medio para conseguir la victoria [se entiende, la victoria en el campo de batalla] y, por tanto, era una actividad en servicio del régimen más que oposición al mismo”. Pero claro, esta “conspiración de silencio” tendría consecuencias funestas para el ejército, porque ese silencio también lo guardan Halder y Brauchitsch para con sus generales de ejércitos implicados en Barbarroja: Bock , Hoth , Guderian, se quejan de la vaguedad de las instrucciones y de la poca claridad de algunas operaciones.
No tenía pensado leer este libro, pero como me pareció un trabajo muy serio su segundo libro (Kiev, 1941), decidí comprar inmediatamente éste que aquí se reseña y ya he leído las 100 primeras páginas que tratan de la planificación de Barbarroja y la conspiración de Halder y Brauchitsch.

En realidad, la actuación de los dos jefes máximos del OKH ante Hitler (o mejor dicho, a espaldas de Hitler) en ciertas cuestiones de la Directiva de Barbarroja y en varias reuniones con Hitler, digo que esa actuación fue más que un simple "complot" o "conspiración de silencio", tal como señala acertadamente Chuikov de Stahel. Más acorde con la realidad y con su significado, es la acusación de Stahel de Halder de un desacato a la máxima autoridad del estado. Esto es mucho más veraz y grave, y me extraña que los apologistas del "genio militar" de Hitler no lo hayan echado en cara de la ensalzada casta militar alemana.

Porque Halder (y Brauchitsch) no se limitó a introducir a hurtadillas algunos cambios semánticos en las líneas directrices de Hitler para poder atar al Führer a ellos más tarde si la cuestión de Moscú salía a relucir de la forma no deseada por Halder. Este proceder ya demuestra un ardid indigno del jefe del EMG alemán; Halder, si estuviera hecho de la pasta de un Beck, debería haberse enfrentado directamente a Hitler y discutir, como era el cometido ineludible del jefe del EMG, su opinión de que Moscú debería ser un objetivo prioritario de la operación, no secundario al de Leningrado y el Báltico. Y si tras esa discusión el Führer seguía opinando y ordenando lo contrario, Halder debería haber trabajado en cuerpo y alma para conseguir los objetivos marcados por Hitler, pues la condución de la guerra y la definición de sus objetivos estratégicos es parcela del liderazgo político, no del militar. Pero como digo, Halder no se limitó a eso, sino que ocultó y censuró información importante a Hitler. Y aquí Stahel señala los dos informes solicitados por Hitler que fueron censurados por Halder y Keitel y que, como resultado, Hitler no leyó en su redacción original. Esto es muy grave y si las intenciones tras estas censuras fueran otras, hablaríamos claramente de traición (término que Hitler no dejaría de usar, referido a sus generales, más tarde).

Desde luego, la relación que hace Stahel (y que sustenta documentalmente) del comportamiento de Halder con Hitler (y con los problemas que conoce de primera mano planteados por sus colaboradores sobre ciertos aspectos inviables de Barbarroja, que también oculta a Hitler) durante el otoño-invierno de 1940-41 y la primavera de 1941 deja al entonces jefe del EMG alemán casi desnudo de ética y capacidad militar. Es, quizás, la parte más interesante de estas primeras 100 páginas de este capacitado historiador australiano.

Saludos cordiales
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Re: Operation Barbarossa and Germany's Defeat in the East

Mensaje por Joan-Shrike » Dom Jun 16, 2013 3:22 pm

Ya terminé el primer libro del profesor D. Stahel de la serie dedicada a las campañas del Ostfront de 1941. Espero poder leer pronto el segundo volumen, Kiev 1941 :D

- Operation Barbarossa and Germany's Defeat in the East. Por David Stahel, Cambridge: Cambridge University Press, Cambridge Military Histories (2010, 2ª edición). Notas a pie de página. Bibliografía. Pp. xvi, 483.

Hoy retornamos con una nueva reseña, en esta ocasión dedicada al reciente trabajo de David Stahel, neozelandés de nacimiento aunque australiano de adopción, y que es la edición publicada el 2009 de su tesis doctoral, titulada "And the World Held its Breath. The July/August 1941 Crisis of Army Group Centre and the Failure of Operation Barbarossa" y leída en la Universidad Humboldt de Berlín el 2007, siendo actualmente profesor no numerario en la School of Humanities and Social Sciences de la University of New South Wales en Canberra (Australia).

En la presente obra el autor estudió los preparativos para la Operación "Barabarroja", la invasión nazi de la URSS, además de la dirección y desarrollo de las operaciones militares por parte del Heeresgruppe "Centro", grupo de ejércitos comandado por el mariscal de campo Fedor von Bock y que comprendía el grueso del potencial ofensivo de la Wehrmacht en verano de 1941, pues incluía dos grandes agrupaciones blindadas, los Panzergruppe 2. y 3., además de hasta tres ejércitos, los Armee 9., 4. y 2., sumándose entre todos más de un millón de tropas. Para ello, el autor se ha beneficiado tanto de testimonios documentales de archivo de los BA-MA de Friburgo como editados, como puede ser el Diario de Guerra - KTB, en sus siglas en alemán- del OKW o los Diarios personas de Franz Halder - jefe del estado mayor del OKH- y del mismo von Bock, además de innumerables testimonios de diarios personales y Memorias publicados a lo largo de los años y, por supuesto, de los KTB de cuarteles generales de los Panzerkorps que componían los PzG 2. y 3., entre otros; y, por supuesto, del famoso volumen IV de Das Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg editado y publicado por la Militärgeschichtliches Forschungsamt en 1983. Esto conlleva que su enfoque de la campaña de verano de 1941 se haga desde la perspectiva alemana aunque intente ofrecer la perspectiva soviética utilizando, esencialmente, bibliografía en inglés como el notable libro de Evan Mawdsley o los trabajos del coronel David Glantz.

Este amplio abanico de testimonios han permitido al autor concluir, por una parte, que la planificación de "Barbarroja" estuvo lejos de constituir un ejemplo de profesionalismo por parte de Halder y el resto del alto mando alemán, mereciendo mención aparte el desastroso trabajo del Fremde Heere Ost. De la lectura de los documentos relevantes, es constatable como se despreció sistemáticamente toda evidencia desfavorable, infravalorando tanto las dificultades logísticas que representaba la red de transporte soviética como la capacidad de movilización y de combate del Ejército Rojo, circunstancias ambas que, en perspectiva, convertían "Barbarroja" en un ejemplo de wishful thinking (ver especialmente su valoración en pp. 51-54). Por otra parte, también estudia como se fue produciendo el proceso de toma de decisiones, tanto por Hitler como en los cuarteles generales del HG "Centro" y de los ejércitos subordinados a éste y el papel de Halder para intentar que prevaleciese su objetivo operacional favorito, Moscú, por encima del vacilante afán de Hitler para priorizar la conquista de Leningrado y de Ucrania y el Cáucaso, opción esta que fue la que acabó prevaleciendo en agosto de 1941 tras constarar Hitler que la posibilidad de una rápida victoria decisiva en el Ostfront se había desvanecido ya. A este respecto, este modelo interpretativo propuesto por el profesor D. Stahel ha recibido alguna crítica, concretamente del profesor E. Mawdsley (ver reseña en The English Historical Review, vol. 125 nº 514, pp. 773-776. 2010), señalando la existencia de una contradicción inherente que el autor posiblemente ha sido incapaz de lidiar adecuadamente en su exposición: o bien la Operación "Barbarroja" estaba predestinada al fracaso antes incluso del inicio de la invasión el 22 de junio de 1941, o bien existió la posibilidad de alcanzar un resultado decisivo contra la URSS durante las primeras semanas de julio de 1941 y antes de las contraofensivas soviéticas ejecutadas en el sector de Smolensko y, especialmente, contra el saliente de Yel'nya.

Otro aspecto relevante lo encontramos en la integración, dentro del mismo relato de las operaciones, la naturaleza deliberadamente criminal de la invasión nazi, tanto en la ejecución de la Komissarbefehl como en la negligencia, casi deliberada, que condujo a que millones de prisioneros de guerra pereciesen meses más tarde, como en el conocimiento previo que tenían los mandos del Heer de la naturaleza genocida de los designios del Tercer Reich en los territorios conquistados. Por otra parte, el autor contrasta con testimonios de archivo la versión de los hechos que Heinz Guderian, entonces jefe del 2. PzG, presentó en sus Memorias publicadas en 1952 y poniéndose de relieve tanto algunos de sus errores en la dirección de las operaciones, su choque de egos contra Günther von Kluge, jefe del 4. Armee y durante algunas semanas su superior directo; y, finalmente, su ambiguo papel en la decisión de final por priorizar la conquista de Kiev en agosto de 1941, valiéndole la animadversión tanto de Halder como de von Bock.

Por otra parte, sólo puede reseñarse algún punto cuestionable de este excelente trabajo de investigación. Concretamente, el autor al evaluar los ejercicios de wargaming que dirigió Friedrich Paulus durante el mes de diciembre de 1940, parece caer en el mito de considerar al futuro comandante del 6. Armee que capitularía tiempo después en Stalingrado como una persona de carácter dócil y poco dado a tomar decisiones arriesgadas (pp. 59-60), punto que resulta cuanto menos discutible. Baste recordar que su dirección de las operaciones durane la batalla de aproximación a Stalingrado distó de ser poco arriesgada, como evidenciaría el vertiginoso avance del XIV. PzKorps hacia el Volga; y su papel, entonces subordinado al mariscal de campo Erich von Manstein, durante las jornadas decisivas de noviembre y diciembre de 1942 está siendo sometido a una profunda revisión. Como observación, debe añadirse que el autor no hace un uso adecuado de The Wages of Destruction de A. Tooze que, si bien aparece en la bibliografía y referenciado en alguna nota, no se aprecia que le dé un uso provechoso.

Por último, desde el punto de vista formal la edición es excelente. Si bien el apéndice bibliográfico contiene algunas erratas, este pequeño defecto se ve ampliamente compensado por la excelente colección de mapas operacionales, basados en los modelos editados años atrás por D. Glantz sobre la batalla de Smolensko, destacando estos por su detalle, claridad y pulcritud y sirviendo como guinda para este excelente estudio, que ha constituido el primero de una prometedora serie dedicada a reconstruir las campañas de 1941 en el Ostfront: Kiev 1941: Hitler's Battle for Supremacy in the East (Cambridge, 2012); el recientemente publicado Operation Typhoon: Hitler's March on Moscow (Cambridge, 2013); y un cuarto volumen pendiente aún de publicación y que se titulará Moscow 1941: Hitler's Battle for the Soviet Capital.
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