Reconforta y mucho este Post, pues entre tanta barbarie que hubo, esos hombre nos recuerdan que el ser humano puede ser sublime.
Ya se ha hablado de Angel Sanz Britz, pero os pongo aquí otros embajadores españoles que ayudaron en mayor o menor grado a los perseguidos por el nacismo ( aunque yo sepa, de momento solo Angel Sanz-Britz y Eduardo Propper han conseguido el título de Junto entre las Naciones, aunque otros ya han sido propuestos para el título):
Eduardo Propper de Callejón (1895 - 1972) fue un diplomático español. Mientras estuvo destacado en la embajada de París, prestó su ayuda para la huida de miles de judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial, desde la Francia ocupada hacia España, hechos por los que fue distinguido como Justo entre las Naciones en octubre de 2007.
Cuando se firma el armisticio de 22 de junio de 1940, Propper de Callejón era primer secretario de la Embajada Española en París. Para evitar el saqueo de la colección de arte conservada en el Castillo de Royaumont, propiedad de sus suegros, lo declaró como su residencia principal. Gracias a los consiguientes privilegios diplomáticos, pudo impedir que se expoliasen numerosas obras de arte. Entre ellas se encontraba un tríptico de Van Eyck, uno de los artistas más admirados por Adolf Hitler. Dado que sus suegros eran judíos, era probable que el ejército nazi acabara despojándoles de su colección de arte.
En julio de 1940, desde el consulado de Burdeos, expidió, en colaboración con el cónsul portugués Aristides de Sousa Mendes, más de treinta mil visados a refugiados judíos para que pudieran atravesar España camino de Portugal. Los visados se emitieron eludiendo los trámites ordinarios que exigían las autoridades de Madrid, lo que motivó que Ramón Serrano Suñer, Ministro de Asuntos Exteriores del régimen franquista, transfiriese inmediatamente a Propper de Callejón a Larache (Marruecos). Posteriormente fue también enviado a Rabat, Zúrich, Washington, Ottawa y Oslo. Falleció en Londres en 1972. En vida, nunca fue reconocido públicamente por su heroísmo.
Una de sus nietas es la actriz británica Helena Bonham Carter.
Bernardo Rolland de Miota, fue un diplomático español que, desde su posición de Cónsul General de España en París (1939-1943) evitó la confiscación de los bienes de un puñado de judíos sefarditas. Intercedió por 14 judíos españoles enviados al campo de Drancy y organizó la repatriación de otros 77, trabajo que terminó Alfonso Fiscowich. Su actuación en favor de los judíos provocó graves tensiones con las autoridades alemanas de la Francia ocupada y con el entonces Embajador de España, Félix de Lequerica.
Rolland, y otros diplomáticos españoles que cómo él, ayudaron a los judíos a huir del Holocausto, fueron rescatados del olvido el año 2000 cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores de España dedicó una página web a su memoria, denominada Diplomáticos españoles durante el Holocausto, siendo Ministro Abel Matutes.[1] Posteriormente, el año 2007, fueron homenajeados otro golpe en una exposición titulada Visados para la libertad organizada por la Casa Sefarad en Madrid.
Bernardo Rolland, Julio Palencia Tubau y Sebastián Romero Radigales han sido propuestos el año 2008 por la Fundación Raoul Wallenberg para ser designados como Justos entre las Naciones, distinción que el estado de Israel a aquellas personas que no siendo de confesión o ascendencia judía, ayudaron a los judíos víctimas de la persecución antisemita durante el Tercer Reich.
José Rojas Moreno, fue un diplomático español que, desde su posición como Embajador de España en Bucarest (Rumanía) (1941-43) consiguió que se revocasen los decretos de expulsión dictados contra un grupo de judíos sefarditas y la promesa formal que, en el futuro, ninguno de ellos sería expulsado.
Miguel Ángel de Muguiro, diplomático español que, desde su lugar a la Embajada de España en Budapest (Hungría), contribuyó a la salvación de judíos perseguidos por el gobierno pro-alemán de Miklós Horthy. En un ambiente de pogromos, persecuciones por las calles y campos de tránsito organizados por los nazis húngaros de la Cruz Flechada para concentrar a los judíos antes de su envío a los campos de exterminio, Miguel Angel de Muguiro, como Encargado de negocios, escribió a Madrid escandalizado por los registros y las palizas que practicaban los miembros de las SS.
Muguiro, como otros diplomáticos españoles, había rescatado un viejo decreto promulgado por Primo de Rivera en el año 1924, en virtud del cual todos aquellos que demostraran ser de origen sefardita, obtendrían inmediatamente la nacionalidad española. Ocultaban que el decreto había expirado en 1931, pero en Madrid no lo recordaban y los nazis, naturalmente, no lo sabían. Muguiro se acogió a este decreto para solicitar a las autoridades húngaras la protección de los sefarditas. El problema es que en Hungría, sefardites de verdad había muy pocos, no daban ni para llenar un tren.
Sin embargo Muguiro continuó sus esfuerzos e informó en Madrid del negro futuro que esperaba a la comunidad judía. Haciendo valer su condición de diplomático intercedió a favor de todos los judíos que pudo y culminó su obra haciéndose cargo de un cargamento de niños, 500 exactamente, el destino de los cuales era una cámara de gas en Polonia. Consiguió visado para todos y los despachó a Tánger, que en aquellos días era una especie de colonia española. Esta y otras actuaciones le dieron muy mala fama entre húngaros y alemanes, que presentaron una queja a las autoridades españolas. Muguiro fue cesado fulminantemente. Su lugar lo ocupó el secretario de Embajada que, como él, se había estado implicado personalmente en el salvamento del judíos perseguidos. Se lamaba Ángel Sanz Briz, más tarde reconocido con el título de Justo entre las Naciones, junto al diplomático sueco Raoul Wallenberg que, también destinado a Budapest, fue el iniciador de esta acción salvadora.
Sebastián Romero Radigales, fue un diplomático español que desde su lugar como Cónsul General de España en Atenas (1943-1944) organizó la repatriación por tierra, mar y aire de los judíos de origen sefardita. Ante las objeciones para su entrada en España, propuso Marruecos. Entre marzo y junio de 1943 48.000 judíos de Salónica fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Romero Radigales actuó para intentar liberar a los deportados sefardíes. Saltándose a las autoridades alemanas, consiguió trasladar 150 sefardíes desde Salónica a Atenas.
Ante la falta de respuesta del régimen de Franco sobre la repatriación de los judíos sefardis, Alemania propuso como solución provisional el suyo internamente a Bergen-Belsen. Romero se opuso rotundamente, pidiendo el internamiento en territorio griego y la exclusión de niños y ancianos, además de que el transporte se realizara en las mejores condiciones posibles. El 13 de agosto de 1943 llegaron a Bergen, después de doce días de viaje, 367 judíos sefardíes, entre ellos 40 menores de 14 años y 17 mayores de 70 años. El Cónsul consiguió evitar la confiscación de los bienes de algunos sefardíes, que llegaron a España entre el 10 y el 13 de febrero de 1944.
Sebastián Romero, Julio Palencia Tubau y Bernardo Rolland de Miota han sido propuestos el año 2008 por la Fundación Raoul Wallenberg para ser designados como Justos entre las Naciones, distinción que el estado de Israel a aquellas personas que no siendo de confesión o ascendencia judía, ayudaron a los judíos víctimas de la persecución antisemita durante el Tercer Reich.
Julio Palencia Tubau, fue un diplomático español que, desde su lugar como Ministro de la Embajada de España en Sofía (1940-1943) denunció la legislación antisemita del gobierno búlgaro - que afectaba a 50.000 judíos - y va interceder ante Bulgaria y Alemana para proteger los derechos y bienes de 150 judíos sefardíes. Se enfrentó sin éxito con las autoridades nazis para evitar la ejecución del judío Leon Arie, los hijos del cual adoptó para que pudiesen salir del país y reencontrarse con su madre. El embajador de Alemania en Sofía calificó a Julio Palencia de «fanático anti-alemán» y «amigo de los judíos».
Juan Schwartz Díaz-Flores, diplomático español que, desde su lugar como Cónsul de España en Viena (Austria) contribuyó a la salvación de judíos perseguidos por los nazis.
José Ruiz Santaella, funcionario español del cuerpo diplomático. Como agregado en la embajada de Berlín en los años 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, contribuyó, con la ayuda de su esposa Carmen Schrader, a salvar la vida de Gertrud Neumann, Ruth Arndt y Lina Arndt, perseguidas por su condición de judías por el Tercer Reich.
Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Lista_de_p ... austo#Espa
En esta página encontrareis fotos de estos grandísimos españoles:
http://blogs.nortecastilla.es/robertoca ... e-naciones
A todos ellos gracias.