Las “Memorias de Rommel” son una serie de documentos, cartas y apuntes dictados apresuradamente por el Mariscal de Campo alemán, junto a una serie de informes y notas de ciertas personas que formaban parte de su secretaría. Fueron publicadas por la viuda del Mariscal con la supervisión del General Bayerlein, que fue Jefe de Estado Mayor del Africa Korps. Veamos algunas de sus páginas:
Primavera de 1941.-
“Las relaciones con los italianos son buenas: los soldados son excelentes, pacientes, resistentes, valerosos, pero se hallan mal dirigidos y armados. Es necesario mantener el mayor secreto sobre la preparación de la ofensiva; tengo fundados motivos para pensar que es ilusorio suponer que en Italia se pueda mantener total reserva sobre los propósitos más confidenciales: los Comandantes y los jefes hablan y charlan de ello sin ningún tipo de precaución. Roma es una especie de Shangai, un bazar levantino donde se intercambian las informaciones, se venden a precio de saldo, se regalan y se inventan. D. me ha comunicado en 24 horas banales cotilleos que me afectan, hechos en Africa y referidos, a orillas del Tíber pocas horas después; por lo demás, los ingleses están totalmente informados al minuto de las salidas de convoyes de los puertos italianos. Se debe a la maquiavélica maniobra de los Almirantes y Comandantes de las escotas –ahora duramente curtidos por la experiencia- el que las pérdidas no sean mayores; me cuentan que los Comandantes italianos contravienen en forma regular las órdenes operativas que les son comunicadas, ya que están seguros de encontrar inmediatamente, en su propia ruta, a los submarinos y aviones ingleses”.
El 22 de diciembre regresa el Teniente Moser con un mensaje del Führer. Hitler asegura haber tomado buena nota del informe. Elogia al AK. Ya ha estudiado con su Mando Supremo los planes para la ofensiva contra Egipto. Está perplejo por Túnez, pero prefiere proceder a lo ocupación.
Kesselring y Student estudiarán un plan para Malta con los italianos. Las preocupaciones para la zona del norte de Africa están justificadas. Hitler anuncia haber escrito a Mussolini para la ofensiva, aconsejándole el máximo secreto. El momento ideal es el otoño. Canaris estudiará el asunto de Abd-el-Krim. Rommel escribe a un amigo suyo (Enno):
“Tengo confianza en el destino del Afrika Korps, si las fuerzas me ayudasen conseguiría empujar a los ingleses hasta el Canal. La guerra, aquí, es totalmente distinta de cómo pueda imaginársela usted; las experiencias de Polonia y Francia no sirven; los ingleses son muy ricos en medios, pero prudentes; espero proporcionar una gran desilusión al menos a uno de los tres Cunningham.
El nuevo Comandante italiano, el General Bastico, es una persona seria y pienso que me proporcionará una ayuda eficaz. Ammon no ha regresado de Alejandría, pero he recibido la sorpresa de tener noticias suyas desde Jartum, donde está haciendo una excelente labor, a través del Lago Chad y el desierto libio; he recibido estas noticias por medio de una novelesca acción de un valeroso oficial italiano de Nápoles, propia de los libros de Karl May.
No he visto a Zech.
Saluda de mi parte a Frieda”.
15 de febrero de 1942.-
Los italianos han retirado una Unidad, ya que no retiro mis posiciones hacia atrás tal como ellos desearían.
25 de abril de 1942.-
Ayer tuve dos útiles cambios de impresiones con el General Barbasetti, sucesor de Gambara y actual Jefe del Mando Supremo italiano del norte de Africa. Se dice que Gambara ha sido sustituido porque, según se ha dejado escapar en un círculo de oficiales, quería permanecer en Africa hasta que tuviese ocasión de dirigir una división italiana contra nosotros.
En Salzburgo, entrevista entre Hitler y Mussolini, del 29 al 30 de abril. El único eco que llega de Roma a Libia, que afecte al AK, es la afirmación de que los dos Jefes del Eje han ‘tratado positivamente del problema de Túnez y de Bizerta’, lo cual provoca una solicitud de Rommel a la Embajada alemana en Roma, con fecha de 1 de mayo, para que inmediatamente se resuelva la cuestión de la ocupación de Túnez.
El General Cavallero manda a un enviado personal, el día 10, con una larga carta para Rommel; en síntesis, le urge para que ataque a fondo.
22 de mayo de 1942.-
… El General (Rommel) desea que usted se ocupe del envío de los instrumentos de radio para localización del enemigo. Estamos a punto de desencadenar un nuevo ataque contra el enemigo. Esta vez el General piensa contar con medios adecuados, y esperamos que la Providencia nos sea favorable.
El 26 de mayo, Rommel inicia su gran batalla, con amplia utilización de medios aéreos, navales y terrestres. Bir Akheim, una base inglesa al sur del frente de Tobruk que la propaganda británica había bautizado como ‘la Verdún del desierto’, fue cercada. Los ingleses y los gaullistas, vencidos, se retiran. Malta continúa siendo atacada desde el cielo por los aviones del Eje.
Los roces entre Rommel y Bastico se acentúan. El 22 de junio, la día siguiente de la conquista de Tobruk, los dos generales se entrevistan en el Mando táctico de Rommel, en Bardia.
22 de junio de 1942.-
El General (Rommel) ha mantenido una larga polémica con los italianos, que quieren cortarle las alas. Bastico ha insistido en que no se sobrepase la línea de Giarabub, con concesiones prudentemente defensivas. El General ha dado a entender claramente que no pretende recibir consejos sobre los planes ya previstos, y aceptados por el Führer. Por otro lado, dada la situación actual de agotamiento del VIII Ejército, es indispensable aprovechar el éxito obtenido y no dar tregua al enemigo, impidiéndole recuperarse. El General trata de conservar la ventaja actual y llevar la iniciativa, imponiendo al enemigo su propio juego.
Con la toma de Tobruk, nuestro flanco y nuestra retaguardia se hallan despejados y no ofrecen ningún peligro de que nuestros abastecimientos sean obstaculizados, entre otras cosas, porque el enemigo no dispone de la inyección de moral que poseían cuando tenía Tobruk en sus manos.
Detenerse, como pretende le Mando italiano, en la línea móvil de Sollum-Halfaya-Sidi Omar, permaneciendo en la frontera de Egipto, sin atacar, significaría dar a los ingleses todo el tiempo necesario para reorganizarse y establecerse definitivamente.
A pesar de las dificultades de nuestros convoyes, el desmantelamiento efectuado de las defensas de Malta y la mejor preparación y efectividad de las escoltas navales italianas deben darnos una relativa seguridad de no estar angustiados por seguir al VIII Ejército.
En Roma todavía insisten en la empresa de Malta y von Rintelen ha advertido al General que Mussolini ha escrito al Führer en este sentido; está claro que tal empresa habría sido muy útil si ya se hubiese efectuado. No es posible hoy desplazar medios bélicos y principalmente retirar aviones de Libia, arriesgando nuestra marcha hacia delante, frustrando las perspectivas de llegar victoriosos al Canal, con los efectos que cualquiera puede imaginar sobre la marcha del conflicto.
El General Bastico ha anunciado que el Mando Supremo italiano ha recibido una orden de Mussolini de no traspasar la línea de Marsa Matruk, informando por enésima vez que el ataque a Malta sería ahora decisivo para agosto.
El General (Rommel) está irritado contra el Mando Supremo italiano y contra los dirigentes de Roma, que discuten académicamente, levantando polémicas y cotilleos personales. El General Cavallero, tal como me ha telegrafiado el General von Rintelen, ha insistido para que el AK se detenga, mientras que hasta ayer aprobaba entusiasmado los planes del General. El General (Rommel) ha hecho entender al italiano (Bastico) que si los italianos no quieren marchar hacia delante, que no lo hagan, él, por su propia cuenta, avanzaría con el AK, terminando la entrevista con una invitación a una cena en El Cairo. Además, noticias llegadas a través de declaraciones de prisioneros e interceptadas por nosotros, confirman la perplejidad de los ingleses en Egipto, y tenemos razón al pensar que su orgullosa seguridad ha declinado enormemente.
27 de junio de 1942.-
El General me encarga informarle de que sus planes han obtenido el visto bueno de Roma, por intervención directa del Führer. Este ha escrito una larga carta a Mussolini, inspirada, sin duda ninguna, en el informe del General.
Fuente:
Crónica Militar y Política de la Segunda Guerra Mundial – Edita Sarpe – Tomo 3 – pag 806-807
De las "Memorias de Rommel" en Africa
Moderador: Antonio
Hola a Todos:
Las lineas que siguen son tomadas de sus memorias, tratan sobre los más aciagos días para el DAK en que la sombra de la completa aniquilación se cernía sobre ellos. He omitido los detalles de las operaciones militares centrándome mas bién en otro tipo de circunstancias que también influían de forma decisiva en los acontecimientos que se desarrollaban en esos momentos.
[1 de Noviembre 1942.
[…]Los ingleses habían utilizado hasta ahora sólo unas cuantas de sus divisiones, y disponían de 800 tanques que ahora estaban reuniendo ante las lineas del sector norte, para un ataque decisivo. Por nuestro lado teníamos solo 90 carros alemanes y 140 italianos. Como consideraban en Roma la situación, queda demostrado por la carta de Caballero, recibida la tarde del 1 de Noviembre.
"Al Mariscal Rommel:
El Duce me autoriza a transmitirle su más profundo aprecio, después del victorioso contraataque dirigido personalmente por usted. El Duce le expresa ahora su completa confianza en que la batalla que ahora se libra llegue a una feliz conclusión, bajo su mando.-Ugo Cavallero".
Pronto comprendimos que el cuartel general del fuhrer no estaba mejor informado de la situación en África. A veces resulta contraproducente el disfrutar de cierta reputación militar. Uno sabe hasta donde puede llegar, pero los demás esperan milagros y atribuyen cualquier derrota a una absoluta falta de interés.
2 de Noviembre 1942.
"Queridísima Lu:
Otra vez padecemos dura lucha, no muy favorable a nuestras armas. El enemigo nos esta obligando a abandonar lentamente las posiciones, con su enorme superioridad numérica. Esto significara el fin. Puedes imaginar mis sentimientos. Un ataque aéreo sucede a otro, y a otro, y a otro".
Aquella noche se hizo evidente que los ingleses concentraban sus blindados de segunda linea en el punto de penetración. La destrucción final se cernía sobre nosotros. Al AK le quedaban únicamente 35 tanques.
Había llegado el momento de retroceder hasta la linea de Fuka.[…]Teniendo en cuenta que los ingleses se habían mostrado vacilantes y que todas sus operaciones fueron de una cautela incomprensible esperé poder salvar al menos una parte de nuestra infantería.
3 de Noviembre 1942.
A la una y media llego una orden del Fuhrer, que decía aproximadamente así:
"Al mariscal Rommel:
En la situación actual no queda otra alternativa que la de resistir hasta el máximo, arrojando a la batalla a todos los cañones y hombres disponibles. Se están realizando los mayores esfuerzos para ayudarlos. A pesar de su superioridad, el enemigo debe hallarse también al cabo de sus fuerzas. No sería la primera vez en la historia en que la energía y la voluntad triunfaron sobre los mas nutridos batallones. No puede mostrar a sus tropas más camino que el de la victoria o la muerte.-Adolf Hitler".
Aquella orden exigía de nosotros lo imposible. Incluso el soldado más valiente nada puede hacer contra una bomba. A pesar de la claridad de nuestros partes, no se comprendía en el cuartel general del fuhrer la situación auténtica en el Norte de África. No eran ordenes, sino armas, gasolina y aviones lo que necesitabamos. El golpe nos tenia atónitos, y por primera vez me encontraba sin saber qué hacer. Una especie de apatía se apoderó de nosotros mientras cursábamos la orden de resistir, según la carta recibida de la suprema autoridad. Me vi obligado a ello, puesto que siempre había exigido a los demás una obediencia incondicional, y ahora debía aplicarme el mismo principio. De haber sabido lo que iba a ocurrir, habría actuado de manera muy distinta, ya que a partir de entonces tuvimos que soslayar multitud de ordenes del Fuhrer o del Duce, con el fin de salvar al ejercito de su destrucción. Pero aquella vez la interferencia de las autoridades superiores en la conducta táctica de las operaciones nos causo un estupor considerable.
La noche del 3 de Noviembre transcurrió también sin movimientos dignos de mención por parte de los ingleses. Aquello representaba un tiempo precioso para nosotros, ya que entretanto hubiésemos podido retirar hasta Fuka el grueso de nuestras fuerzas, sufriendo pocas bajas. No me había atrevido a imaginar siquiera tal amabilidad por parte del jefe inglés. Sin embargo no pudimos aprovecharla.
4 de Noviembre 1942.
El cuerpo panzer solo tenia 20 en situación de combatir.
El mariscal Kesselring llegó por la mañana a mi puesto de mando. Como intuí que la optimista actitud del fuhrer debía basarse en los partes de la Luftwaffe, tuvo lugar un intercambio de frases airadas. Kesselring creía que la experiencia en el este había servido al fuhrer para confirmarle en su opinión de que en situaciones parecidas era preciso sostenerse a toda costa. Le respondí con toda claridad: Hasta el presente, he dado por descontado que el mando de este ejercito era de mi absoluta incumbencia. La desventurada orden ha caído aquí como una bomba. No se puede aplicar ciegamente la experiencia de Rusia a la guerra de África. Debían haberme dejado libertad para decidir.
Pero la orden se basaba en otros factores..., como más tarde comprenderíamos con toda claridad. Por paradójico que pueda parecer, en el cuartel general del fuhrer se tenia la costumbre de subordinar los intereses militares a los de la propaganda. No había nadie capaz de decirle claramente al pueblo alemán y al mundo que El Alamein se había perdido, y creían poder soslayar nuestro destino con una orden de "victoria o muerte".
[…]El frente estaba roto, y las fuerzas enemigas se desbordaban sobre nuestra retaguardia. Las ordenes superiores no nos servían ya de nada. Nuestro deber era salvar lo que pudiéramos. Tras una conversión preliminar con el coronel Bayerlein, que había vuelto a tomar el mando del AK, cursé la orden de retirada.
5 de Noviembre 1942.
La autorización para retirarnos, que había llegado demasiado tarde, insistía sobre nuestro deber de salvar a todas las tropas germano-italianas, especialmente las no motorizadas. Solo podíamos encogernos de hombros, ya que aquello era precisamente lo que la orden original nos había impedido hacer. Si hubiésemos esperado la orden de referencia, no solo hubiéramos perdido la infanteria, sino también las divisiones panzer y motorizadas.]
Fuente: Memorias (los años de derrota) Rommel.
Saludos
Las lineas que siguen son tomadas de sus memorias, tratan sobre los más aciagos días para el DAK en que la sombra de la completa aniquilación se cernía sobre ellos. He omitido los detalles de las operaciones militares centrándome mas bién en otro tipo de circunstancias que también influían de forma decisiva en los acontecimientos que se desarrollaban en esos momentos.
[1 de Noviembre 1942.
[…]Los ingleses habían utilizado hasta ahora sólo unas cuantas de sus divisiones, y disponían de 800 tanques que ahora estaban reuniendo ante las lineas del sector norte, para un ataque decisivo. Por nuestro lado teníamos solo 90 carros alemanes y 140 italianos. Como consideraban en Roma la situación, queda demostrado por la carta de Caballero, recibida la tarde del 1 de Noviembre.
"Al Mariscal Rommel:
El Duce me autoriza a transmitirle su más profundo aprecio, después del victorioso contraataque dirigido personalmente por usted. El Duce le expresa ahora su completa confianza en que la batalla que ahora se libra llegue a una feliz conclusión, bajo su mando.-Ugo Cavallero".
Pronto comprendimos que el cuartel general del fuhrer no estaba mejor informado de la situación en África. A veces resulta contraproducente el disfrutar de cierta reputación militar. Uno sabe hasta donde puede llegar, pero los demás esperan milagros y atribuyen cualquier derrota a una absoluta falta de interés.
2 de Noviembre 1942.
"Queridísima Lu:
Otra vez padecemos dura lucha, no muy favorable a nuestras armas. El enemigo nos esta obligando a abandonar lentamente las posiciones, con su enorme superioridad numérica. Esto significara el fin. Puedes imaginar mis sentimientos. Un ataque aéreo sucede a otro, y a otro, y a otro".
Aquella noche se hizo evidente que los ingleses concentraban sus blindados de segunda linea en el punto de penetración. La destrucción final se cernía sobre nosotros. Al AK le quedaban únicamente 35 tanques.
Había llegado el momento de retroceder hasta la linea de Fuka.[…]Teniendo en cuenta que los ingleses se habían mostrado vacilantes y que todas sus operaciones fueron de una cautela incomprensible esperé poder salvar al menos una parte de nuestra infantería.
3 de Noviembre 1942.
A la una y media llego una orden del Fuhrer, que decía aproximadamente así:
"Al mariscal Rommel:
En la situación actual no queda otra alternativa que la de resistir hasta el máximo, arrojando a la batalla a todos los cañones y hombres disponibles. Se están realizando los mayores esfuerzos para ayudarlos. A pesar de su superioridad, el enemigo debe hallarse también al cabo de sus fuerzas. No sería la primera vez en la historia en que la energía y la voluntad triunfaron sobre los mas nutridos batallones. No puede mostrar a sus tropas más camino que el de la victoria o la muerte.-Adolf Hitler".
Aquella orden exigía de nosotros lo imposible. Incluso el soldado más valiente nada puede hacer contra una bomba. A pesar de la claridad de nuestros partes, no se comprendía en el cuartel general del fuhrer la situación auténtica en el Norte de África. No eran ordenes, sino armas, gasolina y aviones lo que necesitabamos. El golpe nos tenia atónitos, y por primera vez me encontraba sin saber qué hacer. Una especie de apatía se apoderó de nosotros mientras cursábamos la orden de resistir, según la carta recibida de la suprema autoridad. Me vi obligado a ello, puesto que siempre había exigido a los demás una obediencia incondicional, y ahora debía aplicarme el mismo principio. De haber sabido lo que iba a ocurrir, habría actuado de manera muy distinta, ya que a partir de entonces tuvimos que soslayar multitud de ordenes del Fuhrer o del Duce, con el fin de salvar al ejercito de su destrucción. Pero aquella vez la interferencia de las autoridades superiores en la conducta táctica de las operaciones nos causo un estupor considerable.
La noche del 3 de Noviembre transcurrió también sin movimientos dignos de mención por parte de los ingleses. Aquello representaba un tiempo precioso para nosotros, ya que entretanto hubiésemos podido retirar hasta Fuka el grueso de nuestras fuerzas, sufriendo pocas bajas. No me había atrevido a imaginar siquiera tal amabilidad por parte del jefe inglés. Sin embargo no pudimos aprovecharla.
4 de Noviembre 1942.
El cuerpo panzer solo tenia 20 en situación de combatir.
El mariscal Kesselring llegó por la mañana a mi puesto de mando. Como intuí que la optimista actitud del fuhrer debía basarse en los partes de la Luftwaffe, tuvo lugar un intercambio de frases airadas. Kesselring creía que la experiencia en el este había servido al fuhrer para confirmarle en su opinión de que en situaciones parecidas era preciso sostenerse a toda costa. Le respondí con toda claridad: Hasta el presente, he dado por descontado que el mando de este ejercito era de mi absoluta incumbencia. La desventurada orden ha caído aquí como una bomba. No se puede aplicar ciegamente la experiencia de Rusia a la guerra de África. Debían haberme dejado libertad para decidir.
Pero la orden se basaba en otros factores..., como más tarde comprenderíamos con toda claridad. Por paradójico que pueda parecer, en el cuartel general del fuhrer se tenia la costumbre de subordinar los intereses militares a los de la propaganda. No había nadie capaz de decirle claramente al pueblo alemán y al mundo que El Alamein se había perdido, y creían poder soslayar nuestro destino con una orden de "victoria o muerte".
[…]El frente estaba roto, y las fuerzas enemigas se desbordaban sobre nuestra retaguardia. Las ordenes superiores no nos servían ya de nada. Nuestro deber era salvar lo que pudiéramos. Tras una conversión preliminar con el coronel Bayerlein, que había vuelto a tomar el mando del AK, cursé la orden de retirada.
5 de Noviembre 1942.
La autorización para retirarnos, que había llegado demasiado tarde, insistía sobre nuestro deber de salvar a todas las tropas germano-italianas, especialmente las no motorizadas. Solo podíamos encogernos de hombros, ya que aquello era precisamente lo que la orden original nos había impedido hacer. Si hubiésemos esperado la orden de referencia, no solo hubiéramos perdido la infanteria, sino también las divisiones panzer y motorizadas.]
Fuente: Memorias (los años de derrota) Rommel.
Saludos
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein
Para complementar el post anterior transcribo a continuación las impresiones de Liddell Hart (que es el editor de sus memorias) sobre esta retirada. Quiero subrayar que en mi opinión personal, la retirada que hizo Rommel del Alamein fue sin ninguna duda una de sus mayores hazañas en el terreno militar y es que las grandezas o miserias de un general no sólo se demuestran en sus victorias sino también en sus derrotas y en realidad ese es el motivo de ambos post.
[Tras haber roto el frente enemigo la 1ª y la 10ª divisiones acorazadas recibieron orden de dirigirse al Nordeste y llegar por la ruta costera a Daba y Galal. La 7ª acorazada y la neozelandesa, con elementos blindados, fueron enviadas a Fuka, en amplio movimiento por el desierto.
Al atardecer del 4 de Noviembre, estas unidades de persecución se encontraban mucho más allá que el maltrecho ejercito de Rommel, cuya retirada se había retrasado por una orden de Hitler. A la tarde siguiente, el grueso de las fuerzas restantes alemanas motorizadas se las había compuesto para deslizarse a través de una serie de emboscadas, y se hallaba en situación de escapar. No es fácil comprender como consiguió zafarse a los ataques aéreos y terrestres, en vista del desorden y la confusión reinantes en la carretera.
Más tarde, el fracaso en impedir la retirada se atribuyó a la lluvia. Montgomery dice, en su relato de los acontecimientos, que "sólo la lluvia del 6 y 7 pudo salvar al enemigo de una completa aniquilación". Los chubascos, que empezaron la noche del 6, ayudaron a escapar a Rommel, aunque por entonces sus posibilidades habían mejorado bastante. El momento crucial de la persecución tuvo lugar durante el día y la noche del día 4, cuando el repliegue parecía imposible. Pero mientras las tropas del eje veíanse espoleadas por la desesperación, las de Montgomery se retrasaban por una reacción natural tras los duros y prolongados esfuerzos de la reciente batalla. Por otra parte, la reputación de Rommel inducía a cierta cautela. Los movimientos decisivos quedaron retardados al hacer alto durante la noche, para evitar confusiones, en vez, de lanzarse en masa a bloquear la carretera.
Durante las siguientes etapas, la persecución se dificultó no sólo por el barro, sino por la falta de gasolina para mantener el ritmo inicial.]
[Tras haber roto el frente enemigo la 1ª y la 10ª divisiones acorazadas recibieron orden de dirigirse al Nordeste y llegar por la ruta costera a Daba y Galal. La 7ª acorazada y la neozelandesa, con elementos blindados, fueron enviadas a Fuka, en amplio movimiento por el desierto.
Al atardecer del 4 de Noviembre, estas unidades de persecución se encontraban mucho más allá que el maltrecho ejercito de Rommel, cuya retirada se había retrasado por una orden de Hitler. A la tarde siguiente, el grueso de las fuerzas restantes alemanas motorizadas se las había compuesto para deslizarse a través de una serie de emboscadas, y se hallaba en situación de escapar. No es fácil comprender como consiguió zafarse a los ataques aéreos y terrestres, en vista del desorden y la confusión reinantes en la carretera.
Más tarde, el fracaso en impedir la retirada se atribuyó a la lluvia. Montgomery dice, en su relato de los acontecimientos, que "sólo la lluvia del 6 y 7 pudo salvar al enemigo de una completa aniquilación". Los chubascos, que empezaron la noche del 6, ayudaron a escapar a Rommel, aunque por entonces sus posibilidades habían mejorado bastante. El momento crucial de la persecución tuvo lugar durante el día y la noche del día 4, cuando el repliegue parecía imposible. Pero mientras las tropas del eje veíanse espoleadas por la desesperación, las de Montgomery se retrasaban por una reacción natural tras los duros y prolongados esfuerzos de la reciente batalla. Por otra parte, la reputación de Rommel inducía a cierta cautela. Los movimientos decisivos quedaron retardados al hacer alto durante la noche, para evitar confusiones, en vez, de lanzarse en masa a bloquear la carretera.
Durante las siguientes etapas, la persecución se dificultó no sólo por el barro, sino por la falta de gasolina para mantener el ritmo inicial.]
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein
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Gaetano La Spina
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- Registrado: Sab Dic 02, 2006 11:02 pm
- Ubicación: CARACAS VENEZUELA
saludos!
Felicitaciones por este foro!
Yo también me he centrado un poco en las memorias de Rommel, para algunos escrito que he hecho, me gustaría añadirlas a este foro:
la idea de lo que escribo es demostrar la efectividad del apoyo aéreo, a través de las vivencias de algunos protagonistas, quién mejor que Rommel!
El 6 de febrero de 1941, se formó el contingente alemán en África , el Deutsches Afrika Korp, comandado por el teniente general, ex jefe de la séptima división Panzer, Erwin Rommel. Durante las dos semanas siguientes llegaron los primeros componentes del Afrika Korps, contando con los aviones de transporte Junkers Ju 52, siendo apoyados por los Bf 110 C-4 y los Bf 110D-3, estos últimos equipados con depósitos subalares de combustible, para la escolta de los lentos convoyes.
En seguida el general Rommel tuvo que solicitar apoyo aéreo para poner en práctica sus métodos de Blitzkrieg en África, que tan buenos resultados le dieron en Francia: “Partí en vuelo hacía Catania (Sicilia), el 11 de febrero, donde me entrevisté con el general Geissler, jefe del X Cuerpo de la Luftwaffe […]. Le solicité que atacara el puerto de Bengasi aquella misma noche, y a la mañana siguiente enviara bombarderos contra las columnas inglesas al sudoeste de la ciudad. Al principio, el general Geissler no quiso oir de tal cosa. Al parecer, los italianos le habían rogado que no bombardeara Bengasi, porque muchos militares y funcionarios civiles poseían sus casas allí. Ante esto perdí la paciencia, y aquella misma noche el coronel Schmundt se comunicaba con el Cuartel General del Führer recibiendo autorización para continuar el plan. Horas mas tarde los primeros bombarderos alemanes despegaban con la misión de interrumpir los suministros británicos a Bengasi.”
Vemos como la colaboración entre la aviación y el ejército se fue haciendo menos estrecha, dependiendo ahora de los intereses de los aliados italianos, debiéndose tomar las decisiones desde Berlín, esto le restaría algo de eficacia al sistema de ataque Blitzkrieg.
Yo también me he centrado un poco en las memorias de Rommel, para algunos escrito que he hecho, me gustaría añadirlas a este foro:
la idea de lo que escribo es demostrar la efectividad del apoyo aéreo, a través de las vivencias de algunos protagonistas, quién mejor que Rommel!
El 6 de febrero de 1941, se formó el contingente alemán en África , el Deutsches Afrika Korp, comandado por el teniente general, ex jefe de la séptima división Panzer, Erwin Rommel. Durante las dos semanas siguientes llegaron los primeros componentes del Afrika Korps, contando con los aviones de transporte Junkers Ju 52, siendo apoyados por los Bf 110 C-4 y los Bf 110D-3, estos últimos equipados con depósitos subalares de combustible, para la escolta de los lentos convoyes.
En seguida el general Rommel tuvo que solicitar apoyo aéreo para poner en práctica sus métodos de Blitzkrieg en África, que tan buenos resultados le dieron en Francia: “Partí en vuelo hacía Catania (Sicilia), el 11 de febrero, donde me entrevisté con el general Geissler, jefe del X Cuerpo de la Luftwaffe […]. Le solicité que atacara el puerto de Bengasi aquella misma noche, y a la mañana siguiente enviara bombarderos contra las columnas inglesas al sudoeste de la ciudad. Al principio, el general Geissler no quiso oir de tal cosa. Al parecer, los italianos le habían rogado que no bombardeara Bengasi, porque muchos militares y funcionarios civiles poseían sus casas allí. Ante esto perdí la paciencia, y aquella misma noche el coronel Schmundt se comunicaba con el Cuartel General del Führer recibiendo autorización para continuar el plan. Horas mas tarde los primeros bombarderos alemanes despegaban con la misión de interrumpir los suministros británicos a Bengasi.”
Vemos como la colaboración entre la aviación y el ejército se fue haciendo menos estrecha, dependiendo ahora de los intereses de los aliados italianos, debiéndose tomar las decisiones desde Berlín, esto le restaría algo de eficacia al sistema de ataque Blitzkrieg.
"Y él (Zeus), de su cabeza, dió a luz a Atenea de ojos glaucos, terrible, belicosa, conductora de ejércitos, invencible y augusta; a quién le encantan los tumultos, guerras y batallas" Hesíodo "Teogonía"
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Von Richardsen
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Yo he tenido la oportunidad de leer las Memorias de Rommel, publicadas en la Argentina por el Círculo Militar, y puedo decir de ellas que constituyen un vívido relato de las experiencias vividas por el Zorro del Desierto en sus campañas, aparte de los apéndices que él mismo escribió sobre cómo debieron plantearse ciertas estrategias (sobre todo el apartado donde describe cómo se debería haber defendido Normandía)
Recomiendo su lectura.
Un cordial saludo.
Recomiendo su lectura.
Un cordial saludo.
Return to castle Wolfenstein inmediately. Notify Herr Himmler. We found him!
Yo he leido las memorias, he de confesar que a trozos sueltos, pero aproximadamente la mitad de todas ellas, según los capítulos. Se que parecerá extraño, pero a mi me gustó más el libro Con Rommel en el desierto de Schmidt. En las memorias se pone de manifiesto ciertamente el caràcter temperamental y hiperactivo de Rommel, aunque el tono es un poco autojustificante ( el capitulo referido a la toma de Tobruk es esclarecedor en este tema).
Saludos.
Saludos.
Yo las he leido,dos o tres veces por la admiracion que hace mucho tiempodesperto en mi Erwin Rommel.No me han decepcionado en absoluto.Muy poquitos militares,logran dar a sus memorias este tono de claridad y exento de autobombo.Ademas,tengamos en cuenta,que se escribieron en su mayor parte,durante la contienda no despues como tantos otros lo han hecho.Digo esto,porque muchos generales adornan,dulcifican y directamente exageran o mienten sobrelos acontecimiemtos belicos,en sus memorias a poteriori.Y no miro a nadie.Un saludo.
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sopas
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Yo tengo las memorias de Rommel en inglés (The Rommel Papers) de la Editorial Da Cappo, editadas por Liddel Hart. Excelente libro. Lo bueno que tiene es que es narrado practicamente en el mismo momento de los hechos ya que Rommel aprovechaba para escribir a su esposa casi a diario cuando tenía un momento libre en el frente.
También hay un capítulo titulado "Rules of Desert Warfare" creo recordar, que es una autentica joya y cuyos principios debería estar en cualquier academia militar en mi opinión.
Un saludo
También hay un capítulo titulado "Rules of Desert Warfare" creo recordar, que es una autentica joya y cuyos principios debería estar en cualquier academia militar en mi opinión.
Un saludo
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Eisenhower
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- Registrado: Mar Jul 07, 2009 4:56 am
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De las "Memorias de Rommel" en Africa
Muy bueno.tratare de fijarme si hay algun libro de memorias en argentina.
Saludos
Saludos
Con esta división cruzó el río y reconquistó con una fuerza de 10.000 fusileros el Mamaev Kurgan, la cota principal de Stalingrado desde donde se dominaba toda la ciudad, los pocos supervivientes juraron que su determinación "fluía de Rodimtsev", hicieron también la promesa: "No hay tierra para nosotros más allá del Volga", "
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Eriol
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- Registrado: Dom Ago 17, 2008 10:51 pm
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De las "Memorias de Rommel" en Africa
Hola!!sopas escribió:También hay un capítulo titulado "Rules of Desert Warfare" creo recordar, que es una autentica joya y cuyos principios debería estar en cualquier academia militar en mi opinión.
Un saludo
Quizas te refieras a las reglas para el combate en el desierto que estan en el segundo mensaje de este tema creado por mi hace tiempo para traer al foro los pensamientos tacticis/estrategicos de este gran Hombre.
viewtopic.php?f=34&t=10376&start=0
Saludps
Una vision; un propósito;un sueño...Siempre.
De las "Memorias de Rommel" en Africa
Eisenhower, tenes publicadas las memorias en Argentina, una de las ediciones es del circulo militar, y hay alguna mas seguro, esta en 2 tomos, tomo 1: años de victoria, tomo 2: años de derrota; Todavia no lo tengo, pero espero conseguirlos pronto. saludos.
Re: De las "Memorias de Rommel" en Africa
Muy buen material
Re: De las "Memorias de Rommel" en Africa
Si muy buen material soy admirador de Erwin Rommel
TEST