Etiopía,Somalia y el golfo de Adén

La guerra en el Continente Africano

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tigre
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Re: Wingate en Etiopía.

Mensaje por tigre » Dom Oct 12, 2008 2:43 pm

Hola a todos :-D; aquí va el final de esta historia...............

La Victoria.

El próximo blanco importante en su marcha hacia la capital Addis Ababa era el fuerte de Debra Markos, nuevamente su táctica consistía en sobrepasar el fuerte y golpear las líneas de comunicaciones sobre la ruta a la capital para luego huir; tenía confianza en lograr el éxito con su fuerza de menos de 1000 hombres contra los 10.000 regilares y auxiliares indígenas de los italianos. Al igual que en Dombacha tuvo inconvenientes con Platt y Sandford para imponer sus ideas, mientras tanto se dedicó a fortalecer las rutas logísticas.

Durante todo el mes de Marzo de 1941, ambas fuerzas chocaron varias veces a lo largo de la ruta a la ciudad capital y en los alrdedores del fuerte. El nuevo comandante italiano tenía una personalidad más aguerrida e incluso los itálicos lanzaron pequeños contraataques.

Sin embargo los esfuerzos británicos en Africa Oriental daban sus frutos y tras una intensa lucha en Keren el resto de Eritrea cayó en manos aliadas; además desde Somalía otras fuerzas británicas se acercaban ya a Addis Ababa, esto sumado a las pérdidas sufridas hasta el momento obligó a los mandos italianos a evacuar Gojjam en el mes de Abril de 1941. Las fuerzas de Debra Markos debían retirarse a través del río Nilo Azul hacia el noreste a Dessie a unos 800 kilómetros por carretera.

Sin embargo la fuerza principal italiana en los alrededores de Dessie encontró sus rutas de repliegue bloqueadas y minadas por los destacamentos de los centros operacionales enviados anteriormente por Wingate. Estas fuerzas fueron obligadas a rendirse a las tropas regulares británicas en avance hacia fines de Abril de 1941.

El 06 de Abril de 1941, el Emperador entró en Debra Markos y el mismo día tropas regulares británicas entraron en Addis Ababa. Mientras inspeccionaba el fuerte sonó un teléfono conectado todavía a un centro de comunicaciones italianas cerca del Nilo Azul, Wingate instruyó a un corresponsal de guerra norteamericano, que hablaba italiano, para que haciéndose pasar por el doctor del fuerte informara que efectivos del orden de una división británica de dirigían hacia el río. Con este estratagema las posiciones sobre el río fueron abandonadas pero las milicias locales que debían atacar a las fuerzas italianas en el momento de cruzar el río no efectuaron movimiento alguno, es que ahora que luchaban las tropas regulares muchos milicianos se preguntaban, después de cuatro años de lucha, para que hacerse matar en los últimos minutos?.

El 05 de Mayo de 1941 la Fuerza “Gideón” se unió al Emperador Haile Sellassie en Addis Ababa la capital para participar en una parada y desfile militar de la victoria. Detrás del vehículo que conducía al Emperador desfiló Wingate en un caballo blanco escoltado por una compañía del Batallón Etíope.

Encontrando la ruta a Dessie bloqueada, la fuerza en retirada desde Debra Markos buscó su salvación a campo traviesa perseguida por la fuerza “Gideón” a través de rocosas sendas, cañadones y ríos mientras otra fuerza liderada por Thesiger trataba de adelantarse a los italianos en retirada. Wingate recibió ordenes de Cunningham de cesar la persecución y ayudar a las tropas regulares pero manifestó que no podía descifrar el mensaje y cortó las comunicaciones. El 18 de Mayo de 1941 a 9000 pies de altura sobre la meseta de Debra Sina el grueso de las tropas italianas fue encerrada entre las fuerzas de Wingate y Thesiger. Los italianos resistieron efectivamente hasta el 21 de Mayo de 1941 cuando temiendo las represalias etíopes el Comandante italiano aceptó los términos fijados por Wingate.

El 01 de Junio de 1941, se le ordenó volar al Cuartel General del General Cunningham haciéndosele saber que la Fuerza “Gideón” oficialmente había dejado de existir. Según se dijo Cunningham temía que Orde Wingate se involucrara en política. El 02 de Junio de 1941, Wingate dejó Addis Ababa.

Fuente: http://members.aol.com/ordewingate/ethiopia.html

Saludos. Raúl M 8).
Irse a pique, antes que arriar el pabellón. Alte G. Brown.

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Campaña de Abisinia.

Mensaje por Cougar_plus » Vie Mar 26, 2010 12:17 am

Campaña de Abisinia, enero-mayo de 1941.

Los británicos (Teniente General Sir William Platt y Teniente General Sir Alan Cunningham) mandaron cerca de 30.000 soldados a Eritrea, Somalía y Abisinia contra tropas italianas formadas por 220.000 hombres. las tropas británicas contaron con la ayuda de sus fuerzas navales, aéreas y terrestres, así como de un grupo de tribus nativas para someter al ejercito italiano. los británicos atacaron desde tres posiciones diferentes, teniendo como punto de convergencia Addis Abeba.
La fortaleza de Keren cayo en manos británicas el 26 de marzo, tras un cerco de siete semanas y 3.000 bajas. Ese mismo día llegaron refuerzos por mar a Berbera, en el sudeste. El ataque principal tuvo lugar desde Kenia, desde donde las fuerzas armadas de Cunningham tomaron Addis Abeda el 4 de abril. El Duque de Aosta hizo un ultimo intento en Amba Alagi para evitar que las tropas británicas consiguieran refuerzos en Libia. Cunningham y Platt acabaron con cualquier resistencia el 19 de mayo. El ejercito de Cunningham capturo 50.000 prisioneros y ocupo 932.000 km2 de territorio con un coste ínfimo: 135 bajas, 310 heridos, 52 desaparecidos y 4 soldados capturados. La 1ª Brigada de África del Sur combatió durante cinco días en el Paso de Combaltio, perdiendo diez hombres y capturando 8.000 prisioneros . Al final de la campaña, los británicos tánicos habían destruido casi la totalidad de los ejércitos italianos con todo su equipo y ocupaban un territorio de cerca de 3.000.000Km2.


Brassey´s Dictionnary of Battles John Laffin
Diccionarios Salvat

P.D: Mi primer aporte, espero que les guste camaradas.
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El patriotismo en el campo de batalla consiste en conseguir que otro desgraciado muera por su país antes de que consiga que tu mueras por el tuyo.( George Smith Patton Junior)

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ERITREA Y ETIOPÍA ENERO-NOVIEMBRE 1941

Mensaje por Melgarejo » Jue Oct 07, 2010 10:01 pm

¡Un saludo a todos los foristas! este es un artículo del periodista Pieter Lessing, publicado en unos fascículos con el título de “Así fue la segunda guerra mundial” de la Editorial Noguer en 1973, ANESA en Sudamérica. Bueno, ahí les va:

LA CAÍDA DEL IMPERIO MUSSOLIANO
ERITREA Y ETIOPÍA ENERO-NOVIEMBRE 1941


También aquí, como anteriormente ocurriera en Somalia, tanto los ingleses como los italianos sobrevaloraron las fuerzas del adversario; sin embargo, los combates asumieron un carácter mucho más decisivo y totalmente nuevo. No fue una victoria fácil la que los ingleses alcanzaron sobre las tropas del virrey de Etiopía. Con desusado respeto, los vencedores concedieron a los hombres de éste los honores militares y, por primera vez, los ingleses se vieron forzados a reconsiderar la no muy buena opinión que se habían formado del soldado italiano.

Incluso antes de que el triunfo inglés en Somalia fuese total, el general Cunningham decidió comenzar el avance en Etiopía. Esta rapidez era importante en por tres razones. La primera razón era que no sabía aún cuando se vería obligado a ceder parte de sus hombres, ni cuantos, pues su presencia era absolutamente necesaria en Oriente Medio. La segunda, que, si bien el derrumbamiento de Somalia había debilitado parcialmente a su adversario, si dejaba transcurrir demasiado tiempo le ofrecería la posibilidad de reorganizarse y cobrar nuevos ímpetus. Y la tercera era que, a fines de abril o comienzos de mayo, en Etiopía comenzaban las grandes lluvias, lo que haría prácticamente imposible cualquier movimiento.

Un anterior sondeo efectuado en el confín meridional etíope, a través del espantoso desierto de lava de Chalbi, había demostrado a los ingleses que el plan de una invasión desde el sur era irrealizable, puesto que presuponía, como condición esencial del éxito, la colaboración de las tribus etíopes, las cuales, por el contrario, se habían revelado netamente hostiles.

Una segunda intentona, en plan de experimento, de penetrar en Etiopía desde Kenya solo pudo emprenderse cuando la caída de Chisimaio reveló la debilidad de los italianos. Este intento lo realizaron dos brigadas sudafricanas, las cuales, después de atravesar la frontera al norte de Marsabit, treparon por los abruptos costados de los montes, dirigiéndose hacia Mega, ciudad etíope del interior, situada a 64 Km de la frontera y a 2100 metros sobre el nivel del mar. Los sudafricanos la atacaron el 18 de febrero, encontrando escasa resistencia; tanto es así que la guarnición se rindió al cabo de pocas horas.

Sólo entonces se llegó a la decisión definitiva de una invasión de Etiopía meridional. Sin embargo la única carretera transitable que llevaba desde Mega hacia el norte era tortuosa y discurría en medio de montañas, en tanto que la inminente caída de Mogadiscio, en Somalia, ofrecía la posibilidad de un recorrido más fácil. Por ello el peso de la acción no se centró en Mega, sino que las tropas inglesas se lanzaron en persecución de los italianos que se retiraban de Somalia.

El duque de Aosta, preocupado en prevenir un probable avance de los sudafricanos, ordenó al general Simone, que se estaba retirando desde Mogadiscio hacia Etiopía, que enviara una división al suroeste de Negele por la única carretera transitable que procedía de Mega. Pero el resultado de esta maniobra fue la debilitación del grueso de las fuerzas italianas en dirección del avance británico desde Somalia.

La misión de perseguir a las tropas del general de Simone se confió a la División 11 africana, del general de división Wetherall, a la que se agregaron la 1° Agrupación de Brigada sudafricana y la brigada 22 de África Oriental. La División 11 comprendía, además, la Brigada 23 nigeriana y algunos destacamentos sudafricanos de artillería de campaña y pesada, pudiendo contar asimismo durante esta acción con un eficaz apoyo aéreo.

La carretera que lleva de Mogadiscio a Jijiga, localidad hacia la que se estaban retirando los italianos, transcurre a lo largo de 640Km a través de las llanuras somalíes, cubiertas de rocas lávicas y de matas. Después, a unos 320 Km más allá de la frontera, en territorio etíope, alcanza los contrafuertes montañosos del interior y asciende bruscamente hacia Jijiga, a más de 3000 metros de altitud. En todo su recorrido no se encontraban abastecimientos de ninguna clase, por lo que era necesario llevarlo todo, incluso el agua.

La División 11 africana acosaba la retirada tan de cerca que los italianos ni siquiera intentaron resistir hasta haber sobrepasado Jigiga, que fue abandonada el 17 de marzo.

A más de 30 Km al oeste de esta localidad, la carretera que lleva a Harrar, importante capital de la región, atraviesa una estrecha garganta: el paso de Marda; y 96 Km más adelante, en dirección oeste, pasa a través de una nueva estrangulación, el paso de Babile. Ambos pasos se prestaban magníficamente para la defensa, por cuanto no permitían el envolvimiento, y por ello lo eligieron los italianos para oponer una decidida resistencia.

El 21 de marzo, a primeras horas de la mañana, la artillería sudafricana realizó una potente preparación contra las posiciones italianas del citado paso de Marda. Al mediodía los nigerianos, avanzaron, deslizándose por un terreno descubierto y bajo un fuego intenso y bajo un fuego intenso pero poco preciso que, sin embargo, sirvió para redactar considerablemente el avance. Ganaron poco terreno durante la tarde, y al caer la noche un destacamento había alcanzado una posición dominante al lado derecho de la carretera, desde la cual se podía dar el asalto a la cumbre. Este pequeño grupo recibió refuerzos durante la noche, pues se pensaba expugnar la cima a la mañana siguiente. Pero a las primeras luces del alba los atacantes se percataron de que las posiciones estaban desguarnecidas: en efecto, durante la noche los italianos se habían retirado para oponer resistencia en el paso de Babile.

Inmediatamente se reemprendió la persecución, y al mediar la tarde habían recorrido 96 Km. Una vez más, la velocidad del ataque halló a los italianos desprevenidos, pues las posiciones defensivas del paso Babile no se habían guarnecido todavía. Tras intensas acciones en la retaguardia, los italianos se retiraron otros 16 Km, hasta las orillas del Bisidimo; pero los nigerianos los volvieron a alcanzar antes de que hubieran podido organizar la defensa. De nuevo se retiraron los italianos tras otra acción diversiva, con el fin de ganar tiempo. Harrar, a solo 19 Km de distancia, estaba guarnecida por tres brigadas italianas, de modo que los perseguidores encontraban encontrar allí una fuerte resistencia; pero mientras los nigerianos se encontraban aún en el río Bisidimo, los italianos, no se sabe por qué inexplicable motivo, declararon Harrar ciudad abierta.

A 80 Km de dicha ciudad, en dirección Noroeste, se encuentra Dire Daua, importante centro administrativo donde residía una numerosa comunidad italiana. Las tropas británicas se hallaban todavía a gran distancia de este punto cuando encontraron a un grupo de italianos, portadores de un mensaje urgente dirigido al general Wetherrall, pidiendo que se acelerase la entrada de sus tropas en la ciudad, pues la guarnición militar acababa de retirarse y bandas etíopes se habían lanzado contra la población civil y se entregaban a las mayores violencias.

Las carreteras no estaban entonces transitables para los vehículos y éste es uno de los aspectos más sorprendentes de aquella campaña – por que los italianos las habían bloqueado o destruido parcialmente; pero un destacamento de tropas sudafricanas avanzó a pie y llegó a Dire Daua, donde se trabó el único combate de toda la campaña que se desarrolló en las calles de una ciudad. Los etíopes estaban bien armados y los sudafricanos emplearon un día y una noche para poder dominarlos e instaurar una apariencia de orden.

Tanto el Alto Mando inglés como el italiano se impresionaron profundamente ante las atrocidades cometidas por los etíopes y, en particular, por las violencias contra las mujeres; hasta tal punto, que los sucesos de Dire Daua tuvieron una influencia definitiva en las subsiguientes decisiones al respecto al destino de Addis Abeba.

Mientras tanto la guarnición se había retirado de Dire Daua intentaba abrirse paso al Suroeste, a través de caminos de montaña, dirigiéndose hacia el río Awash, que distaba 250 Km y estaba a medio camino de de la capital; abrigaban la esperanza de no ser descubiertos, porque pensaban que las obstrucciones en las carreteras habrían retardado considerablemente el avance británico. Sin embargo, la 1° Agrupación de Brigada sudafricana, que se encontraba entonces en vanguardia, se lanzó hacia adelante, a lo largo de la carretera y en un trayecto de 160 Km, y mientras los italianos estaban avanzando todavía trabajosamente a través de las montañas, ellos habían llegado ya a las proximidades del Awash. Por su parte, la 22 Brigada británica de África Oriental rebasó a la Agrupación sudafricana y alcanzó el río antes que la guarnición italiana. Sin ninguna demora remontó el curso y, bajo la protección del tiro de artillería, los hombres se afanaron por establecer una pequeña cabeza de puente en la orilla opuesta. Bajo esta cortina protectora, los ingenieros sudafricanos lograron improvisar un puente.

Addis Abeba se encontraba ya a solo 240 Km de distancia.
Pieter Lessing /“Así fue la segunda guerra mundial” /Editorial Noguer 1973, ANESA Buenos aires

Ejemm… prometo terminar de trascribir el resto del artículo y subir los gráficos. Hasta entonces…
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Mensaje por Paulaner » Sab Oct 16, 2010 8:22 pm

Gracias por la información.

Esa siempre fue una zona estratégica (sigue siéndolo): Eritrea.

Leí sobre el tema en novelas y comics Hugo Pratt, me llamó la atención la tribu de los "Dankalos", fieles a sus códigos y maniqueistas en el tema del Corán.

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Mensaje por Melgarejo » Mié Oct 20, 2010 10:20 pm

Un saludo amigos foroadictos! je je, perdón por el atraso, si... esos exámenes :sgm119: .
Continuamos...

EL FIN DE TODAS LAS ESPERANZAS
En aquel momento el Duque de Aosta decidió renunciar a la defensa de la capital. Profundamente abatido por el desarrollo de los acontecimientos, abandonó toda esperanza de derrotar a los invasores; pero estaba resuelto sin embargo, a mantener legalmente la existencia del Imperio Italiano de África Oriental en espera de que la guerra se decidiese en otro lugar cualquiera. Comunicó a Mussolini que su única esperanza para conseguirlo consistía en resistir en una o más localidades inexpugnables, abandonando todos los sectores expuestos. En su opinión Addis Abeba era indefendible militarmente, y en cualquier caso el mantenimiento de la numerosa población civil redundaría en perjuicio de la reserva de víveres de que disponía.

Para aliviar su propia situación y en bien de la población civil, lo más oportuno sería que esta pasase lo más pronto posible bajo la protección militar inglesa, sobre todo para evitar que en Addis Abeba se repitiese lo que había ocurrido en Dire Daua. Por esta razón el duque ordenó desembarazar de obstáculos la carretera, y dispuso que se dejasen en la ciudad víveres y un grupo de funcionarios civiles, a fin de que los ocupantes pudiesen mantener con eficacia los servicios más urgentes.

Las fuerzas inglesas situadas a orillas del Awash no conocían aún la decisión del virrey; pero recibieron informes de que los italianos, en lugar de retirarse hacia Addis Abeba, se estaban dirigiendo hacia el Suroeste, hacia la inhóspita región de Negele, lejos de su dirección de avance. Por ello, el Mando decidió renunciar a la persecución. Lo importante era entrar lo más pronto posible en la capital y tomar las disposiciones definitivas para el traslado de los efectivos asignados a Egipto, donde había urgente necesidad de refuerzos. Por ulteriores informes, los ingleses supieron que la guarnición italiana había iniciado ya la evacuación de la ciudad, dirigiéndose hacia el Norte.

El general Cunningham, ignorando las intenciones del duque de Aosta, ordenó que los aviones lanzaran sobre Addis Abeba un mensaje, dirigido al virrey y firmado por el general Wavell, que expresaba el temor de que en la capital se repitiesen las atrocidades de Dire Daua e invitaba al duque a colaborar a fin de que se garantizase la seguridad de las mujeres y de los niños. El duque de Aosta respondió asegurando que la administración civil italiana de Addis Abeba prestaría toda la colaboración posible, y que se dejarían cantidades de víveres suficientes para las necesidades más inmediatas.

En las primeras horas del 5 de abril, un enlace de la policía italiana se presentó a las vanguardias inglesas, portando una llamada urgente para que entrasen sin dilación en Addis Abeba. Toda la guarnición italiana se había retirado y los etíopes se estaban conduciendo salvajemente, como había ocurrido en Dire Daua. Corrían peligro sobre todo las mujeres y los niños. Poe ello a la mañana siguiente, una unidad mixta, formada por un contingente de las tres brigadas que habían tomado parte de la persecución, entró en la ciudad.

En ocho semanas, a partir del día en que cruzaron la frontera entrando en la Somalia Italiana, los ingleses habían recorrido 2700 Km por un terreno que en algunos puntos era el más impracticable de África. No habían sostenido combates de envergadura, por lo que sus pérdidas eran exiguas -sólo 501hombres- y bastantes a las provocadas por el clima mal sano y las dificultades naturales.

Los italianos perdieron gran parte del armamento, bagajes y víveres, además de un gran número de prisioneros; pero en combate también sus pérdidas fueron escasas.

Se había ocupado Addis Abeba, pero en África oriental que daba todavía un ejército italiano muy eficaz. El duque de Aosta contaba con él para ulteriores empeños; pero no se explicaba la renuncia a misiones tan decisivas como la defensa de Somalia, de Etiopía sudoriental o de Addis Abeba. El virrey había dado instrucciones precisas a fin de que en ciertos puntos clave –por ejemplo en Giuba, Dire Daua, en los dos pasos de montaña anteriores a Harrar, en las orillas de Awash, todas ellas posiciones estratégicas de primer orden- los defensores opusieron una extremada resistencia; pero ni una de esas órdenes se cumplió. Además, la Aviación italiana, que en esta primera fase estaba aún en condiciones de efectuar un papel importante en las operaciones, prácticamente no lo desempeñó nunca.

Esta actitud pasiva por parte del Ejército italiano no ha encontrado hasta el momento una explicación satisfactoria.
Mientras la ofensiva desencadenada al Sur por el general Cunningham tan espectaculares resultados, en la zona Noroccidental de Etiopía ya estaba en curso otra fase de la campaña, independiente de la primera y conducida de forma muy distinta. En ella participaba el emperador Haile Selassie y la dirigía el general de división William Platt, comandante de las tropas del Sudán.

Esta campaña ofreció la ocasión de un jefe de unidad, O.C. Wingate, de distinguirse en la dirección de operaciones bélicas efectuadas con tropas irregulares.

Estas tropas denominadas Gideón Force, a pesar de su exiguo número (nunca pasaron de 50 oficiales y 20 suboficiales ingleses, 800 soldados de tropa sudaneses y 800 voluntarios etíopes), mantuvieron en constante lucha, con el apoyo esporádico (y también con la esporádica hostilidad) de jefes de tribu y de bandas de etíopes locales, siete brigadas enemigas y numerosas y numerosas bandas indígenas al servicio de los italianos.

El año anterior, el general Wavell había ordenado que se examinase la posibilidad de fomentar una rebelión etíope contra los italianos, en el caso de que Italia entrase en guerra. Fue entonces cuando el coronel D. A. Sandford, que tiempo atrás viviera en Etiopía pasó al Estado Mayor del general Platt, en Jartum, con el encargo de estudiar dicho proyecto. De las informaciones recogidas resultó evidente que en Etiopía noroccidental existía una fuerte rebelión latente y, a veces, incluso abierta.

Por esta razón, cuando Italia declaró la guerra, el coronel Sandford fue enviado a Etiopía al frente de una reducida misión militar que debía desarrollar su labor entre los jefes de las tribus simpatizantes. Por otra parte, dos semanas después de la entrada de Italia en guerra, Haile Selassie se trasladó desde Londres a Hartum, y uno de los encargos esenciales confiados a Sandford era disponer una base en el interior del país en la que el emperador pudiera establecerse.

El grupo del corones Sandford entró en Etiopía por el Sudán un mes después del comienzo de las hostilidades. Su tarea no era fácil, pues sus miembros estaban expuestos a muchos riesgos y forzados a continuos desplazamientos; no obstante en un mes recorrieron cerca de 300 Km y lograron asegurarse la amistad de bastantes tribus. Además Sandford que la presencia en Etiopía de Haile Selassie sería de gran importancia, pues muchas tribus estaban entre sí y solo la autoridad y solo la presencia del emperador conseguirían que olvidasen sus divergencias. Uno de los resultados de su informe fue la decisión de formar un contingente de soldados etíopes como ejército personal de Haile Selassie, compuesto por unidades especiales, con oficiales y suboficiales ingleses, y al mando del comandante Wingate. Un batallón de la defence forcé sudanesa tenía la misión entre el paso y la localidad que el coronel Sandford había escogido como la más apta para el cuartel general del soberano etíope. Esta localidad era Balaia, fortaleza montañosa natural y aislada en el interior de Etiopía, a 3131 metros sobre el nivel del mar, y a 112 Km de la frontera.
PIETER LESSING/ “Así fue la segunda guerra mundial”/Editorial Noguer 1973, ANESA Buenos Aires.

Continuamos en los siguientes dìas... :-D
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Mensaje por Schwerpunkt » Lun Oct 25, 2010 7:09 pm

Con el permiso del compañero Melgarejo procedo a realizar una pequeña exposición sobre las fuerzas italianas que se encontraban en el A.O.I. (Africa Oriental Italiana) que agrupaba las colonias italianas del Cuerno de Africa.

Los italianos disponían de un total de 255.950 hombres en total en la zona. De ellos 5.131 eran oficiales y 858 oficiales de las unidades de Camisas Negras. Además había 5.228 suboficiales -muchos de ellos encuadrados en unidades nativas- y 37.054 hombres encuadrados en unidades regulares, 1.439 suboficiales y 24.345 hombres encuadrados en las numerosas unidades de Camisas Negras. En total pues había 181.895 nativos y 74.055 italianos. Además había diversos contingentes de Carabinieri, marineros, etc.(1)

El armamento pesado lo integraban 813 piezas de artillería de todo tipo (211 cañones de 65 mm) pero en cambio había un serio déficit de morteros de 81 mm ideales para la guerra montañosa de los cuales sólo se disponía de 71 unidades. Además había 24 carros medios M11 y 39 tanquetas L3 junto a unos 126 vehículos ligeros blindados de todo tipo (1)

La Regia Aeronautica contaba con 138 bombarderos, 36 cazas y 9 aparatos de observación. Adicionalmente había una reserva de 140 aparatos de los cuales tan sólo 59 estaban operativos, varios de los cuales eran de transporte. Asi pues la aviación contaba con unos 323 aparatos en total de los cuales unos 200 estaban operativos. Las reservas de combustible y munición para la aviación eran en junio de 1940:
- 107.000 t de combustible de aviación.
- 5.300 t de bombas
- 500 motores de reserva (2)

Tan sólo había un batallón de Alpini en esta extensísima región, a pesar de que la presencia de tropas de montaña hubiera sido muy necesaria en la agreste región.

(1) Jack Greene, Alessandro Masignani & Ulrich Blenemann: Mare Nostrum: The War in the Mediterranean (Pág. 20) 1990.
(2) http://stormomagazine.com/Articles/TheR ... ainAOI.htm" onclick="window.open(this.href);return false;

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Mensaje por Melgarejo » Mar Oct 26, 2010 10:39 pm

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:mrgreen:

PIETER LESSING/ “Así fue la segunda guerra mundial”/Editorial Noguer 1973, ANESA Buenos Aires.

del texto original "Áscaris eritreos, pertenecientes a un batallón indígena, se dirigen hacia el Sudán, para guarnecer la frontera. Las fuerzas del Ejército Italiano destacadas en Eritrea dependían del general Frusci."

y "las tropas del general italiano Frusci reciben honores militares tras rendirse en Amba Alagi"
Última edición por Melgarejo el Mar Oct 26, 2010 11:30 pm, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Melgarejo » Mar Oct 26, 2010 11:27 pm

Continuando...

LLEGA EL EMPERADOR
A fines de enero se juzgó que Balaia ya estaba en condiciones para hospedar al emperador, quien se puso en marcha inmediatamente bajo la protección de Wingate. El viaje clandestino duró dos largas semanas. A la llegada de Haile Selassie, Sandford, que mientras tanto había sido ascendido a general de brigada, fue nombrado su consejero personal. Wingate, ascendido a su vez a teniente coronel, sustituyó a Sandford como jefe de la misión. Y las unidades sudanesas y etíopes entraron a formar parte de la misión a la que Wingate dio el nombre de Gideon Force.

Pronto se hizo evidente que era necesario disponer de una base menos aislada para que se advirtiera realmente la presencia de Haile Selassie. Por ello, Wingate se trasladó hacia el Suroeste, junto con la Gideon Force, en busca de una localidad más apta para este menester. Los italianos ya se habían dado cuenta de que se avecinaban acontecimientos nuevos e importantes, pero su mal organizado servicio de información notificó simplemente de que un fuerte contingente de tropas había penetrado en Etiopía desde el Sudán. Y como al mismo tiempo algunas tribus locales, instigadas y provistas de armas por Sandford, comenzaron también a hostigarles, decidieron reorganizar y reagrupar sus fuerzas al sur del lago Tana.

Concentraron dos brigadas en Bahir Dar, a orillas del lago, y otras dos en Burié, a 190 Km más al sur. El 19 de febrero Wingate llegó con la Gideon Force a la cumbre desde la que se dominaba la carretera de Dangila, pueblo al sur del lago Tana, precisamente cuando los italianos se estaban reorganizando en aquellas posiciones.

Wingate dividió la Gideón force en dos grupos: envió uno de ellos a hostigar el repliegue italiano hacia Bahir Dar y con el otro se precipitó por la carretera de montaña hacia Burié, para trabar combate con una segunda brigada que se estaba retirando en aquella dirección. Durante los quince días que siguieron, la Gideon Force realizó contra los italianos una serie de ataques diurnos y nocturnos que les causaron grandes pérdidas. A principios de marzo casi derrotó por completo a una brigada italiana, que se retiró a toda prisa a lo largo del último tramo que la separaba de Bahir Dar, tras haber perdido más de 400 hombres entre muertos y heridos, 2000 prisioneros y algunos cañones.

También la Gideon Force había sufrido fuertes pérdidas, especialmente entre los etíopes; no obstante, Wingate consiguió llevar a término su misión, y así el 14 de marzo el emperador se estableció en la nueva sede de Burié. Pero la situación se hizo peligrosa casi inmediatamente.

Un poderoso jefe etíope hostil al emperador, el ras Hailú, se había unido a los italianos en Debra Marcos con miles de sus feroces guerreros. Envalentonado por este acontecimiento, el general Nasi que mandaba aquel sector, ordenó a sus tropas, situadas en Debra Marcos, que volvieran a ocupar Burié y a las dos brigadas de Bahir Dar que realizaran una salida para cortar la retirada del emperador. La seguridad de Haile Selassie estaba, pues, gravemente comprometida; pero Wingate adoptó una decisión audaz: en lugar de poner a salvo al emperador, prefirió enfrentarse con el riesgo de una batalla.

El peso de los combates lo llevó el batallón sudanés al mando del teniente coronel Boustead. Luchando sin interrupción durante diez noches seguidas, a una altitud para ellos inusitada, los sudaneses desencadenaron una serie de audaces ataques contra los italianos que intentaban avanzar desde Debra Marcos. Los abisinios del ras Hailú, no habituados a las operaciones nocturnas y totalmente indisciplinados, juzgaron que este tipo de guerra no estaba hecho para ellos y abandonaron el campo. El día 4 de abril los italianos suspendieron los combates y evacuaron Debra Marcos, a donde se trasladó Haile Selassie.

Inmediatamente el general Platt confió a la Gideon Force una nueva misión. Los ingleses sospechaban que el duque de Aosta trataría de agrupar las fuerzas, para oponer resistencia en cualquier localidad de las montañas. Por ello, Wingate recibió la orden de impedir que las unidades enemigas que se encontraran en la región del lago Tana pudieran reunirse con las tropas del virrey, y con este fin, la Gideon Force, dividida en grupos pequeños, se disgregó y empezó a operar en un vasto radio de acción.

En la carretera que desde el lago Tana se dirigía hacia el Este fue cortada por uno de esos grupos: otro realizó acciones de hostigamiento contra las unidades italianas que se encontraban en Bahir Dar, hasta el punto de obligarles a retirase a lo largo de la orilla oriental de lago y desde allí hacia el Norte: otro grupo vigilaba continuamente las fuerzas del ras Hailú, por si una vez mas cambiaban de idea, y una cuarta fracción atacó a un batallón italiano 96 Km al suroeste del lago Tana y le obligó a rendirse. Mientras tanto, los sudaneses rastrillaban la carretera que conducía a Addis Abeba para que Haile Selassie pudiera volver a su capital.

Una parte de la guarnición italiana que se había retirado de Debra Marcos, cruzó las montañas dirigiéndose hacia el Este. Su entidad era de poco más o menos de una brigada, y una pequeña unidad de etíopes y sudaneses se lanzó en su persecución. Esta fue una de las cazas más feroces y obstinadas que se desarrollaron en África Oriental. Los perseguidores agotaron los víveres, debieron racionar las municiones, vieron sus uniformes reducidos a jirones: pero no cejaron de atacar sin tregua a las fuerzas en retirada, que sufrían las asperezas del intransitable terreno y el frío punzante de las altitudes. No obstante, los italianos lograron alcanzar Addis Derra, pueblo fortificado de montaña a 145 Km de Debra Marcos y a más de 3000 metros sobre el nivel del mar. Allí resistieron hasta mediados de mayo, en que la falta de víveres los obligó a reemprender la retirada.

Por entonces Wingate había asumido personalmente el mando de la pequeña unidad perseguidora, consiguiendo el apoyo de algunas tribus del lugar. Con su ayuda, una parte del grupo estuvo en condiciones de alcanzar al enemigo y cortarle la retirada. Se sucedieron tres jornadas de combates desordenados, con un peligroso contraataque italiano, y al curto día Wingate informó al comandante adversario, coronel Maraventano, de haber recibido la orden de trasladarse a otro lugar con sus tropas, de modo que los italianos, si no se rendían, quedarían a merced de las numerosas bandas etíopes que se estaban agrupando en la zona. Se trataba solo de una estratagema; pero el coronel Maraventano sabía muy bien qué suerte correrían él y sus 8100 hombres si caían en manos etíopes. Por esta razón decidió rendirse.

Esta fue la última acción de la Gideon Force. En conjunto había hecho 15600 prisioneros y capturado una gran variedad de armas, en una campaña que había durado tres meses justos.

Sin embargo la guerra en Etiopía Noroccidental, no había terminado todavía y una parte de las tropas que habían prestado servicio en la Gideon Force desempeñó, más adelante, un papel importante en la campaña al norte del lago Tana, que pertenece a la última fase de la guerra en África Oriental.
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ERITREA Y ETIOPÍA ENERO-NOVIEMBRE 1941

Mensaje por Melgarejo » Mar Oct 26, 2010 11:40 pm

OBJETIVOS LIMITADOS
La ofensiva británica en Eritrea, en la que se libraron los más duros combates de toda la campaña de áfrica oriental y en la que la resistencia italiana fue más enérgica, tuvo al principio un objetivo limitado, como todas las ofensivas en este teatro de operaciones. Según el punto de vista británico, mientras Kassala permaneciera en manos de los italianos, cabía el peligro de un avance enemigo en el Sudán; y para salir al paso del eventual peligro, el general Wavell se vio obligado a reforzar las tropas del general Platt, que guarnecía esta región de la frontera, en menoscabo de Oriente Medio.

Las fuerzas italianas en Eritrea, al mando del general Frusci, eran numerosas y eficientes: en Kassala y en la zona circundante, así como en ciertos puntos a lo largo de la frontera, había 17000 hombres bien equipados, con carros de combate ligeros y artillería. En retaguardia el general Frusci disponía de tres divisiones y tres brigadas autónomas, y además podía recibir refuerzos de Etiopía septentrional. Los ingleses atribuían mucha importancia a la reconquista de Kassala, porque así privarían al enemigo de una eventual línea de avance en el Sudán.

Pero el general Frusci no tenía ni la menor intensión de intentar un avance. Por su parte, el duque de Aosta, engañado una vez más por las informaciones erróneas que exageraba enormemente la importancia de los efectivos ingleses, esperaba una ofensiva inglesa en Eritrea. Así, por pura coincidencia, justamente cuando el general Platt estaba preparando un ataque contra Kassala, el virrey ordenó la evacuación de la ciudad y de otros dos puntos de la frontera para efectuar un repliegue sobre posiciones más favorables. El avance del general Platt debía comenzar el 19 de enero, y el repliege italiano comenzó el 18. Una vez más los ingleses recibieron el regalo de un objetivo que estaban dispuestos a pagar muy caro.
La división 4 Hindú, del general Beresford Peirse, y la División 5 Hindú, mandada por el general Heath, recibieron la orden de perseguir a los italianos en retirada.

El primer contacto con el enemigo se estableció en Cherú, poblado eritreo que se encuentra a 96 Km al este de Kassala y a 64 Km de la frontera, donde una brigada italiana intentaba detener a los ingleses mediante una acción de retaguardia. Pero las tropas británicas cercaron el poblado, impidiendo así cualquier posibilidad de repliegue al adversario, y aunque los italianos intentaron abrirse paso, el comandante y cerca de 900 hombres cayeron prisioneros.

A 72Km de Cherú, en dirección Sureste, se encuentra Barenti y a 112 Km al este, Agordat, dos poblaciones de montaña situadas en posiciones defensivas naturales y defendidas, cada una de ellas, por una división. El avance hindú se desarrolló simultáneamente a lo largo de dos carreteras en dirección a ambas ciudades. Agordat, la más oriental, fue alcanzado por la división 7 a los nueve días del comienzo del avance. Después de un reñido encuentro en los montes, que duró en tres días y en el cual se emplearon los carros de combate de infantería, Beresford-Peirse la cercó, cortado la carretera que conducía hacia el Este. Sin embargo muchos italianos lograron abrirse paso en esta dirección, si bien abandonando sobre el terreno gran cantidad de material bélico.

En Barenti, alcanzada por la División 5, cuya marcha había sido retardada por acciones de la retaguardia enemiga, los italianos opusieron una tenaz resistencia, pero solo hasta que supieron que Agordat había caído y que la retirada hacia el Este quedaba cortada. Durante la noche se abrieron paso hacia el Sudoeste, entre las montañas, y las tropas británicas enviadas en su persecución no lograron alcanzarlos.

Wavell ordenó al general Platt que progresase hacia Keren y Asmara, porque se había dado cuenta de improviso, y no sin sorpresa, que sería posible conquistar toda esta región, eliminando de paso el peligro que constituía la base naval de Massaua. Pero Asmarna estaba lejos, a más de 170 Km, y Keren, aproximadamente a la mitad del camino, era una de las posiciones defensivas naturales más fuertemente guarnecidas de toda África Oriental y la única vía de acceso a la capital de Eritrea y Massaua.

Los últimos 4 Km de la carretera que lleva a Keren transcurren por una garganta angosta y encajonada, y constituyen el único camino a través de la misma, coronada por once simas de alturas superiores a los 600 metros sobre el nivel de la carretera. Cada una de esas cimas había sido transformada en una posición defensiva que dominaba la embocadura de la garganta. Siete de ellas se levantan a la izquiera, las cuatro restantes, a la derecha. A pendiente entre dos de ellas formaba un valle: Acua Col.

Una división italiana, reforzadas con dos batallones del regimiento 11 de granaderos de Saboya, ocupaba las defensas; dos brigadas avanzaban a marchas forzadas para unirse a ella, y otras cuatro permanecían en reserva. Para atacar cualquiera de las cimas era necesaria una lenta aproximación a pie, en terreno descubierto y a la vista del enemigo, y después una escalada a las escarpadas paredes rocosas bajo el fuego adversario. El ataque verdadero se realizaría luego, y solamente cuando ya se hubiera alcanzado la cima.

Los primeros intentos para abrirse paso los realizó la división 4 hindú. El 3 de febrero, al despuntar el día, la brigada de infantería 11 atacó las tres cimas de la izquierda, más próximas al acceso de la garganta. La batalla con un apoyo de un nutrido fuego de artillería por ambas partes, duró cuatro días. Los hindúes alcanzaron el alto de las tres cimas, pero fueron expulsados de dos de ellas por los enérgicos contraataques de los italianos, que combatían con una tenacidad raramente vista en el desarrollo de toda la campaña. Su comandante era el general Carnimeo, a las órdenes de general Frusci.

El 7 de febrero, la brigada de infantería 5 hindú desencadenó un ataque nocturno en dirección a Acua Col. El movimiento de aproximación se realizaba en un terreno muy accidentado, por lo que todo el material debía transportarse a mano a una distancia de más de 3 Km. A pesar de todas las dificultades y el tiro mortífero de los italianos, la cumbre del paso fue alcanzada; pero no fue posible retenerla a causa de los acertados contraataques de los adversarios.

El 10 de febrero –octavo día de lucha- Beresford-Peirse desencadenó un nuevo ataque a derecha e izquierda, cuyos objetivos eran los mismos de los asaltos anteriores.

La brigada de infantería 11 hindú se posesionó otra vez en la cima Brigs Peak y de nuevo fue expulsada. Un segundo ataque dio el mismo resultado. Y otro tanto ocurría por la posesión de Acua Col. Pero al final, gran parte de la cadena de cumbres cayó en las manos de la brigada de infantería 5 hindú, que con tal acción ganó la Victoria Cross. Poco después no obstante, fueron reconquistadas por los italianos en sus contraataques.
PIETER LESSING/ “Así fue la segunda guerra mundial”/Editorial Noguer 1973, ANESA Buenos Aires.

Bueno hasta mañana compañeros, problemas logísticos :mrgreen:...
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Mensaje por Melgarejo » Mié Nov 03, 2010 10:45 pm

Hola compadres... continuamos con:

NECESIDAD DE UNA TREGUA
Las pérdidas aumentaban de una manera impresionante y ya no era posible continuar manteniendo semejante presión; además, los atacantes necesitaban abastecimientos y refuerzos. A fin de distraer la atención, y quizá para distraer también parte de las fuerzas enemigas, la Agrupación de Brigada de la infantería hindú recibió la orden de dirigirse al Sur.

La calma duró hasta mediados de marzo, cuando las divisiones 4 y 5 hindúes estuvieron dispuestas. La 4 atacaría por la izquierda, mientras la 5 debería ocupar Dologorodoc, a la derecha, para avanzar luego hasta Falestoh y Zeban. Entre tanto la 7° Agrupación de Brigada de infantería hindú que se encontraba ya a 12 Km de Keren, atraería la atención de los italianos hacia aquel sector.

Precedida por un violento bombardeo aéreo y el tiro de interdicción de ambas divisiones, la Brigada de infantería 11 inició, la mañana del 15 de marzo, el asalto a las cumbres, mientras la Brigada de Infantería 5 atacaba Samanna. Todos los objetivos se alcanzaron; pero una vez más los italianos reconquistaron las perdidas posiciones.

A la derecha, la Brigada de infantería 9, de la División 5 hindú, aprovechando el momento en que los italianos estaban preocupados por el resultado de los combates que se desarrollaban a la izquierda, comenzó a avanzar hacia Dologorodoc; pero casi súbitamente se encontró con el mortífero fuego del enemigo. Los progresos eran insignificantes y durante el resto del día el fuego, impecablemente dirigido desde la otra parte de la garganta, inmovilizó sobre el terreno a la Brigada 9. El combate a ambos lados de la garganta se prolongó hasta la noche, sin que el ala izquierda fuera posible realizar ulteriores progresos. A la derecha, por el contrario, la Brigada 9 consiguió avanzar furtivamente en la oscuridad y asegurarse un punto de apoyo en Dologorodoc. Con las primeras luces del alba, el fuerte fue asaltado, conquistado y mantenido a pesar de los repetidos contraataques. La batalla continuó encarnizada durante todo el día –era 16 de marzo- sin que las tropas británicas lograran avanzar. Pero tampoco perdieron terreno.

Por la noche, las últimas tropas hindúes que no habían sido todavía empleadas se lanzaron a un enésimo asalto de los picos de Sanchill y de Brigs Peak; pero los italianos no tenían intención de abandonar su presa y el ataque fue rechazado. Simultáneamente a la derecha de la garganta, la Brigada de infantería 79, trasladada a Dologorodoc durante el día fue enviada sobre Falestoh y Zeban, con el único resultado de quedar inmovilizados a causa del intenso fuego de artillería italiana. Sólo al caer la noche lograron liberarse.

Afortunadamente para los ingleses, durante los combates del 17 de marzo, los zapadores habían podido llegar, arrastrándose, hasta el punto en que la carretera estaba obstruida, e informaron que, de estar suficientemente cubiertos, podrían restablecer el paso en veinticuatro horas. La misión de cubrirlos se confió a la División 5 hindú.

Pero antes de poder iniciar la operación tuvieron que combatir cinco días para rechazar los tenaces contraataques italianos. Fueron cinco días de grandes pérdidas por ambas partes, y los dos comandantes – el general Platt y el general Frusci- empezaron a preguntarse hasta qué punto resistirían a semejante ritmo de desgaste.

A pesar de todo, el 25 de marzo la División 5 hindú avanzó hacia el punto donde se hallaban las obstrucciones, con la Brigada 9 a la izquierda y la 10 a la derecha. Ambas sufrieron un intenso fuego de enfilada de los cañones, morteros y ametralladoras del adversario; pero ya entonces los italianos empezaron a vacilar y los británicos pudieron ocupar algunas posiciones precarias posiciones desde las cuales sería posible defender la carretera en el punto interrumpido.

Los ingenieros, en el transcurso de la noche siguiente, abrieron una brecha en las obstrucciones, y así, en la mañana del 27 de marzo, un escuadrón de carros de combate de infantería de la 4° Royal Tank Regiment y 50 vehículos de orugas Bren-carrier se dirigieron a Keren, hundiendo con ello todo el frente italiano. El general Frusci comprendió que había llegado el momento crítico, más allá del cual ya no podía resistir. En consecuencia, ordenó el inmediato repliegue, que se desarrolló de forma muy hábil, tanto que los únicos que no pudieron romper el contacto con el enemigo fueron los defensores de Sanchill. Keren fue evacuada inmediatamente y los carros de combate británicos entraron en aquella misma mañana.

La batalla de Keren había durado ocho semanas. Las fuerzas británicas tuvieron 536 muertos y 3299 heridos. Y los italianos sufrieron más de 3000 bajas.


El general Frusci se retiró al sur, hacia Etiopía y el 1 de abril, cinco días antes de la caída de Addis Abeba, los ingleses ocuparon Asmara sin encontrar resistencia. Entonces su próximo objetivo fue Massaua, la base naval situada a 90 Km de la capital de Eritrea y confiado al mando del almirante Bonetti. Éste, ante el ruego de la rendición formulado por el general inglés, en que instaba a que se entregarse junto con los cinco destructores fondeados en el puerto, respondió que Massaua sería defendida. No obstante, los destructores se apresuraron a salir de la base el 2 de abril, dirigiéndose hacia Port-Sudán. Pero los aviones de reconocimiento los avistaron, poco después cuatro fueron echados a pique por una escuadrilla de aviones torpederos y el quinto fue hundido por la misma tripulación.

Mientras tanto, dos brigadas hindúes de infantería y la brigada de la Francia Libre, que operaba como unidad autónoma, avanzaban rápidamente por la carretera Asmara-Massaua, que desciende entre recodos, con un desnivel de 2400 m y en una longitud de poco más de 24 Km.

El almirante Bonetti rechazó una segunda instancia a rendirse y el 8 de abril tres brigadas lanzaron un asalto simultáneo contra el perímetro de la ciudad, con un fuerte apoyo aéreo, logrando romper las defensas en bastantes puntos. Al caer la tarde, el almirante Bonetti capituló con 9600 hombres y 127 cañones.

La caída de Massaua selló la conclusión de la campaña Eritrea. Se había eliminado la amenaza contra los territorios africanos orientales de Gran Bretaña y contra el Mar Rojo y, en teoría, ya sería posible proceder a un rápido traslado de las tropas a Egipto. Pero los medios de transporte marítimos eran terriblemente escasos y no quedaba otro remedio que realizar la operación por vía terrestre.

Pero las fuerzas italianas impedían aún los movimientos a todas las tropas en Etiopía. Por lo tanto, era indispensable liberar primero la carretera, que desde Addis Abeba conducía hasta Asmara. Con este fin, y previo el traslado a Egipto los efectivos que ya no eran necesarios en Eritrea, el resto, compuesto en su mayor parte por la división 5 hindú, se envió a Etiopía.
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Bueno, bueno esta máquina no quiere cooperar :x hasta luego.
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Mensaje por Rubén. » Jue Nov 04, 2010 3:39 am

Bueno, esta es mi primer mensaje en el foro.
Este tema tendrá el honor del Africa Oriental. Siempre me han interesado las campañas secundarias y menos conocidas que las clásicas.
los ingleses se vieron forzados a reconsiderar la no muy buena opinión que se habían formado del soldado italiano.
El mito popular del inferior soldado italiano. Lo cierto es que los italianos en esta guerra lucharon muy bien. Si se ha creado el esteriotipo de mal combatiente es por las contantes derrotas militares, unos mandos ineficaces y sobretodo la inferioridad tecnológica. Pero eso no quita el mérito de los italianos a nivel individual, que en ningún momento flaquearon. Solo depusieron las armas cuando se lo ordenaron, algo que también hicieron los alemanes y japoneses (y que sin embargo a estos últimos no se les ha creado dicho esteriotipo).
El simple hecho de la batalla de Keren que relatas, desmonta tal teoría.
Tanto el Alto Mando inglés como el italiano se impresionaron profundamente ante las atrocidades cometidas por los etíopes y, en particular, por las violencias contra las mujeres; hasta tal punto, que los sucesos de Dire Daua tuvieron una influencia definitiva en las subsiguientes decisiones al respecto al destino de Addis Abeba.
¿Podrías especificar se la violencia fue contra colonos italianos o inmigrantes trabajadores eritreos? A los etíopes les gustaban todavía menos los segundos que los primeros.

Rubén el Stuka.

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Mensaje por Schwerpunkt » Dom Nov 07, 2010 12:44 pm

¡Hola a todos!

Como adición para explicar la composición de las fuerzas defensoras italianas no está de mas ver cual era el dispositivo italiano. Se contaba con dos divisiones regulares, la 40 "Cazadores de Africa" y la 65 "Granaderos de Saboya" Pero la mayoría de las tropas estaban integradas en brigadas coloniales e incluso en las llamadas "Bandas" que consistían en grupos de nativos encuadrados por oficiales y suboficiales italianos. Veamos cual era la composición de las brigadas coloniales (1)

Imagen

Las brigadas coloniales contaban pues teóricamente con 4 batallones de infantería de unos 700 hombres cada uno y un grupo de artillería de 16 piezas de 65 mm. La composición era pues 81 oficiales, 86 suboficiales y 2.611 soldados equipados con 527 caballos, 9 vehículos automóviles, 72 ametralladoras ligeras y 26 pesadas así como una radio. En la práctica gran parte de las brigadas contaban con tan sólo dos o tres batallones y una o dos baterías de artillería en vez de las cuatro teóricas.

Además se contaba con numerosos grupos ad-hoc constituídos como guarniciones. Un ejemplo era la guarnición de Addis Abeba que contaba con una brigada de Camisas Negras (CCNN) con cuatro débiles batallones integrados por 68 oficiales, 1.973 hombres y 72 ametralladoras ligeras y 24 pesadas. Podemos ver que los batallones no pasaban de los 500 hombres cada uno (2)

Imagen

Además la guarnición disponía de tropas adicionales como el batallón de ametralladoras de la parte inferior del cuadro de arriba. Este batallón estaba apoyado por una compañía de tanquetas L (15 tanquetas), una compañía de coches blindados (26 en total) y dotado de 19 oficiales y 690 soldados además de 16 ametralloras pesadas. El gobernador contaba con una unidad de transporte adicional no incluída aquí.

El problema con las denominadas "Bandas" era su escasa fiabilidad en combate ya que en la práctica eran poco mas que unidades policiales para mantener el orden en la colonia. Privados de armamento pesado y sin casi entrenamiento desertaron en grandes números desde el comienzo mismo de la guerra. Estas defecciones sufrían altibajos dependiendo de las fortunas de la guerra italiana y de las enemistades étnicas y tribales.

De todas formas el principal problema del A.O.I. era su aislamiento de la metrópoli lo que le imposibilitaba recibir suministros. Aunque había stocks de combustible y munición, la longitud del conflicto hizo que poco a poco fueran quedando inoperativos numerosos aviones o vehículos por falta de repuestos, en especial neumáticos. Además las terribles comunicaciones dificultaban la distribución y municionamiento de las unidades disperas por tan vasto país.

(1) Jack Greene, Alessandro Masignani & Ulrich Blenemann: Mare Nostrum: The War in the Mediterranean (Pág. 22) 1990.
(2) Ibid. (Pág. 22)

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ERITREA Y ETIOPÍA ENERO-NOVIEMBRE 1941

Mensaje por Audie Murphy » Vie Feb 04, 2011 4:45 pm

Unas fotos para acompañar a este estupendo post, extraídas de la Enciclopedia Ilustrada de la SGM Cavendish

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Imagen
soldados indios en Eritrea
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Imagen
prisioneros italianos trasladan a un inglés herido

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Imagen
el retorno de Haile Selassie a la capital


Extractos del diario "The War Illustrated"

Imagen

Imagen


y más fotos en

http://i53.tinypic.com/nxsxnd.jpg
http://i55.tinypic.com/2vmu0kz.jpg
http://i52.tinypic.com/2hgctvr.jpg
http://i52.tinypic.com/28luqfs.jpg
http://i51.tinypic.com/2zdy8lu.jpg
http://i53.tinypic.com/ioqniw.jpg

El indio Premindra Singh Bhagat ganó la Victoria Cross por su valor en Gallabat, limpiando 15 campos de minas y conduciendo brillantemente a su columna de zapadores

http://www.thevictoriacross.net/recipie ... hagat.html
http://i51.tinypic.com/2rca3nk.jpg
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Etiopía,Somalia y el golfo de Adén

Mensaje por El Emboscado » Vie May 27, 2011 9:44 pm

Hola.

Quería conocer cosas sobre este asunto.

¿Qué importancia estratégica podría tener un control italiano o germanoitaliano sobre el Golfo de Adén?
Porque,aunque se controle el Canal de Suez por parte de Inglaterra,luego,por lo menos para ciertas rutas hay que
pasar por ahi.
¿Cual era la situación de esta zona antes de la colonización italiana,durante ella y en los años de la guerra?.
¿Era viable,y se llegó a contemplar un "salto" hacia la Península Arábiga?.

¿Qué posibilidades estratégicas ofrecia la zona Etiopía-Somalia?.


Gracias.


Eduardo
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gunsche
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Re: Etiopía,Somalia y el golfo de Adén

Mensaje por gunsche » Vie May 27, 2011 11:05 pm

La importancia estrategica que tiene es la que tu mismo mencionas y que surge de mirar el mapa. El paso obligado desde el Reino Unido a la India y otras colonias britanicas en Asia (si se quiere evitar la ruta mucho mas extensa a traves del cabo de Buena Esperanza) era por el canal de Suez primero, el Mar Rojo despues y el golfo de Aden. Antes de la SGM, esa zona tenia colonias francesas (Djibouti), colonias inglesas (Somalia britanica) e Italianas (Somalia italiana). En agosto de 1940, los italianos invadieron Somalia británica, pero los ingleses contraatacaron y finalmente se quedaron con toda la region en noviembre de 1941.

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