La muerte de Glenn Miller: ¿una conspiración de asesinato?
Publicado: Vie Dic 29, 2006 10:22 pm
¡Hola a todos!
Así se expresa Clarence B. Wolfe en su libro (1). Afirma creer cien por cien que Glenn Miller fue indirectamente asesinado por las insidias creadas por su música entre los generales de la vieja guardia. Esto puede parecer a primera vista un poco descabellado, pero es un hecho que Miller tuvo serios problemas con el generalato por insistir en seguir tocando su música (serenatas y canciones de amor) en vez de las marchas militares que quería el generalato de la banda.
Os extracto el detalle de la muerte de Miller contado por Wolfe:
[Temprano en esa mañana (9-9-1944), el mayor Glenn Miller y su piloto despegaron muy probablemente en un avión monomotor desde el aeródromo de Twinwood, 50 millas al norte de Londres. Se dirigían a París. Miller tenía una razón para ir allí, y también su piloto, que estaba a punto de ser sometido a una corte marcial por acusaciones de mercado negro. Los informes indican que había un tercer compañero con ellos en este vuelo.
El avión era pequeño –alguien dijo que un Piper Club-…..El plan de vuelo no les permitía volar sobre Londres, que estaba absolutamente prohibido. Despegaron en uno de los mejores días de tiempo que tuvimos mientras yo estuve estacionado en Inglaterra. Y no había bombas V-1 u otros aviones en el área.
Repentinamente mi recibidor cobró vida. Dover había detectado un objetivo viniendo desde el noroeste y cuando no siguió ningún IFF (Identification Friend or Foe), Dover asumió que el avión era un objetivo enemigo.
“Folkestone Harbor Diver Alarm!”
Inmediatamente la información que recibí en mi recibidor pasó a los cañoneros de la costa de Inglaterra. Cambiaron sus cañones de su dirección normal cara al este hacia el norte.
Yo también solicité una respuesta IFF del objetivo. No se dio ninguna señal de retorno. Envié otra señal, ninguna respuesta. De hecho, yo envié cuatro señales IFF, cuando normalmente debería haber preguntado solamente una vez; la respuesta IFF era automática.
Reporté esta información al capitán Foley. También le informé de que parecía que el objetivo no era un avión enemigo, pues estaba volando a baja altitud, a baja velocidad y estaba viniendo desde el noroeste, perfilando hacia Francia. También observé que el aparato no tenía IFF.
No más fueron pronunciadas esas mis palabras, escuché “¡Abran fuego!”. Fueron disparadas 36 rondas tras las cuales Dover dio el informe “Objetivo derribado”. Yo sabía que habíamos matado a quienquiera que estuviera en el pequeño avión, derribado entre Ramsgate y Dover sobre el Mar del Norte.
(…) De seguro, las ondas de radio AFN (Armes Forces Network) llevaron la noticia de que Glenn Miller se había perdido sobre el Canal.
Hasta este día, no puedo comprender cómo se le permitió a la AFN dar la noticia, aunque la 8ª Fuerza Aérea no tenía un control completo sobre la radio. Quiero decir, discutir sobre el mayor Glenn Miller era un acto puramente hostil hacia el alto mando. Esto me hace creer que alguien sabía mucho más de lo que ellos podían decir, pero maniobraron para emitir parte de la verdad.
Cuando más tarde acabé mi turno de servicio, pasé por el puesto de mando, cuando salía el capitán. “Capitán, hemos matado a Glenn Miller”, dije. El rostro del capitán estaba pálido, que no era su color natural, siendo un buen irlandés que hacía uso regular de su ración de whiskey mensual. Estaba completamente enterado de lo que habíamos hecho.
“Cierre su maldita boca”, ordenó severamente.
Más tarde en ese día, me sorprendió cuando ordenó: “Esto queda entre nosotros”. Yo dije “Okay”
Durante el resto de la guerra, el capitán Foley raramente me dirigió otra palabra o llamó mi atención. Habíamos entrado en una conspiración de silencio, y no había nadie más a quien hablar.] pp. 38-40
Wolfe asegura que la 8ª Fuerza Aérea estaba implicada de alguna manera en ese suceso, y que a Miller se le había permitido volar en un avión que no tenía IFF, sabiendo lo que ello significaría. Miller iba a ser devuelto a Estados Unidos contra su voluntad, según Wolfe, por no plegarse al gusto de la vieja guardia. Su única manera de evitarlo era volar hacia París.
En fin, no he leído todo el libro (sólo lo he ojeado), pero el autor parece muy seguro. Si tiene razón en sus acusaciones, era lo que me faltaba por saber de la perversidad de la naturaleza humana. Miller con su música llevó alegría y consuelo a millones de personas durante la guerra, y seguramente decenas de miles de parejas se enamoraron o romancearon bajo el hechizo de sus serenatas. Incluso este servidor que escribe tiene vivido muchos romances con la ayuda de, por ejemplo, Moonlight Serenade.
¿Tenéis formado algún juicio sólido al respecto?
(1) Clarence B. Wolfe, I Kept My Word: The Personal Promise Between a World War II Army Private and His Captain about What Really Happened to Glenn Miller (Authorhouse, 2006)
Saludos cordiales
José Luis
Así se expresa Clarence B. Wolfe en su libro (1). Afirma creer cien por cien que Glenn Miller fue indirectamente asesinado por las insidias creadas por su música entre los generales de la vieja guardia. Esto puede parecer a primera vista un poco descabellado, pero es un hecho que Miller tuvo serios problemas con el generalato por insistir en seguir tocando su música (serenatas y canciones de amor) en vez de las marchas militares que quería el generalato de la banda.
Os extracto el detalle de la muerte de Miller contado por Wolfe:
[Temprano en esa mañana (9-9-1944), el mayor Glenn Miller y su piloto despegaron muy probablemente en un avión monomotor desde el aeródromo de Twinwood, 50 millas al norte de Londres. Se dirigían a París. Miller tenía una razón para ir allí, y también su piloto, que estaba a punto de ser sometido a una corte marcial por acusaciones de mercado negro. Los informes indican que había un tercer compañero con ellos en este vuelo.
El avión era pequeño –alguien dijo que un Piper Club-…..El plan de vuelo no les permitía volar sobre Londres, que estaba absolutamente prohibido. Despegaron en uno de los mejores días de tiempo que tuvimos mientras yo estuve estacionado en Inglaterra. Y no había bombas V-1 u otros aviones en el área.
Repentinamente mi recibidor cobró vida. Dover había detectado un objetivo viniendo desde el noroeste y cuando no siguió ningún IFF (Identification Friend or Foe), Dover asumió que el avión era un objetivo enemigo.
“Folkestone Harbor Diver Alarm!”
Inmediatamente la información que recibí en mi recibidor pasó a los cañoneros de la costa de Inglaterra. Cambiaron sus cañones de su dirección normal cara al este hacia el norte.
Yo también solicité una respuesta IFF del objetivo. No se dio ninguna señal de retorno. Envié otra señal, ninguna respuesta. De hecho, yo envié cuatro señales IFF, cuando normalmente debería haber preguntado solamente una vez; la respuesta IFF era automática.
Reporté esta información al capitán Foley. También le informé de que parecía que el objetivo no era un avión enemigo, pues estaba volando a baja altitud, a baja velocidad y estaba viniendo desde el noroeste, perfilando hacia Francia. También observé que el aparato no tenía IFF.
No más fueron pronunciadas esas mis palabras, escuché “¡Abran fuego!”. Fueron disparadas 36 rondas tras las cuales Dover dio el informe “Objetivo derribado”. Yo sabía que habíamos matado a quienquiera que estuviera en el pequeño avión, derribado entre Ramsgate y Dover sobre el Mar del Norte.
(…) De seguro, las ondas de radio AFN (Armes Forces Network) llevaron la noticia de que Glenn Miller se había perdido sobre el Canal.
Hasta este día, no puedo comprender cómo se le permitió a la AFN dar la noticia, aunque la 8ª Fuerza Aérea no tenía un control completo sobre la radio. Quiero decir, discutir sobre el mayor Glenn Miller era un acto puramente hostil hacia el alto mando. Esto me hace creer que alguien sabía mucho más de lo que ellos podían decir, pero maniobraron para emitir parte de la verdad.
Cuando más tarde acabé mi turno de servicio, pasé por el puesto de mando, cuando salía el capitán. “Capitán, hemos matado a Glenn Miller”, dije. El rostro del capitán estaba pálido, que no era su color natural, siendo un buen irlandés que hacía uso regular de su ración de whiskey mensual. Estaba completamente enterado de lo que habíamos hecho.
“Cierre su maldita boca”, ordenó severamente.
Más tarde en ese día, me sorprendió cuando ordenó: “Esto queda entre nosotros”. Yo dije “Okay”
Durante el resto de la guerra, el capitán Foley raramente me dirigió otra palabra o llamó mi atención. Habíamos entrado en una conspiración de silencio, y no había nadie más a quien hablar.] pp. 38-40
Wolfe asegura que la 8ª Fuerza Aérea estaba implicada de alguna manera en ese suceso, y que a Miller se le había permitido volar en un avión que no tenía IFF, sabiendo lo que ello significaría. Miller iba a ser devuelto a Estados Unidos contra su voluntad, según Wolfe, por no plegarse al gusto de la vieja guardia. Su única manera de evitarlo era volar hacia París.
En fin, no he leído todo el libro (sólo lo he ojeado), pero el autor parece muy seguro. Si tiene razón en sus acusaciones, era lo que me faltaba por saber de la perversidad de la naturaleza humana. Miller con su música llevó alegría y consuelo a millones de personas durante la guerra, y seguramente decenas de miles de parejas se enamoraron o romancearon bajo el hechizo de sus serenatas. Incluso este servidor que escribe tiene vivido muchos romances con la ayuda de, por ejemplo, Moonlight Serenade.
¿Tenéis formado algún juicio sólido al respecto?
(1) Clarence B. Wolfe, I Kept My Word: The Personal Promise Between a World War II Army Private and His Captain about What Really Happened to Glenn Miller (Authorhouse, 2006)
Saludos cordiales
José Luis